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El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x): esbozo de una nueva


interpretación [The shaft of Hetepheres I at Giza (G-7000x): a sketch for a
new interpretation]

Chapter · January 2015

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Francisco L. Borrego Gallardo


Universidad Autónoma de Madrid
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El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x):
esbozo de una nueva interpretación
Francisco L. Borrego Gallardo
Universidad Autónoma de Madrid

1. Introducción e hipótesis previas


En 1925 el equipo de G. A. Reisner descubrió en Guiza, cerca del templo alto del
complejo piramidal del rey Jufu (c. 2509-2483 a.C.), el pozo G-7000x.

Fig. 11. Sección de G-7000x. A partir de Gundacker (2006: 33).

1 Reisner y Smith (1955).


124 Francisco L. Borrego Gallardo

De 27’5 m, cegado de piedras por completo, tiene dos accesos, uno vertical y
una rampa escalonada. A 7’5 m de profundidad se halla un nicho donde se
depositaron ofrendas (vasos cerámicos y piezas de bóvido). Por todo el pozo se
hallaron improntas con el nombre del rey Jufu y al final de él una cámara excavada,
más o menos rectangular, de 5’2 por 2’7 m y con un arranque de pozo y dos nichos
laterales. Su interior, intacto, tenía un gran número de artefactos, que, según sus
inscripciones, debieron de pertenecer a la madre de ese rey, Hetepheres I2. Pese a
la existencia de ciertos elementos estructurales y arqueológicos poco
convencionales (ausencia de superestructura exterior, estado inacabado,
disposición anómala del ajuar)3, en un principio parecía tratarse de una tumba,
pues entre los objetos había un sarcófago y un cofre canópico con los cuatro
órganos momificados, ambos de la misma calcita, dos asientos, cajas con joyas,
útiles de belleza y tocador y productos cosméticos, una silla de manos, un lecho
con reposacabezas y un dosel, así como muchos vasos de piedra y de cerámica, en
buena parte fragmentados.

Fig. 24. Reconstrucción de la cámara con sus artefactos. Según Reisner y Smith (1955: fig. 20).

Sin embargo, y para sorpresa de la Egiptología del momento, el sarcófago


estaba vacío, sin cuerpo alguno o rastro de él.
La tan llamativa falta del cuerpo en el sarcófago en el contexto intacto de
G-7000x ha suscitado explicaciones muy variadas. La primera es la del propio

2 Sobre Hetepheres I: Callender (1990); (2012a: 60-66); Baud (1999: 525-527), todos ellos con referencias.
3 Vid. infra.
4 Reisner y Smith (1955: esp. 13-102).
El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x): esbozo de una nueva interpretación 125

