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TALLER 1

2. Definiciones:
Formación: La formación como un proceso muy amplio que se da en todas las culturas,
espacios y tiempos de la especie humana, a través del cual las nuevas generaciones toman o
reciben, transforman o absorben el acumulado cultural de sus mayores. La formación como
un proceso transcultural y transhistórico. Con el verbo reflexivo se trata de formarse como
persona, en el sentido de desarrollar su propia forma interna con todas las potencialidades
de su singularidad y su originalidad.
Calificativos de la formación y la educación:La formación suele llamarse “humana”,
“integral” o “general”, y se extiende fuera de la escuela y las instituciones, abarcando toda
la vida, desde las pautas de crianza hasta algunas prácticas geriátricas como la preparación
para la jubilación.
Los procesos de formación anteceden y desbordan toda institucionalización en procesos
educativos, y ese ir y venir permite precisamente tomar distancia crítica de toda concreción
de la educación y soñar y ensayar procesos formativos diferentes para las nuevas
generaciones.
1. La formación en sentido amplio, que podemos también llamar “formación” como
socialización o como aculturación, inculturación o culturización.
2. La formación como Bildung, que se encuentra profusamente en el discurso
pedagógico actual como “formación humanística”, o “formación integral”,
“integrada”, “integradora”.
3. La formación como training, en el sentido de entrenamiento profesional, sea para las
profesiones más liberales o para las más técnicas.
Formación, oportunidades a cada profesional para formarse como persona humana en todos
los sentidos de la filosofía, la ética, las artes y las ciencias sociales y humanas.

Educación: la educación como un proceso más concreto e institucionalizado, situado en el


tiempo, el espacio y la cultura. La educación como un proceso más particular y concreto: la
educación sería la manera específica como cada cómo cada cultura en cada tiempo y lugar
empieza a institucionalizar algunos procesos de formación – llámese “socialización”,
“inculturación”, “aculturación” o “culturización”- de las nuevas generaciones, inicialmente
espontáneos e informales.
La educación empieza a distinguirse con adjetivos que señalan indirectamente la
institucionalización, como “inicial”, “preescolar”, “básica”, “media”, “superior”, o más
claramente todavía “primaria, secundaria y terciaria”.
Humanización: “componente humanístico”, limitar o eliminar las oportunidades de
formación ética y política de los estudiantes de pregrado, y a no dejar ningún espacio para
la formación del espíritu crítico de los futuros profesionales.
Pedagogía: La reflexión pedagógica debe mantener siempre la vigilancia crítica respecto a
cualquiera de ellas; intervenir con discursos críticos para alertar a todos los que participan
en ellas, y con discursos propositivos que ofrezcan formas alternativas de
institucionalización que permitan minimizar los riesgos y potenciar oportunidades de
formación en las tensiones insolubles pero creativas entre formar y formarse y entre utopía
y realismo. La pedagogía como reflexión, saber y discurso, así el sujeto individual o social
que reflexiona, sabe y discurre de hecho ejerza o no esa noble profesión. Las reflexiones,
saberes y discursos más o menos formales o disciplinados sobre la formación y la
educación conforman la pedagogía.
La pedagogía es ese acumulado de reflexiones, saberes y discursos sobre la formación y la
educación, que pueden aparecer más o menos sistematizados por un autor o por una
escuela, más o menos institucionalizados en una universidad como facultad, departamento
o carrera, y más o menos especificados hacia la enseñanza o hacia el aprendizaje, hacia la
persona del maestro o hacia el alumno, hacia la institución educativa o hacia la interacción
social con o contra ella o por fuera de ella.
La discusión sobre formación y educación, sobre formar y formarse, sobre educación
institucionalizada o desintitucionalizada, llámese informal o no formal, es parte de la
pedagogía.
La pedagogía como reflexión, saber y discurso sobre la formación y la educación en todos
sus aspectos.
Didáctica: La didáctica de un área o de una asignatura escolar como disciplina académica
centrada en la enseñanza de saberes específicos seria parte de la pedagogía y no podría
oponerse a ésta; el discurso curricular sería parte del discurso pedagógico y no sería
antagónico con éste. la didáctica no como la práctica misma de enseñar, sino como el sector más
o menos bien delimitado del saber pedagógico que se ocupa explícitamente de la enseñanza. Este
aspecto de la configuración más o menos explícita de los microambientes por parte del maestro
para potenciar la relación maestro-alumno(s) revela la limitación que tiene restringir la didáctica a
la mera consideración de la palabra del maestro, por importante que ésta sea. Ver más adelante
las precisiones que hago en la sección “Más allá de la relación maestro-alumno”. La distinción
propuesta entre pedagogía y didáctica parece coincidir en forma bastante cercana con la
conceptualización hecha por Ricardo Lucio en un artículo reciente en la revista de la Universidad
de La Salle (Lucio, 1989).

