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Licenciatura en Lengua y Literaturas Hispánicas

Introducción a la Lingüística 2

Lic. Monserrat Alejandra Chavarría Amezcua

Semestre 2019-2

Cortina Sánchez, Luis Ángel

“Actos locutivos, ilocutivos y perlocutivos”

John L. Austin plantea acerca de los actos de habla como una de las primeras teorías en
pragmática dentro de la filosofía del lenguaje. Austin plantea que un acto de habla es un
tipo de acción que involucra el uso de la lengua natural y que está sujeto a cierto número de
reglas convencionales generales y/o principios pragmáticos de pertinencia.

Austin plantea la distinción entre enunciado constatativo y enunciado realizativos.


Los enunciados constatativos corresponden a un DECIR. Es decir. Describen estados de
cosas. Mientras que los enunciados realizativos se evalúan de acuerdo con lo adecuado o
inadecuado. Esto es, establecen un HACER. Están ligados a ejecuciones de ciertos actos
ritualizados o convencionales. Se formulan en primera persona, en singular, en modo
indicativo, empleando voz activa.

Otro rasgo de los realizativos es que se dividen en dos tipos de acuerdo con su
estructura formal, como expresión primaria o como un realizativo explícito.

Los enunciados realizativos de expresión primaria son aquellos que se refieren al


enunciado que no expresa mediante ciertos predicados el tipo de enunciado, como en casos
de: “estaré allí” a modo de promesa, “sal de ahí” a modo de orden o “100 pesos” como una
apuesta.

En su caso los enunciados del tipo realizativo explícito se refieren a aquellos que
expresan con predicados realizativos el tipo de enunciado, esto ocurre en casos como:

 “Le prometo que estaré allí”,

 “Te ordeno que salgas de ahí”,

 “Te apuesto 100 pesos”.


Que son enunciados que expresan la acción con verbos como prometer, ordenar,
apostar, en primera persona de presente de indicativo y voz activa.

Austin también plantea que los actos de habla se pueden dividir en dos tipos. En
Actos directos y en actos indirectos. Los Actos directos son aquellos enunciados en los que
el aspecto locutivo e ilocutivo coinciden, es decir, que se expresa directamente la intención.
A su vez, los actos indirectos son aquellas frases en las que el aspecto locutivo e ilocutivo
no coinciden, por lo tanto, la finalidad de la oración es distinta a lo que se expresa
directamente.

La distinción entre enunciados realizativos y enunciados constatativos, se tambalea


por el hecho de que numerosos enunciados no se ajustan a las especificaciones de los
realizativos, presentan, sin embargo, muchas de sus características. Es por esto que sugiere
la existencia un cierto deslizamiento de todos los enunciados hacia el terreno de los
realizativos, como si todos ellos tuvieran elementos comunes. Tales rasgos comunes
parecen depender del carácter de acción que, de una manera u otra, poseen todos los
enunciados. A partir de esto, Austin elabora su tricotomía de acto locutivo, ilocutivo y
perlocutivo.

El acto locutivo es el que realizamos por el solo hecho de “decir algo”, pero dicho
acto es en sí mismo una actividad compleja. Como en el caso de: Los niños son
inteligentes. Este acto se comprende, a su vez, en tres tipos de actos diferentes:

 El acto fónico o fonético consiste en emitir ciertos sonidos.

 El acto fático es el de emitir palabras, esto es, secuencias de sonidos pertenecientes


al léxico de una determinada lengua; y emitirla, además, organizadas en una
construcción gramatical estructurada de acuerdo con las reglas de una lengua
determinada.

 El acto rético se compone al emitir tales secuencias con un sentido y una referencia
más o menos definidos, es decir, con un significado determinado.

Austin hace al respecto una serie de apuntes como que para realizar un acto fático se tiene
que realizar un acto fonético, es decir al realizar uno se está realizando el otro. También
apunta que al definir el acto fático se agrupan dos cosas: el vocabulario y la gramática.
Finalmente, que tanto el acto fático como el fonético, es esencialmente imitable o
reproducible. Esto es, se puede emitir no solamente el enunciado entre comillas, sino el
hecho más complejo de que ese enunciado fue dicho de alguna manera, es decir, que toda
expresión puede ser exactamente reproducida entre comillas, o entre comillas precedida de
“él dijo” o, más a menudo, seguida de “dijo ella”, etc.

Así, el acto locutivo puede definirse como “la emisión de ciertos ruidos, de ciertas
palabras en una determinada construcción, y con un cierto significado”.

Otro tipo de acto es el acto ilocutivo que es el que se realiza “al decir algo” (in
saying something). En casos como:

 Te perdono,

 Te apuesto,

 Te agradezco.

Es la intención o finalidad concreta del acto de habla. Un acto ilocutivo se da en la


medida en que la enunciación constituye, por sí misma, cierto acto, entendido como una
transformación de las relaciones entre los interlocutores o con los referentes. Un ejemplo de
esto es que al decir “te lo prometo” o “sí, acepto” en una ceremonia matrimonial, estamos a
la vez hablando, realizando el acto. En ese sentido, el acto de habla, es decir la emisión del
enunciado puede realizarse en forma oral o escrita, siempre y cuando se lleve a cabo la
realización de una acción mediante palabras. Esto en palabras de Austin es:

“Es muy diferente que estemos aconsejando, o meramente, sugiriendo, o


realmente ordenando, o que estemos prometiendo en sentido estricto o sólo
anunciando una vaga intención. […] Constantemente discutimos preguntando si
ciertas palabras -un determinado acto locutivo- tenían la fuerza de una pregunta,
o debían haber sido tomadas como una apreciación, etc.”

