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Otras educaciones y etnoeducación

Artículos

Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 52, Septiembre - Diciembre de 2008 13
14 Revista Educación y Pedagogía, vol. XX, núm. 52, Septiembre - Diciembre de 2008
Otras educaciones y etnoeducación

Etnoeducación y políticas educativas


en Colombia: la fragmentación
de los derechos*
Elizabeth Castillo Guzmán**

Resumen
Etnoeducación y políticas educativas en Colombia: la fragmentación de los derechos
Ethno-education and education policies in Colombia: the fragmentation of rights

La etnoeducación como política educativa y como proyecto político de los movimientos étnicos se enfrenta a un
complejo campo de tensiones que han llevado a redefinir su sentido y su lugar en los procesos de afirmación de
los derechos culturales de los grupos étnicos en Colombia. Este trabajo busca mostrar algunas de estas tensiones,
teniendo como punto de partida la propia génesis de la etnoeducación y sus actuales desenvolvimientos normativos
y políticos.

Abstract

Ethno-education, as a public policy and as a political project of ethnic movements, has been facing a complex series
of tensions. These tensions force the movements to redefine their meanings and roles in the affirmation of cultural
rights of ethnic groups in Colombia.
The purpose of this work is to present some of these tensions, taking into account the genesis of ethno-education
itself, as well as its most recent normative and political developments.

Résumé

L'ethnoéducation comme politique pédagogique et comme projet politique des mouvements ethniques doit faire face
à un champ complexe de tensions qui l'ont amenée à redéfinir son sens et sa place dans les processus d'affermissement
des droits culturels des groupes ethniques en Colombie. Ce travail cherche à montrer quelques tensions qui ont
comme point de départ la propre genèse de l'etnoéducation et ses développements normatifs et politiques actuels.

Palabras clave

Etnoeducación, políticas educativas en Colombia, educación propia, relación Estado nacional-grupos étnicos,
neoliberalismo.
Ethno-education, education policies in Colombia, own education, State - ethnic groups relationships, neo-liberalism.

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* Ponencia presentada en el panel "Historia política y memoria colectiva de las luchas por otra escuela en el
siglo XX", que se realizó en el marco del VIII Congreso Iberoamericano de Historia de la Educación Latinoamerica-
na "Contactos, cruces y luchas en la historia de la educación latinoamericana", convocado por la Sociedad Argen-
tina de Historia de la Educación, en octubre de 2007, en la ciudad de Buenos Aires.
** Profesora Asociada del Departamento de Estudios Interculturales de la Universidad del Cauca. Miembro del Gru-
po de Investigación Educaciones y Culturas.
E-mail: elcastil@unicauca.edu.co

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Etnoeducación y políticas educativas en Colombia: la fragmentación de los derechos

esde los años noventa, la noción de la actualidad, lo que fue en sus comienzos.

D etnoeducación constituye una referen-


cia obligada en el análisis de las po-
líticas educativas promovidas en Colombia
Como ha sido documentado por Rojas y Casti-
llo (2005), la emergencia de la etnoeducación,
hacia mediados de los años ochenta, se produ-
para los grupos étnicos, en el marco de los de- ce como resultado de las luchas políticas ini-
rechos que les fueron reconocidos con la Cons- ciadas por los movimientos indígenas en la
titución Política de 1991. Como lo señalan década del setenta, en lo que se refiere particu-
Rojas y Castillo (2007), más allá de una enun- larmente al proyecto de educación indígena
ciación que tiende a volverse una especie de contenido en propuestas de organizaciones co-
nuevo sentido común entre los colombianos mo el Consejo Regional Indígena del Cauca
y de cierta transformación discursiva de orden (CRIC), Autoridades Indígenas del Surocci-
global, desde entonces, son pocos los logros dente Colombiano (AISO) y la Organización
que se constatan en materia de cumplimiento Nacional Indígena de Colombia (ONIC), fun-
efectivo de dichos derechos. Por esta razón, la damentalmente. Este proceso de casi tres déca-
etnoeducación se ha convertido en un campo das ha implicado cambios y continuidades en
de disputa política entre los grupos étnicos y el modo de entender y asumir la etnoeduca-
el Estado, por la manera como se tramitan ción. Ella surge en el marco de relaciones en-
algunos de los principios contenidos en la nor- tre los pueblos indígenas y el Estado nacional,
matividad, y las demandas de autonomía edu- y se desplaza al escenario de las relaciones en-
cativa de los grupos étnicos. tre los grupos étnicos y el Estado multicultural.
Por estas razones, el campo de la política etno-
En este texto queremos mostrar la trayectoria educativa se ha complejizado, por las trans-
histórica de la etnoeducación en plena etapa formaciones ocurridas en el ámbito del recono-
de neoliberalización del campo educativo cimiento y el tratamiento a la etnicidad; por los
(1995-2007), con el objeto de reflexionar sobre sentidos y los significados que se le atribuyen
las condiciones existentes para garantizar —por a este concepto, y por las diversas posiciones
parte del Estado— los derechos de los grupos que los actores institucionales y sociales asu-
étnicos en Colombia. Para adelantar esta re- men respecto a la multiculturalidad y al multi-
flexión, abordamos dos niveles del problema: culturalismo como proyecto de Estado.
el primero está relacionado con la trayectoria
histórica de la política etnoeducativa y las ten-
siones que se plantean en su paso de proyecto La etnoeducación: una vieja batalla, un
político de las organizaciones étnicas a su in- nuevo derecho
clusión en las políticas educativas oficiales. El
segundo está asociado con el desarrollo de la Lo primero que se debe decir cuando
política etnoeducativa en el contexto de imple- se aborda el debate sobre la etnoedu-
mentación de la Ley 715 de 2001, la cual esta- cación, es que su condición actual,
blece una reforma educativa territorial que como derecho cultural reconocido a los
afecta las condiciones de implementación de indígenas, afrodescendientes, raizales
la etnoeducación en regiones y localidades con y rom —gitanos—, resulta de dos ti-
presencia de grupos étnicos. pos de batallas. La primera está referi-
da a las lucha por otra escuela1 (Castillo,
Para iniciar esta reflexión, es importante su- 2007), iniciada por organizaciones in-
brayar que la etnoeducación no representa, en dígenas a mediados del siglo XX; y la