La didáctica es una reflexión sistemática, disciplinada, acerca del problema de cómo enseñar,
cómo aprenden los niños; del por qué se tienen tantos fracasos al tratar de que aprendan lo que
uno cree que enseñó. Yo diría que es una reconstrucción del problema de la comunicación entre
maestros y alumnos, a partir de los fracasos del aprender y enseñar.
didáctica nos invita a entenderla “como el sector mas o menos bien delimitado del saber
pedagógico que se ocupa explícitamente de la enseñanza” (Vasco Uribe, 1990, pág. 15)
Leer más: http://m.profesenforma-com.webnode.es/news/reflexiones-sobre-pedagogia-y-
didactica-/
La DIDACTICA “cubre la reflexión sobre todos los aspectos de las relaciones del maestro
con sus alumnos y sus micro entornos desde el punto de vista de la enseñanza” (Vasco
Uribe, 1990, pág. 21).
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didactica-/
Enseñanza: Las prácticas de formación, todavía simplemente formativas (es decir no-
institucionalizadas), o ya educativas (es decir institucionalizadas), ocurren dentro de un proceso
muy complejo e interdependiente de los demás procesos económicos, políticos, sociales y
culturales se dan en un sistema social históricamente situado en el espacio-tiempo, por difícil que
sea precisar o aislar a éste de los demás sistemas sociales.

La enseñanza es la actividad del maestro que corresponde a uno de los dos sentidos de la relación
maestro-alumno(s), juntamente con uno de los dos sentidos de la relación
maestromicroentorno(s), en cuanto el maestro trata de reconfigurar los microentornos para
potenciar la relación microentorno(s)-alumno(s) de tal manera que en lo posible esté sintonizada y
no desfasada de la primera.

nseñanza nos dira que “ es la actividad del maestro que corresponde a uno de los dos
sentidos de la relación maestro-alumno(s), juntamente con uno de los dos sentidos de la
relación micro entorno(s)-alumno(s) de tal manera que en lo posible este sintonizada y no
desfasada de la primera” (Vasco Uribe, 1990, pág. 15)
Leer más: http://m.profesenforma-com.webnode.es/news/reflexiones-sobre-pedagogia-y-
didactica-/
Docencia: Al institucionalizarse en la forma indicada las prácticas de formación, aparece la
práctica educativa, asignable a personas y roles, que llamamos “pedagogos” y “pedagogas”. Estos,
ante las dificultades y fracasos de esa práctica que llamamos “práctica pedagógica”, empiezan a
desarrollar algunas reflexiones y transformaciones de esa práctica, la cual en mayor o menor
grado se va convirtiendo en una praxis refleja, que llamamos “praxis pedagógica”. En algunos
contextos puede aparecer la palabra “pedagogía” para designar la práctica pedagógica misma.
Pero propongo que se considere la pedagogía no como la práctica pedagógica misma, sino como el
saber teórico-práctico generado por los pedagogos a través de la reflexión personal y dialogal
sobre su propia práctica pedagógica, específicamente en el proceso de convertirla en praxis
pedagógica, a partir de su propia experiencia y de los aportes de las otras prácticas y disciplinas
que se intersectan con su quehacer.

Aprendizaje: Específicamente, en el modelo sistémico de los procesos educativos precisamos o


recortamos como componentes principales o “sujetos de la educación a los maestros y a los
alumnos. Los alumnos no son objetos. Los demás componentes pueden recortarse en forma
separada, o asignarse al microentorno social y físico en que se mueven esos sujetos, o al
macroentorno social y físico en que está inserto el sistema educativo así constituido. En particular
pueden separarse como componentes los distintos saberes socialmente circulantes se llamen o no
se llamen “científicos”, o asignarlos a los maestros, a los alumnos, a los microentornos sociales y
físicos (piénsese por ejemplo si hay o no saberes acumulados en los libros, mapas, planos,
herramientas y computadores), y al macroentorno social y físico.

