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Jóvenes acusadores de Dessi revictimizados

El joven Oscar Santos Romero es un chinandegano de pura sepa. Nacido y


criado como miles, venera tanto vivir en la que es considerada la ciudad
más acalorada de Nicaragua. Cuando no llueve, es el lugar donde el calor es
más que insoportable. En verano los termómetros se paralizan por encima
de los 40 grados centígrados. Ni el encanto de ciudades que atraen a
millones de turistas como Roma, Milán o Parma le hizo cambiar de parecer.

Tuvo la oportunidad de conocer este y otros países de Europa y Estados


Unidos desde que era un niño, pero no, prefiere seguir viviendo en la ciudad
en la que dejó el ombligo un 23 de marzo de 1982. A sus 9 años, por alguna
coincidencia del destino, le tocó formar parte de niños del internado del
sacerdote italo nicaragüense Marco Dessi. Viajó a Italia por primera vez a
los 10 años haya por 1996 y hasta sus 15 lo hizo, por lo menos una vez al
año en período de tres meses.

El último de esos viajes que ya se volvieron tan normales para él, lo hizo en
2007. Oscar, fue parte de un grupo de seis de los ex integrantes del coro de
Dessi, que decidieron denunciarlo ante las autoridades de ese país por
haber abusado sexualmente de ellos cuando eran niños.

Ha sido la estadía más prolongada para él en ese país. Permaneció dos años
y seis meses, que es el tiempo en que duró el juicio en que el cura fue
encontrado culpable y lo que tardó su recuperación, después de haber sido
atendido por sicólogos especialistas en atender ese tipo de casos.

Las personas que le apoyaron en todo el proceso le ofrecieron a él a y los


otros cinco jóvenes, techo, trabajo y todas las condiciones necesarias para
reiniciar su vida en aquel país, pero no. Oscar, junto a Luis David López y
Ricardo Núñez decidieron regresar a Nicaragua.

-Por más que tenía todas las condiciones para adaptarme, tener un buen
trabajo y mandar plata a mi familia, no pude adaptarme, me hacía falta mi
gente-, cuenta.

Aunque dice estar consciente del peligro que representaba regresar a


Nicaragua, debido a la gran simpatía que siente muchos chinandeganos por
Dessi, por la gran cantidad de proyectos de interés social que impulsó en la
ciudad por más de 30 años.

- Nos advirtieron y hasta amenazas de muerte recibimos, pero no lo


consideré justo, porque fuimos víctimas de delitos de abuso, no fuimos
nosotros quienes los cometimos, sostiene.

Oscar no comprendió que después de tomar una decisión tan trascendental


ya no sería un desconocido más en la ciudad en la que sólo los apellidos de
la llamada alta alcurnia resuenan: Callejas, Montealegre, Cohen.
“He recibido ofensas y comentarios discriminativos de la gente en la calle y
lo que hago es ignorarlos”, dice.

Una situación similar vive Luis David López Guido, asentado en una humilde
vivienda, si así se le puede llamar, a un solar con cuatro cuartones de
madera y un enorme plástico negro que le sirve para cubrirse de la
inclemencia del sol y de las incesantes lluvias de esta temporada de
invierno.

“Por suerte para mí, paso la mayor parte de mi tiempo en el restaurante”,


afirma como una forma de auto consolarse.

- ¿La resolución del juez en Italia, mandaba a que les indemnizarán con 100
mil euros a cada uno? Le consulte a Luis David.
- Sí, pero Marco Dessi se declaró en quiebra. Todo su dinero está en manos
de testaferros, pero eso no me quita el sueño. Mi conciencia está tranquila.

-¿Y que te ha quedado de está difícil experiencia?

- Cumplimos con nuestra parte de liberar a otros niños de posibles abusos,


para mí, permanecer en Chinandega es una forma de demostrar que no
denuncié a Dessi por dinero, porque pienso seguir mi vida normalmente
junto a mi familia”, dice con mucha confianza.

-¿Los organismos italianos que les apoyaron les ofrecieron la opción de


iniciar una nueva vida en Italia? – le interrogo.

-Sí, pero la verdad es que extrañaba a mi familia y mi país. Creo que cumplí
con Chinandega y con Nicaragua, y contribuí para que otros niños no sean
abusados sexualmente como lo fuí yo, responde.

En realidad, Luis David denota mucha seguridad al expresarse. Aunque no


se puede decir lo mismo de Oscar. Ir a la par de él, es como andar con un
prófugo que temer ser reconocido. Camina a paso acelerado y vuelve a ver
a ambos lados de la calle, tratando de no ser reconocido.

