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Trujillo.

El escenario que el Perú utilizó para inaugurar los únicos Juegos


Bolivarianos de su historia es hoy una masa de cemento y polvo inservible para
cualquier actividad deportiva.

La edición 17 de la competencia internacional fue inaugurada en el complejo deportivo


Mochica Chimú, en Trujillo, el 16 de noviembre del 2013. La construcción del
escenario le costó al Estado S/.103’637,779.21; sin embargo, dos años y 26 días
después, la obra sigue sin ser concluida por la empresa responsable de su ejecución y
luce literalmente abandonada.

Además, el escenario deportivo fue levantado sobre el terreno que ocupaba el


recordado complejo Chicago, el mayor lugar de esparcimiento que tuvieron miles de
familias trujillanas durante décadas.

“Aquí hay un daño gravísimo. El complejo se construyó para los Juegos Bolivarianos y
luego la obra fue cerrada. Se engañó a la población. Se le dijo que tenía un
polideportivo culminado cuando no era así”, afirmó el procurador público de la
Municipalidad Provincial de Trujillo (MPT), Jorge Seminario Mauricio.

CEMENTO Y POLVO
El Comercio logró ingresar hace algunos días al complejo deportivo Mochica Chimú,
de propiedad del municipio de Trujillo. El escenario es desolador, espantador. Millones
de toneladas de polvo tapan fierros oxidados y cemento a la intemperie. Algunas
estructuras que iban a ser utilizadas para la construcción de uno de los techos
descansan incluso a pocos metros de un enorme basural.

Según el contrato entre la MPT y la empresa Consorcio Chicago II, integrada por
Constructora Málaga Hnos. S.A. y FCC Construcción S.A., en el complejo se tenía que
construir el estadio de atletismo Chan Chan, el polideportivo Huaca del Sol y el
coliseo Huaca de la Luna. El plazo de ejecución se vencía un día después de la
inauguración de los juegos.

De los tres escenarios, el coliseo Huaca de la Luna es el que está actualmente en peor
estado, pues es únicamente cemento y tierra. El polideportivo Huaca del Sol se ha
convertido en un cementerio de aves y el césped del estadio Chan Chan ya no sirve: el
olvido lo ha secado.

De acuerdo con un informe del Consorcio Supervisor Trujillo, empresa encargada de la


supervisión de la obra, el avance real de la misma es de solo 57,32%. “A la fecha
[marzo del 2014] debió ser de 74,56%”, se indica en el documento, al que El Comercio
tuvo acceso.

“El complejo Chicago fue siempre el escenario de los trujillanos. Servía para hacer
deporte o para compartir un día divertido con la familia”, recordó con nostalgia Daniel
Leiva, morador de la zona.

EN LITIGIO
El complejo deportivo Mochica Chimú fue inaugurado por el presidente Ollanta Humala
y el entonces alcalde de Trujillo y hoy candidato presidencial, César Acuña Peralta.
Actualmente, la obra se encuentra en arbitraje en la Cámara de Comercio de Lima. El
consorcio constructor Chicago II –integrado por la empresa Málaga– sostiene que la
MPT incumplió “su obligación esencial de pago”. El municipio, en cambio, afirma que
la empresa no cumplió con los plazos de ejecución y resolvió el contrato el 24 de abril
del 2014

https://elcomercio.pe/peru/la-libertad/trujillo-obra-construida-bolivarianos-luce-
abandonada-252399

Los doce estadios construidos o renovados para la Copa del Mundo


de Brasil 2014luchan por su supervivencia, cuatro años después de
disputado el torneo. Algunas de esas estructuras fueron construidas
en ciudades donde no existen equipos de alto nivel y se han
convertido en auténticos elefantes blancos.

Además de haber tenido un costo muy mayor al esperado, esos


estadios siguen siendo una carga debido a los elevados gastos de
mantenimiento. Y cuando las autoridades ya no pueden solventarlos,
empiezan a degradarse.

"Actualmente, algunas construcciones que costaron una fortuna


ya tienen problemas de filtración de agua, como el de Cuiabá
(centro-oeste), donde los trabajos ni siquiera se terminaron",
lamentó Paulo Henrique Azevedo, responsable de Gesporte, un grupo
de estudio sobre gestión deportiva de la Universidad de Brasilia (UnB).

En una entrevista con la revista Exame, el consultor en gestión


deportiva Amir Somoggi afirmó que la mejor solución
sería "implosionar los estadios menos rentables, como los de
Brasilia, Cuiabá o Manaos".

Exame señaló recientemente que 10 de los 12 estadios son


"monumentos a la corrupción", debido a malversaciones de todo
tipo durante su construcción.
El mítico Maracaná de Rio de Janeiro, la joya de la corona, tuvo una
refacción cargada de polémica e incluso fue abandonado durante
meses luego de los Juegos Olímipicos de 2016, debido a un
embrollo político-judicial que enfrentó al concesionario con el comité
organizador.

Un estudio del laboratorio de periodismo de la Universidad brasileña


Faap señala que solo el Arena Corinthians, en Sao Paulo, tuvo una
asistencia superior al 50% de su capacidad entre 2015 y 2017.
Incluso tuvo un promedio de 86% de asistentes en los 19 cotejos del
último campeonato brasileño, que ganó el Corinthians, con
unos 40.000 espectadores por partido.

Aun así, el estadio es una fuente de problemas para el club,


sumido en enormes deudas para financiar su construcción.

Paradójicamente, el Arena da Baixada de Curitiba (sur), del Atlético


Paranaense, que sufrió grandes demoras durante su construcción, es
uno de los mejor gestionados.

El Beira Rio de Porto Alegre, en el vecino estado de Rio Grande do


Sul, renovado para el Mundial, también tiene un buen desempeño,
al ser utilizado regularmente por el Internacional, uno de los mayores
clubes del país. Aunque sufre en comparación con el ultramoderno
estadio que Gremio, su gran rival, construyó desde cero, aun sabiendo
que no iba a ser utilizado para el Mundial.

La Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) debe aún


decidir cuál de los dos estadios acogerá los cotejos de la Copa
América de 2019, que tendrá lugar en Brasil.

En San Pablo, los organizadores del torneo también dudan entre el


Arena Corinthians, donde se disputó la apertura del Mundial 2014,
y el estadio de su gran rival Palmeiras, que no albergó cotejos de la
Copa pero es una auténtica joya, donde además se han celebrado
varios conciertos.

Albergar espectáculos además de partidos de fútbol es una forma de


dar algo de rentabilidad a estos elefantes blancos.

En Brasilia, donde se construyó el más caro de todos los estadios,


a un costo de 1.400 millones de reales (casi 600 millones de
dólares al cambio promedio de 2014), más del doble del
presupuesto inicial, las autoridades hablan del "elefante de colores".

Algunos espacios bajo las gradas fueron transformados en


oficinas de la administración y allí se realizan todo tipo de eventos,
incluso bodas.

Los estadios que no tienen uso y sólo generar gastos

Construidos para estimular el turismo en los paraísos naturales del


Pantanal y la Amazonía, los estadios de Cuiabá y Manaos se
erigieron en "desiertos" futbolísticos, donde son más frecuentes
los partidos de fútbol americano.

Otra manera de hacer que ciertos estadios resulten más rentables es


disputar en ellos algunos partidos de los principales equipos de Río,
pero se realizan muy esporádicamente como para asegurar un ingreso
sostenible.

En el empobrecido nordeste hay pasión futbolera, pero la asistencia a


los estadios de Salvador, Recife, Natal y Fortaleza depende mucho
de los resultados de los equipos de esa región, que oscilan entre la
primera y la segunda división.
El Mineirao de Belo Horizonte, maldito por ser el escenario donde
Brasil cayó 7-1 ante Alemania en las semifinales del Mundial de 2014,
solo alberga los cotejos del Cruzeiro, uno de los dos grandes clubes
locales. El Atlético Mineiro prefiere el estadio Independencia, más
pequeño y más rentable.

Pero la empresa que gestiona el Mineirao buscó una forma original de


conjurar el fatídico legado de aquel partido, al asociarse con
instituciones alemanas para subastar trozos de las redes de los
arcos de aquel partido, para obras de beneficencia.

https://www.infobae.com/america/deportes/2018/07/17/a-cuatro-anos-de-brasil-2014-
los-estadios-son-calificados-como-monumentos-a-la-corrupcion-y-recomiendan-
destruirlos/

https://www.infobae.com/fotos/2017/02/10/el-impactante-deterioro-de-las-sedes-
olimpicas-de-brasil-a-seis-meses-de-los-juegos/

Chimbote. El estadio Manuel Gómez Arellano, que hasta el 2007 fue el primer
escenario deportivo de Chimbote, se encuentra completamente abandonado y
convertido en un depósito municipal de carros.
Este recinto con capacidad para albergar a 13 mil espectadores tiene mucha
historia en este puerto, incluso fue escenario de dos partidos internacionales en
1993, cuando el Deportivo Sipesa enfrentó por la Copa Conmebol al Emelec del
Ecuador y al Atlético Mineiro del Brasil.
Sin embargo, en la actualidad luce abandonado. El campo se encuentra destruido,
lleno de salitre, arbustos y de mala hierba. No hay inodoros y lavaderos en los
servicios higiénicos de la tribuna popular, sin toldos en las tribunas de occidente,
con rajaduras en las tribunas y mallas oxidadas.
El regidor de la Municipalidad Provincial del Santa, Carlos Lynch Rojas, pidió
en sesión de concejo que los funcionarios del área de Deportes expliquen por qué
motivo se abandonó el estadio Gómez Arellano y por qué no se puede recuperar
dicha infraestructura.
“Me parece muy mal que el Gómez Arellano con mucha historia en Chimbote,
construido para la promoción del deporte, se encuentre abandonado. Lamento
que hasta hoy no se haya presentado e implementado un plan para recuperarlo y
ponerlo al servicio de la comunidad”, indicó.
Lynch planteó que la municipalidad del Santa busque un acercamiento con la
Federación Peruana de Fútbol o con el Instituto Peruano del Deporte, que podrían
invertir recursos para recuperarlo.

https://larepublica.pe/politica/1111156-estadio-de-chimbote-luce-abandonado-y-
convertido-en-un-deposito-de-carros

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