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All content following this page was uploaded by Francisco L. Borrego Gallardo on 28 June 2016.
De 27’5 m, cegado de piedras por completo, tiene dos accesos, uno vertical y
una rampa escalonada. A 7’5 m de profundidad se halla un nicho donde se
depositaron ofrendas (vasos cerámicos y piezas de bóvido). Por todo el pozo se
hallaron improntas con el nombre del rey Jufu y al final de él una cámara excavada,
más o menos rectangular, de 5’2 por 2’7 m y con un arranque de pozo y dos nichos
laterales. Su interior, intacto, tenía un gran número de artefactos, que, según sus
inscripciones, debieron de pertenecer a la madre de ese rey, Hetepheres I2. Pese a
la existencia de ciertos elementos estructurales y arqueológicos poco
convencionales (ausencia de superestructura exterior, estado inacabado,
disposición anómala del ajuar)3, en un principio parecía tratarse de una tumba,
pues entre los objetos había un sarcófago y un cofre canópico con los cuatro
órganos momificados, ambos de la misma calcita, dos asientos, cajas con joyas,
útiles de belleza y tocador y productos cosméticos, una silla de manos, un lecho
con reposacabezas y un dosel, así como muchos vasos de piedra y de cerámica, en
buena parte fragmentados.
Fig. 24. Reconstrucción de la cámara con sus artefactos. Según Reisner y Smith (1955: fig. 20).
2 Sobre Hetepheres I: Callender (1990); (2012a: 60-66); Baud (1999: 525-527), todos ellos con referencias.
3 Vid. infra.
4 Reisner y Smith (1955: esp. 13-102).
El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x): esbozo de una nueva interpretación 125
canópico fue guardado tras un muro tapiado si fue algo apresurado; 2) la ausencia
total de restos del cuerpo en la cámara; 3) la enorme profundidad a la que se
depositaron elementos muy pesados (sarcófago) o de manejo delicado (mobiliario)
si era un almacenamiento temporal; y 4) la existencia del nicho con ofrendas del
interior del pozo, propio de sepulcros definitivos y no transitorios.
2. Elementos para una nueva propuesta
A propósito de este asunto, una nueva reflexión puede efectuarse si el análisis
arqueológico y contextual se completa con otros no efectuados hasta ahora.
2.1. Los artefactos de G-7000x en contexto
El primero es la comparación de G-7000x con enterramientos, depósitos
funerarios de las dinastías IV, V e inicios de la VI asimismo intactos y, dentro de
lo posible, de individuos femeninos de la elite y la realeza. Un primer aspecto que,
no por menos evidente es menos significativo, es la estructura que comparte con
otros enterramientos: un pozo con una cámara excavada y cavidades para alojar
los órganos momificados y otros artefactos.
En cuanto a los artefactos, la evidencia más coherente y mejor documentada
procede también de Guiza, donde se han hallado, publicados hasta la fecha, hasta
seis enterramientos intactos fechables en el intervalo señalado, cuatro de mujeres
(G-507011, G-7440-Z/G-744212, G-825013, G-8260-norte14) y dos de hombres (G-864015
y pozo G-58516). Solo uno de ellos es del entorno inmediato a la realeza (G-8260: el
zȝ-nswt ‘Hijo del Rey’ Babaf). La comparación del ajuar de G-7000x con los demás
[Tabla 1] sugiere que el de G-7000x es anómalo en tres aspectos. En primer lugar, en
el periodo indicado es muy habitual que se halle dentro del sarcófago un ataúd con
el cadáver del difunto. En los casos considerados, solo en la mitad no hay evidencias
de la existencia de un ataúd dentro del sarcófago. En G-585 y G-7440-Z el cuerpo
fue depositado directamente en el sarcófago. En G-8250 el ataúd podría haber
desaparecido por la acción de escorrentías, al penetrar el agua en el sarcófago. En
el caso de G-8640, sí es segura la existencia original de un ataúd, destruido por agua,
pues su impronta se ha conservado en las paredes interiores del sarcófago. Respecto
a G-7000x, no hay resto alguno de madera, orgánico o de tejidos, sino tan solo
algunas manchas amarillas, posibles residuos de natrón del cuerpo que alguna vez
11 Pozo 316, mujer (?), dinastía IV: Junker (1944: 48-61, fig. 17-25, lám. xi-xii).
12 Anónima, inicio de la dinastía IV: Reisner inédito: 046 y 047 (b) (vía www.gizapyramids.org); D’Auria et al.
(1988: 77-79, fig. 37-45; cat. 7-9).
13 Anónima, fin de la dinastía V: Hassan (1953: 1-5, fig. 1-3, lám. i-vi); Jánosi (2008: 134 (fecha).
14 Anónima, fin de la dinastía V e inicio de la VI: Hassan (1953: 7-11, fig. 4 y 6-7, lám. ix-xiv); Rzepka (2000: esp.
359); Grajetzki (2003: 21 y 22); Jánosi (2008: 135-136) (fecha).
15 Anejhaf-Qar, inicio de la dinastía VI: Hassan (1941: 137-142, fig. 116-119, lám. xli-xlvii); Grajetzki (2003: 22, fig.
22).
16 Anónimo, inicio de la dinastía VI: Hassan (1941: 79, 83-89 y 92, fig. 48, 71-77 y 82, lám. xxvi-xxvii); Grajetzki
(2003: 22, fig. 21).