- No voy a poder tener una vida normal – me dice nervioso, quedé marcado,
pienso que fue un error haber regresado, pero no podía dejar sola a mi
mamá y a mí hermana que padece de problemas mentales. -

Y es que su mamá una profesora de primaria jubilada y que se ayuda


económicamente dando clases particulares, es el sostén de un humilde
hogar de cuatro personas. El asentamiento en que viven es un anexo de una
zona exclusiva de la ciudad de Chinandega.

Ricardo Núñez, es el tercero de los seis jóvenes denunciantes que decidió


volver a Nicaragua. Pero, temeroso de que los seguidores de Dessi que era
considerado un hombre que se había ganado el cielo haciendo obras de
caridad para beneficiar a los más pobres de Chinandega, que edificó
escuelas, casas, hospitales para los pobres y creó varias escuelas técnicas
para que los jóvenes en vez de las drogas y las pandillas aprendieran un
oficio.

Ante lo que consideró una gran amenaza por los miles de seguidores que
según dice, consideran un santo al ex sacerdote, decidió asentarse en
Managua, donde cursa el tercer de la carrera de Ingeniería Industrial en una
de tantas universidades privadas de la capital.

“Cuando fui a dar mi testimonio contra Dessi no lo hice pensando en


obtener nada a cambio, sólo lo hice para que se supiera la verdad. En todo
el proceso hubo amenazas, para mí, mi familia y los otros jóvenes, eso me
hizo tener más cuidado y preferí quedarme alejado de Chinandega, por
seguridad”, afirma.

De los tres, es Oscar quien más afectado emocionalmente ha resultado. No


fue fácil convencerle de que accediera a la entrevista. Debió convencerle,
Luis David, a quien considera su mejor amigo.

¿Exactamente a qué es lo que tenes miedo? -le pregunto.

-Desde que vine de Italia nunca he tenido un día tranquilo. Siento que me
van a señalar, y cuando pase no sé como voy a reaccionar, ese es el miedo
que tengo. Mí vida privada deben respetarla. Soy de aquí, de Chinandega y
no he cometido ningún delito. Pude quedarme, pero siempre me fui con la
convicción de sí iba a participar en el juicio contra Dessi era para
regresarme.

Desde su regreso ha vivido en Chinandega, sin más contactos que las pocas
veces que puede reunirse con Luis David, que se ha propuesto con alma,
vida y corazón terminar de construir la casita en la que su abuela de crianza
pueda descansar los últimos días de su vida. A pesar de los esfuerzos que
hace Luis David por tranquilizarlo, Oscar vive una vida atormentado por su
pasado. Sin embargo, al consultarle sí está arrepentido de haber aportado
su grano de arena para condenar al ex sacerdote. En ese sentido, respondió
concluyendo la conversación, el viaje a Italia había sido providencial.

Recuadro…

La sicóloga especialista en el tema de abusos sexuales a niños y


adolescentes, Lorna Norori, sostiene que en el caso de los niños que son
abusados y llegan a la edad de adolescentes pueden convertirse en
personas inseguras, adictas al alcohol y las drogas. Y hay un porcentaje
significativo de éstos, que intentan recurrir al suicidio.
“El abuso afecta toda la vida de la persona que es abusada, no sólo su
emocionalidad, también la voluntad, la sexualidad, hay un daño a su salud
física y mental. Desde la familia y desde la sociedad es tratarlo con
normalidad, porque significa para el no es ser raro, creerle es determinante,
eso les reafirma su seguridad y les hace sentirse creídos y con confianza, el
apoyo de la familia”.

¿Qué paso en Nicaragua con el caso Dessi?

Por alguna razón que nadie se atreve a aclarar el caso de abusos sexuales
contra menores no se le puso mayor interés en Nicaragua. La Policía de la
localidad de Chinandega asegura que nunca hubo una denuncia formal en
contra del sacerdote Italiano. Pero los jóvenes que promovieron la denuncia
en Italia afirman que debido al alto nivel de influencia del que gozaba Dessi
en ese entonces, no dieron crédito a sus palabras y, por el contrario, fueron
hasta amenazados con ser encarcelados si continuaban realizando este tipo
de denuncias.

¿Por qué si en Nicaragua, por más de 30 años, se cometieron los abusos no


se inició un proceso judicial? ¿Por qué la justicia italiana encontró meritos
suficientes para enjuiciar y condenar a Dessi?