Se distinguen en nuestro modelo sistémico del proceso educativo (formativo institucionalizado) al


menos las relaciones maestro-alumno(s); maestro-microentorno(s); alumno-macroentorno(s), y
las relaciones de todos ellos con el macroentorno, y en particular con los saberes socialmente
circulantes. Por eso no estoy de acuerdo con los que hablan en singular de la relación pedagógica,
como si ésta fuera sólo la relación maestro-alumno(s). Aunque esta última en alguna forma
merezca ser privilegiada, también las demás relaciones que la teoría pueda construir en el sistema
educativo bajo análisis son relaciones pedagógicas. En particular lo son las relaciones de maestros
y alumnos con el microentorno y el macroentorno, y muy específicamente las relaciones de todos
ellos con los saberes.

El análisis sistémico muestra también que hay un lugar propio en la pedagogía para la reflexión
sobre la actividad aprehendiente del alumno, que corresponde al otro sentido de la relación
alumno-maestro(s), o sea al que señala hacia lo que llamamos “aprender del maestro”,
juntamente con uno de los dos sentidos de la relación alumno-microentorno(s), o sea el que
señala hacia lo que llamamos “aprender del ambiente”. A esta actividad aprehendiente del
alumno podemos y debemos llamarla “aprendizaje”, a pesar de las connotaciones negativas que
vienen del sentido antiguo de aprendizaje como mera reproducción de técnicas gremiales
transmitidas por el maestro artesano al aprendiz, y a pesar de las connotaciones más negativas
todavía que vienen del sentido predominante de los años 50 a los 70, tiempo en el que la palabra
“aprendizaje” fue monopolizada por una teoría estadística de fijaciones y extinciones de
respuestas conductuales observables por refuerzos externos dentro del paradigma del Análisis
experimental de la Conducta.

Excluir del aprendizaje de la reflexión pedagógica y centrarla sólo en la enseñanza de desvertebrar


uno solo de los aspectos de la compleja relación maestro-alumno(s), y delegar la reflexión sobre el
aprendizaje exclusivamente a la psicología. Sería como si la reflexión médica olvidara los aspectos
relacionados en el párrafo anterior, y delegara la reflexión sobre ellos exclusivamente a la
antropología, la psicología y la fisiología.

No estoy pues de acuerdo con reducir la pedagogía a una reflexión sobre la enseñanza. Quedarían
por fuera de esa reflexión muchas relaciones pedagógicamente importantes, como las relaciones
de maestros y alumnos con los saberes científicos y con los saberes tradicionales, tanto intra-
como extra-escolares; las demás relaciones con el macroentorno social y los microentornos
sociales y físicos, en particular las relaciones de los alumnos entre sí y las relaciones entre los
maestros, para no hablar de otros aspecto claves de la relación maestro-alumno(s), como los que
se refieren al aprendizaje en el sentido preciso de la sección anterior.

el APRENDIZAJE como actividad aprehendiente del alumno se torna motivo de análisis.


No debe reducirse la pedagogía a la enseñanza pues dejaría por fuera otras reflexiones y
relaciones del modelos sistémico educativo. Otra cosa importante es que la pedagogía no
debe limitar su reflexión a la relación maestro-alumno(s), debe incluir en sus cuestiones de
análisis los micro y marco entornos, otros saberes y otras disciplinas.

Leer más: http://m.profesenforma-com.webnode.es/news/reflexiones-sobre-pedagogia-y-


didactica-/
Currículo: En el extremo opuesto estarían los discursos sobre el currículo y los currículos
explícitos, como los PEI´s, los planes de estudio y los programas curriculares concretos de
cada institución, cada área y cada asignatura. Describir, diagramar, planificar y organizar
explícitamente las etapas, los roles, los contenidos, las actividades educativas con sus fines
o propósitos y sus medios o mediaciones, métodos y técnicas de enseñanza y de evaluación.
Eso es el currículo.

3. Relaciones existentes entre los nueve conceptos


Un eje vertical que representa la tensión entre la formación y la educación, denominada
“eje de los procesos” y otro eje horizontal que representa la tensión entre la pedagogía y el
currículo, denominado “eje de los discursos”.
La formación es la parte superior del eje vertical como categoría principal, la educación se
ubica debajo como subcategoría. La pedagogía situada a la izquierda del eje horizontal,
como reflexión más amplia sobre la formación y la educación, el currículo a la derecha
como concreción más específica de las reflexiones y saberes pedagógicos en los discursos
curriculares.
4. Preguntas
¿Qué relación hay entre educación y formación?