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1 De acuerdo con los datos del archivo de prensa de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), en
1916 una delegación de indígenas arhuacos se desplazó hacia Bogotá, en un viaje que duró cerca de tres meses, con

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segunda, relacionada con las luchas por control católico misionero en sus escuelas. Este
el reconocimiento étnico de los afrodes- enfrentamiento condujo a la expulsión de mi-
cendientes y los raizales, se da duran- sioneros del territorio de los arhuacos; la fun-
te los años noventa. Esto significa que, dación de escuelas bilingües, sin autorización
en el campo de la etnoeducación, los del Ministerio de Educación, en tierras recu-
procesos de reivindicación de los gru- peradas por los indígenas de Cauca; la puesta
pos étnicos expresan distintas trayec- en marcha de procesos de formación de maes-
torias y, en esa medida, expresan tros y maestras comunitarios por fuera del
distinciones en sus concepciones y sus sistema nacional docente, y el diseño e imple-
acciones políticas.
mentación de currículos y materiales educati-
vos producidos por los equipos de educación
La lucha por otra escuela, iniciada por las de las organizaciones indígenas de Cauca,
organizaciones indígenas en el siglo pasado, Tolima y Antioquia, entre muchos otros acon-
condensa el rechazo de estas poblaciones a las tecimientos. Esta lucha constituyó, en últimas,
formas de escolarización que les fueron im- la exigencia del derecho a la educación, la cul-
puestas desde el siglo XVI, y que hemos deno- tura y la autonomía. Este proceso es el antece-
minado Iglesia-docente, para dar a entender la dente social y político de la etnoeducación
función desempeñada por las misiones católi- como derecho.
cas en la tarea de civilizarlas e integrarlas a tra-
vés de la escuela.2 Las consecuencias de tres Por otro lado, los procesos de organización
siglos de internados y escuelas misioneras en comunitaria adelantados durante los años
territorios indígenas afectaron de manera ochenta, en algunos de los territorios de po-
estructural las formas de vida de estos pueblos: blaciones negras, como Tumaco, Buenaventu-
ra y norte de Cauca, constituyen un referente
Existe una verdadera represión edu-
central en la emergencia de lo que en la actuali-
cativa y cultural contra los indígenas.
dad reconocemos como etnoeducación afrocolom-
Los “institutos educativos para indíge-
biana, que por ese entonces no se denominaba
nas” están casi totalmente al servicio
de los blancos y mestizos, muchos de de este modo, pero que básicamente apuntaba
los cuales no son siquiera de la zona a una serie de experiencias de transformación
de Tierradentro. No se enseña la len- y renovación del modelo educativo vigente.
gua materna de la gran mayoría de la Poco a poco fueron surgiendo proyectos edu-
población, que es Páez, y los llamados cativos comunitarios, que fueron esenciales en
profesores bilingües son unos meros la formación política de muchos de los actua-
traductores sin ninguna iniciativa, al les dirigentes y líderes afrodescendientes. De
servicio de los agentes de Monseñor este modo, este tipo de procesos educativos
Vallejo (CRIC, 1973: 23). comunitarios, promovidos con poblaciones ne-
gras, se fueron acercando con los procesos
Ante este panorama, durante la década del de educación indígena.
setenta, comunidades y organizaciones indí-
genas de la Sierra Nevada de Santa Marta y Existe la referencia, en el caso afrocolombiano,
de Cauca iniciaron la confrontación política de la experiencia del Palenque de San Basilio,
con el Estado y la Iglesia, para desmontar el escenario en el cual se configuró un proceso
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el objetivo de solicitar, al presidente José Vicente Concha, "maestros para que les enseñaran, respetando las cos-
tumbres y leyes indígenas. Como respuesta a esta petición, fueron designados los Padres Capuchinos, para que
enseñaran y educaran a los niños y las niñas por espacio de 6 años" (Consejo Regional Indígena del Cauca
—CRIC—, 1982: 14).
2 Para ampliar esta caracterización, véase capítulo 2 del texto de Rojas y Castillo (2005).

