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Ensayo de Psicología

Pablo Esteban Rivera N. 00125371

04-04-2014

Pensamiento Lateral

El pensamiento lateral, también conocido como divergente o creativo, tiene relación

directa con la creación de soluciones de una manera no convencional. Es un proceso

mental en el cual se generan varias alternativas con el fin de dar respuesta a una misma

pregunta; es decir dar paso a otras opciones que por lo general no suelen estar dentro del

razonamiento común. Es un tema interesante pues presenta un amplio contenido, ya sea

su funcionamiento, las ventajas que brinda, como desarrollar este modelo mental, etc., el

cual tendrá su respectivo efecto en quien lo aplique, dependiendo claro si es que sus

propuestas son acatadas correctamente.

Dentro de sus diversos campos hay tres cualidades o aptitudes que usualmente son

necesarias, las cuales son: flexibilidad, fluidez y originalidad. Estas implican en conjunto

un proceso mental complejo e increíble a su vez. Lo que realmente resulta motivador es

que estas aptitudes pueden ser entrenadas, ejercitadas y florecer en la mente humana

mediante el desarrollo de la creatividad, que es un importante factor a la hora de hablar

del pensamiento lateral, el cual despliega variadas direcciones, indaga diferentes

perspectivas, utiliza otros enfoques y conocimientos viables. Si bien es cierto en muchas

ocasiones hay un claro razonamiento lógico, también se puede realizar uno alternativo

que conlleve al mismo resultado.

[1]
La mente del ser humano es realmente compleja puesto que se caracteriza por la

generación de modelos ya establecidos de conceptos, lo que limita de manera directa las

posibilidades de aplicación de la nueva información que está a la mano, solo si se

dispusiera de algún tipo de proceso para reestructurar dichos modelos ya existentes,

renovándolos de manera totalmente objetiva, anexando a estos diferentes datos. El

pensamiento convergente tiene una función se podría decir principal, la cual es dar inicio

a la creación y desarrollo de modelos de nuevos conceptos, mientras que la del

pensamiento divergente es estrictamente la reestructuración y reanálisis de esos modelos

y la creación de otros totalmente diferentes pero efectivos, claro está que la creatividad

juega un papel muy importante aquí.

La carestía de pensamiento lateral nace de las limitaciones innatas a las cuales el

comportamiento de la mente está sujeto, pues el ser humano está constituido como un

sistema de memorización automático. Sin embargo, el pensamiento creativo es ir más

allá, superar todas esas barreras inherentes del pensamiento vertical mediante dicha

reconstrucción de los modelos en donde la estereotipos, arquetipos, no tengan ni voz ni

voto pues generan malos enfoques distantes del objetivo principal. Es necesario que

nuevas ideas surjan del análisis de distinta información que previamente fue descartada.

Para poner en marcha dicha acción, el pensamiento divergente utiliza necesariamente

distintos métodos que sean ajenos al preestablecido sistema; así como el uso de palabras

aleatorias, nuevas, e innovadoras. Las discrepancias más notables entre estas dos

corrientes básicas de pensamiento no llegan a ser de mayor importancia, pues está

comprobado que ambos se complementan el uno al otro. (De Bono, 1994)

Actualmente, en la corriente convergente se sabe que la información captada se utiliza

únicamente por su valor intrínseco, pues de este modo se llegará paulatinamente a una

supuestamente correcta solución. Por su parte, el pensamiento lateral realiza una

[2]
búsqueda exhaustiva de nueva información que no era utilizada como un fin, pues de este

modo genera una descomposición de los modelos ya existentes lo que provocaría dicha

reestructuración automática y uso de nuevas ideas.

Es cierto que el uso de este nuevo método de pensar genera cierta incertidumbre, cierta

desconfianza, ya que surge con el cambio y renovación de modelos de información

preexistentes y por ende una organización de ideas distinta. Pues se sabe que cuando una

solución posiblemente será correcta se debe seguir dicho proceso lógico que, el cual

conllevará a la respuesta anhelada. Este nuevo orden para los modelos cognitivos puede

ser producido sin ninguna barrera mediante el pensamiento creativo, debido a que la

reordenación que este produce desemboca en la distinta recepción y análisis de ideas que

permitirán la generación de nuevas soluciones.

