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“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para
predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo
a gran voz: Temed a Dios, y dadle honra, porque la hora de su juicio ha llegado; y
adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.
Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad,
porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación.
Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y a
su imagen y recibe la marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino de
la ira de Dios, que ha sido vaciado puro en el cáliz de su ira; y será atormentado con
fuego y azufre delante de los santos ángeles y del Cordero. Y el humo de su tormento
sube por los siglos de los siglos. Y no tienen reposo de día ni de noche los que adoran a
la bestia y a su imagen, ni nadie que reciba la marca de su nombre.
Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios
y la fe de Jesús” (Apoc. 14:6-12).
INTRODUCCIÓN
Muchas veces habremos leído citas del espíritu de profecía en las que dice que hay
una estrecha relación entre el mensaje de salud y el mensaje de los tres ángeles de
Apocalipsis 14, y más concretamente con el mensaje del tercer ángel. Que el mensaje del
tercer ángel está íntimamente unido a la obra de la reforma pro salud. Que la proclamación
del mensaje del tercer ángel, los mandamientos de Dios y el testimonio de Jesús, es la
preocupación de nuestra obra. Que el mensaje ha de ser proclamado con un fuerte clamor, y
a de ir a todo el mundo.
“La obra que acompaña al mensaje del tercer ángel consiste en explicar las
leyes naturales y exhortar a que se obedezcan… El Señor desea que este tema se
presente ante el público de tal manera que las mentes de la gente se interesen
profundamente en su investigación; porque es imposible que los hombres y las
mujeres aprecien la verdad sagrada mientras son víctimas del poder de los hábitos
pecaminosos que destruyen la salud y debilitan el cerebro.
Los que aprecian la luz que Dios les ha dado acerca de las reformas de la salud,
poseen una ayuda importante en la obra de ser santificados por la verdad, y de llegar
a ser aptos para heredar la inmortalidad” Consejos sobre Salud, págs. 21, 22.
“Me fue otra vez mostrado que la reforma pro salud es una rama de la gran
obra es para equipar a la gente para la venida del Señor. Está tan íntimamente
conectada con el mensaje del tercer ángel como la mano al cuerpo. Los hombres y
mujeres no pueden violar la ley natural por sus indulgentes y depravados apetitos y
pasiones sin violar la ley de Dios” Testimonios para la Iglesia, vol. 3, pág. 161.
“Cuando nos acercamos al tiempo del fin, deberíamos elevarnos más alto y
todavía más alto en la cuestión de la reforma de la salud y temperancia cristiana,
presentándola de la manera más decidida y positiva. Deberíamos procurar educar a la
gente, no solamente por nuestras palabras sino por nuestra práctica” (T.I. Vol. 6, pág.
112).
Estas y otras citas similares muestran la importante relación entre la obra de salud y
el mensaje de los ángeles de Apocalipsis 14. Hace un tiempo que estoy profundizando en
que el mensaje de los tres ángeles presenta un programa que enseña los principios básicos
para la salud del cuerpo y de la mente y un estilo de vida para poder gozar del cielo.
“Se requiere la salud del cuerpo y de la mente para hacer la obra que está ante
nosotros; es tan esencial para una experiencia religiosa saludable... como lo es la mano
o el pie para el cuerpo humano” (Testimonios para la Iglesia, tomo 1, pág. 619).
“La obra de la reforma pro salud es el medio del Señor para disminuir el
sufrimiento en el mundo y para purificar a su iglesia” CSRA, pág. 549.
De las citas que hemos mencionado extraemos varios motivos o razones por las que
se nos ha dado el mensaje de la reforma pro salud.
Es un mensaje actual
Es un mensaje individual
Es un mensaje para la iglesia
Es un mensaje para todo el mundo
Es un mensaje de preparación
Es un mensaje de restauración
Es un mensaje de bienestar
Es un mensaje integral
Es un mensaje de salvación
Es un mensaje para este momento. Recordemos: “Vi volar por en medio del
cielo a otro ángel que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la
tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo, diciendo a gran voz: Temed a Dios, y
dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo
y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas” Apocalipsis 14:6-7. Y Elena White dice:
“Me fue mostrado que la reforma pro salud es una parte del mensaje del tercer ángel,
y está tan estrechamente relacionada con él como el brazo y la mano lo están con el
cuerpo humano” CSRA, pág. 36.
Se nos ha dado este mensaje para que los adventistas vivamos más que la demás
gente.
Para que tengamos un mayor discernimiento de las cosas espirituales.
Para que se pueda restaurar la imagen y el carácter de Dios en nosotros.
Para que gocemos los años que nos han sido dados.
Para que podamos rendir a Dios un servicio más fructífero y largo.
Para que podamos ayudar a otros a encontrar los beneficios de una buena salud.
Es un mensaje positivo y eficaz, (Jn. 10:10) porque otorga una calidad de vida
plena y abundante. Un estilo de vida saludable contribuye al disfrute de una vida
abundante. La experiencia cristiana victoriosa incluye un cambio total en el estilo de vida
que vigorizará la naturaleza física y mental, para vivir con calidad y con cantidad de vida,
porque abarca el ser entero.
Porque nos ayuda para que nuestras percepciones mentales sean más agudas a fin de
percibir mejor la verdad.
Nos ha sido dado para que con una mente clara y fuerte podamos vencer las
tentaciones de Satanás y poder desarrollar crecimiento espiritual.
Desde el punto de vista de la salud curativa, Elena White, dice que la salud es la
recompensa de la obediencia a las leyes naturales y espirituales de Dios, y la enfermedad es
el resultado de la desobediencia a las mismas leyes (DTG., pág. 764).
El enfermo debe buscar la causa, corregirla, y asumir un papel de cuidado activo
mediante el uso racional del agua, aire, ejercicio, sol, descanso, temperancia, régimen
adecuado, y confianza en el poder de Dios (MC., pág. 89).
Teniendo en cuenta que el mensaje de la reforma pro salud es una parte del mensaje
del tercer ángel y que la finalidad de ambos es la preparación para el traslado, dado que aún
estamos en este mundo y que toda la tierra está hoy aún lejos de estar llena de su gloria,
cabe preguntarse si quizás es que no nos lo tomamos en serio, que algo está fallando. Si
quizás es que todavía no queremos prepararnos para estar en la tierra nuevo. Si quizás no
nos damos cuenta que en el estado que estamos no podemos ser trasladados. ¿Existe
relación definida entre la salud del cuerpo y de la mente, y el discernimiento espiritual? ¿Es
posible que la intemperancia esté siendo un impedimento para que se derrame el Espíritu
Santo? Este asunto es serio ya que además de ser impedidos nosotros de todas las
bendiciones, estamos siendo impedimento para otros de tener discernimiento para aceptar
este mensaje de salud y de aceptar el evangelio completo.
“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía un evangelio eterno
para predicarlo a los que habitan en la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo”,
diciendo a gran voz. Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha
llegado; y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas”
Apoc. 14:6-7.
El evangelio eterno empieza con el reconocimiento de que somos creados por Dios
a su imagen.
Dios creó a los humanos a su semejanza, con la habilidad para crecer y desarrollar
cada capacidad, física, mental y espiritual.
Cristo vino para restaurar no sólo una parte de lo que Adán perdió, sino todos los
aspectos de su naturaleza original. Trató de restaurar no sólo nuestra visión espiritual
oscurecida, sino también nuestra capacidad mental disminuida y nuestros poderes físicos
debilitados.
Después de advertirnos de que temamos a Dios, el primer ángel nos instruye para
que le demos gloria.
¿Cómo le damos gloria a Dios?
Pablo nos dice en su carta a los corintios que nuestro cuerpo es templo del Espíritu
santo, el cual está en nosotros, el cual tenemos de Dios en nuestro cuerpo y que no somos
nuestros. Porque hemos sido comprados por precio; y que glorifiquemos, pues, a Dios en
nuestro cuerpo y en nuestro espíritu, los cuales son de Dios.1 Cor. 6:19-20.
Nuestro cuerpo es “templo del Espíritu Santo”, y nuestra mente es el único canal por
medio del cual Dios puede comunicarse con nosotros. Si todo lo que es destructivo para
nuestra relación con Dios obstaculiza nuestro cuerpo y nuestra mente, entonces ¿cómo es
posible experimentar la vitalidad espiritual?, ¿cómo podemos crecer alguna vez en nuestra
vida espiritual si el Espíritu Santo no encuentra un lugar donde morar en nuestro cuerpo, y
si Dios no nos puede alcanzar a través de nuestra mente?
