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Tema: La sociedad humana

1. Introducción
La sociedad humana, ha subsistido desde épocas primitivas y ha logrado su
desarrollo, gracias a la utilización de los recursos que obtiene de su ambiente
natural; como menciona Rodríguez (2006) los individuos y el ambiente se
influyen mutuamente. El ser humano interactúa con su ambiente el cual le provee
desde las necesidades básicas; alimentación, vivienda, protección hasta las más
avanzadas como las de convivencia con otras personas o incluso actividades de
ocio y descanso. Para Rodríguez (2006) el ambiente es entendido como el
conjunto de factores naturales, sociales y culturales que interaccionan con la vida
del ser humano en sus dimensiones, material y psicológico. Y es el mismo
ambiente natural, el que ofrece esta dotación de recursos, que han servido para la
satisfacción y las demandas que surgen de las actividades humanas principalmente
de la económica, tales recursos están limitados.

2. Desarrollo

Evolución de la sociedad humana


La evolución de la sociedad humana ha estado en constante desarrollo basada en
transformaciones de materiales y técnicas, con la finalidad de llegar a mejorar las
características de vida dependiendo siempre de las necesidades del hombre a
escala individual y social, buscando a sus inicios la equidad en todos los niveles
de sobrevivencia. A pasar el tiempo el hombre reconoció sus necesidades a
medida que la familia ascendía y simultáneamente con la comunidad. (Cabanillas,
2000).

Dichos cambios están enlazados con los ámbitos culturales, políticos, económicos
y sociales. La evolución de la sociedad actual está relacionada directamente con
la evolución de la personalidad de cada ser humano tanto de su independencia y
socialismo. Los efectos culturales son los más característicos cuando se habla de
evolución en la sociedad humana cada cultura tiene una red de patrones muy
diferentes que ayudan en el desarrollo socio cultural de la población en general de
una determinada geografía.
El medio ambiente proporciona al ser humano un conjunto de servicios
indispensables para su crecimiento, desarrollo social y económico. Nos ofrece
elementos y fuentes de energía necesarias para la elaboración de bienes, además,
recibe y capta desechos contaminantes que son resultado de la producción y el
consumo. En el ámbito social, el medio ambiente aporta una diversidad de valores,
como son los de existencia, de recreación, espacio personal, entre otros, que se
consideran importantes para el bienestar humano, haciendo de nuestro planeta un
lugar adecuado para la existencia de las múltiples formas de vida y de la propia
civilización humana (Rodríguez, 2006), permitiendo el desarrollo industrial,
poblacional, económico y social.

Un ejemplo de este impacto ocasionado por el desarrollo poco medido, en cuanto


al daño de los ecosistemas, es el cambio climático que se presenta en nuestros días
alrededor del mundo el cual es consecuencia grave de la sobreexplotación de los
recursos naturales, exceso de basura, dióxido de carbono en la atmosfera,
degradación de regiones naturales por intervención del ser humano, que afectan
negativamente a las mismas actividades humanas, y nos confirma la necesidad de
conservar de manera racional los recursos naturales. (Rodríguez, 2006)

Tipos de sociedad humana

Sociedades de caza y recolección


Son grupos de personas que dependen principalmente de alimentos silvestres para
su subsistencia. Hasta hace unos 12000 a 11000 años, cuando la agricultura y la
domesticación de los animales surgieron en el suroeste de Asia y en Mesoamérica,
todos los pueblos eran cazadores y recolectores.

Sociedades pastorales
Una sociedad pastoral es un grupo social de pastores, cuya forma de vida se basa
en el pastoreo y normalmente es nómada. La vida diaria se centra en la atención a
los rebaños. Las áreas desérticas o los climas donde es difícil cultivar son las
sociedades pastorales que han existido durante cientos de años. Como no podían
cultivar, dependían de la carne y los productos lácteos de sus rebaños.
Sociedades hortícolas
Las sociedades hortícolas se desarrollaron alrededor del 7000 a.C. en Medio
Oriente y poco a poco se extendieron al oeste, a través de Europa y África, y al
este a través de Asia. En una sociedad hortícola la gente subsiste mediante el
cultivo de plantas para el consumo de alimentos, sin el uso de herramientas
mecanizadas o el uso de animales.

Sociedades agrícolas
En una sociedad agrícola la economía se basa en producir y mantener cultivos y
tierras agrícolas. Las personas llevan un estilo de vida más sedentario que las de
las sociedades nómadas de cazadores-recolectores o pastores seminómadas,
porque viven permanentemente cerca de la tierra cultivada. (Rodríguez, 2006).

Sociedades industriales
En una sociedad industrial las tecnologías de producción en masa se usan para
fabricar grandes cantidades de productos en fábricas. La sociedad industrial
utilizada fuentes de energía externas, como los combustibles fósiles, para
aumentar la velocidad y la escala de producción, disminuyendo el trabajo humano
requerido.

Sociedades postindustriales
La sociedad postindustrial es la etapa del desarrollo de la sociedad en la que el
sector de servicios genera más riqueza que el sector manufacturero de la
economía. Esta sociedad está marcada por la transición de una economía basada
en la manufactura a una economía basada en servicios, una transición que también
está conectada con la reestructuración social. (Cabanillas, 2000).

3. Conclusiones
4. Bibliografía.

 Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.

 Morales, L. (2006). Estudio de la Sociedad en la época moderna . Argentina :


Editorial Luz Verde.

 Rodríguez, C. (2006). Desarrollo de la Sociedad . Córdova Argentina: Ediciones


Enermz.
Tema: La sociedad

1. Introducción

Nos referimos a la sociedad humana en general. Pero también en este sentido


resulta un concepto ambiguo por la amplísima variedad de formas sociales que el
hombre ha creado en el espacio y en el tiempo, y por la compleja evolución o
diversificación de las mismas. La perspectiva adoptada, además de estar
condicionada por la historia y el medio, se altera también según se dirija la
atención hacia las personas, hacia las instituciones, la cultura u otros aspectos. Esa
ambigüedad alimenta la imprecisión que el término sufre en el uso cotidiano y se
refleja con mayor gravedad en los equívocos y contrastes que vuelven
irreconciliables muchas de las definiciones presentadas por los tratados de
sociología. Intentaremos aquí captar un punto de convergencia para tantas líneas
y, superando la mera descripción funcional y empírica, elaborar una noción
esencial y permanente

2. Desarrollo

Definición.
Sociedad es un término complejo, susceptible de referirse a realidades distintas y
capaces de recibir enfoques contrapuestos. Su radical polisemia significativa ha
motivado gran variedad de definiciones. Estas dependen del punto de vista
adoptado o de los elementos que incluyan. En general se designa como sociedad
todo tipo de asociación o grupo formado por seres vivientes, a los que unen ciertas
semejanzas o coincidencias en su constitución o en sus actividades. Así, según la
diversidad de su objeto, puede referirse a hombres, animales o plantas; por la
diversidad de actividad puede ser sociedad natural, laboral o mercantil.
(Cabanillas, 2000).

Origen de la sociedad.

Etimológicamente, sociedad viene del término latino «socius», derivado de una


raíz indoeuropea que significa «seguir» o «acompañar». Socio es entonces el
cercano o asociado en algo común, sobre todo el que está al lado en la vecindad,
en el trabajo o en la batalla. Socio se contrapone a hostis, que es el extranjero, el
alejado, que por estar más allá de la puerta es visto como opuesto o incluso
peligroso. (Morales, 2006). Sociedad sería entonces la agregación o conjunto de
socios, de colegas, de colaboradores. La consideración etimológica ya sugiere el
contenido profundo de la definición real de sociedad. Definición que puede ser
elaborada desde distintas perspectivas, pero siempre con unos elementos comunes
y constantes.

Elementos de la sociedad.

1) Unión: La sociedad no es un hecho individual. Un hombre solo no basta para


formar una sociedad. Se precisa una multitud que se agrupe. Pero la unidad
resultante no elimina las diferencias ni produce un todo compacto, como
pretenden las posturas totalitarias que eliminan las diferencias individuales.
Al contrario, tal unión agrupa la pluralidad de hombres de modo que éstos
preservan su individualidad. Las particularidades individuales no se suprimen
en la sociedad, sino que se armonizan para que cooperen al bien del conjunto.
Incluso cabría decir que los rasgos particulares se definen y acentúan en la
interacción comunitaria.

