Anna Terribile

Derecho de los recursos naturales y ambiental – Dr. Alegre

UNIDAD XI: GESTIÓN Y APROVECHAMIENTO DE LOS RECURSOS NATURALES Y LA ENERGÍA (IV)

RESPONSABILIDAD EN EL DERECHO MINERO

Principio general: La responsabilidad existe por el sólo hecho del daño y perjuicio, siendo ajeno a la
discusión el tema del dolo, culpa o negligencia de agente. El fundamento está en que no hay privilegio sin
carga.
El CM fue la primera legislación que reconoció la responsabilidad objetiva en el derecho argentino,
es decir, la que no tiene en cuenta para nada la culpa.
Los accidentes capaces de producir alteraciones en la superficie y en el interior son inherentes a la
explotación y deben entrar en la previsión del empresario. El riesgo, por más incierto que sea, está en la
naturaleza misma de la empresa y el minero, haciendo trabajos que sólo consultan su exclusiva
conveniencia, debe pagar los perjuicios causados a la propiedad ajena íntimamente ligada y hasta cierto
punto confundida con la suya.
¿Puede el propietario de la superficie exigir en resguardo de sus derechos, una fianza por todos los
perjuicios posibles? La respuesta es negativa, la ley ha impuesto solamente cuando ha habido inminencia
de un daño, cuando ha existido peligro de que ello suceda, no en otra circunstancia.
¿Es responsable el nuevo propietario de una mina por los perjuicios sobrevinientes que proceden
de anteriores explotaciones? Será responsable en los mismos términos que el anterior propietario, si lo ha
sucedido directamente (por ejemplo compra la concesión). Cuando no lo ha sucedido directamente del
anterior concesionario, sino que ha sido obtenida una vez caducados esos derechos y se ha inscrito la mina
como vacante, o ha adquirido la concesión después de un abandono, el minero no puede tener
responsabilidad. Durante ese lapso responderá el Estado sea nacional o provincial según el territorio en que
se encuentren.

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Indemnizaciones debidas al dueño del suelo: Art. 163 “Se debe indemnización al propietario que
deja de trabajar por alguna de las causas indicadas en el artículo precedente.
Cuando las obras de cuya construcción se trata son necesarias o verdaderamente útiles; el terreno
adecuado para esas obras, y no es posible establecerlas en otro punto.
En este caso, el propietario optará:
O por el pago de la diferencia de precio entre el terreno tal cual se encuentra y el terreno
considerado como inadecuado para las obras que deben emprenderse, prescindiendo de los beneficios que
esas obras pudieran producir.
O por el pago del terreno designado según tasación, el que en este caso pasará al dominio del
concesionario”.
Si el superficiario debe responderle al minero cuando le causa perjuicio, en este caso el minero le
debe al superficiario los perjuicios que le cause.
Si es justo que el propietario perciba indemnizaciones, cuando por el peligro que pueden correr sus
construcciones deja de utilizar su terreno, el solo hecho de que se abstenga de trabajar en el punto elegido,
no es bastante para reconocerle tal derecho. Ello sucede cuando el dueño del suelo deja de trabajar por
alguna de las causas previstas en el artículo anterior. Pero estas obras deben ser necesarias
(imprescindibles, indispensables) o verdaderamente útiles y además deberán tomar sólo el terreno
adecuado y no será posible establecerlas en otro punto.