Finalmente, el acto perlocutivo es el que se realiza “por haber dicho algo” (by
saying something), y se refiere a los efectos producidos por un enunciado como: Te
aconsejo o te sugiero. Austin lo explica como “normalmente, decir algo producirá ciertas
consecuencias o efectos sobre los sentimientos, pensamientos o acciones del auditorio, o de
quien emite la expresión, o de otras personas”.
La distinción entre estos tipos de actos es sobre todo teórica, ya que los tres se
realizan a la ves y simultáneamente: en cuanto decimos algo, lo estamos haciendo en un
determinado sentido y estamos produciendo unos determinados efectos. Pero es interesante
distinguirlos porque sus propiedades son diferentes: el acto locutivo posee significado; el
acto ilocutivo posee fuerza; y el acto perlocutivo logra efectos (Escandell, 1996:58).

Tenemos la idea de que un “acto” es una cosa física determinada, que se distingue
tanto en las convenciones como en las consecuencias; pero, el acto ilocucionario, y aun el
acto locucionario, suponen convenciones. Además, el acto perlocucionario puede incluir lo
que en cierto modo son consecuencias, como cuando decimos “porque hice x hice y”. Es
decir, si en tales casos mencionamos tanto un acto B (ilocución) como un acto C
(perlocución), diremos que “por(que) hizo B hizo C” y no “al hacer B…”, que es la razón
principal para distinguir los actos perlocutivos de los ilocutivos.

Esta distinción es principalmente porque las propiedades de cada tipo de acto son
diferentes, el acto locutivo posee un significado; el acto ilocutivo posee fuerza; y el acto
perlocutivo logra efectos. Así en los enunciados:

a) Me dijo: “Dáselo a ella”

b) Me aconsejó que se lo diera a ella

c) Me convenció de que se lo diera a ella

En el primer caso simplemente se reproduce el acto locutivo de otra persona. En el segundo


enunciado se recoge un acto ilocutivo realizado, es decir la fuerza del enunciado. Por
último, en el tercer ejemplo se hace explícito el acto perlocutivo, el efecto logrado. Para
empezar, el reconocimiento de que todo acto locutivo va acompañado de actos ilocutivos y
perlocutivos ayuda a explicar que incluso los enunciados menos claramente realizativos
tengan propiedades que los acercan a las acciones. Hay varios puntos de contacto entre los
actos ilocutivos y los enunciados realizativos, aunque existen diferencias notables como
que es diferente el grado de institucionalización de unos y otros. Al realizar un acto
ilocutivo en un enunciado particular depende decisivamente de toda una serie de factores
externos; mientras que un acto realizativo explícito resulta inequívoco en cuanto al tipo de
acto ilocutivo que realiza porque se identifica con él.
El acto ilocutivo que se realiza está previamente calculado por el emisor, que siempre sabrá
cuál era el alcance exacto y la fuerza que quiso dar a sus palabras; los actos perlocutivos
pueden intentar calcularse previamente, pero ello no asegura que el efecto logrado sea
exactamente el previsto, pues, es posible no lograr producir el efecto deseado, o producir
efectos no deseados. Por ejemplo:

a. Te aconsejo que se lo des (ilocutivo)/ Te convenzo de que se lo des (perlocutivo).

b. Te advierto que es peligroso (ilocutivo)/ Te asusto con que es peligroso


(perlocutivo).

Finalmente, el que todos los enunciados se prestan a infortunios. Por ejemplo, si se hace
referencia a lago inexistente, el infortunio se asemeja a una mala apelación, es decir, a una
violación de la condición A.11; el resultado no es que el enunciado sea falso, sino que es
nulo. Por ejemplo: Los hijos de Juan son rubios (se sabe que Juan no tiene hijos). Por otro
lado, cuando se utiliza una palabra equivocada, el emisor no necesariamente es responsable
de haber querido decir lo que ha dicho, se trata, simplemente, de una mala ejecución, y la
regla afecta es la B.12. como consecuencia, estamos ante un acto viciado, que también
resulta nulo. Como en: En estos momentos de embargo, la emoción me jubila (el emisor ha
trastrocado algunas palabras). Sin embargo, el receptor lo reformula por la secuencia
correcta: En estos momentos de júbilo, la emoción me embarga. Por último, el no albergar
las creencias o sentimientos requeridos produce, como sabemos, un abuso, una transgresión
de la condición T.13. Por tanto, el enunciado: Está lloviendo (y no lo creo; de hecho, sé
positivamente que hace un sol espléndido), resulta insincero.

Así, la aportación de la tricotomía de Austin constituye el fundamento de la pragmática


moderna a la que hay que recurrir para la incorporación a la teoría general del lenguaje de
los principios que rigen las acciones: la Teoría de los Actos de habla.

Bibliografía:

1 A.1. La existencia de un procedimiento convencional -con un efecto también convencional- que incluya la
emisión de determinadas palabras por parte de determinadas personas y en determinadas circunstancias.
2 B.1. Todos los participantes deben actuar de la forma requerida por el procedimiento.
3 T.1. Cuando el procedimiento requiere que las personas que lo realizan alberguen ciertos pensamientos o
disposiciones de ánimo, deben tenerlos.
Austin, J. (1962/ 1990). "Actos locutivos, ilocutivos y perlocutivos". Cómo hacer cosas
con palabras. Barcelona: Paidos.
Escandell Vidal, M. Victoria (1996). “Austin y la filosofía del lenguaje corriente”.
Introducción a la pragmática. Pp. 43-60.

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