2) Intencional: La unión social no es sólo producto de lazos físicos, biológicos o


instintivos. Tampoco resulta exclusivamente del empuje exterior de las
infraestructuras o de otros factores coactivos. Antes bien, es una unión que
brota del interior de la conciencia, fruto del conocimiento y la libre decisión.
Es una operación intencional y consciente. Es resultado de unos fines o bienes
que se proponen a la voluntad y la mueven. Según varíen estos motivos o el
juicio sobre ellos, el mismo grupo irá cambiando. (Morales, 2006). El carácter
intencional implica que la sociedad propiamente dicha sea una categoría
antropológica, aunque por razones analógicas suele referirse a los animales,
pero siempre como categoría descriptiva y no propia.
3) Activa: Aunque deriva de la naturaleza humana, la sociedad no brota de forma
espontánea, sino elaborada. Su fin no se alcanza automáticamente, sino por la
búsqueda intencional de los hombres asociados. Esta actividad sociogenética
presenta un doble aspecto: primero, en cuanto que cada uno con su decisión y
adhesión crea constantemente la sociedad, y segundo, en cuanto que,
integrado en ella, coopera incesantemente a la búsqueda colectiva del fin
común uniendo su aportación dinámica a la del conjunto de asociados. El
carácter activo se refleja en la acción social como el elemento básico de los
sistemas sociales.

4) Estable: La unión social no es eterna, pues toda sociedad ha tenido comienzo


y acabará desapareciendo. Pero ha de ser permanente, al menos en la
intención. (Morales, 2006). El compromiso responsable y capaz de mantener
la existencia del grupo y alcanzar los bienes buscados, desaparecería si la
sociedad se pactara bajo la provisionalidad de un plazo temporal. Por ello las
reuniones coyunturales, con determinación de su punto final (una
manifestación, un congreso, una excursión) no constituyen propiamente una
sociedad.

5) Estructurada: La unión social no produce un cuerpo amorfo y desorganizado


de individuos o átomos. La sociedad ha de configurarse en forma de
estructura, de sistema con elementos diversos, sean estos individuos
singulares o instituciones complejas. Todos ellos armonizan sus tareas y
funciones en favor del equilibrio, la estabilidad y el rendimiento del conjunto,
colaborando en la búsqueda del objetivo común.

6) Hacia un fin común: Todo lo que se hace, es realizado para lograr un fin.
También en este caso el logro de un objetivo común es la razón última que
motiva la unión social. Tal fin interesa y beneficia al conjunto de los miembros
que se asocian. Por ello tiene el carácter de bien y justamente se llama bien
común. Este ha de ser universal, es decir, más amplio y de superior calidad
que el interés particular de individuos o grupos parciales. (Cabanillas, 2000).
Y a la vez debe ser singular en cuanto beneficie a todos y cada uno de los
partícipes en la tarea grupal. Nunca podrá ser un bien ajeno a cada uno. La
unidad del fin, la obligación ineludible de alcanzarlo y la pluralidad de
miembros o factores que convergen en él revela la necesidad de una
coordinación efectiva que unifique los esfuerzos plurales. De ahí la aparición
de la autoridad como un elemento imprescindible de la sociedad.

3. Conclusiones

4. Bibliografía.

 Bibliografía
 Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.

 Morales, L. (2006). Estudio de la Sociedad en la época moderna . Argentina :


Editorial Luz Verde.
Tema: Socialización

Introducción

Un proceso mediante el cual el individuo se convierte en un miembro del grupo y llega a


asumir las pautas de comportamiento de ese grupo. Según Robert A. Levines existen tres
diferentes interpretaciones de este concepto, correspondientes en líneas generales a las
orientaciones de la antropología cultural, la sociología y la piscología.

Aquí vamos a destacar la interpretación de la sociología, que es la enseñanza de la función


o de la participación social. Esta perspectiva relaciona el proceso de socialización con la
consecuencia de la conformidad social. De esta disciplina el objetivo del proceso es la
aceptación del papel que el sujeto debe de desempeñar en la estructura social.

Desarrollo

La socialización es un proceso del individuo y un proceso de la sociedad. Por tanto son


dos procesos complementarios en su meta final, pero distintos en su origen, intereses, y
mecanismos de actuación. Uno es el interés de la sociedad y otro el del individuo. Por eso
el fenómeno de la socialización es estudiado tanto desde la Sociología como desde la
Psicología, aunque de hecho no estudian los mismos contenidos. (Fieldman, 2005)

Definiciones

"El Proceso por el cual los individuos, en su interacción con otros, desarrollan las maneras
de pensar, sentir y actuar que son esenciales para su participación eficaz en la sociedad"
(Vander Zanden, 1986).

"El proceso por cuyo medio la persona humana aprende e interioriza, en el trascurso de
su vida, los elementos socioculturales de su medio ambiente, los integra a la estructura de
su personalidad, bajo la influencia de experiencias y de agentes sociales significativos, y
se adapta así al entorno social en cuyo seno debe vivir" (Rocher, 2008)

Principales características de la socialización.

La socialización como capacidad para relacionarse El ser humano no se realiza en


solitario, sino en medio de otros individuos de su misma especie, de forma que si careciera
de esta relación de períodos fundamentales de su evolución, no podría vivir con
normalidad en nuestra sociedad.

La socialización como vías de adaptación a las instituciones Al menos, para no desentonar


gravemente en la comunidad de manera que, según la psicología social, no es idéntica en
todos los grupos, sino que se estructura en función de las exigencias sociales.

La socialización es una inserción social Esto es así, puesto que introduce al individuo en
el grupo y le convierte en un miembro del colectivo, en tanto que su conducta no sea
desadaptativa de la conducta más frecuente en sus componentes o se respeten las normas
de tolerancia y de convivencia. (Morales, 2006)

La socialización es convivencia con los demás Sin ella, el hombre se empobrecería y se


privaría de una fuente de satisfacciones básicas para el equilibrio mental. Esta
convivencia cumple con el objetivo de llenar las necesidades fundamentales de afecto, de
protección, de ayuda, etc.

La socialización cooperativa para el proceso de personalización Porque el «yo» se


relaciona con los otros y construye la «personalidad social» en el desempeño de los roles
asumidos dentro del grupo (Rodríguez, 2006).

La socialización como interiorización de normas, costumbres, valores y pautas Gracias a


la cual el individuo conquista la capacidad de actuar humanamente.

La socialización es aprendizaje. El hombre es un ser social, y en virtud de actividades


socializadoras se consigue la relación con los demás. Las habilidades sociales son el
resultado de predisposiciones genéticas y de las respuestas a las estimulaciones
ambientales. Dada la importancia que tiene para la Psicología Social esta última
característica, el siguiente apartado lo dedicaremos a examinar la socialización como
aprendizaje.

La socialización como aprendizaje de secuencias.

El proceso de aprendizaje es una actividad individual que se desarrolla en un contexto


social y cultural. Así, podemos definir el aprendizaje como un proceso de cambio
relativamente permanente en el comportamiento de una persona generado por la
experiencia. (Fieldman, 2005). En primer lugar, aprendizaje supone un cambio
conductual o un cambio en la capacidad conductual. En segundo lugar, dicho cambio debe
ser perdurable en el tiempo. En tercer lugar, otro criterio fundamental es que el
aprendizaje ocurre a través de la práctica o de otras formas de experiencia (p.ej.,
observando a otras personas).

Los agentes y las etapas de socialización

 La familia. En la Infancia y Etapa Escolar predominan la familia y escuela


respectivamente.
 Los grupos de iguales. Adolescencia y Edad Adulta son para el grupo de iguales.
En la Vejez, de nuevo la familia.
 El sistema educativo. En la Infancia y adolescencia
 Los medios de comunicación de masas. Los medios de comunicación social tienen
una presencia permanente aunque filtrada por la familia en los primeros años de
la vida, y filtrada por la propia ideología en la edad adulta y vejez.

Conclusiones

Bibliografía.

Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.


Fieldman, E. F. (2005). Psicología General . Mexico : Editorial Rever.

Morales, L. (2006). Estudio de la Sociedad en la época moderna . Argentina : Editorial


Luz Verde.

Rocher, Á. (2008). Desarrollo Psicosocial . Mexico : Ediciones Mg.

Rodríguez, C. (2006). Desarrollo de la Sociedad . Córdova Argentina: Ediciones Enermz.


Tema: Socialización familiar progresiva

Introducción

Los responsables de la transmisión de las normas, valores y modelos de comportamiento


son los llamados agentes de socialización, que son muchos y pueden actuar de acuerdo,
por lo menos en una serie de normas y de conductas en torno a las cuales se da un
consenso de toda la sociedad, pero que también pueden competir entre sí transmitiendo
diferentes contenidos que reflejan la pluralidad de los valores y opiniones existentes en
la sociedad ya que es difícil imaginar la socialización como un proceso unitario e
indiferenciado. (Fieldman, 2005)

La familia es el agente de socialización más importante en la vida de un individuo, no


sólo porque es el primer agente, sino porque se constituye en el nexo entre el individuo y
la sociedad. Es la familia la que socializa al niño permitiéndole interiorizar los elementos
básicos de la cultura y desarrollar las bases de su personalidad y la confirmación de las
expectativas de los padres puede adoptar dos formas de acuerdo al contexto.