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educativo y cultural que sus propios gestores a los grupos étnicos identificar, estruc-
han denominado de resistencia palenquera y que turar y desarrollar propuestas de edu-
condujo, en el mediano plazo, a la propuesta cación que respondan a sus intereses,
etnoeducativa de Palenque. necesidades y aspiraciones de acuer-
do con sus características culturales,
El discurso institucionalizado que actualmen- económicas, sociopolíticas, lingüísticas
te circula sobre la etnoeducación se construyó etc. en una dimensión de articulación
en la década del ochenta, bajo el influjo del intercultural (MEN, 1992: 3).
pensamiento de Bonfil Batalla en torno a la
noción de etnodesarrollo.3 De este modo, los Además del pensamiento desarrollado por in-
principios de autodeterminación y control cul- fluyentes antropólogos como Bonfil Batalla, a
tural, establecidos en la definición de este la formulación de la política etnoeducativa en
concepto, se fueron llevando al plano de la et- este período se incorporaron los aportes de or-
noeducación para delinear, así, una idea según ganizaciones indígenas muy importantes. Tal
la cual estos elementos constituyen rasgos bá- es el caso del CRIC, la ONIC y las AISO (Mi-
sicos del derecho de los pueblos a determinar nisterio de Educación Nacional, 1996a y 1996b),
el tipo de educación más conveniente a sus as- como lo señala una de las líderes vinculadas a
piraciones, tradiciones y expectativas de vida. este proceso:
Esta manera de entender lo etnoeducativo ex-
presó una supeditación de lo étnico a lo indí- El apoyo, acompañamiento y asesoría
gena, como se constata en los documentos de a los diversos procesos educativos im-
pulsados desde las mismas etnias y
política etnoeducativa publicados por el Mi-
organizaciones ha marcado el énfasis
nisterio de Educación Nacional desde 1985,
liberador de la política estatal de etno-
donde se plantean las siguientes definiciones
educación, respecto de la dominación
de etnoeducación: cultural ejercida por la sociedad domi-
nante (Bolaños, 1996: 32).
Un proceso social permanente, inmer-
so en la cultura propia, que consiste en
En este marco de construcción y delimitación
la adquisición de conocimientos y va-
política, la etnoeducación surge con una con-
lores, y en el desarrollo de habilidades
ceptualización fuerte y una institucionalidad
y destrezas, de acuerdo con las necesi-
dades, intereses y aspiraciones de la débil. Prueba de ello es el lugar marginal que
comunidad, que la capacita para par- ha ocupado, desde sus orígenes en 1984, en la
ticipar plenamente en el control cul- estructura orgánica del propio Ministerio.4 Del
tural del grupo étnico (MEN, 1985: 51). mismo modo, la ausencia de una preocupa-
ción por el desarrollo de la etnoeducación en
La etnoeducación constituye una es- la mayor parte de planes de gobierno, de de-
trategia viable y válida que le permite sarrollo y educativos, formulados desde la

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3 Como señalan Rojas y Castillo en un rastreo conceptual sobre la emergencia de este concepto, "la noción de
etnoeducación resulta de un desplazamiento y apropiación al terreno educativo del concepto de etnodesarrollo
(Bonfil 1982). Desde este enfoque, se le atribuye centralidad al concepto de autonomía, entendida como la capaci-
dad de decisión que tienen los grupos étnicos respecto a sus recursos culturales. Este planteamiento enmarcado en
los análisis sobre la relación Estado nacional-grupos étnicos, se asume en su dimensión política e ideológica y su
traslación al terreno educativo conduce a la idea de etnoeducación" (2005: 67).
4 Inicialmente surge en 1984 como grupo de Educación Nacional Indígena, adscrito a una dependencia de desarro-
llo pedagógico. Para el año 2008 se encontraba como programa de la Subdirección de Poblaciones y Proyectos
Intersectoriales, pero en ese mismo año se reestructura esta dependencia y, entonces, la etnoeducación desparece
como tema programático del Ministerio.

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administración de Ernesto Samper Pizano has- construcción del concepto de Etno-


ta hoy, expresa la poca trascendencia dada al educación, término que no existía has-
tema en las políticas y las reformas educativas ta ese momento (García, 2005, citado
vigentes desde 1995. en Caicedo, 2008: 5-8).