Un cuerpo enfermo y una mente deprimida, minan nuestra habilidad para responder
a Dios, y por eso sufren mucho nuestra vitalidad y crecimiento espiritual.
El don más imponente que Dios dio a los seres creados a su imagen fue la habilidad
para pensar y hacer elecciones por sí mismos.
La habilidad para elegir, para distinguir entre lo correcto y lo erróneo, es en gran
parte una función del cerebro.
“…El cerebro es la capital del cuerpo, el asiento de todos los poderes nerviosos
y acciones mentales… Mediante los nervios del cerebro, las impresiones mentales son
llevadas a todos los nervios del cuerpo… y ellos controlan la acción vital de cada parte
del sistema” Mi vida hoy, pág. 148.
“Y otro ángel le siguió diciendo: “Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad,
porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación”
(Apoc. 14:8)
“Y un tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno adora a la bestia y
a su imagen, y recibe la marca en su frente o en su mano…” Apoc. 14:9-11.
La verdadera adoración de Dios puede ser colocada bajo tres encabezamientos (1)
Comunión con Dios, (2) uso de nuestros cuerpos en adoración, y (3) la adoración en acción
(adoración práctica).
Comunión con Dios. Mostramos nuestro amor y respeto a Dios por nuestra
comunión constante con Él.
Adoración en acción. Jesús en Mat. 25, nos dice que en su gloriosa venida, Él se
sentará en su trono y separará a las ovejas de los cabritos… y que a los verdaderos
adoradores les dirá: “venid benditos de mi Padre… y que cualquier cosa que hayamos
hechos a los que lo necesitaban es como habiéndosela hecho a Él.
Adoramos a Dios mostrando preocupación por aquellos que más lo necesitan.
La primera promesa dada a los hijos de Israel después de cruzar el mar Rojo en su
camino a Canaan fue un mensaje de salud: “Si oyes atentamente la voz de Yavé tu Dios, y
haces lo recto delante de sus ojos, y das oído a sus mandamientos, y guardas todos sus
estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy
tu sanador" Éx. 15:26.
Dios deseaba que sus hijos fueran exaltados “sobre todas las naciones de la tierra”.
El mensaje de los tres ángeles supone más que salud física, pues parece evidente
estudiándolos, que Dios está llamando a su pueblo a una vida más elevada. A menos que
nosotros entreguemos nuestras vidas cada día a Él, nuestra comida, vestido, reposo,
ejercicio, y otros hábitos, no estamos verdaderamente preparados para que su Santo Espíritu
nos llene. Lo que nosotros hacemos momento a momento tiene poco significado en sí
mismo, pero puede tener inmensa importancia como una medida de nuestra voluntad de
darle a Dios el control completo de nuestras vidas.
La Biblia nos asegura que Dios cuida no sólo de nuestra salud espiritual o salvación
sino también de nuestro bienestar físico: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas
las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma” 2 Jn. 3. Jesús dijo: “Yo he venido
para que tengan vida y para que la tengan en abundancia” Jn. 10:10.
“Una vida pura, saludable, es lo más favorable para la perfección del carácter
cristiano y el desarrollo de las facultades de la mente y el cuerpo” My Life Today, pág. 125.
“Cualquier cosa que disminuya la fuerza física, debilita la mente y la vuelve menos
capaz de discernir entre lo bueno y lo malo. Nos volvemos menos capaces de encoger lo
bueno y tenemos menos fuerza de voluntad para hacer lo que sabemos que es recto”
Reflejemos a Jesús, pág. 132.
La dieta Ideal
El ejercicio
El agua
La luz solar
La Temperancia
El aire
El descanso
La confianza en el poder divino
Cuando llevemos el estilo de vida que el cielo quiere, no será para demostrar
que somos mejores que los demás, sino para que el Señor tenga más fácil acceso a
nuestra mente para que nos ayude a restaurar el carácter a la semejanza de Cristo.
Si nuestra vida tiene el sentido que le da Dios y cumple el propósito por el cual
nos fue otorgada, entonces estaremos atentos para conservar la salud tanto física,
moral como espiritual en las mejores condiciones, para que Dios en todo momento
pueda morar en nuestro cuerpo y se pueda comunicar con nosotros continuamente Él
nos permita vivir.