Desarrollo

La familia como primer agente de socialización

La familia es una institución social. Referirnos a ella en la actualidad, implica


necesariamente tener en cuenta una amplia tipología que va desde la familia clásicamente
entendida: padre, madre e hijo/s hasta otros tipos cada vez más extendidos, como padres
y madres solteros, separados, divorciados, familias donde conviven hijos de distintos
matrimonios, parejas de un mismo sexo... El papel socializador de la familia se considera
en base a los distintos papeles socializadores que realizan cada uno de los miembros.
(Rodríguez, 2006)

Principales modelos de socialización familiar.

Los responsables de la transmisión de las normas, valores y modelos de comportamiento


son los llamados agentes de socialización, que son muchos y pueden actuar de acuerdo,
por lo menos en una serie de normas y de conductas en torno a las cuales se da un
consenso de toda la sociedad, pero que también pueden competir entre sí transmitiendo
diferentes contenidos que reflejan la pluralidad de los valores y opiniones existentes en
la sociedad ya que es difícil imaginar la socialización como un proceso unitario e
indiferenciado. La familia es el agente de socialización más importante en la vida de un
individuo, no sólo porque es el primer agente, sino porque se constituye en el nexo entre
el individuo y la sociedad. Es la familia la que socializa al niño permitiéndole interiorizar
los elementos básicos de la cultura y desarrollar las bases de su personalidad y la
confirmación de las expectativas de los padres puede adoptar dos formas (MILLER, P.A.
y otros, 1995): la primera forma de conformidad se etiqueta como obediencia y se refiere
a situaciones en las que un niño se ajusta a las peticiones o presiones de los padres
simplemente para obtener recompensas o evitar castigos. (Cabanillas, 2000)

Socialización y familia

Los modelos de adaptación a ella; proceso social en cuyo desarrollo el ser humano
adquiere e interioriza la cultura. Hay una socialización temprana e informal en la que se
produce una transferencia de pautas culturales y otra formal y sistemática. La familia y la
escuela son las instituciones sociales básicas en el proceso de socialización y deben ser
necesariamente consideradas en el diseño de todo procedimiento para ser aplicado en el
niño.

En las interacciones que sostienen los miembros al interior del grupo familiar, manifiestan
conductas que denotan la existencia de un fondo sociocultural tradicional, que es
activamente transferido al niño. La familia es la unidad estructural social básica que sirve
de instrumento a la sociedad, para llevar a cabo ciertas funciones específicas que le son
inherentes y son muchas las clasificaciones que se han propuesto para definir sus
funciones. (Cabanillas, 2000)Como unidad social básica la familia refleja el universo
sociocultural del conjunto de la sociedad, recibiendo inevitablemente su influencia al
mismo tiempo que influye en él.

La familia como agente socializador

Para sobrevivir, los seres humanos necesitan de la ayuda de los adultos durante un período
de tiempo relativamente largo. Este hecho ha llevado a todas las sociedades a organizarse
en torno a grupos de personas que generalmente conocemos bajo el nombre de familia.
Dada la ingente cantidad de modalidades que los diferentes grupos humanos han
inventado para organizar su convivencia, definir con absoluta concreción y validez qué
es la familia resulta una tarea imposible. (Rodríguez, 2006)
Por eso, al referirnos a ese tipo de grupo, es más conveniente utilizar la expresión
'estructuras familiares' para destacar, además, el hecho de que la familia ha conocido
formas organizativas muy distintas según el tipo de sociedad y el momento histórico.
Pero, independientemente de cuál sea su estructura -la forma de las relaciones de
parentesco, de las costumbres matrimoniales, del tipo de control de la conducta sexual o
de la realización de cualquier otra función-, la familia cumple con el cometido de
mantener y socializar al niño, al mismo tiempo que contribuye a mantener el control
social, constituyéndose en el primer agente de socialización, y no sólo por ser el primero
en actuar sino, fundamentalmente, por el carácter cualitativo de su influencia. En la fase
infantil el ser humano comienza su integración social. (Rodríguez, 2006)

Conclusiones

Bibliografía.

 Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.

 Fieldman, E. F. (2005). Psicología General . Mexico : Editorial Rever.

 Morales, L. (2006). Estudio de la Sociedad en la época moderna . Argentina :


Editorial Luz Verde.

 Rocher, Á. (2008). Desarrollo Psicosocial . Mexico : Ediciones Mg.

 Rodríguez, C. (2006). Desarrollo de la Sociedad . Córdova Argentina: Ediciones


Enermz.
Tema: Represiva

Introducción

Desde que nacemos y hasta que morimos, los seres humanos participamos de un proceso
continuo que nunca termina, por medio del cual nos transformamos propiamente en seres
humanos, en personas. Este proceso se llama socialización y es el mecanismo a través
del cual uno hace propias las normas de su grupo y surge un yo único y distintivo en cada
sujeto.

Desde la perspectiva de la sociedad, la socialización es el proceso de acomodar nuevos


individuos dentro de un modo de vida organizado y en una tradición cultural establecida.
Por su intermedio, cada sociedad reproduce la cultura y transmite los valores, creencias,
tradiciones y costumbres propias. Los padres, que en nuestra cultura son los principales
responsables de la socialización de sus hijos, son a su vez socializados por estos, al
experimentar las satisfacciones, recompensas y frustraciones del papel de padres.
(Rodríguez, 2006)

Desde la perspectiva del individuo, la socialización es el proceso de transformar un


animal humano en persona y que adquiera un yo. A través de su interacci6n con otros,
cada individuo se va formando una imagen de sí mismo, descubre destrezas y adquiere
conocimientos y, en ciertas condiciones favorables, llega a desempeñar una actividad en
la cual se realice para sí mismo.

Vista así, la socialización cumple dos propósitos fundamentales: la transmisión de la


herencia social y cultural, y el desarrollo de la personalidad.

Desarrollo

Socialización represiva

En el modelo represivo el niño tiene muy poco que decir respecto a su educación; él no
es un actor en el pleno sentido de la palabra, es más bien un espectador de lo que los
demás desean hacer con él. El niño discierne los deseos de los padres y trata de agradarle.
La relación es más bien fría e impersonal. Los deseos del niño suelen ser considerados
caprichos y resultan frecuentes los castigos de tipo físico. Las relaciones familiares son
instrumentales. (Rodríguez, 2006) Se dan, con cierta frecuencia, episodios violentos en
la familia. El niño es uno más y tiene muy poco que decir, si es que lo dejan. La
afectividad es baja y las órdenes se entienden como un mandato. De este modelo emerge
un individuo tímido, que no sabe tomar decisiones; con miedos y ansiedades, con
incapacidad para guiar su propia vida: una persona que obedece por temor al castigo antes
que por entender la importancia de la norma.

Características de la socialización represiva.

L. Baldwin (1945), mediante un estudio longitudinal, identificó dos dimensiones


básicas en el comportamiento paterno: democracia y control, definiendo la primera
como: comunicación verbal alta, consulta al hijo para la toma de decisiones, explicación
de las normas y reglas familiares, respuesta a las preguntas de los hijos; involucramiento
del hijo en la mayoría de decisiones posibles, concesión del máximo de libertad
compatible con su seguridad y con los derechos de los demás.

Por su parte, el control fue definido como: énfasis en las restricciones del comportamiento
del niño, las cuales son claramente transmitidas a éste, inexistencia de apelación por parte
del niño frente a las decisiones disciplinarias o aparición muy esporádica de éstas. Sin
embargo, las dos dimensiones no son independientes, pueden existir familias con un estilo
de crianza democrático, con altos puntajes en la demanda y obtención de
control. (Morales, 2006)

En otro estudio (1949), Baldwin concluyó que los hijos de padres democráticos son
socialmente interactivos, usan la persuasión verbal y la fuerza física para lograr sus
propios fines, son poco sensibles a las necesidades de otros y poco susceptibles de ser
influenciados, mientras que los padres altamente controladores hacen que sus hijos sean
obedientes, sugestionables, temerosos, poco tenaces.

Baldwin propuso que mientras el control autoritario de los niños es efectivo en hacer
que estos se conformen con las demandas culturales, impone muchas restricciones en su
libertad personal. Además, planteó que los niños deberían tener, voz en la toma de
decisiones de la familia, pocas restricciones en sus actividades y un rango lo más amplio
posible de autodeterminación y escogencia.