Para el caso afrocolombiano y raizal, el proce- El primer congreso pedagógico en


so fue distinto. Como lo señala Caicedo (2008), comunidades negras, organizado por
el reconocimiento de la etnoeducación afroco- iniciativa de los maestros, se realizó en
lombiana como política de Estado resulta, en Tumaco en diciembre de 1992. Este
buena medida, de lo establecido en el Artículo evento, que contó con la participación
42 de la Ley 70 de 1993. Éste determina que: de experiencias educativas de la mayo-
ría de las poblaciones afrocolombianas,
sirvió para ahondar en las discusiones
El Ministerio de Educación formulará
y ejecutará una política de etnoedu- sobre el concepto de etnoeducación
cación para las comunidades negras y pensado desde la perspectiva de la cul-
creará una comisión pedagógica, que tura negra. El congreso fue además
asesorará dicha política con represen- continuación de los debates, sobre el
tantes de las comunidades. quehacer etnoeducativo iniciado con
la movilización de las comunidades
negras en torno a la reglamentación
Éste es el único precedente que existe en la re-
del Artículo Transitorio 55 de la Cons-
gulación de los mecanismos concretos para la
titución. Muchas de las experiencias
formulación concertada de la política etnoedu-
presentadas en este evento habían
cativa con los grupos étnicos. Entonces, si bien
empezado en la década de los 80‘s en
existe un concepto de etnoeducación derivado
una clara intención de apostarle a la
fundamentalmente de las experiencias indíge- construcción de propuestas de educa-
nas, su incorporación al diseño de políticas ción alternativas y contextualizadas en
educativas para otros grupos poblaciones sólo las realidades locales, solo que hasta
ocurre con la política de reconocimiento étni- ese momento no eran llamadas etno-
co, otorgada a raizales, afrodescendientes educativas. Como ejemplo podemos
y pueblo Rom, después de la Constitución nombrar el proceso de San Basilio
de 1991. de Palenque, Veredas Unidas (Norte
del Cauca), Luís Carlos Valencia (Villa
La bandera la recogió el Chocó y en Paz - Valle), La playa (Francisco Pi-
1989 se organizó en Quibdó el Primer zarro - Nariño) (García, 2000, citado en
Encuentro Nacional de Educación A- Caicedo, 2008: 65-77, 77-97).
frocolombiana, con notable partici-
pación de religiosos y educadores de El hito constitucional de 1991 abre un nuevo
distintas orillas de Colombia, todos escenario para la recién nacida etnoeducación,
interesados, todos ávidos de propues-
al otorgarle posibilidades de trascender nor-
tas. El desarrollo de algunas iniciativas
mativamente, determinando, de manera pre-
en este campo condujo al Quinto EPA
cisa, lo establecido en el Artículo 7, según el
(Equipos de Pastoral Afrocolombiana),
celebrado en Quibdó en junio de 1991. cual es principio fundamental del Estado reco-
Este evento internacional tuvo como nocer y proteger la diversidad étnica y cultural
tema central la Educación, y reunió a de la Nación colombiana. De modo alterno, el
educadores y agentes de pastoral Artículo transitorio 55 determina el recono-
afroamericanos, o que trabajaban en- cimiento y el desarrollo normativo especial
tre afroamericanos, y permitió valio- para las comunidades negras de los ríos de la
sos aportes críticos y teóricos a la cuenca del Pacífico. De este modo y sustentando