Reisner (1928), para quien se habría producido el robo de la tumba de Hetepheres


I en Dahshur (donde fue enterrado su esposo, el rey Snefru), durante el cual se
habría destruido su cuerpo; los restos de su ajuar habrían sido vueltos a enterrar a
toda prisa más al norte, en Guiza, en G-7000x, ocultando el hecho de la destrucción
del cuerpo de la reina a su hijo, Jufu, para evitar su cólera5.
Lehner (1985) propuso que Hetepheres I habría muerto durante la planificación
del complejo funerario de su hijo, siendo enterrada provisionalmente en el lugar
para el que estaba proyectada la construcción de una pirámide (G-Ix). Este plan
se vería modificado, desplazando su pirámide (G-Ia) hacia el oeste y motivando
un reentierro del cuerpo de la madre del monarca6. Sin embargo, esto no explica
por qué dejaron en G-7000x elementos importantes del ajuar, sobre todo la caja
canópica.
Por su parte, Edwards (1989: 262-263) cree que G-7000x sería el enterramiento
único y original de Hetepheres I, cuyo cuerpo habría sido robado poco después de
su entierro para hacerse con sus joyas.
Estas hipótesis fueron criticadas por Jánosi (1996: 13-19; 2005: 63-64 y 91),
destacando que G-7000x es un enterramiento extraño e incompleto por los
rasgos anómalos, además del sarcófago vacío, de su contexto7: la ausencia de
superestructura y de espacio de culto funerario, quizá debida a su presencia cercana
a la calzada del complejo de Jufu8; unos espacios excavados cuya parte superior es
más cercana a modelos de la dinastía III que a los de dicho reinado, como resultado
de dos fases de construcción distintas o como huella de una construcción previa de
la dinastía III9; la ubicación del sarcófago en la parte oriental de la cámara y no en
la occidental; y la disposición de la caja canópica en el nicho oeste y no tanto en la
esquina sudeste.
Münch (2000) ha propuesto que los objetos de G-7000x eran elementos
“sobrantes” del funeral de Hetepheres I, es decir, que conformaban un “depósito
funerario”. Sin embargo, esto no explica la presencia de los órganos momificados10
o del mobiliario, entre otros hechos que serán enunciados más adelante.
Finalmente, Callender (2012b: 69-70) cree que Hetepheres I habría muerto
antes de finalizarse la construcción de la pirámide a ella destinada (G-Ia). Tras el
funeral, el ajuar habría sido almacenado apresuradamente (lo que explicaría las
anomalías en su disposición y su desorden) en un hipogeo abandonado (G-7000x)
hasta la terminación de las obras en la pirámide, lo que explicaría la falta de
superestructura. El ajuar habría sido abandonado a consecuencia del robo del
cuerpo de Hetepheres I. Sin embargo, esta propuesta no explica 1) por qué el cofre
5 Cf. Gundacker (2006: 34); Callender (2012b: 66).
6 Cf. Jánosi (2005: 86-91); Callender (2012b: 66-69).
7 Cf. Gundacker (2006: 33).
8 Callender (2012a: 62) destaca que en la dinastía IV muchas madres de reyes fueron enterradas en circunstancias
ambiguas por su localización y la rareza y singularidad de las características de sus complejos, lo que permite
relativizar la importancia de este rasgo anómalo.
9 Reisner y Smith (1955: 13); Jánosi (1996: 17); (2005: 76).
10 Jánosi (2005: 63, n. 216); Callender (2012b: 70).
126 Francisco L. Borrego Gallardo

canópico fue guardado tras un muro tapiado si fue algo apresurado; 2) la ausencia
total de restos del cuerpo en la cámara; 3) la enorme profundidad a la que se
depositaron elementos muy pesados (sarcófago) o de manejo delicado (mobiliario)
si era un almacenamiento temporal; y 4) la existencia del nicho con ofrendas del
interior del pozo, propio de sepulcros definitivos y no transitorios.
2. Elementos para una nueva propuesta
A propósito de este asunto, una nueva reflexión puede efectuarse si el análisis
arqueológico y contextual se completa con otros no efectuados hasta ahora.
2.1. Los artefactos de G-7000x en contexto
El primero es la comparación de G-7000x con enterramientos, depósitos
funerarios de las dinastías IV, V e inicios de la VI asimismo intactos y, dentro de
lo posible, de individuos femeninos de la elite y la realeza. Un primer aspecto que,
no por menos evidente es menos significativo, es la estructura que comparte con
otros enterramientos: un pozo con una cámara excavada y cavidades para alojar
los órganos momificados y otros artefactos.
En cuanto a los artefactos, la evidencia más coherente y mejor documentada
procede también de Guiza, donde se han hallado, publicados hasta la fecha, hasta
seis enterramientos intactos fechables en el intervalo señalado, cuatro de mujeres
(G-507011, G-7440-Z/G-744212, G-825013, G-8260-norte14) y dos de hombres (G-864015
y pozo G-58516). Solo uno de ellos es del entorno inmediato a la realeza (G-8260: el
zȝ-nswt ‘Hijo del Rey’ Babaf). La comparación del ajuar de G-7000x con los demás
[Tabla 1] sugiere que el de G-7000x es anómalo en tres aspectos. En primer lugar, en
el periodo indicado es muy habitual que se halle dentro del sarcófago un ataúd con
el cadáver del difunto. En los casos considerados, solo en la mitad no hay evidencias
de la existencia de un ataúd dentro del sarcófago. En G-585 y G-7440-Z el cuerpo
fue depositado directamente en el sarcófago. En G-8250 el ataúd podría haber
desaparecido por la acción de escorrentías, al penetrar el agua en el sarcófago. En
el caso de G-8640, sí es segura la existencia original de un ataúd, destruido por agua,
pues su impronta se ha conservado en las paredes interiores del sarcófago. Respecto
a G-7000x, no hay resto alguno de madera, orgánico o de tejidos, sino tan solo
algunas manchas amarillas, posibles residuos de natrón del cuerpo que alguna vez
11 Pozo 316, mujer (?), dinastía IV: Junker (1944: 48-61, fig. 17-25, lám. xi-xii).
12 Anónima, inicio de la dinastía IV: Reisner inédito: 046 y 047 (b) (vía www.gizapyramids.org); D’Auria et al.
(1988: 77-79, fig. 37-45; cat. 7-9).
13 Anónima, fin de la dinastía V: Hassan (1953: 1-5, fig. 1-3, lám. i-vi); Jánosi (2008: 134 (fecha).
14 Anónima, fin de la dinastía V e inicio de la VI: Hassan (1953: 7-11, fig. 4 y 6-7, lám. ix-xiv); Rzepka (2000: esp.
359); Grajetzki (2003: 21 y 22); Jánosi (2008: 135-136) (fecha).
15 Anejhaf-Qar, inicio de la dinastía VI: Hassan (1941: 137-142, fig. 116-119, lám. xli-xlvii); Grajetzki (2003: 22, fig.
22).
16 Anónimo, inicio de la dinastía VI: Hassan (1941: 79, 83-89 y 92, fig. 48, 71-77 y 82, lám. xxvi-xxvii); Grajetzki
(2003: 22, fig. 21).
El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x): esbozo de una nueva interpretación 127