La formación como aquellas prácticas, reflexionadas o no que se dan en la sociedad para la


preparación en la súper vivencia y la convivencia de las nuevas generaciones, y diferenciara esta
de la educación entendiendo esta última por las prácticas formativas institucionalizadas, cuyos
protagonistas son los educadores junto con los estudiantes. Es importante resaltar que la
formación es ese proceso continuo que se da desde el nacimiento hasta ser socialmente aptos. La
formación y educación dentro de la pedagogía tiene el papel fundamental de humanizar a las
personas a través de la enseñanza y aprendizaje.

¿Qué papel desempeña la pedagogía con respecto a la educación y la formación?

La pedagogía es una disciplina que busca tener un impacto en el proceso educativo, además juega
un papel importante en el proceso discurso, formación, educación y humanización del sujeto. Se la
considera como el saber teórico-práctico generado por los/ las docentes a través de la reflexión
personal y dialogal sobre su propia práctica pedagógica, específicamente en el proceso de
convertirla en praxis pedagógica, a partir de su propia experiencia y de los aportes de las otras
prácticas y disciplinas que se intersectan con su quehacer. La pedagogía promueve espacios para
la construcción de relaciones entre el conocimiento, la sociedad y su entorno

¿Es lo mismo pedagogía y didáctica?

La didáctica y la pedagogía son disciplinas que se diferencian porque la didáctica tiene como
objetivo principal buscar el cómo se debe enseñar y aprender a través de la utilización de
estrategias y métodos y así lograr un aprendizaje significativo, además cubre la reflexión sobre
todos los aspectos de las relaciones del maestro con sus alumnos y sus micro entornos desde el
punto de vista de la enseñanza” (Vasco Uribe, 1990, pág. 21) a diferencia de la pedagogía que es
más compleja porque busca el cómo formar, educar y humanizar a través de discursos curriculares
al sujeto. Considero la didáctica no como la práctica misma de enseñar, sino como el sector más o
menos bien delimitado del saber pedagógico que se ocupa explícitamente de la enseñanza.

¿Qué relación hay entre enseñanza y docencia?

El objetivo de la enseñanza es lo que quiere el/ la docente en el sentido construir, adquirir y


desarrollar competencias en los estudiantes a partir de estrategias didácticas para lograr un
aprendizaje con la intencionalidad de humanizarlo (a).

¿Qué relación hay entre discurso curricular y los procesos de enseñanza aprendizaje?

Los procesos de enseñanza – aprendizaje y los discursos curriculares están entrelazados porque
no solo debe preguntarse el cómo enseña el docente y el cómo aprende el estudiante o viceversa
sino también qué se aprende. Es necesario describir, diagramar, planificar y organizar
explícitamente las etapas, los roles, los contenidos, las actividades educativas con sus fines o
propósitos y sus mediaciones, métodos y técnicas de enseñanza y de evaluación y de esta manera
lograr que el sujeto tenga un aprendizaje significativo.

¿Cuál de los discursos pedagógicos elaborados en Colombia le llamo más la atención? ¿Por qué?

El discurso por competencias porque se debe asumir que las acciones humanas, no solo dependen
de factores internos o de personalidad; las acciones humanas están determinadas también por el
contexto en el que se desarrolla. Tener en cuenta el contexto en el proceso de formación de
competencias es decidirse por una educación flexible que tienen en cuenta las diferencias de
pensamiento y los niveles de aprendizaje.

¿Cuál es el discurso curricular que prevalece actualmente en nuestro país?, y ¿qué problemas de
ese discurso presenta el autor como insolubles?

El discurso curricular que prevalece actualmente en nuestro país es por Competencias y los
problemas que presenta el autor del discurso mencionado anteriormente son: 1. Como
seleccionar, describir y desglosar las competencias para cada nivel y modalidad de la educación y
para cada área académica. 2. Como enseñar en cada nivel, en cada modalidad y en cada área de
tal manera que los estudiantes desarrollen esas competencias. 3. Como evaluar el nivel de
desarrollo de dichas competencias
Formación y educación
La formación como un proceso muy amplio que se da en todas las culturas, espacios y
tiempos de la especie humana, a través del cual las nuevas generaciones toman o reciben,
transforman o absorben el acumulado cultural de sus mayores, y en tomar la educación
como un proceso más concreto e institucionalizado, situado en el tiempo, el espacio y la
cultura.
Una primera tensión entre formación y educación, que se debe al grado de
institucionalización que se dé en cada cultura a los procesos formativos, llamados también a
veces procesos de socialización, inculturación, aculturación o culturización.
Una segunda tensión interna en la categoría misma de “formación”, que se debe ahora al
acento que se dé a la persona o a la cultura. Esta segunda tensión a través de la escucha
atenta a las terminaciones de las dos formas verbales “formar” y “formarse”. Con el verbo
activo se trata de formar al nuevo miembro de la familia. Con el verbo reflexivo se trata de
formarse como persona, en el sentido de desarrollar su propia forma interna con todas las
potencialidades de su singularidad y su originalidad.
La educación en la modernidad
La formación como un proceso transcultural y transhistórico.
La educación como un proceso más particular y concreto: la educación sería la manera
específica como cada cómo cada cultura en cada tiempo y lugar empieza a institucionalizar
algunos procesos de formación – llámese “socialización”, “inculturación”, “aculturación” o
“culturización”- de las nuevas generaciones, inicialmente espontáneos e informales.
Desde lo más transcultural y transhistórico de la formación hasta lo más cultural e histórico
de la formación hasta lo más cultural e histórico de la educación.

