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Las capacidades coordinativas difieren con la técnica en que ellas son condición para el
elemento técnico, mientras que la técnica es una condición específica de un solo movimiento.
Para muchos teóricos este concepto y contenido es nuevo en el contexto de la teoría del
movimiento deportivo, estando su estudio e investigaciones en el centro de toda la
problemática de las capacidades corporales del atleta.
En cualquier caso, si bien los procesos de conducción y regulación de la actividad motora
se desarrollan en todos los individuos según las mismas normas, esto no significa que los
mismos transcurran en cada deportista con igual velocidad, exactitud, diferenciación y
movilidad. Estas características cualitativas son las que determinan la esencia de las
capacidades coordinativas y definen finalmente la eficacia de las respuestas motrices
propuestas por los jugadores en el juego. De esta forma, lo determinante de las cualidades
coordinativas no son los procesos de conducción y regulación asociados a una acción motriz
concreta, sino las características de la movilización particular de estos procesos.
La revisión de la bibliografía especializada sobre este tema arroja resultados significativos
en cuanto a conceptos y tendencias en relación con este tema, donde se observan que el
desarrollo de las capacidades coordinativas tiene su premisa fundamental en el grado de
correspondencia de estas con el exterior, partiendo del criterio de que para ejecutar un
profundo estudio de las capacidades coordinativas, se debe diferenciar fundamentalmente los
factores que las determinan y los tipos de coordinación que se manifiestan, atendiendo a las
partes del cuerpo humano, órganos y sistemas de órganos que participan en una acción
deportiva.
De acuerdo con esto, múltiples son las definiciones sobre coordinación e innumerables las
clasificaciones que se han dado sobre las capacidades coordinativas en todas las
investigaciones que sobre el tema se han llevado a cabo en el mundo del deporte.
Matveev (1983) presenta una hipótesis al respecto, al valorar que "el término aptitudes de
coordinación hay que interpretarlo, en primer lugar, como la aptitud de organizar
(formar, subordinar, enlazar en un todo único) actos motrices integrales y, en segundo
lugar, la facultad de modificar las formas elaboradas de las acciones o trasladarse de unas
a otras conforme a las exigencias de las condiciones variables.”
La posibilidad de coordinar cualitativamente los movimientos depende de manera
sustancial del perfeccionamiento de las funciones de los analizadores, lo que parcialmente ha
sido comprobado por medio de experimentos. Un significado determinante lo tiene también
la experiencia adquirida de asimilación y transformación de los movimientos: en principio
cuanto más rica es la reserva de los hábitos y las habilidades motrices asimilados por el
deportista, tanto mayores son las posibilidades que él tiene para asimilar nuevos movimientos
y su transformación en caso de necesidad.
El grado de desarrollo de estas facultades en cierta medida se puede juzgar por el tiempo
invertido en la asimilación de nuevas formas de acciones motrices o en la transformación de
las ya asimiladas, y los índices de exactitud de los movimientos alcanzados con ello (en el
tiempo, el espacio y por el grado de esfuerzos), como también por los criterios generales que
se utilizan para estimar el grado de perfeccionamiento de la técnica deportiva.
El Dr. Luis R. Cortegaza, en un trabajo realizado sobre el tema en 1996, hace referencia a
una clasificación de las capacidades coordinativas donde plantea que "el modo o puesta en
práctica del trabajo secuencial o intercalado dentro de sus distintas variantes, es de gran
importancia, si se tiene en cuenta que el trabajo de las capacidades coordinativas se debe
comenzar en edades tempranas e ir perfeccionando a lo largo de la vida deportiva del
atleta, hasta llegar a alcanzar una alta maestría psicomotriz.”