Finalmente, este autor planteó que la aproximación democrática en la crianza de los hijos
favorece su curiosidad e independencia de pensamiento y en consecuencia es preferible a
la aproximación autoritaria. (Morales, 2006)

Conclusiones

Bibliografía.

Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.

Fieldman, E. F. (2005). Psicología General . Mexico : Editorial Rever.

Morales, L. (2006). Estudio de la Sociedad en la época moderna . Argentina : Editorial


Luz Verde.

Rocher, Á. (2008). Desarrollo Psicosocial . Mexico : Ediciones Mg.

Rodríguez, C. (2006). Desarrollo de la Sociedad . Córdova Argentina: Ediciones


Enermz.
Tema: Socialización familiar participativa

Introducción

Los agentes de socialización son los responsables de la transmisión de las normas, valores
y modelos de comportamiento y, dentro de ellos, la familia es el más importante, no sólo
porque es el primero en actuar, sino porque se constituye en el nexo entre el individuo y
la sociedad. Es la familia la que socializa al niño permitiéndole interiorizar los elementos
básicos de la cultura y desarrollar las bases de su personalidad. (Rodríguez, 2006)

Toda familia socializa al niño de acuerdo a su particular modo de vida, el cual está
influenciado por la realidad social, económica e histórica de la sociedad a la que
pertenece. Se han delineado tres estilos de interacción entre padres e hijos que pueden
estar relacionados con el desarrollo de la conducta pro social: dictadores, autoritarios y
permisivos.

Desarrollo

Es importante señalar que el proceso de socialización transcurre durante toda la vida del
individuo. No obstante, se mantiene una distinción conceptual de dos etapas de
socialización: una etapa primaria y una secundaria. De acuerdo con Berger y Luckmann
(1968), la socialización primaria corresponde a la introducción del individuo en la
sociedad, es decir, a la internalización por parte del sujeto de un “mundo objetivo” social
construido por “otros significativos” encargados de su socialización. (Rodríguez, 2006)

La socialización secundaria se constituye en los procesos que introducen al individuo en


nuevos roles y contextos de su sociedad, incluyendo particularmente a los “submundos
institucionales” dependientes de la estructura social y la división del trabajo

Las familias están adquiriendo progresivamente diferentes formas, más allá de la


tradicional de una madre y un padre casados (ej. familias homoparentales, uniparentales).
En la actualidad se observa que otros factores pueden ser más determinantes para el
bienestar subjetivo que la estructura familiar, como por ejemplo, los recursos de la
familia, el apoyo social, la calidad de las interacciones entre padres e hijos y las
relaciones, así como el clima y la estabilidad emocional de la familia. (Morales, 2006)
El rol social

Los roles sociales son necesarios cuando aparecen distintas funciones que realizar dentro
de una organización. Se puede decir, pues, que gracias a que orientan normativamente la
acción social (la guían según ciertas normas socialmente aceptadas), los roles hacen
posible la interacción, así por ejemplo, dos vecinas, una médico y otra cartera, no actuarán
de la misma forma cuando dialoguen en la reunión de propietarias que cuando la segunda
visite a la primera por un problema de salud. En ambos casos, el rol social será distinto:
en la primera situación, desempeñarán el rol de vecinos; mientras que en la segunda una
desempeñará el rol de médico y la otra el de paciente. (Cabanillas, 2000)

Socialización y personalidad

Unas de las diferencias cruciales entre el ser humano y el resto de seres vivos son la
libertad y la no terminación biológica del ser humano, lo cual equivale a que nuestra
conducta no esté determinada por los instintos, así que nuestra conducta viene
determinada por los modelos culturales, y estos no están inscritos en el organismo
humano, no se transmiten hereditariamente. Todas las generaciones humanas han tenido
que aprender los modelos culturales de la sociedad en que viven, así el ser humano a
través de la educación y durante toda su vida aprende unas normas de convivencia en
sociedad. (Cabanillas, 2000)

Conclusiones

Bibliografía.

Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.

Rocher, Á. (2008). Desarrollo Psicosocial . Mexico : Ediciones Mg.

Rodríguez, C. (2006). Desarrollo de la Sociedad . Córdova Argentina: Ediciones


Enermz.
Tema: Sociabilidad

Introducción

El ser humano, por naturaleza, es intensamente social. Quiere ello decir que necesita
imperiosamente la comunicación y la relación con otros hombres, tanto para su desarrollo
como para su equilibrio personal y colectivo. Pero hay que diferenciar dos conceptos y
dos rasgos humanos que clarifican la dimensión social del hombre.

La sociabilidad es un concepto que tiene sus orígenes en los estudios sociológicos, entre
los que se destacan los realizados por autores como Georg Simmel, Max Weber y Georges
Gurvitch (1941), este último fue uno de los sociólogos del siglo XX más recurrentes en
emplear el citado término. Simmel introduce el concepto de sociabilidad en 1910. Más
adelante, Gurvitch en 1950 lo abordaría desde una perspectiva opuesta a Simmel. (Medrt,
2000)

Desarrollo

Naturaleza de la sociabilidad

No conviene confundir e identificar la sociabilidad y la sociabilidad, aunque ambos


conceptos tengan que ver con la relación interpersonal de los hombres, en cuantos seres
inteligentes y comunicativos.

Es la tendencia natural que posee el ser humano sano, por la cual se siente atraído hacia
los demás de forma intensa. En cuanto tendencia, equivale a la inclinación afectiva, a la
valoración mental y a la propensión moral a la relación con los demás. Equivale a
necesidad de presencia, de comunicación y de comprensión mutua. (Rodríguez, 2006)

Relación entre sociabilidad y socialidad

No resulta fácil diferenciar con suficiente claridad “socialidad” y “sociabilidad”, ya que


ambas van estrechamente unidas en la vida de cada persona y de las colectividades. Pero
sí es conveniente recordar, al menos, que la socialidad es realidad más externa y reclama
estudios basados más en la observación y de preferencia descriptivos. Los hechos
sociales, objeto de la sociología, son más cuantificables y se detectan por el simple
contacto con la realidad. Los hechos de sociabilidad están constituidos por sentimientos
y valoraciones, opciones y actitudes, influencias y preferencias, atractivos e inhibiciones,
todo lo cual se proyecta hacia la relación social. Se trata, en consecuencia, de un
fenómeno complejo e interior con singulares dificultades para su estudio y comprensión.

Rasgos de la sociabilidad

Interesa conocer la dinámica de la sociabilidad pues, en cuanto tendencia radical del


hombre, tiende a desarrollarse en el interior de la persona y crece en estrecha
comunicación con los demás. Se puede hablar de dos tipos de rasgos que se manifiestan
en la sociabilidad. Unos son situaciones que llevan al sujeto a tomar una posición entre
los demás seres humanos con quienes se relaciona. Otros son más operativos y personales,
y condicionan el estilo y modo de la propia vida social y participativa. (Rodríguez, 2006)

Rasgos posicionales de la sociabilidad

Impulsan al sujeto a colocarse en su justo lugar ante los que son iguales y ante los que se
le presentan como superiores o inferiores en algún aspecto o terreno. Las relaciones
verticales se hallan expresadas por la actitud ante la autoridad y, cuando el caso llega, por
la disposición a asumir la tarea del mando. (Rodríguez, 2006)

La autoridad, sea familiar, escolar, académica, cultural, social, etc., impulsa al hombre a
colocarse en actitud de dependencia. Con mesura y obediencia, lo cual equivale a decir
con sencillez y sumisión, cada uno se sitúa ante los jefes (y jefe significa cabeza) con
generosa disponibilidad. El rebelde, el que rompe sin sensatez con su superior, con sus
padres, con sus profesores, con sus jefes, expresa alteración en su sociabilidad más que
valor personal. El cauce para una maduración suficiente de la sociabilidad es el del respeto
y aceptación oportuna de la autoridad. Pero la autoridad repercute en la persona de
diversas formas, según la edad, el modo de ejercicio o el ámbito en que se desenvuelven
sus operaciones.

Rasgos operativos de la sociabilidad

Las operativas llevan más lejos que el simple tomar lugar en el contexto social al que se
pertenece. Implican al individuo para que el grupo progrese o se mantenga. Suponen
acción y, en cuanto acción, la sociabilidad requiere reflexión, esfuerzo, entrega,
constancia, fidelidad. Por eso es frecuente hablar de las virtudes sociales como fuerza
vital que subyace en la sociabilidad y, al mismo tiempo, la convierten en algo dinámico.
Entre las virtudes más “psicológicas” que dan vida a la sociabilidad, se pueden recordar
algunas más recomendables (Medrt, 2000)

Los niveles sociales

Como cualquier otra cualidad humana, la sociabilidad puede moverse y desenvolverse en


diversos niveles de ejercicio y compromiso. Unas veces se manifiesta en expresiones y
reflejos superficiales, que mantienen la comunicación con los hombres en terrenos
superficiales. Y en ocasiones llega a niveles de máxima profundidad. Los seres humanos
cuentan con muchas capacidades, pero tienen la libertad de explotarlas al máximo o
infravalorar su importancia. Por eso los grados de relación pueden ser muchos. Por
clasificarlos de algún modo se puede aludir a las tres formas generales en que se expresa
la comunicación al grupo y que llega desde el roce ocasional del equipo hasta el vínculo
profundo de la comunidad. (Fieldman, 2005)

Conclusiones

Bibliografía.

 Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.

 Rodríguez, C. (2006). Desarrollo de la Sociedad . Córdova Argentina: Ediciones


Enermz.
Tema: Karl Marx y el Capitalismo

Introducción

Como conjunto de ideas, el pensamiento de Marx es uno de los rasgos notables del
marxismo es que se le está reviviendo constantemente, a pesar de las formidables críticas
y a veces definitivas respecto de sus pretensiones y formulaciones. Por esta y otras
razones, no se le puede concebir como un conjunto puramente científico de ideas, dirigido
a "descubrir la ley económica del movimiento de la sociedad moderna" y a explicar todos
los acontecimientos culturales y políticos en función de ella. (Benedict, 2000)

No cabe mucha duda de que el propio Karl Marx estimaba que sus contribuciones eran
tan científicas, en el terreno de la conducta social, como las de Newton en el campo de la
física y las de Darwin en biología. Pero no existe un movimiento recurrente de
newtonismo o de darwinismo en física ni en biología. La señal de la verdadera ciencia
está en su desarrollo acumulativo. Las contribuciones de los que la practican se asimilan
y no hay retorno a las formas originales de teorías o doctrinas del pasado.

Desarrollo

Hay tres versiones principales del marxismo, identificables en la historia de las ideas, que
han recibido amplio apoyo. La primera, la más antigua y próxima a las vidas de Karl Marx
y Friedrich Engels en el tiempo, es la versión socialdemócrata. La segunda versión, que
adquirió amplia influencia después de la revolución rusa de octubre de 1917, es la versión
comunista, a la que se suele denominar visión leninista bolchevique. La tercera versión,
que surgió después de la segunda guerra mundial, puede denominarse "existencialista".
(Rodríguez, 2006)

El marxismo, desde un punto de vista existencialista, se ve fundamentalmente como una


teoría de la alienación humana y de cómo superarla. Se basa principalmente en los
documentos económico-filosóficos de París, sin publicar, de Karl Marx, a los que se tuvo
acceso por primera vez en 1932. Si bien estas tres interpretaciones del marxismo no están
separadas en compartimientos, por cuanto tienen en común ciertas actitudes, valores y
creencias, algunas de sus teorías básicas son mutuamente incompatibles. No sería
demasiado decir que si se tienen por ciertas las teorías básicas de cualquiera de estas tres
interpretaciones, las teorías básicas correspondientes de las otras dos tendrían que ser
falsas.

el marxismo fue principalmente una filosofía social. Sus voceros normalmente adoptaban
en filosofía y religión posturas que se oponían solamente a aquellas doctrinas cuyo efecto
se sospechaba que obstruía el crecimiento del movimiento de la clase trabajadora y el
desarrollo de su conciencia social. La libertad de pensamiento filosófico y religioso se
extendía a todos los pensadores que aceptaban el complejo de proposiciones sociales y
económicas que se enumeran más arriba y que definían la ortodoxia teórica marxista del
partido socialdemócrata alemán y de la mayoría de los miembros de la Segunda
Internacional. (Rodríguez, 2006)

El concepto de la necesidad social permanecía sin examinar por parte de los teóricos
marxistas y no se podía calzar, si se le interpretaba estrictamente, con el reconocimiento
de alternativas de desarrollo, alternativas de acción y posibilidades objetivas que se
presuponían en los programas prácticos del movimiento marxista de entonces. (Fieldman,
2005)

No obstante, poseía un núcleo racional de gran importancia. Porque acentuaba la


importancia de la disposición, preparación y madurez sociales como prueba y freno de
las propuestas de reforma y revolución. Servía de freno a la improvisación y euforia de la
acción inducida por la retórica revolucionaria, y también de consuelo en la derrota,
cuando se descubría que las condiciones objetivas no estaban maduras

Conclusión.

Bibliografía.

Benedict, C. (2000). Análisis del pensamiento de Marx. . Sevilla España: Ediciones Evs.

Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.

Rodríguez, C. (2006). Desarrollo de la Sociedad . Córdova Argentina: Ediciones


Enermz.
Tema: Emily Dubem y la Crisis de la Sociedad Liberal

Introducción

Los fines de siglo se prestan casi por igual a la fantasía y a la meditación. Fechas rituales,
que marcan convencionalmente el tránsito de centurias, ejercen una gran fascinación
sobre el imaginario social, sugiriéndole encrucijadas decisivas, cambios de marcha y
barrunto de nuevos horizontes y aunque obviamente los cambios históricos no vienen a
coincidir con el tiempo cronológico de! calendario, no dejan de suscitar por ello estas
fechas una atracción peculiar, como si se condensara en ellas, de modo simbólico, claro
está, una secreta fuerza de mutación. (Benedict, 2000)

Toda esta pleamar imaginativa puede llegar a ser un estímulo para la conciencia histórica,
si en tales circunstancias ésta se aplica a descubrir, metódica y reflexivamente, puntos de
fractura, diferenciar sensibilidades y mentalidades de época, establecer comparaciones
bien fundadas, hacer balance y conjeturar nuevas perspectivas en el acontecer histórico.
El "caso clásico" de esta mutación, como ha señalado Raymond Carr, es cuando el fin de
siglo viene a coincidir con la conclusión de un período de crisis, como es e! caso, a su
juicio, del final del siglo XIX en España y en Europa. Pero, "incluso sin la presencia de
una crisis generalizada, el cambio de siglo proporciona al historiador un punto de
observación privilegiado

Desarrollo

Crisis de la conciencia liberal

En el último cuarto del siglo XIX, tras las conquistas de la revolución burguesa y su
estabilización en el sistema liberal en toda Europa, el liberalismo entraba en una crisis de
agotamiento, que era a la vez, de consumación y de consunción. De un lado, el liberalismo
había consumado su tarea en la emancipación de la conciencia individual y la
secularización de las instituciones políticas. Su obra había sido instaurar un sistema de
libertades, que permitiera la libre iniciativa del individuo y pusiera límites al poder del
Estado, superando su forma teocrática y absolutista. Ese ideal se ha realizado ya
completamente en Europa. Este sistema, digámoslo otra vez, ha triunfado
definitivamente, aseguraba José Moreno Nieto a sus oyentes del Ateneo de Madrid, en la
temprana fecha de 1878, trazándoles el magnífico cuadro de los logros de la revolución
liberal. (Rocher, 2008)

El liberalismo económico afirma que la economía de mercado constituye la mejor manera


de garantizar el crecimiento económico y de mejorar el nivel de vida de la población de
una sociedad dada. Cuando se habla de mejorar el nivel de vida, se refiere a todos los
estratos sociales y en particular los más desamparados. (Benedict, 2000)

Este punto merece destacarse dada la opinión ampliamente aceptada según la cual el
liberalismo es una ideología al servicio de la clase social menos favorecida. Lo contrario
es, en general, verdadero: los partidarios del liberalismo adoptan esta posición porque
piensan que este sistema ofrece las condiciones para mejorar la suerte de las clases
desfavorecidas de la sociedad. Así, yo hablé de economía de mercado, pero podría
también hablar de economía capitalista. Una economía de mercado no capitalista, es decir,
una economía de mercado compuesta de productores independientes o empresas
autogestionadas, es un concepto que nunca se ha personificado históricamente. En los
hechos, sólo hay economías de mercado que eran también economías capitalistas. Los
dos términos serán pues utilizados indistintamente. (Rocher, 2008)

En el sistema liberal los derechos subjetivos tuvieron un reconocimiento –que no su


garantía–, más o menos extenso, generalmente, a través de constituciones con valor de
leyes ordinarias. Hasta los inicios del siglo XX, los titulares de tales derechos eran los
varones en los que concurrieran determinadas condiciones económicas o intelectuales.
(Benedict, 2000) Como superación de la crisis del sistema liberal, tras la I Guerra
mundial, una vía de solución optó por negar la existencia de los derechos del individuo;
la otra amplió el elenco con la toma en consideración de los derechos sociales y políticos,
declarando asimismo su carácter universal y reforzando su garantía al considerarlos un
componente necesario de la constitución, de la ley fundamental.