Calificativos de la formación y la educación


La formación suele llamarse “humana”, “integral” o “general”, y se extiende fuera de la
escuela y las instituciones, abarcando toda la vida, desde las pautas de crianza hasta algunas
prácticas geriátricas como la preparación para la jubilación.
La educación empieza a distinguirse con adjetivos que señalan indirectamente la
institucionalización, como “inicial”, “preescolar”, “básica”, “media”, “superior”, o más
claramente todavía “primaria, secundaria y terciaria”.
Los procesos de formación anteceden y desbordan toda institucionalización en procesos
educativos, y ese ir y venir permite precisamente tomar distancia crítica de toda concreción
de la educación y soñar y ensayar procesos formativos diferentes para las nuevas
generaciones.
La reflexión pedagógica debe mantener siempre la vigilancia crítica respecto a cualquiera
de ellas; intervenir con discursos críticos para alertar a todos los que participan en ellas, y
con discursos propositivos que ofrezcan formas alternativas de institucionalización que
permitan minimizar los riesgos y potenciar oportunidades de formación en las tensiones
insolubles pero creativas entre formar y formarse y entre utopía y realismo.
Pedagogía y currículo
“pedagogía”, profesión del pedagogo.
La pedagogía como reflexión, saber y discurso, así el sujeto individual o social que
reflexiona, sabe y discurre de hecho ejerza o no esa noble profesión.
En el extremo opuesto estarían los discursos sobre el currículo y los currículos explícitos,
como los PEI´s, los planes de estudio y los programas curriculares concretos de cada
institución, cada área y cada asignatura.
Procesos y discursos
Ni la formación ni la educación son disciplinas académicas o no, saberes sistemáticos o no,
discursos eruditos o no.
Una epistemología de la pedagogía, de esa ciencia.
Las reflexiones, saberes y discursos más o menos formales o disciplinados sobre la
formación y la educación conforman la pedagogía.
La pedagogía es ese acumulado de reflexiones, saberes y discursos sobre la formación y la
educación, que pueden aparecer más o menos sistematizados por un autor o por una
escuela, más o menos institucionalizados en una universidad como facultad, departamento
o carrera, y más o menos especificados hacia la enseñanza o hacia el aprendizaje, hacia la
persona del maestro o hacia el alumno, hacia la institución educativa o hacia la interacción
social con o contra ella o por fuera de ella.
La didáctica de un área o de una asignatura escolar como disciplina académica centrada en
la enseñanza de saberes específicos seria parte de la pedagogía y no podría oponerse a ésta;
el discurso curricular sería parte del discurso pedagógico y no sería antagónico con éste.
La discusión sobre formación y educación, sobre formar y formarse, sobre educación
institucionalizada o desintitucionalizada, llámese informal o no formal, es parte de la
pedagogía.
La pedagogía como reflexión, saber y discurso sobre la formación y la educación en todos
sus aspectos.
El discurso curricular
El polo izquierdo es la pedagogía como reflexión, saber y discurso sobre los procesos de
formación y educación, el discurso curricular o el discurso sobre el currículo, así como los
currículos específicos, como discursos concretos sobre y para una cierta modalidad de la
educación como institucionalización de la formación.
Describir, diagramar, planificar y organizar explícitamente las etapas, los roles, los
contenidos, las actividades educativas con sus fines o propósitos y sus medios o
mediaciones, métodos y técnicas de enseñanza y de evaluación. Eso es el currículo.
El “Trivium” incluía la gramática, la retórica y la dialéctica de la lengua latina. El
“Cuadrivium”, las cuatro “artes” de la aritmética, la geometría, la música y la astronomía
conformaron el currículo.
Un nuevo paso por el eje vertical de los procesos
Tres sentidos de formación:
4. La formación en sentido amplio, que podemos también llamar “formación” como
socialización o como aculturación, inculturación o culturización.
5. La formación como Bildung, que se encuentra profusamente en el discurso
pedagógico actual como “formación humanística”, o “formación integral”,
“integrada”, “integradora”.
6. La formación como training, en el sentido de entrenamiento profesional, sea para las
profesiones más liberales o para las más técnicas.
Formación, oportunidades a cada profesional para formarse como persona humana en todos
los sentidos de la filosofía, la ética, las artes y las ciencias sociales y humanas.
“componente humanístico”, limitar o eliminar las oportunidades de formación ética y
política de los estudiantes de pregrado, y a no dejar ningún espacio para la formación del
espíritu crítico de los futuros profesionales.
Un nuevo paso por el eje horizontal de los discursos
Podemos seguir el desarrollo de ese discurso en Kant, Goethe, Pestalozzi y Froebel, al que
podríamos llamar “el discurso pedagógico clásico”, tan influyente en Colombia a través de
las distintas misiones alemanas. Este discurso clásico desemboca a comienzos del siglo XX
en la llamada “Escuela Nueva” de Montessori, Dewey y Decroly, que también influyó
profundamente en Colombia a través de Agustín Nieto Caballero.
Esta propuesta foucaultiana para analizar los discursos y las prácticas pedagógicas
cotidianas de los maestros y maestras empezó a extenderse a otros intelectuales
universitarios y a los más estudiosos y más críticos miembros de la Federación Colombiana
de Educadores Fecode. La interacción entre maestros y maestras de escuelas y colegios con
los intelectuales universitarios llevaron al rescate de la pedagogía y a la consolidación del
Movimiento Pedagógico de los maestros colombianos, fenómeno único en Latinoamérica.
A difundirse en Colombia el discurso pedagógico crítico de la Educación Popular,
inspirado sobre todo por los primeros libros de Paulo Freire.
Pedagogías críticas de Iván Illich.
Guillermo Hoyos de reorientar la reflexión pedagógica no hacia la enseñanza y el
aprendizaje sino hacia la comunicación entre maestros y alumnos, y reconceptualización el
acto pedagógico como acto comunicativo.
El grupo Federici formuló a su vez una propuesta de considerar la pedagogía como ciencia
social reconstructiva a partir de la reflexión sobre la práctica de los maestros, que en su
versión habermasiana o en su versión foucaultiana es ahora la concepción más extendida de
la pedagogía Colombiana.
El discurso curricular
En los últimos años el discurso curricular en todos los países latinoamericanos ha tomado
tres énfasis principales: la gestión escolar, la evaluación externa masiva y los estándares de
competencias.
Las competencias
Hacia el año 2000 empezó un nuevo discurso curricular que comenzó con las competencias
laborales para la certificación de oficios técnicos, y se extendió a las competencias
académicas en todas las áreas de la educación básica y media.
Trabajo permanente de reflexión, diálogo y transformación de la práctica pedagógica en
praxis pedagógica.

