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Diemut Mejer
(1) Se trata del libro de Fritz Wüllner «LA JUSTICIA MILITAR Y LA DESDICHA DE LA
HISTORIOGRAFÍA». En su Prólogo e Introducción el autor rastrea la Monografía de
Schweling y Schwinge ("La Justicia militar alemana") refutando estas tesis que señalan
que en la Justicia Militar habrían primado los principios del Estado de derecho, en tanto las
influencias políticas en ella habrían sido menores que en otras esferas.
Especialmente crítico aparece Wüllner con la afirmación que ha juzgado excesi-
vamente benigna la Justicia Militar en la acción política delictiva (alevosía, alta traición,
espionaje). Dicha afirmación consideraría que el accionar de la Justicia militar en los paí-
ses ocupados de Europa Occidental (Bélgica, Francia)no resultó «especialmente dura».
El autor consideró esta afirmación contradictoria porque, como lo admiten Schwe-
ling y Schwinge, desde el invierno de 1941 «se habría tensado fuertemente la cuerda» y,
delitos referidos a "Raza y Honor" debieron ser castigados enérgicamente. Por eso la vi-
sión de Schweling y Schwinge es considerada falsa por el autor, porque contradice la cifra
que ambos proporcionan (3000 condenas de muerte ejecutadas en la parte ocupada de
Europa Occidental y 10000 -hasta 12000-, de ellos alrededor de 6000 en el territorio
ocupado del Reich). ¿Acaso «no es esto especialmente duro»? Wüllner rechaza igual-
mente la tesis de que hasta el año 1945 la moral de la tropa permanece «sin fisuras» y el
encauzamiento de los delitos contra la disciplina (deserción, cobardía) con el efecto medio
por parte de la Justicia de las Fuerzas Armadas ha retrocedido desde la crisis de 1941,
una tesis que aparece en total contraste con el concepto propugnado por SEIDLER,
porque la Justicia del terror nunca fue eliminada y la moral de la tropa en 1945 ha sido
mucho más débil que hacia el fin de la Primera Guerra.
Junto al libro de Schweling y Schwinge, Wüllner se ocupa de la influencia que tiene
en el investigador la pasión y lo hace en relación con la biografía de Erich Schwinge, que
siempre fue "sinónimo del optimismo": Desde 1932 Schwinge fue Profesor de Derecho
Penal en Halle, desde 1936 en Marburg y en 1940 en Viena, en 1941 fue nombrado en el
Consejo de Guerra influyendo su accionar sobre el mando militar de Francia y Ucrania.
Como abogado militar en jefe del Tercer Reich comentó el Código Militar a partir del año
1936, colaborando, además, en la "Revista de Derecho Militar". Se desempeñó en el cargo
de Auditor de Guerra y su actuación estuvo acompañada de numerosas sentencias de
muerte. El caso más extremo se presenta con soldados de alrededor de 17 años, que
fueron juzgados en 1944 por el Tribunal Militar de Viena -bajo la presidencia de
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