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las referencias constitucionales, por primera el segundo, la noción de servicio confiere, a los
vez en la historia de la política y la legislación grupos étnicos, su participación en la admi-
educativa colombianas se determinará una de- nistración del servicio educativo, entendido
finición de lo que se consideran grupos o co- como escolarización. De este modo, el servicio
munidades étnicas. Así, el capítulo tercero de educativo está diseñado y organizado en el
la Ley 115, Ley General de Educación, de 1994, marco de la política educativa vigente, y que-
establece, en su Artículo 55: da, por así decirlo, la tarea de conducirlo en
los niveles territoriales.
Definición de la Etnoeducación
Existe, entonces, una tensión entre asumir la
Se entiende por educación para gru- etnoeducación como educación desde las cul-
pos étnicos la que se ofrece a grupos o turas (étnicas) y asumirla como escolarización
comunidades que integran la naciona- de las culturas.
lidad colombiana y que poseen una
cultura, una lengua, unas tradiciones Por otra parte, la propia definición de los suje-
y unos fueros propios y autóctonos. tos de derecho o la de beneficiarios del servi-
cio etnoeducativo se enfrentan, en la práctica,
Un legado importante de esta normativa na- a las limitaciones que las políticas de recono-
cional es establecer, como finalidad de la etno- cimiento tienen en el país, relacionadas con los
educación, el saberes, las prácticas y las personas autoriza-
das para determinar quiénes son y quiénes no,
[...] afianzar los procesos de identidad, miembros de algún grupo étnico. Esto, debi-
conocimiento, socialización protección do a que las políticas del reconocimiento con-
y uso de las lenguas vernáculas, forma- figuradas para el tratamiento de la diversidad
ción docente e investigación en todos y la diferencia cultural en Colombia, también
los ámbitos de la cultura (Artículo 56). han afectado el campo de la etnoeducación, al
determinar tratamientos diferenciales para
Sin embargo, es sólo con la promulgación del indígenas, afrodescendientes, raizales y rom.
Decreto 804 de 1995, que se establece la etno- Este planteamiento implica que la etnoeduca-
educación como el derecho de los grupos étni- ción y las políticas del reconocimiento en
cos “a una formación que respete y desarrolle Colombia son ámbitos constituidos mu-
su identidad cultural”, y que se determina que tuamente.
ésta hace parte del servicio educativo.
Si bien, en su desarrollo histórico, la etnoedu-
Este elemento es importante en la medida que cación expresa un origen más étnico-político
le otorgará un nuevo sentido al concepto de que institucional, en la actualidad el funcio-
etnoeducación: el de servicio. La importancia namiento de esta noción parece contradecir tal
reside en las implicaciones políticas que con- origen. Aunque retoma buena parte de los
lleva pensar la etnoeducación como derecho planteamientos producidos por las organiza-
o como servicio. En el primer caso, se trata de ciones indígenas durante los años ochenta,
la exigibilidad de una educación (escolarizada hoy esta palabra parece connotar algo distin-
o no) que responda y respete la identidad cul- to para los propios actores étnicos. De cierta
tural de los pueblos. En sentido estricto, se manera, el concepto de despolitiza cuando su
reconoce el derecho a una autonomía educa- tratamiento se reduce a las necesidades que
tiva en términos de todo lo referido en el De- marca la política educativa nacional, supedi-
creto 804 (diseñar currículos, seleccionar do- tando las demandas de autonomía educativa
centes, establecer funcionamientos escolares, al modelo administrativo de la etnoeducación
determinar procesos de evaluación, etc.). En como servicio.

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Como ya lo anotamos, el enfoque etnoe- De nuevo, para el caso afrocolombiano, se pre-


ducativo puede considerarse como un logro senta una situación distinta. Mediante la polí-
de los movimientos étnicos en materia de po- tica curricular originada en el Decreto 1122 de
líticas públicas. A pesar de esta consideración, 1998, que establece la implementación de la
pareciera que su batalla, actualmente, no es Cátedra de Estudios Afrocolombianos en los
por la etnoeducación. Esto se debe, en parte, a establecimientos educativos de la nación, el
que la combinación de las políticas estatales
enfoque de la etnoeducación afrocolombiana
de reconocimiento a la multiculturalidad y la
busca, sobre todo, hacer visibles, al conjunto
reforma educativa neoliberal le ha restado va-
lor simbólico y político a la etnoeducación, de la nación, los procesos y las experiencias
ahora confinada a la propia discursividad históricas, políticas y culturales de los pueblos
institucional. Es como si al constituirse en un afrocolombianos. Así mismo, busca mostrar la
derecho cultural, la etnoeducación ya no tu- compleja diversidad de los procesos etnoedu-
viese, para los movimientos indígenas, el sen- cativos afrocolombianos, los cuales desbordan
tido político que le otorgó en sus inicios. los límites geográficos que la Ley 70 —en
su perspectiva pacífico-centrista— puede
Podemos arriesgarnos a plantear que las re- connotar.
formas referidas, al apropiar la normatividad
etnoeducativa, incluso para sustentar los pro- Por cuenta de la etnoeducación afrocolom-
gramas de intervención, resignifican el senti- biana, hemos reconocido nuevos escenarios y
do político de la etnoeducación y la reducen a nuevos sujetos de la etnoeducación. De esta
una noción oficial de la política educativa. En manera, la etnoeducación afrocolombiana y
este sentido, el carácter emancipatorio otorga-
raizal se plantea más allá de los parámetros
do durante años al concepto, se transforma en
establecidos en el Decreto 804, y se configura en
el de un modelo de adaptación para la inte-
gración. De este modo, la etnoeducación es una etnización de los procesos educativos es-
poco útil a las actuales demandas de autono- colarizados de y con poblaciones afrocolom-
mía educativa plena, expresadas en el ideal de bianas y raizales. En el “Plan nacional de desa-
un sistema educativo propio, autónomo e rrollo para las comunidades negras”, para el
intercultural, que esté orientado y administra- período 2002-2006, se estableció
do por las autoridades, las organizaciones y
las comunidades de los pueblos indígenas.5 […] el desarrollo de la etnoeducación
Por ello, aunque se mantiene vigente la filoso- y la Cátedra de Estudios Afrocolom-
fía del Decreto 804 respecto a los derechos de bianos en el sistema educativo nacio-
los grupos étnicos a orientar los asuntos edu- nal, en la búsqueda de la consolidación
cativos de sus comunidades, los movimientos de una educación pertinente para es-
indígenas prefieren hablar de educación propia, tas poblaciones y para el desarrollo del
y de este modo reafirmar su posición política multiculturalismo de la nación.
frente al Ministerio de Educación, al referir, con
este concepto, su derecho al control pleno de Así, la perspectiva afrocolombiana y raizal ha
los recursos y los mecanismos educativos es- ido incursionando en la lógica de las políticas
colares en territorios indígenas. etnoeducativas.