Cuando se considera que una respuesta es atinada, su análisis puede darse únicamente a

través de mecanismos lógicos, pues el objetivo del pensamiento convergente, a diferencia

del lateral, es que busca la congregación de ideas en una sola que sea lógica y presente

ciertas cualidades las cuales harán de esta una posible solución. En contraste con el

pensamiento creativo, que a su vez tiene como misión principal la desintegración y

descomposición de dichos conceptos preestablecidos, para que de ese modo se pueda

generar naturalmente la reconstrucción automática. (Hinojosa, 2012)

El pensamiento divergente no es una forma premeditada de analizar y pensar, sino más

bien es conocido por ser en muchos casos una característica innata que solo cierto grupo

de la población posee. La aplicación y uso de metodologías del pensamiento creativo

permiten desarrollar la capacidad innovadora, ya que como su nombre lo indica, la

creatividad es el factor clave dentro de todo, pues constituye un valioso estímulo para la

creación de nuevas ideas.

[3]
Como afirma Muñoz (1994) el pensamiento creativo es necesario y tiene un amplio

campo de aplicación, pues es útil para generar nuevas ideas a partir de previa información,

así como nuevas perspectivas para observar las cosas, de igual modo el pensamiento lineal

es realmente necesario, ya que una vez generada esta lluvia de ideas, será el encargado de

su posterior juicio y aplicación práctica. Se sabe que el pensamiento divergente desarrolla

la capacidad con la que se comunica con el pensamiento convergente, puesto que deja a

su disposición un sin número de ideas, de las cuales serán seleccionada únicamente las

más adecuadas y viables; ya que el pensamiento creativo alcanza su punto máximo en la

etapa generadora de nuevas ideas y enfoques hacia distintos problemas o situaciones

cotidianas, pero es el pensamiento lineal quien se encarga de seleccionar, construir

procesos de aplicación de estas ideas.

En esta corriente de pensamiento se busca valuar a nuevas ideas que en el proceso de su

creación, no son valoradas ni por su utilidad práctica ni por su lógica. Es cuando se

obtiene un cierto número considerable de ideas que se procede a realizar un juicio formal

y critico acerca de esto. Pues rompe cualquier tipo de estereotipo, generado por un modo

clásico de ver las cosas y sobretodo de dar una descripción de ellas. De este modo, el

pensamiento divergente no asegura la eficacia de dichas ideas ni busca valorar su

efectividad, únicamente realiza una búsqueda de alternativas viables.

Esta capacidad de encontrar rápidamente una solución depende únicamente de la

experiencia, la cual por obvias razones es adquirida, pero lo que lleva realmente a pensar

en la originalidad del pensamiento creativo es el transcurso previo a encontrar la solución,

es decir, la habilidad de utilizar y aplicar información previamente almacenada en la

mente de una manera distinta, donde el concepto de flexibilidad mencionado en un

principio es el que regirá ahora las ideas generadas a partir de dicha información.

[4]
Es interesante traer a colación el estudio y análisis de Cruz (2006) acerca de la mente

humana, en el cual se ha logrado desarrollar métodos para arreglar o reparar lo que está

mal, mas no para perfeccionar y retocar a lo que está bien; lo que implica un gran

estancamiento para el desarrollo mental y cognitivo, pues cuando algo no está del todo

correcto, se investiga a fondo todas las posibles alternativas; mientras que si es

satisfactorio, se las omite totalmente. El desarrollo del pensamiento será el que permita a

la persona adquirir la capacidad de ver y analizar más allá, es decir profundizar acerca de

sus propias experiencias. Pues la principal dificultad surge cuando el modelo

preestablecido a parte que no beneficia el nuevo orden de ideas, impide que este se genere;

pues el estereotipo social está definido como que no hay por qué buscar un proceso mejor

cuando se dispone de uno bueno.

