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2020 -2030
Durante los últimos años hemos sido artífices, gestores, protagonistas o simples
espectadores pasivos o activos de procesos formativos de educación ambiental. Es
sorprendente encontrar en todas las regiones de nuestro departamento experiencias
educativo ambientales de toda índole donde los actores locales, regionales o
departamentales intentan generar cambios de actitud y de comportamiento respecto al
manejo y uso irracional que se le da a las formas de vida y a los ecosistemas de los cuales
hacemos parte.
Si bien es cierto que son muchos los esfuerzos individuales y colectivos por lograr esa
transformación en el pensamiento y las acciones humanas, obteniendo en algunos casos
muy buenos resultados y en otros frustraciones ante la falta de compromiso institucional y
comunitario, podemos resaltar y rescatar algunas experiencias que por su trascendencia e
importancia podemos catalogarlas de significativas y ubicarlas en un pódium, o bien para
mostrarlas como trofeos del esfuerzo realizado para alcanzarlas o mejor, como ejemplos a
seguir en medio de tantos tropiezos o intentos vanos y poco fructificantes.
Sin ser muchas estas experiencias significativas, podemos catalogarlas como la “única
asa” de la cual nos podemos asir para ir nutriendo lentamente el proceso educativo
ambiental en el departamento de Nariño.
De ahí la necesidad imperante de que el departamento cuente con un instrumento práctico
y elemental que oriente y facilite la reflexión, análisis y toma de decisiones de los diversos
actores institucionales y comunitarios en diferentes aspectos que involucra el quehacer de
la educación ambiental, sin distingos de rangos, sin discriminaciones, sin preferencias y sin
protagonismos innecesarios que disminuyen su operatividad ante la urgencia y el
requerimiento de acciones inmediatas.
Este instrumento ha sido pensado y elaborado en el marco de la política nacional de
educación ambiental; si bien el instrumento cobra importancia y se dinamiza por si sólo en
el contexto bajo el cual fue concebido, no se sustrae de la necesidad de articularse al
proceso que se adelanta en todo el país en torno a esta política, a la responsabilidad y al
compromiso de todos.
Según esta política nacional (SINA, 2002) “una de las estrategias fundamentales para la
apropiación de procesos de Educación Ambiental, que en el marco de las políticas
nacionales ambientales y de las políticas nacionales educativas, se viene promoviendo es
la conformación y consolidación de los Comités Técnicos Interinstitucionales de Educación
Ambiental, departamentales y locales (CIDEA). Estos comités buscan organizar la
Educación Ambiental en cada uno de los rincones del territorio nacional, a través de planes
en los que participan todas las instituciones, con competencias y responsabilidades en el
campo particular. Se busca que estos planes sean incorporados a los planes de desarrollo,
con el fin de permear las políticas regionales a través de la inclusión de la dimensión
ambiental, como eje transversal y como elemento de transformación y cambio de las
relaciones sociedad, naturaleza y cultura, en los distintos escenarios del país.
Adicionalmente, estos planes buscan obtener recursos financieros que garanticen la
sostenibilidad de la propuesta, en el contexto de la descentralización y de la autonomía
local”.
Como vemos el instrumento como tal no es suficiente, requiere de agentes dinamizadores
para su gestión, ejecución y seguimiento. Para el caso de Nariño, el Comité Técnico
Interinstitucional de
Educación Ambiental - CIDEA ya se encuentra constituido, y está operando de manera
puntual como ente asesor en educación ambiental para el departamento, y como le
corresponde, participó en la formulación de este plan. Sin embargo, este comité por si solo
es inoperante para todo el departamento; se requiere entonces de la creación y
operativización de los Comités de Educación Ambiental Municipales - CEAM, los cuales
dinamizarían la implementación y el seguimiento al plan.
En cuanto a la periodicidad del Plan cabe decir que la intensión de que este instrumento
sirva de orientación durante los próximos diez años obedece a una necesidad de
continuidad del proceso de planeación de la educación ambiental en el departamento, de
tal manera que su vigencia alcance a cubrir la presente administración y las dos siguientes,
ya que un buen número de procesos educativo ambientales pueden arrojar resultados
sostenibles después de los cinco o seis años de implementados, tal como pasa con las
investigaciones y la medición de resultados tras su implementación, o en periodos más
cortos de dos a tres años pero como fases de ejecución continua, como puede ser el caso
de los Proyectos Ambientales Escolares – PRAE.