estuvo en él17. En segundo lugar, el cuerpo solo está ausente en G-7000x; en todos
los demás fue hallado en mejor o en peor estado. En tercer lugar, el mobiliario de
los demás enterramientos es menos rico, sin recubrimiento de oro, y, sobre todo, es
de tipologías muy distintas de las halladas en G-7000x, sin dosel, tronos o cortinajes
con su caja18. Así, el de Hetepheres I es, de lejos, no solo más rico, sino bastante más
anómalo. Sobre esta importante cuestión habrá ocasión de volver después.

G-7000x G-8260-N G-8250 G-8640 G-5070 Pozo 585 G-7440-Z


Sarcófago X X X X X X X
Ataúd – X ? ¿X? X – –
Cuerpo – X X X X X X
Canopos X X – X – X X
Mobiliario X – / / – \ /
V a s o s X X X X X X X
miniatura
Cerámica X X X X X X –
Cosmética X X X – X – –
Joyas X X X X X X X
Útiles de X X X X X X –
cobre
Bovino X X X X X X –
Tabla de / – – X – – –
óleos

Tabla 1. Análisis comparativo de G-7000x con otros sepulcros coetáneos intactos.

En este punto es preciso contrastar la hipótesis de Münch (2000), quien, como


se dijo, cree que G-7000x es un depósito funerario19. Estos son en el Reino Antiguo
unos pozos de poca profundidad y sin cámara, donde se depositaron restos de
lino, resinas, alimentos e industria lítica, tableros de madera y, sobre todo, platos y
cuencos de cerámica20. Gran parte de los artefactos típicos de estos depósitos está
ausente de G-7000x, como las piezas de lino y los restos de comida y de resinas.
Por otro lado, G-7000x tampoco parece ser un “depósito de pozo funerario”. Éstos
se suelen situar en la segunda mitad del pozo –en ciertos casos coetáneos de G-7000x
también en un compartimento especial del este21– con, sobre todo, cerámicas de
muy variadas tipologías (cántaros, pucheros, moldes de pan, bandejas), alimentos,
17 Reisner (1928: 78).
18 Así, en G-8250 y G-7440-Z se halló un reposacabezas y en G-585 una caja.
19 Para otras críticas a Münch (2000), vid. Callender (2011: 63).
20 Rzeuska (2006: 371-377).
21 Alexanian (1998: 14 y 20), con referencias.
128 Francisco L. Borrego Gallardo

esteras, pigmentos cosméticos, madera y carbones22. Esta clase de contexto sí


concuerda con una parte de G-7000x, el nicho del pozo, donde se documentaron
cerámicas, carbones y restos de bóvidos. Estos son también frecuentes en las
cámaras funerarias o en las entradas y sus cierres, junto con lascas de sílex y vasos
en miniatura23 y propiamente rituales (incensarios, vasos nmst, platos, cántaros) y
restos de mortero del cierre24, elementos todos ellos que se hallaron en la cámara
de G-7000-x. Así, los rituales que acontecieron aquí parecen haber sido los mismos
que los efectuados durante un sepelio, lo que, pese a las anomalías ya expuestas,
aboga por el carácter tumbal que varios autores le atribuyen.
Asimismo hay que señalar las similitudes notables de G-7000x con el contexto,
saqueado, de la pirámide satélite del complejo funerario del sucesor de Jufu,
Dyedefra, en Abu Rawash, que muy posiblemente perteneció a un miembro
femenino de la realeza25 por sus características contextuales (sepulcro subterráneo
anejo a la pirámide real) y la composición de su ajuar (sarcófago, canopos, vajilla,
inscripciones del rey precedente), y que asimismo carece de cadáver. Por desgracia
no se puede efectuar aquí la comparación entre ambos contextos –no hecha hasta
ahora para la totalidad de ambos conjuntos– con el detenimiento que merece26.
2.2. Las inscripciones de G-7000-x
Un análisis que no ha recibido mucha atención es el de las inscripciones de los
artefactos de G-7000x como parte integrante y dependiente de su contexto arqueológico.
En efecto, hasta ahora dichos textos solo han sido utilizados como fuente para
conocer la personalidad histórica de Hetepheres I, y no tanto para interpretar el
contexto donde se hallaron, pese a que su selección y presencia podrían obedecer
a una intención concreta.
Primero, debe señalarse que en la caja de cortinajes y en el dosel se encuentra
la titulatura del rey Snefru27, padre de Jufu y, por lo tanto, esposo de Hetepheres I.
Por otro lado, la titulatura del hijo de Hetepheres I, el rey Jufu, fue hallada en
varias improntas sigilares28. Estas, además de proporcionar una fecha del cierre
de G-7000x, refieren los títulos del oficial a cargo del sellado, relacionados con la
wᶜbt, el ámbito donde tenía lugar buena parte de los ritos de preparación de un
cadáver antes de su entierro. Así, la institución a cargo del depósito de los objetos
y ofrendas en G-7000x fue la misma que debía efectuar dichos rituales en el propio
complejo funerario de Jufu.
22 Rzeuska (2006: 362-371), con referencias.
23 Alexanian (1998: 11-13); Rzeuska (2006: 359-361).
24 Alexanian (1998: 11-15, fig. 5).
25 Valloggia (2002: 345-352); (2011: 60-68, fig. 228-253); Marchand (2009).
26 Este estudio será realizado aparte por el autor del presente trabajo.
27 Reisner y Smith (1955: 23-27, fig. 19, 28-29, lám. 5b, 8-9, 11, 13). Cf. Callender (2011: 63).
28 Reisner y Smith (1955: 48-49 y 56-59, fig. 47-48, lám. 43c).
El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x): esbozo de una nueva interpretación 129