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5 Para el CRIC, esto se define del siguiente modo: "El sistema de educación propio identifica y construye una edu-
cación comunitaria, intercultural, bilingüe, fundamentada en una relación de armonía y equilibrio con nuestra
madres tierra, creativa y autónoma que brinda espacios de aprendizaje y reconstrucción del saber colectivo para
la formación de niños, jóvenes y adultos y comunidades en general, propendiendo por el pleno desarrollo perso-
nal y colectivo" (CRIC, 2004: 280).

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Etnoeducación y políticas educativas en Colombia: la fragmentación de los derechos

Ley 715 mata Decreto 804 ral de reducción del gasto y mejoramiento del
servicio educativo, en la perspectiva de estan-
En un trayecto iniciado en los años noventa y darización y competencias.
que ha durado un poco más de una década, la
configuración de la etnoeducación como un Esta contrarreforma tiene como rasgo central
derecho fundamental de las poblaciones étni- su incidencia territorial, pues aunque no se
cas se viene debilitando. Esto, como resultado trata, en sentido estricto, de una ley en educa-
de la contundente implantación de un mode- ción, su implantación regula, en cada una de
lo educativo nacional basado en la estandari- las entidades territoriales, la contratación
zación y la competitividad, para el cual la de los maestros en virtud de la cobertura; el
atención a las demandas de la diversidad re- funcionamiento curricular de las escuelas, por
presenta más un problema que una prioridad. cuenta del sistema de evaluación implantado
La implantación de dicho modelo ha implica- para todo el país, y condiciona el acceso a re-
do una rivalidad de concepciones entre la po- cursos para proyectos propios al cumplimien-
lítica etnoeducativa y un enfoque oficial, de to de los programas universales en educación.
orden nacional, que propende por la homo- Este ordenamiento territorial ha puesto en cri-
geneización de las prácticas, los saberes y las sis el concepto de la educación como derecho en
culturas escolares, y que define, para el con- todo el país y ha desplazado la noción de la
junto de los procesos educativos, los principios etnoeducación como derecho.
de calidad, pertinencia y eficiencia en el servi-
cio, como horizonte curricular y pedagógico. Pero si se quiere comprender mejor
Más aún, el significado de la etnoeducación esta disparidad de intereses, basta con
—como derecho de los grupos étnicos a inci- analizar la incoherencia del Estado en
dir en sus políticas educativas— se ve mengua- la expedición de su propia norma-
do a medida que la actual reforma educativa tividad. La Ley 115 nada dice acerca
se expande y se perfecciona. de las comunidades afrocolombianas
y toma como asunto aislado la di-
La reforma constitucional de 1991 generó op- námica etnoeducativa de estos pueblos
timismo nacional respecto a las posibilidades y su derecho étnico en general, al ex-
de materializar los derechos consagrados a las cluirlo de la Ley de Transferencias
poblaciones cuya diversidad étnica fue reco- (García, 2004, citado en Caicedo, 2008:
nocida en el marco de la multiculturalidad. Sin 66-71).
embargo, las reglamentaciones derivadas
constitucionalmente en materia educativa para La complejidad de este fenómeno se ve agra-
los grupos étnicos (indígenas, raizales, afroco- vada dadas las condiciones en las cuales ope-
lombianos y pueblo Rom) se enfrentan a un ran las políticas del reconocimiento étnico en
desmonte gradual, que afecta el reconocimien- la cascada institucional y administrativa del
to de derechos culturales, cuenta habida de la Estado. Como ya se mencionó, la posibilidad
contrarreforma iniciada con el Acto Legislati- de demandar el derecho a la etnoeducación
vo 01 y la Ley 715 de 2001 (Rodríguez, 2002). pasa por la definición de los sujetos de dicho
En consecuencia, el ideal del derecho a la derecho, asunto que resulta problemático en
etnoeducación, consagrado en el decreto 804 contextos urbanos con desplazamiento forza-
de 1994, apenas duró un par de meses. A par- do de poblaciones étnicas o en zonas rurales
tir de 2002 se inicia, en el país, un proceso de en las cuales se vienen agenciando dinámicas
ajuste y reestructuración del sistema escolar, de reindigenización. Esto sin contar con la
bajo el cual las demandas de los grupos étnicos complejidad territorial que enfrentan los pue-
han quedado supeditadas a una débil descen- blos indígenas en regiones como la Amazonía
tralización, ahora regida por la lógica neolibe- y la Orinoquía, en las cuales la dispersión