INTRODUCCIÓN
Teniendo en cuenta la gran diversidad territorial y cultural del departamento, las dificultades
de acceso y los costos para el desplazamiento de los más de trescientos participantes en
el proceso de formulación del Plan Departamental Decenal de Educación Ambiental de
Nariño 2009 – 2019, se decidió coordinar la convocatoria simultáneamente con otros cuatro
procesos de planeación departamental como son los planes decenales de Educación
Pertinente, Seguridad y Soberanía Alimentaria, Comunicación y Cultura, optimizando
recursos y esfuerzos en la organización y consecución de información básica en once zonas
del Departamento, a saber: Zona Cordillera con sede en Remolino, Zona Abades Pacual
con sede en Samaniego, Zona Guaico con sede en Sandoná, Zona Comunera con sede en
Túquerres, Zona Obando con sede en Ipiales, Zona Macizo con sede en La Unión, Sede
Doña Juana con sede en La Cruz, Zona Sanquianga con sede en Olaya Herrera – Bocas
de Satinga, Zona Telembí con sede en Barbacoas, Zona Telembí con sede en Tumaco y
Zona Centro con sede en Pasto, convocando en cada zona a los municipios que por la
ubicación y acceso podían llegar más fácilmente hasta las sedes definidas; a parte de estos
once talleres, también se realizó dos mesas departamentales más, una con representantes
de los seis pueblos indígenas de Nariño y otra con niños, niñas, jóvenes y padres de familia
representantes de los municipios del departamento, para dar más oportunidad y
participación a algunos sectores de la población y de los cuales no se conocía
suficientemente sus propuestas.
Desde el principio, el plan es pensado y elaborado como un instrumento práctico para el
análisis de las situaciones o realidades educativo ambientales que encontramos en el
departamento, así como también para la gestión e implementación de algunas acciones
que en su mayoría generan nuevos procesos y cambios fundamentales en el pensamiento,
actitudes y comportamiento de las diferentes comunidades frente a su en torno y en su
propio contexto territorial y cultural.
Por eso su contenido no es retórico ni teórico, es básico e incluso pragmático en el sentido
de que presenta las realidades educativo ambientales regionales tal y como las
manifestaron las comunidades y de igual forma las propuestas de cambio traducidas en
ideas de proyectos con incidencia local, regional y departamental.
El plan rompe con algunos paradigmas relativos a la planeación y a la forma de presentar
los resultados y las propuestas de cambio para generar nuevos procesos; bajo este
esquema no se cae en ningún tipo de referenciación frente a otros procesos similares o de
copiar contenidos estructurantes que desdibujarían la verdadera esencia e intencionalidad
del instrumento.
De manera apropiada y oportuna se contó con la asesoría y el acompañamiento conceptual
y metodológico de la Fundación Suyusama con quienes se adoptó, adaptó y aplicó
diferentes elementos de la planificación estratégica y prospectiva hasta llegar a los
resultados que presenta el plan.
Algo fundamental, y que se debe aclarar, para entender el contenido del plan es el punto
de partida para el análisis de contexto, teniendo en cuenta que para entender la realidad no
se parte del problema o del listado de problemas que pueden presentar y sustentar
comunidades de un territorio compartido, por el contrario, se parte de un imaginario o de un
sueño llamado “Situación de Sostenibilidad”, que para el caso del Plan fueron cinco,
extractadas y construidas con los múltiples y anhelantes aportes de actores claves del
departamento en torno a los cinco ejes articuladores del plan: Conceptual, Contextual,
Educación Formal, Educación No Formal e Informal, y Política Pública.
Ante cada situación de sostenibilidad se aplicó el análisis de contexto, a través de una
matriz que sondea de manera integral en cada una de las zonas del departamento las
fortalezas y oportunidades, así como también los procesos y dinámicas que pueden
contribuir a la realización o puesta en marcha de esa situación de sostenibilidad, de igual
manera se identificó los actores que en el contexto pueden aportar con esa realización; para
terminar el análisis, los participantes establecen una serie de retos a manera de acciones
ya realizadas que apuntan todas al cumplimiento del sueño o de la situación de
sostenibilidad.