Los títulos y epítetos de la propia Hetepheres I29 se pueden dividir en dos grupos.
Uno comprende los que la presentan como madre del monarca (mwt-nswt ‘Madre
del Rey’ y mwt-nswt-bjtj ‘Madre del Rey Dual’)30 y como ostentadora de epítetos
exclusivos de esa dignidad (zȝt-nṯr ‘Hija del Dios’31 y ḏdt ḫt nbt jr(t)=t(j) n=s ‘Una para
quien es hecho todo lo que ella dice’)32. El otro lo componen epítetos de carácter
religioso: ḫt(jt)-Ḥrw ‘Seguidora de Horus’, en apariencia de tipo áulico o sacerdotal
en relación con el rey viviente33 (Snefru, su esposo, o Jufu, su hijo), y ḫrp(t)-sšmtjw-
šnḏt ‘Directora de los carniceros de (la Casa de) la Acacia’34, es decir, directora del
coro de los funerales regios, asimismo asociado con deidades como Horus, Nut,
Hathor y Sejmet.
En conjunto parece existir un patrón más o menos uniforme en la selección de
estos títulos y epítetos: el énfasis de la persona de Hetepheres I como madre del rey
reinante (Jufu) y su relación con los aspectos más divinos de este. En ese sentido,
no estimo casual que no exhiba dignidades que la muestren explícitamente como
esposa del monarca anterior, Snefru, aunque debió de haberlas tenido antes de
haberse convertido en la madre del rey siguiente, Jufu, como se deduce de modo
indirecto e implícito por la presencia del nombre de Snefru en varios artefactos y
por el contenido de sus epítetos ḫrpt-sšmtjw-šnḏt y ḫt(jt)-Ḥrw 35. Por ello no estoy
de acuerdo con otros autores que interpretan dicha ausencia como reflejo de un
origen relativamente modesto de Hetepheres I –como familiar, esposa secundaria
o concubina de Snefru que no llegó a ostentar el título ḥmt-nswt ‘Esposa del Rey’–,
quien solo alcanzaría el alto estatus que presenta en los testimonios conocidos
hasta ahora con la subida al trono de Jufu36. Considero, así, que lleva razón M. Baud
(1996: 54) cuando señala que la falta en la documentación de su título ḥmt-nswt se
debe simplemente a que no se ha conservado. Así pues, la caracterización explícita
de Hetepheres I en G-7000x como madre del rey Jufu parece un hecho deliberado y
plenamente consciente.

2.3. El mobiliario de G-7000x


En relación con esta idea puede hallarse el mobiliario especial hallado en
G-7000x: el dosel, las cortinas, la silla de manos, el lecho con su reposacabezas y
algunos de los tronos.
29 Baud (1999: 525-527); Callender (2011: 63-64).
30 Baud (1996); (1999: esp. 339-345); Gundacker (2006: 31).
31 Baud (1999: 141-148); Gundacker (2006: 31); Callender (2011: 64).
32 Baud (1999: 339 y 343); Gundacker (2006: 32).
33 Baud (1999: 339-340 y 342); Gundacker (2006: 31).
34 Baud (1999:342-343); Gundacker (2006: 31-32); Kinney (2012).
35 Baud (1996: 54).
36 Jánosi (2005: 62; Gundacker (2006: 31-32 y 37).
130 Francisco L. Borrego Gallardo

Fig. 3. Dosel, lecho y asiento de Hetepheres I. Según Reisner y Smith (1955: lám. 5.b).

No parece casual que estos elementos figuren como conjunto en algunas


tumbas coetáneas de altos oficiales y de mujeres de la realeza, como Meresanj III37.
El significado de estas escenas, según V. Vasiljevic (1995: 105-109), es de carácter
religioso, en relación con el sueño como elemento liminal y de preparación para el
renacimiento y con deidades femeninas, como Hathor. Por su parte, H. Altenmüller
(1996; 1997) estima que las escenas de doseles con lechos del Reino Antiguo
están asociadas con la regeneración del dueño de la tumba, pues reproducirían,
mediante un rito y un decoro adaptado a personas que no son el rey, el ciclo mítico
“del nacimiento divino del soberano”, mejor conocido desde el Reino Nuevo pero
con ciertas evidencias de su existencia en periodos anteriores38. En dicho ciclo se
enuncia que el padre del rey no es sino un dios que se ha unido sexualmente a la
madre del monarca. Mientras que en el ámbito regio la función de esas escenas es
tanto la de legitimar al soberano como asegurar su (re-)nacimiento, en el de los
particulares funcionaría solo la segunda.
Además, Altenmüller (1996: 27-32) ha identificado en un pasaje de los anales
menfitas de Amenemhat II una referencia a lo que parece ser un dosel de esta
misma clase (sšdt n(j)t mst ‘dosel de nacimiento’) en madera de acacia (šnḏt) –árbol
asociado con Horus, Ra y varias diosas solares39 y con uno de los títulos exhibidos
por las madres regias y que también ostentó Hetepheres I– y localizado, no por
casualidad, en el complejo funerario del rey, donde operaría como un medio más
para su regeneración. Prudentemente, este autor no va más allá de presentar la
analogía de las representaciones de estas escenas con el mobiliario de Hetepheres,
sin establecer explícita e inequívocamente una identificación entre ellos, aunque
existan elementos favorables para ello.
Uno es el contexto funerario regio común a ambos. Otro, ya señalado, es que,
según los títulos que exhibe en los objetos de G-7000x, la identidad de Hetepheres
37 Vasiljevic (1995: 97-109); Brovarski (2012: 80-83), con referencias.
38 Altenmüller (1997); Oppenheim (2011).
39 Edel (1970: 17-21).
El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x): esbozo de una nueva interpretación 131