Este concepto de Estado de derecho y del papel de la constitución son la base de la idea
kelseniana de jurisdicción constitucional. Para este autor, “una constitución que carezca
de la garantía de la nulidad de los actos inconstitucionales no es, desde un punto de vista
técnico, completamente obligatoria”. La justicia constitucional es el instrumento jurídico
principal que le permite realizar su papel de garantía de la democracia. Debe ser una
justicia independiente tanto del parlamento como del gobierno. Un tribunal constitucional
no contradice la división de poderes; es más bien su confirmación.
Conclusiones

Bibliografía.

Bibliografía
Benedict, C. (2000). Análisis del pensamiento de Marx. . Sevilla España: Ediciones Evs.

Rocher, Á. (2008). Desarrollo Psicosocial . Mexico : Ediciones Mg.


Tema: Max Weber y la construcción racional de la sociedad

Introducción

El proceso de racionalización en occidente tal como lo presenta Weber puede entenderse


como un proceso histórico de alcance universal. Dicho proceso hunde sus raíces en la
religión y desde allí se extiende al total de las esferas de la vida, siendo sus consecuencias
para la vida moderna variadas y múltiples. Dentro del diagnóstico weberiano de la
modernidad, el capitalismo como forma de economía racional y la burocracia como la
forma más racional de administración cumplen un papel fundamental ya que contribuyen
al desarrollo de dicho proceso al tiempo que lo constituyen como tal. (Esparta, 2005)

Es en este sentido que presentaremos aquí la relación entre dicho proceso y el análisis de
los tipos puros de dominación legítima propuesta por el autor. Se pretenderá dar cuenta
de cómo se desarrolla la ratio como tendencia histórico-universal hacia el interior de la
tipología considerando que si bien el tipo de dominación racional-legal presenta de forma
más acabada las consecuencias del proceso de racionalización en occidente, veremos que
el caso de la dominación carismática es particularmente interesante ya que una vez
“rutinizado” el carisma en su interior la dominación puede tomar un decurso racional vía
la “transformación anti-autoritaria del carisma”. (Morales, 2006)

Desarrollo

Contexto cultural

Max Weber nació el 21 de abril de 1864 y murió el 14 de junio de 1920. Tal vez estas
fechas digan poco a un lector del siglo 21, pero situándolas en su contexto histórico, se
verá que fue testimonio de la creación del Imperio (1871), de su hundimiento (1918) y
del nacimiento de la República de Weimar (1919) a la redacción de cuya constitución
contribuyó decisivamente. A lo largo de su vida conoció dos guerras nacionales (1866 y
1870), una guerra mundial (1914-1918) y tres revoluciones (las de 1905 y 1917 en Rusia
y 1918 en Alemania). Su disección de la sociedad burguesa es, pues, también una
consecuencia de su conocimiento vivo de la historia y de su experiencia inmediata de la
transformación del mundo cultural que había sido el de los grandes propietarios
latifundistas prusianos aburguesados [Junkers] y acabará siendo el de las tensiones
obreras y el ascenso de la socialdemocracia. (Esparta, 2005)
Aporte cultural

Como sociólogo, Weber ofrece un testimonio de primera mano sobre la crisis de la


tradición prusiana y el surgimiento de los Estados modernos. La Alemania de su tiempo
vive unos cambios sociales, históricos y culturales profundos que harán posible que, por
primera vez, la modernidad tome conciencia de sus límites y de la distancia entre su marco
jurídico y la realidad social. Ese proceso, que él denominó «racionalización del mundo»,
no puede pensarse sin tensiones y contradicciones y constituye el tema básico o el hilo
conductor de toda su obra. Weber fue capaz de ver hasta qué punto la racionalidad formal
de la empresa, del derecho o del estado es inseparable de, y tiene en su vértice, la
irracionalidad del dominio carismático y de la burocracia. (Morales, 2006)

Pensamiento de Weber en la construcción racional de la sociedad.

El concepto expuesto de dominación por Weber identifica algunas características donde


se refiere a una acción que facilita la probabilidad de “encontrar obediencia a un mandato”
y la capacidad de generar subordinación para el mismo. Esto representa el contenido de
los individuos presentes en la acción con determinados fines y arreglos. Lo que significa
que hace referencia a una relación social duradera, un poder estructurado u organizado y
una acción referida a la obediencia y la existencia de un orden legítimo (Esparta, 2005)

Conclusiones

Bibliografía.

Benedict, C. (2000). Análisis del pensamiento de Marx. . Sevilla España: Ediciones Evs.

Morales, L. (2006). Estudio de la Sociedad en la época moderna . Argentina : Editorial


Luz Verde.
Tema: La nueva Sociología y Antropología y sus efectos jurídicos en el mundo
globalizado.

Introducción

Los procesos transnacionales como la globalización política, económica y cultural


enfrentan a las ciencias sociales con una serie de desafíos teóricos y metodológicos. Estos
desafíos surgen debido a que lo global (ya sea una institución, un proceso, una práctica
discursiva o un imaginario) trasciende el marco exclusivo del Estado-nación y al mismo
tiempo habita parcialmente los territorios y las instituciones nacionales. Vista de esta
manera, la globalización no se limita ya a la noción convencional que la define como un
proceso de formación de instituciones exclusivamente globales y de interdependencia
creciente entre los estados-nación del mundo. (Sousa, 2002)

Si lo global, en efecto, reside en parte en el interior de lo nacional, resulta evidente que la


globalización, en sus distintas modalidades, compromete de manera directa dos supuestos
clave de las ciencias sociales. El primero de ellos es la concepción implícita o explícita
del Estado-nación como contenedor de los procesos sociales.

Desarrollo

El retorno de la ciudad como prima de la teoría social

La ciudad tiene una larga historia como espacio estratégico para la exploración de los
grandes temas de la sociedad y la sociología. Pero no siempre ha sido un espacio con
capacidad heurística, es decir, la capacidad de producir conocimiento sobre las
principales transformaciones de una época histórica. Sí la tuvo durante la primera mitad
del siglo xx, cuando su estudio fue central para la sociología, como puede comprobarse
en la obra de Simmel, Weber, Benjamin, y, sobre todo, en la escuela de Chicago con Park
y Wirth, quienes recibieron una fuerte influencia de la sociología alemana. (Sousa, 2002)

Cuando la producción teórica y las investigaciones se centran en la ciudad, es posible


hacer un corte a través de ese estatismo y rescatar la reconfiguración de las jerarquías
espaciales que se están dando en la actualidad. Varias disciplinas muestran interés en la
ciudad como espacio para la investigación de las principales dinámicas contemporáneas,
cada una con sus propias herramientas analíticas.
La globalización puede desconstruirse en términos de los lugares estratégicos donde se
materializan los procesos globales y los vínculos que los conectan. Entre dichos lugares
se encuentran las zonas francas de exportación, los centros bancarios “offshore” y, en un
nivel mucho más complejo, las ciudades globales. Esto produce una serie de geografías
específicas de la globalización y subraya el hecho de que el fenómeno no abarca todo el
planeta. Es más, se trata de geografías cambiantes, que en ciertos casos han sufrido
cambios a lo largo de los siglos y, en una nueva fase, a partir de 1980. En su etapa más
reciente, estas geografías también han incorporado el espacio digital. (Medrt, 2000)

Impacto de la globalización en el mundo jurídico

La globalización es un fenómeno del que puede decirse que existe desde el inicio de la
humanidad y concretamente a partir del momento en que los grupos humanos empezaron
a entrar en relación. Ella implica un contacto entre culturas que se entremezclan y se
nutren unas a otras, generando una simbiosis de costumbres y culturas, que se incrementa
cada vez más, y especialmente en las últimas décadas a raíz de los avances tecnológicos.
Su impacto abarca todos los aspectos de la sociedad humana, tanto a escala general como
particular, y se entrevera en todos los sectores del quehacer del hombre.

El fenómeno globalizador en sus dos vertientes, la denominada cosmopolita, producto del


desarrollo normal de las relaciones entre Estados, y la designada globalización impuesta
de corte neoliberal, han ido incrementando sus influencias, y han generado procesos de
integración y de sobre posición institucional que, aunque en ciernes, empiezan a mostrar
sus efectos y resultados (Sousa, 2002)

El consenso del Estado de derecho y del sistema judicial.

Este es uno de los componentes esenciales de la nueva forma política del Estado e
igualmente el que mejor procura vincular la globalización política a la globalización
económica ya que el sistema normativo es el articulador de los sistemas. El modelo de
desarrollo definido por el consenso de Washington reclama un nuevo marco legal que sea
adecuado a la liberalización de los mercados, de las inversiones y del sistema financiero;
en un modelo fundado en privatizaciones, en la iniciativa privada y en la primacía de los
mercados, el principio del orden, de la previsibilidad y de la confianza no pueden provenir
del poder del Estado; estas condiciones solo pueden provenir del derecho, de un marco
normativo y de un sistema judicial que las faciliten. (Cabanillas, 2000)

Conclusiones

Bibliografía.

Benedict, C. (2000). Análisis del pensamiento de Marx. . Sevilla España: Ediciones Evs.

Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.

Sousa, B. d. (2002). La globalización del derecho. Los nuevos caminos de la regulación


y la emancipación. Santa Fé de Bogotá - Colombia : Facultad de Derecho,
Ciencias Políticas UN, ILSA.
Tema: Ciudad y urbanización

Introducción

La ciudad es el elemento articulador más importante de las sociedades humanas (espacio,


relaciones e intercambios) aunque esto no ha sido siempre igual a lo largo de la historia.
La urbanización ha sido progresiva desde que aparecieron las primeras ciudades en
Mesopotamia. Posteriormente crecerá durante la Plena Edad Media, pero será el siglo
XIX y la Revolución Industrial, los momentos que marcan el punto de inflexión hasta la
verdadera explosión de los últimos cuarenta y cincuenta años. En la actualidad podemos
asegurar que la ciudad es un trasunto fiel de la evolución de las sociedades, de sus
preferencias estéticas y regímenes políticos. Cómo veremos a lo largo del tema, todos
estos aspectos darán un resultado u otro que modelarán los paisajes urbanos de nuestro
planeta. (Ferrer, 2012).

Desarrollo

El fenómeno urbano, evolución histórica

La industria, tráfico las construcciones vistosas las ciudades son vistas como algo nuevo
en la historia. Sin embargo, los orígenes de las ciudades se remontan a miles de años atrás
y han pasado por tres fases distintivas. La primera fase comenzó entre 5 y 6 mil años atrás
con asentamientos que se convirtieron en lo que conocemos como las antiguas
civilizaciones del valle de Mesopotamia (hoy Irak), Egipto, India y China. Los primeros
asentamientos dependían mayormente de la agricultura y de animales domésticos, pero,
conforme la civilización creció en tamaño y en rutas de comercio, estos asentamientos se
convirtieron en centros para mercaderes, artesanos y oficiales del gobierno. La división
entre "pueblo" y "ciudad", "urbano" y "rural" había comenzado. Un patrón similar fue
seguido por las civilizaciones Griega, Iraní, Romana y de la Gran Zimbabwe. (Ferrer,
2012).

La segunda fase en el desarrollo de las ciudades vino más adelante con la revolución
industrial en Europa a mediados del siglo XVIII. Las fábricas necesitaban de un gran
número de trabajadores y la actividad comercial creció, creando oportunidades nuevas en
las ciudades. Buscando empleo y una vida mejor, las personas se mudaban de las zonas
rurales a las ciudades en grandes cantidades, algo nunca antes visto.
La tercera fase comenzó después de la Segunda Guerra Mundial. El más largo y rápido
crecimiento en la población urbana del mundo se ha suscitado a partir de 1950. En tanto
que la economía mundial se volvió internacional y creció en tamaño, las ciudades
alrededor del mundo crecieron a pasos agigantados. Mucho de este crecimiento se ha
concentrado en Asia, Latinoamérica y África, aunque algunas ciudades de Estados
Unidos como Phoenix y Los Ángeles han crecido al mismo ritmo. (Ferrer, 2012).

La urbanización

La ciudad comenzó a ser objeto de estudio a principios del siglo XX con autores como
Otto Schluter o Paul Blanchard. Posteriormente surgirán distintas corrientes: la Nueva
Geografía (con Christaller a la cabeza), la Geografía Radical (Mattson), la Geografía
Social, la Geografía de la Percepción… Todas ellas tuvieron que hacer frente a la
dificultad de definir “qué es una ciudad”, ya que se trata de un término complejo, de
naturaleza cambiante y con fenómenos muy heterogéneos.

Concepto de lo urbano

En la actualidad se ha superado la dualidad campo-ciudad debido a:

 La suburbanización, que consiste en el desarrollo de la corona exterior y


degradación (en ocasiones) del centro
 La rururbanización, donde se asiste a la residencia en el mundo rural pero con
habitantes y funciones urbanas.
 La reurbanización, centrada en la rehabilitación de los cascos históricos. Todo
esto nos ayuda a entender la ciudad como un sistema. (Corre, 1988).

El proceso de urbanización del planeta

Se trata de un fenómeno que nace producto de la historia y las relaciones sociales y que
no va a nacer sincrónicamente en el planeta, algo que ya habíamos apuntado.
Tradicionalmente las explicaciones a las causas que motivaron la creación de los primeros
asentamientos se centraban en factores ambientales. Son las llamadas “teorías
hidráulicas” que basan ese surgimiento en el clima propicio y la accesibilidad al agua en
la zona del Próximo Oriente. (Ferrer, 2012)
La ciudad en el tercer mundo

El proceso de urbanización en el Tercer Mundo ha estado desligado del crecimiento


económico e industrial paulatino que ocurrió en occidente. Las ciudades de estos países
se nos presentan como un caos de tráfico, con viviendas pequeñas e insalubres, peligrosas
para la salud y con un alto nivel de delincuencia. A su propia dinámica natural se ha
añadido un permanente flujo migratorio que obedece a un intento de mejorar las terribles
condiciones de vida en el campo. Se trata de un proceso urbanizador heredado del pasado
colonial, donde existe una terciariazción económica pero dominada por el subempleo y
con una sorprendente segregación espacial en favelas o bastis. El panorama es desolador
pero algunas ciudades como Hyderabad en La India o Porto Alegre en Brasil están
logrando buenos resultados. (Corre, 1988).

Conclusiones

Bibliografía.

Corre, B. (1989). Las claves del urbanismo. Barcelona: Ariel.

Ferrer, M. (2012) “Los sistemas urbanos”. Colección Espacio y sociedad nº 14. Madrid:
Síntesis.
Tema: Conflictos y cambios sociales

Introducción

La noción de conflicto se inscribe dentro el campo de los saberes sociales en torno a los
principios explicativos del funcionamiento de la sociedad: orden e integración. Ya en los
autores clásicos encontramos diferencias entre quienes postulan que la sociedad se
encuentra organizada jerárquica y armónicamente y quienes sostienen la presencia de
conflictos, reconociendo en ellos una decisiva influencia en el cambio social. En épocas
de evidente contradicción social, dicho concepto recupera su potencial interpretativo. En
efecto, el modo en que se comprenda y se conceptualice el conflicto incide en las
decisiones políticas y sociales que adoptan distintos actores sociales, dando lugar a
acciones represivas, pseudos-regulatorias o regulatorias efectivas.

La idea de conflicto se inscribe en el debate en torno al orden y la integración social, esto


es, en torno a los principios explicativos del funcionamiento de las sociedades. Ya en la
Filosofía clásica aparecen diferencias entre quienes postulan que la sociedad se encuentra
organizada jerárquica y armónicamente, y quienes sostienen la existencia de conflictos
en toda realidad, restando a los mismos las calificaciones de desviación o excepción y
reconociendo en ellos una decisiva influencia en el cambio social.

Desarrollo

El conflicto como eje central en el cambio social

En la historia de la teoría social, el filósofo español Jesús Giner identifica dos tradiciones
de pensamiento según la posición que asumen respecto al orden y la integración social.
Una de ellas se inspira en Rousseau, quien defendía una imagen armónica de la sociedad,
según la cual la integración social es el resultado del consenso de sus elementos. En esta
tradición, en la cual se identifica también a los pensadores funcionalistas Parsons y
Redfield, la sociedad es comprendida como un sistema estable de elementos, del
equilibrio y el consenso entre ellos depende el mantenimiento de la sociedad. (Valladares,
2000)

La segunda tradición de pensamiento identificada por Jesús Giner, se inspira en el modelo


de pacto social de Hobbes. El pacto social así entendido es una forma de coacción que
busca resolver, como única alternativa identificada, la discordia existente en la base de la
sociedad. En esta tradición se inscriben pensadores como W. Mills, Lewis, T. Bottomore,
Giddens, Touraine, S. Ossowski. Si bien existen diferencias, al interior de esta tradición
se coincide en entender la sociedad como integrada por elementos contradictorios que
contribuyen al cambio social. La vida social transcurre entre el cambio y el
mantenimiento, este último es permitido por la coacción de unos elementos sobre otros.