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geográfica, el uso cultural del territorio y la viene de afuera, bajo el principio de que la im-
conformación de los pueblos desbordan los posición la da el contexto que recepciona y no
patrones de poblamiento previstos en el orde- la identidad cultural de quien llega.
namiento político-administrativo de la Nación,
basados en la idea de poblaciones sedentarias Esto refleja de nuevo el papel que cumplen
y concentradas en áreas específicas. De este las políticas del reconocimiento, desde las cua-
modo, fuera de los resguardos y las tierras co- les la Nación y sus entidades tramitan la fun-
lectivas de comunidades negras en el Pacífico, ción de reconocer y proteger la diversidad
reconocidos por Ministerio del Interior, para étnica. Por una parte, para el caso de los pue-
el resto de la población susceptible de ser blos indígenas, existe una normativa (fuero
reconocida étnicamente su acceso a la etno- indígena) configurada desde el siglo XVIII, que
educación está pendiente, mientras la institu- ha contribuido a los modos de representación
cionalidad y el saber experto autorizado no y reconocimiento que de este grupo étnico se
determinen si son o no sujetos de dicho reco- tiene en el país. En ese sentido, el recono-
nocimiento. cimiento de lo indígena de cierta manera
precede la etapa de etnización de la reforma
Por ejemplo, en materia de derechos constitucional. Por otra, se encuentran los pro-
territoriales, los resguardos indígenas cesos de reconocimiento de las poblaciones
alcanzan en la Constitución el carác- afrodescendientes, raizales y el pueblo Rom.
ter de “entidades territoriales” con de- Para las comunidades negras de la cuenca del
recho a gobernarse por sus propias Pacífico, dicho reconocimiento se obtiene con
autoridades, administrar recursos, es- la promulgación de la Ley 70 de 1993. Para el
tablecer impuestos y participar en las caso de los raizales y el pueblo Rom, este pro-
rentas nacionales (artículos 286 y 287 ceso se tramita de forma distinta, ya que es por
de la Constitución). En cambio, la “ti- petición expresa de las organizaciones de es-
tulación colectiva de tierras” que se
tos grupos, a finales de los años noventa, que
establecerá para las poblaciones negras
el Ministerio del Interior, a través de la direc-
a partir de la reglamentación del ar-
ción de asuntos indígenas de la época, adelanta
tículo de la Constitución correspon-
diente, no implica los niveles de auto- una serie de estudios para producir conceptos
nomía de los resguardos indígenas que sustenten la naturaleza étnica de estas
(Agudelo, 2005, citado en Caicedo, comunidades. En el caso de estas tres pobla-
2008: 171-193). ciones, lo que acontece es un fenómeno de
reconocimiento tardío de su etnicidad.
Este aspecto es crucial, pues remite al princi-
pio del acceso a los derechos y los mecanis- Estos aspectos son constitutivos del panora-
mos y las disposiciones políticas y oficiales que ma que actualmente enfrenta la etnoeducación
le determinan. La creciente y dolorosa situa- o las etnoeducaciones, pues más allá de la plu-
ción de desplazamiento de grupos de afrodes- ralización del concepto, está en juego, en últi-
cendientes e indígenas, a las cabeceras mu- mas, la capacidad de tramitar la plurietnicidad
nicipales o a las capitales departamentales, está en una perspectiva amplia, y no de reducción
poniendo en crisis el marco con el cual han y recorte de su naturaleza diversa, compleja y
operado las políticas de reconocimiento. Así, dispersa.
por ejemplo, los funcionarios públicos suelen
señalar que, ante la grave crisis de recursos En otro plano, la etnoeducación se enfrenta a
para la educación pública, lo que una entidad las restricciones que arroja el actual modelo de
territorial puede hacer es otorgar cupos en los descentralización educativa, al supeditarse la
establecimientos escolares existentes, sin ofre- implementación del Decreto 804 a lo dispues-
cer una “educación especial” para el que to por la Ley 715, pues esta última deroga la

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Etnoeducación y políticas educativas en Colombia: la fragmentación de los derechos