I es notablemente la de madre, y no tanto esposa, del rey en cuyo complejo funerario


se localiza dicho pozo. La presencia de Snefru, con quien Hetepheres solo muestra
vínculos implícitos como esposa, tampoco parece casual: la titulatura de Snefru,
padre de Jufu y esposo de Hetepheres, aparece precisamente en el dosel y en la caja
de las cortinas de este. Con ello, en mi opinión, se haría presente en el espacio
ritual de regeneración que es el “dosel de nacimiento” al rey anterior, Snefru,
padre del rey titular del complejo funerario, Jufu. No parece casual que en ese
mueble Snefru tenga unos epítetos muy poco usuales (como nṯr ᶜȝ ‘Gran Dios’ o nb-
ḥpt ‘Señor de la Carrera’) que lo relacionan con el sol, Ra40, el dios más importante
de este momento, demiurgo y padre divino de los monarcas durante gran parte del
Reino Antiguo. Todo esto da sentido al hecho de que en un trono de G-7000x

Fig. 4. Trono de incrustaciones de Hetepheres I. Según Reisner y Smith (1955: fig. 32).

figuren dos elementos propios de diosas creadoras y solares, con las que se
asociaría Hetepheres I: el emblema de Neit, creadora y protectora de la realeza41,
y la trenza de Hathor, quien actúa como consorte de Ra, a quien seduce gracias,
entre otras cosas, a la música –elemento recurrente en las escenas de dosel y lecho
de esta época42– y a su cuidado peinado43. También relevante es la omnipresencia
por todo el mobiliario de G-7000x del motivo de la roseta, que precisamente en el
Reino Antiguo parece tener una semántica ligada a las capacidades genésicas de la
persona con la que se asocian y su capacidad de re-nacimiento44.
Así, el mobiliario reunido en G-7000x no parece obedecer a patrones de un
reenterramiento como resultado de un saqueo (con tantas joyas y elementos
preciosos), de un traslado parcial a una pirámide o de un depósito funerario. Más
bien, muchos de sus artefactos podrían tener un significado religioso común,
relacionado con la capacidad maternal de Hetepheres para propiciar el (re)
nacimiento del rey difunto45.

40 Berlev (2003: 24-27 y 29) (nṯr ᶜȝ); Postel (2003: 386-394) (nb-ḥpt).
41 El-Sayed (1982: esp. 238); Hendrickx (1996); Wilde (2013: 180-182).
42 Altenmüller (1997: 1-7 y 13-21).
43 Posener (1986).
44 Borrego Gallardo (2012: 155-156).
45 De modo distinto y más general, Lehner (1985: 83) cree que la cercanía de Hetepheres I con la tumba de su hijo
obedeció a un afán por ayudar al rey en su renacimiento. Para Grajetzki (2003: 20) el mobiliario tendría un sentido
religioso vinculado con el renacimiento y el estatus de Hetepheres como madre del rey.
132 Francisco L. Borrego Gallardo