Teorías del conflicto

Hacia fines de 1950 y en la década de 1960 el funcionalismo estructural de Parsons es


objeto de diversas críticas, entre ellas ser políticamente conservador, incapaz de tratar el
cambio social, debido a su interés por las estructuras estáticas, e inadecuado para
comprender correctamente el conflicto social. En el esfuerzo de algunos sociólogos por
integrar el interés por la estructura con el interés por el conflicto, se origina la Teoría del
conflicto. El primer esfuerzo de relieve se encuentra en un libro de Lewis Coser (Las
funciones del conflicto social, 1956), en el cual busca analizar las funciones que el
conflicto cumple en términos de sostenimiento del orden. Define el conflicto social como
“la lucha por los valores y por el status, el poder y los recursos escasos. (Morales, 2006)

Pensamiento social Latinoamericano

Según algunos historiadores latinoamericanos, como es el caso del panameño Ricaurte


Soler, el siglo XIX culmina en América Latina hacia 1880, con la creación del Estado
liberal oligárquico. Tal Estado es de central importancia en la historia de nuestra región,
en tanto se concentró en la construcción de realidades nuevas (democracia liberal,
búsqueda de formación y consolidación de las nuevas naciones), antes que en la
destrucción de estructuras del pasado (formas serviles de trabajo, latifundios). El siglo
XX se inicia en el marco de consolidación de tales Estados, pero se caracteriza por la
incidencia configuradora que tuvo en cada país un nuevo factor externo: el imperialismo.
La obra “Nuestra América” del cubano José Martí (1891). (Valladares, 2000)

Los diferentes tipos de conflicto social

La sociología propone, de manera directa o indirecta, varias maneras de distinguir los


diversos tipos o modalidades de conflicto social. Algunas se basan en una jerarquía que
va desde el conflicto más elevado, en lo que refiere a lo que está en juego, hasta sus
expresiones más limitadas. Así pues, en el contexto de las perspectivas con una fuerte
influencia de Karl Marx, la lucha de clases aparece como la forma más elevada del
conflicto, la más central, la más determinante. Desde este punto de vista, muchas luchas
concretas pueden incluir esta dimensión simultáneamente a otras, y pueden, por ejemplo,
conjugar reivindicaciones de bajo nivel de proyecto, con exigencias que busquen
modificar la relación entre contribución y retribución a favor de los protagonistas de la
acción, una presión de tipo político, para que, por ejemplo, cambie la legislación sobre
un punto preciso, y la afirmación de una aspiración histórica o de una utopía que relevan
directamente del conflicto de clases. (Benedict, 2000)

El lugar de conflicto de clases

El lugar del conflicto de clases en la sociología es eminentemente fluctuante en tiempo y


espacio, y varía ante todo en función de las realidades mismas. En algunos contextos, el
conflicto propiamente social, aquel que, en las sociedades industriales, se arraiga en el
trabajo y en las relaciones de producción y que se prolonga con respecto a la
redistribución, el consumo o el espacio urbano, ocupa un lugar importante y suscita
numerosas investigaciones e importantes debates sociológicos. (Valladares, 2000).

Conclusiones

Bibliografía.

Morales, L. (2006). Estudio de la Sociedad en la época moderna . Argentina : Editorial


Luz Verde.

Valladares, R. (2000). Sociología contemporánea . Sevilla - España : Altos Estudios de


Sociología .
Tema: Políticas e intercambios en la relación de poder

Introducción

El objeto de la ciencia es la política la politeia de los griegos, es decir, la comunidad


política lo que significa que estudia las interacciones que se producen entre los individuos
y otras unidades políticas en relación con el poder. A subrayar aquí el concepto de
producción de relaciones en la medida en que los individuos, en cuanto sujetos a la vez
individuales y sociales, producen constantemente sus relaciones políticas en el tiempo y
en el espacio, y en un proceso a la vez material y simbólico. (Estrada, 2005)

El objeto político es entonces, una forma de relación social que se articula en relación y
para el poder. Ahora bien, la problemática política debemos estudiarla en cuanto se
manifiesta en la realidad social e histórica mediante estructuras, sistemas, instituciones,
normas, costumbres, creencias y valores que le son propios y característicos y cuya
especificidad reside precisamente en que se producen en relación con el poder y las
modalidades como éste se ejerce. (Cabanillas, 2000)

En realidad, la política es una construcción intelectual, es un constructo conceptual y


teórico que, para ser conocido y re-conocido, necesita manifestarse, expresarse, cristalizar
más o menos concretamente, en formas de relación social y política cuya materialidad
nos permita identificarlos y someterlos a análisis y crítica. Si no existieran las
estructuras, normas e instituciones en las que se realiza la vida política de una sociedad
determinada, no tendríamos forma de conocer de su existencia.

Desarrollo

Poder y poder político

La organización política funde íntimamente, integrándolos en una unidad superior, los


conceptos de poder y de fin sobre una base sociológica. La actividad que despliega la
organización política implica una polémica, un combate, una lucha. Pero es algo más que
esto. El atributo -formal del poder, exaltado apoteósicamente por los partidarios del
activismo político, es insuficiente para mostrar la verdadera esencia de la política. Hace
falta integrarla con un segundo elemento de orientación o de sentido, que la dota de razón
directiva. La organización política se configura así como una estructura de poder y de
sentido, asentada en el binomio medio fin. (Estrada, 2005)
El poder de la sociedad política

El Poder político es una de las dimensiones del Poder considerado como un fenómeno
social genérico, pues toda estructura social encierra posibilidad' des de Poder que
emergen de la propia convivencia. El Poder social explica Conde no es ni una realidad
sustantiva (Hobbes) ni un sistema de relaciones (Locke), sino un complejo de
posibilidades que no son ni causa ni efecto de la sociedad, sino que emergen de la propia
vida social. La realidad social engloba una compleja cascada de poderes de la naturaleza
más heterogénea: política, doméstica, religiosa, patronal, económica, etc. (Cabanillas,
2000)

El concepto de Poder es, pues, uno de los que la ciencia política debe compartir con la
sociología y las ciencias sociales en general, uno de los temas que re claman un
tratamiento unitario, uno de los núcleos de convergencia interdisciplinaria, tan necesarios
en un momento en que el exceso de especialización divide los campos del saber en
compartimientos estancos, y, como dice Gusdorf, subordina la «epistemología de la
convergencia a la epistemología de la divergencia, olvidando el sentido de unidad y
universalidad que debe orientar las ciencias humanas.

Poder

No se debe hacer perder de vista la recíproca interdependencia existente entre


instituciones, estrategias y acciones bajo el soporte del poder. La hipótesis que
fundamenta este señalamiento sostiene que todas las relaciones sociales son también
relaciones de poder. No pueden existir unas sin las otras. Y mientras aquellas son parte
constitutiva de las de poder, éstas a su vez, son la condición de las primeras. Luego, no
hay relaciones sociales sin poder y fuera de él. (Estrada, 2005)

El poder está diseminado por todo el espacio social, aunque con distintas concentraciones
y dispersiones. El poder forma unidades de imposición o de creación de diferentes
magnitudes. Y gran parte de ese poder está oculto, sumergido, lejos de la vista de los
ciudadanos. Es decir, existe un cuadro complejo del poder, estructurado en dominaciones
y polos rivales según los casos, y muchas veces, “cifrado”, en las sociedades. Luego, no
puede escaparse del poder, pues es constitutivo de todas las relaciones sociales. (Estrada,
2005)
La cohesión en el poder.

La coerción es una de las principales formas en que el poder es ejercido. Muchos arguyen
que el poder siempre conlleva alguna cuota de coer-ción6 que habilita la institución de
una relación de desigualdad social donde unos mandan y otros obedecen. Pero ya se hizo
notar que el poder es dinámico, por ende la relación entre quienes mandan y quienes
obedecen es situacional e históricamente cambiante. (Cabanillas, 2000)

Autoridad política

Quienes buscan dar legitimidad al poder y quienes buscan justificar la resistencia han
ubicado tradicionalmente la autoridad política en el centro de la discusión. Si el poder
entraña coerción cuando es ilustrado como la institución forzada de una relación de
desigualdad social, entonces la autoridad política viene a legitimar esa relación durante
el tiempo que dure el reconocimiento de la misma. (Cabanillas, 2000)

Los excesos del poder: la violencia

No es extraño encontrase con argumentos a favor de la tesis de que quienes ejercen la


autoridad en el ámbito político no hacen uso de la violencia para imponer lo que
consideran mejor desde el momento que tienen el derecho de hacer-lo. Ellos o ellas
ostentarían una autoridad racional por el bien de los otros y estos últimos deberían
obedecer a quienes ostentan autoridad por su propio bien. (Estrada, 2005)

Conclusiones

Bibliografía.

Cabanillas, A. (2000). Desarrollo de la Sociedad . España : Ediciones Vened.


Estrada, G. (2005). Visión Política . Cali - Colombia : Ediciones Autónomas .
.

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