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BEN-DAVID, Joseph (1974): El papel de los científicos en la sociedad, México,

Editorial Trillas.

Capítulo 7: “La hegemonía científica alemana y la aparición de la ciencia


organizada”.

“Hacia mediados del siglo XIX. Prácticamente todos los científicos de Alemania eran
profesores o estudiantes universitarios, y trabajaban cada vez más en grupos que
consistían de un maestro, con varias disciplinas. (…) La trasmisión de las
capacidades de investigación se produjo por lo común en seminarios y laboratorios
universitarios, más que en privado. Finalmente, durante las últimas décadas del
siglo XIX, las investigaciones de las ciencias experimentales llegaron a organizarse
en los llamados institutos, que eran organizaciones burocráticas permanentes,
habitualmente ligadas a las universidades y que poseían sus propias instalaciones,
así como también su personal, tanto científico como de respaldo”. (135)

 Instrucción sistemática
 División del trabajo

Factores importantes del crecimiento científico e independientes de otros factores
relevantes como:

 el interés espontáneo en la ciencia


 el respaldo superior (del Estado) a la ciencia

“Así, el lugar de la ciencia y su fuerza relativa en un lugar dado, al compararse con


otros países, no podía explicarse ya plenamente por el poder del movimiento
cientificista y la amplitud de la institucionalización de la ciencia. La eficiencia de las
universidades y otras organizaciones de investigación, así como la posición de la
ciencia frente a otras disciplinas, dentro de las universidades (que no era
necesariamente la misma que fuera de ellas), llegaron a ser determinantes
independientes del crecimiento científico. En otras palabras, un país donde el
movimiento científico fuera débil, aún podía llegar a ser uno de los países
principales, como resultado del respaldo dado a un sistema relativamente
independiente y socialmente aislado de educación superior e investigación. Este
respaldo se concedió sobre bases no relacionadas con la aceptación de la ciencia
por su propio valor”. (135-136)

La situación social de los intelectuales alemanes

Pb de los intelectuales alemanes con la universidad a comienzos del s. XIX.


Estos intelectuales procedían de la clase media modesta.
“Aun cuando algunas universidades alemanas del siglo XVIII habían utilizado a
científicos y eruditos actualizados entre sus profesores, había todavía una gran
cantidad de supervisión clerical de las universidades”. (138)

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Pb principal: posición de los profesores universitarios de las artes y las ciencias

Escaso reconocimiento / Baja jerarquía
 Estos profesores solían impartir enseñanzas a los alumnos que estudiaban para
obtener los grados académicos inferiores.
 El cuerpo docente de filosofía estaba subordinado, en cuanto a su posición, a las
facultades de derecho, teología y medicina.
 La posición y los ingresos de los profesores de la facultad de filosofía eran más
bajos que los de otras facultades superiores. (138)

Frustración de los intelectuales alemanes por las universidades

Además, la clase gobernante prefería a los científicos y filósofos franceses

“Así, no solamente eran escasas en Alemania las oportunidades para obtener


respaldo y reconocimiento fuera de las universidades, en academias y por medio
del patrocinio privado, en comparación con Francia y la Gran Bretaña, sino que
además había discriminación en contra de los intelectuales alemanes”. (139)
“Sin embargo, para comienzos del siglo XIX, la situación de los intelectuales
alemanes había mejorado, aun cuando sentían todavía la necesidad de afirmarse
en contra de los franceses”. (139)

La falta de satisfacción por el estado atrasado de las universidadesa final del siglo
XVIII, común en Francia y Alemania, condujo a reacciones distintas en ambos
países.
“En Francia, los intelectuales, dirigidos por los científicos, estuvieron de acuerdo en
abolir las universidades y aceptaron eventualmente las Grands Écoles y las
facultades especializadas, en lugar de dichas universidades”. (139)

En Alemania, los intelectuales, dirigidos por los filósofos y los humanistas,


ofrecieron resistencia al intento de hecho para seguir el ejemplo francés en la
reforma de la educación superior, por lo funcionarios públicos ‘ilustrados’. Estaban
de acuerdo con estos últimos en que la universidad tenía que reformarse
básicamente; pero el reemplazamiento de las universidades por escuelas
superiores especializadas hubiera amenazado la existencia, así también como la
misión cultural de los intelectuales alemanes. Estaban interesados en elevar la
posición de las universidades y las posiciones de las facultades de filosofía, dentro
de ellas, al nivel de las academias”. (139)

“Este problema era común a algunos de los científicos y los humanistas que
trabajaban en las universidades o aspiraban a hacerlo. Otra base para el
sentimiento de interés común entre los humanistas y los científicos alemanes fue la
tendencia entre aquellos a ser más científicos que en otros lugares”. (139)

“En cualquier caso, los humanistas de Alemania modelaron cada vez más su
conducta sobre la de los científicos” (139)

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“Las humanidades dejaron de cultivarse como instrumentos de estética y educación
moral, que se estudiaban con el fin de moldear el carácter de los individuos, el
estilo y el pensamiento. En lugar de ello, se consideraron como temas que era
preciso comprender, en la misma forma que los fenómenos naturales. Era preciso
abordarlos objetivamente en una forma carente de valores”. (139-140)

“La distinción entre el método ‘científico’ y el educativo, para el estudio de las


humanidades, no se estableció en ninguna parte de manera tan aguda como en
Alemania (y subsiguientemente en el resto de Europa central y oriental), y la
identificación del estudio de las humanidades con el del las ciencias como campos
de investigación científica empírica no fue en ninguna parte tan programada”.
(140)

“En cierto modo, fue una repetición de la lucha de los siglos XVII y XVIII del nuevo
método experimental y empírico de investigación en contra del antiguo método
escolástico y las tradiciones profesionales, establecidas desde hacía mucho tiempo,
pero no científicas. Sin embargo, había una diferencia decisiva desde el punto de
vista sociológico: debido a sus intereses comunes en el avance de la escala
académica de prestigio, los humanistas y los científicos hicieron de las
características comunes y científicas de su metodología la base de definición de los
dos campos. Esto cortó los enlaces de ambas disciplinas con sus aplicaciones. Los
científicos naturales se separaron de la tecnología y la filosofía social práctica; por
su parte, los humanistas dejaron de interesarse por la escritura creativa y la
educación moral”. (140)

“La relación entre el movimiento filosófico y esta comunidad erudita y científica, en


Alemania, fue tan ambivalente como la que existía entre la filosofía cientificista y la
comunidad científica-tecnológica en Inglaterra y Francia. O sea, había muchas
dudas por parte de los expertos en relación a los filósofos que no se dedicaban a la
investigación exacta ni a la empírica. Al mismo tiempo, había muchos intereses
comunes y múltiples yuxtaposiciones entre ambos grupos”. (141)

IDEALISMO ALEMÁN

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