2.4. El cuerpo ausente


Todo esto no explica, empero, la paradoja de un contexto intacto con un
sarcófago sin cuerpo acompañado de su caja canópica con sus vísceras. La
deliberada elección de los artefactos de G-7000x permite pensar que este hecho
también pudo obedecer a razones no solo conscientes y meditadas, sino también
consonantes con el significado de los objetos allí contenidos. Dicho de otro modo,
la presencia parcial del cadáver de Hetepheres debió de ser una realidad buscada.
En mi opinión, su fin pudo haber sido hacer presente a Hetepheres en el complejo
funerario de su hijo para ayudar a este en su renacimiento. Ahora bien, es muy
probable que el traslado de la totalidad de su cuerpo no fuera posible, posiblemente
porque, como ya aventurara Reisner (1928), hubiera sido enterrada en Dahshur,
junto a su esposo, Snefru46. Quizás por razones de orden religioso no era factible el
traslado total de su corporeidad, pero sí el de parte de ella mediante el transporte
de sus órganos en la caja canópica y de su sarcófago47, dejando el ataúd interior en
la tumba del complejo funerario de su esposo, Snefru48. Su presencia en el complejo
funerario de su hijo, Jufu, sería posible gracias al traslado de dichos elementos y de
diferentes objetos con su nombre y su identidad como madre merced a sus títulos
y unos artefactos específicos.
Un apoyo para esta idea es el fenómeno de la separación de cuerpo y vísceras en
sepulcros regios, ya existente antes, como en el complejo funerario de Netcheryjet
en Saqqara. Allí su cuerpo fue depositado bajo la pirámide escalonada y sus órganos
posiblemente en la “Tumba Sur”. Además de hallar en esta una caja cuadrada de
granito (¿para vísceras?) no parece casual que hubiera muchos cántaros, una
caja alargada (¿para cortinas?) y, columnas de dosel del mismo tipo que el de
Hetepheres49, lo que constituye un paralelo sugerente para G-7000x para entender
la ausencia del cuerpo de la madre de Jufu.
3. Conclusión
Del análisis previo se deduce que G-7000x y su contenido podrían ser el resultado
del traslado parcial del cuerpo de Hetepheres (órganos y sarcófago sin ataúd interior)
desde su tumba en Dahshur con unos objetos seleccionados muy cuidadosamente.
El fin de este acto, de motivación religiosa, sería “hacer presente” en el complejo
funerario de Jufu a la madre de este, junto con elementos que la caracterizan sobre
46 Stadelmann et al. (1993: 276) (tumba I/1); contra Gundacker (2006: 35).
47 Además de ser sarcófago y caja canópica del mismo estilo (estableciéndose así una conexión entre ambos), el
sarcófago es entendido ya como metáfora de la madre: TP 364, §§ 616d-e.
48 El traslado de cuerpos de miembros de la familia real por razones religiosas o de legitimidad no es una realidad
inhabitual del Egipto faraónico. Por ejemplo, Hathsepsut se hizo enterrar en la KV 20, la tumba de su padre,
Thutmose I, de tal modo que en su cámara funeraria se dispusieron dos sarcófagos. A la muerte de Hatshepsut
Thutmose III trasladó el cuerpo de Thutmose I, su abuelo, a otra, la KV 38, donde se halló otro sarcófago con su
nombre (Reeves y Wilkinson 1996: 91-96). En otro caso, la momia de Ajenaton parece haber sido trasladada desde
la tumba real de Amarna a la KV 55, quizás en el reinado de Tutanjamen (ibid.: Reeves y Wilkinson 1996: 117-121).
49 Firth et al. (1935: 62-63, lám. 37.1); Lauer (1936: 99-100).
El pozo de Hetepheres I en Guiza (G-7000x): esbozo de una nueva interpretación 133

todo como madre del rey y relacionadas con el nacimiento, para así ayudar a Jufu
en su regeneración mediante la alusión y materialización del mito del nacimiento
divino del soberano, ejerciendo su padre, Snefru, el papel de Ra y Hetepheres el de su
consorte divina. Así, la ideología política del momento parece destacar notablemente
el rol de la madre del monarca tanto en vida del rey como tras su muerte.
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