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El art. 164 se le otorga la facultad al dueño del suelo una vez que se hayan vencido los plazos para
la labor legal. Es necesario que el terreno como consecuencia de la ocupación, hubiere quedado inútil o
muy poco a propósito de sus aplicaciones ordinarias porque el minero no tiene la propiedad de la mina
hasta la sentencia de la concesión. Una vez transcurrido este plazo, sin duda el concesionario está
definitivamente instalado y decidido a continuar, o no, en la explotación.
Pero si han pasado 2 años después de vencidos estos plazos, el propietario podrá exigir la compra
del terreno correspondiente a la concesión, cualquiera sea su estado.
Si la concesión excede una unidad de medida, sólo podrá exigir la compra de las unidades que
estuvieren ocupadas con trabajos u obras que no sean de carácter transitorio. La superficie puede
extenderse a la totalidad de la concesión si las obras que se están realizando en las unidades ocupadas no
son de carácter transitorio.
Indemnizaciones debidas al concesionario: el dueño del suelo debe indemnización al dueño de la
mina por los perjuicios causados a la explotación con trabajos u obras posteriores a la concesión. Así el
dueño de la mina paga los perjuicios que causa la explotación de la propiedad subterránea por el sólo
hecho de producirse; y el dueño del suelo paga los daños ocasionados por los trabajos superficiales, por el
hecho de entablarlos sin la competente autorización, o de entablarlos en los lugares y en los casos
exceptuados. Esta indemnización se reduce al pago de los objetos inutilizados y al de las reparaciones o
fortificaciones que sean necesarias para la completa habilitación de la mina.

A solicitud del concesionario y bajo su responsabilidad se suspenderán los trabajos que amenazan
la seguridad de la explotación o le ocasionen perjuicios. El superficiario sólo podrá continuar sus trabajos
dando la fianza suficiente para satisfacer los daños que pueda ocasionar. Si el superficiario continua con los
trabajos después de la orden de suspensión y antes de prestarse la fianza, deberá pagar los daños y
perjuicios.
El concesionario de una mina no puede oponerse al establecimiento de caminos, canales y otras
vías públicas de circulación, cuando las obras deban ejecutarse por el Estado, o por particulares que hayan
obtenido el derecho de expropiación por causa de utilidad pública, y cuando la dirección de las vías o la
ubicación de las obras no pueda variarse ni modificarse en sentido favorable a la concesión.
Condiciones de explotación: Se regula la explotación del yacimiento, de modo que si ésta no se
realiza técnica, correcta y eficientemente, si bien el minero no va a perder la propiedad del yacimiento, va a
ser sancionado con multa, y en caso de afectar el ambiente, puede ordenarse la clausura de la explotación.
El minero puede explotar sus pertenencias libremente, sin sujeción a otras reglas que la de
seguridad, policía y conservación del ambiente; puede o no utilizar el servicio profesional de técnicos en la
materia, pero la autoridad no puede imponerle como requisito de la explotación, salvo las medidas
enunciadas precedentemente, mas las de la higiene en el trabajo minero.
Catalano entiende que la autoridad minera puede ordenar al minero lo siguiente:
1. La confección de planos de las labores e instalaciones y el registro de los trabajos.
2. El uso de padrones del personal
3. La apertura de vías de comunicación y desagüe, iluminación o aireación de las labores.
4. El cumplimiento de normas para el empleo y almacenamiento de explosivos.
5. La fijación de las condiciones laborales, de vivienda, asistencia médica y educacional.
Seguridad de las labores: Las labores de las minas deben mantenerse en completo estado de
seguridad. Si por cualquier razón el terreno carece de consistencia o hay riesgo de un desplome o
derrumbamiento, los dueños deben fortificarlas en forma conveniente dando aviso a la autoridad.