La procuradora especial de la niñez, reconoce que en Nicaragua existen


altos índices de casos de abusos que quedan en la impunidad. No obstante,
admite que, por otro lado, el país cuenta con una de las mejores
legislaciones en materia de abusos sexuales de Centroamérica y América
Latina.

“No basta con tener con un marco jurídico amplio, sino que los operadores
del sistema encargados de aplicar las leyes, las comisarías de la Mujer de la
niñez, la Policía Nacional, desde que se inicie el proceso de investigación, el
Ministerio Público, deben jugar un rol importantísimo en la acusación”.

Admite que en el caso de las denuncias que se hicieron inicialmente en


Nicaragua en el caso Dessi, por alguna razón que dice desconocer, no
hicieron nada por iniciar un proceso de investigación y posterior
enjuiciamiento en Nicaragua.

En ese sentido consultamos ante las autoridades de la Policía de


Chinandega al respecto y se mostraron reacios al abordarles del tema.
“Nadie puede darte información al respecto, nunca recibimos una denuncia
de ese caso, por lo tanto no existe ningún expediente”, expresó el oficial
encargado de atención al público en esa ciudad.

Iglesia se desmarca
MENCIONAR NUEVAS NORMAS DEL VATICANO
Los representantes de la Iglesia Católica en Nicaragua evitan conversar de
este tema y por más que intentamos hacerles consultas, se limitaron a dar
respuestas escuetas. El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua
Monseñor Leopoldo Brenes, se limitó a decir que desconocía del tema y que
en todo caso, el sacerdote Marco Dessi “no pertenecía a la arquidiócesis de
Managua”, que es la que preside. Pero Monseñor Bosco Vivas sí dirige la
arquidiócesis de León y Chinandega, pero se negó a hablar del tema.

El cardenal emérito Miguel Obando y Bravo evitó referirse a la condena del


sacerdote, pero dijo estar de acuerdo con las medidas que ha dictado el
vaticano para este tipo de casos.

Dijo que sólo sabe del caso “por lo que se ha publicado en los medios de
comunicación. Las cosas sólo Dios las conoce a fondo, y yo no sé más que lo
que han publicado los medios de comunicación”, expresó el prelado.

Obando y Bravo aseguró nunca haber recibido denuncias contra sacerdotes


durante el tiempo que fue Arzobispo de Managua y presidente de la
Conferencia Episcopal, pero reconoce que la jerarquía de la Iglesia Católica
no fiscaliza los albergues de niños huérfanos u otras obras de caridad que
son dirigidas por curas. “Supongo que sus superiores los controlan”, dijo.

Unos a favor y otros en contra en Chinandega

En Chinandega, donde el ex sacerdote italiano Marco Dessí, radicó durante


más de 30 años, la gente tiene opiniones encontradas sobre el caso. Dessi
guarda prisión en una cárcel de la ciudad de Parma, Italia, cumpliendo una
sentencia de 12 años, acusado y encontrado culpable por haber cometido
actos de pedofilia contra seis ex integrantes del coro Getsemani, fundado
por el mismo Dessi.

El chinandegano Manuel González Silva, quien dice ser de religión católica,


resume su respuesta con un reconocido refrán: “cuando el río suena piedras
trae”.

Dijo que para él, existieron pruebas suficientes para condenarlo. La opinión
de la joven María Alejandra Gutiérrez, es totalmente contraría. “El padre
Marco es una persona intachable, hizo muchas cosas buenas por los
chinandeganos. Es una injusticia todo lo que le ha pasado”, asegura.

“Todo fue un complot para quitarle su dinero, fue una conspiración bien
montada en la que participó mucha gente”, dice un comerciante propietario
de un pequeño negocio en el centro de la ciudad.

Mientras el vigilante Miguel Ángel Ruiz, que cuida una propiedad cerca del
Hogar del Niño, el proyecto insignia de Dessi en Chinandega, afirma que no
puede opinar de un caso que no conoce. “No puedo decirte sí es cierto o es
mentira todo lo que se dice, ya lo echaron preso al hombre, pero sólo Dios
sabe si es verdad o no lo de los abusos. Cada uno vamos entregar cuentas
al hombre (se refiere a Dios) es ahí donde se sabrá la verdad”.
El Vaticano inició por primera vez en Nicaragua una investigación y un
proceso canónico por presuntos abusos sexuales de un cura en contra de
menores. El resto de denunciantes de Dessi han decidido continuar
recibiendo atención especializada para recuperarse del trauma que les
ocasionó ser víctimas de abusos. Tres de ellos continuaron su vida en Italia.

Nombre de la procuradora
Vaticano
Norori fotos
fotos chinandega

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