De esta corriente de pensamiento nace la inminente necesidad de optar por la lógica

lateral, la creatividad para solucionar este tipo de situaciones, en los que la visión lineal

es obstruida debido a los obstáculos presentados que contradicen su teoría. Sin embargo

no se trata de dar a entender que afecta negativamente poseer una sola corriente o manera

de analizar y ver las cosas, sino que se busca la debida importancia que tiene el desarrollar

ambos, pues los beneficios que generan estos dos juntos son impensables. Si bien es cierto

el pensar de manera bilateral es complicado, pues genera cantidad de ideas que empezaran

a impactarse dentro de la mente, ya que el elegir una correcta solución será el principal

dilema; más no es un impedimento para desarrollar y capacitar a la mente para obtener

las ventajas deseadas. (Sternberg, 1999)

La creatividad es un foco de estudio e investigación que ha tenido su interrogante desde

tiempo atrás, para muchas personas es considerado como un reto para la educación que

se convierte en un factor de referencia ligado al tema de capacidades superiores; la

estrecha relación que mantiene la inteligencia y la creatividad ha sido muy debatido y

[5]
criticado, pero lo que muy pocos saben es que su conexión es una de las más importantes

para el ser humano. Ciertos estudios apoyan la teoría que expresa que para tener una

mente creativa se necesita obligatoriamente un nivel de inteligencia medio alto. Sin

embargo, es conocido que la inteligencia no cumple con todos los requisitos para explicar

la existencia o relación con la creatividad, de este modo se entiende que no todos los

sujetos inteligentes son creativos. Es aquí donde la personalidad entra y juega su papel,

ya que cada vez se insiste reiteradamente que la creatividad no es un tema sólo de

aptitudes personales, sino que más bien trata de una habilidad que tiene que ver más con

elementos motivacionales y de personalidad en sí. (De Bono, 1994)

De este modo se puede comprender a la creatividad como la habilidad para finalizar un

rompecabezas de ideas, de nueva información, pues resulta posible para personas que

poseen o adoptan dicha cualidad construir una nueva imagen o mapa mental, ya que el

proceso de vincular y anexar piezas que previamente estaban distantes y carecían de una

lógica, es dar sentido a algo que aparentemente no funcionaba.

Para concluir con lo planteado en un inicio, es necesario y evidente conocer todos los

pasos necesarios del proceso de reformulación de cualquier tipo de idea o información

adquirida para de este modo motivar a la mente a aceptar y admitir esta nueva disposición.

Cuando se aplica de manera directa el mecanismo de acción de la creatividad lo que se

logra es que los elementos que en un principio permanecían sin ninguna conexión, ahora

constituyan un todo, algo nuevo, innovador y que tenga su propia identidad. De este modo

se daría paso a la adquisición de diversas técnicas del pensamiento divergente, cuyo

objetivo es doble: obtener mucha experiencia en el campo de aplicación práctica y por

sobretodo, desarrollar una nueva y distinta actitud que sea de beneficio para el diario vivir.

El pensamiento divergente es una excelente herramienta capaz de ayudar a descubrir

nuevos caminos que aseguraran un futuro lleno de prosperidad, éxito y felicidad.

[6]
Referencias:

Cruz, J., (2006). Creatividad + pensamiento practico = actitud transformadora. Buenos

Aires, Argentina: Pluma y papel.

De Bono, E., (1994), El pensamiento creativo: el poder del pensamiento lateral para la

creación de nuevas ideas. Barcelona, España: Paidos Ibérica.

Hinojosa, M., (2012), Pensamiento Creativo. Barcelona, España: Trillas.

Muñoz, J., (1994), El pensamiento creativo. Barcelona, España: Octaedro.

Sternberg, R., (1999), Estilos de pensamiento: claves para identificar nuestro modo de

p ensar y enriquecer nuestra capacidad de reflexión. Barcelona, España: Paidos Ibérica.

[7]

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