A mi me gusta el discurso de competencias, porque estos son conocimientos que si se logran


adquirir en el bachillerato y en la universidad, se van a quedar en la cabeza del estudiante. Y si
llamamos competente al que ha pasado de novicio –que apenas empieza a enterarse de las cosas–
y que verdaderamente aprendió, me parece que es potente el discurso de competencia.
Competente es aquel que está a mitad de camino entre novicio y experto, y no está en la
educación básica sacar expertos. Pero ¿cuáles serían esas competencias del ciudadano? En mi área
de conocimiento, ¿cuáles serán las competencias matemáticas del ciudadano? No está muy claro.
Cómo llegar a desarrollarlas tampoco está claro y cómo evaluarlas tampoco, porque el problema
que tiene el discurso de las competencias es que si se habla, por ejemplo, de uso flexible de las
matemáticas en tareas diferentes a las de clase, entonces cómo se va a evaluar esto con un
cuestionario escolar de preguntas cerradas. Creo que se pueden evaluar competencias
interpretativas y competencias argumentativas, pero no competencias propositivas. Cómo se
propone una nueva tesis, cómo se propone una nueva interpretación, diferente a la que está
plasmada en el examen, cómo se propone un nuevo argumento, cómo se propone un argumento
distinto, para una tesis distinta que uno defiende: no se puede, porque el formato mismo del
examen de pregunta cerrada no permite evaluar competencias propositivas.

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