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ALÍCIA MOREAU DE JUSTO – MUJER

INCANSABLE – VOTO FEMENINO1

ACERCA DEL VOTO FEMENINO: El acceso de las mujeres al sufragio libre fue una
preocupación permanente de Alicia Moreau. El siguiente texto constituye un ejemplo
representativo del recorrido realizado en esa búsqueda.
“En 1931 hubo un proyecto de Mario Bravo que fue aprobado por la Cámara de Diputados,
después de la acción de una comisión intersindical. En la sanción de esa ley estuvieron
juntos radicales, socialistas y demócrata progresistas, de manera que salió muy bien
auspiciada. Nosotras, las mujeres socialistas nos habíamos agrupado y presentábamos
peticiones y organizábamos actos y conferencias.

Veíamos el gran interés de las mujeres. Pero llega la media ley al Senado y allí, donde
predomina el conservadorismo, fue boicoteada y enviada a una carpeta. Alfredo Palacios
reprodujo el proyecto tiempo después y también fue a parar al mismo sitio. De manera que
nosotras, que podríamos haber tenido el voto como primer país en América Latina, tuvimos
que ver a las uruguayas conquistarlo en el año 1936, a pesar de no haber tenido un
movimiento feminista tan activo como el nuestro.

Con esto, los conservadores creyeron que mantenían a la mujer en la casa, que no fuera a
desbarrancarse por otros lados. Estaban equivocados. Todo eso estaba en el ambiente, y

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había muchos grupos formados y mucha agitación. El voto femenino no se materializó
hasta que el peronismo comprendió todo el valor político que podía tener esa tuerza y un
senador presentó el proyecto. Como tenían mayoría fue aprobado. Por otro lado ¿quién se
iba a oponer?

(Eva Perón) lo recibió hecho. Nunca se había ocupado del problema, que yo sepa. Era una
mujer muy rebelde. Ella quería salir de su medio, que fue lo que hizo finalmente. Después,
cuando se dedicó a aliviar la situación de los trabajadores, expresaba también el mismo
sentimiento de rebeldía de las que querían el sufragio.

El voto femenino implica mayores responsabilidades cívicas. Las mujeres no podrán


lavarse las manos y decir yo no voté, yo no sé nada. El país se va a la ruina y yo no tengo
nada que ver”.

 En el periodo 1932-1941se aprueban en el Congreso Nacional una serie de leyes


tendientes a regular los derechos de los trabajadores, esta legislación era extensiva a las
mujeres. Las principales medidas que establecen son:
 se convierte en ley el “sábado inglés” –los días sábados se trabaja durante mediodía–.
 establece el cierre de los comercios a las 20 horas.
 la reglamentación de las licencias pre y post parto para las trabajadoras mujeres.
 la creación de la Caja de Jubilaciones para los periodistas y reporteros gráficos.

El 24 de marzo de 1976 inaugura en la historia argentina la etapa más oscura: se produce


el golpe de Estado encabezado por el general Jorge R. Videla, el brigadier Orlando Agosti
y el almirante Emilio Massera. Bajo el nombre de “Proceso de Reorganización Nacional”, el
Estado Militar desarrolla un plan sistemático de represión y exterminio de la oposición (que
ellos denominaron lucha antisubversiva), provocando, además de cruentos asesinatos, la
desaparición de 30.000 personas.

En este periodo, Alicia Moreau brindó apoyo a la lucha de las Madres de la Plaza de Mayo.
Esta agrupación estaba formada por madres a quienes la dictadura había secuestrado a
sus hijos (“los desaparecidos”). De esta forma, se concentraban en la Plaza de Mayo,
donde realizaban una ronda alrededor de la pirámide reclamando por la aparición con vida
de sus hijos.

Alicia sostenía que “lo más importante es el ejemplo que le han dado a la mujer, el ejemplo
de mujeres valientes”. Durante la dictadura, una de las pocas formas de oposición es a
través de las solicitadas. Alicia participa en varias, entre ellas la que reclama por la
libertad de Alfredo Bravo, representante del socialismo.
Simone Weil: Poemas
Autor: Simone Weil (París, 1909-Ashford 1943).
Obra: Poemas.
Fuente: Simone Weil: Poemas. Venecia salvada, Trotta, Madrid, 2006. Edición
de Adela Muñoz Fernández.2
A UNA JOVEN RICA

Climena, con el tiempo quiero ver en tus encantos


Cómo mana de día a día y brota el don de las lágrimas.
Tu belleza no es aún más que una armadura de orgullo,
Que los días transcurridos convertirán en ceniza;
No se te verá [más], exultante, descender,
Orgullosa y sin máscara en la noche del sepulcro.
¿Hacia qué destino prometido, en tu flor pasajera,
Te deslizas? ¿Hacia qué destino? ¿Qué gélida miseria
Vendrá a oprimir tu corazón hasta hacerle gritar?
Nada se elevará para salvar tanta gracia;
Los cielos permanecen mudos a la espera del día que borre
Las facciones puras, una tez dulce que un día se vio brillar.

Un día puede hacer palidecer tu rostro, un día puede retorcer


Tus flancos bajo un hambre punzante; un escalofrío muerde
Tu frágil carne, recién salida de las cavidades de la tibieza;
Un día y serás un espectro en ese corro exhausto
Que sin respiro por la prisión del mundo
Corre, corre, con el hambre en el vientre por motor.
La noche perseguida por los bancales como un rebaño,
¿Dónde encontrar en lo sucesivo tu mano fina y delicada,
Tu compostura, tu frente, tu boca con su gesto altivo?
El agua brilla. ¿Te estremeces? ¿Por qué esa mirada vacía?
Demasiado muerta para morir, queda pues, carne lívida,
¡Montón de andrajos postrados en el gris de la mañana!
La fábrica abre. ¿Irás tú a penar ante la cadena?
Renuncia al gesto lento de tu gracia de reina.
Deprisa. Más deprisa. ¡Vamos! Deprisa. Más deprisa.
Por la tarde al marchar, miradas apagadas, rodillas rotas, sumisa,
Sin una palabra; en tus labios humildes y pálidos se leen
La obediencia al duro orden y el esfuerzo sin esperanza.
¿Irás tú en las tardes, con los rumores de la ciudad,
A dejar mancillar por unos céntimos tu carne servil,
Tu carne muerta, transformada en piedra por el hambre?
Ella no se estremece más que cuando una mano la acaricia;
Los retrocesos, los sobresaltos han sido borrados de tu vida.
Las lágrimas son un lujo [allí] donde son aspiradas en vano.
Pero tú sonríes. Para ti las desgracias son fábulas.
Tranquila y lejos de la suerte de tus hermanas miserables,
No les otorgas siquiera el favor de una mirada.
Tú puedes, cerrados los ojos, prodigar las limosnas;
Tu sueño incluso se mantiene puro de estos lúgubres fantasmas
Y tus días transcurren claros bajo el abrigo de una fortaleza.
Trozos de papel más duros que las murallas te protegen.
Que se quemen, y tu corazón, tus entrañas,
Serán entonces golpeados hasta quebrar tu ser.
Mas este papel te asfixia, él esconde el cielo y la tierra,

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http://diosenlaliteraturacontemporanea.blogspot.com/2017/02/simone-weil-
poemas.html
Esconde a los mortales y a Dios. Sal de tu invernáculo,
Desnuda y temblorosa envuelta en los vientos de un universo
helado.

LOS ASTROS

Astros en fuego que pueblan la noche en cielos lejanos;


Astros mudos que giran ciegos sin ver, siempre helados,
Arrancáis de nuestros corazones los días del ayer,
Nos arrojáis al porvenir sin nuestro consentimiento,
Y lloramos y todos nuestros gritos que os elevamos resultan vanos.
Puesto que es preciso, os seguiremos, atados los brazos,
Los ojos vueltos hacia vuestro fulgor puro pero amargo.
Todo dolor importa poco a vuestro aspecto.
Callamos, titubeamos sobre nuestros caminos.
Está allí en el corazón repentino, su divino fuego.

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