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En las minas deben conservarse limpias, ventiladas y desterradas (limpieza de los desmontes que se
hallan en la mina) todas las labores necesarias o útiles para la explotación.
Las escaleras, aparatos y labores destinadas al tránsito o descenso de los operarios y demás
personas empleadas en la mina, deben ser cómodas y seguras
No debe emplearse en las minas niños menores de 10 años, ni ocuparse en los trabajos internos
niños impúberes ni mujeres. Las mujeres si lograsen un título que las habilite para estas tareas, como el
caso de una geóloga, o ingeniera minera, o un técnica minera, no habría obstáculos y nada podría
impedirles realizar estos trabajos en industria lícita.
En caso de sobrevenir algún accidente que ocasione muertes, heridas o lesiones u otros daños, los
dueños, directores o encargados de las minas darán aviso al juez del mineral o al más inmediato, quien lo
transmitirá sin dilación a la autoridad minera. Desde el momento en que el juez adquiera conocimiento del
suceso, adoptará las medidas necesarias para hacer desaparecer todo peligro; valiéndose al efecto del
ingeniero o perito que exista en el asiento minero. Sin perjuicio de esas medidas, procederá a levantar
información sumaria de los hechos y de sus causas.
El mismo aviso debe darse siempre que haya motivo para temer cualquier accidente grave. El aviso
se dirigirá a la autoridad minera sin perjuicio de comunicarlo oportunamente al juez del mineral.
La autoridad, acompañada del ingeniero o perito oficial y del escribano, y a falta de éste de DOS (2)
testigos, visitará una vez cada año por lo menos los minerales sujetos a su jurisdicción. Si en las visitas
encontrase que se ha faltado a alguna de las disposiciones de esta SECCION o de las demás referentes a la
seguridad, orden y policía, dictará y mandará ejecutar las medidas convenientes. Si de la inspección
resultare que la vida de las personas o la conservación de las minas corren peligro, mandará suspender los
trabajos.
Intervención de la autoridad: Para la comunicación o desagüe de las labores superiores por medio
de trabajos de nivel inferior, es necesario el permiso de la autoridad, que lo otorgará previo informe de un
ingeniero. Los interesados podrán reclamar ante la misma autoridad si encuentran inconvenientes las
medidas de precaución que se les impongan.
La autoridad minera puede intervenir como la encargada de velar por la vida de los operarios y para
la conservación misma de las minas.
RESPONSABILIDAD POR DAÑO AL AMBIENTE Y LOS RECURSOS NATURALES
Principios: Morales Lamberti ha señalado: “La producción de minerales abarca desde la extracción
física de los recursos de la superficie terrestre hasta el procesamiento de ellos en materias primas
utilizables para la industria. Uno de los problemas ambientales de mayor peso es la contaminación de los
recursos hídricos, producida por la falta (o el tratamiento parcial) de los efluentes, por la descarga de
residuos a los cuerpos de agua y por la producción de contaminantes químicos provenientes
principalmente de las oxidaciones minerales que contienen azufre.
La contaminación del aire y destrucción de los paisajes, la explotación acelerada e irracional que no
es óptima a largo plazo y la destrucción de los hábitat cercanos por la utilización de insumos provenientes
de ellos.
Art. 247: Están comprendidas, las personas físicas y jurídicas, públicas y privadas, los entes
centralizados o descentralizados y las Empresas del Estado Nacional, Provincial y Municipal que desarrollen
actividades comprendidas en el Artículo 249.
Art. 248: Las personas comprendidas en las actividades indicadas en el Artículo 249 serán
responsables de todo daño ambiental que se produzca por el incumplimiento de lo establecido en la
presente SECCION, ya sea que lo ocasionen en forma directa o por las personas que se encuentran bajo su
dependencia o por parte de contratistas o subcontratistas, o que lo causa el riesgo o vicio de la cosa.

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El titular del derecho minero será solidariamente responsable, en los mismos casos, del daño que
ocasionen las personas por él habilitadas para el ejercicio de tal derecho.
Daño ambiental: Si se acepta la noción propuesta del ambiente como bien-valor inmaterial
expresado conjuntamente por un complejo de cosas, se deriva de ello que el daño ambiental es la lesión a
ese bien inmaterial y más exactamente del interés a él dirigido, que posee jerarquía de derecho subjetivo
público conforme nuestra carta magna.
La lesión del ambiente sobreviene generalmente a través de la lesión de alguno de los
componentes individuales que, como se ha visto, si bien están sujetos a regímenes de apropiación
diferenciadas por su interdependencia ecológica repercute en el complejo ambiental. Este daño pueden
producirlo en forma directa las personas que se han indicado, pero asimismo las que estén bajo su
dependencia (empleados) o contratistas o subcontratistas de la empresa principal, o causarlo el riesgo o
vicio de la cosa: ya no es aquí la responsabilidad por culpa sino la objetiva.
La ley se resuelve a favor de la solidaridad del minero en la reparación del daño ambiental causado
por las personas por él habilitadas para el ejercicio de tal derecho.