El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x): esbozo de una nueva interpretación 127
estuvo en él17. En segundo lugar, el cuerpo solo está ausente en G-7000x; en todos
los demás fue hallado en mejor o en peor estado. En tercer lugar, el mobiliario de
los demás enterramientos es menos rico, sin recubrimiento de oro, y, sobre todo, es
de tipologías muy distintas de las halladas en G-7000x, sin dosel, tronos o cortinajes
con su caja18. Así, el de Hetepheres I es, de lejos, no solo más rico, sino bastante más
anómalo. Sobre esta importante cuestión habrá ocasión de volver después.
Los títulos y epítetos de la propia Hetepheres I29 se pueden dividir en dos grupos.
Uno comprende los que la presentan como madre del monarca (mwt-nswt ‘Madre
del Rey’ y mwt-nswt-bjtj ‘Madre del Rey Dual’)30 y como ostentadora de epítetos
exclusivos de esa dignidad (zȝt-nṯr ‘Hija del Dios’31 y ḏdt ḫt nbt jr(t)=t(j) n=s ‘Una para
quien es hecho todo lo que ella dice’)32. El otro lo componen epítetos de carácter
religioso: ḫt(jt)-Ḥrw ‘Seguidora de Horus’, en apariencia de tipo áulico o sacerdotal
en relación con el rey viviente33 (Snefru, su esposo, o Jufu, su hijo), y ḫrp(t)-sšmtjw-
šnḏt ‘Directora de los carniceros de (la Casa de) la Acacia’34, es decir, directora del
coro de los funerales regios, asimismo asociado con deidades como Horus, Nut,
Hathor y Sejmet.
En conjunto parece existir un patrón más o menos uniforme en la selección de
estos títulos y epítetos: el énfasis de la persona de Hetepheres I como madre del rey
reinante (Jufu) y su relación con los aspectos más divinos de este. En ese sentido,
no estimo casual que no exhiba dignidades que la muestren explícitamente como
esposa del monarca anterior, Snefru, aunque debió de haberlas tenido antes de
haberse convertido en la madre del rey siguiente, Jufu, como se deduce de modo
indirecto e implícito por la presencia del nombre de Snefru en varios artefactos y
por el contenido de sus epítetos ḫrpt-sšmtjw-šnḏt y ḫt(jt)-Ḥrw 35. Por ello no estoy
de acuerdo con otros autores que interpretan dicha ausencia como reflejo de un
origen relativamente modesto de Hetepheres I –como familiar, esposa secundaria
o concubina de Snefru que no llegó a ostentar el título ḥmt-nswt ‘Esposa del Rey’–,
quien solo alcanzaría el alto estatus que presenta en los testimonios conocidos
hasta ahora con la subida al trono de Jufu36. Considero, así, que lleva razón M. Baud
(1996: 54) cuando señala que la falta en la documentación de su título ḥmt-nswt se
debe simplemente a que no se ha conservado. Así pues, la caracterización explícita
de Hetepheres I en G-7000x como madre del rey Jufu parece un hecho deliberado y
plenamente consciente.
Fig. 3. Dosel, lecho y asiento de Hetepheres I. Según Reisner y Smith (1955: lám. 5.b).
Fig. 4. Trono de incrustaciones de Hetepheres I. Según Reisner y Smith (1955: fig. 32).
figuren dos elementos propios de diosas creadoras y solares, con las que se
asociaría Hetepheres I: el emblema de Neit, creadora y protectora de la realeza41,
y la trenza de Hathor, quien actúa como consorte de Ra, a quien seduce gracias,
entre otras cosas, a la música –elemento recurrente en las escenas de dosel y lecho
de esta época42– y a su cuidado peinado43. También relevante es la omnipresencia
por todo el mobiliario de G-7000x del motivo de la roseta, que precisamente en el
Reino Antiguo parece tener una semántica ligada a las capacidades genésicas de la
persona con la que se asocian y su capacidad de re-nacimiento44.
Así, el mobiliario reunido en G-7000x no parece obedecer a patrones de un
reenterramiento como resultado de un saqueo (con tantas joyas y elementos
preciosos), de un traslado parcial a una pirámide o de un depósito funerario. Más
bien, muchos de sus artefactos podrían tener un significado religioso común,
relacionado con la capacidad maternal de Hetepheres para propiciar el (re)
nacimiento del rey difunto45.
40 Berlev (2003: 24-27 y 29) (nṯr ᶜȝ); Postel (2003: 386-394) (nb-ḥpt).
41 El-Sayed (1982: esp. 238); Hendrickx (1996); Wilde (2013: 180-182).
42 Altenmüller (1997: 1-7 y 13-21).
43 Posener (1986).
44 Borrego Gallardo (2012: 155-156).
45 De modo distinto y más general, Lehner (1985: 83) cree que la cercanía de Hetepheres I con la tumba de su hijo
obedeció a un afán por ayudar al rey en su renacimiento. Para Grajetzki (2003: 20) el mobiliario tendría un sentido
religioso vinculado con el renacimiento y el estatus de Hetepheres como madre del rey.
132 Francisco L. Borrego Gallardo
todo como madre del rey y relacionadas con el nacimiento, para así ayudar a Jufu
en su regeneración mediante la alusión y materialización del mito del nacimiento
divino del soberano, ejerciendo su padre, Snefru, el papel de Ra y Hetepheres el de su
consorte divina. Así, la ideología política del momento parece destacar notablemente
el rol de la madre del monarca tanto en vida del rey como tras su muerte.
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