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Unidad 2
Es común escuchar: “es necesario el trabajo territorial”, “hay que implementar políticas
territoriales”, “tal grupo tiene dominio del territorio”, el acceso a la justicia, salud y
educación debe llegar al territorio, etc. En todos estos ejemplos, territorio representa
para quien lo menta el reconocimiento de un espacio social que merece y/o demanda
un tipo de intervención particular porque de alguna manera se trata de un espacio en
el que la soberanía –del estado, del grupo político, de los derechos, del grupo social
dominante- no está asegurada, antes bien, está en un proceso de disputa y definición.
Soberanía
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Según Benn y Peters, Bodin y Hobbes consideran que “la soberanía tiene que
localizarse en alguna persona o conjunto de personas determinadas que ejercen el
poder supremo sobre los ciudadanos y los súbditos, sin estar atadas por el derecho”.
Afirman estos autores que esta definición de soberanía comparte la ambigüedad con
el concepto de poder. Por poder supremo cabe entender:
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Así, atribuir soberanía a alguien en el primer sentido, será remitir a las disposiciones
de un orden normativo, por ejemplo a la Constitución; hacerlo, en el segundo sentido
sería exponer las determinaciones fácticas de actividades políticas.
El territorio constituye el ámbito del poder estatal, lo cual significa que este excluye de
su área el ejercicio de todo poder extranjero. La dimensión territorial del estado abarca
el suelo, el subsuelo, el espacio aéreo y el espacio marítimo, a partir del litoral
marítimo.
Sin embargo, la relación entre territorio, Estado y poder es más compleja que la simple
consideración del territorio como un elemento físico pasivo que compone el estado, o
como el ámbito donde ese ejerce el poder. En ocasiones es un factor de fortaleza, de
la capacidad efectiva de un estado al momento de ejercer la función del poder; en
otras, puede constituirse también como un factor de debilidad. La posesión de un
territorio, además de significar que allí se aplica una determinada política nacional a un
conjunto de habitantes o que, formalmente al menos, un Estado ejerce su poder,
también puede representar la viabilidad o inviabilidad económica de un país, la
existencia de una relación de dominación o de subordinación.
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Lanús sostiene que la globalización está socavando la arquitectura del Estado Nación
y la organización de sus sociedades regidas por su autoridad política, en una
dimensión cuyas consecuencias de todo orden aún no pueden evaluarse;
particularmente en lo que hace a la mundialización de las finanzas, favorecida por la
desregulación.
Pero no hay que suponer que la planificación está descartada. Existe como siempre,
pero en otro sitio: en las empresas transnacionales, precisamente las beneficiarias de
la liberalización de los mercados.
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1. Primacía de la legislación
2. Su valor renovador y transformador de la realidad.
3. Someter a límites pre-establecidos el poder político.
4. Garantizar ciertas libertades individuales, mediante la atribución de derechos y
deberes correspondientes.
5. Búsqueda de seguridad jurídica mediante el conocimiento que persiste en un
texto escrito, simple y claro.
Una parte orgánica en la cual se trata de la organización del poder (supremacía del
poder, división de poderes y representatividad popular del parlamento como sede del
poder legislativo).
Esta distinción entre parte orgánica y dogmática tiene que ver con la realización de
dos pactos que hacen los iusnaturalistas: 1) pactum societatis y 2) pactum
subiectionis.
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