Art. 249: Las actividades comprendidas en la presente SECCION son:

a) Prospección, exploración, explotación, desarrollo, preparación, extracción y almacenamiento de
sustancias minerales comprendidas en este Código de Minería, incluidas todas las actividades destinadas al
cierre de la mina.
b) Los procesos de trituración, molienda, beneficio, pelletización, sinterización, briqueteo,
elaboración primaria, calcinación, fundición, refinación, aserrado, tallado, pulido lustrado, otros que
puedan surgir de nuevas tecnologías y la disposición de residuos cualquiera sea su naturaleza.
Art. 250: Serán autoridad de aplicación para lo dispuesto por la presente SECCION las autoridades
que las provincias determinen en el ámbito de su jurisdicción.
La ley 24585 y el CM se definieron por la competencia provincial y autoridad de aplicación, por ello
es que las provincias decidirán en cada uno de los territorios cuáles serán los organismos de contralor en la
protección ambiental para la actividad minera, aunque generalmente se ha definido por esta autoridad.
Disposición de efluentes, escombreras y residuos mineros:
Restauración del ambiente natural:
Evaluación del impacto ambiental: Impacto ambiental es un cambio proyectado en el valor de una o
más medidas de la calidad ambiental. Se dice que existe un impacto ambiental cuando una acción o
actividad produce una alteración favorable o desfavorable en el medio o en alguno de sus componentes.
Los impactos ambientales pueden ser directos o indirectos, de corta o larga duración, acumulativos,
reversibles o irreversibles, etc. En la actividad minera es donde se hace más difícil entender cómo se
proyecta esta alteración, sabiendo que el acto que legitima la actividad minera es extractivo y destructivo.
Extraer significa sacar algo de donde estaba, sacar una sustancia de un fruto o de otra cosa, y
destruir es echar abajo algo y es antónimo de construir.
Art. 251: Los responsables comprendidos en el artículo 248 deberán presentar ante la autoridad de
aplicación, y antes del inicio de cualquier actividad especificada en el Artículo 249, un Informe de Impacto
Ambiental.
La autoridad de aplicación podrá prestar asesoramiento a los pequeños productores para la
elaboración del mismo.
Art. 252 La autoridad de aplicación evaluará el informe de impacto Ambiental, y se pronunciará por
la aprobación mediante una Declaración de Impacto Ambiental para cada una de las etapas del proyecto o
de implementación efectiva.