En el propio trabajo antes mencionado, este autor trabaja sobre la base de una clasificación,
la cual mencionamos a continuación:
1. Coordinación óculo -manual en actividades variables.
2. Coordinación óculo-manual en actividades cíclicas.
3. Coordinación óculo-pie en actividades variables.
4. Coordinación óculo-pie en actividades cíclicas.
5. Coordinación sensitivo-perceptual.
6. Coordinación de la lateralidad.
7. Coordinación dinámico general.
8. Coordinación dinámico especial.
Pero si bien es cierto que con su trabajo ha hecho un importante aporte a la ciencia
deportiva cubana, también es cierto que en su análisis este autor expone criterios de acuerdo
con otros tipos de clasificación brindados por otros autores, como los expresados por los
profesores Ariel Ruiz y Alejandro López en su libro “Metodología de la Enseñanza de la
Educación Física”, la cual, por ser altamente comprensible, es la más difundida en nuestro
país, aspecto en el que nos hemos basado para tomarla como referencia en este trabajo.Según
estos autores "las capacidades coordinativas son capacidades sensomotrices consolidadas
del rendimiento de la personalidad, que se aplican conscientemente en la dirección de los
movimientos componentes de una acción motriz con una finalidad determinada.”
Como todas las capacidades humanas, ellas no son innatas, sino que se desarrollan sobre la
base de propiedades fundamentales que tiene el organismo del hombre, en el enfrentamiento
diario con el medio. Tienen de común con las habilidades, de que son premisas coordinativas
del rendimiento las que se desarrollan en la actividad, especialmente en la actividad
deportiva.
Esta capacidad tiene como base de referencia las combinaciones motrices sucesivas y
simultáneas. En ellas desempeñan un papel significativo otras capacidades físicas y
psíquicas. Puede definirse como las condiciones de rendimiento de una persona para
combinar en una estructura unificada de acciones varias formas "independientes" de
movimientos. La necesidad de desarrollar esta capacidad se aprecia no solo en la vida
deportiva, sino también en la vida laboral, en la vida cotidiana. Los cambios típicos a que
está sometida esta capacidad durante la infancia, la juventud, la adultez y la vejez, aun
cuando está estrechamente ligada a determinadas habilidades y capacidades, hacen que sea
considerada una capacidad coordinativa independiente. Su patrón es, como el las capacidades
coordinativas generales, la dificultad de coordinación, el tiempo de adaptación y el tiempo de
aprendizaje para asimilar por primera vez las combinaciones correspondientes.
El desarrollo de las capacidades coordinativas se produce siempre tan general o tan especial
como la selección de las formas de movimientos. Por ejemplo, la práctica integral de las más
variadas formas de salto conduce, fundamentalmente, al desarrollo de la agilidad en el salto,
sin embargo, esto influye en menor medida en otros movimientos.
Por ello, siempre hay que tomar como base los objetivos propuestos para determinar en qué
grado de generalidad (en el ejemplo empleado en el sentido de la variedad) se han de
desarrollar las capacidades coordinativas. Por consiguiente, la selección que haga el profesor
de los ejercicios a desarrollar debe ser de acuerdo con las características de la actividad que
hay que cumplir. El desarrollo de las capacidades coordinativas en el deporte, está aparejado
a la elevación de las potencialidades del mismo a la vez que interactúan e inciden: diferentes
factores de apoyo a la preparación, fortalecimiento de las capacidades motrices y una alta
preparación psicológica especializada, formando así una unidad de fundamentos teórico –
práctico en el marco y dirección del entrenamiento deportivo.
En el entrenamiento deportivo moderno se trabaja para alcanzar un buen rendimiento
deportivo y dirigido siempre hacia un objetivo: la conducción y dirección del proceso de
entrenamiento. Para lograr este objetivo es necesario poner en orden la función óptima
mancomunada de todas las capacidades teóricas, técnicas, metodológicas y situaciones del
entrenamiento deportivo de acuerdo a las características individuales del atleta, situaciones
propias de cada deporte y, sobre todas las cosas, el nivel de experiencia que puedan tener
tanto el atleta como el entrenador a lo largo de toda su vida deportiva.
El ser humano es dueño de sí mismo, domina el espacio donde vive y se relaciona con su
entorno. Para consolidar un grupo de factores psicológicos de incalculable valor para el
desarrollo activo del movimiento, tenemos que ver las capacidades motrices desde tres
ángulos o aristas como son el sistema de alimentación y transporte, el sistema de movimiento
y por último el sistema de conducción o dirección de la actividad física, éste último uno de
los más importantes en el proceso de aprendizaje motor. Todos estos sistemas tributan
biológica y fisiológicamente a las capacidades motrices, para determinar la condición física
del individuo, partiendo de que el rendimiento motor de cualquier persona dependerá del
nivel desarrollo y adaptación de dichas cualidades.