Ley 60 de 1993, según la cual los pueblos indí- provienen de proyectos de cooperación interna-
genas y sus autoridades pueden manejar y cional, de aquellos procedentes del Ministerio
ejecutar con menor intervención de las enti- de Educación Nacional o de entidades territo-
dades territoriales. El cambio condujo a que riales que acceden a recursos extra por cuenta
los resguardos retornaran a la dependencia de las regalías. Así, el derecho a la etnoeduca-
de los municipios, para acceder a los recursos ción se reduce a un enunciado vacío de institu-
del sistema general de participaciones (Artícu- cionalidad y sin lugar alguno en las políticas
lo 82). Con este esquema se produce un nue- nacionales de educación.
vo tipo de integracionismo administrativo, ya
que los resguardos deben invertir los recursos
destinados a la educación, siguiendo la raciona- A modo de conclusión
lidad de la Ley 715, consistente en implementar
un modelo educativo nacional (estandari- Esta es la paradoja del multicultura-
zado), al condicionar el acceso a los recursos, lismo tal como se práctica en las demo-
por parte de las entidades territoriales, al cum- cracias occidentales consolidadas. Existe
plimiento de las metas que dicho modelo de- una amplia aceptación pública de la
fine (Pruebas Saber, planes de mejoramiento, idea de un Estado multicultural, pero
indicadores de gestión etc.). Es decir, se pro- no una amplia aceptación de las polí-
mueve la autonomía en el marco del integra- ticas étnicas (Kymlicka, 2007: 32).
cionismo administrativo.
Los recursos en educación llegan a cada rin-
En la medida en que el reconocimiento jurídi- cón del país y cada escuela, con el sesgo de la
co producido en el campo de la etnoeducación “revolución educativa” y con el dispositivo de
contiene una fuerte influencia indigenista, sin control de la Ley 715. ¿Cómo, entonces, pue-
querer indicar con esto que sea un modelo de abrirse camino el proceso etnoeducativo?
imitativo, se enfrenta a una realidad que, en el La mayoría de los estudios realizados en Co-
caso de las poblaciones afrocolombianas y lombia sobre el tema señala que lo que tene-
raizales, desborda lo consagrado en el dere- mos en esta materia ha sido garantizado, en
cho, pues ante su especificidad histórica, su su totalidad, por los movimientos y las orga-
dispersión a lo largo y ancho del país, y la falta nizaciones étnicas, muchas veces a través de
de garantías presupuestales como entidades su clara confrontación con la oficialidad
territoriales —dado que a los Consejos Comu- educativa.
nitarios no se les reconoce como órganos de
administración de recursos presupuestales—, La implementación de la etnoeducación ex-
se hace inviable el ejercicio de la autonomía, presa su marginalidad como política en el
tal como esta estipulado en el Decreto 804. escenario de las acciones, las políticas y los em-
peños institucionales. Su ausencia en muchos
Ante este panorama, queremos agregar una de los planes de desarrollo departamentales,
segunda consecuencia de la descentralización el desconocimiento de su obligatorio cum-
educativa: la marginalidad administrativa que plimiento en muchas entidades territoriales y
adquiere la etnoeducación, al quedar subor- la falta de mecanismos que garanticen su con-
dinada a los lineamientos que operan en el fi- dición de derecho fundamental, son las expre-
nanciamiento. No existe, en el país, a nivel del siones más recurrentes cuando se pregunta
presupuesto nacional ni de los planes de desa- por la suerte del Decreto 804 en departamen-
rrollo, algún tipo de rubro destinado especí- tos y municipios con poblaciones étnicas.
ficamente al desarrollo de la etnoeducación en
la nación o en las entidades territoriales. Los La vieja disputa por transformar la escuela y
pocos recursos que logran destinarse a este fin su conocimiento oficial heredado desde la

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Otras educaciones y etnoeducación

Colonia no logra resolverse, ni siquiera con- _, 1993, Ley 70, por la cual se desarrolla el artículo
tando con el reconocimiento constitucional transitorio 55 de la Constitución Política, Departa-
que se le otorga a los grupos étnicos para orien- mento Nacional de Planeación, [en línea], disponible
tar y administrar sus procesos educativos. Al en: http://www.dnp.gov.co/archivos/documentos/
contrario, en la actualidad son cada vez más DDTS_plan_integral_afro/LEY_70_1993_ AFRO
%5B1%5D.pdf
restringidas las posibilidades concretas de
autonomía educativa para los pueblos y sus
Colombia, Departamento de Planeación Nacional,
comunidades, pues son las políticas de mejo- 2006, “Plan nacional de desarrollo para las comu-
ramiento de la calidad y la ampliación de nidades negras”, Bogotá, mimeo.
cobertura las que definen lo que se debe ense-
ñar y lo que se debe saber hacer para asumir Colombia, Ministerio de Educación Nacional, 1985,
la condición multicultural. Los principios rec- Memorias Primer Seminario de Etnoeducación, Progra-
tores de las acciones institucionales en mate- ma de Etnoeducación, Bogotá, Ministerio de Educa-
ria educativa, en muchos de los territorios de ción Nacional.
los grupos étnicos y en el sistema educativo
que atiende a un número importante de esta _, 1992, Boletín No 1. Programa Nacional de Etnoedu-
población en ciudades y municipios, están cación, Bogotá, Ministerio de Educación Nacional.
supeditados a este marco de las políticas edu-
_ 1994, Ley 115, por la cual se expide la Ley Gene-
cativas nacionales, pues su carácter etnoeduca-
ral de Educación, Ministerio de Educación Nacional,
tivo aún está por reconocerse. Tal como lo [en línea], disponible en: http://www. mineduca-
sugiere Kymlicka, la etnoeducación se enfren- cion.gov.co/1621/articles-85906_archivo_ pdf.pdf
ta al dilema de un reconocimiento discursivo
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Referencia
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núm. 52, (septiembre-diciembre), 2008, pp. 15-26.

Original recibido: marzo 2008


Aceptado: junio 2008

Se autoriza la reproducción del artículo citando la fuente y los créditos de


los autores.

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