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El informe de impacto ambiental es diferenciado para las diversas etapas de la actividad minera.
Para la de prospección deberá contener el tipo de acciones a desarrollar y el eventual riesgo de impacto
ambiental que pudieran acarrear. Para la de exploración el citado informe debe consignar una descripción
de los métodos, o sea los procedimientos que utilizará el minero para descubrir los yacimientos, sean
directos o indirectos; asimismo, las medidas de protección ambiental que resulten necesarias.
El minero si no tiene aprobado el informe de impacto ambiental, no puede iniciar las actividades y
si las iniciara se hará responsable por los daños que pudiera ocasionar.
Art. 254 La autoridad de aplicación se expedirá aprobando o rechazando en forma expresa el
Informe de Impacto Ambiental en un plazo no mayor de SESENTA (60) días hábiles desde que el interesado
lo presente.
Art. 255 Si mediante decisión fundada se estimare insuficiente el contenido del Informe de Impacto
Ambiental, el responsable podrá efectuar una nueva presentación dentro de un plazo de TREINTA (30) días
hábiles de notificado.
La autoridad de aplicación en el término de TREINTA (30) días hábiles se expedirá aprobando o
rechazando el informe en forma expresa.
Art. 256 La declaración de Impacto Ambiental será actualizada máximo en forma bianual,
debiéndose presentar un informe conteniendo los resultados de las acciones de protección ambiental
ejecutadas, así como de los hechos nuevos que se hubieren producido.
Art. 260 Toda persona física o jurídica que realice las actividades comprendidas en esta SECCION y
cumpla con los requisitos exigidos por la misma, podrá solicitar ante la autoridad de aplicación un
Certificado de Calidad Ambiental.
Este certificado de calidad ambiental es el documento o constancia expedida por la autoridad, de
que el interesado a cumplido con las normas establecidas y facilita la gestión ante la autoridad y los
terceros, respecto de las actividades que realiza. El momento de expedir el certificado será cuando las
medidas de protección ambiental hayan sido implementadas y produzcan los efectos previstos, después de
realizados las pertinentes ensayos y comprobaciones, y no antes.
Art. 262 El informe de Impacto Ambiental debe incluir:
a) La ubicación y descripción ambiental del área de influencia.
b) La descripción del proyecto minero.
c) Las eventuales modificaciones sobre suelo, agua, atmósfera, flora y fauna, relieve y ámbito
sociocultural.
d) Las medidas de prevención, mitigación, rehabilitación, restauración o recomposición del medio
alterado, según correspondiere.
e) Métodos utilizados.
Art. 263 Sin perjuicio de las sanciones administrativas y penales que establezcan las normas
vigentes, todo el que causare daño actual o residual al patrimonio ambiental, estará obligado a mitigarlo,
rehabilitarlo, restaurarlo o recomponerlo, según correspondiere.
Este art. Guarda estricta relación con el art 41 de la CN, ya que el daño ambiental, como bien lo
dice, generará prioritariamente la obligación de recomponerlo, según lo establezca la ley. El daño puede ser
actual o residual, y el minero está obligado a mitigarlo, rehabilitarlo, restaurarlo, o recomponerlo según
correspondiere. Lo más difícil es ameritar el daño residual, porque muchas veces tarda mucho tiempo en
manifestarse, como sucede con un escape radioactivo de una central nuclear o la contaminación del cauce
de un río, producido por los desechos duros de la actividad minera.

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Régimen de sanciones y recomposición por daños ambientales: La ley dice que en caso de
incumplimiento de las disposiciones establecidas en esta SECCION, cuando no estén comprendidas dentro
del ámbito de las responsabilidades penales, será sancionado con:
a) Apercibimiento: la sanción mas leve, es una advertencia de que ha violado una disposición de la
ley, pero no pasa de ello aunque se registra en el registro de infractores, por la reincidencia y la sanción de
infracciones futuras que pudiera cometer.
b) Multas: suma que oscila entre 3 a 15 veces el canon que devengare la mina.
c) Suspensión del goce del Certificado de Calidad Ambiental de los productos: no tendrá acceso al
crédito, beneficio impositivo, promoción minera, etc.
d) Reparación de los daños ambientales: como primera medida debe solicitarse al minero ha
dañado el ambiente, que restablezca el ambiente natural destruido.
e) Clausura temporal, la que será progresiva en los casos de reincidencia. En caso de TRES (3)
infracciones graves se procederá al cierre definitivo del establecimiento.
f) Inhabilitación: para realizar actos mineros, es una pena grave que coloca al minero al borde del
cese total de su actividad.

Las sanciones se aplicarán previo sumario por las normas del proceso administrativo, que asegure
el debido proceso legal y se graduarán de acuerdo con la naturaleza de la infracción y el daño producido.
REGIMEN LEGAL DE SUSTANCIAS MINERALES RADIOACTIVAS

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