Partiendo de este análisis de contexto se pasa luego a la definición de la Ruta Estratégica,
que contempla varios ítems clasificatorios y de formulación, como son: formación,
planeación, investigación, sistematización, gestión, comunicación y política pública, bajo las
cuales se clasificó y formuló cada una de las ideas de proyectos del plan.
Con la implementación de esta ruta estratégica se realizó la definición de los programas y
subprogramas del plan, los primeros corresponden directamente a los ejes del plan,
definiéndose cinco programas, a saber: Conceptualización de la Educación Ambiental,
Contextualización de la Educación Ambiental, Proyección de la Educación Ambiental en el
Sector Formal, Proyección de la Educación Ambiental en el Sector No Formal e Informal, y
Política Pública de la Educación Ambiental. Los nombres de los subprogramas se
retomaron directamente de las estrategias transversales de la matriz de la ruta estratégica,
quedando de la siguiente manera: Formación para el Talento Humano, Investigación de
Experiencias y Realidades, Planeación en la Diversidad y las Regiones, Gestión para la
Vida, Comunicación para la Biocultura.
Una vez definidos los componentes del plan, y en un último taller al cual se convocó a
delegados de todos los municipios del departamento, se revisó todas las ideas de proyectos
del plan, y a la vez estas ideas de proyectos se priorizaron y ubicaron conforme a la urgencia
y necesidad de ejecución, así: los proyectos iniciales que se pretende ejecutar en el corto
plazo, los proyectos de transición a ejecutarse en el mediano plazo y los proyectos de
consolidación a ejecutarse en el largo plazo. En este orden, los proyectos iniciales se
ejecutarán en los dos últimos años de la actual administración departamental, los proyectos
de transición en la administración de los siguientes cuatro años y los proyectos de
consolidación en la siguiente administración, completándose así la vigencia de diez años
para la implementación del plan.
El último ejercicio de este proceso de planeación corresponde a la construcción de metas
e indicadores que hagan alcanzable y medible cada una de las ideas de proyectos que
contiene el plan, para el caso se consideró más acertada la definición de una meta e
indicador por cada idea de proyecto, haciendo más consistentes y alcanzables los
resultados del plan.
Finalmente, hay que reconocer la amplia disposición y participación del Comité
Interinstitucional Departamental de Educación Ambiental – CIDEA, cuyo concurso durante
el proceso de diagnóstico y análisis de información fue fundamental para consolidar los
resultados parciales y finales del plan.
VISION
Posicionar la Educación Ambiental como la principal alternativa forjadora de territorios
sostenibles y sustentables a través de acciones propuestas desde una educación inclusiva,
permitiendo la generación de valores capaces de promover la investigación hacia la
conservación de los ecosistemas estratégicos así como la biodiversidad natural y
poblacional, acciones fortalecidas desde la planeación y ejecución de los entes territoriales;
logrando un departamento que fomenta e implementa la cultura ambiental sostenible sin
perder la identidad regional enriquecida a partir de la diversidad étnica y cultural Nariñense.
MISION
Establecer acciones de educación ambiental que permitan el fortalecimiento de la cultura
ambiental hacia su sostenibilidad, a partir de procesos de participación social, donde las
actuaciones del ser humano propendan por mejorar y/o mantener una calidad de vida
adecuada sin afectar el territorio.
2. OBJETIVOS
2.1. GENERAL Implementar acciones que fomenten cultura ambiental sostenible hacia la
generación de actitudes y valores adecuados sin afectar la calidad de vida de la población
ni el deterioro de los recursos naturales logrando un justo equilibrio hacia la sostenibilidad,
a partir de la participación, articulación, comunicación interinstitucional, intersectorial,
comunitaria y étnica entorno a la investigación, conceptualización, contextualización,
formación, gestión y política pública de la educación ambiental en el departamento de
Nariño.
2.2. ESPECIFICOS
TABLA DE CONTENIDO
Capitulo Uno: Antecedente y Justificación
Anexos: