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TRAMAS SOCIALES

Últimos títulos publicados HACER PARA


Directora de colección
Irene Gojman
18. Maritza Montero
TRANSFORMAR
Teoría y práctica de la psicología comunitaria
19. O. Nirenberg, J. Brawerman y V Ruiz
Programación y evaluación de proyectos sociales
20. Susana Checa (comp.)
El método en la psicología comunitaria
Género, sexualidad y derechos reproductivos en la adolescencia
21. Toni Puig
La comunicación municipal cómplice con los ciudadanos
22. M. Caracciolo Basco y M. del Pilar Foti Laxalde
Economía solidaria y capital social
MARITZA MONTERO
23. Maritza Montero
Introducción a la psicología comunitaria
24. Horado Lejarraga (ed.)
Desarrollo del niño en contexto
25. Gabriel Kessler
Sociología del delito amateur
26. Violeta Ruiz
Organizaciones comunitarias y gestión asociada
27. María Mucci
Psicoprofilaxis quirúrgica
28. Toni Puig
Se acabó la diversión
29. M. Felicitas Elías
La adopción de niños como cuestión social
30. A. Melillo, E. Suárez Ojeda y D. Rodríguez (comps.)
Resiliencia y subjetividad
31. E. A. Pantelides y E. López (comps.)
Varones latinoamericanos
32. Sergio De Piero
Organizaciones de la sociedad civil
33. L. Schvarstein y L. Leopold (comps.)
Trabajo y subjetividad
34. M. Llorens y otros

�11�
·

Niños con experiencia de vida en la calle


35. Maritza Montero
Hacer para transformar PAIDÓS
Buenos Aires
Barcelona
México

L
··.. \, i/-{ )
Montero, Maritza
Hacer para transformar : el método en la psicología comunitaria -

1a ed. - Buenos Aires : Paidós, 2006.


372 p.; 21x13 cm. (Tramas sociales)

ISBN 950-12-4535-7

1. Trabajo Social. l. Título


CDD 361.5

Cubierta de Gustavo Macri 1 '


Prefacio, por Bader Burihan Sawaia .................................... 15
Introducción ........................................................................ 19

l. El método en la psicología comunitaria.................... 27


', 1
Introducción .. ............................... . ... ..... ... . . .. .. 27
l" edición, 2006
. . .... . ... . . . . .

La construcción del método en la psicología comunitaria 28


Quedan rigurosamente prohibidas, sin la autorización escrita de los titulares del Intervención e investigación en el trabajo comunitario 32
copyt-ight, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción total o par­
cial de esta obra por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la repro­ Condiciones del método en la psicología comunitaria.. 33
grafía y el tratamiento informático, y la distribución de ejemplares de ella
mediante alquiler o préstamo públicos.
Las razones del método .................................................. 37
¿Cualitativo o cuantitativo? .. .. ................ /.....................
. . 38
© 2006 de todas las ediciones Sobre la combinación de métodos cuantitativos
Editorial Paidós SAICF
y cualitativos . ................ ... .. .. . . ... ... .. . ........ 40
Defensa 599, Buenos Aires
. .. . .. ... .. ... . . . ..

E-mail: literaria@editorialpaidos.com.ar
Mitos sobre el uso combinado de métodos cualitativos
www.paidosargentina.com.ar y cuantitativos ................... . . ... ....... .. .. .. . .. ....
. . .. .. . .. . .. . ... 42
Los actores del método .................................................. 44
Queda hecho el depósito que previene la Ley 11.723 45
Una mirada al método en la psicología comunitaria . ...

Impreso en la Argentina - Prihted in Argentina


Preguntas para reflexionar sobre el empleo de métodos
Impreso en MPS en la investigación/intervención comunitaria............ 47
Santiago del Estero 338, Lanús, Buenos Aires, Ejercicios problematizadores sobre la elección de métodos
en febrero de 2004 en la investigación/intervención comunitaria............ 47
Tirada: 2000 ejemplares
Lecturas complementarias recomendadas . . . .... ..
.... .. ...
.. 48
ISBN 950-12-4535-7

0326979
l,
Índice 9
8 Índice
Resumen .................. .... ................... .......... . 88
2. La investigación cualitativa en la psicología
. � ................

Ejercicios problematizadores sobre el proceso


comunitaria . ..................................................... .............. 49
familiarización con la comunidad ... ........................... 89
Introducción . .................................... ............................. 49
Pregunta para reflexionar sobre la familiarización ........ 89
El rigor metodológico en la investigación cualitativa .. 51
Lecturas complementarias recomendadas...................... 90
Fundamentación de los criterios de rigor metodológico
en la metodología cualitativa ................................ 52
4. La identificación y la jerarquización de las
,

Comparación entre criterios cualitativos y cuantitativos


necesidades y de los recursos para satisfacerlas
de rigor metodológico ... ................ ....................... 56
Necesidades y recursos.................................................... 91
Sobre la auditoría de la investigación cualitativa
La identificación de necesidades y recursos ........ .. ... .... 92
y la rendición de cuentas de lo hecho ...... ............ 60
.

Definición de necesidades . .............. ..... .......................... 94


Momentos en la investigación cualitativa
La interacción entre necesidades básicas y necesidades
en la psicología comunitaria ..................................... . 61
u, 1tlmas..........................................................................
. 95
La planificación de la investigación .......................... 62
Clasificación de necesidades ..... ................................. 96
La selección de participantes ................................... . 63
Bases para la identificación de las necesidades .......... 98
La recolección de datos ............................................. . 67
La contradicción entre necesidades sentidas y
El análisis de los datos ............................................... . 68
necesidades normativas. La intervención ideológica 99
La diversidad en el análisis de datos cualitativos ..... . 70
. . Procedimiento para identificar necesidades y recursos
71
,
La interpretac1on ........................................................
en una comunidad ...................................................... 103
Una conclusión: el ciclo de la investigación cualitativa 72
Un ejemplo tomado de la práctica.................................. 111
Preguntas para reflexionar sobre el uso
Resumen .. .... .................................................................... 116
de la metodología cualitativa en la investigación
Preguntas para reflexionar sobre las necesidades
/intervención comunitaria.......................................... 73
y los recursos de las comunidades ................ .............. 118
Ejercicios problematizadores s"obre la aplicación
Ejercicio problematizador sobre la identificación
de la investigación cualitativa en la psicología
de necesidades y recursos de las comunidades .......... 118
comunitaria ............. ........................................... ;....... 74
Lecturas complementarias recomendadas ...................... 119
Lecturas complementarias recomendadas .......... .......... 75

5. La investigación-acción participativa. Orígenes,


3. La farniliarización con la comunidad
definición y fundamentación epistemológica y teórica
El lugar de la familiarización en el trabajo psicológico
Un modelo metodológico "hecho en América latina" .. 121
comunitario ...... ................. ........................................ . 77
Factores que influyeron en el surgimiento de la
Qué es la familiarización ................................................ 78
investigación-acción y de la investigación-acción
El proceso de familiarización.......................................... 79
participativa .. ... .. ... .. ............ .. ....... .......... .................
. . . . 123
La familiarización en comunidades situadas
El factor acción en la investigación ................................ 126
en un espacio físico ............................................... . 79
De la investigación-acción a la IAP ................................ 129
La familiarización en comunidades caracterizadas
Cómo se hizo activa la investigación social .......... 129
de manera preferencial por redes de relaciones ... . 80
Cómo se hizo participativa la investigación social 134
Requisitos de la familiarización ................................. . 81
Qué es la investigación-acción participativa (IAP) ........ 13 8
Condiciones para la familiarización..... ........................... 86
La definición de IAP ..... ............................................. 140
Posicionamiento ético ................................................ 87
10 Índice Índice 11
Características de la IAP .................... ........................ 142
Recuperación crítica de la historia de la comunidad 188
Bases paradigmáticas de la IAP ...................................... 145
Evaluar y autoevaluarse ................................................. . 189
Informe y discusión evaluadora sistemática
Aspectos ontológicos ................................................. . 149
Aspectos epistemológicos ........................................... 150 190
.
del conocimiento producido ..................................... .

Sobre la aplicación de la IAP


Aspectos éticos ........................................................... . 153 191
..........................................

Aspectos políticos ....................................................... . 154


Cuando la IAP no es participativa ................................. . 191
Resumen 156 193
......................................................................... .
En síntesis .......................................................................
Preguntas para reflexionar sobre la IAP como método
.

Preguntas para reflexionar sobre el uso de la IAP


157 195
....... .

Ejercicios problematizadores sobre la IAP


Lecturas complementarias recomendadas ..................... . 158 195
....................

Guía resumida de procesos posibles en su aplicación ... . 194


6. La investigación-acción participativa: aspectos 196
Lecturas complementarias récomendadas ......................
metodológicos Anexo: Investigación e intervención comunitarias
con IAP
Introducción .................................................................... 159
Características de este método ..................................... 160
.
Guía resumida de procesos posibles en su aplicación .... 197
Algunas premisas para la IAP ....................................... . 161
Autenticidad y compromiso ....................................... . 162
7. Observación participante, entrevistas participativas
Antidogmatismo ......................................................... . 162
y discusiones reflexivas: tres técnicas frecuentes
Socialización del conocimiento producido ............... 164
en el trabajo comunitario
.

Autoinvestigación y control por parte Sobre el método participativo ....................................... . 203


de las comunidades ............................................... . 165
La observación participante en el trabajo comunitario .. 205
Divulgación técnica ................................................... 166
.
¿Qué significa "participar" en la observ<tción
Compromiso de los agentes de cambio ..................... 169 .
.
participante? ................................................................ 206
Lo cualitativo y lo cuantitativo ................................. . 169
Las herramientas de la observación participante ........... . 208
Flexibilidad en planes de trabajo ................................ 170 209
Las entrevistas participativas ......................................... .

Participación............................................................... 171 210


.
Finalidad de las entrevistas participativas ................. .

Acción-reflexión-acción .............................................. 172 210


Requisitos que deben cumplir ................................... .

Saber popular ............................................................. 173 212


.
A quiénes entrevistar participativamente ...................
Procesos, procedimiento y estrategias usuales
.

Las preguntas en las entrevistas participativas ......... 212


en la investigación-acción participativa (IAP):
.

Criterios de rigor metodológico ............................... . 214


aspectos con los cuales se suele lidiar ....................... . 174 Las reuniones comunitarias de discusión-reflexión ....... . 216
El contacto entre agentes externos e internos ............. 175
.
Aspectos que dificultan la participación
Determinación del problema a investigar o sobre en las reuniones de discusión-reflexión ..................... . 218
el cual actuar (diagnosticar, intervenir, investigar) ....
·
179
Recursos para evitar dificultades y obstáculos
Planificación de la investigación o en la discusión-reflexión .............................................. 220
de la intervención-investigación ............................... 180
.
El significado del carácter participativo de estos
Identificar necesidades y recursos ................................. . 184
métodos ....................................................................... . 222
Dialogar ......................................................................... . 185 Resumen .......................................................................... 225
Tomar decisiones ........................................................... . 186 Preguntas para reflexionar sobre el uso
Problematizar, concientizar, desideologizar ................. . 187 de métodos participativos ........................................... . 226
12 Índice Índice 13

Ejercicio problematizador sobre la aplicación La grabación................................................................ 269


de métodos participativos .......................................... 226 La transcripción .......................................................... 269
Lecturas complementarias recomendadas...................... 227 La producción del relato o narrativa .......................... 273
El análisis en el método biográfico ............. ,.............. 275
8. La problematización: procedimientos Narrar la vida y sus historias .......................................... 281
La problematización en el trabajo comunitario 229 Técnicas autobiográficas ................................................ 283
El concepto de problematización.................................... 230 El relato de vida o entrevista biográfica .................... 283
Origen del concepto .................................................... 230 La autobiografía .......................................................... 285
Definición del concepto de problematización............ 231 La historia de vida en el trabajo comunitario ................ 288
Objeto y sujetos de la problematización ........................ 233 Tipos de historia de vida ............................................ 291
Bases del proceso problematizador ............................... . 233 Aspectos básicos a cumplir en la técnica de historias
El proceso de problematización en acción .................... 237 de vida........................................................... ..... ... 294
. ..

Algunos procedimientos problematizadores .................. 239 Resumen ... ...................................................................... 296


.

Análisis de construcciones artesanales Preguntas para reflexionar sobre la justificación


o de representaciones pictóricas de la comunidad 240 y efectos del uso de métodos biográficos en la
Procedimientos problematizadores grupales.............. 243 investigación/intervención en psicología comunitaria 298
La reunión de discusión-reflexión colectiva y crítica 245 Lecturas complementarias recomendadas ...................... 299
Las preguntas problematizadoras de cierre................ 247
La pregunta problematizadora como acto concientizador 249 10. Dos técnicas auxiliares en la investigación e interven­
La condición crítica de la pregunta problematizadora 250 ción comunitarias: las anotaciones o diario de campo y
Algunas preguntas problematizadoras para examinar el uso de documentos secundarios
críticamente el trabajo psicológico-comunitario........ 251 Introducción ........................ :........................................... 301
Preguntas para reflexionar sobre la problematización .. 255 Diferencias entre diarios de campo y anotaciones
Ejercicios problematizadores .......................................... 255 de campo .............................. ..................................... 302
.

Lecturas complementarias recomendadas ...................... 256 Relación con los métodos biográficos............................ 304
Usos del diario y de las anotaciones de campo .............. 305
9. El uso de métodos biográficos en la investigación en ¿Cómo se hacen las anotaciones de campo? .................. 308
psicología comunitaria Los documentos secundarios.......................................... 312
El uso del método biográfico en los estudios psicosociales Los docume.ntos secundarios como fuente .................... 314
comunitarios ................................................................ 257 La contribución de los documentos secundarios ... ...... . 316
Qué es el método biográfico .......................................... 259 Los documentos como estímulo para· el análisis
Orígenes del método biográfico...................................... 260 y para la acción............................................................ 317
Expansión geográfica del método biográfico.................. 262 El análisis documental ............... ........................... ... �..... . 318
Características del método biográfico ............................ 263 Resumen . . ......................................................................
.. 319
Criterios que rigen el método biográfico ...................... 265 Preguntas para reflexionar.............................................. 320
Sobre el proceso metodológico en los estudios Ejercicio problematizador sobre el empleo
biográficos.................................................................... 268 de los diarios de campo y el uso de documentos
Selección o determinación de narradores .................. 268 secundarios .... .. ............. ........... .................... .. ............ .. 32O
El registro y la transcripción de relatos................ ,..... 269 Lecturas complementarias recomendadas...................... 321
14 Índice
PREFACIO
11, Discusión sistemática evaluadora y comunicación so­
cializadora del conocimiento producido.
La contribución de una gran investigadora
Maribel Gonfalves de Freitas y Maritza Montero al debate sobre la metodología
Introducción .. .................. ........... ........ ...... ....................... 323 de la investigación
Discusión y delimitación crítica de conceptos................ 325
Devolución o discusión evaluadora ................................ 327
Objetivos de la discusión sistemática evaluadora............ 329
Condiciones de la discusión sistemática evaluadora ...... 331
Funciones de la discusión sistemática evaluadora .......... 336
Cómo preparar el informe para la discusión sistemática
evaluadora ............................. ....................................... 33 9
La postura ética y la discusión evaluadora sistemática .. 342
La comunicación socializadora del conocimiento
producido ....................... ...... ...................................... 343
.
Este libro, Hacer para transformar. El método en la psico­
Cómo comunicar de manera socializadora
logía comunitaria, cierra una tríada de obras dedicadas a la
el conocimiento producido ....................... ............ 346
psicología comunitaria, escrita por una de las investigado­
.

Quiénes hacen la comunicación socializadora............ 348


Un final abierto .............................................................. 391 ras más importantes del área y que conoce profundamente
Preguntas para reflexionar sobre evaluación el tema, por su ejercicio continuo de investigación. Se trata
. 1 y socialización del conocimiento ................................ 353 de un libro que llega en buena hora.

Ejercicio sobre discusión evaluadora sistemática En las diferentes áreas del conocimiento todos estamos
y sobre comunicación socialifadora...... ..................... 35 3
. involucrados en la continua búsqueda de métodos de in­
Lecturas complementarias recomendadas :.................... . 35 4 vestigación y de intervención que garanticen el diálogo entre
investigador e investigado, y entre comunidad y a3entes de
Referencias bibliográficas .......................... . ......... . ............ 35 5
. . .
.
intervención; es decir, métodos abiertos a la participación
de los sujetos de investigación y de intervención, que sean
al mismo tiempo una praxis comprometida con la transfor­
mación de las relaciones de poder y de exclusión. Y, lo que
es más importante, sin perder el rigor científico y el huma­
msmo.
Tales principios constituyen la esencia del método de
investigación en psicología comunitaria, un área de cono­
cimiento psicosocial creada "como parte de la crítica que
se h a cía a los modelos teóricos y metodológicos predomi­
nantes en las décadas de los sesenta y setenta", y que en es­
te libro e� correctamente retratada como una "praxis
16 Bader Burihan Sawaia Prefacio 17

ético-política". Esta expresión revela compromiso ontoló­ presenta procesos de concientización y de participación
gico con la libertad y la felicidad del ser humano, recono­ ·iudadana. En su concepción, la reflexión metodológica, al
cido y tratado en la investigación como ser creativo y 111ismo tiempo existencial, y los principios metodológicos
activo. y de intervención (problematización, concientización y de­
Por eso tenemos que celebrar la iniciativa de Maritza, sideologización), son igualmente principios éticos de con­
de realizar una compilación crítica, que actualiza las refle­ vivencia en sociedad.
xiones metodológicas y las experiencias de investigación La discusión sobre objetividad y subjetividad ejemplifi­
desarrolladas por la psicología comunitaria, desde su crea­ c:1 lo que estoy afirmando. Por medio de esa reflexión Ma­
ción. Se trata de una contribución efectiva al enriqueci­ ritza nos instiga, sutilmente, a profundizar el debate sobre
miento del debate sobre el método científico en la l:i verdad sin caer en el relativismo -por otra parte tan de
contemporaneidad. 111oda- con la presentación de diferentes indicadores de va­
El lugar desde el cual ella habla es el de la psicología co­ l idcz de una idea: "la validez ecológica, la psicopolítica y la
munitaria, pero su conocimiento, el pleno dominio de la li­ validez de transformación".
teratura, su postura epistemológica y existencial de Las reflexiones sobre la necesidad como categoría base
apertura al Otro y de disposición a la socialización de su de la psicología comunitaria constituye uno de los puntos
conocimiento, transforman en interdisciplinares sus refle­ salientes de esta contribución, y nos alertan para no excluir
xiones. Otra persona no lo haría mejor. La autora circula, la dignidad del pobre: un riesgo ele la intervención comu­
incansablemente, por diferentes países, interrelacionando nitaria. El capítulo 4 presenta críticamente varias tipolo­
investigadores de diferentes teorías en el debate sobre el gías ele la necesidad y destaca la ele Braclsiiaw que distingue
papel liberador de la psicología social, especialmente de la "necesidades sentidas" de "necesidades normativas", dis­
comunitaria, y sobre la participación y compromiso de la t'inción que permite a la autora avanzar en las explicaciones
investigación académica. Una dedicación que le ha garan­ y preguntarse "¿Cómo es posible que algo que es necesa­
tizado el reconocimiento y el respeto de sus pares. rio para llevar una vida adecuada, a los ojos de quien inves­
Otra contribución de este libro es la reflexión psicoso­ tiga, no lo parezca así para el sujeto de esa carencia?". Para
cial sobre la comunidad, trabajada como "espacio-lugar", responder a esta pregunta clásica de la psicología comuni­
territorio de acción del psicólogo volcado hacia la emanci­ taria, Maritza va a buscar explicaciones en el también clá­
pación individual y la felicidad pública. De esa forma, la sico concepto de ideología de Marx.
comunidad deja de ser mera territorialidad física para ad­ El libro une didáctica con erudición, mezcla conoci­
quirir el significado de un "nosotros-colectivo", un lugar llliento teórico-filosófico con reflexión crítica y una since­
privilegiado de acción de resistencia a la globalización y al r:1 relación de compromiso con la psicología comunitaria,
individualismo, y la psicología comunitaria, en consecuen­ ofreciendo así, una orientación segura sobre el método y
cia, resulta un conjunto de conocimientos competentes pa­ los procedimientos de investigación, sin transformarse en
ra intervenir en procesos psicosociales, intersubjetividad, r<'innulas de aplicación instantánea o automática y sin em-
asociacionismos y lazos y rupturas sociales. 11otar la crítica y la creación.
Lo que quiero resaltar es que mientras la autora reflexio­ Las reflexiones, normalmente densas, sobre las cuestio-
na sobre procedimientos de investigación, también discute y 11 ·s fundamentales de la investigación científica (epistemo-
18 Bader Burihan Sawaia

logía, ontología y metodología), en este caso son llevadas a


cabo de forma clara y precisa y son complementados por INTRODUCCIÓN
cuadros-síntesis muy bien elaborados, referencias biblio­
gráficas minuciosas y preguntas problematizadoras al final
de cada uno de los capítulos, por lo cual el presente libro
es útil para la enseñanza del método científico a todos los
que hacen o quieren aprender a hacer investigación.
Les invito a dejarse envolver en la "discusión-reflexión
colectiva y crítica" que nos brinda Maritza.

BADER BURIHAN SAWAIA


Vicerrectora de la
Pontificia Universidade Católica
de Sao Paulo, Brasil.
Quizás el mayor reto de la ciencia, y también lo que nos
·nutiva de ella, es determinar cómo hacer aquello que s�
I' desea hacer. Más aún, determinar si lo que se desea hacer
no tiene todavía una forma definida y es sólo imaginación
moldeada por el deseo y, por lo tanto, lo más parecido al
infinito. La psicología comunitaria agrega a este desafío
otra circunstancia que subraya la complejidad de la tarea, a
la vez que, paradójicamente, facilita su abordaje: trabajar
con seres humanos que actúan, piensan, tienen sentimien­
tos positivos y negativos, son portadores de una cultura y
de una historia que a la vez construyen día a día y que, al
igual que las investigadoras e investigadores, tienen intere­
ses e intenciones y además forman parte de una intrincada
trama de redes de relaciones. Lo que esto significa es que
·l observador es parte del fenómeno observado. Nadie es­
t:í fuera del mundo y, por eso, la visión de quien investiga
es parte de ese mundo al cual pertenece y desde el cual es
construida. De allí la paradoja que la complejidad humana
supone y la ventaja que resulta para el estudio el ser parte
de esos seres complejos que son investigados.
En efecto1 el objeto y el ámbito de acción de la psicolo­
gía comunitaria está constituido por la comunidad, que :1
20 Maritza Montero Introducción 21
su vez es un grupo social complejo formado por una intrin­ 1•i:1 indica que las mujeres son líderes y actoras principales.
cada red de relaciones psicosociales que generan una di­ ( :011scicnte de la necesidad de hacer justicia en cuanto a la
versidad de consecuencias. Es bien sabido que en su J >I" 'SL'.ncia y acción femenina en los fenómenos estudiados'
desarrollo como una rama de la psicología, la psicología y :1 la vez preocupada por la redundancia estilística que tal
111 ·dida puede introducir, he decidido usar ambos géneros,
comunitaria partió de una posición fuertemente crítica del
statu qua de la psicología y en particular de la psicología so­ 11ltt:rnativa y conjuntamente.
cial, que en Latinoamérica ha sido su principal rama de /\sí pues, una tarea que me propuse en esta obra ha si­
origen. Y ese ámbito en el cual la psicología comunitaria do la de transmitir el carácter comunitario con el cual se
dio sus primeros pasos suministró la primeras herramien­ 11plica el método de las ciencias sociales en esta rama de la
tas de trabajo, que al mismo tiempo fueran objeto de duda, psicología. Reflejar las variaciones, modalidades y diferen­
molestia e insatisfacción. ·i:1s registradas a lo largo de tres décadas de aplicación par-
Por esa razón la psicología comunitaria utilizó en sus 1 i ·í pa ti va. Mostrar algunos de los resultados de la

inicios, y sigue utilizando en ciertos casos, métodos, estra­ l >1·1 � queda de formas de "hacer para transformar" y no sólo
tegias, técnicas e instrumentos tradicionalmente usados li111itarme a describir la situación con la cual trabajamos en
por la psicología y por las ciencias sociales en general. En­ ·I campo comunitario. Del cumplimiento dé este objetivo
trevistas, cuestionarios, a veces escalas, estrategias de en­ sl'.r:ín jueces los lectores y las lectoras. Y desde mi punto de
cuesta, métodos y técnicas biográficos, diarios y vist·a, como investigadora comprometida, me parece que
anotaciones de campo están presentes en la investigación e :11í n falta mucho por hacer. Tal juicio, que es también un
intervención comunitarias. Sin embargo, del uso que de sentimiento, me lleva a explicar las razones por las cuales
estos recursos ha hecho la psicología comunitaria han ido d�cidí incluir los temas que trato en los capítulos y dejar
surgiendo algunas diferencias· que revelan su carácter co­ aluera otros cuya ausencia es para mí una deuda.
munitario pues modifican la forma en que son usados en su Así, los lectores encontrarán aspectos que provienen de
ámbito de origen. las ciencias sociales y una caracterización del uso que hace
Antes de explicar los objetivos y temas de esta obra, qui­ <k ellos en este libro la psicología comunitaria. Esto es, la
1 >ricntación metodológica de la psicología comunitaria y su
siera hacer una observación que atañe a una cuestión sólo
en apariencia retórica. La lengua castellana, a pesar de es­ aplicación del método cualitativo, lo cual supone una oblí­
tar marcada genéricamente, ha entronizado al género mas­ gada referencia al método como sistema de acción para
culino como representante casi exclusivo de la acción investigar e intervenir con el objetivo de producir transfor-
verbal para referirse de manera general a hechos o circuns­ 111aciones. Y a la vez, esto ha sido hecho desde una perspec-
tancias de carácter colectivo, en los cuales participan tanto 1 iva crítica, porque no se trata de consagrar fórmulas por el
mujeres como hombres. Así, aunque las primeras predomi­ si'>lo hecho de ser cualitativas o participativas, ni tampoco
1 lt: poner en cuarentena ciertos métodos y técnicas de gran
nen en alguna situación, como por ejemplo si se dice "ha­
bía diez mujeres y un gato en el barco", se dirá también 111 i l i c l a d, tales como la encuesta y los cuestionarios, ya que

"todos se ahogaron en el naufragio". El sexismo en el len­ ·!los permiten obtener información rápida y acceder a un
guaje hace desaparecer en tales casos al sujeto femenino, 111í111cro ampl!o y representativo o calificado (según el tipo
aun cuando en muchas acciones comunitarias la experien- dt: selección que se haga) de personas de la comunidad. La
22 Maritza Montero Introducción 23
proceso de satisfacción de necesidades o de obtención �e
introducción de la participación tanto en la elaboración de _
una meta o transformación específica, las personas partici­
instrumentos como en la discusión de resultados, unidos a pantes se autoidentifiquen como generadoras de la trans­
aspectos propios de dichos métodos y técnicas, pe�mite formación, como productoras de un saber que pasara, al
asumir y respetar la diversidad dentro de una comumdad, acervo tanto individual como colectivo. Todo ello con la fi­
alcanzar una idea precisa de la dimensión de ciertas nece­ nalidad de que tal experiencia adquiera un carácter políti­
sidades, o de las tendencias de opinión y de intereses exis­ co, al mostrar la capacidad ciudadana para construir una
tentes en ella. sociedad, para ejercer sus derechos y cumplir con sus de­
En esta obra he tratado de incluir los pasos que consi­ beres, para hacer sentir su voz y hacer ver su acción y los
dero indispensables en el desarrollo de investigaciones o productos de la misma.
de intervenciones comunitarias, o de ambas como parte de .
Como método por excelencia de la ps1cologia comum­
, .

un solo proyecto, como suele ocurrir. Por eso después de taria presento la investigación-acción participativa (IAP),
referirme al marco metodológico, abordo la mutua fami­ en la cual todos los aspectos anteriores pueden ser integra­
liarización entre comunidad y agentes externos, seguida de dos, dando cabida a formas de acción ya existentes, pero
la identificación, evaluación y jerarquización de necesida­ imprimiéndoles el sello participativo y activo, desarrollan­
des y recursos y de algunas de las maneras para llevar a ca­ do nuevos modos de hacer, siempre en funs;ión de la reali­
bo estas tareas fundamentales para el trabajo comunitario. dad que debe ser transformada y de la realidad que busca
Incluyo asimismo las discusiones y reflexiones colectivas ser creada.
I'
en las cuales se toman decisiones sobre las acciones a llevar Soy consciente de la necesidad de trat�r e� uso d�I m�­
a cabo, se asignan responsabilidades, se discuten y evalúan todo cuantitativo en la psicología comumtana, no mclm­
resultados y se reflexiona sobre aspectos de importancia y do en esta obra, y la considero una tarea pendiente.
común interés relativos al trabajo comunitario. Incluyo Asimismo hay algunas otras ausencias: no hubo espacio
también el recurso de la observación y de las entrevistas para la recuperación crítica de la historia de una comuni­
participativas, la utilización de los métodos biográficos y la dad, para las formas de trabajo con la memoria colectiva,
conveniencia y las ventajas de llevar diarios y anotaciones que pueden llevar a procesos de sensibilización respecto
de campo. _ _ _
de ciertos problemas, de cierta falta de pos1b1hdades en
En particular desarrollo el proceso de problematiza­ una comunidad, así como al descubrimiento de recursos
ción, y algunas técnicas que según mi experiencia han sido ignorados, ocultados o naturalizados como aspectos sin
útiles para facilitarlo, como método imprescindible para importancia. Tampoco he incluido una discusi?n crítica
producir la movilización de la conciencia conducei:t� a la sobre los conceptos y la práctica de tres estrategias de tra­
transformación, no. sólo del ambiente o de las cond1c10nes bajo comunitario de referencia obligada en el quehacer
materiales de vida, sino de los hombres y las mujeres tan­ de la salud comunitaria: la prevención, la intervención y
to en su identidad social como en su valoración de sí mis­ la promoción. También están ausentes muchos tipos de
mos como ciudadanos, actores sociales y constructores de prácticas de carácter específico, tales como talleres de
realidad. La inclusión de este aspecto me parece funda­ formación, de organización, desarrollo de subproyectos,
mental, pues no basta el logro material, aunque tal resulta­
entre otros.
do sea necesario. No es menos importante que en ese
24 Maritza Montero
Introducción 25
El énfasis ha estado puesto en la aplicación del método • El carácter democrático del método de la psicología
participativo, activo y generativo,1 como vía para lograr comunitaria, realizado en un clima democrático. La
transformaciones producidas con la comunidad, desde la co­ investigación-acción y la intervención (tantas veces
munidad, para la comunidad y por la comunidad. Por lo conjuntas) en la comunidad no serán comunitarias si
tanto, las bases epistemológicas y teóricas, las técnicas, los son hechas desde el despotismo o bajo la coacción o
instrumentos y las estrategias aquí incluidos responden a dirección excluyentes.
esa orientación. Como se ha dicho, no agotan el campo, • La participación, que es condición sine qua non, ám­
pero permiten plantear y facilitar la realización de trabajos bito y a la vez componente básico de la acción y fun­
de investigación / intervención comunitaria. damento de la transformación del ambiente y de las
Las lectoras y lectores que esta obra pueda tener encon­ personas, en función dd conocimiento, la conciencia
trarán que ciertas recomendaciones de carácter epistemo­ y la igualdad equitativa.
lógico, teórico, ético o técnico aparecen a lo largo de los • La capacidad de responder a las necesidades sentidas
once capítulos que la constituyen. Esa insistencia tiene una de la comunidad, evaluándolas y jerarquizándolas
explicación: en primer lugar, el hecho de que el método en junto con esa comunidad, así como la de sensibilizar
la psicología comunitaria no sigue pasos sucesivos, sino respecto de necesidades normativas y avances cientí­
que muchos de sus aspectos instrumentales pueden darse ficos y técnicos que serán puestos al alcance de las
simultáneamente. Por tal razón, ciertos aspectos que están personas y grupos organizados que la integran.
en la base del trabajo comunitario aparecen en diversas • Su carácter sistemático y riguroso, que responde a
técnicas y procedimientos presentados en esta obra. En se­ criterios cualitativos y psicopolíticos._ (Prilleltensky,
gundo lugar, porque una de las motivaciones para escribir­ 2004), y que permite y facilita el examen y análisis
I' la ha sido la de proporcionar a profesionales y a estudiantes crítico de lo realizado tanto por la comunidad prota­
un libro que pueda serles útil en la praxis. Es decir, un tex­ gonista como por la comunidad científica. Esta con­
to al cual puedan consultar durante su labor o sus estudios dición permite que se enriquezcan ambos colectivos
como un todo y también separadamente, consultando cada y fomenta el avance de las ciencias sociales.
uno de los temas tratados. • El compromiso como aspecto ético y político, que
Un objetivo subyace a todos los anteriores y espero ha­ obliga tanto a investigadores o agentes externos co­
berlo logrado en este volumen. Como en los dos anterio­ mo a agentes internos o personas de la comunidad a
res (Montero, 2 003 a, 2004) aparece formulado aquí explicitar las intenciones e intereses que motivan su
explícitamente: la base ética y política del método en la psi­ participación activa y su pasividad respecto del tra­
cología comunitaria, cuyos principios resumo, una vez bajo comunitario.
más, a continuación, como umbral del trabajo que espero • La honestidad y la claridad que necesariamente se deri­
resulte transformador y socialmente exitoso: van del compromiso y de la posición ética de base. Con­
diciones que responden a lo que se conoce en las
ciencias sociales como reflexividad. Es decir, explicitar las
1. En el sentido de generar nuevas formas de acción, acordes a las razones para investigar e intervenir: definirse, ubicarse,
necesidades y problemas.
contextualizarse como persona y como investigador/a.
26 Maritza Montero
Éstas son las razones detrás (y ahora delante) de la obra
que presento y que completan (casi) el ciclo comenzado CAPÍTULO 1
hace tres años. Razones que he ido precisando e "impreci­
sando" a través del trabajo comunitario realizado a partir
El.método en la psicología comunitaria
de fines de los años setenta. Razones que han abierto el ca­
mino sobre el cual han andado, definiéndose y afirmándo­
se a partir del hacer, de sus efectos y defectos, pues se
aprende tanto de los errores como de los aciertos. Sobre
todo porque los primeros duelen mucho y es difícil contra­
rrestarlos. Espero entonces que esta obra pueda ayudar a
que abunden los éxitos y disminuyan los fracasos en esta
tarea nunca acabada de la psicología comunitaria.

MAillTZA MONTERO
Caracas, agosto, 2 004. Introducción
'

El objeto, el lenguaje y el método son aspectos constitu-


tivos de una disciplina científica. El primero define el cam­
po de acción, el segundo rige la definición de los conceptos
1.
explicativos de los fenómenos y procesos considerados pro­
pios de ese campo, a la vez que a través de su empleo mar­
ca el sentido, y el tercero determina los modos de
aproximación al estudio de ese objeto y de sus circunstan­
cias. No hay duda de que los objetos de la psicología comu­
nitaria son la comunidad y los procesos y relaciones
psicosociales que en ella se producen, ambos construidos
entre los individuos que integran dicha comunidad y que
reciben asimismo su influencia. La primera identificación
de esta rama de la psicología proviene del hecho de traba­
jar sobre los fenómenos y procesos psicosociales y psicoló­
gicos que se dan en las comunidades, y a su vez de la
i ncorporación de los miembros de la comunidad en su que­
hacer. Si bien esta rama de la psicología ha cobrado popu­
briclad y un cierto prestigio, por una parte sus límites se
han perfilado, y por otra se han hecho más borrosos debi­
do a que mi cierto número de trabajos psicosociales se han
') C) !_� 0 7 1�
O .Jc..,u ·J . -..J
28 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 29

incluido en esta rama, lo cual es innecesario ya que una bue­ to d ológicos psicosociales y a transformarlos en función de
na investigación psicosocial no necesita de tal subterfugio. los necesidades planteadas por el objeto a estudiar.
Dentro de esa rama, que es además central y bien constitui­ Cuando revisamos los primeros artículos e informes pro­
da, sobra lugar para las encuestas, las entrevistas y otros estu­ venientes de prácticas psicológicas comunitarias, encontra­
dios realizados sobre categorías sociales de interés. En mos que junto a las formas más colectivas o más abiertas de
cuanto al lenguaje, la psicología comunitaria como subdisci­ los métodos psicosociales, aquellas que mejor incorporaban la
plina ha construido, apoyándose en otras ciencias sociales, en participación de las personas con las cuales se trabajaba Oas
la propia psicología y en la experiencia que ha ido desarro­ técnicas de dinámica de grupo: las entrevistas abiertas, por
llando en las últimas cuatro décadas, conceptos que definen ejemplo), con mayor o menor timidez, los investigadores iban
tanto su campo de estudio como a ella misma. introduciendo maneras de abrir esos métodos a la participa­
ción de los "sujetos" de la investigación. Eso ocurre porque
desd e sus orígenes, la psicología comunitaria planteó con cla­
La construcción del método en la psicología ridad los principios que orientan su construcción teórico­
comunitaria práctica. Esos principios, que fueron esgrimidos como parte
de la crítica que se hacía a los modelos teóricos y metodoló­
Pero, ¿cómo se desarrolla un método? El proceso para gicos predominantes a mediados de los años setenta (véase
lograrlo, nunca terminado en el caso de la psicología co­ Montero, 2004: 1 52-1 57), van a moldear la práctica fundado­
munitaria, se inicia desde el mismo momento en que ésta l"l\ del campo psicológico comunitario. Esos valores rigen el

comienza a constituirse como subdisciplina psicológica; es quehacer comunitario, es decir la ' relación que hay entre
decir, cuando comienza a desarrollarse como una rama de ngentes externos (psicólogos, profesionales que van a trabajar
la psicología. Como el origen plural de este campo ha sido con la comunidad) e internos (líderes y personas interesadas
J descrito en varias oportunidades (Montero, 1994b, 2 004), que pertenecen a la comunidad) en el trabajo comunitario, y
i
'

sólo cabe subrayar el hecho de que en el caso latinoameri­ la condición de los actores sociales. Esos principios son: refle­
cano, la influencia más importante provino de la psicología 1 xión y diálogo, conocimiento, igualdad, conciencia, poder y
social, hasta el punto de que hablamos en la mayoría de los control en la comunidad, participación y compromiso, diver­
casos de una psicología social-comunitaria (véase Serrano sidad, respeto y reconocimiento del carácter creativo de los
García y Rosario Collazo, 1 992 ; Montero, 1 994b; De Frei­ seres humanos, carácter activo y creador de las personas, li­
tas Campos, 1996; Wicsenfeld y Sánchez, 1995; Ferullo, bertad, transformación social, bienestar, liberación.
2 000). Debido a los desarrollos de subcampos tales como Los valores mencionados van a influir en las prácticas,
la tendencia ambiental comunitaria; la clínica comunitaria; 1\ la vez que esas prácticas van a ratificar la necesidad de

la salud comunitaria, la organizacional comunitaria y la es­ guiarse por esos valores, tanto en las elecciones metodoló­
colar comunitaria, parece ser necesaria una denominación gicas como en la transformación de las técnicas empleadas.
genérica que los abarque a todos; pero no se puede negar La relación entre ética, método y teoría es un aspecto que
que esa influencia psicosocial ha sido de singular impor­ necesita ser tomado en cuenta para poder comprender el de­
tancia para los modos iniciales de investigar y también pa­ sarrollo de esta rama de la psicología. Con frecuencia cuan­
ra las formas posteriormente adoptadas, que pronto do se mencionan las palabras "ontología", "epistemología" y
,,
comenzaron a desarrollar críticas sobre los desarrollos me-
11
tcona , pareciera que su caracter abstracto 1as aparta de to-
, • ,
30 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 31
do tipo de relación con la vida co�di�na, y en g�neral �e los
drlin rrollar un método que uniese investigación y acción
aspectos concretos del quehacer �iano. Como si !ª teona re­
, N1 11•i:1 l , a la vez que concientizase políticamente (en el sen-
sidiese en un lugar apartado y leJano, y la practica en cam­
1 ld o amplio del término) a las comunidades. Esto fue he­
bio estuviese atada y limitada por el contacto directo con la
vida material. La idea de praxis, parece constituir un con­
d 1 0 partiendo de la noción de problema?�a�ión de aulo �
Fr ·in.: (véase el capítulo 8). El punto de micio del metodo
cepto hueco desprovisto de materialidad, en lugar de ser en­
. 11 r ·oncebido es el conocimiento de la comunidad (fami­
tendida como la rica relación entre la producción de
l l n r i /',a ci ón) , seguido del proceso de identificación de nece-
conocimiento y las transformaciones que construye la reali­
ldn dcs. Los pasos principales de ese método son:
dad que vivimos cada día. Es en l� p�axis don?e se produ�e
l . Familiarización con la comunidad.
el método de la psicología comumtana, a partir de la defim­
2 . Identificación de necesidades (realizada junto con la
ción ontológica de los sujetos que lo emplean y de la rela­
comunidad).
ción epistemológica en la cual la práctica produce teoría y la
3. Reuniones co11; líderes y miembros de la comunidad.
teoría genera práctica. Pues la J?r�s no es o�a cos�. E� �a
, eti­ Establecimiento de metas específicas de corto y lar­
psicología comunitaria esa pr�s tiene una �r�entacion
., go plazo. División de tareas para lograrlas.
ca y responde asimismo a una dimension pohtica, en el sen­
4. Trabajo colectivo.
tido de que trabaja sobre acciones que se producen en el
5 . Establecimiento y consecución de metas específicas
espacio público, mediante el ejercicio de la ciudadanía.
, a corto y a largo plazo.
Un ejemplo de cómo comenzó a estruc?1rarse �n me­ .
Además estos pasos integran, para los autores menc10-
todo acorde al objeto de estudio es el trabaJO de Inzarry y
11ndos, un proceso mayor de problematización, que con­
Serrano García (1979), quizás uno de los primeros, si no el
t' ntra la condición de intervención social que acompaña a
primero, publicado en castellano, que hace �efcrencia a la
L
1 aplicación de un método desarrollado especific�mente p�­
1 11 t a rea de investigar. Asimismo, en cada uno de ellos se
u t i l i zan diversas técnicas de acuerdo con los objetivos de la
ra el trabajo comunitario. Allí los autore� descnbe� un di­
. l11vcstigación destinada a conocer las necesidades de la co­
seño de investigación que incorpora la mtervencion, q�e
munidad. Algunas de esas técnicas son: la detección y defi­
luego, en 1 992, Serrano García explica con mayor ampli­
nl ·ión de indicadores sociales presentes en la comunidad;
tud. Se trata de un modelo creado por los autores en la
In cncuesta con aplicación de cuestionarios; las entrevistas
Universidad de Puerto Rico, durante la segunda mitad de
11 informantes clave; la discusión en grupos nominales y en
la década del setenta, que respondía a cuatro aspectos fun­
lc1ros de la comunidad, que permite recolectar las opinio­
damentales: 1) las necesidades tanto de la comunidad con
n s y la participación de grupos grandes; la revisión y crea­
la cual se estaba trabajando, como las de los propios psicó­
t•ión de expedientes, entre otras.
logos y psicólogas comprometid�s con ese tr�bajo; 2) la
Además, a lo largo del trabajo en algunas ocasiones se
necesidad disciplinaria de sistematizar ese trabaJo; 3 ) la au­
produce la socialización sistemática evafüadora_ del conoci-
sencia de modelos que permitiesen abordar el problema
1 1 1 ic11to producido. Este aspecto, así como el CUidado puesto
en, y desde, su situación específica (Serrano Garcí�, 1 9 ?2 :
. 1 H ir los autores en solicitar siempre el pei:mso o la aqwescen­
2 12-2 16), y 4) la explicitación d e los valores y prmcipios
t'Í:i dc las personas con las cuales se trabaJa y la consu�ta cons-
que motivaban la acción a realizar.
. 1 11 1 1 tc a las personas de la comunidad, ponen de mamfiesto el
Irizarry y Serrano García partieron de la necesidad de
·n r:íctcr étiéo, participativo y dialógico de este método.
32 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 33

Intervención e investigación en el trabajo comunitario C ondiciones del método e n l a psicología comunitaria

La actividad psicológica comunitaria discurre entre dos Tolan, Chertok, Keys y J ason (1 993 : 5-7) comparan las
momentos: la investigación y la intervención en la comuni­ respuestas metodológicas propias de la psicología comuni­
dad. En ambos casos el objetivo es producir transformacio-
' tnria y los métodos tradicionales de la psicología general:
nes en esta última. Ya sea produciendo conocimientos que
Método de la psicología Métodos tradicionales
permitan intervenir o interviniendo para producir transfor­ comunitaria de la psicología general
maciones. Dicho así, pareciera que se trata de dos actividades
�eparadas, pero no es ese el caso. El método empleado para • Trabaja con problemas "ines- • Trabajan con problemas es-
tructurados".
investigar, como veremos en el siguiente apartado, es de ca­ tructurados desde la perspectiva
de los investigadores, que son
rácter participativo. Su aplicación, a la vez que busca un co­ resolubles al seguir la secuencia
nocimiento, produce cambios en la situación estudiada, de de pasos acordes con ciertas

los cuales da cuenta en el proceso. Ese método se centra en · pautas previamente establecí-
das.
la investigación-acción participativa (véanse los capítulos 5 y
6) que se orienta a la transformación y búsqueda de conoci­ • Parte de la existencia de "racio- • Se basa en una sola racionalí-
miento a medida que transforma y conoce. Hacer haciendo. nalldades divergentes". dad: la establecida desde el
Hace énfasis en la variación de método científico.
Tal orientación hace su entrada en la psicología comunitaria,

la definición del problema de Quien investiga define el pro-


al menos en América latina, desde sus inicios y así es testimo­

acuerdo con su situación, por lo blema.


niado en el trabajo antes descrito (Irizarry y Serrano García, cual puede haber diferentes res- • Realizan un análisis unidimen-

1979). Allí se habla de la investigación-intervención, resal­ puestas y modos de enfrentarlo. sional.

¡ ::
1 :
tando esa unión entre ambas actividades. No obstante, hay
• Realiza un análisis multidimen-

alonal
1 :
intervenciones comunitarias que no necesariamente conlle­
van una investigación y también hay formas de investigación • Construye el conocimiento co- • Descubre fuerzas y entidades
mo comprensión compartida. postuladas que existen inde-
comunitaria que no producen otra intervención en la comu­ pendientemente del punto de
nidad que la que pueda derivar de la presencia de uno o más vista conceptual del investiga-
investigadores que buscan algunos datos que posteriormente doria.
'
podrían producir una intervención, pero cuyo fin no es in- Es dialógico. Son lógicos.'
traducir cambios, sino conocer mejor determinadas circuns­
• •

tancias propias de esa comunidad (por ejemplo, entrevistas a


l. En realidad, y por comparación con la columna de la izquierda,
algún líder o informante clave). Por tal razón, cuando uso hnbría que decir que el investigador/a sólo dialoga con sus pares acadé­
aquí la expresión investigación/intervención me refiero a la micos.
posibilidad de utilizar cualquiera de esas dos formas por se­
parado y también juntas.
34 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 35

De la comparación presentada por los autores antes Montero, 1 998, 2003a, 2004), relacionado con el ca­
mencionados se pueden derivar las siguientes diferencias rácter transformador de la psicología comunitaria.
que identifican el método de la psicología comunitaria:
Hay ciertas condiciones que permiten y a la vez deter-
• Carácter abierto del problema de investigación. Prefiero 1n i n a n
la utilización de un método en el campo de la psi­
considerar abierto a lo que se presenta como "ines­ ·ología comunitaria. Ellas son:
tructurado", pues me parece que dicha calificación
responde a la perspectiva tradicional. Desde la pers­ • Tener un carácter participativo. Debe haber lugar,
pectiva comunitaria, el problema está definido a aun si los datos se recogen a partir de individuos,
partir del momento en el cual se lo asume como para la discusión y reflexión colectivas. Esa partici­
centro de la investigación/intervención. Más aún, pación promueve � carácter comunitario, que resi­
las redefiniciones que se pueden hacer a lo largo del de en la pluralidad de actores sociales trabajando
proceso de investigación buscan mantener la preci­ por un fin común.
sión del problema, con un criterio de autocorrección • Ser dinámico y activo, en el sentido de poder trans­
que responde a las transformaciones producidas al formarse en la misma medida en que se transforma
investigar e intervenir (investigación-acción partici­ el objeto al cual se aplica. Con mucha frecuencia, en
pativa) sobre ese problema. la investigación comunitaria se producen procesos
,1, • Complejidad. L'-l apertura igualmente se expresa en la de intervención en la investigación, que van produ­
' i1¡'
multidimensionalidad del análisis y en la diversidad ciendo cambios en la situación estudiada. El méto­
. 11 de racionalidades, puesto que los investigadores e do debe ser capaz de dar cuenta sistemática de
interventores no provienen de un solo campo, como dichas transformaciones.
ocurre con otros métodos de investigación. La aper­ • Incluir un espacio para la reflexión colectiva sobre
tura es una respuesta compleja a la complej idad de esas transformaciones.
los problemas estudiados, que a su vez se deriva de • Ser crítico. Debe incluir mecanismos de evaluación
la comple jidad de la vida comunitaria y de sus fenó­ continua y de reflexión crítica sobre su propia apli­
menos y procesos psicosociales. cación y logros, sobre sus errores y vacíos.
• Carácter construido colectivamente del conocimiento pro- • Estar abierto al uso de múltiples técnicas y estrate­
ducido. gias de acción, adecuadas a la multiplicidad de as­
• Condición dialogal. Incorporación de nuevas voces pectos que pueden darse en el trabajo con
(agentes i nternos de la comunidad), con voto y veto comunidades.
sobre 1u i nvestig ación. • Asumir un compromiso con la transformación de
• Predominio de In investigación cualitativa, multipara­ una situación específica por parte de todos aquellos
digmática y multi metodológica, ya que emplea di- , que van a trabajar (sean externos o internos a la co­
versos método s y técnica s de investigación (Lincoln, munidad).
2002). • Incluir una rigurosa planificación a fin de poder im­
• Carálter político en todos sus recuentos (Bruner, 1993 ; provisar ante situaciones inesperadas.
36 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 37

Este último punto pareciera ser paradójico o contradic­ Por lo tanto debe pensarse, en todas las posibilidades, no
torio. Lo primero es quizás la definición correcta, porque se 1 I ·scchar ni desdeñar ninguna información por pequeña que
trata de un método que debe responder a la praxis en la vi­ 11c:1; no
perder el sentido de totalidad; se deben prever obs­
da cotidiana. Y esa vida contiene innumerables paradojas. ! 1 ·u los e incorporar recursos sustitutos en caso ele que fallen
En efecto, improvisar no consiste en aplicar lo previsto o 11qt1ellos que se haya decidido utilizar en primer lugar. Ima­
previsible. Consiste en generar respuestas novedosas ante p;i n:n· y diseñar alternativas; guardar espacio para correccio­
hechos no previstos. Por eso es necesario planificar pensan­ nes, adiciones y sustracciones. En pocas palabras: tener y
do en todo lo que puede suceder, de tal manera que cuando 1 1 1:1ntcner la capacidad ele modificar el plan de acción, ha­
sucede lo inesperado, pueda darse una respuesta que respon­ riéndolo tan flexible y dinámico como la situación que se es­
da a esa situación y no a lo que ya se sabe. Considérese en­ wdia. Es decir, hacer realidad la investigación activa.
"--
tonces este aspecto como otra condición del método del cual
trata este libro. Un a:;pecto qu,e permite que ese método
pueda responder a los problema� que la vida diaria nos plan­ Las razones del método
tea en las comunidades.
La aceptación de la coexistencia de las contradicciones La discusión anterior, básicamente, plantea la justifica­
como parte del diario vivir no significa irracionalidad; por el t'i<>n del uso de métodos. Al respecto surge una pregunta
contrario, y la manera de abordar dichas contradicciones no t•scncial: ¿Por qué necesitamos un método? Y tocias las res­
es negándolas, sino aceptándolas como tales e introducien­ pt 1estas que encuentro me parecen de peso y elementales.
1

do modos de lidiar con ellas, sino introduciendo modos de ( :reamas métodos porque necesitamos modosy vías sistemá-
'l lidiar con ellas. No se trata de introducir la anarquía como 1 icos, y por lo tanto compartibles y verificables, para producir
,¡ ,
1 ¡,
planteaba Feyerabend (197 5), sino, de tomar en cuenta las mnocimientos. También lo hacemos porque necesitamos
paradojas de la vida cotidiana, para plantear una regla para­ .r1:gm'idad respecto de lo que producimos e!1 el proceso ele
dójica como respuesta; lo cual permite tratar con la parte i n vestigar. Y porque necesitamos validez. Esta es otra ga­
inesperada del sentido común. Es usar aquello que parece rn n tía de seguridad: estar seguros ele que producimos lo
ilógico porque busca responder a lo imprevisto que sucede que queremos producir, y así lograr la legitimidad, al menos
a diario, y además lo hace a partir de la preparación sistemá­ d u rante algún tiempo, de aquello que hemos producido
tica que permite conocer en amplitud y en profundidad las ·on nuestra investigación.
circunstancias con y en las cuales trabajamos, a fin de res­ Pero, debemos advertir a lectoras y lectores que todo
ponder a lo i nusrnil en ellas, incorporando y no excluyendo 1 11 é todo es limitado; limitación que, por otra parte, es tam­
lo que es un as pe cto ele esa vida por la simple razón de que l 1i é n válida para cualquier conocimiento. Y aquí surge una
no encaja dentro de un canon. Se trata entonces de trabajar 1 1 1 1 ·va paradoja: el límite lo impone el carácter infinito del
desde lo (i111Jprcvisto. De esta forma, puede facilitarse la pro­ eonocimiento. Continuamente se produce conocimiento.
ducción de respuestas creativas allí donde los métodos que Algunas premisas que nos pueden orientar al respecto
establecen pasos ,i n m utables pueden fallar o dejar de lado n.:sumen así:
aquello que no se ajusta a ellos, disminuyendo así su capaci­
dad ele respuesta a los fenómenos que estudian. • No se' investiga para aplicar un método en particular.
11"1 '

38 Maritza Montero El nzétodo en la psicología comunitaria 39

Se aplican métodos porque se investigan problemas desempeñado en las comunidades. De la sociología crítica
concretos que demandan modos adecuados de actuar. latinoamericana se tomará la investigación-acción partici-
• Toda vía para investigar se inicia en la experiencia vi­ 1 >a tiva o participante, la cual a su vez será adaptada a las
vida. Es decir, a partir de lo que existe o falta en esa condiciones de esta rama de la psicología (véanse los capí-
expenencia. 1 u los 5 y 6) y pasará a ser el método comunitario por exce-·
• El método sigue al objeto de investigación; se gene­ lcncia, pero no el único. Todo lo descrito ratifica el
ra en función del problema de investigación. ca rácter cualitativo predominante, pero no excluyente de
• Centrarse en el método, y no en la situación y en el la posibilidad de utilizar ciertos métodos y técnicas tradi­
problema que en ella se ha generado, convierte a los ·ionales, tales como la encuesta;fas escalas o el uso de in­
procedimientos de investigación en fines, olvidando ventarios o de medidas de aspectos específicos /de la
que son sólo medios. personalidad o de la inteligencia (tests, por ejemplo), cuan­
do ello sea necesario y según las circunstancias particulares
q ue se presenten en una determinada situación. Pero, co-
¿Cualitativo o cuantitativo? 1 1 1 0 explicaré más adelante, estas mediciones cuantitativas
se complementan con evaluaciones y discusiones reflexivas
Evidentemente lo que he desarrollado hasta aquí se in­ de carácter cualitativo y con aspectos participativos no tra­
serta en lo que ha sido definido como metodología cualita­ dicionales, que pueden ser incorporados en la construcción
tiva, una vieja tradición en las ciencias sociales que, a partir de los instrumentos a aplicar a fm de otorgarles una mayor
de la transformación paradigmática que eclosiona en los validez ecológica o psicopolítica (Prilleltensky, 2004).
1 ¡1 1' años ochenta, cobra nuevo empuje y pasa a ocupar un lu­ Hace ya más de veinte años se planteó en forma exage­
I 1' gar de primera línea hasta entonces acaparado por el mé­ ra da la imposibilidad y aun incomensurabilidad de combi­
todo cuantitativo dado el auge que éste tuvo durante los nar el uso de métodos de ambas tendencias, pero cabe
'
1, '
'
primeros sesenta años del siglo XX. Métodos y técnicas decir que las efervescentes aguas de la contraposición de
tradicionales tales como la observación, la entrevista o los paradigmas parecen bajar a medida que se conoce mejor el
métodos biográficos, cuya capacidad heurística y valor me­ campo y por lo tanto se sabe con mayor precisión de qué
todológico se veían descalificados frente al paradigma po­ se habla. Es entonces cuando ambas posiciones se modifi-
sitivista que privilegiaba al cuantitativismo, pasan a un ·an a través de la práctica. Es esa práctica la que ha demos-
primer plano. A ellos se agregarán otros nuevos, a la vez 1 rado que, cuando se une a la reflexión teórica, deviniendo
que algunos de los que estaban en uso comienzan a ser re­ en praxis, su carácter heurístico no sólo va a transformar el
visados, renovados y complementados con avances y nue­ conocimiento del cual se partió sino que va a producir ca­
vas modalidades. si siempre nuevas formas de hacer y conocer. Por esa ra-
En el campo de la psicología comunitaria, como cabía 1'.Ón, que me parece poderosa, aconsejo a quienes trabajan
esperar dado su carácter participativo, se adoptan métodos ' ·n este campo, y en otros afines, tener en cuenta siempre
que tienen esa tendencia y que ya existían en otras ciencias q ue el método no es un ídolo al cual se deben sacrificar
sociales, tales como la observación participante y las entre­ ofrendas (como son los casos de investigaciones estructu­
vistas a informantes clave, debido a su conocimiento y rol radas en función de la técnica ·de investigación). El méto-
'''"

40 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 41


do es el instrumento para lograr un fin y ese fin es la pro­ estudios diferentes sobre un mismo fenómeno, o estudian
ducción de conocimiento, por lo cual se rige por relaciones diferentes aspectos del mismo fenómeno que, al unirse,
de orden epistemológico (de producción de conocimiento, van a generar una visión más completa del mismo.
de saber) y ontológico (esto es, según la naturaleza del ob­ Kelle y Erzberger (2004) agregan que aun cuando los
jeto de conocimiento). Como se dijo antes, el método en­ datos no sean convergentes o sumatorios, sino que, por el
tonces sigue al problema y a su objeto. Se construye para contrario, colidan, son útiles porque pueden estar mos­
poder solucionar un problema, sirviendo a un objeto. trando la debilidad teórica o metodológica de las investiga­
ciones, estimulando "la revisión y modificación de los
supuestos teóricos iniciales o incluso [ . . . ] el desarrollo de
Sobre la combinación de métodos cuantitativos 1mevos conceptos teóricos" (p. 1 7 6) que fortalecerán el co­
y cualitativos nocimiento.
Para ello, siguendo a Reichardt y Cook (1 986), Monte­
Si bien ambos tipos de método pueden tener distintos ro (2003 b) y Pérez Serrano (1 994), se debe tomar en cuen­
objetivos, bases teóricas y epistemológicas diferentes, y par­ ta los siguientes aspectos:
tir, como veremo::; luego, de criterios de evaluación diferen­
tes, es posible combinar aspectos cualitativos y cuantitativos • Los métodos cualitativos y cuantitativos pueden
'
en la investigación e intervención comunitarias. De esa complementarse según las exigencias del problema
11 combinación pueden derivar resultados beneficiosos, seña­ que se haya planteado.
1
lados por autores como Denzin (1970, 1 978), Fielding y • La investigación social, por el hecho de tratar con
11 Fielding (1986), y Kelle y Erzberger (2004), entre otros. Ta­ problemas complejos, puede beneficiarse con el uso
1 les consideraciones se resumen a continuación. de una pluralidad de métodos de diverso alcance.
'
¡: i11
La primera consideración es cautelosa: apunta a la ca­ • La utilización de ambos tipos de métodos puede for­
pacidad heurística de los métodos cualitativos que los hace mar parte de procesos de triangulación que contri­
!
adecuados para la generación de hipótesis. Esta ventaja buyan a fortalecer el criterio cualitativo de confianza
respecto de su uso es reconocida en textos tradicionales, en en la investigación, c,orrigiendo asimismo posibles
los cuales se recomienda su aplicación para evaluar o "tan­ sesgos y errores. Pero no debe olvidarse que la apli­
tear" el terreno y luego cerrar el campo, aplicando méto­ cación conjunta de m étodos o técnicas provenientes
dos cuantitativos, más específicos y "rigurosos". _
de ambas tendencias hace más complejo el trabajo,
Luego se recomienda su uso con la finalidad de realizar aumentando las exigencias del mismo.
triangulacion es. Esto es, el uso de diferentes métodos para • Empero, combinar es hacer un pastiche o collage. No
tratar un mismo problema, validando así los resultados se trata de unir al azar unos métodos con otros. Sólo
coincidentes produ ci dos por esas aplicaciones (Denzin, se combinan cuando el problema planteado amerita
1 970). La noción de val i dez así aplicada ha sido muy criti­ intervenciones de uno y otro orden para una mejor
cada (Fielding y Fiel c l i ng, 1 986) y sustituida por la de com­ comprensión e interpretación de los datos producidos.
plementariedad entre ambos métodos, debido a que no se
validan unos a otros, pero si recaban datos provenientes de
42 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 43

Mitos sobre el uso combinado de métodos 1 1 1 i entos metodológicos que la originaron; por lo cual,
cualitativos y cuantitativos cualquier interpretación será válida. Esta afirmación es
responsable de muchas seudoinvestigaciones e impresio-
Con respecto a las posibilidades -o más bien a las im­ 11 istas, que poco o nada aportan al conocimiento sistemáti­
posibilidades- de combinar ambos métodos, han circulado ·o de un problema de investigación y en las cuales se
muchos mitos en las ciencias sociales. Esos mitos han he­ ·onfunde la posición personal con el análisis y las conclu­
cho mucho daño a la investigación cualitativa, ya que pre­ siones de la investigación. Este'rnito se complementa con
tendiendo defender su especificidad, han rebajado su ot ro, según el cual se cree, por contraste, que sólo la inves-
rigurosidad al convertirla, por oposición, en una parodia 1 igación cuantitativa es rigurosa y sistemática, ya que sus
negativa del cuantitativismo y de su rigurosidad. procedimientos están predeterminados taxativamente y
Así, hay mitos concernientes al diseño de investigación, producen resultados numéricos.2 Dentro de esta corriente
según los cuales se cree que la investigación cualitativa no mitológica se llega a afirmar, obviamente por desconoci­
necesita diseño alguno. Hay diseños, pero no se plantean miento del tema, que quienes utilizan alguna forma de
según el modelo hipotético deductivo propio del positivis­ nnálisis cuantitativo son en consecuencia "positivistas lógi­
mo, sino que tienen un carácter dinámico en cuanto a las cos" (o no lógicos). Pero debemos aclarar que la condición
tareas de recolección y de análisis de datos y a la.> relacio­ positivista no está inevitablemente unida a los números. El
' nes que se establecen entre procesos y acciones. Este as­ positivismo es una corriente paradigmática y teórica de las
' 1
pecto cuestiona a su vez la afirmación de que, una vez ciencias sociales, que ha producido estudios tanto cualita­
definido, un diseño de investigación es inamovible. Como tivos como cuantitativos, con o sin números.
veremos en el capítulo 6, la investigación-acción participa­ Finalmente, también citaremos aquí el mito que postu­
I d, tiva se caracteriza por la flexibilidad de sus diseños. la que cualquier investigación que. emplee análisis de dis­
Hay mitos concernientes al número, según los cuales la curso o de contenido con categorías definidas a posteriori,
1

'1 investigación cualitativa está totalmente exenta de cifras, a


'

constituye una investigación cualitativa de carácter discur­


'

las cuales excluye y con las cuales nada tiene que ver. Por sivo. Como se evidencia en la literatura especializada en
este motivo también se cree que cualquier investigación en esos métodos, hay muchas variedades de análisis de discur­
' 1
la que no se efectúen operaciones aritméticas o estadísticas so y de contenido, tanto de carácter cuantitativo como
es cualitativa. El carácter cualitativo no reside en la ausen­ rnalitativo, y sólo algunas son utilizadas en investigaciones
cia de números, sino en la búsqueda del sentido, y a veces de carácter discursivo.
para ello es necesario manejar cantidades, pero el rigor de La naturaleza de los métodos ha generado también mi­
la investigación no se mide por esos guarismos, ya que son t os. Por ejemplo se dice en ocasiones que todos los méto­
un complemento de la información que se analiza e int�r­ dos cualitativos son naturalistas y no obstructivos,
preta. mientras que los métodos cuantitativos son obstructivos y
También hay mitos referentes al rigor científico. Entre :irtificiales. Esto es un craso error: ambos tipos de méto'dos
éstos se encuentran las afirmaciones que sostienen que una
investigación por ser cualitativa no necesita fundamentar
las interpretaciones que presenta, ni describir los procedi- 2. Esto es· lo que Moroney (1951) llamó la "ilusión de precisión".
44 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 4S

pueden ser tanto una cosa como la otra. Por ejemplo, los l 't l l l d u cta pasiva y desinteresada, recibiendo acríticamente
análisis de discurso no son naturalistas y las entrevistas In q u e pueda provenir de los externos, o si esperan que és­
pueden ser invasivas, a pesar de que sean aceptadas por las t os h agan todo el trabajo, tampoco habrá participación de­
personas entrevistadas. bido a esa falta de compromiso (Montero, 2 004).
Con respecto a los agentes internos de la transforma­
<'i(,n comunitaria, en el capítul_s 6 se señala su diversidad
Los actores del método c1111111erando las diferentes categorías de personas que pue­
dl.:11 entrar en esa denominación. Ahora bien, ¿cómo se lo­
El carácter participativo de la psicología comunitaria es /{l":l establecer esa relación entre ambos tipos de agentes?
evidente en el campo metodológico. Ninguna investiga­ ¿C6mo deslindar el interés en el trabajo transformador y la
ción o intervención comunitaria puede hacerse sin un con­ ·11ri osidad interesada o no interesada? Para responder a la
tacto directo y estable entre profesionales externos a la primera de estas preguntas es necesario decir, en primer
comunidad (agentes externos) y miembros de la comunidad l 1 1gar, que la relación se construye mediante el contacto y
(agentes internos). Este aspecto es de máxima importancia q u e no es obra de unos pocos encuentros, sino de una in-
porque la relación que se establezca entre los profesionales 1 ·racción prolongada (como de hecho lo es toda relación
de la psicología y las personas interesadas de la comunidad h u mana). Pero esto no significa que haya que esperar a que
dependerá del carácter participativo que se logre darle al ·xista una relación más o menos definida para empezar a
!
1
1
.
proyecto que se quiera llevar a cabo. Y tanto la ejecución t rn bajar, sino que hay que establecer la relación a la vez que
como el mayor o menor éxito que se pueda alcanzar van a se investiga o interviene. Respecto de la segunda pregunta

depender de la participación de la comunidad. Esto no es necesario saber que sólo el contacto asiduo permite a los
quiere decir que no sea posible lograr introducir transfor­ ngentes, tanto externos como internos, distinguir entre los
maciones provenientes de proyectos externos. Las políticas participantes comprometidos y asiduos, los comprometi­
de Estado suelen incluir planes de ese tipo, pero si están dos y esporádicos, los incidentales, los ocasionales y los
ausentes la conservación de sus logros, la buena utilización q u e se limitan a opinar de vez en cuando. Pero no hay que
y el aprovechamiento de los mismos, así como la ayuda fa­ generar brechas o erigir barreras entre unos y otros. La ex­
cilitadora de la comunidad, el beneficio buscado puede pc..: riencia en trabajos con comunidades indica que no se
mermar considerablemente. l r:i ta de categorías rígidas y que el interés, la participación
Por ello, la relación entre agentes externos e internos y el compromiso pueden originarse a partir de contactos
debe ser horizontal, fundamentada en el intercambio de breves (Montero, 2 004, 245).
saberes y en el diálogo. En una relación basada sólo en la
extracción de información, o en la importación de solucio­
nes por parte de los agentes externos, la posible participa­ lJna mirada al método de la psicología comunitaria
ción de los agentes internos se verá limitada a acciones
dirigidas a cumplir órdenes y a seguir instrucciones. Sus En los capítulos siguientes presento métodos y técnicas
opiniones, su conocimiento y las necesidades que sienten propios de la psicología comunitaria o creados en discipli-
·
serán obviadas. Por otra parte, si los internos adoptan una 1 1:1s afines y utilizados en ella en aplicaciones específicas.
46 Maritza Montero El método en la psicología comunitaria 47

En este capítulo he tratado de presentar los diferentes as­


Preguntas para reflexionar sobre el empleo de métodos
pectos de la relación de producción de conocimiento y las
en la investigación/intervención comunitaria
vías que llevan a obtenerlo, tema que servirá de base para
los siguientes. A partir de un problema concreto de investigación/in­
La "marca" comunitaria se expresa en el carácter diná­ tervención que surj a en su práctica, h ágase las siguien­
mico, flexible, participativo y dialógico, orientado por la tes preguntas y reflexione y discuta sobre e l las: ¿Cuál
transformación social y puesto en práctica por dos tipos de método o técn ica permité1a mejor aproximación al pro­
agentes catalizadores y facilitadores de cambios: profesio­ blema? ¿Cuál es la técnica más úti l , tanto para la psi­
nales de la psicología que trabajan en este campo (agentes cóloga o el psicólogo como para la persona i nformante
externos) y personas interesadas y grupos organizados o participante en la i nvestigación/intervención?
dentro de las comunidades (agentes internos), compro­ ¿Por qué?

metidos igualmente con dicha transformación, que son


participantes activos en procesos que incluyen mutaciones
Ejercicios problematizadores sobre la elección de
tanto del entorno físico, económico y de las relaciones so­
métodos en la investigación/intervención comunitaria
ciales, como de la conciencia sobre lo que ocurre, por qué
y para qué ocurre. El principio freiriano de la acción-refle­ U n a vez respondidas esas preguntas y en relación con
xión-acción es el basamento de este proceso. Estos méto­ la misma situación específica antes planteada, e n ume­
dos no observan sólo para describir o explicar, sino que re y jerarquice las ventajas y desventajas de los méto­
observan participativamente para ejecutar esas dos accio­ dos y técnicas considerados como los más adecuados,
nes, mientras van transformando el fenómeno estudiado y e identifique los siguientes aspectos:
produciendo cambios en los y las participantes; métodos
• La distribución de ventajas y desventajas respecto
en los cuales se observa participando-transformando-refle­
'
xionando-evaluando-socializando. de los agentes internos y externos. Señale cuáles
corresponden a unos y a otros.
• Qué modos de usar el poder están presentes en las
relaciones derivadas del uso de esos métodos.
• Quién tiene poder y cómo lo usa.
48 Maritza Montero

Lecturas complementarias recomendadas


CAPÍTUL0 2
Aunque en América se ha desarrollado un vigoroso mo­ La investigación cualitativa
vimiento psicológico comunitario que ha producido un pa­ en la psicología comunitaria
radigma actualmente extendido a otros lugares del globo,
cuando se habla de método, si bien se lo describe con cla­ /
ridad, pocas veces los aspectos metodológicos son sistemá­
ticamente tratados. En tal sentido, me parece que no
debería dejar de consultarse los capítulos dedicados a ese
aspecto en la obra coordinada por I. Serrano García y Ro­
sario Collazo, Contribuciones puertorriqueñas a la psicología
social comunitaria, Puerto Rico, Editorial de la Universidad
de Puerto Rico, 1 992 . En ellos se describe el carácter par­
ticipativo, de intervención y activo del método de la psico­
l 1 1 troducción
logía comunitaria, de manera clara y precisa, que además
es ilustrada en otras partes de esa misma obra. Recomien­
do, pues, leer toda la sección metodológica de ese libro. Sobre la metodología cuantitativa hay excelentes ma-
1 1 1 1a les
a los cuales, con seguridad, todo estudiante de psi­
Respecto de la relación entre lo cuantitativo y lo cuali­
tativo en la investigación social, de la cual forma parte la ·ología y de otras disciplinas afines ha tenido acceso
investigación comunitaria, recomiendo leer el capítulo de du rante sus estudios. Por tal razón y por cuanto la investi­
U. Kelle, y C. Erzberger (2004): "Qualitative and quanti­ K:ICÍÓn en psicología comunitaria ha producido modelos
¡, q 1 1 c en s� mayoría caen dentro del campo cualitativo, de-
tative methods. Not in opposition", en U. Flick, E. Von
1 nrrollare los aspectos de ese tipo de investigación y de su
I, : Kardoff e l. Steinke (eds.), A Companion to Qualitative Re­
search, Londres, Sage, págs. 1 72 - 1 77. metodología, por ser el que más se utiliza en el trabajo con
·omunidades.
El carácter prepond erante de los métodos cualitativos
usados en el campo psicológico comunitario se debe a
que ellos poseen características que se adaptan mejor tan­
l'O en lo que atañe a las técnicas específic as emplead as co­
rn o al tipo de investigación en el cual se insertan. Esas
·a racterísticas son:

• Su carácter predominantemente inductivo. Se suele


partir de situaciones específicas de la vida cotidiana,
generalizando a partir de la acumulación de conoci­
mientos particulares. Por lo tanto, las hipótesis que
La investigación cualitativa en la psicología comunitaria 51
50 Maritza Montero
a par�r La ampliación de los escenarios sociales y de las per­
puedan formularse y la teoría se construyen

nien do. En este senti­ sonas consideradas dignas de estudio. La aceptación


de los datos que se vayan obte
a una de las de la cercanía con la vida cotidiana (Filstead, 1986).
do, la investigación cualitativa responde
pretende "Se trata de ver las cosas como si estuviesen ocu­
condiciones que exige una psicología que

a la rriendo por primer�vez" (Taylor y Bogdan,


contribuir a la transformación social: apegarse
198411 989).
realidad.
sus dise ños de investigación. • El énfasis en la validez considerada mediante su pro­
• La flexibilid ad en

• La pers pectiva holis


ta. En el trabajo comunitario se ximidad al mundo empírico. Esto indica que se está
configu­ trabajando el fenómeno o hecho que se quería traba­
plantea una multiplicidad de elementos que
iante jar; es la corroboración proveniente de las personas
ran un todo, el cual se trata de interpretar med
en afectadas por dichas circunstancias (de aquí deriva el
ricas descripciones (Denzin y Lincoln, 1 998)
o y de sus deta ­ criterio de validez "ecológica").
cuanto a la variación de su contenid
s. Los investigadores son considerados como artesa­
lles que serán reducidos a símbolos arbitrario

• La interacción entr
e investiga dores, participantes o nos. Esto significa que producen resultados que no
ica em­ suelen estar preestablecidos, sino que emergen de la
informantes es parte de la concepción técn
tes de �a dinámica de la sociedad y de la conducta humana du­
pleada. Los investigadores están conscien
los feno- rante una investigación que sistemáticamente vigila
mutua influencia entre ellos, las personas y
las transformaciones a la vez que interviene para
menos que estudian.
sentido y la comprensión de los producirlas, al mismo tiempo que evoluciona a par­
• La búsq ueda del
de refe­ tir de ellas.
fenó men os estudiados dentro del marco
El senti­
rencia de los informantes o participantes.
al, siem pre abie rto
do es concebido como algo plur
va busc a, El rigor metodológico en la investigación cualitativa
(Bruner, 1 99 1) . La investigación cualitati
ición , los
a través de mét odos de esa mism a cond
por l? s La investigación cualitativa ha desarrollado criterios de
proc esos y esquemas de expl icac ión usa� os
idad soci al rigor propios para garantizar la calidad y seguridad de los
participantes para dar sent ido a la real
datos obtenidos dentro de los estándares de la ciencia. Así,
que construyen.
participantes o informantes se rea­ busca garantizar la adecuatiión y la propiedad de los datos res­
• La selec ción de
cer y de pecto del problema investigado. Por adecuación se entiende
liza en función de lo que se necesite cono
("mues­ la calidad y también la cantidad de los datos producidos en
quién pued a dar informaciones adicionales
que a la !"unción de esa calidad. A su vez, la adecuación consta de
treo teórico") (Gla ser y Strauss, 1 987) , y
estos in- dos subcriterios: 1) la saturación, es decir, cuando las fuen-
vez refleje el universo de sentido en el cual
1 cs consultadas han producido elementos de sentido que ya
formantes se mueven .
no incluyen diversidad y que han comenzado a repetirse,
• La utilización de
conceptos sensibilizadores para de­
sarrollar explicaciones ele los fenómenos
(Blumer, (por ejemplo, ya sea porque reiteran la información, o con­
firman datos previamente recolectados) y 2) la variación,
1 969) .
52 Maritza Montero / ,a investigación cualitativa en la psicología comunitaria 53

entendida como la capacidad del método empleado para 2) Debido a las diferencias que existen entre las teorías
incluir una diversidad de aspectos. El método y las técni­ que apoyan a los métodos cuantitativos y a los cuali­
cas utilizados para generar los datos deben ser capaces de tativos, en el modo de aproximarse a los problemas
inducir a los participantes a producirlos o permitir que los de investigación (perspectiva epistemológica), y en
documentos o hechos puedan ser analizados fructífera­ los métodos y técnicas que pU-eden emplearse, así co­
mente. Lo importante es la cantidad de información obte­ mo en la forma en que se los utilizan, los criterios
nida y no la cantidad de personas que la proporcionan, empleados por la investigación cuantitativa -que
aunque la condición o cualidad de esas personas es muy principalmente es llevada a cabo usando el método
importante en el sentido de que ellas deben ser las adecua­ h ipotético-deductivo-, no son aplicables a la investi­
das para la tarea. Su selección, entonces, ha de ser hecha gación cualitativa. Por lo tanto, los conceptos de va­
con cuidado y rigurosidad. El concepto de propiedad se re­ lidez, confiabilidad, generalización y objetividad no
fiere a la relación que existe entre la información obtenida forman parte de esta investigación.
y su correspondencia con las necesidades y exigencias de la 3) La función de seguridad garantizada por los méto­
investigación que se lleva a cabo, entre las cuales se inclu­ dos, la cual permite tanto a investigadores como al
ye el modelo de intervención o de indagación que pueda público en general aceptar como válidos los conoci­
emerger de ella. mientos producidos de acuerdo con determinadas
normas que aseguran una cierta calidad en su pro­
ducción y permiten analizar su contenido.
Fundamentación de los criterios de rigor metodológico
en la metodología cualitativa l •:sto no quiere decir que no existan otros criterios de ri-
1{01' metodológico específicos de este tipo de investigación
Los criterios generales propios de la investigación cua­ •n nlgunos casos equivalentes a los desarrollados para la

litativa fueron introducidos por Lincoln y Guba, en 1 985 . 1 p sq u isa cuantitativa. Se han hecho múltiples críticas al
Desde entonces numerosos investigadores han contribui­ l'Oll ·cpto de validez, al cual se acusa de estar sustentado

do a la definición y precisión del rigor metodológico co­ pm una supuesta corresportdencia entre teoría y verdad
rrespondiente a la investigación cualitativa. La búsqueda t ll·riv:ida de criterios psicométricos, los que determinan si
de tales criterios se debe a varias razones: t t u rnos investigando lo que queríamos investigar (defini-
1'1 > l l tradicionalmente aceptada en textos de metodología y
1) No puede haber un método desprovisto de criterios tlt 'Stadística, que personalmente me encanta, por la fe
de evaluación tanto interna como externa. Ellos son 1 ¡ 1 1 pone en la fe). Una de las críticas mas contundentes

inherentes a su can\cter sistemático. l'Ollsidcra que, por tal razón, la validez es una construcción
Nc ll'Í:1 l , ya que depende del concepto de validez de cons­
t r1 1 t · t o (Kvale, 2002 : 3 03). Este argumento parece convin-
l. Estos autores se refieren n la investigac ión "naturalista'', que
es
invcstig:1c ión cualitativa no naturalist a. El 1•rn 1 c pues dicha validez se basa en el carácter de verdad
cualitativa. Pero puede haber
término se presta a confusión , además de reducir el alcance de lo cuali- n t r i l >u ido a los conceptos teóricos (constructos), que en rea­
tativo. lltl11d están siendo puestos a prueba en la investigación, pe-
S4 Maritza Montero /,a investigación cualitativa en la psicología comunitaria 55

ro que terminan validando a sus propias evaluaciones. Por l l 1 1 rman,


Parker, Taylor y Tindall, 1 994). Una manera de
lo tanto, la contrastación entre teoría y realidad no se efec­ 11k:rnzar la validez ecológica es a través de discusiones re­
túa, porque el valor de verdad atribuido , al declarar que los l lc xivas que sirvan ijara t�mar decisiones y realizar inter­
constructos usados son verdaderos, impide saber si se cum­ pn.:taciones colectivas. Esta es una condición de las
ple el criterio de correspondencia, uno de los tres necesa­ Investigaciones/intervenciones comunitarias bien docu­
rios2 para establecer que algo es verdadero (al menos por llH:ntada en la literatura (Serrano García y Rosario Colla­
algún tiempo). Cabe decir que esta crítica también alude al i.o, 1 992 ; Gonc;alves de Freitas, 1 995; Montero, 1 997).
criterio de objetividad, tan construido como el anterior, el
cual se ha erigido en verdad absoluta y ha regido el modo La validez psicopolítica
de investigar durante largo tiempo, sin por ello erradicar la
subjetividad. Este criterio, introducido por Isaac Prilleltensky en
2 004, se define como un estado de "conciencia del rol que
La validez ecológica j11cga el poder en el bienestar, la opresión y la justicia en
los dominios personal, relacional y colectivo" . Para lograr­
La respuesta cualitativa a estas críticas ha sido el desa­ lo es necesario cumplir a su vez con dos subcriterios: la va­
rrollo del criterio de validez ecológica, de acuerdo con el cual lidez epistémica, que "se alcanza por el informe sistemático
lo que se busca es verificar si la investigación o interven- 1
del rol que juega el poder en las dinámicas políticas y psi­
,
ción realizada tiene sentido en el mundo, esto es, en el am­ ·ológicas que afectan los fenómenos de interés"; y la vali-
bito en el cual se produce, de tal manera que para las d1·z de transformación, la cual deriva del "potencial de
personas involucradas, sean investi?adoras � pa�ticipantes, nuestras acciones para promover bienestar personal, rela­
,
el proceso tenga significado. Este upo de entena se evalua ·ional y colectivo, reduciendo las desigualdades del poder
de acuerdo con esos significados específicos, que son pro­ · i ncrementando la acción, participación y compromiso
ducidos a partir de las personas participantes y no a espal­ políticos" (Prilleltensky, 2004: 29). En otra oportunidad
das de ellas, puesto que se mantiene un diálogo en el cual (Montero, 2003a) hemos tratado el tema del poder en la
todas tienen el mismo derecho a participar. Esto permite comunidad y de sus efectos positivos , siempre que sea ejer­
que las características de esas personas y los efectos de la cicio sobre la base de l; equidad y la justicia, por la propia
investigación y de los investiga dores (agentes e�ternos pa­ comunidad, a fin de equilibrar las negociaciones que llevan
ra la psicología comunitaria) se pongan de mamfiesto y se n i logro de sus metas. El poder es necesario para lograr
pueda rendir cuenta de ellos. Se tiene en .cuenta la impor­ t ransformaciones, pero el poder asimétricamente ejercido
tancia del lenguaje , por lo cual se lo analiza, pero no se lo i nstaura la desiguald ad, genera injusticias y malestar social.
transforma, y se considera el carácter dinámico, y por lo F,l poeta Roque Dalton expresa perfectamente esa condi­
tanto cambiante, de los resultados obtenidos (Banister, L'.ión en pocas pero muy certeras palabras:

2. Los otros dos son el criterio de coherencia (consistencia interna Juro que lo oí decir:
de un concepto) y el pragmático, que se llena al encontrar consecuen­ salvo en una sociedad completamente justa,
cias prácticas para el constructo. lo mejor de la vida es ser jefe.
.
56 Maritza Montero La investigación cualitativa en la psicología comunitaria 57

Lo que Prilleltensky propone es la verificación del gra­ Tabla l. Criterios de rigor metodológico
do de conciencia necesario para entender los juegos de po­
der que mantienen la asimetría del mismo y al mismo Investigación cuantitativa Investigación cual itativa

tiempo para prÓ ducir acciones que cambien esa asimetría.


Objetividad Confirmabilidad
Una crítica a esta propuesta podría ser que reduce el
campo de lo político a las relaciones de poder, al centrar la 1 Credibilidad
Va lidez interna Validez ecológica Autenticidad
atención sobre esa sola noción que, si bien forma parte del comun icativa Transferibilidad
mismo, no lo define completamente. Otras advertencias Validez externa pragmática 1 Aplicabilidad
Coherencia
críticas provienen del mismo Prilleltensky, quien advierte Relevancia
otra forma de desequilibrio que residiría en la posibilidad • Adecuación
de que, por alcanzar este tipo de validez, se privilegien só­
lo las investigaciones y acciones relacionadas con el poder
asimétrico y el compromiso político. Por otro lado, una
Validez
Psicopol ítica
{ Epistémica
De transformación
aplicación más rígida podría desembocar en formas dog­
máticas de investigación, al validar sólo las propuestas an­
tes mencionadas, y una aplicación laxa podría producir
{ Seg""'''

{
Estabilidad Predictibilidad
Confiabilidad Consistencia
otro modo más de perpetuar el statu quo.
Predictibilidad Saturación
Pero bien mirada, la validez psicopolítica llama la aten­ Precisión Confianza Relevancia
ción sobre la conciencia de los juegos de poder, punto que Fundamento

debe ser considerado en la investigación comunitaria. empírico

Comparación entre criterios cualitativos y cuantitativos Representatividad Reflejo

de rigor metodológico Utilidad Apl icabilidad. Orientación por


la acción.
Una comparación entre los criterios de rigor metodo­
lógico utilizados por los métodos cuantitativos y cualitati­

Fuente: adaptado de Miles y Huberman, 1 994; Kvale, 2002; Ste in ke, 2004.

vos nos permite tener una visión general del tema. En la


tabla 1 se presentan los criterios cualitativos antes descri­
De los criterios aquí presentados, el criterio de reflejo,
tos y los correspondientes cuantitativos:
equiparado al criterio cuantitativo de representatividad,
permite que la diversidad propia de una sociedad o cultura
no esté representada en términos estadísticos, sino en
cuanto a los significados y símbolos que puedan constnii r
personas con características diferentes, que coexisten e n
u n mismo ámbito o que están relacionadas con u n fonóm •
La investigación cualitativa en la psicología co71lttnitaria 59
58 Maritza Montero

ear en la
no estud iado. Este criterio es el que se suele empl
se busc a obtener
selección de grupos focales, en los cuales
deter­
opiniones que reflejen a los grupos que tipifican una
de estu­
minada población, en relación con un problema
tiene que ver con
dio. Lo que se define como reflejo nada
de que
la representativid ad, entendida como la condición
a po­
todos los elementos de esa población tengan la mism
debid o al azar. El re­
sibilidad de ser parte de una muestra
carac teriz a
flejo es una manera de incluir la diversidad que
formas de
a una situación, de tal manera que las diferentes
tigac ión. No se pre­
significarla tengan cabida en la inves
r los múlti­
tende generalizar los resultado s, se busca capta
través del
ples sentidos construidos en la vida social a
parti cipan tes o en las
reflejo de esa vida presente en los
rio aparece
unidades de análisis . seleccionadas. Este crite
sión en
claramente ilustrado en el uso de la técnica de discu
de opinión
grupos focales para la realización de estudios
estar comp uesto por
pública. Cada uno de los grupos debe
de la po­
personas pertenecientes a alguno de los sectores
de una ins­
blación, o a diferentes categorías de empleados
tos lugar es de origen, o
titución, o que provengan de distin
es de inter és pa­
representen cualesquiera de las condicion
la diversidad
ra la investigación. De esta manera se refleja
ejem plo: un
de esas poblaciones o casos o universos. Por
, a los obre ros cali­
grupo reflejará a las amas de casa; otro
jadores de
ficados; otro, a los comerciantes ; otro, a los traba
otro, a los
la economía informal; otro, a los profesionales; -o .
estudiantes, y así sucesivamente. (\] "O
"O (\]
"O
hecha
La tabla 2 presenta otra forma de comparación
·-

� �(])
de los cri­ �E
en función de la fundamentación epistemológica
+J

z o
leados para
terios, de los procedimientos cualitativos emp
cativa y de e:
lograr rigurosidad y de una breve men ción expli "O
,
(\]
•O
·­
()
(\]

os criterios.
significa do, que surge de la aplicación de dich "O
:.:::
:ñ ro
(\]
.�
e
(])

(\] �
() (]) · ¡¡;
e e
Ci. (])
·-

o
<( (.!) (.)
60 Maritza Montero f ,t1 investigación cualitativa en la psicología comunitaria 61

Sobre la auditoría de la investigación cualitativa y la rendición l ' l ' µ;i st ro de significados de esas expresiones, el contexto
de cuentas de lo hecho t' l l el cual fueron producidas, las observaciones de el/la

i n vestigador/a, y las hipótesis e interpretaciones produ­


Steinke (2004: 1 86- 187) presenta ciertos criterios para d d :is por el/ella (confirmabilidad).
evaluar los resultados de las investigaciones que utilizan ll , Dando cuenta de las decisiones y de los problemas de
métodos cualitativos, basados en la explicitación de regis­ 11H1estreo o de selección de participantes, así como de las
tros o documentación de lo realizado en las diferentes eta­ ·1 > l l t:radicciones no resueltas (Auditoría y reflexividad).
pas de la investigación. Según esta autora se puede dar 1). Presentando los criterios a los que la investigación debe
cuenta pública del proceso de investigación de múltiples responder. (Rendir cuenta de lo hecho. Confirmabilidad.)
formas:
Cada uno de estos puntos permite evaluar si la investi­
1 . Dando cuenta deP proceso de investigación, indicando �11tión puede responder a los criterios
que hemos visto en
la posición y comprensión del problema desde las cua­ 11 1s cuadros antes mencionados.
les partió el investigador/a. Este aspecto permite saber
si se produjeron resultados originales.
2 . Dando cuenta del desarrollo conceptual del proyecto de M omentos en la investigación cualitativa
investigación (otorgando así credibilidad, confianza, • 1 1 la psicología comunitaria
adecuación).
3 . Dando cuenta del método de recolección de datos y el Ya se ha dicho que gran parte de la investigación en psi­
contexto de dicha recolección. Este aspecto contribuye rnl ogía comunitaria es de carácter cualitativo, veamos aho-
a la credibilidad y a la confianza de la investigación. 1'11 cómo se atiende a ese carácter cualitativo durante las
4. Documentando las reglas observadas para la transcrip­ I n t e rvenciones en las comunidades. Aclaremos al respecto
ción de los datos a partir del material bruto producido q 1 1e no se pretende dar una receta para investigar de ma­
en la investigación. Aquí el rigor apunta a la transferibi­ nera cualitativa. Hay formas muy variadas de hacerlo y la
lidad y credibilidad. udccuación de cada una dependerá del ajuste que a su vez
5. Documentando sobre los datos elaborados (en cuanto a su • x ista entre el problema planteado y el método utilizado.
transferibilidad, autenticidad, credibilidad, adecuación). Sólo deseo mostrar cómo orientar el proceso de su prepa­
6. Dando cuenta de los métodos de análisis y de los textos ración y ejecución en y con la comunidad, aplicando mé­
analizados (transferibilidad, adecuación, credibilidad). t < idos y técnicas de manera rigurosa y flexible a la vez, en
7. Documentando las fuentes de información que se inclu­ busca del sentido de determinados fenómenos sociales.
yeron en la investigación, lo cual supone incluir expre­ 1 >or lo tanto, los "momentos" no deben confundirse de
siones textuales (verbatim) de los participantes, el 1 1 i nguna manera con niveles jerárquicos o con estadios, y
1 1 1 ucho menos con pasos sucesivos, pues muchos de esos
3 . En esta enumeración utilizo las expresiones "dando cuenta de" y 1 1 1omentos convergen.
"do · 1 1 m cnt:mdo" en el mismo sentido: información detallada que sirve
d soporte a cada aspecto considerado en cada punto.
62 Maritza Montero La investigación cualitativa en la psicología comunitaria 63

La planificación de la investigación 1 1 1 c 1 1 t o se realizarán las investigaciones bibliográficas y do­


t'1 11 1 1cntales necesarias para familiarizarse con el área en
Un momento imprescindible y evidentemente inicial es p,rncral y con el problema de investigación en particular,
el de la reflexión, en el cual se incluye la planificación de la llMÍ como también será necesario preparar al equipo con el
investigación. La reflexión implica preguntarse qué tipo de 1·11:1 1 se trabajará. Asimismo, no se debe olvidar registrar y
investigación se quiere hacer, para qué y por qué. Analizar do ·umentar todo el proceso de desarrollo conceptual del
nuestros intereses, motivaciones y los sesgos teóricos, me­ proyecto.
todológicos o políticos que podamos tener en relación con
el tema de la posible investigación, así como preguntarnos
sobre los objetivos que pretendemos alcanzar, sobre su via­ /,11 selección de participantes
bilidad y sus efectos en las personas involucradas.
Planificar una investigación es pensar cómo se va a ha­ Otro aspecto fundamental para la investigación cualita­
cer lo que se quiere hacer. Y esto supone haber llegado a l lva es la selección de las personas que participarán . Esto inclu­
formular una o más preguntas que constituyan el punto de y :1 los investigadores y a los informantes o participantes,
partida de la indagación. De esas preguntas posterionnen­ 11¡.¡cntes .externos e internos, como se suele decir en el cam­
te se podrán derivar desde hipótesis hasta objetivos, y a po de la psicología comunitaria. Parte del rigor metodoló­
ellas trataremos de dar respuesta al final de la investigación Hi ·o reside en la adecuada selección de ambos, si bien en la
e incluso, a veces, antes. También durante este período se 1 1 1:1yoría de los textos los criterios de selección sólo enfo­
hace la selección del ámbito de la investigación que se ('1111 a los miembros de las comunidade s, es decir, a los
quiere realizar y de la estrategia que se desea seguir. Lo 11µ-cntes internos. Pero es necesario que el equipo "técnico"
primero suele ser más fácil que lo segundo, ya que este úl­ o :1gentes externos tenga suficientes conocimientos y esté
timo se refiere a un aspecto mucho más específico y re­ l'nn1iliarizado con el método y las técnicas que se van a em­
quiere cuidadosas consideraciones, discusión, reflexión y picar, así como que tenga conciencia de lo que se va a rea­
decisiones que tomen en cuenta no sólo cuánto se quiere l i 1.:1r, además de capacidad para escuchar a esos otros que
saber sino además cuestiones prácticas, como delimitar el provienen de la comunidad y dialogar con ellos. En toda
tiempo del cual disponemos para hacer la investigación, Investigación comunitaria hay al menos dos formas de co-
evaluar su costo y los recursos para cubrirlo. También se 11ocimiento implicadas: el científico y el popular. Por lo
debe seleccionar en esta fase la o las técnicas que serán 1 11 1 1 to, profesionales externos y agentes internos de la co-
aplicadas. Y esto depende de una pre-definición del pro­ 1 1 u111idad contribuyen desde sus respectivas perspectivas;
blema de investigación a partir de las preguntas anterior­ 11 111lios aportan para producir nuevo conocimiento enri­
mente mencionadas, del ámbito y de los recursos q u e c ido sobre esas bases. Por eso no se debe pensar que es-
disponibles. Todas estas reflexiones, discusiones, pensa­ 1 e criterio es sólo para los miembros de la comunidad; el
mientos, interrogaciones, comparaciones y deliberaciones ha ber recibido instrucción universitaria no es garantía de
deben desembocar en la elaboración de un proyecto en el poseer conocimientos universales y a veces implica partir
cual se delimite el qué, cómo, dónde y con quién, además del d criterios y principios provenientes de métodos tradicio­
·

apoyo teórico y epistemológico. Igualmente, en este mo- n:i l cs que, descontextualizados, pueden chocar con aque-
La investigación cualitativa en la psicología comunitaria 65
64 Maritza Montero

llos que será necesario emplear en una investigación de ca­ Cuando se trata de obtener informantes que puedan dar
rácter cualitativo y además comunitaria. e11t:nta de algún acontecimiento o de circunstancias espe­
En las investigaciones con comunidades se va a trabajar dficas de una comunidad, los criterios para iniciar un tra­
con personas que opinan y deciden junto con los y las pro­ bajo de producción de información son los siguientes:
fesionales que vienen de afuera, que participan en las dis­ rnnocimientos o experiencia sobre el tema investigado; co­
cusiones y en la planificación de acciones, y que además lwrcncia en el relato; tiempo y deseo de responder a las
son actores fundamentales en el proceso de transforma­ preguntas; participación voluntaria en el trabajo; produc­
ción de sus vidas y de su entorno. Por lo tanto, no es pri­ ción de la información necesaria.
mordial el número de personas si no la calidad de las Si el trabajo que se realiza se centra en el espacio dis­
mismas. Su compromiso, su participación y su saber son eursivo, algunos de los anteriores criterios pesarán más que
aspectos básicos para la tarea a realizar. Y en el diálogo en­ otros, pues se buscará a personas que puedan transmitir re­

tre los de afuera y los de adentro se van a producir los pro­ latos o narrativas ricas, que tengan tiempo para hablar con
cesos psicosociales que pueden impulsar u obstaculizar los l i bertad y que acepten hacerlo, y cuyo relato sea hilvana­
resultados deseados. do y coherente. Si se trata de un trabajo de otro tipo, otras
Las cualidades ideales en esos participantes son las si­ eapacidades pasarán a primer plano: decisión, organiza­
guientes: ción, liderazgo y simpatía podrían ser primordiales. Pero
lo que no puede faltar en ningún trabajo comunitario es la
• Compromiso con la tarea planteada. Sensibilización participación y el compromiso.
hacia la misma. ¿Y cómo elegir a las personas cuando se trata de traba­
• Participación en el desempeño de la tarea, con voz y
jar con un número reducido? Los criterios anteriores nos
voto. suministran una guía para hacer dicha selección. A veces,
en la investigación cualitativa, y en particular en la em­
• Comprensión de los fines, de los medios para alcan­

zarlos (que incluyen los dos aspectos anteriores) y de pleada en la psicología comunitaria, es necesario elegir a
los objetivos que llevan hacia esa meta. ciertas personas en función de alguna cualidad específica
• Tener conocimiento del tema de investigación y expe­
que poseen: por ejemplo, ser líderes comunitarios o ser
riencia. Conocimiento tanto científico, técnico, profe­ miembros prominentes, representativos o fundadores de
sional en general por parte de los agentes externos, una determinada comunidad. Se emplea entonces el lla­
. como popular o derivado de la experiencia por parte mado muestreo teórico, consistente en una selección de par­
de los agentes internos. El acceso a la historia y a la ticipantes que tiene como criterio principal la condición
vida cotidiana de una comunidad es muchas veces un de ser expertos o conocedores de algún tema de interés
recurso prec10so. para la comunidad o para el proyecto en particular que se
• Coherencia y claridad.
esté desarrollando con respecto a ella. Una variedad de és­
• Aceptación de la participación en el proyecto indi­
te es el llamado muestreo por intensidad (Morse, 1 998; Pnt­
cando la disponibilidad de tiempo y de acción. ton, 1 990), en el cual la elección se hace en función d
• Producción de la información o de las acciones nece­
características presentes específicas de interés para l o
sarias para la investigación. investigación, en ciertas personas.
66 Maritza Montero
f,rt investigación cualitativa en la psicología conzunitaria
67
Otra forma de selección de sujetos que se ha utilizado
1 1:1 criterio que he llamado reflejo consiste, como se dijo
con éxito en trabajos comunitarios es la "técnica de la bo­ . ad de los particip
11 1 1 t es, en la capacid antes o informantes
la de nieve", en la cual cada una de las personas que perte­
t• I ·g- i.d os de reflejar las características de la población, co-
nece a un grupo particular dentro de una comunidad o que
comparte una determinada condición (enfermedad, inte­ 1 1 1 1 1111dad o categoría social en la cual se presenta el fenó-
111 ·1.10 o problema � e estudio. En todo caso, las categor
rés, origen étnico, ser recién llegados o ser miembros fun­ ías
dadores, por ejemplo) se encarga de traer a otra persona
11'. ·1:1 les al se� refle} adas deben est�r .determinadas por el
p1 ohlema de mvestigac10n .,
con esa misma característica y así sucesivamente hasta que y los obJetlvos planteados. Este
t'l'i t erio busca incluir los diferentes estratos o grupos de tal
el criterio de saturación haya sido cumplido.
1 1 1 :1 11 e ra. que el sentido y la subjetividad e intersubjetividad
Puede igualmente utilizarse muestreos de orden estadís­
tico, basados en el azar y la representatividad, cuando es ne­ producidos en cada uno de ellos, en relación con el tema
cesario investigar sobre opiniones o aspectos que afectan a l 1 1vcstigado, se vean reflejados en los resultados de la inves­
t igación.
toda la comunidad y ésta es demasiado grande como para
que todos sus integrantes sean interrogados al respecto. En
tales casos deben seguirse los pasos de la técnica tradicional
l .r1 1·ecolección de datos
de muestreo, sin embargo, la interpretación de los datos
puede seguir caminos diferentes a los tradicionales. Según
mi experiencia, después de tabular los datos (cuantitativa­
La recolección de datos es otro momento del método cua­
l i t a tivo en la investigación comunitaria. Se debe señalar en
mente) y obtener medidas de tendencia central (media,
modo y mediana), de dispersión, de significación y de aso­ pri n:er 11;Jgar que no hay un momento dedicado única y ex­
ciación, que nos dan una idea de la distribución de las per­ d11s1vai:ne�te a esta tarea. En el transcurso de un trabajo
C'. H numtano puede haber momentos en los que es necesa­
sonas en función de las características u opiniones medidas,
no reco lectar datos sobre algún aspecto específico,
la interpretación es hecha colectivamente, en reuniones de . los cua­
l"s e�nquecerán el conocimiento que se produzca en
discusión-reflexión o en asambleas y foros de la comunidad, . con el tema
relacion central de la investigación. Esto se de­
en los cuales se delibera sobre el significado de las distribu­
ciones presentadas. Allí puede decidirse, por ejemplo, no
h� � su carác:er dinámico, que responde -y ésa es una con­
d 1c1on - muy importante-
adoptar una medida de mayor frecuencia, pues las personas al hecho de que una comunidad
s� empre es �� en movimiento (como todo fenómeno social).
.
presentes analizan también las condiciones reales en las
1 ero tamb�en �ay momentos en los cuales el preguntar,
cuales se da y sus efectos posibles, y deciden optar por otra
D� >servar, discutir y actuar se hacen más intensos, y el re­
de menor frecuencia pero más viable y segura, o más bene­
ficiosa de acuerdo con las circunstancias. Esta forma de lle­ gistro de acciones y verbalizaciones también lo es. Enton­
ces, t� cnicas como la observa ción particip ante,
var a cabo una encuesta empieza por discutir en grupo los la
cn . trevtsta -tanto participativa como individual-
temas y las preguntas a incluir, sigue con la estructuración . . ' los cues-
"
t 1< nanos e mventarios, los método s biográficos, entre
de una muestra al azar (en cualquiera de sus diversas for­ � los
1 1 1,a s populare , y muchas otras que puedan generar
mas) y, finalmente, regresa a la discusión colectiva comuni­ � se se­
gun las n�cesidades del momento, tienen la oportun id:id
taria, de carácter cualitativo.
de ser aplicada s. Y es conveniente advertir que la trnnsfor·
/ ,11 investigación cualitativa en la psicología comunitaria 69
68 Maritza Montero

mación en datos de los registros y textos producidos por dul'ric'>n de los datos, si bien las personas de las comunida­
esas técnicas muchas veces deben comenzar a ser analiza­ d1·� rnn las cuales he trabajado han sido claves para lograr
dos cuando aún no se han terminado de recolectar todos 1 1 1 111 i n formación rica y variada, cuando se trata de procesar
los datos previstos, cuyo número puede variar según los re­ f l ti 1 i 11 Formación no siempre están dispuestas a participar.

sultados que se van obteniendo, tanto si aumenta el núme­ 1 1'. H posible que esto suceda debido a que usualmente no
ro de participantes como si disminuye. Para estos análisis 1 1 11 1 1 t· enido el 'entrenamiento para hacerlo y por lo tanto
son muy útiles las notas de campo (véase capítulo 1 0) y p1wdc resultarles difícil o aburrido; o bien, porque no dis­
también las discusiones en el equipo de investigación y con pl )llcn del tiempo necesario para aprenaer a hacerlo. Lo
las personas interesad�s en la comunidad. q 1 1l' para los agentes externos es su trabajo, para las perso­
t H1s i nteresadas de la comunidad puede ser una carga extra
n 1 1 su jornada de trabajo. Sin embargo, si suelen estar dis­
El análisis de los datos puestas a discutir el sentido de los datos producidos por los
1 1 1 i ·111bros externos del equipo de investigación/interven­
El análisis de los datos en la investigación cualitativa, y rl >11, su opinión puede no sólo ser esclarecedora, sino ade-
en particular en aquella aplicada en la psicología comuni­ 1 1 1 1 s presentar y desarrollar puntos de vista que de otra
taria, puede iniciarse casi al mismo ?empo en que se los va 1 1 1 111 1cra serían inaccesibles.
recolectando. Y esto se debe a que no se trata de pasos su­ l i'. n ese trabajo de procesamiento y discusión se suelen
cesivos, como ocurre con los diseños de investigación de prod ucir reflexiones teóricas que conducen a formas más
carácter hipotético-deductivo. En la investigación realiza­ prnf'undas y complejas de percepción e interpretación de
da con comunid ades muchas veces se está interviniendo a los datos. Asimismo, al realizar el análisis en equipo se
la vez que se investiga, y esto obliga a un proceso simultá­ p11ede llegar más rápido al punto de saturación, en el cual la
neo: identificar los "datos" (información útil para los obje­ presencia de ciertos temas, de ciertas versiones, queda cla-
tivos que interesan a l¿s agentes externos, a los agentes 1·11 1 1 1cnte d�finida, a la vez que la singularidad de otros que­
internos, o a ambos, concerniente a algún fenómeno espe­ d11 igualmente demarcada. De esta manera se obtiene a la
cífico) y a la vez comenzar a procesarlos y analizarlos a fin . Vt'i'. consistencia y variación, dos criterios más de rigor meto­

de corregir o mantener el rumbo de la intervención o de d11l(>gico propios de la investigación cualitativa.


indagar sobre nuevos aspectos. fü análisis cualitativo de los datos supone dos grandes
Este pro!.:edimiento no sólo puede ser difícil sino ade­ procesos: por un lado la transformación de las narrativas
más consumir mucho tiempo, y generar exigencias a veces ( por ejemplo, relatos, ' respuestas a entrevistas, transcrip­
superiores a las posibilidades de una sola persona. Por lo t ' i < >ncs de discusiones, descripción de acciones llevadas a
tanto, es conveniente, y además p rop io del carácter parti­ rn ho) en textos analizables mediante procedimientos tales
cipativo del trabajo comuni tario, trabajar y discutir en 1 ' < >1110 la codificación de frases, palabras, párrafos o accio-

equipo los aportes que se va n haciendo. Ese equipo debe 1 w s y su posterior categorización en temas, áreas o dimen-

estar constituido p or pe rs o n a s i nteresadas y comprometi­ 11 i o n cs que permitan reconocer discursos, procesos


das que pertenecen a la co m u ni d ad y por los profesionales psicosociales o psicológicos. Este proceso transforma la
externos. Según m i experiencia, en la recolección y pro- producción natural en un hecho de ciencia, que a la vez re-
La investigación cualitativa en la psicología comunitaria 71
70 Maritza Montero

sume los aspectos salientes (tanto por su frecuencia como k:giada que otras. Coffey y Atkinson ( 1996) dan un buen
por su originalidad) de la información recolectada, y los rnnsejo: . explorar los datos desde una amplia variedad de
hace accesibles a una pluralidad de personas, fuera y den­ pc.rspectlvas, lo :ual puede llevar a un mayor aprovecha-
tro de la comunidad. Por otro lado, supone la elaboración de 1 1 1 1cnto de los mismos. Y esa diversidad también se da res­
formas de representación de esas categorías a fin de explicar­ pcct� de los 1:11ét�dos cualitativos. Se puede decir que es
las a terceras personas (por ejemplo, tablas, gráficos, dibu­ propia de la ciencia, en sus diversas manifestaciones.
jos, mapas). Estas representaciones no tienen sólo fines
didácticos: al organizar los datos, también permiten dedu­
l .rt interpretación
cir conexiones entre ellos e identificar patrones.
Sobre estos procesos se estructura la interpretación a
partir de �a cual se sacarán conclusiones y surgirán reco­ . Si en el caso del análisis Wolcott (1 990) ponía el énfa­
s i s en uha cierta prudencia y en el comedimiento en el ca­
mendaciones. Wolcott (1 990) dice que el análisis es una ' '
so de la interpretación desata la pasión. De ella dice que
forma especializada de transformación de los datos, me­
diante la cual quienes investigan expanden esos datos y los
debe ser casual, no restringida, estéticamente satisfactoria
extienden más allá del recuento descriptivo a partir del
(ideb � gustarnos !, ¡� ebe dar placer estético!), idealista, ge­
n.crativa (debe �otlvar o inducir a hacer nuevas investiga­
cual fueron construidos. Para este autor, el análisis es en­
' lünes) y apas10nad a. Debería agregarse que ambos
tonces un proceso que debe ser cauto, controlado, restrin­
proc�sos debe� ser divertido s. En todo caso, luego de un
gido, estructurado, sistemático, formal, fundamentado en
t ra b�¡ o tenaz, nguroso y metódico de la imaginación, debe
los datos, metódico, particular, bien documentado y parsi­
s�guir una etapa de trabajo hermenéutico, pues ya el ante­
monioso. Si tales condiciones se consideran como un mo­
nor se ha encargado de generar la materia prima sobre la
delo a seguir, entonces, ·más que nunca es necesario
cual versará la labor interpretativa. Se debe cuidar la rela­
trabajar en equipo a fin de evitar los excesos del individua­
ción estrecha y fundamentada con los datos producidos
lismo, la desorganización personal y la informalidad. Este
d urante el primer proceso.
procedimiento es conveniente, siempre que no se proscri­
La imaginación interpretativa está ligada a la reflexión.
ba la imaginación, que si bien perturba la cautela, genera ,Sm . ella no es posible interpret
creatividad y permite disfrutar de perspectivas alternativas . ar. En tal sentido, ella será
como ese juguete tan popular en todo el mundo al cual los
n iñ?s hacen volar aprovechando las corrientes de aire, que
_
si bien se eleva y deambula alto sobre los techos lleno de
La diversidad en el análisis de datos cualitativos '
color, mantiene una firme línea de contacto con 1a tierra.4
Las s.aturacio�es y los aspectos únicos, los patrones y ten­
No hay una única manera de analizar datos cualitativos.
dencias, los discursos predominantes y los disidentes, las
En algunos casos aplicaremos alguna forma de análisis de
contenido o de análisis de discurso, o b i en usaremos algún
programa preestablecido, si ello es posible (esto depende­ 4: Me refiero a lo que en Venezuela llamamos papagayo, conocido
, como cometa, papalote, baiTilete, y quién sabe con cuántos nolll ·
rá de la manera de constru i r l os datos). En todo caso, no se ramb1en
hres más.
puede asegurar que haya unn manera d e hacerlo más privi-
72 Maritza Montero / ,11 investigación cualitativa en la psicología comunitaria 73

contingencias y las oposiciones presentadas en el análisis ¡ 1 1wdcn ser coincidentes. Lo importante es que en una u
deben ser el punto de partida para la interpretación y tam­ 1t 1 :1 forma de expresión, la rigurosidad del método debe
bién su punto de llegada, puesto que la función de inter­ 1 " . i :1 r presente. Los criterios de predictibilidad y de audito-
pretar es responder a la pregunta o preguntas de 1 1 :1 deben ser satisfechos, en particular en un campo que
investigación, explicar y comprender el fenómeno analiza­ ¡ 1 1 1 r su orientación ética, como es el de la psicología comu-
do y derivar de esas explicaciones y de esa comprensión las 1 1 1 1 :1 ria, exige dar cuenta de todo lo que se hace, al menos a
formas de intervenir para afirmarlo, transformarlo, utili­ dns comunidades: aquella con la cual se trabaja y la comu-
zarlo. 1 1 11 Lid científica a la cual pertenecen los psicólogos y psicó­
l1 1g:1s que participan de la investigación.

Una conclusión: el ciclo de la investigación cualitativa Preguntas para reflexionar sobre el uso de la metodología
cualitativa en la investigación/intervención comunitaria
Toda investigación es un ciclo, sea cualitativa o cuanti­
tativa. Investigar significa produ..:ir un conocimiento que • A part i r de un problema concreto en su i nvestigación
formula preguntas sobre lo que se sabe y lo que no se sa­ /intervención comunitaria, busque l a respuesta o res­
be. Se conoce algo, y a partir de ese conocimiento se des­ puestas a las siguientes preguntas:

cubre que hay mucho más por saber; En el tipo de ¿Cuál método o técn ica permite l a mejor a p roximación
al problema, tanto para profesionales d e l a psicol ogía
investigación que hemos descrito brevemente, ese ciclo
como para las personas i nform a ntes o partici pantes
contiene varios estadios o fases no necesariamente secuen­
en ese trabajo en particular?
ciales en el caso de la psicología comunitaria, pues, como ¿Por qué?
hemos visto, la recolección de datos, su análisis y su inter­ • A part i r de u n problema concreto d e investigación /in­
pretación pueden darse simultáneamente en algunos caso� tervención en el cual usted esté comprometida/o há­
así como también pueden distanciarse en el tiempo. gase las siguientes preguntas:
En este sentido, hay casos en los cuales una investiga­ - ¿Cómo se pod rá obtener i nformación de l a cual pue­
ci'ón/intervención puede pasar largo tiempo recolectando .da i n d u c i rse el sentido otorgado por la persona i nfor­
información, a la vez que se hace una interv�nción trans­ mante o partici pante al fe nómeno o c i rcunstancia

formadora; y los investigadores pueden comenzar el pro­ que' es el tema d e i nvestigación?


- ¿Cómo pueden tanto los agentes internos como los
ceso de sistematización y reflexión años después. Las fases
agentes externos que participan e n l a investigación
propias de la investigación/intervención en la psicología
o inte rvención obte n e r de esos proced im ientos a lgu­
comunitaria son: reflexión preparatoria, planificación de la na seguridad de que el sentido producido correspon­
investigación/intervención, trabajo de campo con la comu­ de a lo que ocurre en la com u n idad?
nidad, recolección de datos, análisis de los mismos, inter­ - ¿Qué opinan l as personas i nformantes o participan­
pretación y socialización evaluadora del conocimiento tes, así como otras personas de la comu n idad , d e l
producido. Estas fases no son escalonadas . Ni necesaria­ sentido producido c o n ese procedim iento?
mente secuenciales, aunque puede haber una sucesión - ¿ Es sólo el sentido lo que se busca en esa i nvesti­
temporal entre algunos de esos estadios, así como también gación?
74 Maritza Montero La investigación cualitativa en la psicología comunitaria 75

l .cc turas complementarias recomendadas


Ejercicios problematizadores sobre la aplicación
de la investigación cualitativa en l a psicología comunitaria Algunas de las mejores páginas sobre los aspectos trata­
dos en este capítulo, en especial sobre los aspectos relacio­
• A partir de las circunstancias anteriores y después de
nados con la validez en los métodos cualitativos, están
haber reflexionado sobre l as preguntas hechas, e n u­
l'seritas en inglés. Rec:Jmendaré entonces la lectura de los
mere l as ventaj as y desventajas que el método o las
técnicas d e i nvestigación cual itativa que ha p l a ntea­
siguientes capítulos publicados en los últimos años:
do para ese caso concreto tienen para los agentes Kvale, S . (2002): "The social construction of validity", en
externos y para los agentes i nternos. Compáre las Y N . Denzin e Y. Lincoln (eds.), The Qualitative Inquiry Rea­
busque l as formas de pode r y sus expresiones (en dt'r, Thousand Oaks, Sage, págs. 2 99-32 5 . En este trabajo se
quiénes resi d e n , cómo se expresan , qué efectos bus­ presentan los criterios de rigor metodológico propios de la
can o produce n , a quiénes benefician más, o menos). Investigación cualitativa, en particular los referidos a la vali­
• En rel ación con e l mismo problema, analice si lo ob­ dc1. de las investigaciones. Debería ser una lectura frecuen­
tenido con métodos cual itativos se podría haber obte­ t e para investigadores y estudiantes en el área.
nido con métodos cuantitativos. Y si lo obtenido con
Otro texto igualmente útil es el de I. Steinke (2004):
las técnicas o procedi mientos cuantitativos que se
"<)uality criteria in qualitative research". Publicado en la
hayan e m pleado no podrían h aber tenido u n equiva­
o lira coordinada por U. Flick{E. Von Kardoff e : Steinke,
lente cual itativo. Anal ice también las ventajas y des­
ventajas que podrían derivar en cada caso, tanto para
1/ Companion to Qualitative Research, Londres, Sage, págs.
los agentes externos como para los internos. 1 84- 1 90.
CAPÍTUL03
La familiarización con la comunidad

El lugar de la familiarización en el trabajo


psicológico comunitario

El trabajo psicosocial comunitario suele iniciarse con el


proceso que se conoce como familiarización, en el cual los
investigadores externos inician su conocimiento de la co­
munidad, a la vez que los miembros de ésta comienzan a
relacionarse con esas personas que vienen de afuera, ya sea
de un centro académico o de una institución pública o pri­
vada. Es pues, un proceso en dos sentidos: de afuera hacia
dentro y desde la comunidad hacia afuera. Y es también un
proceso imprescindible, sin el cual el trabajo comunitario
corre el riesgo de confundir a los actores de la realidad que
se pretende estudiar, de quedarse en la superficie o en los
márgenes de esos problemas o, peor aún, de determinar
externamente qué se debe hacer, dónde y cómo, cayendo
en el paternalismo. 1 •¡

La familiarización permite la sensibilización de los in·


vestigadores respecto de la comunidad y sus ·problemt11
constituyendo así un paso necesario para garantizar la con­
fianza en el proceso conocido como detección o ide111·ilirn
ción de necesidades, el cual suele constituir u11 :1�;p1·1·1u
1H Maritza Montero
Lafamiliarización con la comunidad 79

clave para dar comienzo en sentido estricto a la acción co­


no permiten captar lo que está ocurriendo en una comuni­
munitaria. Si no se produce una familiarización previa, es­
dad, ni la forma en que se dan las relaciones o su estilo de
te aspecto puede no sólo dificultarse sino además verse
vida, desviando así la comprensión de la situación que se va
plagado de errores evitables.
a estudiar y originando muchos errores y omisiones. Co­
mo es difícil estar consciente de los prejuicios y estereotipos,
Qué es la familiarización
porque ellos son parte de los procesos de naturalización de
ciertos modos de concebir la realidad, este consejo debe
acompañarse de una sana actitud crítica, que debe en pri­
L� .familiarización es un proceso de carácter sociocog­
mer lugar aplicarse a las propias concepciones e ideas de
nosc1tlvo en el cual los agentes externos e internos inician
los agentes externos e internos.
o profundizan su conocimiento mutuo captando y apre­
hendiendo aspectos de la cultura de cada grupo, a la vez
�ue encuentran puntos de referencia comunes, evalúan los
El proceso de familiarización
mtereses que mueven a cada grupo, desarrollan formas de
c�municación, descubren peculiaridades lingüísticas y co­
mienzan a desarrollar un proyecto compartido. Es además Antes de entrar a una comunidad es necesario infor­
un I?r�ceso que introduce a los agentes externos en el co­ marse de la manerá más completa posible sobre ella. Si
nocnruento de la comunidad, transformando en habituales existen registros públicos en los cuales se puedan obtener
y entendibles los aspectos específicos de cada comunidad. datos demográficos, ellos deben ser consultados, al igual
La familiariz�ción puede resultar difícil en algunos casos y que su historia a través de crónicas y noticias de prensa.
Otros datos de interés también pueden encontrarse en los
�o de?e de mnguna manera ser.tomada a la ligera por los
mvesugadores o agentes externos, ni tampoco por los in­ archivos de instituciones públicas que hayan tenido que
ternos. ver con la comunidad objeto de estudio.
.Probabl��e.nte el mejor consejo que se pueda dar a
qmenes se m1cian en el trabajo comunitario, y recordar a
los que ya n e�ai:i algún tiempo haciéndolo, es que la mejor La familiarización en comunidades situadas en un espacio físico
.
manera de m1ciar un proceso de familiarización con una
comuni?ad es dejando de lado, en la medida en que ello Si se trata de una comunidad asentada en un lugar espe­
sea posible, los estereotip . os y prejuicios
tanto negativos cífico, que se relaciona con su existencia como grupo social ,
como �ositivos. Los negativos, porque generan conductas es conveniente recorrer ese territorio, haciendo una obser­
i ', apv'ens1vas, tem erosas, que pueden ser percibidas por los vación libre y anotando las primeras, segundas y terceras
ntj'é mbros de la comunidad como modos de descalifica­ impresiones que surjan en esa(s) visita(s). Estas visitas pUC•
ción, de segregación y como concepciones negativas con den ser aún más provechosas en compañía de personas qu '
la� cuales se los está etiq ueta ndo (lo cual puede estar ocu­ habiten en el lugar, pues se agregarán sus comentarios e In·
1
rriendo). Y en el cnso de los prejuicios positivos, porque formación, a la vez que iniciarán formas de partici¡.,ncl()11,
1
pueden ser responsables de las visiones "color de rosa" que Estas visitas y recorridos son particularm e n te l111p111'•
¡ 11
tantes cuando se trabaja con comunidades lign<lnN 11 1111 l

11,
¡I
,,
80 Maritza Montero La familiarización con la comunidad 81

rritorio, en el cual el acceso físico y el conocimiento del lu­ luego comenzarán a compartir con otros miembros de la
gar son importantes para el desplazamiento interno de los comunidad. En estos casos hay que conocer los sitios, reales
agentes externos y para lograr la mayor diversidad y alcan­ o virtuales, y las vías de comunicación usadas por los miem­

ce en su contacto con la gente. El conocimiento del espa­ bros de esas redes. Es necesario, al mismo tiempo, tener en
cio comunitario en tales casos es una condición para la cuenta que las redes más fuertes no son necesariamente hs
realización del trabajo y para la recolección de datos que más visibles y acceder a ellas puede ser muy difícil (Monte­
pueda necesitar la investigación que se vaya a llevar a cabo. ro y Gon�alves, en Montero, 2003a). Generalmente, la
Por otra parte, desde la perspectiva de los agentes internos, manera más segura y certera de lograr acceso y contacto es
supone no sólo que el agente externo vea y conozca, sino a través de miembros clave de esas redes, que pueden
que además sea visto y conocido por los agentes internos. "abrir las puertas", facilitando la relación de investigación
Y es una muestra de confianza, siempre y cuando se lo ha­ o de intervención.
ga sin recelo ni aprensión. Como ya se ha dicho, las actitu­
des de asco, temor o disgusto son claramente percibidas
por los habitantes de la comunidad y pueden ser correcta­ Requisitos de la familiarización
mente leídas como parte de actitudes descalificadoras.
Otra ventaja de recorrer el espacio físico comunitario es El carácter mutuo de la familiarización es imprescindi­
la detección de relaciones entre los miembros de la comu­ ble. No sólo se trata de que los agentes externos conozcan
nidad, así como de las líneas invisibles que pueden separar las relaciones y el lugar de trabajo, las personas de la co­
a ciertos grupos dentro de ella; a la vez se obtiene informa­ munidad también deben saber quiénes son los forasteros y
ción importante sobre obstáculos, ventajas u otros aspectos por qué están allí, puesto que muchas de ellas trabajar:in
de orden físico, cultural, social ·e incluso provenientes de con esos extraños. Asimismo, deben tener la libertad de
subculturas religiosas, delictivas o incluso étnicas y nacio­ preguntar, de verificar la información, de informarse sobre
nales. ellos, igual que los psicólogos y psicólogas comunitarios/is
lo han hecho sobre la comunidad. Como dice Miller
(2 004: 2 1 7), "no podemos simplemente deslizarnos dentro
La familiarización en comunidades caracterizadas de ella sin ser anunciados y comenzar a recolectar datos".
de manera preferencial por redes de relaciones Tal cosa sería improcedente e impactaría negativamente en
la participación de la comunidad, a la vez que disminuiría
Si se trata de comunidades en las cuales es más impor­ también el impacto del trabajo de los psicólogos sobre ella.
tan la red de relaciones que existen entre las personas
� Sin embargo, la tradición de considerar a la investiga­
que participan de una cultura y de una historia común que ción como un acto propio de los investigadores o investi­
la ertenencia a un territorio, hay que buscar información gadoras investidos de la autoridad para hacerla, y por lo
sobre esas relaciones y, de ser posible, contactar informan­ tanto como únicos capacitados para preguntar y necesaria­
tes clave que compartan su visión y relatos de la comuni­ mente recibir respuestas, todavía marca gran parte de In
dad con los agentes externos. A la vez estos informantes actividad de investigación. Por tal razón se suele plantc111·
van recibiendo información de los agentes externos, que que la necesidad de saber quién es ese otro investigado tlN
La familiarización con la comunidad 83
82 Marit:za Montero
persona � la que no se conoce y se percibe como superior
sólo de los agentes externos, olvidando que también los .
en conocimientos y ante la cual no se quiere dar una mala
miembros de las comunidades tienen necesidad de saber
impresión. Desde la perspectiva del agente externo, el con­
quiénes son esos y esas que entran en su ámbito para ave- '
tacto puede tener las mismas características motivadas en
riguar cosas y de los cuales poco o nada se sabe. La presun­
su caso por el temor a que no sea comprendido. En el in­
ción de que los agentes externos o investigadores formales
tento de vencer las barreras y acercarse al otro a veces puede
no necesitan presentarse, o de que su presencia en la co­
caerse en exageraciones estereotipadas: lenguaje campe­
munidad no tiene efectos visibles o importantes para la in­
chano por parte de los agentes externos y lenguaje y mane­
vestigación, ya que es como si no estuviesen allí o fuesen .
ras cmdadosas por parte de los agentes internos. También,
invisibles, es un grave y craso error que puede inducir a
en tales casos, está subyacente una concepción de desigual­
equivocaciones e interpretaciones equivocadas, además de
dad que debe ser superada.
generar sospechas, rechazos y aun ideas peregrinas en la
Las conductas destinadas a lograr ciertas apariencias, las
comunidad.
' que Goffman (1959) llamó la región anterior o el proscenio
Por otra parte todas estas acciones familiarizadoras van
del comportamiento social ifrontstage), se caracterizan por
acompañadas de formas de interacción que revelan tanto a
ser protectoras y manipuladoras, en el sentido de tratar de
los agentes internos como a los externos los aspectos que
crear una cierta impresión ante las personas desconocidas
permiten conocer mejor al otro y ubicar o reubicarlo en
definidas duran�e la primera impresión como superiores, ¿
relación con la propia perspectiva, a la vez que van gene­
co1?o pertenecientes a una categoría marcada por algún
rando una trama de interrelaciones que es básica para ob­ atributo que las hace especiales y diferentes. La manera más
tener la participación del mayor número de miembros de directa de evitar caer en estos juegos defensivos es la fran­
la comunidad en el trabajo que se va a desarrollar conjun­
tamente. Esas interrelaciones.permiten detectar, entusiasmar �u�za, pr�sentarse con sinceridad y no tratar de asumir po­
y atraer a personas de la comunidad y también conocer el • �ic10nes . �correctas. La aceptación buscada surge en la
mteracc10n, y las dudas y temores deben ser ventilados y
alcance de sus intenciones y de su capacidad en cuanto a la aclarad�s desde e� inicio. Sólo así se supera esa etapa de ro­
permanencia en el trabajo y las formas de participación
deos y circunloqmos y de falsas apariencias, pasando a lo que
más adecuadas. Como hemos indicado en otro trabajo Goffman llamó el fondo del escenario (backstage), en el cual
(Montero, 2 004), la participación tiene muy diversos gra­ Y,ª no se necesita representar un papel. Y para ello se nece­
dos y expresiones y no debe desecharse ninguno de ellos, sita confianza y respeto, que permiten relajarse y expresar
pues todos son necesarios y todos contribuyen a producir .
con libertad las propias opiniones y sentimientos.
las transformaciones buscadas por la comunidad. El lenguaje estereotipado, o formal y cauteloso, los ro­
Asi · smo, la familiarización permite que tanto agentes
z deos y, p�o� aún, las expresiones inadecuadas, usadas por
ext�ri:o como internos r�conozcan cuando su interlocutor
desconocimie�to de la cultura y de los modos específicos
esta sie do amable y cortes, pero no cree en lo que está di­
de una comunidad, son producto de la ausencia de familin­
ciendo o haciendo. Cuando los profesionales comienzan a
rización y � enen consecuencias que dificultan o que intro­
trabajar con personas de otro nivel educativo, es frecuente .
ducen desviac10nes en el trabajo psicológico comunitario.
que los primeros contactos estén marcados por una cierta
Entre esos aspectos negativos se encuentran los sig11ic11tm11
rigidez, mucha timidez y tacto, que revela cautela ante una
84 Maritza Montero La fmniliarización con la comunidad 85

1 . Las personas de la comunidad dicen aquello que el


Un ejemplo del efecto de la familiarización en agentes internos
investigador espera que digan, para llenar así sus ex­
pectativas. Hacen gala de la cortesía esperada y usan En un proyecto de trabajo psicosocial comunitario, que vinculó
el lenguaje previsto y deseable; son amables con esa grupos organizados de una comunidad de bajos recursos econó­

persona para que termine pronto y ya no fastidie más.


micos de la ciudad de Caracas y la cátedra de Psicología Social
Comunitaria de la Universidad Central de Venezuela -entonces di­
Todos terminan contentos. rigida por mí-, a solicitud de las personas de esos grupos y con
2 . Por cautela, las personas de la comunidad dan res­ su colaboración activa, se decidió hacer una evaluación de las
necesidades de la comunidad. En el primer contacto con dicha
puestas "políticamente correctas". Adoptan una apa­ comunidad se decidió hacer un recorrido por su barrio. Así, para
rente neutralidad respecto de los puntos que se la segunda visita, tres personas de la comunidad nos esperaban.
tratan, no los defienden ni rechazan y presentan pun­ Primero hicieron un breve resumen histórico sobre el barrio, que
complementó el relato de la primera visita y la información de la
tos de vista intermedios y borrosos. Oficina de Educación Comunitaria del Ministerio de la Familia. Es­
3. La desconfianza y el temor llevan a evitar aquello que ta institución nos había puesto en contacto con representantes
causa desazón y malestar personal. Y por esa razón no del Comité de Salud del barrio, quienes deseaban ayuda profe­
sional en relación con las necesidades de la comunidad. Inme­
se revela información conflictiva o dolorosa, o que diatamente después nos llevaron a recorrer las veredas y
podría de alguna manera ser comprometedora para el escaleras que cerro arriba y cerro abajo conducen a los diferen­
yo. tes sectores. Nos presentaban amigos, nos señalaban casas de
personas conocidas, pequeñas tiendas de comestibles donde sa­
4. Por falta de familiarización, el agente externo no ha­ ludábamos a los dueños, nos indicaban las salidas del barrio y
brá adquirido suficiente conocimiento acerca de la los lugares "peligrosos" y hacían comentarios explicativos y
comunidad y de su contexto y no podrá distinguir en­ anecdóticos. Dimos vueltas conociendo callejones y lugares, en
los cuales sin que hubiese ninguna señal ñsica nos indicaban un
tre la apariencia y la sinceridad. Por este motivo, no límite con una zona que señalaban como "no comunidad". Luego
sabrá cuando una información es auténtica o falsa, y regresamos al lugar de reunión (el centro de salud). Allí hicimos
preguntas y recibimos respuestas y más explicaciones. Así co­
si está influido por estereotipos negativos o positivos
menzó el trabajo. En cada sesión conocíamos nuevas personas,
sobre la comunidad, podrá construir una imagen observábamos y aprendíamos nuevas cosas. Hicimos una en­
errónea de la situación. cuesta, compartimos muchos momentos de discusión, trabajo,
tensión y distensión; descubrimos nuevas facetas del barrio y de
5 . El agente externo cree logrado su objetivo y puede
la comunidad, nuevas expresiones y lugares. Seis meses des­
dar por terminada la investigación o intervención sin pués discutíamos el informe final de la investigación con un gru­
haberla empezado realmente. po mucho más grande que el :nicial. Por otro lado otras personas
que antes habían estado presentes estaban ahora ausentes.
Nos hicieron preguntas y dimos respuestas, y en ese momento, .
al final de la tarea, mis estudiantes y yo nos sentíamos a gusto.
Entonces hubo una sorpresa: de alguna parte del grupo surgió un
Condiciones para la familiarización gran pastel, refrescos, platos y vasos. Y sobre la cubierta del
pastel estaban escritas las palabras "Bienvenidos a nuestra co­
El � portamiento de los agentes externos debe ser munidad". En ese momento se producía, de manera completa y

entonces franco, abierto, amable, firine, sin subterfugios.


abierta, nuestra admisión a la comunidad por parte de los agen­
tes internos, algunos de los cuales confesaron que durante mu·
Se debe evitar una relación distante, fría, de carácter úni­ cho tiempo tuvieron poca confianza en nosotros,
·
en nuestro
camente técnico y es preCiso tratar de lograr una interac- trabajo y en nuestro compromiso.
i
86 Maritza Montero
La familiarización con la comunidad 87

ción basada en la confianza, que sea alegre, vital y respe­


forma de investigación-intervención, lo cual puede consu­
tuosa de tal manera que produzca a su vez respuestas
mir mucho tiempo y esfuerzo, amén qe que siempre que­
igual� ente respetuosas y vivaces. Tal aspecto ha �ido con­
. darán algunas dudas respecto de la motivación o de la
siderado como esencial para el logro de mvestigac10nes co­
finalidad de la participación de los agentes externos.
munitarias significativas (Kelly, 1 9 70; Trickett, 1 984).
Y como toda presencia extraña en las cercanías y en el
espacio propio de un determinado grupo social es siemp�e
Posicionamiento ético
percibida, a la vez que genera interrogantes, es necesano
.
que los agentes externos se identifiqu�n con toda clanda d
Sin embargo, la apertura a la que me refiero no supone
desde los primeros contactos que realicen con la comum­.
la adopción de una actitud de supuesta neutralidad respec­
dad. Un modo de facilitar la familiarización es detectar
to del problema que se va a tratar. Debe quedar claro que
grupos organizados dentro � e ella, �sí co�o informa �tes
. , si estamos allí es porque nos preocupa, y si nos preocupa
considerados clave por su vmculac1011 y tipo de relac10n
es porque tenemos una opinión y una posición respecto de
con la comunidad, y a través de ellos ir conociendo a otras
ese asunto. Por lo tanto las psicólogas y psicólogos debe­
personas pertenecientes a la misma. Pero debe advertirse
mos escuchar a todos, pero a la vez debemos tener una lí­
que tales contactos no deben ser exclusivos ni excluyenteS
nea definida que guíe nuestra conducta. Y eso supone una
de otros posibles encuentros. Y esto debe quedar claro,
posición ética tanto con respecto a nuestro� equipos y co­
Los agentes externos no deben identificarse con un grupd
laboradores como con respecto a la comumdad como co­
en particular ni con un sector específico de la comunidad,
lectivo y a cada uno de sus miembros individualmente.
Su actitud debe ser de apertura hacia todas las personas y
Miller (2 004) presenta un ejemplo de trabajo con co­
grupos que la integran, aun cuando las exigencias de ci�r-·
munidades de refugiados víctimas de condiciones políticas
tos problemas de investigación o de ciert�s formas de m-:
particularmente adversas y crueles. En su análisis de la en­
tervención determinen que deban trabaJar con algunasi .
trada en campos de refugiados, donde diversas comumda­
categorías específicas tales como las mujeres, las perso�as'
des pueden coexistir ocultas bajo la etiqueta �o�ún � e
de mayor edad, los adolescentes o los niños, o los trabaJa-· . .
"refugiado", la necesidad de un proces� � e fam1hanz�c10n
dores de un determinado oficio� Y este aspecto debe po-·
es particularmente evidente y las condlClones �e la situa­
nerse de manifiesto desde el principio. Uno de los errores'
ción extremadamente difíciles. En su relato, Miller (2 004:
más perjudiciales es que los agentes e�tern�s sean pe:�ibi-­
. 2 1 8) señala que no sólo se necesita tiempo para negociar la
dos como pertenecientes a la tendencia pohtica o rehg10si­
. entrada en esas comunidades, sino también para ganar su
de una cierta parte de la población de una comumdad. Es-·
confianza y afianzar el respeto mutuo, aparte de que "aun
ta situación enajenará la voluntad de quienes no tienen la� .
en las mejores circunstancias, ésa puede ser una experien­
mismas creencias o ideas, o los hará sospechosos de prose-­
cia retadora, con su cuota de pasos en falso y sus momen­
litismo religioso o político, pudiendo llegar a pola �izar a lat
comunidad respecto del trabajo que se va a realizar conl tos de incertidumbre". En tal caso, Miller señala que
ella. Y una vez que se produce ese fenómeno, reverti�lc> asumir una actitud de "neutralidad frente a la represión
puede convertirse en la tarea primordial, previa a cualqmef habría sido insultante y amenazadora" y habría bloqueado
la respuesta espontánea de las personas. Por lo tanto hnhl11
88 Maritza Montero La familiarización con la comunidad 89

que hacer explícita su posición personal sobre lo que había Ejercicios problematizadores sobre el proceso
ocurrido en la región y también respecto de la política de de familiarización con la comunidad
apartheid (la política segregacionista y opresora de los ne­
gros, que existió en Sudáfrica, país donde realizó ese traba­ • Pregúntese y pregunte a otros agentes externos qué co­
jo). Al mismo tiempo, es necesario advertir que si alguna sas nuevas ha aprendido, a partir del contacto con la co­
persona va a trabajar en una situación semejante debe to­ munidad con que trabaja durante los últimos seis meses
rnar conciencia en primer lugar de cuál es su posición éti­ que no se desprendan de la acción-investigación o inte ;
vención que está llevando a cabo sino que procedan del
ca y política respecto de las causas que han producido la
contacto con personas o grupos de la comunidad no re­
situación en la que pretende intervenir.
lacionados con su trabajo. O bien, que se originen en la
observación libre, cotidiana, ligada a hechos o acciones
básicas facilitadores de su presencia en ese lugar.
Resumen • Pregunte también a los agentes internos qué cosas

nuevas han aprendido sobre los agentes externos con


En este capítulo he tratado de indicar la importancia del los cuales trabajan que no se desprendan de la relación
modo de entrar en contacto con una comunidad, que va más de trabajo o que procedan de su observación libre y co­
allá de la presentación formal y de la solicitud de permiso de tidiana de esas personas.
1. Analice el conocimiento así adquirido: de qué trata,
los agentes externos para trabajar y de la simple aceptación
para qué sirve, cómo lo obtuvo, de qué sector de la
por parte de una comunidad. He querido mostrar cómo este
comunidad o del contacto con cuál o cuáles agentes
proceso no sólo es inicial sino que acompaña todo el traba­
externos provino.
jo, pues no tiene fin. Continuamente estarnos familiarizán­ 2. Si no ha adquirido ningún conocimiento por esa vía,
donos con la comunidad y" ellos con nosotros, los agentes pregúntese: ¿por qué?
externos, corno ocurre en las relaciones que se desarrollan
durante la vida. Y así debe ser entendido por quienes inves­
tigan o intervienen en comunidades, dejando de lado la va­ Pregunta para reflexionar sobre la familiarización
na idea de que "ya" se conoce todo. Muchas sorpresas
desagradables podrían evitarse y aún más aspectos positivos ¿Habría adquirido ese conocimiento a partir de su contac­
podrían ganarse si hubiese mayor apertura, interés y curio­ to y accionar con las personas par ticipantes comprometi­
das con el trabajo que se está llevando a cabo en la
sidad en este sentido. Y sobre todo si la farniliarización tie­
comunidad?
ne una orientación ética subyacente y además orientadora
de los motivos relacionados con la investigación y la produc­
ción de conocimiento. Los ejemplos que citamos en la des­
cripción de las condiciones y r�quisitos básicos fueron
tomados de nuestra práctica.

, ,
90 Maritza Montero

Lecturas complementarias recomendadas


CAPÍTUL04
Aunque trato siempre de recomendar obras escritas en
castellano, más accesibles a estudiantes, investigadores y La identificación y la jerarquización
docentes de habla hispana, este tema, hasta donde puedo de las necesidades y de los recursos
saber, no es muy tratado por autores y autoras especializa­ para satisfacerlas
dos, o bien es mencionado sin profundizar. Por lo tanto me
veo obligada a recomendar dos buenos artículos publica­
dos en el American Jounzal of Community Psychology, una re­
vista considerada internacionalmente como la primera en
su género. Ellos son:
Miller, K. (2 004): "Beyond the frontstage: Trust, access,
and the relatl�nal context in research with refugee com­
munities", American Journal of Community Psychology, 33
(3/4): 2 17-2 2 7. Necesidades y recursos
Trickett, E. (1984): "Toward a distinctive community
psychology: An ecological metaphor for the conduct of Cuando se trabaja con comunidades, hablar de necesi­
community research and the nature of training", American dades implica hablar también de recursos. Ello se debe a la
Journal of Community Psychology, 12 : 261-2 79. posición, desarrollada desde la praxis, que enfatiza el ca­
rácter constructivo y fortalecedor que debe tener esta for­
ma de intervención psicológica. Nunca hay que hacer
énfasis en las carencias sin hacer énfasis, al mismo tiempo,
en las capacidades y potencialidades de las personas que in­
tegran la comunidad. No se trata de ocultar las carencias
sino de atacarlas desde sus fortalezas y no desde sus debili­
dades. Todo ser humano tiene siempre capacidad y poten­
cialidad y puede ejercer alguna forma de poder (Montero,
2 003a; Serrano García y López Sánchez, 1994) que le per­
mita transformar las relaciones y situaciones sociales nega­
tivas. Por lo tanto, al identificar las necesidades de una
comunidad es necesario hacerlo junto con la comunidad,
identificando al rriismo tiempo las capacidades y recursos
que poseen sus miembros individualmente y como grupo
comunitario, así como aquellos recursos de los cuales care­
cen, pero que deben adquirir a partir de los que tienen. Y
en este sentido cabe recordar que los recursos no son úni-
92 Maritza Montero La identificación y lajernrquización de las necesidades... 93

camente de carácter material. También son intelectuales, derecho, ubicando esas necesidades y los recursos disponi­
espirituales e histórico-culturales . La inteligencia, creativi­ bles o por obtener en relación con la situación global en
dad e ingenio se encuentran entre los recursos intelectua­ que esa vida se desarrolla. Es decir, en relación con las con­
les. La fe, sea laica o religiosa (es decir, en sí mismos o en secuencias que·esas carencias tienen sobre la vida misma de
deidades), es de carácter espiritual. Tanto los conocimien­ la comunidad.
tos tradicionales como una identidad social positiva y or­ Repetidas veces se ha hablado de "sentir" en referencia
gullosa de sus ancestros forman parte de los recursos de a las necesidades. En efecto, no se trata de determinar con
carácter histórico y cultural. Por tal razón, al identificar o criterios externos a la comunidad, con los parámetros de
detectar y evaluar necesidades en una comunidad se debe los expertos en un campo específico (por ejemplo, salud,
siempre considerar esos recursos, pues la satisfacción de las política, cultura), qué es lo que hace falta en una comuni­
primeras se alcanza a través de los segundos. dad. Y no porque tales apreciaciones no sean correctas o
Pero como es sabido, no basta la capacidad, el entendi­ dejen de responder a carencias reales, sino porque aun
miento y la voluntad de los miembros de una comunidad cuando objetivamente esas carencias existan, mientras no
para satisfacer ciertas necesidades que dependen de recur­ sean percibidas psicológicamente, mientras no exista un
sos cuyo costo y exigencias técnicas sobrepasan sus posibi­ sentimiento de falta, de ausencia negativa que produzca el
lidades y que además son parte de las acciones que los concomitante deseo de satisfacerlas en las personas de la
gobiernos deben realizar al haber sido elegidos para mane­ comunidad, la necesidad así determinada no tiene existen­
jar los bienes públicos. No se trata aquí, entonces, de mo­ cia para ellas. O bien es atribuida a causas que forman par­
vilizar a una comunidad para descubrir lo que ya se sabe: te de la naturaleza del mundo1 en que se vive y que, por lo
que las autoridades gubernamentales, estatales o munici­ tanto, nada puede hacerse desde la comunidad.
pales, son las que deben y pueden satisfacer la necesidad Las necesidades así concebidas, si bien pueden llamar la
sufrida. Pero sí se trata de movilizarse para presionar y re­ atención de manera que produzcan un eco positivo en la co­
clamar de lo que les corresponde como miembros no sólo munidad, no generan en sus miembros las conductas desea­
de una comunidad, sino de la ciudadanía en general. das por los planificadores, con lo cual se produce un
segundo efecto negativo (el primero será la subutilización o
inadecuado uso del bien que pretende satisfacerlas): los
La identificación de necesidades y recursos agentes de las instituciones actuantes acusarán a la comuni­
dad de ser desagradecida, de ser incapaz de disfrutar una vi­
El proceso de identificación de necesidades y recursos da mejor, prefiriendo una forma de vida inadecuada, o de no
consiste en un conjunto de actividades grupales, de carác­ saber vivir bien. Así se alimenta una vez más la concepción
ter fundamentalmente participativo, mediante las cuales se ideologizada que culpabiliza a las mayorías carenciadas por
busca que la propia comunidad o grupo señale aquellos as- su situación y que incluso a veces arguye que les gusta vivir
�-ectos de su vida en común que sienten como insatisfacto­ así.
rios, como inaceptables, como problemáticos; aquellos
aspectos que reconocen como perturbadores, limitantes u 1. Lo que en las teorías de la atribución ha sido llamado como "otros
obstaculizadores del modo de vida al cual aspiran y tiene.µ poderosos" (por ejemplo, en Rotter, 1966).
La identificación y lajerarquización de las necesidades... 95
94 Maritza Montero
La interacción entre necesidades básicas y necesidades últimar
Definición de necesidades
En el campo de la psicología es bien conocida la teoría
Chacón, Barrón y Lozano (1989) proponen tres crite­
de M�slow que establece una clasificación jerárquica de las
rios para definir a la necesidad. En primer lugar, el hecho
necesidades, en cuya base coloca las denominadas básicas
de que toda necesidad supone un juicio de valor. Es decir,
es decir, aquellas de cuya satisfacción depende la vida hu�
diferentes grupos sociales, diferentes individuos juzgarán
mana. A medida que se asciende, encontramos necesidades
ciertas situaciones o hechos como carencias o excedencias.
consideradas como de alto nivel o meta-necesidades, las
Lo que es bueno según algunos, puede ser malo según
cuales en lugar de estar determinadas por la carencia ma­
otros. Lo que es suficiente en el Tercer Mundo, parece in­
terial se definen por la adquisición de bienes intelectuales
soportable en determinadas categorías sociales de los paí­
o espirituales. En su ápice está la autorrealización, cumbre
ses industrializados. Esto determina la segunda condición:
de toda meta-motivación. Evidentemente, hay acuerdo ge­
las circunstancias concretas y el contexto de cada grupo
neral en que la satisfacción de las necesidades básicas es
son fundamentales en la definición de una necesidad. Y en
primaria ya que se relacionan con funciones vitales. Pero es­
tercer lugar, hay que tener en cuenta el hecho de que la ne­
te h�cho, así c?mo la jerarquía establecida por Maslow, han
cesidad surge del desajuste entre expectativas y condicio­
su:ci�ado un distanciamiento entre las necesidades, que en la
nes concretas de vida.
practica se traduce en el fraccionamiento de la comprensión
Estos tres criterios señalan que a partir de la concep­
del proceso al definir tanto las necesidades concretas de las
ción universal que determina que todo ser humano necesi­
personas como aquellas consideradas superiores. Y cuando
ta alcanzar ciertas condiciones de vida (alimentación
ocurre esto, se produce una clasificación de las personas y
diaria, techo, vestido, recursos para afrontar las condicio­
grupos según la cual el nivel de necesidades que sufren in­
nes climáticas y otras adversidades de la naturaleza, educa­
fluye sobre la atribución de capacidad que les es asignada en
ción, atención sanitaria, amor, seguridad, entre otras), se
dan hechos particulares que introducen un cierto relativis­ �uanto a necesidades de carácter menos perentorio, pero
igualmente fundamentales, tales como la educación la de­
mo. Pero no un completo relativismo: la vida humana, la
mocracia o la libertad. Es decir, que a mayor númer; de ne­
creación en toda sociedad y cultura de un canon de calidad
cesid:des primarias insatisfech�s, se tiende a considerar que
y su conservación, es el aspecto común a todo grupo hu­ .
habra menor capacidad de aspirar a otras superiores.
mano. De esas condiciones particulares depende que algo
Ambas categorías de necesidades forman parte de la to­
sea definido como carencia o como problema y que de allí _
talidad humana y se influyen entre sí. (Como dice el refrán:
derive la necesidad de encontrar una solución. Por lo tan­ "no sólo de pan vive el hombre".) Por lo tanto, ninguna
to, las necesidades, además de ser juicios de valor acerca de _
debe olVIdarse o relegarse. Considerar sólo las necesidades
una situación que afecta la calidad o la conservación de la
básicas al trabajar con poblaciones de escasos recursos eco·
vida, son también estados motivadores de la acción para sa-
�tisfacer la carencia, solucionar el problema, corregir el da­
nómicos (pero no tener en cuenta las necesidades sociales
espirituales o culturales) puede llevar a construir una vi�
ño, superar la situación negativa.
sión de �llas basada en la incapacidad de tener otro tipo de
_
monvac10nes más allá de la nutrición mínima, la vivic11d11
96 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades... 97

mínima, el sueldo básico y la salud suficiente . Y eso forma estudiada. Estas necesidades son formuladas a par­
parte de la ideología de subvaloración tan frecuente en tir de los avances hechos por la ciencia, de los cá­
muchos bienintencionados programas de beneficencia pú­ nones de higiene o salud públicas que existan en
blica. He oído con asombro e indignación cómo alguien una sociedad.
afirmaba que la dignidad es algo que los pobres no pueden • Necesidades comparadas. Son el resultado de la com­
tener. Miller (2 004) relata que una educadora popular, en paración hecha por expertos a partir de una comuni­
un campo de refugiados en Chiapas, consideraba que dar dad o población que recibe servicios. "El acto de
ciertos conocimientos a comadronas de la etnia maya era comparación dejará ver si hay ausencia de algún ser­
inútil, pues a priori afirmaba que no estaban alfabetizadas o vicio. Si las comunidades [comparadas] comparten
que darían a esa capacitación un uso inadecuado. Tales características básicas, pero en una falta un servicio,
concepciones profundizan la brecha entre categorías socia­ entonces se determina la presencia de una necesidad"
les, además de ser descalificadoras y humillantes. (Solano Pastrana, 1992 : 52 7). Estas necesidades son
Una cosa es la satisfacción y otra el sentimiento de la una variedad de las necesidades normativas, pues en­
necesidad. Muchas veces puede ocurrir que lo primero de­ tran dentro del canon establecido por el estado de la
penda de condiciones externas a la persona, pero no lo se­ norma en una situación dada.
gundo. La historia de la humanidad abunda en ejemplos en • Necesidades expresadas. Son aquellas carencias o pro­
los cuales una necesidad trascendente o la falta de un bien blemas que las personas manifiestan, independiente­
abstracto en su definición, pero ciertamente ligado a la vi­ mente de que coexistan con otras que el investigador
da, ha mantenido a personas o grupos en medio de terri­ externo o los expertos detecten de acuerdo con sus
bles penurias y carencias. La resistencia de los macabeos patrones. Esta categoría corresponde a lo que en
en tiempos bíblicos y la defensa de Leningrado durante la América latina se ha llamado necesidades sentidas, es
Segunda Guerra Mundial, para citar sólo dos ejemplos, decir, aquellas que son vividas y cuyo efecto es fuen­
muestran que las necesidades deben ser entendidas como
·
te de emociones negativas y de sentimientos de insa­
parte de complejos procesos sociales. tisfacción. Respecto de ellas Martí Costa (1980: 37)
dice que la necesidad expresada es una necesidad sen­
tida que se vuelve acción.
Clasificación de las necesidades
Estas necesidades pueden estar implícitas o ser mani­
La distinción que se hace para clasificar las necesidades fiestas, según se expresen o no. A su vez, Solano Pastrana
según su origen perceptivo es útil para comprender este (1992 : 52 7) señala que la necesidad puede expresarse de
punto. Bradshaw estableció en 1972 la siguiente taxonomía cuatro modos diferentes: como deseo, como expectativa,
de las necesidades: como problema y como demanda. Si analizamos estos cua­
tro modos, veremos que van del sentimiento (deseo) a lo
� • Necesidades normativas o inferidas. Serían aquellas acción concreta: la demanda, la exigencia. Muchas veces
fijadas por los expertos en fonción de un canon ese paso está bloqueado por la expectativa de que ocurrn
preestablecido, con el cual se compara la situación algo que satisfaga el deseo y que atribuye el problema l\ la
911 Maritza Montero La identificación y laje1·arquización de las necesidades... 99

propin incapacidad, sustentada por creencias en soluciones do en la investigación: interviene en el procedimiento,


snlvadoras (por ejemplo, vendrá un gobernante todopode­ produce sus objetivos, ejecuta sus acciones y es por lo tan­
roso que repentinamente solucionará todos los proble­ lo un productor de conocimiento .
mas); por ignorancia sobre modos de acción; por falta de Esa concepción dialógica supone asimismo una relación
organización comunitaria que distribuya lo que podría ser dinámica en la cual el proceso de identificación de necesi­
una tarea agobiante en muchas pequeñas acciones conver­ dades no es un momento aislado, sino que está en movi­
gentes para lograr un mismo fin. Por eso la demanda, co­ miento. No produce una medición con resultados fijos,
mo veremos más adelante, en algunos casos necesita de una determinación cristalizadora de un conjunto de condi­
situaciones límite que enfrenten a las personas con el pro­ ciones, sino que supone un proceso en el cual se transfor­
blema y susciten en ellas la apelación a recursos de acción man continuamente los esquemas producidos en el grupo
muchas veces ignorados. para explicitar sus sentimientos, a la vez que esos mismos
El paso de la necesidad sentida a la acción no es enton­ sentimientos cambian en función del análisis que el grupo
ces necesariamente evolutivo, ni hay una relación directa e realiza.
inmediata entre necesidad y acción. Puede ocurrir, pero no Y ese proceso de análisis responde a la concepción frei­
creo que ésta sea la norma. Se puede dar la expresión sin la riana de la problematización de la realidad y de las situa­
acción consecuencia!. Sin embargo, la acción para satisfa­ ciones límite que ella presenta, es decir, aquellas en las
cer una necesidad en el nivel comunitario exige siempre la cuales el grado de carencia es 9e tal magnitud que el gru­
expresión previa de deseo, de expectativa o de problema, po deja de aceptarlo como natural o soportable. No se tra­
en relación con la necesidad. A partir de ella trabajarán las ta sólo de definir necesidades, sino de conocer sus
psicólogas y psicólogos comunitarios. Y es mejor aun si esa orígene, s, sus soluciones y también la vialidad, la dificultad
expresión es ya una exigencfa, pues entonces la participa­ que representan en la situación en la que se vive, en la so­
ción comunitaria será mayor y más eficaz. De hecho, mu­ ciedad concreta en la que se habita, de tal manera que esas
chos psicólogos comunitarios trabajan a partir de la situaciones dejen de ser naturales. Se busca, en fin, gene­
necesidad sentida y expresada como demanda (Solano Pas­ rar una conciencia respecto de la necesidad, ya que ésta só­
trana, 1 992: 528). lo puede sentir, y es la conciencia la que permite ver.

Bases para la identificación de necesidades La contradicción entre necesidades sentidas


y necesidades normativas. La intervención ideológica
El trabajo psicosocial comunitario parte de la explica­
ción y del análisis de las necesidades sentidas, para lo cual ¿Cómo puede haber disparidad entre las necesi da des
se apoya en una concepción dialógica de la relación entre normativas o comparadas y las necesidades sentidas? ¿Có·
investigador y sujeto de investigación. Y tal relación puede mo es posible que aquello que a los ojos de un experto bien
� darse porque ese sujeto de .investigación no es considerado intencionado y técnicamente bien informado salta n In vh1·
"desde una perspectiva tradicional, sólo como fuente de da­ ta como una ausencia negativa, algo que debería poso l'N ,
tos, sino como un sujeto activo, participante comprometí- algo que es necesario para llevar una vida a dccundn, 110
1 00 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades... 1 O1

aparezca así ante quienes son sujetos de esa carencia? Su­ cíón, según responda o no a una multitud de valores, pue­
ponemos que preguntas como éstas asaltan cada día a mu­ de igualmente ser o no beneficiosa para la población. Asi­
chas personas positivamente orientadas en muchas mismo, el avance científico y tecnológico genera nuevas
instituciones públicas y privadas, nacionales e internacio­ necesidades, en la medida en que se divulguen los nuevos
nales, que se ocupan de lo que se suele llamar desarrollo hallazgos y se difundan sus aplicaciones. Por otra parte, los
comunal en todo el mundo. Prueba de ello son las afirma­ medíos de comunicación social, como difusores de infor­
ciones y acciones que también con gran frecuencia vemos mación, presentan estilos de vida, objetos y relaciones que
en informes oficiales, en estudios técnicos de agencias in­ pasan a ser deseados por el público expuesto a su ín�uen­
teresadas en el desarrollo y en la atención a poblaciones ca­ cia . Es bien conocido, el papel de esos medíos como induc­
renciadas, cuando plantean las necesidades de los grupos tores de necesidades, así como su responsabilidad en el
sociales de su interés y dedican buena parte de sus esfuer­ carácter superfluo de muchas de ellas.
zos a hacer que dichos grupos compartan el punto de vista Sin embargo, descubrir por qué ciertas necesidades ob­
que los inspira, a lograr que se den cuenta de lo que les ha­ jetivamente reconocidas como tales, es decir, que respon­
ce falta desde esa perspectiva . den a problemas que afectan a los seres humanos y que
Incluso, una de las modalidades de esta concepción lle­ están ligadas a sus derechos (por ejemplo, en el ámb1to de
ga aún más lejos: determina la necesidad y luego, en fun­ la salud, de la educación, de la libertad de expresión), no
ción de ella, procede a generar una comunidad con son sentidas como tales por las personas que sufren su pri­
personas que, según determinen los criterios aplicados y al­ vación sigue siendo un problema. ¿Por qué alguien que vi­
guna observación previa, pueden estar sufriéndola. Se olvi­ ve al lado de una cloaca abierta puede considerar que su
da o desconoce así que las comunidades tienen una problema más urgente es, por ejemplo, el transporti! o la
existencia creada por ellas mismas, que tienen una identi­ falta de un televisor y no la inmundicia cotidiana que corre
dad producto de una historia común, que preexisten a los junto a su vivienda, que acoge a las larvas de los insectos
investigadores externos y que sobreviven a ellos, y que con­ que pican y transmiten enfermedades? ¿Por qué se acepta
tinuarán su existencia cuando su influencia deje de ejercer­ como parte de la vida cotidiana el tener que enviar a bs hi­
se sobre ellas. De lo contrario se corre el riesgo de generar jos a escuelas muy distantes del hogar, porque el plantel es­
grupos dependientes de los agentes externos, de crear un colar del sitio más cercano no funciona bien? ¿Por qué no
clientelísmo, un paternalísmo o de fomentar la existencia se reconoce como necesidad la carencia de medios para
de agrupaciones surgidas en función de un objetivo prede­ proporcionar la alimentación básica a la propia familia?
terminado, cumplido o incumplido, luego del cual, desapa­ ¿Por qué hechos como los descritos a modo de ejemplo,
recidas las circunstancias motivadoras que le dieron vida, se pero observados en las comunidades marginales en la ma­
desintegrará el grupo artificialmente creado. yoría del mundo, no son sentidos como necesidades?
También es necesario tener en cuenta las necesidades La explicación debemos buscarla en el concepto de
t e, por ejemplo, surgen de la determinación de políticas ideología, como noción que explica la hegemonía de cier­
desarrollo social, económico o cultural, o de la buena tas ideas, aun las de carácter negativo, que mantienen de­
luntad o interés científico de algún investigador, que terminadas relaciones sociales, de acuerdo con c:erto!I
puedan ser adoptadas en un momento dado y cuya satisfac- intereses dominantes en la sociedad. La ideología es u n o
1 02 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidaaes. . . 1 03

forma de pensamiento caracterizado por la aceptac10n Por tal razón, la identificación de necesidades, tal como
acrítica de ideas hegemónicas socialmente establecidas que la entiende el trabajo psicosocial comunitario concebido,
construyen interpretaciones distorsionadoras y racionali­ tiene un objetivo liberador y debe, como lo propone Frei­
zadoras de situaciones que deberían ser inacept�bles, per­ re (1970), problematizar, es decir, llevar al cuestionamiento
mitiendo y auspiciando la adaptación al aml:>iente, de la realidad establecida y producir conciencia, concienti­
aceptado como natural y lógico, aun cuando esté lle::io de· zar. Y ello ocurre porque el proceso de identificación de
privaciones. necesidades y recursos se produce a través de tres tipos de
Un efecto de la imperiosa necesidad de sobrevivir es ese subprocesos que se dan simultáneamente en tres ámbitos
acostumbramiento a condiciones materiales de vida hasta de la vida social: procesos psicosociales, procesos psicoso­
el punto de llegar a considerarlas como naturales, como la ciales comunitarios y procesos comunitarios, los cuales van
forma lógica de existencia, el modo de ser del mundo en cambiando a través de los diferentes momentos del traba­
que se vive. La construcción cotidiana de la aceptación del jo comunitario (etapa previa, sensibilización, momentos de
modo de vida implica ese proceso de naturalización de lo participación y concientización, de acción participativa y
anómalo, de lo inaceptable y la adopción de lo que en otras comprometida). En el gráfico 4.1, se ilustra el proceso de
circunstancias sería considerado como algo extraño que identificación de necesidades y recursos a través de esos
deviene familiar. Por tal razón, las necesidades identifica­ momentos.
das en un grupo o en una comunidad, no concuerdan ne­
cesariamente con aquellas definidas normativamente por
los expertos externos. Procedimiento para identificar necesidades
Una necesidad se siente, existe para un grupo, cuando y recursos en una comunidad ·
sus integrantes consideran que tienen una carencia, o
cuando determinadas condiciones de su existencia produ­ l. Un proceso de identificación de necesidades y recur­
cen efectos que esas personas viven como problemáticos, sos en una comunidad debería hacerse después de ha­
es decir, ante los cuales sus modos de acción para tratar con ber obtenido un mínimo de fomiliarización con la
ellos son ineficaces o insuficientes. Esto supone un proce­ comunidad en cuestión (véase capítulo 3). Esto es, lue­
so social de comparación entre el ser y el debe ser o posi­ go de haberla visitado, de haber recaudado informa­
bilidad deseable para el grupo percibida como viable, ción sobre ella, de saber cuáles son los grupos
como alcanzable. Supone la comparación entre el estándar organizados y de haber contactado en lo posible algu·
propio y el alcanzado por otros grupos y otras categorías nos informantes clave. No siempre esto es posible, o
sociales, vistos como semejantes. Por esto, ciertas necesi­ no siempre se cumplen todos esos pasos. El relevo de
dades socialmente determinadas, institucionalmente esta­ las necesidades depederá de la información previa de
blecidas a pesar de ser, de hecho, sufridas por ciertos la cual se disponga, la dimensión de la comuni dad, la
p:ipos o comunidades, no son percibidas ni sentidas como urgencia y el tipo de problema. Las premisas en CS I'
/tales. Hago una distinción entre percibir y sentir, porque proceso son: a) que nadie sabe tanto de sus ncc ·s i d 11 ·
en algunos casos se puede percibir la carencia sin sentirla des como quien las sufre; b) que el sufrim it.:1 1 1 0 nl'll •
como necesidad. sionado por ciertas necesidades sen ti d a s puud
Procesos psicosociales Procesos psicosociales comunitarios Procesos comunitarios

C')
...
Percepción y asimilación �'
de es mulos ::!!
()
¡
Familiarización de acuerdo con o
Acomodación claves socioculturales, histórica­
Construcción sociohistórica colec­ �
\ mente desarrolladas
tiva de situaciones y modos de
¡ !-'
¡ ,/ vida ""-
Adaptación Naturalización o:
CD
Positivos Negativos ::i
¡ .....
Familiarización
¡ 3
Generación de hábitos (')
Q)
¡ (')
Naturalización de situaciones o�
Percepción individual y colectiva ::i
de carencias y diferencias Malestar ante situaciones que a..
CD
causan deficiencias, generan
u barreras, desigualdades ::i
Sensibilización ante situaciones CD
problemáticas: carencias, disfun­ Emociones negativas al respecto: (')
ciones, peligros, obsolescencias, etc. rabia, desagrado, indignación l CD
Búsqueda de información en
¡ a:
Q)
Sensibilización a..
CD
en
Examen y reflexión sobre causas
y efectos. Contextualización del '<
Construcción de percepciones problema o necesidad por parte -..
activadoras de la acción Problematización CD
de las personas afectadas (')
e
_ e ¡
e 'º ¡ ¡ ül
Q "ü Desnaturalización Desarrollo, vía reflexión-acción, o
u ro Construcción de autoimágenes colec­
reflexión consciente sobre las en
g� tivas e individuales que permitan
g� .�º actuar para solucionar problemas
¡ necesidades y problemas a ser
Concientización solucionados
ro e
8 ¡ ¡ l
Identidad comunitaria Desideologización Ubicación de sí mismos
Sentido de comunidad afirmativo (grupos comunitarios)
Emociones positivas y de instituciones sociales en
relación con los problemas

Posible percepción y definición de


la situación como límite de lo
aceptable (situación-límite)

Reflexión
Motivación para:
l
Decisión de buscar ayuda o de ac­
Conocer tuar ante la necesidad sentida o
Actuar problema calificante de la situación
Comprometerse
Reflexiorn_a-'r----�
Compromiso l
Identificación, revisión y redimen­
sionamiento de recursos exis­
tentes en la comunidad, en
función del problema

Detección de otros recursos


necesarios y ubicación de fuentes
y vías de acceso a ellos

¡
Acciones comunitrias

Actos límite ,/
¡ '
Conciencia crítica Para Difusión Para adquirir
Acciones estratégicas
solucionar recursos
necesarios
¡
Reflexión
¡
Diwlgación

¡
Acción
1 06 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades... 1 07

otorgarles carácter de urgencia; c) que aspectos ideo­ Pero si se trata de obtener datos confiables e inme­
lógicos pueden impedir que se perciban otras caren­ diatos, habría que hacer análisis de indicadores sociales
cias, por lo cual es necesario tratar el problema desde concernientes al tipo de problema planteado, revi­
una perspectiva holista. sando estadísticas y, si los hay, expedientes concernien­
2. Una tasa de sensibilización. Es decir informar a la co­ tes a la comunidad o a sus miembros, que estén
munidad y discutir la información transmitida a fin disponibles en agencias gubernamentales o no gu­
de que el conocimiento permita a las personas darse bernamentales. Este último recurso no siempre ga­
cuenta de que es necesario atender a determinadas rantiza rapidez, pues ·muchas veces es necesario
carencias, hasta ese momento no percibidas como ta­ obtener permisos de larga tramitación. O bien los
les (por ejemplo, aspectos sanitarios, prácticas con­ datos contenidos en esos expedientes, y aun los de las
cernientes a la salud o a la educación, o al ocio). estadísticas, pueden haber sido recolectados en for­
3. La elección de la técnica o técnicas a emplear para obtener ma tal que no especifiquen las variables de interés pa­
la información deseada. En este caso, antes de decidir ra el problema.
cuál aplicar, es necesario determinar si se necesita in­ 4. Realizar una jerarquización de necesidades. Como este
formación que pueda considerarse como representa­ proceso supone evaluar al mismo tiempo lo que falta
tiva de la comunidad, o si se necesita conocer en o es problemático, y aquello con lo cual se cuenta pa­
profundidad el origen de la necesidad o circunstan­ ra enfrentar tal circunstancia, no basta identificar las
cias específicas ligadas a ella, que sólo conocen ciertas necesidades sentidas y sensibilizar acerca de las nor­
personas o grupos de la comunidad. En el primer ca­ mativas o las comparadas. A los fines del trabajo que
so hacer una encuesta sobre la muestra, aplicando un se va a efectuar, es necesario jerarquizar las necesida­
cuestionario, podría dar una idea de cuán extendida des identificadas, si no existe una decisión previa so­
es la necesidad o carencia en la comunidad, cómo bre cuál de ellas atacar. Para esto es necesario, según
afecta a las diferentes personas que la componen y las dimensiones de la comunidad con la cual se está
con cuáles recursos se cuenta para iniciar la búsqueda ejecutando el proyecto o intervención, elegir una o
y las acciones destinadas a solucionar el problema. más técnicas adecuadas para esa tarea.
También es posible realizar cuestionarios sólo a ciertos Si se quiere cubrir el mayor número posible de per­
grupos o categorías de personas en la comunidad, se- sonas en una población de varios cientos y aun miles
� l problema de investigación o de los intereses de de habitantes, será necesario apelar a técnicas como
la comunidad o de los investigadores. Si se busca co­ el cuestionario en su forma escalar o el cuadernillo de
nocer en profundidad algún problema, es más útil en­ preguntas, aplicados a una muestra elegida al azar. Si
trevistar a informantes clave o realizar discusiones en el tamaño del grupo es menor, es más recomendable
grupos nominales; o si se trata de una comunidad sufi­ y enriquecedor apelar a las asambleas de la comuni­
cientemente grande como para que sus miembros no dad o a reuniones de grupo para discutir abiertamen­
se conozcan entre sí, promover discusiones de grupos te el asunto. Sin embargo, tales reuniones tienen
focales. También los foros de la comunidad pueden ser siempre la posibilidad de que haya personas con ma­
útiles en este sentido. yor carisma, de voz más alta, o consideradas mejor
108 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades. . . 1 09

informadas o más respetadas en la comunidad, con lo esa comunidad, de acuerdo con los problemas o ne­
cual la oportunidad de opinar no estará bien distri­ cesidades identificados. Así, por ejemplo, si se trata
buida. Lo recomendable en esos casos es utilizar los de problemas de salud, será necesario que se tome en
sistemas de división de la audiencia en grupos más cuenta la edad y el género, puesto que las necesida­
pequeños que trabajen con tiempo limitado. En ese des en salud responden a esas variables. Y no basta la
lapso cada uno de sus integrantes puede escribir o jerarquización en términos cuantitativos (sobre la ba­
enunciar sus razones para otorgar jerarquías, con la se de la frecuencia o porcentajes, por ejemplo), es ne­
presencia de un coordinador o coordinadora que ga­ cesario que el orden que se establezca sea hecho en
rantice que todos serán escuchados y un "secretario" función de los recursos disponibles y de los recursos
que recoja todas las opiniones, organizándolas de que deben ser obtenidos, así como de las estrategias
acuerdo con su frecuencia. Luego, en asamblea, los para usar los primeros y alcanzar los segundos. Tam­
resultados de cada grupo serán a su vez integrados de bién es necesario tomar en cuenta las instituciones de
la misma manera. Así se obtendrá una lista organiza­ servicio público que pueden y deben estar involucra­
da de mayor a menor frecuencia. das en los problemas discutidos.
Otra técnica es la discusión en grupos nominales, en Esto significa que no necesariamente aquello que el
la cual participan personas que conocen la comuni­ mayor número de personas menciona debe ser elegi­
dad por ser miembros de ella de larga data, o por de­ do como problema a resolver o necesidad a satisfacer.
sempeñar algún cargo o función dentro de ella que Sí significa que el trabajo se iniciará en función de la
les permite acceder a informaciones privilegiadas y viabilidad, sin dejar por eso de considerar las vías pa­
complet� o por pertenecer a determinadas redes ra solucionar problemas urgentes pero cuya satisfac­
que les dan'acceso a la opinión de muchas personas ción deberá ser exigida a los que tienen los medios y
de la comunidad, o por pertenecer a grupos o ten­ la obligación de hacerlo. Y estas decisiones suponen
dencias peculiares dentro de la misma. También los discusiones reflexivas en las cuales se generan proce­
grupos focales pueden ser usados, sobre todo cuando sos de concientización, llevados a cabo a través del
se trata de comunidades muy grandes, ya que esta examen, la contextualización y la reflexión sobre los
técnica exige que las personas del grupo no se conoz­ orígenes y efectos de los problemas y de la ubicación
can entre sí, a fin de evitar la polarización o la unifor­ de las personas participantes y de las instituciones so­
midad de las opiniones en las discusiones que se ciales en relación con los problemas.
produzcan en ellos (véase Barbour y Kitzinger, 1 999; No tomar en cuenta la viabilidad de ciertas acciones
Greenbaum, 1 998; Krueger y King, 1 998; Margan, no sólo es insensato, sino que además puede tener
1 990; Puchta y Potter, 2 004; Stewart y Shamdasani, efectos muy negativos sobre las comunidades y en
1 990). particular sobre los grupos organizados y miembros
Lo importante en este paso es obtener la opinión re­ más participativos, ya que el fracaso los golpeará
presentativa de la comunidad, o la opinión de perso­ fuertemente enseñándoles a no tener éxito y gene­
nas que pertenezcan a grupos y subgrupos, o/a rando pasividad, apatía e indiferencia. Sin embargo,
diferentes tendencias, y que por lo tanto reflejen a hay casos en los cuales las personas de una comuni-
110 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades... 111

dad pueden sentir una determinada situación como Un ejemplo tomado de la práctica
absolutamente inaceptable, según la definición de
Freire (1970) como una situación límite. En tales ca­ A continuación presento un ejemplo de detección de
sos la respuesta puede ser un acto límite, o una serie necesidades con el uso de una encuesta participativa, cuyos
de ellos, que puede llevar a forzar la acción pública y datos fueron generalizables a toda la comunidad. La en­
las acciones individuales a fin de conseguir lo desea­ cuesta participativa es aquella en cuya elaboración, aplica­
do. Por ejemplo, la intermitencia e irregularidad de ción y discusión de resultados participan no sólo los
un servicio deficiente de agua corriente puede ser na­ investigadores externos, sino también miembros de la co­
turalizada y justificada, pero en ciertos barrios pobres munidad debidamente capacitados e informados sobre su
de la ciudad de Caracas, cuando el agua ha faltado construcción y uso. Este trabajo se llevó a cabo en una co­
más de un cierto número de días, hasta el punto de munidad de un barrio de bajos recursos económicos en la
perturbar la higiene y las tareas cotidianas, poblacio­ ciudad de Caracas, a inicios de la década del noventa.
nes aparentemente indiferentes han llegado a blo­ El procedimiento tuvo diversas instancias en el siguien­
quear no sólo calles sino avenidas principales te orden:
causando enormes trastornos a la circulación vial,
además de pérdidas económicas. En estos casos el 1) Familiarizarse con el entorno y los habitantes del
servicio será reestablecido rápidamente, pero no por barrio, proceso en el cual conocimos al menos a dos
instalar una mejor dotación de tuberías, sino por los grupos organizados, el Comité de Salud del barrio y
camiones cisterna que circulan aparentemente si­ la Junta de Vecinos, así como a tres instituciones
guiendo programas de intervalo de estimulación al centrales: la biblioteca del barrio, el Centro de Salud
azar (para � irlo en términos psicológicos). El tra­ y la escuela. Igualmente identificamos líderes natu­
bajo comunitat\o debe en tal caso fortalecer a la co­ rales y algunos personajes clave. Recorrimos, con­
munidad para transformar su esfuerzo límite en una ducidos por personas de la comunidad, las calles,
acción organizada destinada a lograr un servicio de "veredas" (pasajes peatonales entre las escaleras) y
calidad, constante, convirtiendo la acción límite ante las escaleras, pues es un barrio situado en la ladera
la necesidad sentida o problema sufrido, en formas de un cerro; fuimos informados de las zonas de reu­
estratégicas de búsqueda de medios idóneos, de pre­ n1ón, de los lugares "peligrosos", de las entradas y
sión sobre los organismos cuya función debe ser salidas y conocimos las casas de algunos miembros
cumplida eficazmente en beneficio de toda la pobla­ del Comité de Salud.
ción, y de ayuda tanto interna como externa, revisan­ 2) En reuniones previas con personas de la comunidad
do y redimensionando los recursos existentes en la se determinó que la necesidad inmediata era averiguar
comunidad, en función del problema. cuáles eran las necesidades sentidas por la población
del barrio, a fin de que los grupos organizados pro­
pusieran actividades dirigidas a satisfacerlas directa­
mente (por ellos y los demás habitantes del barrio) o
movilizaran el apoyo y recursos de diversas instan-
112 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades . . . 113

cías. Para ello se decidió realizar una encuesta sobre gia a seguir para identificar las necesidades y en la
muestra, pues el problema planteado exigía capaci­ construcción de las preguntas para evaluar los aspec­
dad de generalización y a la vez precisaba cubrir di­ tos considerados necesarios.
versos aspectos. 5) La encuesta fue realizada por las investigadoras y los
3) La muestra fue calculada por mí junto con estudian­ investigadores externos (estudiantes de la asignatura
tes, a partir de los datos proporcionados por el últi­ Psicología Social Comunitaria, de la Escuela de Psi­
mo censo hecho antes de esa investigación. Sobre la cología de la Universidad Central de Venezuela, bajo
base de fotografías aéreas se realizó una sectorización mi supervisión), más 47 miembros de la comunidad,
de carácter topográfico, en la cual los y las habitantes previamente informados y capacitados para ello en
de la comunidad resultaron ser eficaces colaborado­ tres reuniones de grupo, tanto en la recolección de
res en la determinación de criterios a seguir para rea­ datos y en la discusión como en el análisis de los re­
lizar esa tarea. El tamaño de la muestra fue de 346 sultados.
personas, ubicadas en unidades familiares, a las cua­ 6) Se llevaron a cabo reuniones de discusión, problemati­
les se aplicó un cuestionario que además de indagar zación yjerarquización de necesidades con miembros de
sobre necesidades, posibles soluciones y posibilidad la comunidad, en las cuales se analizó cada necesidad
de participación, preguntaba sobre algunos aspectos explicitada en las respuestas a la encuesta, además de
demográficos y condiciones de vida de la gente. otras nuevas que pudiesen surgir en la discusión.
4) A continuación se elaboró el cuestionario con la par­ También en este caso, había personas que asistieron
ticipación de un grupo variable de miembros de la a una sola reunión, pero en ella manifestaron su opi­
comunidad. La variabilidad se debió a que en cada nión e ideas, y un grupo estable. Para estas reunio­
reunión destinada a esa tarea había un pequeño nú­ nes mis estudiantes y yo preparamos tablas con la
mero de perso� jas, y un número mayor de per­ frecuencia y el porcentaje de cada necesidad que
sonas que variaba. Con los estables se fijaron las aparecía en las respuestas. Esta tarea no tuvo parti­
dimensiones básicas a cubrir: datos demográficos, cipación de miembros de la comunidad, pues aun los
necesidades sentidas, niños y niñas en edad preesco­ de mayor y más puntual asistencia, señalaron no es­
lar, niños y niñas escolarizados y no escolarizados, tar muy interesados en participar o no tener tiempo
desempleo, ocupación de los adultos y posibilidades para hacerlo.
de colaboración en actividades comunitarias . Cuan­ La jerarquización de necesidades exigía el examen de
do el entusiasmo comunitario amenazaba con con­ los resultados de la encuesta mediante una discusión
vertir el cuestionario en un libro de preguntas, se de grupo, en la que los asistentes señalaron cuál era
recordaba a las personas la necesidad de observar los la necesidad más importante para ellos y que por lo
criterios para construir ese tipo de instrumento (las tanto (pensábamos los agentes externos) debía ser
reglas metodológicas fueron explicadas previamente atendida en primer lugar. Para ello debían o rdenar­
en cada sesión). Estas personas, a quienes considera­ las en función de ese criterio, pero si bien las perso­
mos como investigadores internos de la comunidad, nas reconocían que la necesidad que la mayoría
participaron en la. discusiqn y elección de la estrate- había señalado era ciertamente una gnm necesidad
1 14 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades... 115

(la inseguridad del barrio en primer lugar, y la nece­ servicio de agua era visto como parte d e su vida co­
sidad de tener un servicio de agua potable, corrien­ tidiana, como natural. Un proceso de problematiza­
te, diario, en sus casas), la jerarquización hecha, ción fue iniciado en esas reuniones, cuyos resultados
acompañada de una evaluación de los recursos dis­ no fueron inmediatos, pues necesitaría otras reunio­
ponibles, demostró que aun cuando se trataba de ne­ nes y la aplicación de otras técnicas. En ese momen:­
cesidades sentidas y expresadas, no era viable su to tan sólo se logró sensibilizar a los presentes
solución por la comunidad. La seguridad del barrio respecto de ese problema (Montero, 1 99 1 a).
es un problema de orden público a cargo de una ins­ La jerarquización definitiva hecha por el grupo colo­
titución del Estado: la policía. Y la experiencia de los có en primer lugar, teniendo en cuenta los recursos
habitantes de esa comunidad ha sido que los "opera­ disponibles de las personas participantes, las acciones
tivos" policiales, además de ser ineficaces, arrastran para transformar la educación impartida a sus hijos
a justos junto con pecadores. Estos últimos son libe­ por la escuela del barrio, aspecto cuya frecuencia en
rados rápidamente mientras que los primeros deben las respuestas ocupó el tercer lugar. Los dos años si­
demostrar su inocencia, probar su condición de tra­ guientes se dedicaron a trabajar en ese asunto.
bajadores y salen doblemente perjudicados. Pierden 7) La última fase fue la elaboración de un informe sobre
días de trabajo, dinero y además corren el riesgo de­ el procedimiento realizado. Este informe, elaborado
rivado de la venganza de los maleantes que causan la por los agentes externos, estuvo destinado tanto a las
inseguridad. personas de la comunidad como al medio académi­
En cuanto al servicio de agua, la respuesta no fue co. S e incluyó a quienes participaron y a muchas
clara. Para muchas personas el servicio de agua irre­ otras y otros que no lo hicieron pero que lo leyeron
gular, escaso (una o dos horas al día) y sin horas fijas en su versión definitiva al ser guardado en la biblio­
para su llegada, co lltodps los perjuicios que eso cau­ teca. Esa versión definitiva fue el resultado de una
sa, era percibido como una circunstancia problemá­ doble revisión crítica. En primer lugar por parte de
tica que complica sus vidas, sus jornadas, pero que al los participantes comunitarios (investigadores inter­
mismo tiempo no era sentida como una necesidad nos), quienes la leyeron, señalaron aspectos que no
que debía ser solucionada inmediatamente. Muchas resultaban claros, pidieron que se efectuasen algunas
personas, al discutir el punto, decían que a pesar de correcciones y cambios destinados a precisar ciertos
. todo el agua llegaba en algún momento y que podría aspectos, como, por ejemplo, un análisis crítico de
haber sido peor: no tener agua en ningún momento su propia participación, pues deseaban aprender más
y tener que acarrearla desde lugares lejanos. al respecto, y cambios que hiciesen más comprensi­
La distinción entre percibir y sentir una necesidad ble la lectura. Y en segundo lugar por parte de las y
queda ilustrada con esas respuestas. Muchos de los los agentes externos (estudiantes y profesora), quie­
participantes en el proceso habían naturalizado la nes revisaron contenido y forma en función de cri­
situación y por lo tanto no consideraban que fuese ne­ terios teóricos y metodológicos, después ck
cesario hacer algo al respecto. Al menos no inmedia­ incorporar las críticas hechas en la comunidad. Es t a
tamente. La intermitencia e incomodidad del fase d e información discutida críticamente, corrcsprn1 -
116 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades... 117

de a lo que Fals Borda (1985) denomina la devolución para satisfacerlas tiene una función concientizadora sobre
sistemática del conocimiento producido. la comunidad. Tanto si se trata de necesidades sentidas co­
mo normativas, el recibir información, educación específi­
ca, discutir y ejecutar acciones respecto de las mismas
Resumen supone hacer y pensar sobre lo que se hace y preguntarse
para qué sirve eso, evaluar esas acciones e informaciones.
Este capítulo presenta un proceso y las técnicas funda­ Todo ese proceso tiene un carácter movilizador de la con­
mentales asociadas a él para el trabajo comunitario. En ciencia. Puede ser el inicio o la continuación, según el ca­
efecto, el trabajo comunitario no es el producto del deseo so, de procesos psicosociales y sociopolíticos que no sólo
o de las inquietudes teóricas o metodológicas, o de políti­ produzcan transformaciones en relación con un caso con­
cas ni de éticas de los investigadores, aun cuando ellos es­ creto, sino que continúen en función de un proyecto de
tén presentes y cumplan una importante función mayor alcance, que pudiese llegar a generar un movimien­
motivadora. Si sólo se tratase de lo que necesita, o siente, to social o la creación de un organización social que tras­
o desea, o sueña el investigador o la investigadora, la cali­ cendiese la comunidad, o bien que produjese un vuelco
ficación de comunitario sería inapropiada e incluso hipó­ completo a partir de las acciones llevadas a cabo en la co­
crita. Y bien cabría preguntar, ¿por qué tendrían que munidad.
participar y comprometerse las personas que integran una Este capítulo, después de definir los conceptos básicos
comunidad en un trabajo que responde a intereses ajenos a de necesidad y recurso, presenta el procedimiento usual
los suyos? La noción de trabajo comunitario surge de la fu­ para identificarlos, jerarquizarlos y trabajar sobre ellos.
sión entre intereses de la comunidad e intereses científicos, Procedimiento que bajo ningún aspecto es canónico, pero
que se conjugan para satisfacer una o varias necesidades o que responde a una lógica probada en la práctica llevada a
carencias o problemas o �seos de las personas de una co­ cabo en variados países, no sólo en el continente america­
munidad a través de la catahzación, facilitación y produc­ no, sino también en los otros cuatro. Los puntos que inte­
ción de conocimiento por parte de los psicólogos y gran esa . práctica pueden variar y enriquecerse o
psicólogas comunitarios/as que trabajan como agentes ex­ simplificarse; lo importante es que cualquiera sea el proce­
ternos de un proceso de transformación social que tiende dimiento seguido, la voz de la comunidad tiene que estar
al logro de los objetivos que se plantean los agentes inter­ presente y los agentes externos deben dar cuenta de lo rea­
nos en relación con esa carencia, problema o deseo. Puede lizado y de sus razones para hacerlo.
darse que la demanda de satisfacer una necesidad normati­
va (por ejemplo, en el campo sanitario, alimentario o edu­
cativo), sólo sea conocida por los agentes externos. En
tales casos es necesario sensibilizar a la comunidad, a fin de
que conozca el asunto y tome conciencia de su carácter ne­
cesario para que participe en su solución y modifique su
comportamiento en los aspectos relacionados con él.
Más aún, la identificación de necesidades y de recursos

11
118 Maritza Montero La identificación y lajerarquización de las necesidades. . . 119

Preguntas para reflexionar sobre las necesidades


Lecturas complementarias recomendadas
y los recursos de las comunidades
La obra coordinada por l. Serrano-García y W Rosario
• ¿Qué se puede hacer cuando una comunidad se niega a Collazo, en 1 992 : Contribuciones puertorriqueñas a la psicolo­
reconocer la presencia de una carencia o necesidad? gía social comunitaria (SahJuan de Puerto Rico, Editorial de
• ¿Cómo se sabe de quién es la necesidad? la Universidad de Puerto Rico), es un libro básico para el
• ¿Qué hacer cuando la comunidad no conoce sus propios estudio de la psicología comunitaria, pues en él se incluyen
recursos? trabajos a los cuales bien puede aplicarse el calificativo de
seminales. Uno de ellos me parece una buena recomenda­
ción para conocer el proceso de identificación de necesida­
des. Se trata del capítulo de F. R. Solano Pastrana,
Ejercicio problematizador sobre la identificación
de necesidades y recursos de las comunidades
"Detección de necesidades en la comunidad rural La Pla­
ta'', págs. 5 2 5 -546.
En informes de trabajos realizados en comunidades, en
ar tículos publicados en revistas científicas especializadas
en el área de la psicología comunitaria, en sus propios tra­
bajos (si los tiene), analice la forma de definir necesida­
des, de detectar las existentes en la comunidad y de
decidir sobre cuáles se trabajaría. Analice igualmente có­
mo se determinó cuáles eran los recursos necesarios pa­
ra satisfacer esas necesida�es, dónde se los buscó y qué
resultados se obtuvieron. ¿Se satisficieron las necesida­
des definidas? ¿Surgieron otras? ¿De dónde? ¿Cómo fue­
ron detectadas? ¿Con qué r � s? ¿Qué recursos de la
comunidad fueron utilizados? ¿Cómo par ticipó la comuni­
dad en ese proceso?
CAPÍTULOS
La investigación-acción participativa:
orígenes, definición y fundamentación
epistemológica y teórica

Un modelo metodológico "hecho en América latina"

Cuando se habla de investigación-acción participativa


no sólo es necesario sino imprescindible remontarse a los
años sesenta del siglo pasado y ver el panorama de las cien­
cias sociales en América latina. Paisaje fascinante, sobre to­
do si se lo mira desde la perspectiva de la psicología y en
particular de la psicología social, debido a que lo que pare­
cía la tibia y plácida meseta del desarrollo de una discipli­
na casi totalmente importada de Europa y de los Estados
Unidos, en realidad ocultaba en su seno bullentes ideas
transformadoras. Si la psicología que se hacía entonces en
los países latinoamericanos repetía fielmente las teorías de­
sarrolladas en esas regiones (psicoanálisis, conductismo,
para citar no sólo dos importantes, sino además opuestas),
en cambio en el campo de la sociología y en el de la edu­
cación, a la par de esa repetición se había iniciado una se­
rie de cambios tanto en el modo de hacer como en el de
pensar, cuestionando no sólo los "qué" y "para qué" de sus
investigaciones y aplicaciones, sino además los "cómo". Y
las respuestas que se habían comenzado a producir en esos
campos del conocimiento planteaban una fórmula que en
I .! .! Maritza Montero La investigación-acción participativa: orígenes 123

su forma más condensada parecía simplísima: "Estudiar los , 1riginal puesto que, como veremos más adelante, si bien la
problemas concretos de nuestras sociedades desde ellas ¡ irimera parte de su nombre -investigación-acción- viene del
.
mismas y desde y con quienes los sufren, a fin de transfor­ ,·:impo anglosajón, lo que se desarrolló en la segunda mitad
mar esas sociedades". del siglo XX no fue un trasplante, ni un ensamblaje in situ,
Simplicidad apenas aparente, puesto que hacer tal cosa � ino que está marcado con el sello de la ciencia social crítica
no suponía partir de las teorías que, elaboradas en sapien­ q11c se había originado en nuestro continente, y a la que ya
tísimos centros de saber y poder (y en algunos casos sólo L'l1 los años ochenta del siglo pasado, se unen la psicología

de poder), situados a miles de kilómetros de distancia, pre­ si >cial y en particular la psicología social comunitaria.

tendían explicar lo que estaba ocurriendo en cualquier lu­


gar del orbe, sino que implicaba pensar, reflexionar y
actuar desde la situación (como, por cierto, lo han hecho Factores que influyeron en el surgimiento
muchos de los grandes investigadores de esos centros), a de la investigación-acción y, posteriormente,
fin de dar una respuesta útil a los problemas. Y, sin con­ de la investigación-acción participativa
formarse con esa respuesta, ir a los orígenes sociales es­
tructurales, elaborando así las teorías que permitiesen El primer factor que he encontrado'es un aspecto pro­
realimentar la práctica que a su vez las generaba. Este pro­ pio de la ciencia, de sus métodos y de su ontología: la ins�­
ceso configuraba una dialéctica del conocimiento que po­ t'isfacción con respecto a los modos de produc ir
dríamos describir como una espiral hermenéutica. ·onocimiento y al conocimiento producido y a su capaci­
Pero como vivimos en un mundo complejo, de infinitas dad de explicación y de transformación de la sociedad en la
relaciones comunicativas, de grandes instituciones y orga­ cual se aplica. Y es un factor recurrente en la historia de la
nizaciones, así como de movimientos de todo género y de ciencia. En efecto, para mediados del siglo pasado, los mé­
carácter transnacional, no podemos olvidar que las trans­ �
todos y técnicas desarrollados por la psicología, y en par cu­
formaciones producidas en otros lugares tienen repercu­ lar por su rama social, comenzaban a generar desasosiego
siones que inevitablemente afectan a otras regiones. La en algunos investigadores tanto en el campo anglosajón
producción latinoamericana entonces no podía escapar a las como en el europe o. De lo que ocurría en el primero, nos
influencias externas. Nadie puede. Pero lo importante es ocuparemos en un apartado especial, pues se trata de la la­
no quedar preso en ellas sino transformarlas crea tiva y pro­ bor sistematizada y desarrollada por Kurt Lewin en apenas
ductivamente en función de las necesidades, problemas y un par de escritos que describen casi esquemáticamente lo
objetivos que responden a la sociedad en que se vive. que se conocerá, a partir de ellos, como investigación-ac­
Por eso el subtítulo de este apartado. Porque en el caso ción en las ciencias sociales.
de la investigación-acción participativa en América latina Otro factor no menos importante para América latina 1
ha habido un proceso de construcción de un modelo me­ fue el surgimiento de una corriente crítica dentro de las 1
todológico, epistemológico y ético que a la vez forma par­
te del paradigma, de orden universal, que iniciaba entonces
ciencias sociales, en particular en la educación popular y en
la llamada "sociología militante" o "crítica ". La corriente, !1
su influencia en las ciencias sociales, y al cual este modelo que concierne al ámbito de la educación, se h�ce conocer
_ o Paulo
contribuye y da soporte empírico. Es también un modelo a través de la obra pionera del educador brasilen
124 Maritza Montero La investigación-acción participativa 125

Freire y de otros investigadores-educadores que la han cionó el contenido metodológico al término investigación­
complementado y continuado, tales como Barreiro (1974), :icción (IA) y lo popularizó en las ciencias sociales, el tér­
Rodríguez Brandao (1981, 1987);1 Demo (1985); Parra, mino investigación-acción participativa (IAP ) cobra
Hoyos, Roux y Jaramillo (1978); Albó y Barrios (1978); reconocimiento a partir del Simposio Mundial celebrado
Vio Grossi (1981). cn Cartagena, Colombia, en 1977. Su exponente por exce­
La segunda corriente, ya en el campo de la sociología l cncia, Orlando Fals Borda, a pesar de haber estado prac­
militante, se expresa en primer lugar en la obra de Fals ticando IAP desde fines de los años cincuenta y hasta bien
Borda (1959, 1978, 1985, para citar las primeras), cuya in­ avanzada la década del setenta, continuaba, lfamándola in­
fluencia se hace sentir en Hall (1975, 1978, 1981), Moser vestigación-acción, si bien la praxis desarrollada por él ha­
(1978), Park (2001), Kram'mer, Kramer, Lehman y Orna­ bía ya transformado el modelo lewiniano. Y es evidente
ver (1978), Le Boterf (1981), Oquist (1978), Pareek (1978), que lo que hacía en estas latitudes repercutía en otras, pues
Rudqvist (1978), impulsando el desarrollo del método en el mismo Hall (2001), antes citado, trabajó en los años se­
el ámbito estadounidense, europeo, africano y asiático. Es tenta y ochenta en proyectos relacionados con los de Fals
interesante el hecho de que muchos de los autores antes ci­ Borda, Vio Grossi, Freire, Cohen, Le Boterf, De Witt y
tados trabajaron en investigaciones activas y participativas Gianotten (1981). Su testimonio al respecto reco1 oce cla­
llevadas a cabo en América latina e igualmente, investiga­ ramente esa influencia, cuando solicita que su trabajo sea
dores de este movimiento desempeñaron un rol de gran leído junto con: los de Marja-Liisa Swan� y Orlando Fals
importancia en la implementación de esta forma de inves­ Borda, a quienes considera "nuestros pioneros intelectua­
tigación en países africanos y asiáticos. El origen del térmi­ les y espíritus guía en este notable viaje" (Hall, 2001: 171).2
no investigación-acción participativa se atribuye a Esto indica la existencia de un centro irradiador de interés,
Marja-Liisa Swantz, quien lo usó en 1970 en un informe de acción y de reflexión, convertido en fuente de informa­
producido en Tanzania en relación con un proyecto que ción para las ciencias sociales y situado en nuestro conti­
incorporó el c0nocimiento proveniente de miembros de la nente, que ya a fines de los años sesenta e inicios de los
comunidad participante (Hall, 1981, 1997, 2001). Asimis­ setenta había generado una red internacional a partir de
mo, en 1976 se celebró en ese país una importante reunión los trabajos realizados en el área de la educación de adul­
para tratar el tema, en l a cual uno de los oradores fue Pau­ tos. De ellos Hall dice: "Los nexos con las tradiciones lati­
lo Freire, quien además visitó otras regiones africanas (por noamericanas de investigación activa llegaron a muchos de
ejemplo, Guinea-Bissau). Otro participante fue A. Vio nosotros a través del trabajo de Paulo Freire [ .] entusias­
..

Grossi (1976), profesional de larga tradición en la investi­ maba encontrar que la visión y preocupación que muchos
gación-acción participativa en América del Sur. Así como
estos investigadores d esarrollaban su obra en nuestro con­
2. La cita original dice: "T his chapter must be carefully read with
tinente, también lo hacían en otras regiones del orbe. Sin those ofMarja-Liisa Swantz and Orlando Fals Borda in particular, who
embargo, al igual que en el caso de Lewin, quien propor- were our intellectual pioneers and guiding spirits in this remarkable
journey, with the contributions of Rajesh Tandon who has been a close
l. Se dice que Julio Barreiro es un heterónimo de Carlos Rodríguez colleague in this work for so many years and Peter Park, with whom I
Brandao. No he podido contactar a este último para verificarlo. have worked since 1979" (Hall, 2001: 171).
f 2(¡ Maritza Montero La investigación-acción participativa 1 27

habíamos encontrado en Tanzania había sido expresada en cosociales (1946). Acusaba a este popularísimo método,
forma muy similar por Paulo [Freire] y otros en América cuyo auge iba en aumento y que continúa siendo amplia­
latina" (Hall, 2001: 172). mente utilizado, de ser superficial debido a la poca capaci­
Es importante, asimismo, mencionar la necesidad ur­ dad de sus preguntas para llegar al fondo del problema
gente de los investigadores latinoamericanos de asumir el investigado. Pero además iba más allá en su reclamo: el
compromiso de poner su ciencia al servicio de la transfor­ diagnóstico al cual se arribaba por esa vía o por la de otros
mación social de las sociedades de nuestro continente, métodos en boga, tampoco era suficiente. Consideraba ne­
agobiadas por las desigualdades, la pobreza y la excl�siórt cesario saber más sobre el problema y sobre las metas a al­
de la mayor parte de su población. Y tal compromiso for­ canzar en relación con el mismo. Y como no era una
zaba a buscar nuevos modos de estudiar y de intervenir en persona que se quedase en la crítica ligera (que señala pe­
"la realidad para transformarla" (como lo planteó Fals ro no transforma), también presentaba ideas para salvar la
Borda en 1977, en la ponencia que realizó en el simposio trivialidad de los aspectos que denunciaba, fundando las
ya mencionado). Esa transformación se dirigía a la búsque­ bases para la investigación-acción que debería servir, según
da de un mayor acercamiento al objeto de investigación, es él, como modelo de la investigación social.
decir, a lograr la participación de las personas afectadas por Lo que buscaba Lewin, y luego otros científicos socia­
los resultados de la investigación. En los Estados Unidos les latinoamericanos (Paulo Freire, Orlando Fals Borda
Lewin había iniciado la IA mediante su sistema de consul­ son los más destacados en este campo), era producir una
tas cíclicas (véase infra), mientras que en América latina ciencia robusta, eficaz en sus objetivos transformadores, en
tanto Freire y sus colaboradores como Fals Borda propu­ la cual teoría y práctica no se separaran sino que conforma­
sieron un modelo directo de incorporación de la participa­ ran un cuerpo único mutuamente influyente, enriquecedor
ción popular (es decir, la de los sujetos a quienes se busca y corrector. Dos ideas de Lewin me parecen paradigmáti­
beneficiar con la investigación). En el primer caso se trata­ cas de esta posición:
ba de hacer más eficiente la sociedad en la cual se trabaja­
ba. En Latinoamérica la IAP ha intentado transformar la • La mejor manera de conocer y estudiar una cosa es
sociedad en la cual se trabaja, haciéndola más justa, al mo­ tratando de cambiarla.
dificar las relaciones de poder y desarrollar la capacidad • No hay nada más práctico que una buena teoría.
ciudadana de los actores sociales comprometidos en la in­
vestigación. La primera idea se refiere a la necesidad de transformar
la realidad (tal como es definida por grupos interesados en
una sociedad determinada) y concierne a la finalidad últi­
El factor acción en la investigación ma de la ciencia: conocer el mundo para vivir mejor en él,
lo cual a su vez se traduce en hacer ciencia aplicada cuyos
El carácter activo de este tipo de investigación es un le­ efectos contribuyan a producir los cambios sociales desea­
gado de la intervención siempre lúcida de Kurt Lewin, dos. Ahora bien, el quién decide cuáles son esos cambios
quien poco antes de su muerte hizo una franca crítica del será el ingrediente fundamental de lo que luego se conoce­
valor de las encuestas en la producción de diagnósticos psi- rá como investigación-acción participativa; además, la pre-
1 28 Maritza Montero La investigación-acción participativa 129

gunta se refiere al problema epistemológico: quién produ­ Los factores mencionados se refieren fundamentalmen­
ce conocimiento, es decir, quiénes son sujetos cognoscen­ te a la metodología y a la definición del objeto de investi­
tes. La segunda idea podría considerarse como una versión gación, sea éste personas o situaciones. Esta definición está
aplicada de la noción de praxis, con la cual está emparenta­ dentro del campo ontológico, pues se refiere a lo que se ha
da por la necesidad de unir teoría y práctica. Esa unión, de­ l lamado la "naturaleza de la realidad". En la primera for­
bida a la influencia marxiana, será uno de los ejes que mulación del método activo de investigación (lewiniana),
marcarán al movimiento crítico de las ciencias sociales en la participación de las personas involucradas consistirá en
América latina durante los años sesenta y setenta, el cual aportar su perspectiva del problema investigado a través de
no incluía la separación entre el hacer y el pensar sobre el las técnicas de recolección de datos diseñadas por los in­
hacer. vestigadores para cada paso de la investigación. La diferen­
cia con respecto a la investigación tradicional reside en que
Cuadro Nº 1. Factores influyentes en el surgimiento
esa información no será dada una sola vez, sino que podrá
de la investigación-acción
repetirse varias veces y modificar tanto al problema como
• Insatisfacción y crítica respecto de la investigación social a sus objetivos. Por lo tanto, pasará a tener una dimensión
existente hasta los años cincuenta y sesenta del siglo XX. epistemológica en la medida en que el modelo se transfor­
me, como veremos luego, al incorporar la condición parti­
Necesidad de hacer una psicología más eficaz y ágil, capaz

cipativa, la cual incluye múltiples formas de producir
de producir transformaciones sociales.
diversos conocimientos así como diversidad en los produc­
• Necesidad de transformar situaciones sociales considera­ tores de ellos.
das negativas.

• Necesidad de superar la brecha entre investigación y ac­ De la investigación-acción a la investigación-acción


ción derivada de ella.
participativa
• Necesidad de superar la brecha entre teoría y práctica.
Cómo se hizo activa la investigación social
• Acercarse al objeto de investigación. Superar la distancia
entre investigadores y "sujetos" de la investigación. El término investigación-acción, corrientemente atri­
buido a K. Lewin, apareció por primera vez en las ciencias
• Ir más allá de los diag:iósticos. sociales en 1926, cuando fue utilizado por Buckingham (ci­
tado por Pareek, 1978) en una obra titulada Research far
• Necesidad de incorporar a las personas afectadas por el
problema de investigación, a fin de poder delimitar dicho
Teachers. Poco tiempo después, .:n 1933, fue usado en un
problema y sus correspondientes objetivos. informe o escrito de un funcicnario colonial inglés de
nombre Collier, quien lo volvió a utilizar en 1945 (Pareek,
1978). A él se atribuye la idea de incorporar en el proceso
de investigación a las personas involucradas en el mismo.
Pero no hay ni duda ni discusión en cuanto a la responsa-
1 30 Maritza Montero La investigación-acción participativa 1 31

bilidad que tuvo Kurt Lewin ([1946], 1948) en la divu ga­


_,
� le había mostrado el desfase existente entre investigación
ción de este tema y en cuanto a la generac10n de la idea social e intervención social y, ciertamente, Lewin deseaba
fundamental que caracteriza al término. Es decir, la nece­ salvar la brecha. O como explica su viuda, Gertrude Weiss,
sidad de crear un método que permitiese a los investigado­ en el prólogo al libro póstumo que recoge artículos consi­
res acercarse al objeto de investigación a fin de producir derados fundamentales para la comprensión de la psicolo­
cambios en situaciones sociales en las que se planteaban gía social aplicada que planteaba Lewin: "teoría y realidad
;
problemas que los psicólogos sociales debían s? uci?nª�· debían ser conectadas" (1948: xvi), es decir que se debía
Sin embargo, Lewin, cuyo modo de expres1on c1entifi­ construir un puente entre ellas. Esa conexión podía ser po­
ca preferido para presentar sus investigaciones �� an las sible a través de lo que llamó la administración social (social

monografías y artículos (Allport, 1948 , solo �
_
, esc 1b10 acer­ management) o ingeniería social, que sería la investigación
ca de la investigación-acción en el último trabaJO que pu­ social básica y que incluiría problemas matemáticos y con­
blicó en su vida, en 1946 (murió en febrero de 1947), en el ceptuales del análisis teórico; la indagación descriptiva de
cual relata "un experimento de cambio acerca de proble­ hechos referentes a grupos tanto grandes como pequeños;
mas de una minoría" (1946: 208-213), indicando que: experimentos de campo y experimentos de laboratorio re­
lativos al cambio social; cánones de validez y confiabilidad
como mejor puede ser caracterizada la inv:stiga�ión en el trabajo de largo alcance con grupos grandes (por
que se necesita en la práctica social es como mvestiga­ ejemplo, las comunidades).
_

ción para la administración social o inge�liería soc � l. Además, tal forma de investigación debería tener un en­
Es un tipo de investigacióp.-acción, una mvestigac1?n foque integrado de las ciencias sociales a fin de poder com­
comparativa sobre las condiciones y efectos de vanas prender las diferentes facetas de los problemas estudiados.
formas de acción social y de investigación conducente Esa integración se llevaría a cabo mediante la cooperación
a la acción social (Lewin, 1948: 202-203). de diversas disciplinas en el proceso de investigación. El
proceso de planificación de tal procedimiento de investiga -
Lewin consideraba a este modo de investigar una "investi­ ción suponía para Lewin "una espiral de pasos que compo­
gación social básica" que debía incluir: problemas matemáti­ ne el círculo de planificación, acción y búsqueda de datos
cos y conceptuales del análisis teórico, indagación descriptiva acerca del resultado de la acción" (1948: 206). Esos pasos
_
de hechos (en grupos grandes y pequeños) y expenmentos de son los siguientes:
campo o de laboratorio sobre cambios so�iales (Lewin, 1948:
203). Asimismo, y para poder captar las divers�� faceta� de los l. Formular una idea general.
fenómenos sociales estudiados, cuya compleJidad evidente­ 2. Formular un objetivo general: delimitarlo y esta­
mente no se le escapaba, proponía que tal investigación par­ blecer cómo alcanzarlo. La imprecisión inicial
tiese de un "enfoque integrado de las ciencias sociales" (1948: de ese objetivo sería corregida del siguiente
203) que llevaría a mejorar esa administración social hacia la modo:
cual quería conducir la investigación. 2.1. Examinando la idea cuidadosamente, a la luz de
.
.

,
c:·Por qué Lewin se planteaba esos obJetlvos y ese meto­ los medios asequibles a los investigadores en ese
do? Una respuesta es que su agudeza como investigador ya momento.
1 32 Maritza 1Vlontern La investigación-acción panicipativa 1 33

2.2. Buscando información sobre el problema. Esto es, 1 iva epistemológica en la psicología social, el problema de
recolectando datos. 1:1 distancia entre investigador y objeto investigado aún
3. Elaboración de un plan general para lograr el ob­ pn.:sente en muchas de las investigaciones sociales, ya que
jetivo, que podría haber sido modificado en fun­ •;i bien el aporte de Lewin siempre se ha reconocido, no se
ción de lo anterior. ¡H1cde decir que fue acogido con entusiasmo en su tierra de
4. Decidir cuál será la primera acción o el primer pa­ adopción (Estados Unidos). Algunos países latinoamerica-
so a realizar, lo cual suele modificar la idea general 11os, y luego europeos y asiáticos, fueron los que asumieron 1 1
original.
5. Buscar entonces más información (datos) a fin de:
Lt idea de una investigación activa que produjese cambios
s«>ciales.
1
5. l. Evaluar la acción a realizar en función de las ex­ Podemos decir entonces que los aportes lewinianos al
pectativas. Se trata de lograr la correspondencia campo metodológico concretados en la investigación-ac­
entre logros y expectativas. ·ión plantean un modelo de fases cíclicas3 o de vaivén, en el
5.2. Capacitar a los investigadores dándoles nuevo in­ ·ual el investigador, a partir de una idea del problema y de
sight (por ejemplo, sobre técnicas e instrumentos). los objetivos a alcanzar en su investigación, recolecta en el
5.3. Se genera así la base para planificar "correctamen­ campo información centrada en esos objetivos; retorna a
te" (Lewin, 1948: 205) el siguiente paso, que a su su oficina para examinarla y discutirla, corrigiendo tanto la
vez es la base para modificar el plan general. i<lea general como los objetivos mismos. Decide entonces
6. Se establece así un círculo de planificación, ejecu­ la forma de actuar en ese campo y la inicia; luego vuelve a
ción y reconocimiento de los hallazgos, o adquisi­ cxaminar de la misma manera los datos obtenidos, y así su­
ción de más información para: cesivamente. Se introduce así la flexibilidad en la investiga­
6.1. Evaluar el segundo paso. ción, la cual es diseñada y rediseñada varias veces mediante
6.2. Preparar la base racional para el tercer paso. un intercambio de ideas y una reevaluación de los proble­
6.3. Y quizás modificar nuevamente el plan general. mas, necesidades y condiciones de los grnpos estudiados,
así corno un replanteamiento a partir de la práctica de las
La propuesta que hacía Lewin introducía una agilidad tareas a realizar y de los datos a recolectar. Se produce
hasta el momento no conocida en la investigación social, también lo que se podría llamar una circulación de aprendi­
suponía además un proceso de autocorrección al contras­ zajes, ya que las personas involucradas en el proceso de in­
tar las ideas de los investigadores con el fenómeno estudia­ vestigación aprenden unos de otros, no sólo en la práctica
do. En términos hermenéuticos podemos decir que Lewin sino también en el continuo examen de los datos obteni­
en su espiral de producción de conocimiento planteaba lo dos. Igualmente, al estrechar el contacto práctico con el
que se ha llamado la "prueba de las cosas mismas". Asimis­ objeto de conocimiento se transforma la comprensión que
mo buscaba salvar la brecha entre la obtención de resulta­
dos en la investigación y la aplicación de acciones 3. Ese aspecto cíclico ha sido reconocido por investigadores como
derivadas de los mismos, y lo hacía acercándose al objeto Kemmis yMcTaggart (1987:62), quienes dicen que la investigación-ac­
de investigación. Casi medio siglo más tarde Fernández ción es un "proceso cícli.co de planificación, acción, observación, refle­
Christlieb (1994a y 1994b) va a retomar, desde la perspec- xión".

i 1
134 Maritza Montero La investigación-acción participativa 135

tienen los investigadores del mismo, se transforma el plan


de investigación y también el objeto investigado. Final­
mente, es posible decir que en la concepción delineada por e

Lewin se establece implícitamente otro aspecto de gran ·e:;
(.)
importancia: en esa forma de investigar no cabe la idea de <(
Qj o
verdad absoluta. Nada es definitivamente de una cierta "O U)
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Cómo se hizo participativa la investigación social


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gión de Cundinamarca. Allí decidió, junto con algunos habi­ ¡;::
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era docente. Dicha obra no sólo informa sobre la tarea lleva­
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da a cabo (construcción de una escuela), sino que da cuenta �


de ella y de sus múltiples procesos comunitarios, entre ellos,
la organiza�ión y consolidación de grupos y la formación de
136 Maritza Montero La investigación-acción participativa 137

una cooperativa agrícola. Los principios que sustentaron la y decidir la prioridad de los problemas que serán ata­
experiencia se convirtieron en la base práxica para muchos cados en la intervención. Nuevamente esto supone
trabajos realizados en toda América latina. oír la voz de las personas de la comunidad y aceptar
Esos principios se desprenden de las dos características sus decisiones.
básicas de este modelo de investigación: la acción y la par­ • El principio de las realizaciones. Este principio reside en '
ticipación. Ellos son: el hecho de que no son el fin último a obtener las ,1

obras materiales, sino "el desarrollo de la conciencia !11


• El principio de la catálisis social. Este principio fue defi­ de la unión, la cooperación y el espíritu de servicio"
nido por Fals Borda (1959:51) como: (Fals Borda, 1959: 53), que se manifiesta en las reali­
zaciones concretas que pasan a ser logros producidos
[el] proceso de cambios que se desarrollan por virtud de la por la puesta en práctica de esas cualidades cívicas.
presencia real de portadores de cultura activos en medio de • El principio de los estímulos. Todo logro debe ser cele­
un grupo, y cuya función es de constante vigilancia para ase­ brado mediante estímulos materiales y no materiales.
gurarse de que las nuevas prácticas se continúen sin necesi­ Esos estímulos están ligados a las mismas realizacio­
dad de estímulo, de que no se cometan errores en las nes: Por ejemplo, haber obtenido ayuda de alguna
adopciones y de que las necesidades latentes se conviertan en
institución, haber finalizado una tarea específica y
necesidades manifiestas, por la formación de nuevos hábitos.
festejarlo organizando una comida colectiva, el reco­
nocimiento en algún medio, las palabras de estímulo
La idea de la catálisis explica la intervención inicial
de personas externas a la comunidad. Para los psicó­
del investigador o agente externo como se lo denomi­
logos este principio recuerda los aportes de diversas
na en la psicología comunitaria. Y ella se basa en la
teorías psicológicas, entre las cuales se encuentra el
comunicación y confianza que se establezca entre
conductismo, que ya nos indicaba a mediados del si­
esos agentes externos y los agentes internos de cam­
glo pasado que la satisfacción derivada del logro de
bio (miembros de la comunidad y grupos organizados
una meta es en sí una forma de gratificación (recor­
dentro de ella). La formación de líderes comunitarios
demos la noción de "operante"), al igual que los cum­
es una de sus tareas, debido al rol fundamental que
plidos que recibimos por haberla alcanzado.
juegan las personas afectadas por la situación a cam­
biar.
A partir de este primer trabajo, Fals Borda, en cuya
• El principio de la autonomía del grúpo. Este principio
obra se puede ver la influencia de Freire, además explícita­
supone el control, dirección y decisión de las accio­
mente reconocida (Fals Borda, 2001), inicia un camino lar­
nes por parte de personas de la comunidad, así como
go que aún no ha terminado. En 1970 creó un grupo
la orientación democrática de esas tareas con la par­
llamado "La Rosca" Qiménez Domínguez, 1994) para que
ticipación tanto a través de la acción como de la opi­
revisase críticamente las ciencias sociales y desarrollase un
nión de los miembros de la comunidad.
método de investigación participativa dirigido a la trans­
• El principio de las prioridades, el cual radica en la capa­
formación social del medio rural en Colombia, que no
cidad de las comunidades para definir sus necesidades
obstante seguirán denominando como IA casi hasta el fin
/JS Maritza Montero La investigación-acción participativa 139

Je esa década. "La Rosca" se desintegra en 1976, pero en Y definitivamente, el método queda unido a su denomi­
1977 el Simposio de Cartagena convoca a investigadores nación (IAP) aunque por más de una década persistirá la
de todos los continentes quienes, con mayor o menor gra­ confusión sobre sus orígenes, su desarrollo, sus caracterís-
do de contacto y de compromiso con el método, hacen 1 icas y su ubicación. El método será atribuido a diversos

aportes tanto a su aplicación como a su sistematización autores así como se le atribuirán diversos ámbitos geográ­
epistemológica y a sus bases teóricas. ficos de surgimiento y logros. Nuevamente Fals Borda
(2001) contribuye presentando el recorrido hecho por la 1

Qué es la investigación-acción participativa (IAP)


IAP, en el cual ha sido innegable protagonista durante las
1íltimas tres décadas del siglo XX, a la vez que muestra la 1
pluralidad de influencias filosóficas, sociológicas y políticas
En 1980 Fals Borda consideraba que las características que han contribuido a su formación, mostrando al mismo
definitorias de la IAP eran las siguientes: tiempo la importancia de la cultura (literatura, condiciones
socioeconómicas, eventos y acciones) latinoamericana. La
• Ser un nuevo paradigma del conocimiento. ola cualitativista que se origina a partir de mediados de los
• Devolver la información al pueblo, en el lenguaje y años ochenta contribuye mucho a la confusión y para ini­
forma cultural en que tuvo origen. Por este motivo, cios de la década del noventa el panorama parecía bastan­
no sólo se producen informes técnicos y artículos te enredado. Luego, las aguas comenzaron a bajar y las
científicos, sino que los primeros se devuelven en dudas cualitativas separaron su cauce del de la IAP. Actual­
forma prioritaria a las comunidades con las cuales se mente la bibliografía sobre este método es abundante tan­
hizo el trabajo. to en español como en inglés y ciertamente hay más
• Popularizar las técnicas de investigación incorpo­ claridad. Y si se separa el grano de la paja, y se entiende
rando a las personas de las comunidades en la prác­ que las aplicaciones torpes, descuidadas y confusas no in­
tica de las mismas. validan al método sino a quien lo aplica mal, es posible ver
• Integrar la información como "base del intelectual que para el trabajo comunitario la IAP ha pasado a ser uno
orgánico". Esta característica muestra la influencia de los modos principales de producir conocimiento, si no
gramsciana en Fals Borda, a la vez que indica cómo el principal. También está claro que no es de fácil aplica­
el conocimiento producido junto con las comunida­ ción, que exige mucho esfuerzo y cuidado por parte de los
des enriquece a los agentes externos. agentes externos y que para los internos no es menos exi­
• Mantener un esfuerzo consciente en el ritmo de ac­ gente, puesto que les demanda compromiso, responsabili­
ción-reflexión del trabajo, lo cual muestra la condi­ dad y organización. Y a todos en conjunto les exige un
ción participativa y activa del mismo. continuo aprendizaje.
• Reconocer a la ciencia como parte del diario queha­
cer de la población, ya que el saber popular es in­
cluido en la IAP.
• Aprender a escuchar, lo cual es reflejo del carácter
dialógico de la IAP.
140 Maritza Montero La investigación-acción participativa 141

La definición de investigación-acción participativa Hay muchas definiciones, pero elegí las cuatro que an­
teceden porque en ellas se destacan algunos aspectos de in­ 1
1
¿Cómo se ha definido la IAP? Presentaré algunas de las terés con respecto a este método y que lo relacionan con
definiciones mas difundidas, para analizar luego su alcan­ su contexto de creación. Si bien la definición de Fals Bor­
ce, sus puntos de encuentro y sus diferencias. da que elegí no es la primera dada por ese autor, fue selec­
Budd Hall en 1975 decía que es un proceso dialéctico y cionada por los elementos que presenta, que estuvieron en
dialógico cuya meta es la liberación del potencial creativo y la la generación del método a través del sistema de educación
movilización de .recursos y problemas. Agregando además para la libertad que creara Paulo Freire en Brasil y que se
'i
que es un proceso de investigación que forma parte de una ex­ describe en su obra de 1964, La educación como práctica de li­
periencia educativa total que sirve para identificar las necesida­ bertad, que ha tenido hasta ahora más de cincu�nta edicio­
des de una comunidad, para concientizar y para generar y nes. Fals recoge de esa fuente y de su propia práctica,
aumentar el compromiso de la comunidad.
l1
iniciada en la segunda mitad de la década del cincuenta del
Fals Borda en 1985 la definía como el proceso que in­ siglo XX, el aspecto educativo introducido por Freire, el
cluye simultáneamente la alfabetización, la investigación cien­
tífica y la acción política, y que considera el análisis crítico, el
valor de la práctica como productora de conocimiento y el
carácter político de esa acción a la vez participativa, educa­ 1
diagnóstico de situaciones y la práctica, comofuentes de conoci­ tiva e investigativa, que pretende construir el poder del
miento, a la vez que construye el poder del pueblo. Pero con­ pueblo. E incluye además su carácter de investigación
sidera que la IAP no es exclusivamente ninguno de esos científica.
aspectos por separado, pues ellos son "fases, no necesaria­ La definición dada por Hall se inspira asimismo en los
mente consecutivas que pueden combinarse en una meto­ trabajos de Freire (Pedagogía del oprimido, 1970) y en la
dología dentro de un proceso vivenciaf' (Fals Borda, 1985: conferencia que éste dictó en el Instituto de Educación de
125). Adultos de Tanzania, en 1973 (citado por Hall, 1981: 63).
Girardi (1997: 2) dice que se trata de la "investigación De Freire toma la idea de construir un proceso educativo
en la que el objeto es al mismo tiempo sujeto o protagonista. Es, dialéctico y dialógico. También resalta la creatividad libe­
en una palabra, una autoinvestigación". Y ese sujeto puede rada por ese proceso, la cual serí�. parte de esa movilización
ser tanto un individuo como un colectivo. de recursos que menciona, y señala el compromiso de la
Kemmis y McTaggart (1987) la definen como una "for­ comunidad como un aspecto muy importante, pues gene­
ma de indagación introspectiva colectiva emprendida por ralmente lo que se encuentra en la literatura es la necesi­
participantes en situaciones sociales con el objeto de mejo­ dad de generar el compromiso de los intelectuales con las
rar la racionalidad y la justicia de sus prácticas sociales o educa­ comunidades, aspecto c:_ue Gorn;alves criticó en 1997. Asi­ 11
1'
tivas, así como su comprensión de esas prácticas y de las mismo incluye el carácter investigativo de la IAP.
situaciones en que éstas tienen lugar".4 Girardi resalta el aspecto relacionado con la definición 1
1
de los sujetos cognoscentes, al señalar explícitamente que
quienes tradicionalmente habían sido considerados objetos
4. Todos los subrayados son míos y resaltan aspectos que considero de conocimiento, a partir de la IAP, pasan a ser sujetos ac­
significativos. tivos del conocimiento producido. Ese conocimiento, al
142 Maritza Montero
La investigación-acción participativa 1 43

versar sobre ellos mismos, es el producto de una autoinves­


¡!:idos por su carácter constructivo y transformador, son las
tigación. Finalmente, incluí la definición de Kemmis y
siguientes:
McTaggart porque procede de un ámbito muy diferente de
aquel en que se generaron las tres definiciones anteriores.
• En primer lugar el carácter participativo. La participa­
Kemmis y McTaggart trabajan en Australia y la influencia
ción no significa otorgar permiso a algu�as personas
de la investigación-acción es evidente en su obra. En su de­ _
para hacer determinadas tareas o para opmar �n �1er­
finición resalté el aspecto relacionado con la mejoría de
tos momentos con mayor o menor libertad. S1gmfica
prácticas sociales y educativas ya existentes, porque creo
que es un procedimiento metodológico que n? pue­
que allí reside la diferencia entre estos autores: y los que , de
de llevarse a cabo sin la presencia y colaborac10n
han trabajado en América latina y en África: en estos últi­
las personas cuya situación se busca transformar,
mos no se busca mejorar la racionalidad o la justicia de lo _
porque ellas mismas han juzgado necesana la trans­
existente, sino que se denuncia lo existente por su injusti­
formación y porque ellas mismas forman parte de ese
cia, ineficiencia y racionalidad ligadas a la opresión.
proceso. Este carácter es la razón por la cual s� con­
Creo que en la concepción de participación y en el as­
sidera que hay dos tipos de sujetos en este m:todo:
pecto señalado reside la mayor diferencia entre la IAP que
los agentes externos y los agentes inte�nos de mves­
se realiza en los países del Tercer Mundo y la que se lleva _
tigación, quienes a su vez son comvesugado�es.
a cabo en los industrializados. De hecho, muchas veces esa
• El carácter ético, que se desprende de lo anterior, pues
distinción no parece clara y, como lo hace O'Brien (1998),
la IAP exige el respeto y reconocimiento del otro.
es conceptualizada como una forma "radical de investiga­ .
• El carácter transfo rmador, que tiene sus raíces en la m­
ción-acción", reconociendo sus vínculos con la teoría
vestigación participativa, pero que en la IAP bus�a
marxiana de Antonio Gramsci, p·ero ignorando el enorme
modificar situaciones sociales juzgadas por los paru-
impulso y desarrollo de la IAP en América latina y en
África. cipantes como injustas y opresoras.
.
• El carácter re flexivo, derivado de mantener un conu­
nuo examen y una evaluación sobre lo que se hac�,
para transformar así la teorí� en práctica y la pracu­,
Características de la investigación-acción participativa
ca en teoría, generando praxis. En tal senudo es tam­
bién crítica.
Al revisar la literatura sobre la IAP es posible encontrar
• El carácter concientizador, el cual busca movilizar la
que quienes han tratado el tema (véanse Fals Borda, 1979,
conciencia crítica y transformadora de los participan­
2001; Rodríguez Brandao, 1981; Perdomo, 1988; Kemrnis y
tes y se produce en el proceso de acción-reflexión-
McTaggart, 1987; Montero, 1994a, 2000; Brydon-Miller y
acción.
Tolman, 1997; Hall, 2001; entre otros) coinciden en señalar
• El carácter dialógico que está en la base de la refl xión
ciertas características que le son propias, si bien algunas de �
y participación, y que exige ade�ás la presencia de
ellas son compartidas con otros métodos. Las características
una multiplicidad de voces y acciones confluyendo
de la IAP que además se comparten con algunos otros mé­
hacia un mismo fin. Esas voces son las de los agentes
todos cualitativos, y que de hecho son aspectos que vienen
internos provenientes de lo5 diferentes grupos y ten-
1

144 Maritza Montero La investigación-acción participativa 145


¡1
dencias que pueden existir en una comunidad, y las voz y decisión a nuevos actores sociales) y las expe­
de los agentes externos, provenientes de diversas ins­ riencias democráticas y democratizadoras fomentan
tituciones y grupos de investigadores o de profesio­ y fortalecen el de sarrollo de la sociedad civil.
nales que actúan en relación con las comunidades.
• El carácter dialéctico y aún analéctico,5 en el sentido de En el cuadro 2, se puede ver un resumen de las caracte­
que los transformadores modifican la situación y al rísticas de la IAP. Y en el cuadro 3 se presenta, de manera,
hacerlo se transforman a sí mismos. igualmente resumida, una comparación entre IA e IAP que
• El carácte r educativo, que se desprende de lo anterior, i lustra lo que se ha venido discutiendo.
ya que esos nuevos actores sociales aprenden formas
de acción y enseñan otras propias de su cultura.
• El carácte r crítico, que somete a juicio lo que se pre­ liases paradigmáticas de la investigación-acción
senta como dado y esencial y que permite, en los pro­ participativa
cesos de reflexión, aprendizaje y responsabilidad
social, reconocer y rechazar las formas de opresión, Cuando se habla de métodos de investigación se suele
desigualdad, injusticia, minusvalía y, en general, las enfocar el tema como cuando se escriben recetas de cocina
causas que hacen negativa las condiciones de vida. o se detallan los pasos para tomar un medicamento o para

Este aspecto está presente tanto en su origen activo hacer labores manuales. Es decir, como si sólo se tratase de
como en su carácter concientizador. seguir unas instrucciones, claramente presentadas y delimi­
• El carácte r socialme nte transfo rm ador, que ha converti­ tadas entre sí, e ilustrando con ejemplos los resultados que
do a la IAP en el método por excelencia de la psico­ se pueden conseguir con su aplicación fiel. Pero la metodo­
logía comunitaria y que explica su amplio uso en logía es sólo una de las dimensiones en los diferentes mo­
América latina. delos de hacer ciencia. Eso significa que los métodos
• El carácter cole ctivo, ya que la IAP es participativa y se responden a concepciones ontológicas que indican cómo se
orienta a la transformación social. No se trata de ac­ concibe la realidad, esto es, el ser de las cosas. También res­
ciones llevadas a cabo en conciliábulos. ponden a concepciones epistemológicas que determinan
• Y por esas mismas razones tiene carácte r p olítico, cuál será la relación entre quienes quieren producir conoci­
puesto que al producir transformaciones y al incor­ mientos y los objetos del mundo en el cual viven, a concep­
porar nuevos actores sociales "responsables de ellas, ciones éticas que restringen o amplían el nivel de respeto
'1

1
hay un proceso de formación de sociedad civil. En tal hacia el mundo y los objetos que lo pueblan, y a políticas re­
sentido puede ser un instrume nto democratizador (da feridas a las relaciones de poder entre sujetos y objetos de
conocimiento.

5. De "analéctica'', término introducido por E. Dussel (1 998) para


denominar a una ampliación de la dialéctica que introd11ce un nuevo
Por lo tanto, es necesario conocer cómo responden los
métodos que empleamos frente a esos aspectos, así como
tener en cuenta la red de relaciones entre las dimensiones
¡,
elemento en la totalidad: el otro no pensado, cuya otredad va más allá indicadas que rigen los modos de conocer e interpretar al
de la antítesis. mundo en cada época. Respecto de la investigación-acción
146 Maritza Montero La investigación-acción participativa 1 47

Cuadro 2. Características de la investigación participativa (IAP) Cuadro 3. Comparación entre investigación-acción


e investigación-acción participativa
Necesita de la participación activa Parte de problemas concretos de-
de la población durante todo el finidos desde la comunidad.
Objetivos Investigación-acción Investigación-acción
proceso.
participativa

Su objetivo es la transformación Es un proceso fortalecedor de co-


Rol social Eficiencia en la investi­ Realización de una in­
de la vida, del entorno y de l a so- munidades y grupos.
• •

de la gación en una socie­ vestigación eficiente en


ciedad.
investigación dad considerada sociedades marcadas
social perfectible. por la desigualdad y la
Produce y necesita e l compromiso Las personas participantes tienen
Ingeniería social. opresión.
conjunto de agentes externos e in- control sobre el proceso, así como

Administración social . Producción de cambios


ternos respecto de la transforma· el poder de opinar y de decidir. Es
• •

crítica. Producción de cam­ sociales.


ción a producir.

bios sociales. • Liberación.


Mejoramiento de la ra­ Carácter político de es­
Es un modo de conocer y actuar Es una experiencia educativa en la
• •

cional idad y la justicia ta actividad científica:


para prod u c i r cambios benefi- cual se brinda aprencfüaje siste-
de las prácticas socia­ democratización, desa­
ciosos y es llevado a cabo por las mático y a la vez abierto a lo ines-
tanto para agentes les. rrollo de la ciudadanía,
personas afectadas por una situa- perado,
externos como internos. fortalecimfento de la
ción y por los agentes externos.
sociedad civil.

Reconoce a la producción de co- Moviliza a comunidades y grupos


Relación Crítica de la investiga- Crítica de l a investiga-
nacimiento como parte del queha- para la solución de sus problemas
• •

con la ción tradicional. ción tradicional.


cer de l a población. como sociedad civi l .
investigación • Conservación de ne- • Innovación en técnicas
tradicional xos con la investiga- y procedimientos tradi-
Fomenta el desarrollo del saber Enseña a todos los partici pantes
ción tradicional. cionales.
popular y enriquece el saber cien- a escuchar y a hacerse escuchar;
tífico. a expresar sus deseos y a permi-
Relación entre Acercamiento al objeto Inclusión de los "suje-
tir que otros hagan lo mismo.
• •

sujeto y objeto de conocimiento incor- tos" de i nvestigación,


de parando i nform ación quienes pasan a ser
Es u n proceso dialógico y dialécti- Es un proceso formador de ciuda-
conocimiento proveniente de é l . partici pantes ce-i nvesti­
co. danía.
gadores.
Participación social.
Es un proceso reflexivo que produ- Es un proceso político, en el senti-

ce procesos de concientización. do propiamente dicho del término.


Papel del • Comparación de la • I ncorporación de la de­
sujeto-objeto perspectiva d e l proble­ finición de problemas y
Popul ariza técnicas de investiga- Pone énfasis en el trabajo con gru-
de ma de quien i nvestiga necesidades de las per­
ción . pos oprimidos, excluidos o explo-
conocimiento con la de las personas sonas con las cuales
tados.
que viven la situación se va a investigar.
Desarrolla la capacidad creativa. Tiene aspectos hermenéuticos. problemática. • I ncorporación del saber
• Obtención de informa­ popular (la "ciencia del
Une teoría y práctica. Praxis. Devuelve el conocimiento produci-
ción de los sujetos. puebl o " , según Fal s
do tanto a la comunidad producto-
Borda, 1981).
ra como a la comunidad científica.

Fuente: Demo, 1985; Fals Borda, 1990; Gon<;:alves de Freitas, 1997; Hall,
1975, 1981; Kemmis y McTaggart, 1987; Montero, 1994a; :2000; 2003a.
¡ .¡. s Maritza Montero La investigación-acción participativa 149

Relación • Superación de la bre­ • Unión de teoría y participativa es necesario entonces especificar cuál es la
de transformación cha entre teoría y práctica (praxis). fundamentación ontológica, epistemológica, ética y políti­
de conocimiento práctica. • Intervención en la in­
ca sobre la cual ha sido construida, aspectos que comparte
Superación de la bre­ vestigación social y
con la psicología social comunitaria, pues ambas derivan

cha entre investiga­ participación de nue­


ción y acción. vos productores de del mismo paradigma (Montero, 2004).
conocimiento.

Rol de los • Compromiso de los • Compromiso político


investigadores investigadores con la de los agentes exter­ Aspectos ontológicos
sociales sociedad en la que vi­ nos con los grupos que
ven, para la resolu­ necesitan ayuda, y de
La IAP parte de una concepción dinámica y dialéctica
ción de problemas los agentes internos,
psicosoc i a l e s que con la consiguiente
de la realidad, entendiéndola como una construcción de
afectan a sectores o transformación de sus cada día. La realidad existe porque es construida, reconstrui­
grupos de su pobla­ condiciones de vida. da y destruida de innumerables formas cada día; por lo tan­
ción.
to, en ese mismo sentido, un sujeto cognoscente es todo ser
Aportes a la • Desarro l l o de una • Educación: enseñan­ que en su relación con el mundo que lo rodea y al cual per­
sociedad ciencia aplicada con za-aprendizaje de los tenece, produce y reproduce conocimiento, además de ser
mayor y más rápida agentes externos (AE)
actor de ese proceso. Y al hacerlo construye realidad y es
capacidad de res­ y de los agentes inter­
puesta a los proble­ nos (Al). construido por la realidad que construye. Pero no es un ac­
mas sociales. • Socialización de pro­ tor individual, aislado, único en cada proceso. Se trata de un
• Desarrollo de una cedimientos y técni­ ser que sólo existe en relaciones, de un ser cuya naturaleza es
ciencia m á s cercana a cas.
las necesidades, inte­ • I n novación en proble­
social porque es capaz de mantener múltiples relaciones en
reses y perspectivas máticas y necesida­ las cuales genera, con otros seres, el conocimiento. Esto se ha
de las poblaciones. des a tratar y en dicho muchas veces, pero manteniendo siempre una indivi­
Producción de cam­ técnicas y procedi­
dualidad aislante. No se trata de que desaparezca ese carác­

bios sociales planifi­ mientos para abordar


cados. problemas. ter de ser único en medio de lo colectivo, sino de construir la
• Desarrollo h u mano y individualidad en el proceso de relación con otros. Si no hay
social.
relaciones, no puede haber individualidad. En tal sentido, es­
Facilitación de l a ca­
ta concepción ontológica se inscribe en una más compleja

pacidad de moviliza­
ción y organización de tanto para la construcción del ser de las cosas como para la
grupos y comunida­ construcción de lo que se ha llamado sujeto cognoscente. Y
des.
• Promoción de l a soli­
por ello la IAP considera que se debe partir de la totalidad,
daridad. de la complejidad y del dinamismo, y entender que toda per­
sona es productora de conocimiento.
1 50 Maritza Montero La investigación-acción participativa 1 51

Aspectos epistemológicos 1 irn, es producto de múltiples saberes, y si bien es en el

1 1 1 � todo donde se establece la separación entre estas formas


En el caso de la IAP la relación entre sujeto que cono­ 1 lc conocimiento, están mucho más relacionadas de lo que
ce y objeto que es conocido adquiere una característica di­ 1 :1 1 1to los científicos como las personas sin formación cien-
námica en la cual el vínculo entre sujetos que investigan a 1 íllca imaginan o están dispuestas a admitir.
otros sujetos cuya situación o problemas son corisiderados En la cuadro 4 presento una comparación entre los dos ti-
como objetos a conocer no supone que la acción de pro­ 1 u >s ·de conocimiento mostrando sus semejanzas y sus dife­
ducción del conocimiento se genera y emana de un solo r rncias. El hecho de que el conocimiento popular no sea
polo de la relación: el de los investigadores. Por el contra­ 1\· ·onocido ni publicitado es parte del éxito de la institucio-
rio, y ello es la base de su carácter participativo, se parte de 1 1:t lización de la ciencia como único saber válido, así como del
la consideración de que tanto el investigador que se acerca 1 >roceso de ideologización derivado del mantenimiento del
al grupo para conocer cómo quienes forman dicho grupo 1 u 1der que radica en esa institucionalidad.
son productores de conocimiento. Se trata entonces de En la literatura con frecuencia se ha hablado de horizon­
una doble producción de saber, que parte de la historia y tfllidad para referirse a la relación de producción de cono­
de las prácticas cognoscitivas de ambos tipos de agentes c i 1 11iento que se desarrolla en la IAP, pues esa relación
constructores de conocimiento, quienes, gracias al proceso eq uipara a ambos agentes, ya que cada uno aporta su cono­ 1

'1
de investigación compartido, participativo, se unen para r i 1 niento al problema investigado o problema atacado. Los
producir una tercera forma de conocimiento que va a rea­ ag-cntes externos introducen los conocimientos propios de
limentar ambas formas iniciales a la vez que generará un :;1 1 ciencia, de sus técnicas y estrategias, y los agentes inter­
nuevo saber. Esto supone además una relación de distinta
índole entre ambas categorías de ág�ntes. En algún caso, se
nos aportan el de su historia, de sus problemas, de los he­ ¡1
t'hos vividos y de su saber tradicional. Y como se ha dicho,
ha dicho que el conocimiento producido de esta manera h a y una relación de diálogo en que ambas voces se unen y
parte del saber popular y: d iscuten, preguntan y responden, opinan y disienten o
rnncuerdan, intercambian, toman decisiones y desarrollan
se articula de manera crítica con el conocimiento académi­
instrucciones.
co produciendo así un tercer conocimiento nuevo, mesti­
Y hay un movimiento en el cual la práctica genera teo­
zo, que es el saber necesario y útil para el proceso orgánico
de la transformación y la liberación (Rodríguez Gabarrón, ría y esa teoría genera nuevas prácticas, lo cual ocurre en el
1 997: 6). 1 >roceso freiriano de reflexión sobre lo que se hace, se dice
1
y se sabe. Esto configura el principio de unión entre teoría
Pero esa opinión pareciera tener su fundamento en la
creencia de que el conocimiento científico es radicalmen­
y práctica, que se traduce como praxis. Rodríguez Gaba­
r n'm (1997: 7) considera que en esa praxis se produce la vi­
1
.1:ilancia epistemológica, a la que presenta como "componente
te distinto del conocimiento popular, y la idea de "mesti­
1 lc fondo en la reflexión crítica" y que define como:
1
zaje" parecería asimismo suponer que los conocimientos 1

que se unen en la IAP son "puros". Ningún conocimiento·


el cuestionamiento colectivo a la práctica y la duda sistemá­
1
es puro. Todo conocimiento, por su mismo carácter histó- 1
tica fustigando al conocimiento como producto. Es vigilar y
1
1I

1;
1 52 Maritza Montero La investigación-acción participativa 153

Cuadro 4. Com paración entre conoci m i e nto criticizar [sic] la verdad social, es legitimarla a partir de la
científico y conoci m i ento popu l a r percepción y la perspectiva del sujeto histórico, como una
manera de eficientar [sic] su capacidad en la acción (Rodrí­
Conocimiento científico Conocimiento popular
guez Gabarrón, 1 997: 7).
Aplicabilidad. Aunque a veces no Aplicabilidad inmediata.
es inmed iata. Esto equivale a decir que en la reflexión con la comuni­
clad con la cual se trabaja, debe estar siempre presente la
Se origina en prácticas de la vida Se origina en prácticas de la vi­
cotidiana y en el conocimiento da cotidiana y en el conocimien­ posibilidad para los miembros de dicho grupo de cuestio­
científico acumulado. to históricamente producido. nar y discutir su relación en la gestión y acción que .se lle­
va a cabo.
Posibilidad de ser corregido. Posibilidad de ser corregido.

Reconocimiento social a través Reconocimiento social popular.


del apoyo y legitimación dados Su práctica puede ser desdeña­ /lspectos éticos
por instituciones oficial mente re­ da y aún prohibida por las insti­
conocidas. tuciones del Estado.
Al incorporar nuevos actores sociales al proceso de pro­
Sujeto a métodos canónicos, sis­ Sujeto a una gama de métodos ducción de conocimiento se está incluyendo la diversidad,
tematizados. producidos ad-hoc, transmiti­
se está ampliando el rango de la categoría investigadora y
dos oralmente, rara vez siste­
matizados. se está modificando el papel, las atribuciones y la ocupa­
ción de los psicólogos comunitarios. Y de acuerdo con las
Racionalidad hi potética deductiva Racionalidad relativista. características de la relación que se ha descrito en el apar­
(en proceso de cambio).
tado anterior, esto supone una posición ética básica para
Causalidad l i neal basada en de- Causalidad dialéctica. poder llevar a cabo investigaciones activas participativas.
ducciones e inducciones. Esa posición de orden ético se basa en el respeto del otro.
Nada de lo anteriormente dicho puede darse si no existe
I nfluye sobre el sentido común a Posibilidad de influir en el cono­
través de su divulgación y aplica- cim iento científico a través de ese respeto básico mutuo entre agentes externos e inter­
ción. l a experiencia transformada en nos. No habrá verdadera participación (ingrediente funda­
h ipótesis o problemas de in­ mental en esta forma de investigación) si no hay respeto. Y
vestigación.
éste debe liberarse de toda forma de benevolencia compa­
Transmisión académica de su pro­ Transmisión oral y mediante siva, que oculta siempre un sentimiento de superioridad,
ducción. prácticas cotidianas. con respecto a aquel que se desea proteger por considerar­
lo más débil, menos capacitado, menos competente. Si los
Fuente: Adaptado de M . Montero (1994). agentes internos tienen debilidades (por ejemplo, conside­
rar que no tienen los recursos verbales para exigir ciertos
servicios públicos), es necesario discutir con ellos ese as­
pecto y elaborar conjuntamente un programa de fortalecí-
1 54 Maritza Montero La investigación-acción participativa . 1 55

miento. Si los agentes externos tienen debilidades (es fre­ 1 :d i 1,ando al mismo tiempo un proceso colectivo de con­
cuente la presencia de temores ante la posibilidad de tra­ t "it:ntización sobre esa tarea y su significado.
bajar en entornos desconocidos con personas muy Como parte de ese proceso se produce tanto una nueva
diferentes a las que se suele conocer), deben explicitarlas y 1 · 1 mciencia sobre la vida, sobre el entorno y sobre la socie-

seguir el mismo procedimiento antes indicado. 1 l:1d particular y sobre las instituciones a través de las cua­

Es igualmente ético aceptar al otro en su diversidad. ks se gobierna. Y digo nueva, porque lo que la IAP busca
Muchas veces esa diversidad se expresa en discapacidades, l ' S - una movilización de la conciencia hacia aspectos no re­

o en características físicas diferentes a las propias del gru­ rnnocidos o entendidos corno naturales. No se trata de
po social (étnico, por ejemplo) al cual pertenecemos. Por "crear" o de "generar" conciencia, pues todas las personas
esa razón la IAP comprende entre sus técnicas y procedi­ 1:1 tienen, sino de movilizar la reestructuración lograda a
mientos una etapa de farniliarización y sensibilización, no 1 ravés de la reflexión discutida en el proceso de desarrollar
sólo sobre el problema, sino entre agentes externos y agen­ :icciones transformadoras. Asimismo, se da también un
tes internos. Este aspecto es muy importante, pues no só­ proceso de compromiso: por un lado, de los agentes exter­
lo se trata de que se conozcan y se acostumbren a trabajar nos con respecto a las comunidades con las cuales trabajan
juntos, sino además de que se descubran las idiosincrasias y los procesos de transformación que con ellas realizan;
y capacidades, las fortalezas y debilidades de unos y otros. por el otro, de los agentes internos pertenecientes a esas
Se trata también de darse cuenta de que muchas veces un comunidades con respecto a dicho proceso y a todo lo que
aspecto divergente puede constituir un recurso de gran ello implica.
efectividad, así corno puede sorprender el encontrar den­ Lo anterior configura un proceso de democratización que
tro de uno mismo habilidades desconocidas que surgen a se lleva a cabo a través de la participación social y del proce­
partir de la actividad compartida. so educativo que va unido a ella. Participar no equivale a rea­
lizar acciones determinadas, decididas y guiadas por los
agentes externos, sino producidas, decididas y llevadas a ca­
Aspectos políticos bo en el proceso dialógico que es central para la IAP Y esta
.

democratización se traduce en desarrollo y fortalecimiento


La IAP es esencialmente política, dimensión intrínseca de la sociedad civil, lo cual es parte de la madurez política de
a este método y además claramente expresada en su carác­ un pueblo. De esa manera la IAP constituye un espacio para
ter participativo y sustentada en los aspectos ontológicos y escuchar las voces de quienes viven las situaciones problemá­
epistemológicos. Y es política en el más amplio sentido del ticas en las cuales se interviene, pues ello es parte del recono­
término, pues no se trata de responder a un determinado cimiento de nuevos actores sociales y del principio de
movimiento o partido político, lo cual inmediatamente la autonomía y autodeterminación de las comunidades que ha
colocaría en un lugar excluyente de la sociedad, sino de in­ desarrollado Fals Borda (1959). Y esta dimensión política de
corporar al pueblo (en todas sus dimensiones) al espacio la IAP es la que le permite ser un método para la liberación
público de la transformación social. Y al hacerlo busca el y que muchos psicólogos y psicólogas comunitarios elijan
fortalecimiento de las capacidades que tienen esas personas trabajar con los sectores más pobres de la sociedad, con los
y el desarrollo de otras que podrían no estar presentes, ca- grupos excluidos y en desventaja social (Girardi, 1997).
I 6 Maritza Montero La investigación-acción participativa: orígenes ] )7

Resumen
Preguntas para reflexionar sobre la investigación-acción

La IAP es un método ética y socialmente comprometido, participativa como método

que busca no sólo producir un saber sino transformar una si­


• ¿Por qué se desarro l l ó este método e n países l atinoa­
tuación. Por ello ha elegido ser un medio en América latina
mericanos?
para lograr la liberación, igualdad e inclusión social de las
• ¿Por qué no se generaron métodos origi nales de acuer­
mayorías menesterosas. Y por ese compromiso de carácter do con el parad igma pred o m i n a nte en la psicol ogía a
político, su origen metodológico derivado de la investiga­ med i ados de siglo?
ción-acción lewiniana adquiere la condición de participa­
ción que establecerá la distinción fundamental entre ambos
métodos y marcará su estructura paradigmática. En resu­
men, los principios que caracterizan a la IAP son:
• To talidad. Es decir, la perspectiva holista en el enfo­

que de los fenómenos sociales.


• Complejidad. Se manifiesta en la pluralidad de saberes

y de actores sociales comprometidos, de realidades,


de vías y soluciones posibles y de articulaciones.
• Proximidad. Cercanía y relación de igualdad en la di­

versidad con las personas de la comunidad.


• Concepción monista de la realidad. No hay separa­

ción entre la realidad y el conocimiento de la misma.


Lo investigado y sus investigadores forman parte del
mismo mundo.
• Carácter dialógico de la relación entre investigadores

externos e internos.
• Utilización y producción de mú ltiples saberes (saber !
popular y saber científico).
• Carácter político de la IAP
.

• Historicidad del conocimiento y de la situación en ·la


¡:1
que se trabaja.
Desde la posición que estas condiciones trazan es posi­
ble investigar activa y participativamente para generar
transformaciones, no porque tengan un mágico efecto de
cambio, sino por el efecto movilizador de la conciencia
unido al efecto energizante de la acción y al efecto educa­
dor de su condición participativa.
1 58 Maritza Montero
Lecturas complementarias recomendadas CAPÍTULO 6
Este libro forma parte de una trilogía que se comenzó a La investigación-acción participativa:
publicar en 2003. Por lo tanto los lectores pueden encon­ aspectos metodológicos
trar en las dos obras anteriores bases teóricas y conceptua­
les de los procesos y modelos aquí mencionados:
Montero, M. (2003): Teoría y práctica de la psicología co­
munita ria. La tensión entre comunida dy sociedad, Buenos Ai­
res, Paidós.
Montero, M. (2004) Introducción a la psicología comunita­
ria. O rígenes, conceptosy procesos, Buenos Aires, Paidós.

Una obra que conviene leer es la de L. Rodríguez Ga­


barrón y L. Hernández Landa (Investigación pa rticipa tiva,
Madrid, Centro d e Investigaciones Sociológicas, 1 994), en Introducción
la cual, además de dar una perspectiva de los aspectos epis­
temológicos, metodológicos e históricos de la IAP, se pre­ En el capítulo anterior presenté el cómo, cuándo y dón­
sentan ejemplos tomados de la experiencia de los autores. de se desarrolló la investigación-acción participativa (IAP) y
Sobre los aspectos fundacionales de la investigación-ac­ cuál es su fundamento epistemológico, teórico y ético. En
ción participativa es convenien_te leer el capítulo de P. este capítulo señalaré las bases de su condición investigado­
Park, publicado en el Ha ndbook ofAction Research (Partici­ ra y de su aplicación, así como la relación esencial y consti­
pa tive Inq uiry a nd Pra ctice) , dirigi 9,9 por P. Reason y H. tuyente entre este modo de investigar y la participación. Lo
Bradbury (Londres, Sage, págs. 81 -90). Allí, una de las primero que debo señalar es que no describiré aquí un mo­
personas que trabajaron con Freire y con Fals Borda, cuan­ delo o diseño fundamental a seguir, pues por su mismo ca­
do se iniciaba el proceso de creación de este método, rela­ rácter participativo los modos de hacer IAP varían de un
ta su experiencia con los dos maestros. En esa misma obra, contexto a otro. Sólo trataré de mostrar cómo es posible
O. Fals Borda presenta igualmente su testimonio: "Partici­ cumplir con las bases que dan el carácter activo y participa­
patory (action) research in social theory" (págs. 27-3 7). tivo a este modo de investigar. Hago esta advertencia debi­
Otros autores de esa recopilación hacen de ella un libro do a que, con demasiada frecuencia, en la labor docente se
útil para investigadores y docentes. reifican los conceptos y lo que es un proceso dinámico pue­
de terminar como las mariposas de colección: clavados en
una tabla, enmarcados y además protegidos por un vidrio
cuyo reflejo del rostro de quien los contempla se mezcla con
lo contemplado. El lector o la lectora debe saber, entonces,
que no encontrará la tarea hecha, sino algunos ingredientes
que en mi práctica y la de otros colegas ha sido útil usar.
160 Maritza Montero /,a investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 161

Características de este método cación y acción, implementadas colectiva y solidaria­


mente.
La IAP tiene una orientación a la transformación social,
así .c omo un carácter crítico, dialógico, reflexivo, político, La presencia de estas características puede lograr que la
fortalecedor de la sociedad civil y democrático; además es i nvestigación que se está desarrollando sea participativa y
colectiva, participativa y, en su desarrollo latinoamericano, :1ctíva. Y ello puede reconocerse por el hecho de que las per­
no se la utiliza sólo para "constatar sino para problemati­ sonas provenientes de las comunidades pueden oponerse a
zar", como dice Brandao (1981). Todo esto condiciona las ciertas decisiones de los agentes externos, modificarlas o
técnicas y modos de hacer generados por la IAP otorgán­ :1poyarlas, así como asumirlas directamente. Asimismo, son
doles los siguientes atributos: capaces de dirigir el proceso en ausencia de los agentes ex­
ternos (AE) y continúan efectuando transformaciones y re­
• Ser problematizadores, en el sentido de conducir a la re­ flexionando sobre lo que hacen después que ellos se
flexión y a la crítica mediante el rechazo de las explica­ marchan. Y sobre todo, se sienten libres de haca críticas.
ciones y modos de ver el mundo predominantes en una Este aspecto es muy importante porque muchas veces es po­
sociedad, pero que al mismo tiempo responden a inte­ sible observar la inhibición de personas de la comunidad
reses no explícitos y actúan en desmedro de la pobla­ respecto de la posibilidad de objetar algo que hacen los
ción (o de ciertas categorías sociales dentro de ella), agentes externos, prefiriendo hacer sus obse�aciones en
desmejorando o perjudicando sus condiciones de vida. grupos de conocidos que tienen su confianza, o bien apelan­
• Ser generativos, porque incorporan una pluralidad de do al clásico método de abstenerse de participar o de con­
saberes y, al fomentar la participación, producen di­ sultar a las personas cuestionadas. Cuando eso ocurre, la
versidad, contrastes, creatividad y nuevas ideas. La relación no es completamente dialógica o no lo es en abso­
IAP es un modo de hacer que rechaza el pensamien­ luto. Y esto puede ocurrir respecto de algunos AE o también
to único y excluyente, y en tal sentido es también in­ respecto de algunos agentes internos (Al). En tales casos, si
tegradora pues reúne esos saberes para producir nuevos se estuviese dando un proceso crítico, AE y AI deberían en­
conocimientos a partir del intercambio entre ellos. frentar el asunto y discutirlo para solucionarlo, pues lo que
• Ser emancipadores porque buscan a través de la acción comienza como un retraimiento ante ciertas actividades
compartida y de la participación activa, la liberación y puede llevar a que la comunidad termine participando sólo
transformación de acuerdo con los intereses de las per­ en aspectos formales, pasando a ser una receptora de servi­
sonas participantes. Así, son también fortalecedores pues cios que pueden irse separando de las necesidades de la co­
generan procesos y fomentan experiencias de control y munidad al perder contacto efectivo con ella.
ejercicio del poder democrático, de desarrollo de recursos,
capacidades y creatividad en los participantes.
• Generar, además, una relación dialógica y horizontal, Algunas premisas para la IAP
pero no uniformadora, entre agentes externos e in­
ternos. El desarrollo de la IAF ha producido algunas premisas
• Ser parte de un proceso que integra investigación, edu- o principios orientadores de la aplicación de este método.

il l
162 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 63

1) s ­
En tal sentido, los trabaj os de Fals Borda ( 1959, 1 98 _ � las organizaciones políticas a las cuales pertenecen. Signi­
iencia
ministran una serie de aspectos extraídos de su exper fica también que el compromiso fundamental es con la
práctica y de la reflexión que sobre la m sma �
ha venid o ha­
_ gente con la cual se trabaja, cuyas necesidades e intereses
ciend o a través de medio siglo de traba¡os con comu mda­ han motivado la acción con la que se han comprometido.
aut� r
des en diferente: países de América latina. Para ese Asimismo, significa estar dispuestos a dejar de lado ideas
si-
la IAP, por su carácter participativo, debe poseer los preestablecidas, tarea que ciertamente no es fácil, porque
guientes rasgos: muchas veces no somos conscientes de su carácter apren­
dido o impuesto y las hemos asumido como naturales, co­
mo parte esencial del ser de las cosas o como la forma
Autenticidad y compromiso "correcta". Por lo tanto, no se debe llegar a las comunida­
des con un plan rígido, trazado a espaldas de las personas
arse
Esto significa que los investigadores deben mostr que las conforman o imbuido de teorías; no porque las teo­
. pretender pasar por " pue bl o" o �or rías sean malas, sino porque se estará olvidando que existe
como lo que son, sm
se realiz a
"campesinos" a fin de obtener datos, o mientras una práctica, una historia, una cultura y condiciones de vi­
el trabaj o. Algo que también ha criticado Per �mo ( � 1 988). da que es necesario conocer y tomar en cuenta. Y esta ad­
Los dos conceptos van juntos, pues la auten uc1da ? es �a vertencia es válida para los dogmatismos de cualquier
romis o exige
condición del compromiso, así como el comp signo, dirección y origen, pues se dirige a contrarrestar to­
trata
la honestidad que es parte de la autenticidad. No se da forma autoritaria de imponer planes preconcebidos y
los
de parecer, sino de ser y de reali�ar un trabaj � e� el cual_ soluciones decretadas desde centros de poder que ignoran
, n a los ob¡eti vos der va­
AE consagren su saber y su acc10 : la voluntad de quienes sufren los problemas o desean el
la soluc ión de las neces idade s de los Al. La con¡u n­ cambio. Las posiciones dogmáticas suponen una actitud de
dos de
ite la
ción de estas dos cualid ades es la que perm base profundamente arrogante que supone que la verdad,
y cientí fico) para produ cir
conjunción de saberes (popular el saber y la ciencia están en un sólo lugar: el de los funda­
s. Como ya he­
un nuevo conocimiento a partir de ambo mentalistas de la interpretación del cambio social.
de­
mos señalado (Montero, 2004a), saber y compromiso Esta condición es la garantía de que el carácter político
ben provenir tanto de los AE como de los Al. de la aplicación de la IAP en el campo de la psicología co­
munitaria, en el sentido de lograr un fortalecimiento de la
ciudadanía y el desarrollo de la sociedad civil a través de la
Antidogmatismo participación (Montero, 1998, 2003a), pueda tener un carác­
ter liberador. Y ello se explica en el hecho de que el anti­
Los AE deben abandonar la rigidez dogmática y estar dogmatismo se opone a la imposición autoritaria de
� �
dispuestos a escuchar y entender o que icen las p erso�as concepciones políticas establecidas como forma oficial de
de las comunidades con que traba¡an. Anudogmausmo sig­ la verdad que pretendan imponer los AE, considerándolas
nifica no anteponer a los intereses, demandas y op iniones a priori como las soluciones perfectas para cualquier pro­
provenientes de las comunidades las normas y los u:1tereses blema social. Al querer imponerlas ignoran lo que los Al
personales, de las instituciones para las cuales traba¡an o de puedan decir, así como las características de su historia y
Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 65
164

del contexto en que viven. Ya Fals Borda consideraba que no gubernamentales), ya sea como financiadoras o como
tales situaciones son parte de los "colonialismos" de iz­ l:jecutoras de políticas sociales. E igualmente a la comuni­
quierda y de derecha, es decir, la "tendencia a copiar tesis dad científica con quienes los AE, sobre todo cuando ac­
e imitar autores de países dominantes sin tener en cuenta túan desde la academia, tienen igualmente una deuda. Es
al medio cultur tl" (Fundación Rosca, 1 972: 2 , citado por necesario devolver para enriquecer la corriente general del
Fals Borda, 1 98 : 50). saber tanto del sentido común como de la ciencia.

Socialización del co•zocimiento producido Autoinvestigación y control por parte de las comunidades

Éste es un aspecto fundamental y característico de la La IAP se ha definido como una forma de investigación
IAP, definido en la literatura de los años ochenta e inicios cuyos actores principales no son investigadores en el sen­
de los noventa como la devolución o retorno sistemático tido académico del término. Esos nuevos actores sociales
del conocimientó. producido en dicha investigación a todos son constructores de conocimiento y el elemento básico de
el
los grupo s, instituciones y personas comprometidos con su existencia como método. Esta condición aparece desde

trabajo y con las comunidades involucradas en él. El car� sus inicios y es muy evidente en la obra de pioneros como
ter participativo de este tipo de investigación estaría m­ Freire (para citar sólo un ejemplo evidente); pero más re­
completo si este paso no se llevara a c;.bo. Y las personas cientemente Park, quien participó en trabajos rPalizados
de las comunidades no sólo tienen derecho a conocer los por Freire en los años setenta y ochenta, ratifica ese carác­
resultados y a recibir la visión . integral sistematizada del ter de la IAP al definirla como la "actividad de investiga­
pro�eso vivido y trabaj ado porque han participad? de la in­ ción orientada a la acción en la cual gente corriente trata
vestigación, sino porque además el verlo converudo en re­ necesidades comunes que surgen en su vida diaria y, en el
sultados prácticos, reflejados en un informe analítico, proceso, generan conocimiento" (Park, 200 1 : 8 1).
­ Entonces, para que una investigación activa sea participa­
crítico y que presenta los hechos organizadamente convir
tiéndolos en saber que dice a quiene s lo crearo n, que trans­ tiva debe involucrar a las personas a quienes va destinada o
mite las voces y los intereses de esos creadores y que sobre quienes trata. Esto podría parecer redundante pero no
ingresa a la corriente del saber tanto científico como po�u­ lo es, pues no siempre la inclusión de personas de las comu­
lar' es una forma de reconocimiento a su labor producuva nidades es una forma de participación, sino más bien una
. y proporciora una herramienta útil para futuras acci�nes. cooptación decidida por los AE o por alguna agencia exter­
Esta "2evolución" que también ha sido denominada na, que puede tener un carácter patemalista que no fortale­
"entrega sistemática" (Gonc;:alves de Freitas, 1 997) o "in­ ce a la comunidad. Esta premisa sostiene el derecho de la
tercambio", y que en el capítulo 1 1 es redefinida como dis­ comunidad a decidir lo que se va a investigar y sobre qué,
cusión evaluadora sistemática, debe entregarse no sólo a la cuándo y cómo se va a actuar. Incluso cuando los AE sumi­
comunidad con que se llevó a cabo la investigación y la ac­ nistran importantes conocimientos psicológicos, metodoló­ I¡ ,
ción transformadora, sino también a las instituciones que gicos, estadísticos o legales, por ejemplo, es necesario tener
de alguna manera hayan intervenido (gubernamentales o en cuenta el ritmo de asimilación y de reflexión de tales co-

11
11
111
166 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 167

nacimientos que puede tener la comunidad, así como su 1110 "desprofesionalización", término poco feliz para un fe­
contraste y combinación con el saber y experiencia propios, liz procedimiento al cual definieron como "socializar el co­
y con sus sentimientos y preparación al respecto. Y aunque nocimiento profesional, transfiriéndolo a sectores de la
esto lleva a pensar que las investigaciones activas y participa­ población marginada de la posibilidad de acceder a él y a
tivas exigirían un tiempo muy largo de preparación, lo que su empleo". Capacitar a personas interesadas en una co­

ocurre es diferente, pues lf participación acelera _!9s proce­ munidad proporciona recursos técnicos para desarrollar su
sos de acción y de reflexión'y .también los de cambW>. El diá­ acción transformadora (por ejemplo, técnicas de dinámica
logo es entonces fundamental para que esa forma de control de grupo, de análisis, de encuesta) con sus propios recur­
y de producción de autoconocimiento se de en la práctica. sos humanos. Por ejemplo, capacitar a personas de la co­
Más aún, este aspecto responde a una pregunta funda­ munidad para la aplicación de una encuesta puede permitir
mental que debe plantearse quien aplique la IAP como vía llevar a cabo una investigación de carácter epidemiológico
para investiga�_y_ para inducir o producir transformaciones u opinático con rapidez y precisión, a la vez que se obtie­
comunitari as: j ¿ ?- � dónde . �roviene el cambio?. ¿Quiénes ne un número significativo de respuestas que refleje el sen­
producen el c:fínb10? ¿Qmenes son agentes acuvos de ese tir de esa comunidad.
cambio?/Alcanzar transformaciones psicológicas y sociales Quizás debido a la referencia verbal a la profesión, el
ha sidQ;no de los objetivos de la psicología en sus diferen­ término "desprofesionalización" fue percibido por algunas
tes ramas así como de la ciencia en general, pero es nece­ personas como una amenaza al ejercicio profesional de los
sario reflexionar sobre esa meta y sobre el rol que tenemos psicólogos. Algo así como crear "psicólogos comunitarios
los AE en ella, particularmente en el campo comunitario. descalzos", cuya actividad perjudicaría la calidad científica
No se trata de negar la influencia de nuestra disciplina y de y provocaría una invasión del campo de aplicación por par­
nuestro trabajo, sino de calibrar el carácter todopoderoso te de personas sin la preparación suficiente. Ciertamente el
y mesiánico que a veces nos adjudicamos y entender que es término no fue afortunado, pero lo que Talento y Ribes
el carácter participativo el que, al unir fuerzas entre Al y Iñesta planteaban no significaba la pérdida de la especifici­
AE, permite lograr la conjunción de conocimientos, senti­ dad profesional, sino la posibilidad de desarrollar cambios
mientos y acciones que produce transformaciones. Y reco­ sociales llevados a cabo con eficiencia y con la participa­
nocer también que muchas veces los logros no responden ción de la población. Y basándose en postulados gramscia­
a los objetivos planteados, sino que los superan. O que en nos planteaban la actividad de los profesionales (agentes
virtud de la participación tanto las metas fijadas como las externos para la psicología comunitaria) "a partir de la
vías tomadas para alcanzarlas cambian y producen resulta­ concientización de su función y origen social, y la vincula­
dos diferentes de los inicialmente buscados. ción orgánica del profesional a una organización que bus­
que la modificación de las condiciones estructurales y
superéstructurales que lo determinan" (Talento y Ribes
Divulgación técnica Iñesta, 1 979: 240).
Este aspecto supone la entrega de conocimientos técni­
Esto es lo que a inicios de los años ochenta del siglo pa­ cos por parte de los AE a los Al y responde a las siguientes
sado, Talento y Ribes Iñesta ( 1979: 241) denominaron co- preguntas: ¿Quiénes son capacitados para actuar mediante
168 Maritza Montero l .rr investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 169

las estrategias, técnicas, instrumentos y métodos psicológi­ ( ,'ompromiso de los agentes de cambio
cos en general? ¿A quiénes fortalece? La práctica nos ha
enseñado que entre AE y AI ocurre un intercambio de sa­ No basta con que haya psicólogos y psicólogas comuni-
beres, uno de cuyos efectos es que la llamada "devolución 1 :i rios comprometidos, tiene que haber también agentes
sistemática", o disrnsión evaluadora sistemática, no se pro­ comunitarios (AI) comprometidos. La transformación será
duzca en un solo sentido. Es decir, ese intercambio de sa­ llevada a cabo en un trabajo conjunto, por lo tanto se ne­
beres no va solamente de los AE a los AI, sino también de ·ccsita la dedicación y el compromiso de ambos agentes. Y
los AI a los AE, como se demuestra en muchos inventos si se habla de diálogo no puede ocurrir de otra manera. El
cuyos creadores tomaron prácticas populares desarrolladas diálogo es interacción y se da en una interrelación. Por tal
en la cultura de su época y las sistematizaron científica­ razón, así como los AE suministran y enseñan métodos pa­
mente. Pero en este último punto es donde la segunda pre­ ra investigar a los AI, éstos suministran modos de hacer y
gunta se muestra más pertinente: ¿el invento favoreció enseñan sobre su manera de vivir y de comprender el mun­
realmente a quienes habían desarrollado las prácticas coti­ do a los AE. Y entre ambos se va a producir nuevo conoci­
dianas descubiertas por el inventor? Sí y no. Si la práctica miento que enriquecerá los dos tipos de saberes (Montero,
existía, cumplía ya una función social. La patente del in­ 1994a, 2004). Llamo la atención en este punto en relación
vento, en cambio, otorgó derechos y los consiguientes be­ con una idea muy difundida: si los AE escuchan a los AI, la
neficio.:- de su comercialización a quien la registró. Pero al investigación y la acción que estén haciendo será IAP. Y no
generarse aplicaciones derivadas de una relación, muchas es así. No basta escuchar, es necesario dialogar (que no es
más personas pasan a beneficiarse de la sistematización en este caso sinónimo de conversación simple), es decir in­
creada por el inventor reconocido. La respuesta entonces tercambiar ideas y planes, opiniones, temores y dificulta­
no es ni simple ni fácil. Me inclino a pensar que el carác­ des, aciertos y soluciones. No se trata de "hacerse amigos"
ter colectivo de los beneficios producidos debe ser el que (aunque _ese tipo de relación pueda darse y sea deseable),
oriente la respuesta e invito a reflexionar sobre el proble­ pues el ser simpáticos no sustituye ni constituye a las tareas
ma a partir de dos nuevas preguntas: de investigación, acción y participación. No es mejor in­
r ·-- -- - ¿Quién o quiénes se benefician con los resultados de vestigador aquel que más sonríe o reparte más palmaditas
'. la investigación?
' en la espalda. Lo es quien es capaz de catalizar y facilitar
- Cuando se hace psicología comunitaria con una procesos en los cuales se logra::.i las metas fijadas conjunta­
, orientación participativa activa para la solución de proble­ mente entre AE y AI, produciendo transformaciones so­
\ mas, ¿qué intereses son considerados?
__ ciales y conocimientos útiles tanto a unos como a otros.
Reflexionar sobre estas y otras preguntas que podamos
hacernos durante nuestra práctica puede generar nuevas
respuestas y nuevas formas de acción. Ese constante cues­ Lo rnalitativo y lo rnantitativo
tionamiento y la duda son parte del carácter crítico de la
IAP. La IAP suele ser considerada entre los métodos cualita­
tivos, pero en verdad esa clasificación no refleja bien el ca­
rácter complejo que hemos descrito. Ciertamente, gran
170 Maritza Montero /,a investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 171

parte de lo que se hace en IAP es cualitativo, pero, como Por lo tanto los planes de trabajo deben ser flexibles,
bien saben quienes la emplean, se puede utilizar técnicas siendo posible reestructurarlos a medida que se van produ­
cuantitativas cuando ello es necesario de acuerdo con el ciendo cambios en la situación. Flexibles pero estructura­
problema que se investiga. Por ejemplo: aplicar una en­ dos serán los planes de trabajo, pues ciertamente para
cuesta en una comunidad a fin de averiguar necesidades o poder incorporar cambios y adecuar o enderezar un rum­
práctic;..,; sanitarias, o tasa de desempleo (entre otros aspec­ bo hay que, en primer lugar, saber cuál es ese rumbo y te­
tos); o aplicar medidas de tendencia centrales y ele disper­ ner objetivos claros. La IAP es un tipo de investigación
sión cuando se quiere describir con precisión ciertas demasiado costosa (en tiempo, en sentimientos, en conoci­
características de un grupo o población, para mencionar mientos, en trabajo y esfuerzos y en dinero) como para de­
sólo algunas posibilidades de aplicación. jarla al azar. Más aún, para poder improvisar y ser flexibles
Y es importante señalar que el tratamiento cuantitativo es necesario planificar todo, pues sólo así se sabrá cuándo
que reciben esas técnicas, puede, como he visto en mi pro­ debemos modificar los planes, dónde debemos cortar y
pia experiencia, ser sometido a prácticas cualit1 ·<>:; que,
·
dónde alargar.
buscando el significado de una determinada dimensión, van
más allá del número y producen resultados muy difo.·entes
de los obtenidos con la Media, Mediana y Modo, y con las Participación
Desviaciones Estándar, por ejemplo.
El tJ ::i.bajo con IAP trasciende los límites impuestos por Este aspecto es un elemento esencial y constitutivo de
ciertas a1 -::abalas académicas, pues se trabaja a partir de pro­ la IAP como método. Todo lo que se ha venido exponien­
blemas concretos y de una orientación ética y epistemológica do muestra de una u otra manera la condición participativa
(véase el capítulo 5) que exigen generar respuestas adecua­ del método. La participación es total: continua, decisoria,
das a las situaciones y no adaptar las situaciones a métodos determinante, democrática, y sin ella simplemente no se
prefijados. El r::ncipio de que el método sigue al objeto de puede hablar de IAP .

conocimiento es plenamente aplicado en la IAP .


Hemos escrito con mayor extensión e intención sobre
el carácter de la participación en la segunda obra de esta
trilogía sobre psicología comunitaria1 (Montero, 2 003a).
Flexibilidad en planes de trabajo Aquí sólo diremos que la participación en la IAP otorga el
derecho a la palabra, la decisión, la acción, la planificación,
Lo anterior se debf al hecho de que la IAP no es un mé­ el voto y el veto a las personas interesadas y a los grupos
todo predeterminado de acuerdo con ciertos lineamieritos organizados de las comunidades con las cuales trabajamos
inmodificables, a los que nos han acostumbrado los méto­ (AI), y también a los AE. En tal sentido, es necesario su­
dos tradicionales (que tienen sus diseños, sus ámbitos y sus brayar la participación de la comunidad, tanto en su forma
estrategias). No se trata en la IAP de confirmar una hipó­
tesis, aunque hipótesis, explícitas o implícitas, tenemos l. El primer libro es Teoría y práctica de la psicología coniunitai·in
siempre. Como ya se ha dicho muchas veces, se busca pro­ (2003); el segundo, Introducción a la psicología comunitaria (2004), y éste

ducir transformaciones. es el tercero.


1 72 Maritza Montero l .fl investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 73

grupal como en las acciones individuales dirigidas a alcan­ ,\'11/Jer popular


zar los fines colectivos. Un trabajo participativo está hecho
de innumerables acciones específicas, obra de muchos Así como antes hemos mencionado la necesidad de po­
hombres y mujeres con mayor o menor grado de interés en p11larizar técnicas y procedimientos, la IAP incluye un
la transforma6ón positiva de la comunidad con la cual se principio que presenta la acción recíproca del anterior-
relacionan. Y ninguna acción es pequeña o secundaria. To­ 1 1 1 ente mencionado: la incorporación del conocimiento
das forman _parte de un proceso mayor de cambio social popular al proceso de investigación, en todas sus facetas.
que incide en la calidad de vida, de acuerdo con las aspira­ Fundamentalmente, estos dos aspectos, que se comple­
ciones de los miembros de una comunidad y con las nor­ mentan, parten de una concepción no alineada de la cien­
mas y a-;ances sobre aspectos de interés social que cia. Es decir, no como si fuese un ente superior a sus
conciernen a la población en general y cuyos beneficios creadores que, cual genio encerrado en la botella, cuando
deben ser disfrutados por todos. se produce su apertura, crece y se convierte en algo temi­
ble, sagrado e inalcanzable para quien no tenga la capaci­
dad de volver a reducirla al estado de fuerza contenida. En
Acción-reflexión-acción efecto, si analizamos el modo de producción tanto del sa­
ber popular como de la ciencia, encontraremos ciertos as­
La IAP sigue la práctica formulada por Freire a inicios pectos en común entre ambos: su aplicabilidad en ambos
de la segunda mitad del siglo XX, según la cual toda acción casos, el originarse tanto en el sentido común como en el
debe generar reflexión sobre su sentido, su dirección y sus conocimiento acumulativo históricamente producido, la
logros. Fals Borda (198 1 : 5 5) ya hablaba del ritmo y equi­ incidencia del contexto de descubrimiento, la influencia
librio entre esos procesos y usaba la metáfora de la espiral sobre el sentido común al cual penetran a través de sus res­
continua "en la que el investigador va de las tareas más pectivas prácticas, y la posibilidad de corregir sus errores a
simples a las más complejas y de lo conocido a lo descono­ largo y mediano plazo. Las diferencias funda:!llentales son:
cido, en contacto permanente con las bases sociales". Y ci­ 1) El conocimiento científico tiene el reconcicimiento y la
ta cómo, en 1 986, Carr y Kemmis recogían esa misma idea legitimación provistos por instituciones oficiales (de hecho
en su trabaje con aborígenes australianos (Fals Borda, la ciencia en sí misma es una institución social), en tanto
2 001) . Fals Borda (198 1 : 5 5) planteaba también ese movi­ que el conocimiento popular recibe reconocimiento igual­
m;ento como un sistema de niveles que iba desde el cono­ mente popular, pudiendo ser desdeñado y a veces incluso
cimiento producido por "las bases", el cual era procesado prohibido por las instituciones estatales. 2) El conocimien­
y realizaba un:1 síntesis en un primer nivel, hasta la refle­ to popular usa una pluralidad de métodos local y temporal­
xión "en un nivel más general y válido". Lo que hoy se mente codificados, en tanto que la ciencia está sujeta a
plantea ocurre en un proceso conjunto para agentes exter­ métodos canónicos casi siempre preestablecidos, cuyas re­
nos e internos que responde a la tan buscada unión entre glas están codificadas. Pero en ambos casos cada cierto
teoría y práctica: la praxis. De esta manera, la práctica en­ tiempo esos códigos pueden cambiar. 3) La racionalidad
riquece a la teoría y la teoría alimenta a la práctica, en un científica hasta hace poco tiempo era casi exclusivamente
ritmo · mutuamente transformador. hipotético-deductiva, en tanto que el conocimiento popu-
1 74 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 75

lar es relativista . 4) La causalidad popular es dialéctica, en nos procedimientos destinados a asegurar que el carácter
tanto que en la ciencia tiende a predominar la causalidad activo y participativo esté presente en esta forma de inves­
lineal (aunque también hay lugar para la dialéctica). 5) La tigación.
principal vía de transmisión del conocimiento científico es
la academia, en tanto que el conocimiento del sentido co­
mún se transmite en la práctica social. El contacto entre agentes externos y agentes internos
La IAP rompe con la separación establecida entre am­
bos tipos de conocimiento, puesto que socializa los que Éste es un aspe�cto fundamental e ineludible, además de
provienen de la ciencia e incorpora los que aportan los necesario, pues sobre él se estructura la acción investiga­
agentes internos. De esta manera enriquece ambos campos dora y transformadora participativa. Profesionales exter­
y produce nuevos conocimientos alimentados por las dos nos/as a la comunidad (AE) y miembros de la comunidad
vías apartadoras de saberes juzgados por ambos tipos de interesados en su bienestar coinciden para producir conoci­
agentes como adecuados para la situación, po!' la especiali­ mientos y transfo�aciones. ¿Quiénes son los agentes inter­
dad profesional de los agentes externos y por �1 conoci­ nos? Una clasificación posible, pero no taxativa, es la
miento histórico y culturalmente producido en las siguiente:
comunidades a las cuales pertenecen los agentes internos.
Cada grupo de agentes es entonces especialista en una for­ • Personas destacadas de la comunidad, tales como lí­
ma de saber, pero ambos la someten a crítica en la IAP, deres comunitarios/as o personas que realizan traba­
pues, y aquí vale traer a colación a Gramsci (1970): ya sa­ jos o desempeñan funciones que los relacionan de
bemos que tanto la ciencia como el sentido común pueden alguna manera positiva con los demás miembros de
estar ideologizados Y tanto una éomo otro están sujetos a dicha comunidad o con una gran parte de ellos (esto
errores. Ningún conocimiento es infalible y, partiendo de depende de las dimensiones de la comunidad).
esta base, la IAP busca producir el más adecuado posible a • Miembros de grupos organizados dentro de la co­
los problemas específicos con los cuales trata, partiendo munidad. Es frecuente encontrar en comunidades
del contexto y de los sujetos que lo viven. establecidas, y con una historia, grupos generados
entre sus miembros con fines específicos (deportivos,
religiosos, culturales, políticos -tanto partidistas co­
Procesos, procedimiento y estrategias usuales mo no partidistas- laborales, entre otros). La asocia­
en la investigación-acción participativa (IAP): ción de los AE con algunos de estos grupos debe
aspectos con los cuales se suele lidiar establecer claramente la independencia entre ellos,
así como los objetivos de los primeros, pues podría
Presento a continuación algunos procesos, procedi­ ser interpretada por otros miembros de la comuni­
mientos y estrategias usuales en investigaciones activas e dad como una forma de afiliación partidista o reli­
intervenciones en psicología comunitaria mediante el em­ giosa que muchas veces es considerada como
pleo de la IAP. Advierto una vez más que no se trata aquí tendenciosa y negativa y polariza al resto de la comu­
de dar un modelo normativo, se trata sólo de señalar algu- nidad respecto de los AE.
1 76 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 77

• Personas que trabajan en o con la comunidad (por la comunidad, así como también otras personas que deseen
ejemplo, animadores culturales, entrenadores/as de­ comunicarse con los AE o que acepten conversar con ellos.
portivo�, religiosos, educadores). Estas personas pue­ Es necesario entonces observar el estilo y modos de rela­
den tener experiencias e información valiosa que pueden cionarse existentes en la comunidad, sus características, la
ser de mucha ayuda para los AE, a la vez que pue­ gente en general y también aquellos miembros tanto pro­
den, al igual que las anteriores categorías, servir de minentes como no prominentes. Habrá además que buscar
enlace con miembros de la comunidad. Pero tam­ información sobre la comunidad y sobre posibles investi­
bién, podrían ser fuente de interpretaciones que ge­ gaciones o intervenciones realizadas previamente tanto en
neren atribuciones no deseables respecto de los AE. archivos c . �no en otras fuentes o registros que sean acce­
La advertencia hecha en el caso precedente también sibles.
es válida para éste. La familiarización debe darse entre las diferentes perso­
• Redes dentro de la comunidad. Las redes espontá­ nas, los .grupos mencionados y los agentes externos, pues
neas y por lo tanto duraderas y representativas de como ya señalamos es un proceso de doble vía. Las perso­
tendencias de la comunidad, así como de la capaci­ nas de la comunidad igualmente desean saber qué hacen
dad de organización y acción de personas que la in­ los AE, por qué están allí, de dónde vienen, cuáles son sus
tegran, son igualmente una valiosa fuente de Al e características, su estilo y modos de relacionarse, sus obje­
importantes contactos para los AE. tivos con respecto a la comunidad. Y además tienen dere­
cho a hacerlo y deben recibir respuestas claras y certeras.
Buscar a estas personas, descubrir quiénes son y esta­ La familiarización supone asimismo buscar informa­
blecer contacto con ellas supone en primer lugar establecer ción sobre aspectos culturales, estilos de pensamiento, mo­
contactos iniciales, que constituirán la puerta de entrada de dos de reflexión, valores y todo aquello que sea importante
la IAP tanto para los investigadores externos como para los para las personas de la comunidad. Y, finalmente, es nece­
internos (véase capítulo 3). Ésta es una de las vías para ini­ sario saber que la familiarización es un proceso que acom­
ciar el proceso conocido como fanziliarización: desarrollar paña a toda la IAP, pues no es sólo una etapa inicial de la
conocimiento sobre la comunidad, tanto fuera como den­ misma. Continuamente estamos aprendiendo cosas nuevas
tro de ella. Advierto que la palabra "familiarización" no es sobre una comunidad y debemos mantener esta disposi­
usada en este contexto en su sentido de hacer familiar lo ción y apertura a la sorpresa, a la nueva información, a fin
que es extraño asimilándolo a formas ya conocidas y exis­ de poder incorporar no sólo la profundización en el cono­
tentes en nuestro acervo cognoscitivo, lo cual podría inter­ cimiento de la comunidad, sino también la extensión en 1
pretarse como una manera de asimilar aspectos aceptados
o "aceptables" y descartar los aspectos singulares, origina­
ese saber, así como nuestra capacidad de incorporar la di­
versidad.
1
les y específicos de la situación. En segundo lugar el contacto supone discutir reflexiva­
La familiarización aquí planteada snpone, entre otros mente en el equipo de agentes externos el sentido de perte­
aspectos, que los AE conozcan el entorno comunitario: los nencia al proyecto que se está planteando, así como las
grupos organizados dentro de la comunidad y, en general, motivaciones y el compromiso de cada uno para formar
las formas de enlace que se den entre grupos y sectores de parte del mismo. Este paso debe cumplirse antes de rela-
! 7S Maritza Montero l .11 investigación-acción participativa· aspectos metodológicos 1 79

cionarse con la comunidad, y también durante esa rela­ 1 r:d >ajo a realizar, a los recursos con los cuales cuentan y al
ción. Aparte de las condiciones de trabajo, que pueden im­ 11 >i que desempeñarán en ese proceso, así como al hecho
plicar la asignación de determinadas personas a una tarea de que los resultados deberán ser el producto de un esfuer­
dentro de una institución, es necesario trabajar sobre la '1.1 > conjunto.

motivación del equipo de investigación (si lo hay), sobre la


idea que éste tiene de la comunidad y del trabajo comuni­
tario y sus expectativas respecto del mismo. En mi prácti­ I )cterminación del problema a investigar o sobre el cual actuar
ca he visto personas francamente temerosas al emprender (di!lgnosticar, intervenir, investigar)
como AE un trabajo en una comunidad (y no sólo porque
ésta sea nueva, peligrosa, marginal o extraña, sino simple­ El problema que va a ser objeto de una IAP puede ser
mente por ser diversa), y he visto también como el temor 1 lctectado desde varias fuentes. Así, los agentes externos,
desaparece con el contacto. Por lo tanto el temor no es el 1 lcsde alguna institución pública o privada, pueden haber­

mayor obstáculo para una relación provechosa entre AE y lo ubicado y definido. También puede haber sido definido
Al Más bien considero que el mayor obstáculo son los por personas interesadas de la comunidad, en función de
prejuicios y las atribuciones que puedan tener uno y otro hechos o situaciones relacionados con su vida cotidiana.
tipo de agentes entre sí. Y esto responde a dos razones: la 1 1'.11 el primer caso, los AE deberán dirigirse a la comunidad
primera, porque el AE puede, aun inconscientemente, en­ a fin de familiarizarse con ella por sí mismos, habiendo de­

frentar la tarea desde la posición de superioridad de sus co­ jado claras sus razones para llevar a cabo ese trabajo. En el
nocimientos y esto se· revelará tanto en sus modos de segundo caso, personas o grupos dentro de una comunidad
establecer la relación y de comunicarse como en gestos ni­ buscan ayuda fuera de ellas a fin de solucionar el proble­
mios, pero muy significativos. De esto deriva también la ma, o aceptan la ayuda externa en relación con actividades
percepción de que el otro es el necesitado y que, por lo que ya han emprendido con ese objetivo.
tanto, carece, se encuentra en estado de minusvalía. De allí Al entrar en contacto los AE con los Al, si se trata de una
pueden surgir la atribución de debilidad, de incompetencia acción o investigación ligada a una necesidad normativa o bien
y las autoatribuciones de salvador, de bienhechor o de pro­ a un problema que afecta a esa comunidad detectado desde
tector, denominaciones que establecen la existencia de uno algún campo aplicado de la ciencia, es necesario presentar y
que puede y tiene, y de otro que ni tiene ni puede. Y esto definir el problema informando y a la vez educando a la co­
es exactamente contrario a la base ética, teórica, epistemo­ munidad con respecto al mismo. Si la comunidad no es cons­
lógica, ontológica y política de la IAP Por otro lado, el Al
. ciente del problema, es decir, si ha naturalizado la presencia
puede tener también prejuicios y estereotipos sobre los de un fenómeno que la perjudica por considerarlo inevitable
AE, y su desconfianza o el carácter tanto negativo como o parte de la vida diaria, será necesario:
positivo que tenga de ellos pueden generar expectativas
bloqueadoras de una relación provechosa, ya sea porque se • Sensibilizar a los integrantes de la comunidad respec­
considere que no puede hacer las cosas bien o porque se to del problema, de sus causas y de sus efectos, infor­
espere demasiado de su intervención. Por tal razón los AE mando y reflexionando sobre el mismo. Y este
deben ser muy claros en cuanto a sus objetivos, al tipo de proceso de información discutida y reflexionada con-
1 80 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 81

tinúa durante toda la intervención-investigación. Es­ siguiente premisa: el diseño en la IAP se va transformando
to no significa dedicar largas y sesudas sesiones espe­ ·1.1 la acción, algo que ya Lewin, cuando hablaba de inves-
ciales a esa tarea. La información y la reflexión deben 1 igación-acción a fines de los años cuarenta del siglo pasa­
estar presentes en el primer contacto, pero luego do, anunciaba como necesario y además digno de ser
pueden acompañar todas las tareas que se llleven a ca­ convertido en un método científico.
bo y deberán asumir además variadas formas de co­ Es justamente esa planificación detallada la que permi­
municación y divulgación (carteleras o murales te saber con precisión qué es lo que se debe cambiar, cómo
comunitarios, volantes, entre otras). La asiduidad en y por qué, reconociendo el momento para hacerlo a partir
este aspecto dependerá del tipo de situación y de la Je los cambios que se observan. Es decir que a partir de la
comunidad con la que se esté trabajando. planificación podemos hacer una improvisación revestida
• A partir de la sensibilización y por tratarse de un de validez ecológica y de confianza, dos de los criterios de ri­
problema relacionado con una necesidad normativa, gor metodológico propios de la investigación cualitativa
que puede ser objeto de alguna política pública de sa­ (véase el capítulo 2).
lud, educación o desarrollo social (por ejemplo), in­ Algunas prácticas pueden ayudar tanto a AE como Al a
corporar participativamente la comunidad en la lograr la mejor planificación posible, acompañada de res­
intervención-investigación sobre ese problema. puestas rápidas y adecuadas a los cambios que se van produ­
• Si la comunidad tiene otras prioridades, entonces es ciendo con la IAP Mencionaremos algunas a continuación:
.

necesario tratar de que el proyecto se una a las accio­


nes relacionadas con esas prioridades. Esto es, de ser • Preparar un cronograma de trabajo. En todo trabajo de

posible, relacionar ambas tareas de tal manera que los investigación, de intervención, de promoción, o de todo
éxitos en la primera acción, ya identificada por la co­ esto combinado, es necesario saber de cuánto tiempo se
munidad, motiven y enriquezcan la segunda. La infor­ dispone para lograr determinadas transformaciones o para
mación y la motivación deben, como ya se ha dicho, sentar las bases para su ocurrencia. Ninguna comunidad ni
ser constantes por parte de los agentes externos. ninguna institución disponen de tiempo y dinero ilimita­
dos. Más aún, la experiencia indica que en las comunidades
de bajos recursos socioeconómicos, la ausencia de logros

1
Planificación de la investigación concretos produce una pérdida de la motivación. Y si bien
o de la intervención-investigación es cierto que el tiempo de las comunidades no es necesa­

El primer aspecto en la planificación es la delimitación


riamente el de la investigación, es imprescindible advertir
a la comunidad de cuánto tiempo disponen los AE y plani­
1
del área a trabajar, lo cual supone definir con claridad el
problema a enfrentar, o los aspectos del mismo que serán
ficar en concordancia.
• De lo anterior se desprende la necesidad de f ijar obje­ 11
1
objeto de intervención. Y esa planificación debe ser minu­ tivos o metas a lograr, tanto generales como específicos, así
ciosa y cuidadosamente hecha a fin de poder improvisar como plantear cuáles serán las tareas destinadas al logro de ¡:
ante los imprevistos que pueden y suelen presentarse en cada uno de esos objetivos. Los objetivos o metas a largo
investigaciones comunitarias. Debe entonces partir de la plazo deben fraccionarse �n tareas o acciones específicas,
182 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 83

de tal manera que vayan produciendo logros específicos cabo dicha tarea, y de la capacitación y el fortalecimiento
para reforzar las expectativas de las personas en la comuni­ de las personas que las asumen.
dad. Este aspecto ha sido trabajado y advertido desde el • Capacitar agentes externos para la f acilitación y la ejecu­
surgimiento mismo de la IAP. Así Fals Borda, en 1 959, al ción de tareas en las cuales no cuenten con aprendizaje o ex­
referirse al "principio de las realizaciones" (pág. 5 5) dice: periencia previos y, a la vez, capacitar personas de la
comunidad para trabajar como agentes internos en tareas
para. que el proceso avance es indispensable ir mostr �ndo rea­ específicas, tanto en las planificadas como en las que pue­ 11
lizaciones tangibles a las gentes, resultados fehacientes de
que van avanzando hacia la meta que se han propuesto. Ade­
dan surgir durante la investigación-intervención. Por 1
ejemplo, la elaboración de encuestas en la comunidad pue­
más, pruebas claras de que las innovaciones son buenas y úti­
les y de que no ofrecen perjuicio ni peligro. de enriquecerse y ganar validez con la participación de
1
La finalidad última es el desarrollo de la ciudadanía, la con­ personas de la comunidad, las cuales pueden ayudar en la 1 1
selección de temas a indagar y además recibir instrucción
ciencia social y la transformación de las circunstancias de vi­
da, pero si todo se reduce a hablar y no hay resultados sobre cómo recolectar los datos. Mi experiencia en este 1
concretos, mal confiarán las personas en el proyecto plantea­ sentido ha sido muy positiva, si bien lo más difícil ha sido I
do y aprenderán a desconfiar y no creer en la posibilidad de limitar, por razones técnicas y de precisión en cuanto a los
cambio y en el poder de la participación popular. objetivos, el número de preguntas a hacer, pues muchas
veces las personas se entusiasman tanto que quieren intro­
• Discutir para asignar y asumir las tareas a ser realizadas.
ducir varios temas a la vez.
Éstas deben ser repartidas con el objetivo de que el mayor Asimismo, también pueden participar, previa instruc­
número de personas pueda participar; pero a la vez, debe ción específica, en el procesamiento de los datos, aunque al
haber responsables de supervisarlas e integrarlas, y tam­ respecto debo decir que he encontrado mucho menos en­
bién reuniones para rendir cuenta de lo realizado y eva­ tusiasmo. Pero el interés recupera su intensidad cuando se
luar en grupo. El logro de estas tareas debe repercutir en trata de discutir los resultados y tomar decisiones a partir
el grupo y en la persona ejecutante, como estímulo refor­ de los mismos.
zador de la participación y generador de satisfacción, que • Ejecutar acciones previstas y no previstas. Dado el carácter
a la vez facilita y potencia la obtención de la meta última. dinámico, complejo y dialéctico del proceso de investiga­
En la distribución de tareas debe evitarse que pocas per­ ción-acción participativa, antes señalado, la ejecución se
sonas estén recargadas de trabajo, a la vez que se debe ge­ ajusta a las exigencias de las circunstancias, en función del
nerar oportunidades de aprender del éxito y del logro objetivo último y principal a alcanzar, pero con modifica­
colectivos. ción de los objetivos específicos fijados inicialmente, los
Hacer algo por la comunidad aumenta el nivel de com­ cuales pueden haberse logrado o bien resultar insuficientes.
promiso y de cohesión entre sus integrantes. Por lo tanto, • Corregir la planificación en reuniones de discusión-refle­

es necesario ser realistas respecto de las metas planteadas, xión, a medida que se van ejecutando algunos de sus aspec­
y la responsabilidad de las tareas a realizar debe ir acompa­ tos o que las condiciones o circunstancias se modifican por
ñada de la reflexión sobre el compromiso de agentes inter­ su efecto o por aspectos imprevistos.
nos y externas, sobre las fortalezas y destrezas para llevar a
1 84 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 18 S

Identificar necesidades y recursos q ue dispone la comunidad para enfrentar el problema, de


l os que pueden ofrecer los AE y de los que será necesario
Éste será el paso inicial en caso de que las necesidades conseguir, la viabilidad de la propuesta de la IAP y la posi­
de la comunidad no hayan sido exploradas previamente o bilidad de . usar y adquirir esos recursos deben ser temas
que la misma comunidad no las manifieste. Esto plantea un centrales en la discusión-reflexión.
problema: ¿qué hacer con las necesidades normativas? Co­ Tanto si se trata de un problema conocido por la comu­
mo profesionales y como investigadores de la psicología, o nidad, como de uno planteado por alguna institución pri­
como miembros de algún equipo de investigación o de in­ vada u organismo público, es conveniente hacer un
tervención encargado de poner en práctica alguna política inventario de recursos necesarios para su solución. Los re­
sanitaria, ambiental, de vivienda, educativa o de recrea­ cursos no son sólo materiales; los más preciados para este
ción, por ejemplo, planificada por el Estado, sabemos que tipo de investigación son humanos y espirituales. Esto per­

determinada acción debe llevarse a cabo porque es conve­ mite concentrar las energías a partir de los recursos exis­
niente y necesaria para comunidades donde esos aspectos tentes y de aquellos que es necesario conseguir, enfocando
son de alguna forma deficientes o insuficientemente aten­ la acción-reflexión sobre metas concretas y precisas.
didos. Este punto, que tratamos en el capítulo referente a
detección y evaluación de necesidades (véase el capítulo 4)
plantea un problema ético: es imprescindible conocer y Dialogar
atender las necesidades manifiestas y sentidas por las co­
munidades y a la vez es imprescindible atender a aquellas El diálogo es necesario para conocer lo que dicen las
necesidades que pueden estar la_tentes o que son ign0radas. personas de la comunidad (líderes, miembros de grupos
por las personas, o cuyos efectos son considerados como organizados, personas interesadas) sobre el problema o ne­
parte natural o inevitable de la vida. cesidad, para lo cual se debe convocar al mayor número
Los miembros de la comunidad jerarquizarán esas ne­ posible de personas, a las cuales se debe preguntar su opi­
cesidades según las prioridades señaladas en una encuesta nión e informar sobre discusiones y decisiones. Para ello es
(si se trata de una amplia comunidad y se quiere lograr re­ menester facilitar la expresión de opiniones y considerar­
presentatividad de la· totalidad de sus miembros). O bien las todas. Hay técnicas que permiten alcanzar a audiencias
serán razonadas y reflexionadas en discusiones colectivas, nutridas, tales como los foros de la comunidad y las en­
en las cuales se debe procurar llegar al mayor número po­ cuestas realizadas con la ayuda de miembros de la misma
sible de miembros de la comunidad. Este paso es muy im­ (véase el capítulo 3). En todo caso, es necesario que en las
portante pues la jerarquización no siempre suele seguir el reuniones en que se evalúen las necesidades y los recursos
criterio de frecuencia de menciones de una determinada se escuche y se razone dialógicamente. En ellas se debe
necesidad, que parecería lógico de acuerdo con las normas tratar de registrar todas las opiniones, de ayudar a las per­
estadísticas más sencillas usualmente aplicadas. En tales se­ sonas a que manifiesten sus pareceres y de no seleccionar y
siones suelen aparecer razones más profundas para consi­ clasificar en funciones de criterios establecidos desde fue­
derar más o menos importante atacar una determinada ra. Para clasificar y jerarquizar también habrá tiempo, pe­
necesidad y no otra. La consideración de los recursos de ro no se debe ir con la idea previa de que las cosas deben
1 86 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 87

ser hechas de un determinado modo y no de otro. Se trata estrategias de información y sensibilización e incluso su
de producir una discusión polifónica con la comunidad y manera de definir el problema y, en primer lugar, las razo­
de hacer un trabajo conjunto. nes para haberlo considerado.
Para lograrlo es conveniente usar técnicas de dinámica Lo más frecuente suele ser que haya personas que se en­
de grupo que faciliten la participación y den a todos la opor­ tusiasmen y decidan comprometerse con el trabajo y que
tunidad de hablar. Así, se van recolectando las opiniones, a haya otras que decidan que no pueden hacerlo, bien por no
fin de que las personas participantes indiquen cuáles son disponer de tiempo ni deseos de participar (pero que reco­
prioritarias y por qué, y qué podrán hacer para atacar esos nocen la necesidad y están de acuerdo con la intervención),
problemas y en qué orden. En este sentido hay que asegu­ o bien porque estén en desacuerdo con las acciones plan­
rar no sólo que se diga, sino también que se oiga, pues, en teadas. En los dos primeros casos se trabajará con el grupo
efecto, no es únicamente el AE quien debe escuchar. Tam­ comprometido y se seguirá informando a la comunidad so­
bién los Al deben escucharse entre sí y discutir con respeto, bre los progresos que se obtengan. El desacuerdo deberá
a la vez que cada uno puede exponer su posición. También ser evaluado por los agentes externos, explorando sus razo­
se recomienda abrir un proceso de examen y evaluación par­ nes y causas, así como las consecuencias que esto pueda tener
ticipativos de lo producido, para lo cual se generará una refle­ para la comunidad, y se suministrará mayor información
xión que sitúe el análisis en su contexto, averigüe causas y sobre el tema a las personas que hayan manifestado su re­
posibles consecuencias del problema o situación y relacio­ chazo, iniciando o reiniciando, según el caso, un proceso de
ne esa situación o problema con el estilo de vida de los y sensibilización sobre el problema planteado, si se trata de
las participantes y con sus recursos. una necesidad normativa pero no sentida en la comunidad.

Tomar decisiones Problematizar, concientizar, desideologizar

A partir de la definición del problema o situación y de Con el diálogo y la participación conjunta que se gene­
la evaluación de la necesidad a satisfacer que hagan las per­ ra entre AE y Al comienza a producirse, a través del análi­
sonas interesadas de la comunidad, junto con los aspectos sis, de la acción y de la reflexión colectivos, un proceso de
técnicos, económicos, psicosociales, sociológicos, éticos o concientización, que supone problematizar, a fin de que no se
de algún otro orden pertinente al asunto que puedan apor­ acepte como cotidiano, normal y lógico lo que es excluyen­
tar los agentes externos, los agentes internos decidirán si te, insatisfactorio e injusto; desnaturalizar, por lo tanto, as­
intervienen o no. Cualquier decisión que se tome debe par­ pectos naturalizados por efecto de hábitos profundamente
tir de la reflexión antes mencionada, a fin de evaluar las socializados, de la opresión, de la ideología y de la aliena­
condiciones (ventajas, obstáculos, ayudas). Si la decisión es ción; y desideologizar, en el sentido de romper con la hege-
negativa, los AE deberán evaluar cuidadosamente tal resul­
tado, pues evidentemente debe estar reflejando una gran 2. Sobre estos aspectos véase el capítulo 9 C:el libro Introducción a la
brecha entre la percepción externa del problema y su vi­ psicología comunitaria. Orígenes, conceptos y procesos, publicado por Paidós
vencia interna. Y eso significará que deberán re:evaluar sus en 2004.
1 88 Maritza Montero l .rt investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 89

manía de las ideas dominantes en función de formas de 1 ·:1 so puede ser un punto crítico para desarrollar y consoli­
opresión social. Estos procesos continuarán a lo largo de d a r el sentido de comunidad. Para hacer tal recuperación
todo el trabajo comunitario. Los agentes externos son los rs necesario proceder tanto colectiva como individualmen-
terceros mediadores en el proceso de concientización al cual 1 e , mediante alguna o varias de las siguientes técnicas:
conducen los pasos antes mencionados (Montero, 2004).
Al mismo tiempo se estará produciendo un proceso de • Entrevistas participativas y reuniones de discusión­
carácter político en el sentido de que las personas compro­ . reflexión.
metidas en el trabajo comunitario asumen y ejercen sus • Entrevistas individuales a informantes clave de las

derechos y deberes ciudadanos, garantizados constitucio­ comunidades.


nalmente. La ciudadanía adquiere realidad en la acción y • Historias o relatos de vida individuales y otras formas

en la reflexión y ve reforzado su carácter democrático en de aplicación del método biográfico (dependiendo


sus logros y también en el análisis de sus errores y equivo­ del tiempo de que se disponga).
caciones. Ocurre asimismo. un proceso de fortalecimiento • Análisis de documentos y registros de diversa proce­

o potenciación3 (empowerment), pues la reflexión pasa por dencia.


el examen de las formas de opresión social, empezando por
el propio grupo y yendo hasta los modos de distribución En muchos casos la recuperación de la historia, o de as­
del poder estatuido en la sociedad en que se vive y en sus pectos históricos, de una comunidad puede constituir una
normas. Así, la desigualdad, cualquiera sea su origen, pue­ investigación en sí misma, que puede llevar gran cantidad
de ser reconocida, denunciada y corregida teniendo como de tiempo.
objetivo el beneficio y la libertad. de la comunidad discuti­
dos y analizados en su seno.
Evaluar y autoevaluarse

Recuperación crítica de la historia de la comunidad La labor que se va ejecutando y los resultados obtenidos
deben ser evaluados y autoevaluados por parte de ambos
Esta fase puede ser una actividad complementaria de tipos de agentes. En la IAP hay un proceso continuo de
una investigación realizada con la IAP, o bien puede cons­ evaluación-reflexión-corrección-acción. La evaluación es
tituir una investigación per se o ser una actividad funda­ parte del carácter reflexivo y crítico de la IAP, pues se eva­
mental para alcanzar otros objetivos. En el primer caso lúan no solamente las acciones planificadas y las reactivas,
puede reducirse a una apelación circunstancial a la memo­ sino también las actitudes, creencias, temores, percepcio­
ria colectiva que permita reafirmar derechos, corregir no­ nes y, dato muy importante, las manifestaciones de poder
ciones y recuperar conocimientos y recursos. En el último asimétrico que pueden y suelen darse en las relaciones hu­
manas, de las cuales no están exceptuadas las comunitarias.
3. Sobre el concepto de fortalecimiento y el de poder asociado a él, Es necesario, además, corregir o adecuar, entre todos los
véase Teoría y práctica de la psicología comunitaria. La tensión entre comuni­ participantes de una tarea, las perspectivas y objetivos a me­
dad y sociedad, publicado por Paidós en 2003 . dida que se ejecutan los planes de acción, pues sobre la mar-
190 Maritza Montero l .r1 investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 191

cha pueden surgir ideas interesantes y más adecuadas a la Sobre la aplicación de la IAP
cambiante realidad de la comunidad. Es preciso también es­
tar atentos a las modificaciones y transformaciones de las re­ En el anexo de este capítulo se incluye una guía que
laciones de poder dentro de la comunidad y entre sus líderes. presenta en forma abreviada procesos que usualmente ocu­
Otro aspecto importante en la evaluación es mostrar rren o que deben iniciarse al utilizar la IAP como método
cuántos de los objetivos planteados fueron logrados y có­ para el trabajo comunitario. No todos los procesos que allí
mo se obtuvieron esos resultados, así como cuáles no fue­ :1 parecen se dan necesariamente y, a los fines de su sistema­
ron alcanzados y por qué. Este aspecto indica que se ha t ización, me he visto obligada a introducir una secuencia
cumplido con todos o al menos con algunos de los objeti­ numérica para organizarlos. Advierto, sin embargo, que al­
vos, lo cual genera sentimientos de satisfacción y sano or­ gunos pueden ocurrir simultáneamente y que todo proce­
gullo, al ser la expresión de la capacidad para lograr una so participativo, al ser plural, complejo, dinámico y crítico,
labor en equipo en la que todos se han fortalecido. Y a la supone siempre muchas sorpresas; pero, método al fin, no
vez, esto da cuenta de lo que ambos tipos de agentes han está exento del orden. Esa guía se presenta sólo como un
aprendido y corregido a lo largo del proceso y cómo se po­ apoyo metódico.
tenciaron o fortalecieron en sus capacidades.

Cuando la investigación-acción participativa


Informe y discusión evaluadora sistemática no es participativa
del conocimiento producido
Pareciera absurdo que una investigación calificada co­
Este aspecto contempla la información y evaluación mo "participativa" pueda no serlo. Pero esas cosas ocurren,
final del conocimiento producido en el proceso de inves­ pues no siempre una palabra es usada según su denotación,
tigación-acción participativa por parte de aquellas perso­ sino con uno o más significados denotativos, y es necesario
nas que se comprometieron junto con los agentes advertir aquí respecto de tal situación. Así hay ciertas for­
externos, que aportaron conocimientos, esfuerzos, traba­ mas que suelen ser presentadas en compañía de los adjeti­
jo personal, consejos y observaciones. Y también incluye vos "participativo/a", "participante" o "participatorio/a",
la posibilidad de dar información y acceso a otras perso­ pero que distan mucho de expresar el significado primario
nas de la comunidad no directamente comprometidas de esas palabras, que alude a una acción o situación en la
con el trabajo realizado o en realización, pero que pueden cual coincide una pluralidad de personas en la constitución
estar interesadas en saber qué se hizo y cómo se hizo una de algo, en su disfrute, en su logro, o en decisiones y accio­
vez que éste haya terminado. Aunque se suele pensar en nes concernientes a su existencia. Así, no considero como
este aspecto como parte del cierre de todo trabajo reali­ participativas, en el sentido comunitario del término, a las
zado con la IAP, y en efecto así ocurre muchas veces, tam­ siguientes instancias:
bién pueden ocurrir restituciones parciales, específicas, a
lo largo de todo el proceso de la IAP. Este aspecto se de­ 1. Las formas esporádicas de consulta realizadas por
talla en el capítulo 11. investigadores o por interventores sociales en gru-
192 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 193

pos en los cuales o de los cuales les interesa obte­ • El hecho de que la participación se dirija a una va­
ner algo (información, ayuda, legitimación, por riedad de gente que sufre explotación, pobreza,
ejemplo). opresión.
2 . La convocatoria y reunión de grupos de personas • Los procesos de la IAP pueden facilitar en las per­
interesadas en un tema particular de investigación o sonas diversas expresiones de conciencia respecto de
de intervención, a fin de señalarles líneas de acción, sus propios recursos. Así como el desarrollo de ma­
indicándoles dónde ir, qué hacer, cómo y cuándo yor seguridad en sí mismas. Es decir que tienen un
hacerlo. efecto fortalecedor.
3 . La persona que investiga o interviene escucha a • De lo anterior se deriva un beneficio para la inves­
otras personas y luego decide qué le interesa y qué tigación en sí: "lograr un análisis más auténtico y
no de lo que se ha dicho. preciso de la realidad social" (Hall, 1 98 1 : 65). Cabe
añadir que la autenticidad hace más confiable y vá­
Tales acci011es pueden ser: lida a esta forma de investigación.

útiles, interesantes, inteligentes, adecuadas, mostrar cierta La participación en la IAP, entonces, está presente en el
tendencia democrática, introducir algo de diversidad en la in­
momento de la selección y definición del objeto o proble­
vestigación, pero el carácter participativo del Otro no está
presente, o no es completamente participativo. Y esas accio­ ma de investigación, en la toma de decisiones y en la ma­
nes también pueden ser obstáculos para la participación en la nera empleada para hacerlo; naturalmente, también está
investigación, ya que en nombre de la orientación "participa­ presente durante · las acciones realizadas para alcanzar una
tiva" mantienen el control exclusivo y excluyente del investi­ meta, ya sea de intervención o de investigación, y en la so­
gador/a, dando nuevos nombres a viejas prácticas (Montero, cialización del conocimiento producido (Montero, 2000).
2000: 136). Pero además también se encuentra en los logros y en los
fracasos, en la solución de los problemas y en la celebra­
Al respecto, Hall, en 1 98 1 ya establecía las característi­ ción de su superación. Eso puede verse en la descripción y
cas que hacían participativa a una investigación. Ellas son: análisis de los procesos que constituyen la IAP y que hacen
de ella el método por excelencia (aunque no el único) en el
• Definir como meta última de la investigación a la trabajo comunitario.
"transformación radical de la realidad social y el
mejoramiento de las condiciones de vida de la gen­
te" (Hall, 1 98 1 : 65). Y la justificación de esta condi­ En síntesis
ción es que en la investigación participativa no se
puede ni debe olvidar que los beneficiarios/as serán La siguiente tabla presenta lo expuesto hasta este mo­
las personas involucradas. mento. A algunas condiciones básicas de la IAP se agregan
• Completa y activa participación de la comunidad en algunas preguntas problematizadoras para reflexionar so­
todo el proceso de investigación. bre este método y su aplicación.

¡
194 Maritza Montero La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 1 95

Tabla 1. I nvest i gac i ó n acció n parti pativa (IAP)


-

Preguntas para reflexionar sobre el uso


Fundamentación metodológica Preguntas de la investigación-acción participativa
problematizadoras

En su trabajo como investigador o como fu ncionario de al­


1. La participación de agentes inter­ ¿Para qué y a qu ién servirá la
nos y externos debe mantenerse i nvestigación? guna organización que realiza trabajo comunitario, o que
a lo l argo del proceso y en cada ¿Cómo y quién la hará? investiga en y con comunidades, ¿cuál ha sido su partici­
u n a de sus fases de investiga­ ¿A quién se dirige? pación? ¿Ha sido participativa su acción? ¿Por qué?
ción, educación y de acción. En ¿En qué lenguaje se presen­ S i su respuesta es negativa, anal ice l a causa.
especial e n : ta?
S i su respuesta es positiva, anal ice l a causa.
1 . 1 . L a definición y programación ¿Para qué se usará?
del problema de la IAP. ¿De quién es la i nvestigación
1.2. La decisión sobre la util iza­ y l a transformación?
ción y e ntrega del conoci­
miento producido. Ejercicios problematizadores sobre la IAP
1.3. El reconocimiento del dere­
cho de los agentes internos
• S i usted h a trabajado con comu n i d ades, p regunte a
a i ntervenir, decidir y disentir.
m iem bros de d i chos grupos en cuáles acciones o c i r­
2. Compromiso político del agente ¿Para qué utilizar IAP? ¿Por cunstancias participaron y cómo lo hicieron. Ana l i ce
externo con los sectores y comu­ qué debe ser IAP? con esas personas, s igu iendo los criterios prese nta­
nidades en desventaja socioeconó­ dos en este capítulo y también l os de otros autores,
mica. Labor orientada a la
s i se cumpl ieron las condiciones para considerarlos
concientización, transformación
participativos.
socioeconómica, cambios en rela- .
ciones de producción del conoci­ • Si está trabajando con una com u nidad o si piensa ha­
miento que mantienen formas de cerlo: piense e n cómo, cuándo y por qué ésta h a es­
dominación y explotación. tado presente, o s i se incorporará la parti ci pación de
personas o grupos d e la co m u n i d a d . Y cómo hacer pa­
3. Carácter político de la labor cientí­ ¿A quién se beneficia con el
ra lograr que participen.
fica y educativa. trabajo que se hace?
¿Con qué fines se hace el tra­
bajo?
¿A q u iénes beneficia?

4. I nvestigación, intervención, reso- ¿Quiénes y qué se transfor­


cialización, educación informal y man?
acción transformadora son diver-
sos momentos de un solo proce-
so de transformación

Fuente: Freire , 1982; Fals Borda, 1985; Rodríguez Branclao, 1981; De


Wit y Gianotte n , 1981; H a l l , 1981; Rodríguez Gabarrón y Hernández
Landa, 1994; M o ntero, 1994a, 2000; Rodríguez G a barrón , 199 7 .
196 Maritza Montero l .rt investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 197

Lecturas complementarias recomendadas Anexo

l 11vestigación e intervención comunitarias


Las compilaciones realizadas por Carlos Rodrígue:t.
rnn investigación-acción participativa
Brandao, citadas en la bibliografía, presentan interesantes ( ;uía resunúda de procesos posibles en su aplicación
discusiones y ejemplos de aplicación de este método. Si
lectores o lectoras pueden leer el portugués recomiendo su
lectura. En castellano recomiendo el capítulo escrito por 1. Contacto entre profesionales externos a la comunidad (agentes ex­
L. C. Santiago, l. Serrano García y G. Perfecto Rivera ternos) y miembros de la comunidad (agentes internos). Estos úl­
(1992): "Aspectos conceptuales y prácticos de la metodolo­ timos pueden ser:
• Personas destacadas de la comunidad. Líderes comunitarios.
gía partícipe: Una experiencia puertorriqueña", en la obra
• Miembros de grupos organizados dentro de la comunidad.
coordinada por l. Serrano García y W Rosario Collazo:
• Personas que trabajan en o con la comunidad (animadores cul­
Contribuciones puertorriqueñas a la psicología social comunita­ turales, entrenadores deportivos, religiosos, educadores, por
ria, San Juan de Puerto Rico, EDUPR, págs. 283-303. Es­ ejemplo,).
te capítulo, además de presentar aplicaciones concretas, Este contacto supone:
describe las fases del método empleado y las ubica teórica­ l. l. Contactos iniciales. Son la puerta de entrada de la IAP tanto para
mente. los investigadores externos como para los internos.

Asimismo, es también útil la obra de Rodríguez Gaba­ l.2.Familiarización de los agentes externos con:
1.2.1. el entorno comunitario;
rrón, L. R. y Hernández Landa, L. (1994): Investigación
1.2.2. los grupos organizados dentro de la comunidad;
participativa, Madrid, Centro de Investigaciones Sociológi­
1.2.3. el estilo y los modos de relación existentes en la comuni­
cas. Y finalmente, para quienes puedan leer el inglés, su­ dad;
giero un artículo de mi autoría, del 2000: "Participation in 1.2.4. otras características que pueda tener esa comunidad;
participatory action-research", Annual Review of Critica/ 1.2.5.la gente en general y con sus miembros prominentes y lí­
Psychology, 2: 131-143. Allí se discute la condición partici­ deres.

pativa de la IAP. 1.3.Familiarización de todas esas personas y grupos con los agentes
externos. Deben saber: qué hacen, por qué están allí, de dónde
vienen, cuáles son sus características, su estilo y modos de rela­
cionarse, sus objetivos en relación con la comunidad.
1.3.1. Buscar información sobre aspectos culturales, estilos de
pensamiento, modos de reflexión, valores y las cosas im­
portantes para las personas de la comunidad; así como
consultar investigaciones o intervenciones realizadas pre­
viamente en la comunidad.
1.4.Discutir reflexivamente en el equipo de agentes externos el sen­
tido de pertenencia al proyecto que se está planteando, así como
las motivaciones y compromiso de cada uno.
2. Determinación del problema a tratar (diagnosticar, intervenir, inves­
tigar).
198 Maritza Montero
/ ,rr investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 199

2.1. Si el problema no ha sido previamente definido por las ?el'•


2.3.4. Registrar todas las opiniones. Para esto se pueden
sonas interesadas de la comunidad, entonces es necesario:
usar técnicas de dinámica de grupos que faciliten la par­
2 .1. 1. Presentar y definir el problema, informando y edu•
ticipación y den a todos la oportunidad de hablar.
cando a la comunidad con respecto al mismo.
2.3.5. Asegurar no sólo que se diga, sino también que se
2.1.2. Sensibilizar sobre el problema, sus causas y sus efec­
oiga.
tos. Informar y reflexionar sobre el problema. Este
2.4. A partir de lo anterior, abrir un proceso de examen y eva­
proceso continúa durante toda la intervención-in­
luación de lo producido, de carácter participativo. Generar
vestigación.
una reflexión en la cual se sitúe el análisis en su contexto,
2. 1. 3. A partir de la sensibilización y por tratarse de un
_ . se averigüen causas y posibles consecuencias del problema
problema relacionado con una �eces1dad norman;?•
o situación y se lo relacione con el estilo de vida de los par­
que, por ejemplo, puede ser ob¡eto de alguna :1)QhU­
ticipantes.
ca pública de salud, educación, desarrollo social, se­
2.5. Toma de decisiones. A partir de la definición del problema o
rá necesario un proceso de integración participativa de
situación y de la evaluación de la necesidad a intervenir
la comunidad en la intervención-investigación sobre
que hagan las personas interesadas de la comunidad, así
ese problema.
como de los aspectos técnicos, económicos, psicosociales,
2.1.4. Si la comunidad tiene otras prioridades, tratar de
sociológicos, éticos o de algún otro orden pertinente al
que el proyecto se una a las acciones r�lac �nadas� asunto que puedan aportar los agentes externos, las perso­
con ellas. Información al respecto y mouvac1on por
nas interesadas de la comunidad y/o sus representantes de­
parte de los agentes externos.
cidirán si intervienen o no. Cualquier decisión que se tome

2.2. Abrir un proceso de identificación de las necesida es y de los �e­
debe partir de la reflexión antes mencionada, a fin de eva­
cursos con que cuenta la comunidad para sausfacerlas; ;e­
luar las condiciones (ventajas, obstáculos, ayudas).
rarquizar esas necesidades según la prioridad otorgada por
3. Sobre la base de lo presentado en el punto anterior comienza a
los miembros de la comunidad en función de los recursos
producirse un proceso de concientización, que supone problematizar,
de que dispone o por adquirir, de su viabilidad y de su po­
desnaturalizar y desideologizar. Estos procesos continúan a lo largo
sibilidad.
de todo el trabajo comunitario. Los agentes externos son los ter­
2.2.1. Tanto si se trata de un problema conocido por la co­
ceros mediadores en el proceso de concientización.
munidad, como de uno planteado por alguna insti­
4. Planificación de la investigación o de la intervención, o de la inter­
tución es conveniente hacer un inventario de recursos
vención-investigación:
'

necesarios para su solución.


4.1. Delimitación del área a trabajar, que supone definir con cla­
2.2.2. Los recursos no son sólo materiales, los más precia­
ridad el problema a enfrentar.
dos son humanos y espirituales. Esto permite con­
4.2. Preparación de un cronograma de trabajo.
centrar la energía en los recursos existentes y en
4.3. Fijación de objetivos o metas a lograr, generales :1 específicos.
aquellos que es necesario conseguir.
. Los objetivos o metas a largo plazo deben fraccionarse en
2.3. Conocer lo que dicen los miembros de la comurudad y de
tareas o acciones específicas.
los grupos organizados dentro de ella (líderes, miembr�s
4.4. Discusión para asignar y asumir las tareas a realizar.
organizados y no organizados) sobre el problema o necesi­
4.4. 1. Distribuirlas de manera tal que el mayor número de
dad.
personas pueda participar.
2.3.1. Convocar al mayor número de personas posible.
4.4.2. Designar responsables de supervisarlas e integrarlas.
2.3.2. Facilitar la expresión de opiniones.
4.4. 3.Hacer reuniones para exponer lo realizado y hacer la
2.3.3. Escuchar sin criticar.
integración como grupo.
La investigación-acción participativa: aspectos metodológicos 20 1
200 Maritza Montero
6.4.3. Historias y relatos de vida individuales y otras formas
4.4.4. El logro de estas tareas debe repercutir en el grupo
de aplicación del método biográfico.
y en la persona ejecutante, como esúmulo reforza­
6.4.4. Análisis de documentos y registros de diversa proce­
dor de la participación y generador de satisfacción, a
dencia.
la vez que facilita y potencia la obtención de la meta
7. Evaluación y autoevaluación (por parte de ambos tipos de agentes)
última. _
de la labor que se va ejecutando y de los resultados obterudos. Es­
4.4.5. Evitar que pocas personas estén recargadas de traba­
te aspecto coincide con el punto 4.5., ya que la IAP es un proce­
jo, a la vez que se debe generar oportunidades de
so continuo de evaluación-reflexión-corrección-acción. Se evalúa
aprender del éxito y del logro colectivos.
no solamente las acciones planificadas y las reactivas, sino tam­
4.5. Capacitación de aquellos agentes externos para la facilita­
bién las actitudes, creencias, temores, percepciones y, especial­
ción y ejecución de tareas en las cuales no cuenten con
mente, las manifestaciones de poder asimétrico que pueden y
aprendizaje o experiencia previos.
suelen darse en las relaciones humanas.
4.6. C01ngir la planificación en reuniones de discusión-reflexión, a
7. 1. Corregir o adecuar, entre todos, las perspectivas y objetivos a
medida que se van ejecutando aspectos de ella o las condi­
medida que se ejecutan los planes de acción, pues sobre la
ciones o circunstancias se modifican por su efecto, o por
marcha pueden surgir ideas interesantes y más adecuadas a la
aspectos imprevistos.
cambiante realidad de la comunidad.
4. 7. Reflexión sobre el compromiso de agentes internos y exter­
7.2.Estar atentos a las modificaciones y transformaciones de las
nos, sobre las fortalezas y destrezas que se tienen y que se
relaciones de poder dentro de la comunidad y entre sus líderes.
necesitan.
7.3.Logros. Mostrar cuántos de los objetivos planteados fueron lo­
4.8. De ser necesario, capacitar y fortalecer a las personas que
grados y cómo, así como cuáles no fueron alcanzados y por
asumen la ejecución del trabajo comunitario.
qué.
5. Ejecución de acciones previstas y no previstas. Dado el carácter diná­
7.4.Aprendizaje. Dar cuenta de lo que ambos tipos de agentes han
mico, complejo y dialéctico del proceso de investigación-acción
aprendido y corregido a lo largo del proceso y cómo se po­
participativa (como se ha señalado en el punto 4.6.) la ejecución
tenciaron o fortalecieron en sus capacidades.
se ajusta a las exigencias de las circunstancias, en función del ob­
8. Discusión evaluadora sistemática. Puede hacerse como parte del cie­
jetivo último y principal a alcanzar, pero con modificación de los
rre de todo trabajo realizado con la IAP, o también como parte de
objetivos específicos fijados inicialmente, los cuales pueden ha­
evaluaciones parciales, específicas, a lo largo de todo el proceso
berse logrado o resultar insuficientes.
de la IAP (punto 7). Esta forma de evaluación se dirige a diversos
6. Recuperación crítica de la historia de la comunidad. Esta fase puede
grupos y personas:
constituir una investigación per se, o puede ser una actividad den- . .
· 8.1. A los grupos organizados y personas interesadas que partlopa-
tro de un proyecto mayor, con el objetivo de:
ron activamente en el proceso, a quienes presentan los resulta­
6. 1. Avivar la memoria colectiva.
dos procesados por los agentes externos (con participación o
6. 2. Reafirmar derechos, corregir nociones y recuperar conoci­
sin participación de los agentes internos) e interpretados por
mientos y recursos.
agentes externos e internos conjuntamente.
6.3. Consolidar el sentido de comunidad. . . .
8.2. A todas las personas de la comunidad, partlc1pantes acavos o
6.4. Proceder tanto colectiva como individualmente, mediante la
no, lo cual se puede hacer mediante asambleas o foros de la
utilización de alguna o varias de las siguientes técnicas:
comunidad, y en general con formas de comunicación que
6.4.1. Entrevistas participativas y reuniones de discusión-re­
permitan ampliar el diálogo, a la vez que se exponen los lo­
flexión.
gros alcanzados y el saber producido.
6.4.2. Entrevistas individuales con informantes clave de las
comunidades.
202 Nlaritza Montero

9. Comunicación socializadora del conocimiento producido. Forma de di­


vulgación y diseminación del conocimiento producido dirigida a CAPÍTULO 7
una audiencia más amplia, la cual incluye:
9.1. A la comunidad científica, profesional o institucional a la Observación participante, entrevistas
cual pertenecen los agentes externos, mediante informes participativas y discusiones reflexivas:
técnicos o artículos científicos o de divulgación.
9.2. Al público en general, mediante libros, artículos de prensa,
tres técnicas frecuentes
programas de radio o de televisión. En comunidades com­ en el trabajo comunitario
puestas por muchas personas y caracterizadas por relaciones
muy complejas no siempre puede lograrse establecer for­
mas de comunicación directas como las mencionadas en el
punto 8. En tale� casos también pueden ser útiles el uso de
volantes, periódicos cor.mnitarios, Internet (para aquellas
personas que tienen acceso a este medio).

NOTA IMPRESCINDIBLE: Sobre el método participativo


Esta guía de ninguna manera es un canon, ni un moddo rí­
gido. Su organización no corresponde a una secuencia id�al, ni
Las tres técnicas que desarrollaremos en este capítulo,
inevitable, es sólo de carácter didáctico. Las fases indicadas pue­
den coincidir, y la participación, reflexión y concientización de­
de frecuente empleo en el trabajo de intervención e inves­
ben estar presentes en todas ellas.4 tigación con la comunidad, forman parte de lo que se ha
llamado el método participativo, el cual por su carácter
muchas veces colectivo, así como por incorporar a los su­
jetos de investigación a la actividad de investigación, es
particularmente adecuado para la psicología comunitaria.
La popularidad del método participativo trasciende el ám­
bito comunitario, ya que es una de las vías más utilizadas
por ciencias sociales tales como la antropología y la socio­
logía. En la psicología, corrientes como el interaccionismo
4. Este esquema es el producto de muchos años de investigación, es­ simbólico han llegado a calificarlo no sólo como "el méto­
tudio y acción comunitarios utilizando la investigación-acción partici­ do preferido sino como la única manera adecuada de hacer
pativa. La forma condensada que aquí presento recibió las investigación social" (Benson y Hughes, 1983: 45), ya que
observaciones y las reflexiones hechas junto con Maribel Gon\:alves de
se considera que preserva la integridad de los eventos del
Freitas, M.Sc. y los estudiantes del curso de "Evaluación de Problemá­
ticas Comunitarias", dictado en el semestre 2003-II, en el curso de Es­
mundo social. Tal consideración, por supuesto, es formu­
pecialización en Psicología Clínica-Comunitaria, en la Universidad lada por los investigadores de la psicología, pero es habi­
Católica "Andrés Bello", en Caracas, Venezuela. Agradezco aquí su va­ tual en el campo de las ciencias sociales en general. Se crea
liosa participación. una legitimidad que funciona como palanca o punto de
apoyo euclideano, sobre el cual se construye el edificio del
Tres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 205
204 Marit:za Montero

saber. En este sentido, la validez ecológica presentada en el La observación participante en el trabajo comunitario
capítulo 2 suministra esa base. Si las personas que forman
parte del fenómeno estudiado ratifican la descripción pre­ La observación participante (OP) es la actividad meto­
sentada a partir de la observación, hay allí un grado de cer­ dológica, por lo tanto sistemática, y con objetivos determi­
tidumbre que genera confianza. nados por propósitos de investigación y de generación de
Las técnicas derivadas de este método pueden ser más o conocimientos, realizada en el transcurso de la vida coti­
menos activas para las personas de la comunidad con la cual diana de personas o de grt1pos específicos, a fin de cono­
trabajamos. En muchos casos la cualidad participante se re­ cer, desde esa posición interna, eventos, fenómenos o
fiere a la presencia de los investigadores/as en lugares don­ circunstancias a los cuales no se podría acceder desde una
de no suelen estar. El investigador participa en forma posición externa no participante. La OP, además de regis­
especial, mientras que las personas de la comunidad hacen trar esos acontecimientos, produce una forma de teoriza­
lo que suelen hacer cada día, a menos que les fastidie tan­ ción que surge a partir de la experiencia. Además, tiene un
to ser. observados que decidan cambiar de actividad y se carácter abierto y flexible, pues permite cambiar el foco de
dediquen a su vez a observar y a interrogar al observador. atención del investigador o investigadora de acuerdo con
Por eso, propor..emos que la observación se asuma como la los cambios que ocurren en el entorno observado, detec­
forma de invasión que representa siempre la mirada del tando sus variaciones. Y debido a su carácter participativo,
otro sobre nosotros, que manifieste de entrada sus inten­ supone la inevitable generación de variadas relaciones con
ciones, que devenga familiar al entorno que observará y las personas observadas, lo cual puede ser una fuente de in­
que registre lo que ve, en medio de las actividades diarias formación enriquecedora, a la vez que también podría ser
de la gente observada. fuente de problemas, según el tono y la condición de di­
Éste es el caso de la observación participante, técnica res­ chas relaciones.
ponsable de algunas de las más brillantes y ricas descripcio­ En términos metodológicos la OP es esencialmente cua­
nes de eventos producidas en las ciencias sociales. A ella se litativa y sus resultados pueden calificarse como estudios de
unen las técnicas de entrevista participativa y fas discusiones caso (Jorgensen., 1989). Sus objetivos son los siguientes:
reflexivas de grupo, las cuales serán analizadas a continua­
ción. Pero en toda entrevista y en toda reunión de discusión 1. Superar las restricciones que imponen otros méto­
- �� necesario que, a la vez que se pregu11ta, se responde y se dos, obteniendo una visión más amplia, más detalla­
discute, se observen los aspectos no verbales que acompañan da y más completa de un determinado fenómeno o
las intervencion�s orales (gestos, n:ovimientos, tonos de circunstwcia y de cómo lo viven y le otorgan sentido
voz, es decir la paralingüística en general). Por tal razón ex­ las personas implicadas.
puH.!ré en primer lugar algunas características generales de 2. Descubrir los sentidos y perspectivas, así como los
la observación participante y de las condiciones de su apli­ valores y las normas, desde los cuales los actores so­
cación en el trabajo comunitario. ciales en determinadas circunstancias de vida cons­
truyen su realidad.
3. Facilitar de esa manera el acceso en la investigación a
las posiciones y sentidos de personas y grupos.
206 Maritza Montero Tres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 207

¿Qué significa "participar" en la observación manifestarán, deben tener cuidado de que no sean ellos los
participante? que primen. Las formas de proselitismo político partidario
o de captación religiosa son especialmente dañinas, pues la
Cuando se dice que el o la observador/a participante se fuerza de las convicciones o los intereses monetarios que
coloca en el medio de la vida cotidiana de la gente a la cual pueden estar involucrados en una u otra forma de creencia
va a observar, se señala la cercanía, lo cual excluye a esta crearán recelos respecto de los objetivos científicos preten­
técnica de lo que se ha llamado epistemología de la distan­ didos por los/as investigadores/as y provocarán rechazo y
cia y la coloca en la epistemología del encantamiento (Fernán­ aun exclusión, muy justificados. Al mismo tiempo, en cier­
dez Christlieb, 1994a, 1994b). En esta última quien conoce tas circunstancias la OP puede ser muy exigente respecto
entra a un mundo que se trnnsforma: transforma y es de qué aspectos de esa vida cotidiana se desea conocer e in­
transformado por la persona cognoscente; pero además corporar a la investigación. Jorgensen (1989) señala casos
exige de ese observador u observadora una actitud empáti­ en los cuales los observadores debieron actuar como juga­
ca, de comprensión y de curiosidad científica, aunque no la dores profesionales, hacer nudismo de playa y luego parti­
de quien mira a través de la lente del microscopio o del te­ cipar en la asociación de vecinos opositores de la playa
lescopio, sino la mirada horizontal que se refleja en los ojos nudista, recibir educación cristiana fundamentalista, con­
del otro. Al mismo nivel. Este aspecto puede generar una vertirse en pianista de jazz (para lo cual, naturalmente, se
de las críticas más importantes a este método: ¿cómo in­ debe saber tocar el piano y conocer de jazz). Ese autor
troducirse tan profundamente en lo observado y, a la vez, agrega que en la mayoría de los casos, las personas escon­
mantener un cierto grado de distancia necesario para que dían su identidad de investigadores, postura que no com­
la descripción de lo observado capte las múltiples facetas parto, pues supone un engaño. Osear Lewis, uno de los
de ese objeto de observación y nó se concentre en aquellas más exitosos usuarios de este método, no ocultó su identi­
con las cuales nos identificamos o coinciden con nuestros dad y tuvo la paciencia de esperar casi seis meses para ser
gustos? ¿Cómo no sesgar el registro de observación hacia aceptado por las familias que observaba, antes de empezar
las propias tendencias? Hay que tener en cuenta que la re­ a hacer el registro de observación participante que produ­
flexividad propia de la metodología cualitativa puede ser jo libros como Los hijos de Sánchez y La Vida.
útil para registrar tanto una cosa como la otra: establecer Ahora bien, hacer OP no significa tomar notas de cual­
qué nos gusta y por qué. Por otro lado, cómo es lo que no quier manera. Es necesario mantener siempre claros los
nos gusta y por qué lo juzgamos negativo. Y reflexionar objetivos de la investigación: para qué queremos investi­
también sobre tales anotaciones en nuestros diarios de gar, por qué queremos investigar y por qué, específicamen­
campo o cuadernos de registro de observación. te, estamos observando algo. Por lo tanto, la descripción
Esto puede implicar tener que desempeñar algún rol en debe ser amplia, completa, detallada, analítica, pero con vi­
la comunidad, participar en algunas tareas comunitarias y sión de totalidad. Hay que dejar de lado las narraciones
seguir los ritmos de la comunidad (si no fuese así, ¿cómo impresionistas donde las acciones desaparecen bajo el peso
observar la vida cotidiana?), pero sin ocultar el rol princi­ de los adjetivos y tener presentes las categorías científicas,
pal de investigadora o investigador. Y si bien los intereses pero estando dispuestos a crear nuevas categorías cuando
personales de los agentes externos de una u otra manera se aquellas no tengan valor explicativo. Pues se trata de cap-
208 Maritza Montero 'fres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 209

tar la vida diaria, no de enjaularla. Es importante registrar se el capítulo 9) y, como veremos a continuación, en las en­
las expresiones verbatim de las personas que nos rodean. trevistas a grupos comunitarios.
En este sentido cabe recordar la expresión de Benson y Stringer (1999) aconseja organizar las observaciones en
Rugues (1983), quienes califican a la OP como un "en­ función de las descripciones de los siguientes elementos
cuentro de investigadores", pues también las personas de la (destacados en cursivas): el lugar donde se hace la observa­
comunidad observan parte de su vida cotidiana y tienen ción; la gente (su diversidad, características, comporta­
opiniones sobre lo que en ella ocurre. miento, roles y posición ocupadas, relaciones entre ellas);
los objetos (que usan, que buscan, de los que se rodean, en
los cuales habitan); los actos y las actividades que realizan,
Las herramientas de la observación participante cómo las efectúan, con quién, para qué (los primeros son
aislados e individuales, las segundas comprenden un con­
Como método la OP incluye una serie de estrategias, junto de actos relacionados); los eventos, que Stringer defi­
procedimientos y técnicas. Puede ser aplicada por una sola ne como un "conjunto de actividades relacionadas" (1999:
persona o por un equipo que interviene en distintas áreas, 71), pero que en re·ilidad describen prácticamente lo mis­
en diversos grupos, en diferentes horas, días o eventos. Es­ mo que se entiende por actividad; los propósitos, referidos a
to puede producir una mayor riqueza de datos, aparte de lo que k gente está procurando alcanzar (fines y objetivos
combinar diferentes miradas y grados de profundidad y al­ de sus acciones); el uso del tiempo, es decir, duración, fre­
cance. La parte más difícil de la OP reside en el registro de cuencia, secuencias, horarios y fechas; los sentimientos, ex­
los datos, el cual puede ser hecho llevando anotaciones y presados en gestos, palabras, mít;nicas, caricias y formas de
diarios de campo (véase el capítulo 10), o bien puede ser comunicación en general que expresan emociones.
grabado por la persona que investiga y relata lo observado.
Ese relato luego es transcrito y ya sabemos que toda trans­
cripción debe seguir una serie de normas y cuidados para Las entrevistas participativas
garantizar su fidelidad (Farías y Montero, 2005).
Asimismo, es posible complementar la OP con la apli­ En el trabajo comunitario es frecuente hacer entrevis­
cación de cuestionarios y la elaboración de inventarios. Un tas, tanto para la producción de una historia o de un relato
ejemplo de esto último es el uso que dio Lewis a la prácti­ de vida como para conocer la opinión u obtener informa­
ca de registrar el número de implementos o los guardarro­ ción de una persona en particular. Pero quizás una de las
pas existentes en un hogar (véase La vida), lo cual le técnicas más utilizadas sea la entrevista grupal en la cual un
permitió conocer el patrón y motivación del gasto en los grupo de personas de la comunidad participa en algún pro­
grupos estudiados. Las fotografías, videocasetes, compact yecto específico. Estas personas pueden ser consideradas
disc o filmes pueden ser preciosos registros de momentos y como informantes clave, ya sea porque poseen conoci­
estilos de vida que hablan más que cientos de palabras. Y miento sobre un determinado evento acaecido en la comu -
todos estos recursos, más la OP, pueden ser el complemen­ nidad, o bien integran un equipo de trabajo o poseen
to perfecto para encontrar el sentido dado a ciertos modos conocimientos específicos sobre alguna práctica u oficio o
de vida en el estudio de las vidas de algunas personas (véa- tradición o modo de hacer. Esta forma de entrevista se rea-
210 Maritza Montero Tres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 211

liza colectivamente porque se trata de reunir a un ciert(1 incluidos en la guía, y si surge otro traído a colación
número de personas (pequeño), en función de ese saber o por parte de los entrevistados, debe saber hacer las
interés común. preguntas pertinentes para obtener información sufi­
ciente sobre esos nuevos puntos. La guía ayuda a la
memoria de quien investiga, pero no debe convertir­
Finalidad de las entrevistas participativas se en un cuestionario cerrado y con un orden rígido.
En una entrevista participativa el clima es más relaja­
La principal finalidad de esta herramienta es conocer do y a veces en el calor de la conversación las perso­
las opiniones e ideas de un grupo específico de personas de nas saltan de un tema a otro. El entrevistador o la
una comunidad acerca de un tema común, en función de entrevistadora debe saber llevarlas de nuevo al tema
preguntas formuladas por el investigador y respondidas en inconcluso sin excluir el nuevo tópico introducido.
una conversación general producida y facilitada por la in­ 4. El agente externo que conduzca la entrevista deberá
vestigadora. evitar los debates y controversias. Se trata de obtener
información, no de discutir sobre ella. Para eso se uti­
liza otro tipo de encuentro: las reuniones de reflexión
Requisitos que deben cumplir y discusión.
5. Igualmente debe evitarse dirigir las respuestas o formu­
l. En primer lugar, las personas que participarán deben lar preguntas capciosas (aquellas que sugieren la res­
aceptar previamente responder a la entrevista y saber puesta que se desea oír). Se trata de escuchar a las
por qué se las entrevista y sobre qué tema, así como el personas entrevistadas, no de ratificar ideas y versiones
uso que se dará a la misma: de hechos según el interés de los agentes externos.
2. Los agentes externos (puede ser una sola persona o va­ 6. Dado que estas entrevistas deben ser grabadas, pues
rias, pero no es recomendable que superen en número a es imposible recordar con exactitud lo que dijeron
los entrevistados). Lo ideal es que haya una persona que varias personas ante cada pregunta, es conveniente
conduzca la entrevista y una o dos que registren aspec­ pedir a las personas que al momento de hablar digan
tos no verbales, que vigilen los grabadores en relación su nombre en voz alta. Y como el interés por res­
con el cambio de casetes y su correcto funcionamiento ponder puede hacer olvidar esa instrucción, los
y, si es necesario, que ayuden a la persona que dirige re­ agentes externos que acompañen a la conductora de
cordando algún tema o pregunta, o presentando alguna la entrevista deben registrar el orden de las respues­
información previamente convenida. tas, ya que no siempre se puede reconocer a las per­
3. Se debe preparar con antelación una guía de temas sonas por la voz.
sobre los cuales se quiere obtener información. Para 7. Naturalmente, el grabar las entrevistas exige una in­
cada uno de estos temas puede haber subtemas y aun mediata transcripción de las grabaciones, por parte de
algunas preguntas concretas. Pero quien entrevista no las personas que llevaron a cabo la entrevista, siguien­
debe depender de esas preguntas. Su tarea consistirá do las normas que garantizan la fidelidad de esa trans­
en obtener información sobre cada uno de los temas cripción (véase Farías y Montero, 2005).
212 Maritza Montero Tres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 213

A quiénes entrevistar participativamente


debe ser elegido por ellas mismas. El clima debe ser cómo­
do, distendido y cordial.
Una entrevista participativa debe ser realizada a perso­ Las preguntas deben estimular la libre expresión de las
nas que conocen algún hecho común o que lo hayan pro­ personas entrevistadas, de manera que hablen abiertamen­
tagonizado. En muchos casos pueden conocerse entre sí, te, pero sobre el tema investigado (no se trata de una con­
pero esto no es un requisito básico; lo importante es que versación informal). Por ejemplo, se pueden formular
todas puedan responder a las preguntas que se harán acer­ preguntas generales: ¿Cómo se creó el centro de salud de
ca de un terr:a de interés para la comunidad y respecto del esta comunidad? ¿Cómo funciona el centro deportivo?
cual pueden dar información. Teniendo en cuenta que de­ O bien más específicas (a fin de precisar aspectos parti­
be hacerse un registro fiel y riguroso de sus respuestas, es­ culares en relación con un tema general), por ejemplo:
to supone el uso de uno o más grabadores, los cuales deben ¿Cómo fue la reunión con los padres y madres de los niños
estar previamente preparados (con pilas nuevas o enchufa­ y niñas del programa XX?
dos y con casetes vírgenes en los cuales debe grabarse pre­ También se puede solicitar relatos acerca del funciona­
viamente el día, hora y tema de la entrevista. Asimismo, miento de alguna actividad de la comunidad, o de tareas
deberá limitarse el número de personas a entrevistar en específicas. Stringer (1999) sugiere las "visitas guiadas" y la
grupo; lo ideal es entre cinco y nueve personas, pero pue­ elaboración de mapas o gráficos. Ambas sugerencias son
de ocurrir que el tema de entrevista atraiga a más personas. buenas ideas y mejores prácticas. Según mi experiencia,
En este caso es necesario trabajar con las que se presenten, durante las visitas guiadas que surgen de la invitación es­
advirtiendo la intención de grabar las respuestas de todas y pontánea de personas en varias comunidades, es posible ir
cada una de ellas, por lo cual se les agradecerá que se res­ :ormulando las preguntas específicas a medida que se
peten los turnos para hablar y que cada hablante se identi­ avanza en el recorrido. Los mapas o gráficos estimulan la
fique antes de tomar la palabra. Igualmente, se les pedirá participación y suscitan una serie de detalles e informacio­
que sean precisas y que recuerden que otros también tie­ nes que probablemente habría sido más difícil conseguir si
nen cosas que decir, a fin de evitar el acaparamiento del se hubiese efectuado sólo preguntas.
tiempo por parte de unas pocas personas. Las preguntas del tipo "Cuéntenme cómo fue XX" o
"hay algo más que agregar sobre XXX? " o "¿Me podrían
dar un ejemplo sobre esto?" son facilitadoras de narracio­
Las preguntas en las entrevistas participativas nes vívidas. Asimismo, si hay aspectos que fueron mencio­
nados pero que no se desarrollaron, la persona que dirige
Antes de formular cualquier pregunta es necesario que la entrevista debe preguntar directamente sobre ellos (por
se informe o se recuerde el motivo de la entrevista a las ejemplo: "Mencionaron XXX, ¿podrían decir cómo ocu­
personas que van a participar de ella. De qué se trata y pa­ rrió eso?" o "¿Qué hicieron ustedes?" enfocando luego el
ra qué va a ser utilizada. Las personas entrevistadas y los cuestionario sobre aspectos particulares que necesiten ser
agentes externos, si no se conocen entre sí, deben presen­ completados.
tarse. Deben sentarse y sentirse cómodos, en un lugar ade­ Estas preguntas, sean generales o particulares, deben
cuado, familiar y accesible que, en la medida de lo posible, ser hechas mostrando interés por el tema, pero sin insinuar
214 Maritza Montero Tres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 215

sesgos o preferencias por determinados aspectos del mis­ 1•;cnerar es aquella que proviene de las personas de las co-
mo, ni de manera que parezca que se está haciendo una 11rnnidades con las cuales trabajamos. Y esa es una doble
evaluación (asintiendo, negando, felicitando o criticando). rnnfianza: en sí mismas como productoras de nuevos co­
Esto no significa representar un papel, sino ejecutar ho­ nocimientos y como transmisoras de un saber que tiene
nestamente una labor que nos interesa. Si el agente exter­ importancia para ellas y para sus pares; y en segundo lugar,
no no se siente a gusto haciéndola, si le aburre o tiene confianza en que se tiene algo que decir a la sociedad en la
prisa, o no está convencido o no entiende su objetivo, es cual se vive. Y al decir sociedad, entra también la ciencia
preferible que no la lleve a cabo. Percibir los sentimientos como institución. Y para los psicólogos y psicólogas que
del otro es una capacidad presente en la mayor parte de la como agentes externos trabajamos con esas comunidades,
gente, y las personas entrevistadas se dan cuenta cuándo igualmente hay una doble necesidad: producir conoci­
hay interés genuino y cuándo se trata de una obligación miento válido y útil para las comunidades con las cuales
que molesta a quien la ejecuta. trabajamos y para la comunidad científica y a la sociedad a
La relación entre entrevistadores/as y entrevistados/as las cuales también pertenecemos.
debe ser franca, amena y cordial. A la vez, quien investiga ¿Cómo lograr esa seguridad, esa confianza, esa validez?
debe mantener claros los objetivos a alcanzar cuando se Ya se ha dicho en el capítulo 2 que estos criterios, cuando
aplica esa técnica y no perderse en charlas colaterales que se trata de métodos cualitativos, exigen el cumplimiento de
distraigan de esas metas; tampoco deberá introducir sus una serie de requisitos y cuidados. La validez llamada
anécdotas o relatos sobre lo que ha hecho en circunstan­ "ecológica" va a depender de las respuestas de la comuni­
cias semejantes, diferentes o evocadas por alguna razón al dad con la cual se trabaja. Y ya sabemos que esa comuni­
oír la narración de los entrevistados. Al superponer sus in­ dad no es un ente uniforme y monótono. Es un grupo
tereses a los de las personas entrevistadas está dejando de social complejo, dinámico y que contiene una pluralidad
lado la información que ellas aportan, mientras que el en­ de voces. Por lo tanto es necesario tener en cuenta esas
trevistador pasa a ocupar el centro de atención, presentán­ condiciones de base, pues son ellas las que justifican el uso
dose como modelo o como protagonista. Además está de este tipo de métodos. Para obtener elementos que ge­
ocupando el tiempo de esas otras personas, cuyas voces ne­ neren confianza, seguridad y permitan la auditoría en las
cesita escuchar y cuya experiencia necesita conocer y di­ entrevistas participativas, se deben observar los si;uientes
fundir en otros ámbitos. criterios:

• Preparar un guión para la entrevista co


_ n los t·mas.o
Criterios de rigor metodológico las preguntas generales sobre los aspectos dt- aque­
llos fenómenos, hechos o períodos de la vida de la
Siempre que se plantea un trabajo de ciencia subyace el comunidad que interesa conocer a los fines de la in­
temor de que el conocimiento a producir o producido ten­ vestigación/intervención.
ga validez y genere confianza, es decir, que en ese campo • Tener claros los objetivos que se desea lograr con
se confíe en lo que se ha logrado. En la psicología comu­ esa(s) entrevista(s).
nitaria que planteo, la primera confianza que necesitamos • Justificar nuevos aspectos que se añadan a ese guión.
216 Maritza Montero
Tres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 217

Tales aspectos pueden derivar de elementos que in­


:1compañan los hitos de la comunidad, generando el ámbi-
troduzcan las personas entrevistadas o de deduccio­
10 donde se construye y deconstruye el sentido dado al tra­
?"es que ��s agentes externos hagan a partir de la li:ijo que se realiza y a los logros que se obtienen. Y también
mformac10n que reciben. y que necesitan corroborar
proporcionan oportunidades para iniciar procesos de pro­
con los entrevistados.
hlematización conducentes a la desnaturalización, desideo­
• Limitar el número de participantes en el grupo en­
. logización y concientización (Montero, 2004).
treVIstado en función del buen manejo de la situa­
Las condiciones mencionadas para generar un contexto
ción, del registro preciso de las intervenciones, del
facilitador de las entrevistas participativas son válidas tam­
logro de la participación de todas las personas entre­
bién para estas reuniones, que deberían hacerse, de ser po­
vistadas y del logro de los objetivos de la entrevista.
sible, en un lugar que pudiese ser visto por la comunidad
• Enunciar de manera clara y precisa cada tema pre­
como sitio de encuentro comunitario. Ese lugar puede ser
feriblemente a modo de pregunta general. H�cerlo
una casa particular, una plaza o un parque, pero lo ideal es
una vez que el tema anterior se haya agotado. Si las
que sea un lugar cubierto, cómodo, donde las personas
personas participantes comienzan a desarrollar un
puedan sentarse y conversar sin ser interrumpidas. La pun­
tema diferente, permitir que se explaye y, una vez
tualidad es una exigencia para los agentes externos, quie­
que todos los miembros del grupo entrevistado han
nes deben establecer una pauta al respecto, y ello se logra
:espondido, regresar a la pregunta o tema previo, se­ fijando un lapso razonable de espera para comenzar la reu­
nalando que quedó inconcluso.
nión de tal manera que no perjudique a los puntuales. Un
número bajo de participantes no debe ser considerado co­
mo algo negativo. En lugar de decir "sólo vinieron cuatro
Las reuniones comunitarias de discusión-reflexión
gatos", es necesario decir con orgullo "asistieron X perso­
nas". No hay que resaltar negativamente cuántos faltaron,
�urante el trabajo comunitario, y dada su naturaleza co­
sino tener en cuenta positivamente a los asistentes.
lectIVa y participativa, es frecuente realizar reuniones con
Estas reuniones deben caracterizarse por su carácter
personas interesadas y con grupos organizados de la comuni­
democrático, por hacer oír la voz de todos los presentes,
dad, que pueden contar o no con la participación de diversos
por la agilidad de la discusión, es decir, no dejar decaer el
agentes externos (por ejemplo: aquellos comprometidos/as
interés y lograr conclusiones o decisiones tomadas con res­
con el trabajo que se está llevando a cabo, representantes de
pecto a cada punto discutido y reflexionado en función de
alguna O�G con intereses similares, algún funcionario/a
lo analizado y estudiado colectivamente. Se comunicarán y
de una entidad pública invitado/a especialmente a esa reu­
celebrarán los logros y se señalarán las tareas a cumplir fi­
nión, personas de otras comunidades). En estas reuniones
jando responsabilidades, recursos para atenderlas y plazos
se plantean problemas, se planifican soluciones posibles pa­
ra ellos, se presentan resultados de tareas llevadas a cabo se razonables para cumplirlas, en función de la urgencia y de
las posibilidades. En relación con este último aspecto es
to�an de�isiones, se evalúan estrategias, se aprende y se �n­
necesario que el cumplimiento de las mismas incorpore a
sena, s� discute s�bre lo aprendido, se celebra lo logrado y
. muchas personas de la comunidad, ya sea por rotación
se analizan y cntican los errores y aciertos. Estas sesiones
entre ellas o responsabilizando por pequeñas acciones a un
218 Maritza Montero Tres técnicas frecuentes en el trabajo conzunitario 219

grupo de personas que, al ser cumplidas, produzcan un re­ • La necesidad de visibilidad y atención que puedan
sultado mayor. tener algunas personas.
Es conveniente que haya una persona que facilite la • Los intereses particulares de las personas que inte­
reunión, coordinándola en función de una agenda que res­ rrumpen, que están ansiosas por manifestarlos o dis­
ponda a los intereses de la comunidad y que también pue­ cutirlos y no esperan su turno. Una causa
dan tenerla los agentes externos. El tema de la discusión complementaria es la falta de interés personal en lo
debería ser conocido con antelación; si ello no es posible, que se está diciendo.
primero debe establecerse con el grupo asistente sobre qué • La falta de comprensión de las normas que rigen
se va a trabajar ese día. Es conveniente contar con una per­ una discusión colectiva en la cual se tratan temas de
sona que vaya anotando las ideas y propuestas, las decisio­ interés comunitario. Esto puede ocurrir con perso­
nes, los y las responsables, las fechas de interés y otras nas de la comunidad que no tienen experiencia pre­
informaciones útiles, y que lleve un registro de asistencia. via en tales situaciones, pero también con agentes
Así como se fija una hora de inicio, debe igualmente fijar­ externos que, aunque deberían saber qué hacer, tie­
se una hora de cierre, que debe respetarse. Estas reuniones nen poca experienci� o anteponen los deseos indivi­
deben ser amenas, interesantes y productivas, de tal mane­ duales a la necesidad colectiva.
ra que no sean vistas como una carga para los participan­ • Falta de compromiso con el tema y el objetivo de la
tes, sino como algo útil y necesario para realizar las reunión por parte de quienes interrumpen o falta de
transformaciones deseadas en su comunidad. comprensión respecto de lo que significa para la co­
munidad.
• Las intervenciones a destiempo. Es decir, aquellas
Aspectos que dificultan la participación en las reuniones en las cuales se trata algo ya discutido a pesar de ha­
de discusión-reflexión ber avanzado, o bien no se espera a que se termine
de debatir un tema y una persona interrumpe para
Es posible que en este tipo de discusiones ocurran situa­ proponer otro.
ciones en las cuales, ya sea por intervención de los agentes • La introducción de las conclusiones o recomenda­
externos o por causa de los agentes internos, se entorpezca ciones del agente externo sin esperar a oír las que
o desvíe la discusión, se trivialize la reflexión, o la palabra pueda presentar el grupo. Este tipo de intervención,
sea acaparada por una sola persona o por un pequeño gru­ al provenir de un agente externo que puede ser vis­
po, impidiendo que otros opinen e imponiendo un solo pa­ to como experto o con alguna autoridad o mayor
recer. Ello puede ocurrir cuando se está discutiendo un conocimiento, puede tener un efecto inhibidor so­
tema específico y alguna persona, sea agente externa o in­ bre las personas del grupo, especialmente sobre las
terna, introduce una pregunta o un tema diferente que in­ más tímidas.
terrumpe y desvía el curso de la discusión o reflexión. Este • Las formas de comunicación no ve�bales, tales como
tipo de obstáculos para la reflexión suele ser bastante fre­ muecas, gestos, tonos de voz o posiciones corpora -
cuente y puede deberse a diversas causas, entre las cuales les que indican fastidio, cansancio, burla, asombro,
se encuentra: rechazo, etc. pueden infundir temor, resentimiento,
220 Maritza Montero Tres técnicasfrecuentes en el trabajo comunitario 221

vergüenza y en general inhibir a otras personas del des sentidas por la comunidad, necesidades latentes en ella
grupo, especialmente a aquellas que exponen sus y necesidades normativas provenientes del conocimiento
ideas en ese momento. científico y de las políticas sociales (Montero, 1997).
Catalizar o facilitar procesos de transformación supone
Incluso cuando algunas de estas interrupciones tratan ayudar a las personas de la comunidad a asumir sus respon­
de temas relacionados pero de carácter secundario, igual­ sabilidades cuando no tienen claro cuáles son y cuál es su
mente tienen un efecto de distracción que interfiere con el capacidad para hacerlo. Además, se busca fortalecerlas en
nivel de atención del grupo, cortando el hilo de la reflexión su participación e informarlas en cuanto a sus acciones, re­
que se está haciendo. El resultado es pérdida de claridad en cursos y posibilidades. Los agentes externos deben enton­
la discusión y pérdida de tiempo, pues será necesario vol­ ces cuidarse de introducir "soluciones" que obstaculicen o
ver a retomar el punto, incluso haciendo un breve resumen dificulten esos procesos. No debe olvidarse el carácter dia­
de lo que se había adelantado. lógico del trabajo comunitario y que para lo grarlo es nece­
sario escuchar las voces de la comunidad. Esto significa:

Recursos para evitar dificultades y obstáculos • No asumir la posición de quien juzga, premia o cas­
en la discusión-reflexión tiga al analizar propuestas o ideas provenientes de
personas de la comunidad. El paternalismo y la con­
La experiencia proveniente de la praxis indica que los miseración no deben tener cabida en la relación con
agentes externos deben estar muy atentos a su manera de la comunidad. La relación debe ser de igualdad y
intervenir en estas reuniones. Deben cuidar su modo de respeto por la diferencia.
hacer preguntas y de conducir o facilitar esas sesiones de • Cuidar que la comunicación verbal no sea contradi­
trabajo. Su objetivo debe ser "el interés de la comunidad y cha por la no verbal. Y para esto, la única "receta" se­
la profundización de la reflexión que se está llevando a ca­ gura es ser sinceros. Si se tienen dudas o no se cree
bo por el grupo" (Montero, 1 997: 2 60). Deben además te­ en lo que se está haciendo, es mejor retirarse.
ner claro el objetivo último del trabajo que se realiza, así • Observar lo que ocurre: los cambios en las personas,
como una visión global de cada sesión y de lo que está su ánimo y desánimo, su interés y desinterés. Y ser
aconteciendo en la comunidad. Es necesario preparar un sensible a esos cambios, trabajando en ellos en la la­
plan de cada sesión junto con los agentes internos de la co­ bor de facilitación.
munidad, en función de objetivos precisos y bien defini­
dos. Allí es donde pueden incluir su participación y Las siguientes recomendaciones están tomadas de un
contribuciones, que no deben presentarse sorpresivamen­ artículo que publiqué en 1997 y que, según creo, aún pue­
te. Este trabajo de planificación ayuda a superar el temor y den ser útiles en relación con la conducción y facilitación
la inseguridad provenientes de la inexperiencia o del des­ de estas reuniones:
conocimiento de una determinada comunidad, así como
también ayuda a evitar desacuerdos o a preparar a los • Observar antes de intervenir.
agentes externos para la posible disparidad entre necesida- • Estar en la reunión, ver la reunión, ser parte de la
222 Maritza Montero Tres técnicasfrecuentes en el trabajo comunitario 223

reunión. Esto es intervenir comprometidamente en dos verbos fundamentales en esa labor. Ambas acciones
la discusión y el problema. permiten ir más allá de las personas, y de los informantes
• Mantener presentes y claros los objetivos de la reu­ clave y trabajar con lo que podríamos llamar "grupos cla­
nión. ve'', que surgen del colectivo comunitario y que, como
• Tener claros los objetivos generales y específicos del bien saben quienes trabajan con comunidades, son móviles
trabajo y de la investigación que se llevan a cabo. y cambiantes. Y de hecho, cuando tienden a cristalizarse y
• Tener claro el compromiso con la comunidad. formar pequeños conciliábulos, comienzan también a ge­
• Evitar el asistencialismo, el paternalismo y la bene­ nerar problemas para el colectivo, del cual se separan. Al
ficencia. respecto, Fals Borda (1985) resalta la importancia capital
• Recordar la necesidad de impulsar el desarrollo de del trabajo colectivo en el estudio, el rescate de la historia
los recursos, de las personas y de la comunidad, así regional y el empleo respetuoso de elementos de la cultu­
como el fortalecimiento de la misma. ra popular, fundamentales para comprender a una comuni­
• Tener presentes los principios de autonomía, catáli­ dad y orientar el trabajo con ella.
sis y prioridades que orientan el trabajo psicosocial El carácter colectivo de la participación es entonces un
comunitario (Fals Borda, 1 959; Montero, 2 004). elemento clave para la transformación comunitaria. Y es
• Recordar que mas vale callar que hacer una pregun­ eso lo que se busca en las entrevistas participativas y en las
ta, propuesta u observación banal o que atiende só­ reuniones de discusión y reflexión. En ellas, la palabra de
lo a necesidades personales. uno desencadena las voces de otros y la palabra de la ma­
yoría incorpora la voz de cada uno, Así es el colectivo: una
pluralidad de voces respondiendo y presentando el carác­
El significado del carácter participativo ter complejo y variado de los fenómenos estudiados. Y esas
de estos métodos respuestas y opiniones colectivas no sólo introducen infor­
mación, sino también formación. Formación de posibles
Las técnicas y métodos presentados en este capítulo y líderes, que responderán según las circunstancias y no só­
en el libro en general responden a la concepción paradig­ lo según roles directivos asignados. Se escuchan las voces
mática subyacente (véase Montero, 2 003a, 2 004) que pone de las mujeres y de los hombres participantes, quienes
de manifiesto el carácter colectivo de la comunidad. Si se aprenden así que cada palabra vale, que los recuerdos frag­
parte de que al tratar con una comunidad no se puede re­ mentados de muchos recrean la memoria de todos, que
ducir ese conjunto de personas, historias personales e his­ muchos pueden aportar ideas útiles y que el contacto con
toria común a unos pocos, que no es posible tratar a la las palabras de otros transforma, enriquece y promueve ac­
comunidad y con la comunidad desde una concepción in­ ciones y reacciones.
dividualista de la psicología, se comprenderá el porqué de Ciertos aspectos son comunes a los métodos y técnicas
la orientación participativa. Al trabajar con comunidades participativos:
es necesario producir una visión colectiva que refleje a las
personas que la integran, y esa producción debe ser hecha l. Permiten la transmisión de tradiciones y conoci­
con su participación. Párticipar y compartir son entonces mientos.
224 Maritza Montero Tres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 225

2 . Facilitan la reconstrucción colectiva y crítica del pa­ Resumen


sado, para aprender de sus éxitos y de sus errores.
3. Permiten comparar deseos y necesidades, capacida­ Un libro sobre métodos en psicología comunitaria no
des y objetivos, aprendiendo a jerarquizarlos y anali­ podía dejar fuera aquellos de carácter participativo. Este ti­
zarlos. Por otro lado, es posible construir líneas de po de método ha sido desarrollado en los capítulos 5 y 6 y
bienestar colectivo a partir de la multiplicidad de an­ en éste. Ciertamente, hay otras formas de tratarlos y otras
helos formulados, debatidos, compartidos y refor­ técnicas. Las que hemos presentado en los capítulos men­
mulados. cionados, y las incluidas en éste en particular, son las que
4. Al participar es posible romper con patrones de de­ según mi experiencia y la de otros colegas de América lati­
sigualdad que tienden a mantener a unas pocas na, citados en estas páginas y en las dos obras anteriores
personas en cargos directivos o en el disfrute de (Montero, 2 003a; 2 004), son parte del día a día en el tra­
beneficios que deben extenderse a la colectividad. bajo comunitario.
5. Permiten diferenciar entre necesidades colectivas y Observación participante, entrevista participativa y reu­
deseos individuales, colocando a las primeras en el niones de discusión-reflexión son técnicas de uso frecuen­
centro de la acción colectiva y dejando a los segun­ te, cotidiano en el caso de la primera y reiterado en el de
dos en la intimidad de cada persona. la última.
6. Pueden fomentar la complementación entre cuali­ En las páginas precedentes he presentado una guía pa­
dades y la compensación de defectos entre los dife­ ra su utilización, he hecho algunas advertencias acerca de
rentes miembros de una comunidad. los peligros que pueden acechar su aplicación y he sumi­
7. A través de ellos es posible aprender a buscar las nistrado algunos consejos, provenientes de situaciones vi­
soluciones dentro . del ámbito de la vida diaria y no vidas por mí, que espero sean de utilidad.
a depender de "solucionadores" externos, ajenos a
los intereses de la comunidad. Al mismo tiempo se
aprende a tratar con aquellos/as que ocupan luga­
res de poder estatuido -desde los cuales pueden
obstaculizar el logro de objetivos comunitarios-,
evitando las manipulaciones e intimidaciones.
8. Proporcionan el momento y el espacio para apren­
der a responsabilizarse por las transformaciones y a
comprometerse con objetivos de la colectividad. Y
también para desaprenderse de patrones de sumi­
sión, para dejar de esperar y mendigar soluciones
externas, para abolir la costumbre de escuchar y ca­
llar y de reproducir en la esfera comunitaria las
pautas de autoritarismo y corrupción existentes en
otros espacios públicos
226 Maritza Montero Tres técnicas frecuentes en el trabajo comunitario 227

Preguntas para reflexionar sobre Lecturas complementarias recomendadas


el uso de métodos participativos
Sobre el tema de la reunión de discusión-reflexión re­
• ¿Cómo contribuye mi presencia en la comu nidad al comiendo un texto en el cual me he basado parcialmente
avance de la investigación o intervención? ¿Me ha para desarrollarlo: Montero, M. (1 997): "Entre el deseo
hablado la gente espontáneamente? ¿Me preguntan individual y la necesidad colectiva. El análisis de la reunión
algo sobre mí?
de discusión-reflexión en el trabajo psicosocial comunita­
rio", en M. Montero (comp.), Psicología y comunidad (me­
• ¿Por qué hago (o hace c:lguien que i nterviene) deter­
minada pregunta? ¿A cuál objetivo comunitario sir­
morias de psicología comunitaria del xxv Congreso
ve? ¿Cómo reciben esa pregunta las personas del Interamericano de Psicología), Caracas, Universidad Cen­
grupo? ¿ En qué me baso para responder a la pregun­ tral de Venezuela, Fac. de Humanidades y Educación, Co­
ta anterior a ésta? misión de Estudios de Postgrado-Sociedad Interamericana
de Psicología, págs. 254-263 . Igualmente publicado en: E.
Wiesenfeld (coord.) (1997): El horizonte de la transforma­
ción: Acción y reflexión desde la psicología social comunitaria,
Ejercicio problematizador sobre Caracas, AVEPSO, fase. 8, págs. 7 7-86.
la aplicación de métodos participativos

Revise i nvestigaciones o informes de trabajos comuni­


tarios en los cuales se haya usado cualquiera o las tres
técnicas consideradas en este capítu lo (observación
participante, entrevista participativa y reuniones de d i s­
cusión-reflexión) y compare los datos obtenidos me­
diante el uso de estas técnicas con los obtenidos en la
apl icación de técnicas no participativas en otras inves­
tigaciones equivalentes. ¿ H ay diferencias en cuanto a
cantidad y calidad? ¿Hay diferencias en cuanto al cono­
cimiento de la comu nidad producido? Señale y anal ice
en qué consisten las diferencias y las semejanzas que
haya podido encontrar.
,

CAPITULO 8
La problematización: procedimientos

La problematización en el trabajo comunitario

A lo largo y a lo ancho del trabajo comunitario se pre­


senta la necesidad y la oportunidad de problematizar, pues
en todas las fases de la intervención o de la investigación,
así como en todas las expresiones del quehacer comunita­
rio (sea psicosocial, clínico, ambiental, educativo, sanitario
o de algún otro tipo), abundan los momentos en los cuales
los agentes externos y los agentes internos comparten la
perplejidad y la contradicción al analizar los aspectos rela­
cionados con los problemas, necesidades o planes de trans­
formación que se han planteado. Perplejidad al no hallar
explicación para determinadas conductas, contradicción al
confrontar explicaciones opuestas que revelan en cualquie­
ra de los dos tipos de agentes (internos y externos) formas
de aceptación no justificada de condiciones de vida o de
modos de conocer que afectan el entendimiento de las cir­
cunstancias que se desea transformar. Es decir, aceptación
acrítica y naturalizada basada en la repetición de conoci­
miento recibido pero no reflexionado.
Tales situaciones necesitan ser sometidas a una refle­
xión crítica en la cual se activen procesos cognoscitivos que
230 Maritza Montero La pr-·oblematización: procedimientos 231

sometan a examen lo que se hace o se dice buscando sus problematiza y libera. Y por problematización entendía la
orígenes y causas, sus relaciones, los intereses a los cuales generación de una "conciencia de la conciencia" (1970:
responden y las razones para mantenerlas. Pero esto no 85). Un proceso que inicia el acto gnoseológico en el cual:
puede hacerse como si se tratase de una clase en un aula, ni
desde la perspectiva superior y decisoria de una sola perso­ el objeto cogn?scible, en vez de ser término del acto cognos­
na que se arroga la comprensión y el saber. Como se ha di­ cente de un SUJeto, es el mediatizador de sujetos cognoscentes
cho antes, se trata de un fenómeno que afecta por igual a -el educador, por un lado, educandos, por otro- (1970: 85).
todas las personas. Nadie está exento de él. Por lo tanto es
preciso generar un proceso en el cual las respuestas trilla­ Es decir, no separa a esos sujetos, colocando a uno como
das, las explicaciones habituales, los lugares comunes dejen distante y superior, sino que establece un diálogo entre ellos.
de cumplir la función de proveedores de respuestas adoce­
nadas y produzcan una movilización en la conciencia ante
la falta de sustentación de las explicaciones manidas y la Definición del concepto de problematización
comprensión de la contradicción o de la ausencia de fun­
damentación. En la psicología comunitaria problematizar es generar
s�tuaciones en las cuales las personas se ven forzadas a re­
visar sus acciones u opiniones acerca de hechos de su vida
El concepto de problematización diar�a vistos como normales, convertidos por tal razón en
habituales, o percibidos como inevitables al considerarlos
Origen del concepto �aturales. De _ esta manera, la condición o los efectos nega­
tivos de esa circunstancia llevan a la persona a cobrar con­
El concepto de problematización fue creado como par­ ciencia de s;i situ ��ión de: minusvalía; exclusión; opresión;
te del proceso de generar una educación liberadora, a ini­ _
reproducc10n acntlca de un conocimiento recibido o im­
cios de la segunda mitad del siglo XX, por el educador puesto, que no responde a la condición en que se vive.
brasileño Paulo Freire (1970), quien tuvo la genial idea de Y al hacerlo, examinan la relación entre ese conoci­
combatir la educación repetidora y desmovilizante, que él mie:ito y otras posibilidades de vivir y de conocer, contex­
llamó "bancaria", haciendo un símil con la función de la luahzad �s es decir, situadas temporal y espacialmente y
� _
institución bancaria en la cual se deposita el dinero. Según con pos1b1hdad de ser transformadas.
esa concepción, los educandos son convertidos en depósi­ Problematizar es entonces una estrategia para desarro­
tos o archivos de informaciones ajenas, muchas veces ca­ llar la conciencia crítica que, a la vez que se desarrolla en
rentes de sentido. Algo así como aquellas alcancías o la reflexión y en la acción, produce a través de ambas la
huchas con figura de cochinito tan populares en muchos transformación de las circunstancias naturalizadoras y alie­
lugares del mundo (si bien en este caso sería más adecuado nadoras. La problematización sensibiliza desnaturaliza
sustituir al chanchito por un borrego\. Así entendida, la csta?lec� las bases c�gnitivas y afectivas pa�a producir un�
educación es una forma de opresión, ::iº la cual Freire opo­ motivac10n , de camb10 que se traduce en acciones concre-
ne una educación que, en lugar de archivar sin discutir, 1 as de transformación.'
232 Maritza Montero
La problematización: procedimientos 233

Ese movimiento transformador de la conciencia permi­ Objeto y sujetos de la problematización


te pasar de lo real aceptado acríticamente a lo posible
transformado en mejores condiciones de vida. También
El objeto de la problematización es la circunstancia, el
puede alertar respecto de la existencia de situacio,nes o �ar­ hecho o el tipo de saber que mediatiza o que lleva a expre­
mas de opresión, por lo cual puede tener un c�ra�ter libe­
. siones estereotipadas que perpetuarán una situación. Y es
rador y desideologizador, ya que genera �o�oc1m1_ento, un
siempre un hecho o aspecto de carácter concreto, tangible,
darse cuenta que establece conexiones, elimma la ignoran­
vívido. Los sujetos de la problematización son dos: las per­
cia y cuestiona la hegemonía de ciertas ideas que mantie­
sonas con las cuales trabajamos en proyectos de interven­
nen o justifican determinadas situaciones. En ese sentt_ ? º• ción o de investigación comunitarias y los investigadores
la problematización inicia la generac�ón de �na pos1c10n _ ,
_ _ que participan en el proceso, pues las personas que no ad­
política entendida en el sentido amplio del ter?1m?, por­
mita una forma alternativa de enfocar el mundo y que acce­
que impulsa a construir y reconstruir una conc1��cia mte­
der a ella es un derecho humano, pueden ser agentes de la
gral, no fraccionada, que produce una comprens10n global
problematización de otro, ya que no entenderán lo que es­
de la sociedad en que se vive.
tán haciendo, ni para qué lo están haciendo, dado que ellos
Se rompe así con lo que Freire (1970, 1997) llamó la
mismos habrán naturalizado la situación y no se darán
"domesticación". Domesticación de la mente y de la ac­
cuenta de sus contradicciones. La problematización enton­
ción. Esto es, la repetición de rutinas que mantienen y re­
ces es un proceso total; no se puede problematizar a medias,
producen cada día ciertas condiciones de un estilo de vida, o de vez en cuando, respecto de una determinada situación.
a pesar de las limitaciones y miserias que ellas puedan oca­ Y es también un proceso que se da en relación. En k rela­
sionar, como la alienación o la cosificación concretadas en
ción entre agente externo y agente interno en la cual se
los gestos repetidos y en las palabras desprovistas de senti­
construye la transformación de la conciencia, con toda su
do de la vida cotidiana. Nada es problemático en sí, por­
carga de desnaturalizaciones, de ruptura y abandono de há­
que vivir con problemas o entre problemas es parte de la bitos, de desideologización y de mutuo aprendizaje, ya que
naturaleza de esa vida diaria. en el diálogo que ambos agentes mantienen es donde se
Esa domesticación se caracteriza por la sumisión ante lo
muestran las naturalizaciones y donde es necesario aplicar
que las teorías psicológicas de la atribución �an llama_do la estrategia y técnicas de problematización, para las cuales
_
los otros poderosos. Es decir, hechos, persona¡es, s1tuac10-
no hay catecismos ni reglamentos preestablecidos.
nes exteriores a las personas, e independientes de ellas, a
las cuales se atribuyen las consecuencias de �us actos. De
esta manera dejan de ser actores y constructores de la rea­ Bases del proceso problematizador
lidad, para convertirse en meros receptores pasivos �el
bien o del mal que emana de entes superiores y no cuestio­
A continuación describiremos algunas instancias clave y
nados, cuyas decisiones e influencias se a�eptan sin , d�scu­
particularidades de la problematización:
tir como designios inalterables, como primeras y ultimas
palabras.
l. Escuchar. Quien pretende problematizar debe sa­
ber escuchar. Como dijo Freire (1997), escuchan-
234 Maritza Montero La problematización: procedimientos 235

do es como se aprende a hablar con la gente. Pero entendida no como comentario destructivo, sino
además, sólo cuando escuchamos podremos detec­ como análisis revelador del sentido que es cons­
tar los aspectos nat'Jralizados y luego hacer las pre­ truido en el diálogo. El contenido crítico de la
guntas que, al problematizar, desencadenen el problematización es el que desencadena la desna­
proceso de concientización. turalización y la desideologización. Pero esa críti­
2. Dialogar. No basta con escuchar. Hacerlo sin es­ ca no proviene del agente externo, sino del efecto
tablecer una relación dialógica es otra forma de de la problematización, ya sea a través de pregun­
alejar al otro, de dejarlo fuera, de separarlo del tas problematizadoras o de discusiones reflexivas,
proceso de intervención y de investigación que le o de la aplicación de técnicas que mediante metá­
concierne. foras incorporadas a la acción crean en las perso­
3. Cuidar la manera de participar en ese diálogo. No ha­ nas la necesidad de revisar su conocimiento de
blar de manera aleccionadora, con un tono de voz algún hecho o circunstancia. La relación entre es­
imponente y con ademanes displicentes o protec­ te proceso y la corriente crítica de las ciencias so­
tores. Tampoco rebajar la calidad del lenguaje para ciales se resume en el cuadro 8.1.
dirigirse a personas portadoras de alguna incapaci­ 7. En tal sentido, la problematización es un proceso
dad o deficiencia intelectiva. No hablar como si las que comienza en el diálogo pero se desarrolla en la
personas con quienes dialogamos no tuviesen la conciencia de las personas, y se evidencia primero en
capacidad de aprender y comprender. Si se usa al­ el silencio que se hace cuando ya no es posible seguir
guna palabra técnica o un concepto abstracto, ilus­ apelando al conocimiento naturalizado para respon­
trarlo siempre con .ejemplos tomados de la der sin poner en evidencia las contradicciones y las
experiencia y discutirlo y analizarlo con las perso­ relaciones hasta entonces no percibidas, y que luego
nas interesadas. Veremos entonces que el entendi­ se expresarán en nuevas ideas y relaciones.
miento no es privativo de la academia o de círculos 8. Como se dijo antes, la problematización se refiere
restringidos. siempre a situaciones reales existentes en el entorno
4. Al hablar de diálogo nos referimos a la comunica­ de las personas, a situaciones o hechos concretos
ción. Es decir, a una relación bilateral de intercam­ y al conocimiento empleado para referirse a esas
bio de conocimientos y no de mera recepción o circunstancias. Va siempre unida a acciones y
transmisión unilateral. Debe e.ntonces existir el cogniciones realizadas o expresadas en la vida co­
derecho a disentir, a discutir, a responder y a pre­ tidiana.
guntar. Debe haber lugar para la curiosidad y para 9. T iene un inevitable carácter reflexivo, ya que su
la creatividad, para el humor y para la emoción. función central es hacer que la persona examine
5. Se requiere humildad y respeto por el otro. Y esto es críticamente la acción o situación problematizada.
bilateral. Los integrantes del diálogo deben respe­ 1 0. Se relaciona con la conciencia posible que lleva a la
tarse mutuamente. Nadie es superior, todos tene­ transformación, pues otorga a la situación o hecho
mos el mismo derecho a ser diferentes. problematizado la condición de inaceptable o in­
6. Lo anterior no significa olvidar la crítica. Crítica soportable, y en algunos casos la define como un
236 Maritza Montero La problenzatización: procedimientos 237

caso límite. Por lo tanto, motiva a la acción o ac­


Carácter político del proce- Fortalecimiento de las
ciones de cambio y creación de situaciones nuevas, so problematizador. Desa- categorías sociales opri-
distintas, destinadas a superar los aspectos negati­ rrollo de ciudadanía. midas o excluidas.
Incorporación del conocí- Desarrollo de legitimi-
vos de la anterior. Los resultados, sin embargo, no
miento popular. dad social en la ciencia.
dependerán sólo de la conciencia y motivación li­ Redefinición de la noción Crítica y denuncia del
beradora y transformadora, por lo cual esta trans­ Fundamentos de poder dominante en las ejercicio del poder en la

form2ción puede ser parcial o más o menos lenta y objetivos relaciones entre investiga- ciencia y en las relacio-
dores e investigados. nes sociales.
según las condiciones que rodean a cada caso y se­ Compromiso con la trans- Transformación social.
gún los recursos que pueden movilizarse. Éste es formación social. Transformación de las
un aspecto que debe tenerse presente siempre, pa­ Praxis: unión de teoría y ciencias sociales.
práctica basada en la re-
ra evitar·así el riesgo acrítico de caer en posiciones
flexión.
salvacionistas, desligadas de la realidad cotidiana. Holismo, dinamismo y Holismo, dinamismo y
complejidad. complejidad.
Cuadro 8.1. Relación entre la noción de problematización Libertad. Liberación.

y la tendencia crítica de las ciencias sociales


Principales Educación popular (Freire). Fenomenología.
Noción de Influencias Marx y Engels. Marx, Engels y autores
problematización Psicología crítica teóricas Fenomenología. marxianos.
Sociología crítica (Fals Sor- Ciencia social crítica.
Denuncia social. Denuncia social. da) Escuela de Frankfurt.
Participación social.
Incorporación de nuevos Categorías sociales opri- Crítica y rechazo de méto- Crítica de métodos
actores sociales a la pra- midas como sujetos acto- dos tradicionales. cuantitativos tradiciona-
xis. res sociales. Métodos Desarrollo de nuevos mé- les.
Rotación de los roles en- Reconocimiento de la todos participativos. Preferencia por méto-
tre todos los participantes diversidad. Investigación-acción partí- dos cualitativos tanto
de la investigación consi- cipativa. tradicionales como no-
Fundamentos derados como actores so- vedosos.
y bjetivos ciales, constructores de
realidad.
Desarrollo de conciencia Presencia de la categoría El proceso de problematización en acción
social. "ideología".
Presencia de la categoría Praxis psicológica para la
La primera función del proceso problematizador co­
"ideología" e inicio. de pro- transformación individual
cesos desideclogizadores. y social.
mienza cuando la pregunta o acción problematizadora
Carácter dialógico. Revisión de conceptos y produce lo que podría llamar un efecto disparador. Esto es,
Aplicación de principios de procedimientos psicológi- el efecto de movilizar la conciencia de las personas que es­
fortalecimiento de los par- cos desligados de las ne-
ticipantes en la investiga- cesidades de los sujetos
cuchan una reflexión o una pregunta, o que han sido testi­
ción. de estudio. gos o receptores de la acción. Estas preguntas o acciones
--
pueden ser efectuadas por un agente externo o interno, o
pueden en algunos casos ser producidas por las personas
238 Maritza Montero La problematización: procedimientos 239

que viven y sufren ciertas condiciones sociales ante situa­ prevención sanitaria) puede transformar una condición de
ciones límite. Ocurre entonces que se establecen nexos entre apatía en manifestaciones activas transformadoras.
procesos afectivos y cognoscitivos y situaciones concretas
de vida, que hacen que la persona o el grupo comience a
criticar la forma de ser del mundo en que viven y a cues­ Algunos procedimientos problematizadores
tionar el conocimiento que sobre él han recibido tradicio­
nalmente. Los procedimientos que se presentan a continuación no
Se moviliza así el campo cognoscitivo y se inicia un pro­ deben ser vistos como fórmulas de aplicación instantánea
ceso que desnaturaliza, desideologiza y concientiza. Esto o automática. La concepción aquí desarrollada es teórico­
ocurre a partir del rechazo o la desconfianza crítica produ­ práctica y se fundamenta en una estrecha relación dialógi­
cido por el examen de situaciones y relaciones concretas ca en la cual las circunstancias específicas presentes en esa
que afectan las vidas de las personas. Éste examen muestra relación determinan el contenido sustantivo de la acción
las contradicciones presentes en el objeto problematizado, problematizadora. Por lo tanto, lo que sigue a continua­
así como sus nexos con intereses sociales, económicos v ción no es una receta, sino sólo la explicitación de condi­
políticos, que suelen ser también cuestiones relacionad;s ciones inherentes al carácter crítico del procedimiento y de
con el poder. Y se muestra también en ese análisis los pun­ ejemplos en los cuales una forma de aproximarse a la pro­
tos débiles de tales relaciones. blematización en acción ha resultado útil. En este sentido,
De este modo, pero no de manera inmediata, ni direc­ la primera advertencia es que la problematización debe ser
ta, la problematización contribuye a transformar las situa­ hecha en función de las condiciones de la comunidad con
ciones negativas o limitantes de la acción de personas y la que se trabaja, esµecíficamente en función de sus modos
grupos comunitarios, a la vez que se genera una perspecti­ de relacionarse con el mundo y de su concepción de sí mis­
-
va crítica que expande el campo cognoscitivo de las perso­ mos como seres humanos inmersos en relaciones sociales,
nas. Pero además, en el propio proceso de investigación o políticas y culturales específicas. Por lo tant ), si quien in­
intervención comunitarias, la problematización cumple un vestiga no conoce el contexto y la situación concreto.> don­
papel promotor de la reflexión que lleva a la acción trans­ de se está trabajando, tendrá que comenzar primero por
formadora. Esto se puede ver claramente en los procesos familiarizarse con esas circun�tancias (véase el capítulo 3) y
de identificación y jerarquización de necesidades y de re­ conocer las necesidades, problemas, expectativas y recur­
cursos, así como en el paso de una necesidad normativa a sos de la comunidad con la cual se quiere trabajar. La se­
una sentida. Muchas veces, la clave para producir la clari­ gunda advertencia mencionada anteriormente, es que no
dad en cuanto al análisis de necesidades y recursos pasa por puede problema':izar quien no percibe el carácter proble­
la problematización de la situación actual y de las naturali­ mático en esas circunstancias. Más aún, como agentes ex­
zaciones que estén impidiendo la comprensión de las rela­ ternos es necesario mantener una constante actitud crítica
ciones que mantienen esa situación. Asimismo, respecto de sobre nuestra propia práctica, y esto significa una reflexión
las necesidades normativas, un proceso de problematiza­ sobre lo que hacemos, por qué lo hacemos, para quién lo
ción acompañado de la información necesaria sobre los as­ hacemos y quiénes sori los beneficiarios del proceso.
pectos normativos (por ejemplo, normas de higiene o de Se presentan tres aproximaciones técnicas, usando este
240 Maritza Montero La proble111atización: procedimientos 241

calificativo en función del análisis sistemático de sus com­ En esta técnica es necesario garantizar:
ponentes metodológicos. Y se advierte que debido al ca­
rácter dialógico del proceso otras formas de proceder l. Que todos los participantes tengan la misma oportu­
pueden ser generadas en la praxis, lo cual no sólo es desea­ nidad de expresar sus ideas.
ble sino también necesario. A los fines de socializar el co­ 2. Si se trata de un colage o dibujo grupal, que los miem­
nocimiento producido en la investigación-intervención bros de ese grupo discutan y decidan previamente qué
participativa propia de la psicología comunitaria, es conve­ van a hacer y por qué lo van a hacer de una determi­
niente registrar cuidadosamente los pasos que se han dado nada manera, además de organizarse internamente.
y que han sido exitosos, analizando las condiciones que de­ Esta parte del proceso es ya reveladora de aspectos re­
terminaron el éxito, para luego compartirlas con otras co­ lativos al tema de discusión y al grupo mismo.
munidades: la científica, la académica y otros grupos 3 . Se debe observar y tomar nota de lo que ocurre en
comunitarios en diversas situaciones de vida. los grupos. Pues de esas notas surgirán preguntas a
plantear y discutir en la discusión general.
4. Debe distribuirse con cuidado el tiempo del cual se
Análisis de constrztcciones artesanales o de representaciones dispone para hacer este tipo de trabajo. Esto supone
pictóricas de la comunidad tener un período de introducción, donde las personas, si
no se conocen, se presenten indicando por qué están
Como parte de la reunión de discusión-reflexión, o co­ allí, cuál es su posición o relación con la comunidad;
mo trabajo independiente planificado con la intención de un período de explicación de lo que se va a hacer, de ma­
generar conciencia sobre determinadas circunstancias, es nera que las reglas que rigen la tarea estén claras, ha­
posible diseñar situaciones proyectivas, en las cuales a tra­ yan sido comprendidas y se acepte la finalidad que las
vés de "juegos", "ejercicios", dibujos o relatos, las personas justifica; tiempo para hacer el trabajo, garantizando un
de una comunidad o de un grupo organizado dentro de ella espacio cómodo que permita trabajar sin interferir
expresen sentimientos, conocimientos recibidos y cons­ con otros grupos; tiempo para cada grupo pueda ex­
truidos por cada una de ellas acerca de su comunidad. Par­ plicar qué se hizo y por qué; tiempo para discutir refle­
ticularmente, he utilizado con éxito la técnica de dibujar o xivamente por parte del grupo en general; conclusiones
hacer colages, individualmente o en grupo, para presentar y cierre de la sesión.
la situación actual (general o particular) o ideal de la comu­ 5. La tarea de los agentes externos comprometidos con
nidad. este trabajo es organizar la aplicación del procedimien­
Un colage realizado por pequeños grupos de 3 -5 perso­ to; observar la forma de trabajo de los grupos y regis­
nas permite trabajar organizadamente con un número de trar expresiones sobre el tema trabajado; presentar las
personas relativamente grande y producir objetos que pue­ observaciones sobre cada grupo cuando éstos hayan
den ser analizados y discutidos en diversas oportunidades, terminado de presentar su obra; hacer preguntas pro­
profundizando la discusión y permitiendo registrar los blematizadoras en función de lo presentado, observado
cambios en la percepción y opinión sobre el problema o si­ y discutido. Facilitar la discusión dando oportunidad
tuación alrededor del cual se ha centrado la obra. de participar a todas las personas presentes.
242 Maritza Montero La problematización: procedimientos 243

6. Las conclusiones deben surgir del grupo, incluyendo Procedimientos problematizadores grupales
a los o las agentes externos e internos facilitadores.
Cuando se trabaja con grupos es posible acudir a técni­
Al utilizar estas formas de proyección es posible cas que, según el problema o situación que se esté traba­
emplear "dispositivos disparadores" de las representa­ jando con la comunidad, exijan trabajar con muchas
ciones producidas, de las creencias, los estereotipos o las personas al mismo tiempo. Se busca así producir el efecto
imágenes que tiene una comunidad sobre sí misma, sobre de problematizar simultáneamente en un número relativa­
su gente, sobre las relaciones internas o con otras comu­ mente elevado de personas, o por lo menos significativo en
nidades, con la sociedad en general, con las instituciones cuanto a la diversidad de la comunidad y de los roles que
gubernamentales o no g11bernamentales que se ocupan sus miembros desempeñen dentro de ella.
de aspectos de interés para la vida de esa comunidad, o En mi práctica he descubierto que la creación de "jue­
con la naturaleza, por ejemplo. gos", "ejercicios" o "representaciones" exageradas que me­
Los "disparadores" de esos elementos mediadores del tafóricamente expresen los elementos en pugna en una
conocimiento, de la expresión de sentimientos y de moti­ determinada situación problemática o de interés para la
vaciones respecto de determinadas situaciones que afecten comunidad, ha sido esclarecedora para el grupo partici­
a una comunidad, pueden ser: pante y ha generado discusiones reflexivas que han contri­
buido a organizar acciones, a delimitar roles, a examinar
• Las formas en que se puede simbolizar la relación o críticamente las conductas de los propios participantes y,
circunstancia sobre la que se esté trabajando, o la co­ en general, a introducir cambios deseados por ellos.
munidad. Los símbolos usados para representar a la No creo conveniente dar ejemplos, pues este tipo de
comunidad, o a situaciones u organizaciones ligadas técnica debe surgir de problemas y situaciones concretas.
a ella. El poder del símbolo reside en que un solo ob­ La condición metafórica no proviene de hacer una simula­
jeto subsume a la totalidad, que es el objeto simboli­ ción de esa situación, sino de presentar o representar otra
zado; por lo tanto, su elección es un indicador de en la cual se plantea el mismo problema, pero los roles de­
cómo es visto y sentido ese objeto. sempeñados por cada actor, así como la trama, se basan en
• Las palabras usadas para definir el problema, situa­ las características y condiciones más relevantes presentes
ción, expectativa o circunstancias en general concer­ en la situación real. A veces he dividido, cuando ello fue
nientes a la vida comunitaria. posible, el lugar de trabajo en dos áreas: una de represen­
• Los colores e imágenes usados para representar pic­ tación con personas de la comunidad que asumen indivi­
tóricamente una situación en discusión. La calidad, la dualmente un rol, y otra de espectadores. Estos
claridad, la posición y la organización de la obra ha­ espectadores tienen la posibilidad de participar a través de
blan sobre la representación producida. una imaginaria línea telefónica que permite que, en ciertos
momentos álgidos de la representación , "llamen" para ex­
presar su opinión o dar consejo. Las llamadas van a una
"central", donde un agente externo o interno, que conoce
los objetivos fijados para el ejercicio, las "apunta" o "gra-
244 Maritza Montero La problematización: procedimientos 245

ba" y las "pasa", o no, a los actores, según el momento y el tiempo de pasar a la siguiente actividad o si se necesita dar
tema de la representación. más tiempo a esta parte del procedimiento.
Tales representaciones son de corta duración. No duran Luego se hacen dos pilas de tarjetas: una en la que cada
más de media hora. Y suelen ir seguidas de un receso corto participante coloca aquellas cuyo contenido lo ha impacta­
y luego de una discusión sobre lo visto, sentido, recordado do, o sobre el cual puede dar una respuesta. Y otra, en la
y opinado, reflexionando sobre la situación y analizando cual pone lo que menos lo ha impactado, o sobre lo que no
las relaciones y situaciones allí presentadas en compara­ puede responder o no sabe qué hacer o decir.
ción con las vividas. A continuación se unen aquellas tarjetas en las que ha
Ejercicios como éstos pueden ser creados por agentes habido coincidencias y se presentan y se discuten en grupo
externos e internos, trabajando en colaboración, siempre las respuestas posibles, la explicación del impacto y las ra­
en función de los problemas concretos sufridos por la co­ zones para no saber qué responder. Y lo mismo se hace con
munidad. Pero si las dramatizaciones no entusiasman a las de menor impacto.
esos agentes, entonces puede usarse una técnica como la Para ello se sigue el procedimiento de la discusión re­
que Vela ( 1 992 , pág. 57) sugiere para la exploración de "la flexiva, que se desarrollará más adelante. Sólo mencionaré
mentalidad que sobre un determinado tema tienen los que la función de quien facilite y coordine la sesión debe­
miembros de un grupo", empleando el procedimiento con rá incluir nuevas preguntas problematizadoras en función
alguna variación, para generar discusiones problematiza­ de las respuestas que se obtengan. El coordinador debe ser
doras. En dicha técnica se preparan las preguntas proble­ insistente, observando las características que dichas pre­
matizadoras, que versarán todas sobre una misma guntas deben tener, además debe garantizar que todas las
situación o problema, ya que la mezcla de problemas pue­ participantes intervengan y, al final, resumir los aportes
de restarle utilidad a la discusión debido a que habrá que problematizadores hechos por el grupo.
saltar de un problema a otro, sin profundizar en ninguno.
Cada pregunta se coloca en una tarjeta separada y con to­
das ellas se hacen mazos como. los de una baraja (tantos La reunión de discusión-reflexión colectiva y crítica
como participantes haya, de modo que todos lean las mis­
mas preguntas) que se reparten entre los participantes, Las reuniones de discusión y reflexión, ya descritas en
quienes tendrán un tiempo para leerlas y pensar en ellas. el capítulo 7, son una etapa obligada en muchas de las fa­
Ese lapso debe ajustarse al tiempo total del cual se dispo­ ses de los diferentes tipos de trabajo comunitario. Se pue­
ne para la sesión. Sin embargo, se debe tener en cuenta de incluso decir que la indagación, investigación o
que si no se leen las consignas con atención, se puede vi­ intervención (o las tres juntas) no estarán completas si no
ciar la actividad desde el comienzo e impedir la reflexión se incluye este procedimiento, ya que es de gran importan­
posterior, debido a la falta de comprensión o de atención cia. En el caso de la problematización, reuniones de este ti­
en relación con lo escrito. Según el número de tarjetas po pueden cumplir una función fundamental, pues en ellas
que se repartan y de la comprensión lectora de los parti­ se pueden plantear problemas y preguntas cuya forma y
cipantes, entre 1 5 y 2 0 minutos podrían ser suficientes. contenido lleve a la desnaturalización y desideologización
Pero es la actitud de los participantes la que señalará si es que son fundamentales en el proceso de concientización.
246 Maritza Montero La problematización: procedimientos 247

Como en toda discusión de grupo es necesario seguir etapa de discusión a la cual seguirá otra de conclusiones y
las normas que rigen este tipo de situación: organización; resumen de logros obtenidos en la sesión. Finalmente el
participación de todos los asistentes; observación y respe­ facilitador cerrará el encuentro convocando para una si­
to del derecho a la palabra; conducción democrática, firme guiente reunión, si es el caso, o bien hará una última pre­
y clara por parte de los que facilitan y ca-facilitan; elección gunta problematizadora que deberá ser respondida
de un lugar cómodo, tranquilo, donde los participantes se brevemente allí mismo o que sirva para reflexionar sobre
sientan a sus anchas. La organización es fundamental, pues ella luego del encuentro.
aunque no se puede predecir cómo será el tono de la reu­
nión, ni cuáles serán los puntos fundamentales discutidos
en ella, sí es posible y necesario establecer normas para la Las preguntas problematizadoras de cierre
discusión si se espera obtener resultados de interés. Una
reunión que no arriba a alguna conclusión, que no tiene un Esta pregunta de cierre, que en realidad abre un nuevo,
desarrollo claro y que es percibida como caótica suele pro­ pero breve, espacio reflexivo, puede ser muy útil. No es
ducir en las personas participantes irritación, sentimientos obligatorio hacerla siempre, pero a mí me ha dado resulta­
de futilidad y de pérdida de tiempo y credibilidad en lo que do, aun en reuniones de otra índole, tales como las de tra­
se está haciendo. bajo. Esta pregunta se centra siempre sobre lo ocurrido en
La dinámica de grupos y la psicología social nos sumi­ la sesión y por lo tanto significa que el facilitador debe es­
nistran suficiente información para saber que en toda reu­ tar muy atento y observar cuidadosamente lo que ha ocu­
nión de grupo hay una introducción en la cual las personas rrido entre los participantes. Daré un ejemplo, que de
se saludan, se identifican (según el caso) y se anuncia el te­ ninguna manera debe ser visto como un dispositivo de re­
ma de la discusión (en este caso), haciendo una breve pre­ petición. Al final de reuniones de discusión reflexiva en co­
sentación del asunto e indicando las normas que regirán la munidades de bajos recursos económicos, donde las
discusión y el tiempo del cual se dispone para ella. Ésta es personas están acostumbradas a recibir instrucciones, ór­
una facilitación laxa, que no responde a las normas previa­ denes o asistencia originados desde instituciones, agencias
mente establecidas. Si en esta instancia surgen dudas o re­ o personas externas, muchas veces cobijadas por la "exper­
chazo, deberán ser establecidas previamente por el grupo. ticia" de un cargo, he repartido a cada persona del grupo
Y si no hay acuerdo es preferible no hacer la reunión has­ un lápiz y una tarjeta en blanco (a fin de que el espacio para
ta que las personas que participen tengan claro qué es lo escribir no amedrente por su tamaño), en la cual he escri­
que van a hacer, cómo lo harán y para qué lo harán. De lo to previamente las siguientes preguntas complementarias
contrario no se avanzará en la discusión del asunto y es entre sí: "¿Qué aprendí hoy? ¿Qué enseñé hoy?"
probable que muchos de los participantes se retiren; unos, La primera suele ser fácil y puntualmente respondida.
por desacuerdo con el método seguido; otros, por el fasti­ Ante la segunda se produce una gran perplejidad. Y mu­
dio, ante la pérdida de tiempo en aspectos irrelevantes pa­ chas veces hay personas que se dirigen al facilitador para
ra el asunto en discusión. Por otra parte, una facilitación decir que ellas no creen haber enseñado nada, o que no sa­
,
rígida no facilita, bloquea. ben si enseñaron algo. Este es el momento de mostrar có­
Una vez hecha la introducción-presentación, habrá una mo esas y otras personas del grupo mostraron, explicaron,
248 Maritza Montero La problematización: procedimientos 249

ejemplificaron, dieron respuestas e hicieron preguntas que gando más conocimiento impuesto que no ha sido
enseñaron algo a todos los presentes, incluidas las personas discutido.
que facilitaron y cofacilitaron. Tales preguntas están diri­ • Como ya se dijo antes, los facilitadores/as tampoco
gidas a la toma de conciencia sobre el carácter socialmen­ deben asumir tonos y gestos didácticos, protectores,
te activo que tenemos todas las personas. conmiserativos, magistrales. Es necesario partir del
En estas sesiones es necesario tomar en cuenta cierto$ hecho de que las personas tienen opiniones, conoci­
aspectos propios del objetivo a alcanzar: mientos y sentimientos sobre los cuales es necesario
trabajar. Pero ese trabajo es sólo facilitado desde fue­
• Los facilitadores o facilitadoras no deben acaparar el ra, pues es su conciencia la que va a movilizarse y ése
tiempo destinado a la discusión con sus intervencio­ es un trabajo que hace cada persona desde sí misma
nes. Por lo tanto, deben hacer sus preguntas u obser­ en una situación grupal. Es decir, se da en sociedad,
vaciones no sólo en momentos pertinentes, sino pero a la vez individualmente, pues todo trabajo in­
además imprescindibles en función del rumbo de la dividual es social y todo trabajo colectivo está hecho
discusión. Y debe intervenir sólo cuando nadie lo ha­ a partir de una suma de individualidades.
ya hecho en el mismo sentido, no para repetir o re­ • No olvidar que ésta es una técnica dialógica. Por lo
plantear lo ya dicho. Estas preguntas son sólo para tanto, se trata de escuchar al otro y discutir con él.
suscitar y profundizar la reflexión desnaturalizadora • Frenar las necesidades individuales de facilitadores y
y desideologizadora. facilitadoras ante las necesidades de la comunidad
• Se debe entender que el asunto discutido, por estar que son el centro de la discusión-reflexión (Montero,
ligado a aspectos problemáticos, o a expectativas re­ 1 997).
lacionadas con las necesidades de la comunidad, no
suele agotarse o quedar zanjado en una sola reunión.
• Las reuniones de discusión-reflexión deben ser pla­ La pregunta problematizadora como
nificadas junto con miembros de la comunidad de tal acto concientizador
manera que la misma programación comience a sus­
citar reflexiones sobre el tema a tratar. He dejado para el final el tratamiento del carácter con­
• Los objetivos de la reunión deben estar definidos. cientizador de este acto, convertido, sólo con fines didác­
No se moviliza a personas de una comunidad para te­ ticos, en un procedimiento que puede estar presente desde
ner una conversación interesante, por placentero que el principio de cualquier trabajo comunitario realizado con
esto pueda ser, pues muchas veces no se dispone de sentido transformador. En efecto, la pregunta problemati­
mucho tiempo. Por supuesto, las reuniones sociales zadora se puede usar en cualquier momento durante ese
de festejo también deben ser consideradas como par­ trabajo, pues su inclusión no tiene que estar supeditada a
te del trabajo comunitario y su importancia es bien un momento específico en un diseño de investigación
conocida, aunque aquí no nos ocuparemos del tema. preestablecido. Así todas las técnicas que anteceden deben
• Ni los agentes externos ni los internos deben impo­ ser complementadas con una discusión reflexiva durante la
ner sus puntos de vista, pues en tal caso estarán agre- cual, al igual que durante la ejecución de cualquier otra ta-
250 Maritza Montero La problematización: p1'ocedimientos 251

rea comunitaria, pueden y deben surgir esas preguntas silencio o la constatación crítica de la necesidad de ir más
durante el diálogo. allá de la respuesta trillada, o de la respuesta "socialmente
correcta", o de una cierta manera de ver las cosas. La pre­
gunta problematizadora puede entonces ser hecha desde el
La condición crítica de la pregunta problematizadora asombro ante la inadecuación del relato o la representa­
ción de algo, respecto de las condiciones predominantes en
El carácter crítico de la pregunta problematizadora se el contexto en que han sido producidos. "¿Dónde hay
expresa en su libertad. No hay una norma a seguir para manzanos en esta ciudad?" (Pregunta hecha a niños que
construirla. La pregunta problematizadora no tiene una sólo dibujaban ese árbol.) " ¿Por qué eso es así?" (Pregunta
estructura predeterminada. No hay cuestionarios estándar hecha ante el dibujo de una casa con chimenea, en un país
para medir la problematización, ni son necesarios, ni reco­ tropical.)
mendables, ni podrían ser utilizados en caso de que existie­ No es contenciosa. Es decir, no descalifica lo dicho. Sólo
se tal aberración crítica, pues la base para ella sería que plantea un por qué que no se contenta con la respuesta
todas las situaciones necesitadas de problematización son usual. Así, no asume la explicación naturalizada como pun­
semejantes. Y si bien hay problemas sociales tales como la to de discusión, sino como punto de indagación. Y en ese
pobreza o la educación formal inadecuada o deficiente, que sentido es persistente e insistente, pues no acepta la naturali­
han sido amplia y profundamente estudiados en el mundo, zación; es inconforme. No busca generar una contraposi­
varían infinitamente por su naturalización e ideología. Por ción de opiniones, sino una reflexión en la persona
lo tanto, es en el diálogo donde surgirá la oportunidad de problematizada que movilice su conciencia y, al hacerlo, la
hacer estas preguntas. motive a realizar acciones transformadoras de su situación
Ahora bien, sí es posible establecer algunas característi­ de vida.
cas que derivan de la condición crítica a partir de las pregun­
tas problematizadoras que dan en el blanco. Es decir que
tocan el punto en el cual las respuestas adocenadas, estereo- . Algunas preguntas problematizadoras para examinar
tipadas, los lugares comunes propios de la sociedad y de la críticamente el trabajo psicológico-comunitario
cultura según el caso, ya no son capaces de suministrar razo­
nes aceptables ante ciertas circunstancias. Entonces sobre­ La problematización debería empezar "por casa", y en
viene el silencio. Y ese silencio suscita el pensamiento tal sentido hay una serie de preguntas (entre muchas que se
crítico. ¿Por qué no puedo responder? ¿Por qué lo que sé podrían formular) que nos pueden ayudar a examinar y eva­
no responde a lo preguntado? ¿De dónde viene lo que sé? luar críticamente nuestro trabajo. Aunque no hay preguntas
¿Para qué me sirve? ¿A quién le sirve? estándar aplicables automáticamente a toda circunstancia,
Lo descrito plantea una primera condición de la pre­ me permito destacar las relacionadas con los aspectos de
gunta problematizadora: confronta a la persona con el saber rigor metodológico cualitativo: la validez ecológica; el reflejo
que ha recibido. Además, conduce (en una cadena de pre­ de la comunidad o grupo, en su diversidad y característi­
guntas problematizadoras) hasta la verificación de la inade­ cas, a través de las personas con las cuales trabajamos; y la
cuación de lo que se sabe para responder. Es decir, hasta el confianza. Este tipo de preguntas responde a la lógica y le-
252 Maritza Montero La problematización: procedimientos 253

gitimidad social del trabajo de investigación o a la inter­


Un ejemplo de aplicación de preguntas problematizadoras
vención realizados con la comunidad. Por supuesto, en ca­
En un trabajo reciente (2004) realizado por un grupo de ni­ da trabajo comunitario pueden producirse otros
ñas y niños de un barrio de bajos recursos económicos de interrogantes que igualmente respondan a intereses críti­
la ciudad de Caracas, los y las par ticipantes pintaron su ba­ cos.1 Algunos de los que he implementado en mi práctica
rrio como ellos lo veían en el futuro. Ese futuro sería el año
son:
2015, en Navidad. La obra, llena de colorido y belleza, pre­
sentó ciertos elementos dignos de discusión concernientes
a la seguridad y a los cambios imaginados: aparecen par­ • ¿Se refleja la cultura de la comunidad en los objetivos
ques y plazas que no existen hoy en día y que los niños de­ de la investigación o intervención?
sean fer vientemente, así como una guardería infantil y tres • Y si al r.t�flejarse choca con los objetivos normativos o
grandes árboles de Navidad (uno de "20 metros", otro de éticos, ¿cómo se maneja ese aspecto? ¿Qué se hace?
"10 metros" y otro de "5 metros" de altura), debajo de los
cuales el niño Jesús, luego de conversar con los adultos de
¿Se trata ese asunto con las personas de la comuni­
la comunidad, depositará, en la noche de Navidad, juguetes dad?
para todos los niños y niñas, pues ahora hay muchos que no • ¿Participa la comunidad al hacer las preguntas que
reciben nada. Por otra par te, el barrio aparece en el dibujo guían la investigación? ¿Por qué? ¿Por qué no?
dotado de una tapia alta coronada de alambre de púas y de
• ¿Se toman en cuenta eventos y características locales
una barrera, más una garita con guardián que pide docu­
mentos de identificación a todo el que entra. Los letreros de­
al aplicar el método y también durante la investiga­
seando "Feliz Navidad" están en ingles (Merry Christmas) y ción?
hay poca gente en las calles. Las preguntas problematizado­ • ¿Hasta qué punto se utilizan o toman en cuenta los
ras, dirigidas a las medidas de seguridad (por ejemplo: ¿Por recursos y problemas de las personas de la comuni­
qué hay una pared delante del oarrio? ¿Qué es esa barrera
dad?
en la entrada?¿Por qué es necesario poner eso? ¿Cómo
,puede haber una ciudad donde se camine de un lugar a otro
• ¿Ayuda la intervención que se requiere hacer o que se
sin pasar por esos puestos de control?), revelaron que los está haciendo a alcanzar objetivos individuales y/o co­
niños de ese barrio anhelaban vivir en una "urbanización" de munitarios?
clase alta y que la concebían de la manera cerrada que aho­ • ¿Hay validez interna en lo que se está haciendo?
ra predomina en Caracas, al igual que en otras ciudades de
• ¿Cambian los aspectos de la comunidad sobre los cua­
América. Y en ese modelo, la seguridad urbana pasa por la
privatización de las vías públicas.
les se trabaja a partir del trabajo que se está haciendo
En cuanto al uso del idioma inglés, ante la pregunta de por o se ha hecho?
qué se colocaban letreros en una lengua extranjera, su pre­ • ¿En cuáles y cuántas personas de la comunidad se dan
sencia fue justificada diciendo que sería un lugar tan mara­ esos cambios? ¿Cuáles son los efectos de las interven­
villoso, el mejor del mundo, que "todos los estadounidenses
ciones?
se vendrían a vivir allí". La pregunta problematizadora ante
esa respuesta fue, "¿Y dónde está la gente del barrio?".
• ¿Hay validez "ecológica" o social?
"¿Detrás de las casas?" preguntó, un niño. Los demás ca­ • ¿Hay efectos colaterales negativos? ¿Positivos?
llaron.

l . De hecho, la presente obra contiene preguntas de tal tipo al final


de cada uno de sus capítulos.
2S4 Maritza Montero La problematización: procedimientos 2SS

• ¿El problema es sentido, identificado o reconocido


Preguntas para reflexionar sobre la problematización
por las personas que pertenecen a la comunidad?
• ¿Sufren ese problema o sienten esa necesidad las per­ Muchas pregu ntas problematizadoras se han presenta­
sonas con las cuales trabajamos? ¿Cómo lo sabemos? do en este capítulo. Lectoras y lectores pueden refle­
• ¿Las técnicas y procedimientos que aplicamos po­ xionar a partir de ellas sobre sus experiencias y añadi r
drían ser usados en otras comunidades, en relación las s iguientes:
con problemas y situaciones semejantes? ¿Por qué sí • ¿Está dispuesta/o a aceptar los cambios que, con
o por qué no? respecto a la conciencia, la i ndependencia, la deci­
• ¿Son duraderos los efectos de nuestras acciones como sión y el criterio, puedan generar las personas de la
agentes externos? ¿Por qué sí? ¿Por qué no? comun idad con las cuales trabaja?
¿Qué hará si ello implica un vuelco para lo que ha pro­
• ¿A partir de nuestro trabajo podemos señalar los he­ •

gramado y decidido y que además figura en el plan o


chos responsables o causantes de los problemas sobre
proyecto que han aprobado en su i nstitución de origen?
los que trabajamos?
• ¿Los participantes provenientes de la comunidad
coincidían con nosotros en la apreciación de esos he­
chos? ¿Cómo? Ejercicios problematizadores
• ¿Qué procedimientos, prácticas o técnicas tienen
efectos positivos sobre los hechos que estudiamos o • Recuerde una s ituación vivida de i nvestigación o de
en los que se ha intervenido psicológicamente? trabajo comunitarios y observe as pectos naturaliza­
• ¿Cuál es el mejor momento para la acción comuni­ dos e indi q ue los elementos conductuales (acciones
o palabras) que sustentan su percepción .
taria?
• I n icie un proceso problematizador-concientizador en
• ¿Es posible derivar consecuencias para la psicología
las personas q ue mostraron esos aspectos . ¿Cómo
comunitaria (teóricas o prácticas)? lo haría?
• ¿Cómo se puede capacitar a las personas de la comu­ • Prepare un plan de trabajo y discútalo con colegas
nidad para ayudar, participar, fortalecer y promover participantes y con agentes i nternos de la comuni­
las tareas programadas por el equipo conjunto de dad. Y luego, plantéese las siguientes preguntas:
agentes externos y agentes internos? ¿Cómo sabe que su percepción de la natu ralización
• ¿Se está haciendo eso? ¿Por qué no? es correcta? ¿Por qué algunos as pectos son natura­
• ¿Qué personas están recibiendo esa capacitación? lizados ?
¿Por qué? ¿Cómo sabe que la des naturalización se produjo?
¿Cómo sabe q ue se ha iniciado o ha tenido lugar u n
• ¿Cómo aumentar el número de participantes?
proceso problematizador?
• ¿Cómo lograr los objetivos a largo plazo que son más
importantes y complejos?
256 Maritza Montero

Lecturas complementarias recomendadas


CAPÍTUL0 9
Toda persona que practique psicología comunitaria de­ El uso de métodos biográficos
be conocer las dos obras fundamentales que organizaron el
en la investigación en psicología comunitaria
concepto de problematización y la praxis que lo sustenta:
Freire, P. (1 970): Pedagogía del oprimido, 1 ª ed., México,
Siglo XXI .

-- : Pedagogía de la autonomía, México, Siglo XXI .

En estas obras los lectores y las lectoras encontrarán los


fundamentos del tema y la manera en que fue abordado
por Freire.

El uso del método biográfico en los estudios


psicosociales comunitarios

¿Por qué razón utilizar métodos biográficos en el traba­


jo psicológico comunitario? La comunidad es un espacio
social por excelencia; de hecho, todo lo que hacemos los
seres humanos es social, pero ese carácter es particular­
mente evidente en el fenómeno comunitario y en el con­
cepto que lo define. En el caso de las comunidades nos
hallamos ante un espacio de vida que se reconoce por su
carácter plural y por la integración de personas ligadas por
una historia y por relaciones en común (Montero, 2 004).
Debido a ello las vidas de esas personas reflejan y constitr.­
yen, al mismo tiempo, la vida de su comunidad. Así, no las'
exploramos sólo en función de un individuo, sino de ese
particular grupo social que es la comunidad, para de este
modo encontrar la huella de los procesos a la vez indivi­
duales y colectivos. Y cómo en los procesos arqueológicos,
en los cuales las muescas de una piedra dan la idea de lo
que con ella se quería cortar, y la presión que un pie hizo
sobre la tierra da la talla de las personas que sobre ella mar­
chaban, los métodos biográficos no sólo nos hablan de per-
258 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 259

sonas específicas que habitan y componen una comunidad, si­ Pero no es frecuente ni generalizada la aplicación de es­
no de cómo ha sido la dinámica dentro de ese ámbito social. te método en la psicología comunitaria. Y ello ocurre por­
Lo que caracteriza al trabajo comunitario es la partici­ que las necesidades, problemas y actividades organizativas
pación de múltiples personas, la codirección de las tareas, de una comunidad suelen ser exigentes y urgentes, dejan­
en pocas palabras, la presencia de la comunidad a través de do poco tiempo a los agentes, tanto externos como inter­
grupos organizados o de personas interesadas. Y en tal sen­ nos, para el paciente y largo trabajo de elaborar una
tido, el método biográfico, en sus diversas expresiones, historia de vida o relatos o historias de vida participativas,
puede ser un valioso recurso en la producción de conoci­ que suponen muchas horas de conversación, muchas más
miento, a la vez que para las comunidades puede ser una de de transcripción y aún más de discusión y análisis. Sim­
las vías para la recuperación o para la conservación de la mons (1 942), en su famoso trabajo Sun Chief, la historia de
memoria colectiva y de la historia de la comunidad e inclu­ vida de un jefe hopi, pasó cuatro años en esta tarea y llenó
so para la comprensión de los procesos vividos. diez cuadernos en el esfuerzo. Moreno (1993) y Farías
Por ejemplo, Farías (2002), usando la técnica de la his­ (2002) han demorado otro tanto al aplicar esa técnica.
toria de vida, describe un tipo de líder comunitario (el lí­
der altruista), que no es posible explicar siguiendo las
concepciones tradicionales del liderazgo. A partir de sus Qué es el método biográfico
trabajos en comunidades y de esas mismas fuentes, Farías
y Perdomo (2004) profundizan en los dilemas morales que El método biográfico se caracteriza por explorar me­
pueden afectar a los líderes comunitarios, haciendo un in­ diante narraciones el desarrollo, los episodios y el trans­
teresante aporte a la comprensión del juicio moral y a la currir de la vida de una persona o de los miembros de un
conducta ética. Moreno (1998, 2 002) utiliza como fuente grupo o comunidad, reflejando no sólo efemérides sino la
de conocimientos dos impresionantes historias de vida que cotidianidad, los sentimientos, las creencias y las relacio­
le permiten realizar una interpretación de la construcción nes entretejidas entre lo individual y lo sociocultural. Es
del conocimiento en el mundo popular venezolano y de la un método centrado, por definición, en el discurso de ca­
forma de relación afectiva que une o desune a la mujer y al rácter narrativo y de orden cualitativo. Diversas técnicas
hombre, y al grupo familiar. Y a partir de ese modo de co­ de aproximación a las vidas y de conversión de las narra­
nocer y de hacer, genera una explicación teórica que deno­ ciones en datos de interés científico (hay que recordar
mina episteme popular (1993). No se trata de que los autores que el método biográfico tiene una distinguida y larga
mencionados hayan hecho generalizaciones a partir de las historia de aplicaciones literarias) forman parte de este
vidas biografiadas, sino que ellas les han permitido indagar método y, aunque la más mencionada es la historia de vi­
en profundidad en los aspectos psicológicos individuales, da y la más popular parece ser el relato de vida o entre­
psicosociales, comunitarios, culturales e históricos; así co­ vista biográfica, hay otras técnicas que pueden ser
mo en la afectividad mediada por la historia, la cultura y utilizadas, ya sea como fuente principal para la obtención
los avatares personales producidos en ese contexto y en las de información o como recursos auxiliares que comple­
acciones mediante las cuales se responde a esas circunstan­ mentan a las mencionadas.
cias personales, psicosociales y sociales.
Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 261
260

las primeras, si no la pionera, aplicaciones del método bio­

{
Técnicas utilizadas en el método biográfico
gráfico en las ciencias sociales, específicamente en la socio­
logía. En dicha obra sus autores utilizaron el análisis de
Individual 1 documentos personales (cartas) para reconstruir las autobio­
• Historia
de vida Partici pativa
grafías de inmigrantes polacos en Estados Unidos. Y si bien
o de grupo Como técnica se han criticado posteriormente ciertas fallas metodológicas
principal en ese trabajo, ello no invalida su carácter original ni ha im­
pedido que sea considerada como la piedra angular de este

}
Autobiografía

método y la base para el estudio de muchos conceptos de las
• Biografía
• Relato de vida o e ntrevista biográfica 1 ciencias sociales (por ejemplo, el de la actitud). Al respecto
hay coincidencia en ambos lados del Atlántico en considerar
• Registro de observaciones partici pantes la importancia de los trabajos de la llamada Escuela de Chi­
Como técnica
Diarios

auxiliar
cago, uno de cuyos fundadores fue Thomas. Fue allí donde
• Cuestionario vivencia!
se perfeccionó el método y surgieron obras tan reconocidas
como The Hobo, the Sociology of the Honzeless Man [El vaga­
bundo. La sociología de los sin techo] (Anderson, 1 92 3 ), The
Ghetto [El gueto] (Wirth, 1928) o The Negro Family in Chica­
Orígenes del método biográfico go [La familia negra en Chicago] (Frazier, 1932), entre otras.
A esto se suman los aportes de Freud y sus discípulos, así co­
Como la mayoría de los métodos cualitativos, el méto­ mo las obras ya clásicas de la corriente de estudio antropo­
do biográfico tiene, en casi todas sus manifestaciones, una lógico de la relación entre cultura y personalidad, que
larga historia. Sus orígenes se remontan muy atrás. Se di­ profundizaron y delinearon la perspectiva psicosocial al
ce que la primera autobiografía fue la obra de San Agustín, igual que los trabajos mencionados.
sus Confesiones (400 d. C.), aunque autores como Michard En 1936 el psicólogo John Dollard publica un artículo
y Yatchinovsky (1 995), aun reconociendo su importancia, titulado Criterios para una historia de vida, en el cual delineó
consideran que los no menos famosos Ensayos de Montaig­ las bases metodológicas de esa técnica marcando desde su
ne ( 1 580- 1 5 88) y las Confesiones de Rousseau ( 1 78 1 - 1 7 88) inicio el carácter dinámico que rechaza la concepción pa­
pueden disputar ese lugar. En todo caso, cuando se estudia siva del sujeto como objeto de estudio. Este trabajo ha
el asunto desde las ciencias sociales, y sobre todo tratándo­ mantenido su vigencia y afortunadamente sigue reeditán­
se de un método, solemos buscar el carácter sistemático dose cada cierto tiempo (véase Magrassi, Roca, Caitruz,
que lo caracteriza como práctica de investigación, a fin de Franco, Prelorán y Borruat de Bun, 1 980), para beneficio
delimitar su campo. de muchos investigadores. El trabajo de Dollard no sola­
Autores tales como Ferrarotti (1981) y Peneff ( 1�990), mente reconocía la actividad del sujeto, sino también su in­
además de los ya citados Michard y Yatchinovsky, coinci­ serción en un proceso sociocultural con continuidad
den en señalar la obra clásica de Thomas y Znaniecki, El histórica. Continuidad expresada a través de grupos de
campesino polaco en Europa y en América ( 1 9 1 8), como una de pertenencia, mediante materiales orgánicos que forman
262 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 263

parte del comportamiento social, sin descuidar la presen­ todológico fundamental para la investigación de aspectos
cia de factores biológicos. Esta forma de investigación ne­ psicopolíticos y sociopolíticos. Cabe también citar el traba­
cesiraba ser organizada, conceptualizada y constantemente jo de Arfuch (2002). Alejandro Moreno (1983, 1 998, 2002)
sometida a una cuidadosa revisión. Buscaba así recuperar se destaca en Venezuela al aplicar este método en la comu­
lo único, lo biográfico, pero inserto en una situación social nidad, lo cual le ha permitido construir una teoría sobre la
que es entorno y al mismo tiempo factor de esa biogra�a. episteme popular que posibilita interpretar el modo de vi­
A inicios de la segunda mitad del siglo XX los traba¡os da de las comunidades de bajos recursos en Venezuela.
del antropólogo Osear Lewis despertaron simultáneamen­
te gran interés y grandes discusiones críticas. Entre ellos,
Los hijos de Sánchez (1 964) y La vida ( 1 965) son ejemplos de Características del método biográfico
la aplicación del método biográfico, que ilustran a través
de la observación participante combinada con técnicas bio­ A pesar de su carácter único proveniente de enfocar en
gráficas, la forma de vida, la estructura familiar, los efectos vidas definidas por su individualidad y sus narraciones irre­
de la pobreza y las maneras de actuar para sobrevivir en petibles, las diversas expresiones técnicas e instrumentales
ella. del método biográfico tienen al mismo tiempo, como todo
fenómeno humano, aspectos comunes entre sí que las ca­
racterizan en sus diversas aplicaciones:
Expansión geográfica del método biográfico
• Pertenecen al género discursivo.
Si Estados Unidos fue el centro generador de sistema­ • Son autorreferenciales.
tización y aplicación del método biográfico en la primera • Expresan aspectos introspectivos y afirmaciones del
mitad del siglo XX, en la segunda surgirá un polo europeo, sí mismo de la persona que narra. En tal sentido
que en Francia, particularmente, se destaca por una pro­ muestran tanto la identidad personal como las iden­
ducción de nivel que incluye a Bertaux (1 986, 1 997); Ber­ tidades sociales de la persona.
taux-Wiame ( 1 982); Lejeune ( 1 97 1 , 1 975); Poirier, • Son una forma de autorrepresentación de la identi­
Clapier-Valladon y Raybaut ( 1 983) y Ricoeur ( 1 985). En dad real y de la identidad ideal del narrador.
Italia se destaca Franco Ferrarotti, cuya obra Storia e Storie • Aun cuando se elaboran a partir del yo de la persona
d Vita (1981) es ya un clásico del tema. Y en el género au­ que narra, hay un "extrañamiento" de la narradora­
tobiográfico, cabe mencionar las obras del antropólogo in­ autora respecto de su propia experiencia, pues se co­
glés Nigel Barley ( 1984, 1 ? 86). Tambié� en Améri�a loca fuera de sí para hablar de sí (Arfuch, 2002: 45).
Latina encontramos algunos importantes nucleos de apli­ • Por esa razón están dirigidas a un otro desconocido, un
cación y desarrollo de este método, entre los cuales cabe lector que es ajeno a quien investiga y a quien narra.
destacar la obra que en Argentina ha producido Elizabeth • Relatan la vida de una persona, pero al mismo tiem­
Jelin (1 974, 2001) durante el último cuarto del siglo XX. po presentan sus relaciones con otras personas, con
Esta autora al tratar la memoria histórica, hace del méto­ su comunidad, con su cultura, su sociedad, su histo­
do biográfico, en sus diversas técnicas, un instrumento me- ria, su tiempo y sus sueños.
264 El uso de métodos biográficos e1i la investigación. . . 265
Maritza Montero
Criterios que rigen el método biografico
•Incluyen valoraciones, pues no sólo permiten organi­
zar una narración de la vida de otras personas, smo _
En 1936, Dollard enunció los criterios que consideraba
que además ordenan esa vivencia, estableciendo for­
esenciales para regir la aplicación de la técnica de historia
mas de comprensión, de interpretación y de expre­
de vida. De esos criterios, en especial los dos primeros, que
sión de esa vida y de las relaciones que la integran
describiré a continuación, no sólo tienen vigencia sino que
·

(Arfuch, 2 002: 47). · .


además son aplicables a todas las demás técnicas biográfi­
• Generan un espacio enunciativo, mediático, plurivo-·
cas en su uso comunitario:
cal, en el cual se produce una construcción dialógica
(narrador-autor e investigador), polifónica (pues re­
1. La persona que narra la historia o que es el eje de un
cogen otras voces) .. El método biográfico, al generar
relato debe ser considerada "como un prototipo per­
. ese espacio de investigación científica, abre la puerta
teneciente a una serie cultural" (Dollard, 1936: 85).
a ese otro investigado que casi siempre es dejado fue­
Esto es lo que ocurre cuando se trabaja con historias
ra, a pesar de que se usa su palabra y se trata de sus
de vida en una comunidad. Se busca estudiar la vida de
acciones.
personas representativas de esa comunidad, que pue­
• Dan testimonio de un tiempo y un espacio desde la
dan reflejar aspectos concernientes al desarrollo de
perspectiva del yo y de un nosotros específico (comu­
ese grupo social. El criterio o los criterios de selección
nidad o grupo).
deben ser claramente especificados y presentados en
• Al tener carácter cualitativo, este método está sujeto
el trabajo que se realice.
a los cánones de rigor metodológico propios de esa
2 . El método aplicado para obtener la narración biográ­
modalidad, que contrariamente a lo que se suele pen­
fica debe estar claramente descrito. Al respecto, Do­
sar es exigente y precisa una minuciosa sistematiza­
llard consideraba que era necesario seguir tres pasos:
ción en su uso y análisis.
a) Presentar "el método específico de elaboración de
los materiales orgánicos que se transforman en com­
Es necesario advertir que en la psicología y en otras
portamiento social". Es decir, indicar cómo en el rela­
ciencias sociales estos métodos no deben considerarse co­
to individual se relacionan acciones y hechos
mo relatos completa y únican;iente autobiográficos, ya que
ocurridos en la comunidad. b) "La 'situación social'
están siempre condicionados por la presencia directiva de
deberá ser cuidadosa y constantemente especificada
los investigadores, quienes con mayor o menor gra�o de
como factor". Dicha situación en este caso debe cen­
intervención someten la narración a reglas de registro,
trarse en los acontecimientos que se han originado en,
análisis y discusión (aun cuando usan entrevistas o conver­
o que han afectado a, la comunidad. c) "El material de
saciones abiertas). Por otro lado, son interlocutores funda­
la historia de vida mismo [o de otro método biográfi­
mentales que con sus preguntas pueden guiar el relato o.
co] , deberá ser organizado y conceptualizado" (Do-
conducirlo hacia aspectos de mayor interés para ellos o pa­
. llard, 1 9 3 6: 85).
ra los objetivos de sus investigaciones.
Esto supone desarrollar conceptos que puedan ser or­
ganizados en un sistema coherente, supone también
266 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 267

conocer la estructura de la comunidad, sus mecanismos cer los objetivos de la investigación y dar su consenti­
de poder, y explicar cómo los aspectos individuales de miento explícito y por escrito antes de iniciar el traba­
la historia se unen a los aspectos sociales comunitarios. jo. Éste es un aspecto ético que personalmente
3. En un estudio comunitario es fundamental el rol y la considero una condición sine qua non.
influencia de la comunidad y la interacción que con 7. El método biográfico en sus diversas modalidades, co­
ella realiza la persona que narra su vida, pues a través mo instrumento de investigación dentro de la comu­
de los individuos que forman la comunidad se busca nidad, responde a finalidades concretas y objetivos
comprender la vida colectiva. específicos. Por lo tanto, si bien la intervención del
4. La persona protagonista podrá, "a requerimiento del investigador/a debe ser lo menos obstructiva posible
autor (investigador profesional)", escribir, dictar o para no guiar las resp_uestas de la persona que narra, al
contar su vida libremente, para que quien investiga "la mismo tiempo debe estar alerta con respecto a las
emplee como material de trabajo" (Magrassi, Roca, contradicciones, la vaguedad o los aspectos poco de­
Caitruz, Franco, Prelorán y Borruat de Bun, 1 980: sarrollados del relato y que sean de interés a los fines
3 2), sin que otras personas intervengan en el proceso. de la investigación. En tales casos quien investiga pue­
5. El material escrito o dictado por las personas que na­ de volver a interrogar o a plantear el tema o punto que
rran, o grabado (procedimiento más fiel y usual), debe necesita ser profundizado. En el método biográfico
ser transcrito textualmente, con fidelidad (Magrassi, debe haber un diálogo entre quien investiga y quien
Roca, Caitruz Franco, Prelorán y Borruat de Bun, 1 980; relata su historia, no para dirigir las palabras del na­
Montero, 1991 b; Miller, 2 000; Farfas y Montero, 2 00 5). rrador o narradora, sino para profundizar en el cono­
Se puede complementar con la indicación, dentro del cimiento de la biografía.
texto escrito producido, de aspectos circunstanciales, 8. Las informaciones provenientes de materiales secun­
como risas, llantos, gestos, tonos y énfasis de voz que darios o complementarios, tales como cartas, noticias
dan sentido a lo dicho. Edwards y Potter (1992), entre de prensa, notas del investigador; las aclaraciones so­
otros, han desarrollado códigos para señalar estos aspec­ bre expresiones locales o regionales, o las informacio­
tos, pero mi recomendación es que cada investigador nes dadas por otras personas sobre algún episodio
desarrolle los suyos propios, los cuales deben ser lo más narrado en la historia, deben ser introducidas de ma­
comprensibles posibles, pues si no resultan familiares nera que no interfieran con el texto y que muestren
pueden demorar mucho el trabajo de transcripción de la que provienen de otras fuentes. Por ejemplo: usar no­
narración grabada a texto escrito (Farías y Montero, tas al pie de la página, colocar esos textos al margen,
2 005). en un espacio especialmente dedicado a ellos, con
6. La mayoría de los autores coincide en que la persona otro tipo de letra o de color y de tamaño.
cuya vida se va a estudiar debe recibir información
clara, honesta y oportuna sobre la investigación y sus
objetivos (Magrassi, Roca, Caitruz, Franco, Prelorán
y Borruat de Bun, 1 980: 3 3) y debe respetarse su ano­
nimato si así lo desea. Los participantes deben cono-
268 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 269

Sobre el proceso metodológico en los estudios El registro y la transcripción de relatos


biográficos
El registro y la transcripción, en particular de los rela­
Las revisiones de los estudios biográficos que a media­ tos e historias de vida, deben ser absolutamente fieles.
dos del siglo pasado hicieron algunos investigadores, como Pueden además ser complementados con datos provenien­
Kluckhohn (1 945) y Allport (1 948, 1 949), se convirtieron tes de fuentes secundarias1 (periódicos, documentos perso­
en una severa crítica al método y a sus inconsistencias. Esta nales accesibles, por ejemplo) y de observaciones. El
crítica destinada a fortalecer el método puede resumirse así: carácter cualitativo de esta técnica, su función testimonial
falta de sistematización; cobertura de una gran variedad de y el activo rol que desempeña el sujeto informante hacen
enfoques; limitación en la comprensión de la vida del suje­ particularmente ardua y exigente esta fase del método, que
to; énfasis en el trabajo con personas mayores, sobre todo constituye la base de toda narrativa. De hecho, la calidad
de sexo masculino; carácter individual que dificulta realizar del registro es determinante en la validez y confianza de
comparaciones y generalizar a la cultura; ausencia o escasez los relatos y en la posibilidad de su análisis posterior. Al
de notas aclaratorias; ausencia de investigación colateral respecto ya no caben dudas acerca de la utilización de gra­
complementaria; poca o ninguna descripción metodológi­ badoras, y mucho menos cuando se trata de registrar con­
ca; poco o ningún control respecto de las técnicas de regis­ versaciones de una hora o más de duración, en las cuales la
tro. Estas debilidades y fallas intentaron ser corregidas por fidelidad tiene carácter crucial. Por otra parte, dichos apa­
posteriores investigadores que retomaron el método, refi­ ratos son ya lo suficientemente conocidos, populares y
nándolo, sistematizándolo y haciéndolo más riguroso. El comprendidos como para que su uso no se perciba de otra
procedimiento que se presenta a continuación refleja algu­ manera que como natural y necesario.
nas de las medidas tomadas al respecto.

La grabación
Selección o determinación de narradores
Los adelantos tecnológicos probablemente hagan obso­
Esta selección, como se ha dicho, está determinada por los leta la información de los párrafos que siguen en este apar­
objetivos de la investigación y la naturaleza del problema. En tado. La creación y comercialización de los "lápices de voz",
esta fase se decide cuál es la técnica biográfica adecuada para que permiten grabar con precisión y fidelidad sin necesi­
trabajar en relación con el problema planteado, y a partir de dad de cambiar casetes; que no pesan porque son minúscu­
ella se determina con qué persona, personas o grupo se tra­ los, es una bendición para investigadoras y trabajadores
bajará; es decir, se decide cuál será el número y la condición comunitarios en general. Pero para beneficio de quienes
de los narradores o narradoras. Se establece el contacto con aún no tienen acceso a esa tecnología señalo que el uso de
ellos y/o ellas en caso de que no se les conozca previamente; grabadores tradicionales exige conocer sus alcances y sus
se les invita a participar informándoles de los objetivos y fines
de la investigación, y solicitando su consentimiento para la 1 . Por ejemplo, en la transcripción de una conferencia en la que ci­
publicación de los resultados que puedan obtenerse. té a Gramsci, dicha cita fue atribuida al "gran Sheep".
270 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 271

limitaciones para generar las mejores condiciones posibles na que condujo las conversaciones y las entrevistas. La
de su uso. Esto supone tratar de conseguir lugares donde transcripción debe ser revisada junto con la grabación an­
no haya ruidos ambientales que dificulten posteriormente tes de ser presentada al sujeto narrador para su inspección,
el reconocimiento de las voces y de las palabras grabadas. corrección o adiciones. Cualquier anotación o aditamento
Cuando se realizan entrevistas participativas, de uso fre­ que se haga debe estar claramente diferenciado del texto
cuente en el trabajo comunitario, conviene tener mas de narrado. Al respecto es importante desarrollar un sistema
un grabador a fin de captar con claridad las intervenciones previo que identifique los agregados con un color o tipo de
de las diversas personas que hablan, o bien colocar el ins­ letra especial, así como el uso de símbolos, si se los inclu­
trumento en un lugar central y, si es posible, que haya una ye, y las notas marginales complementarias del investiga­
persona que dirija el micrófono hacia la persona que habla dor.
cada vez. Esto implica tratar de evitar que varias personas
hablen al mismo tiempo. Pero como esto puede ocurrir
cuando se discute algo de mucho interés, en ese caso el in­ La transcripción
vestigador/a debe pedir a las personas que han hablado si­
multáneamente que repitan, de a una, lo que dijeron. Una La transcripción de las grabaciones plantea exigencias es­
buena práctica en estos casos es pedir que cada vez que al­ pecíficas, así como la observación rigurosa de ciertas reglas:
guien habla se identifique. Asimismo, antes de empezar la
grabación se debe grabar el día, la hora, motivo y el lugar 1 . La presentación mecanografiada, que debe dejar su­
en que se la realiza, a fin de facilitar la organización poste­ ficiente espacio para correcciones y notas.
rior del material recolectado. Y naturalmente, es necesario 2. La numeración e identificación de cada sesión y de
estar pendientes del momento eri el cual la cinta del case­ su respectiva transcripción (día, hora, lugar, inicio,
te termina, a fin de cambiarla inmediatamente. cierre, informante).
Además de los problemas de orden técnico, tales como 3 . La identificación de los hablantes y de sus circuns­
no captar bien los sonidos más allá de un radio limitado o tancias.
reproducir todos los ruidos ambientales que enturbian la 4. La puntuación, acentuación y separación en párra­
conversación que deseamos registrar, hay algo inevitable: fos, que forman parte del sentido del texto. Esto es
la grabación no recoge los gestos, la mímica, los movi­ muy importante, pues muchas veces al transcribir se
mientos y tampoco las miradas (y esto vale también para reduce lo narrado a un texto plano, donde se mez­
los "lápices de voz"). A su vez, los videos y las películas tie­ clan los temas sin solución de continuidad, o bien se
nen la misma limitación que el ojo humano: el ángulo de los separa arbitrariamente: no hay interrogaciones
la cámara y el tipo de lente que se esté usando pueden re­ ni exclamaciones y no ha sido registrado el tono de
saltar o minimizar ciertos aspectos. Por esta razón, deben la voz, que puede indicar duda, convicción, sorpre­
ser siempre complementados por la observación y las ano­ sa, burla y otras manifestaciones marcadas por los
taciones del investigador o de sus asistentes. afectos.
La grabación debe ser oída por más de una persona, 5. Se debe tratar de que durante la grabación no haya
aunque necesariamente una de ellas tiene que ser la persa- ruidos exteriores que puedan dificultar el entendí-
2 72 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 273

miento de lo grabado. Este aspecto tiene mucha im­ 9. Marcar las pausas, vacilaciones y silencios y comple­
portancia, pues un error de interpretación puede mentar lo transcrito con las observaciones pertinen­
cambiar el sentido de lo dicho o generar problemas tes de los gestos y expresiones mímicas de quien
que a veces resulta difícil aclarar. Por ejemplo, se narra. Ésta es quizás la tarea más difícil, ya que hay
pueden alterar los nombres o cambiar palabras, con investigadores/as que tienden a interpretar el texto
lo cual no sólo se cambia el significado, sino que ade­ que escuchan y, en consecuencia, a sustituir la infor­
más no se comprende a qué se refiere el hablante. mación por expresiones más breves, que responden
6. El señalamiento de observaciones hechas simultá­ a su comprensión o a una lectura hecha a la luz de
neamente (hechos concomitantes, lenguaje no ver­ una teoría, de una tendencia, de su cultura, de su
bal) en los momentos correspondientes. pertenencia a determinados grupos o de su ideolo­
7 . Transcribir lo que se oye, sin cambiar las frases y ex­ gía. Tal error invalida y distorsiona el texto, al mez­
presiones del informante. Es más frecuente de lo clar las creencias o concepciones del transcriptor/a
que se podría suponer la presunción de que basta con las de la persona que narra. ·

con pedir a una excelente mecanógrafa que escriba 10. La aplicación de programas de computación desti­
lo que escucha, asumiendo que el producto será nados a facilitar esta tarea, así como de formas de
equivalente al testimonio del narrador. Al respecto codificar el lenguaje no verbal, pueden ayudar en la
Poland ( 1 995) menciona algún escalofriante ejem­ medida en que se adapten a los objetivos de la inves­
plo de cómo, con la mejor de las intenciones, trans­ tigación y no que la investigación sea modificada
criptores ajenos a la investigación pueden mutilar, para que pueda usarse uno de esos programas.
cambiar o alterar el sentido- de lo que escuchan, pe-
ro no comprenden.
8. También es necesario estar alerta respecto de los La producción del relato o narrativa
acontecimientos o diálogos citados por la persona
biografiada, los cuales se mezclan con su relato en Ésta es una tarea fundamental pues no sólo se realiza el
primera persona. A veces es fácil reconocerlos por­ análisis y se sacan conclusiones del texto producido, sino
que el narrador puede cambiar el tono de la voz, o el que ia elaboración del mismo es el paso analítico inicial. Si
acento, imitando a alguien cuya opinión expresa o bien la historia el relato o la autobiografía deben conser­
forma parte de algún episodio. Pero no siempre es varse tal cual fueron narradas por la persona de cuya vida
tan clara la diferencia. Esas palabras deberían ser co­ se trata, lo que solemos leer en el trabajo elaborado por los
locadas entre comillas, o en cursivas y puestas entre investigadores/as es un texto que ha sido organizado e in­
guiones para separarlas del párrafo que las trae a co­ tervenido por ellos.
lación. De no hacerse esa demarcación se corre el El orden que se da al texto puede ser cronológico (mo­
riesgo de atribuir esas frases a la persona equivocada: mentos, hitos o etapas evolutivas en la vida) o temático. En
el narrador o narradora, quien sólo estaba citando. O este último caso la organización se hace por áreas, proble­
el transcriptor/a puede no saber a quién atribuir esas mas o centros de interés, según los objetivos de la investi­
opiniones u observaciones (Farías y Montero, 2 005). gación. Esta organización es absolutamente necesaria,
274 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 275

pues de lo contrario sólo habrá una recopilación de infor­ investigadores, pero deben ser contrastadas para su análi­
mación, no una historia. Ello no significa distorsionar la sis y esto supone unir todos los fragmentos referidos a una
vida del sujeto, sino sistematizar su relato para la compren­ misma circunstancia.
sión, análisis e interpretación del mismo desde una pers­ Por ejemplo, los registros etnográficos suelen ser tex­
pectiva científica, ya que, como dice Abouhamad ( 1 970), tuales y estar seguidos o precedidos por la correspondien­
"utilizar los hechos sociales sin haberlos transformado en te interpretación o análisis. Los registros sociológicos a
categorías científicas no es una obra de ciencia" (pág. 270). veces presentan la reconstrucción de las relaciones sociales
Y Miguel (1 996:65) es aún más radical al decir: "Lo prime­ hecha por el investigador a partir de las historias o de re­
ro que aprende un investigador/a es que no hay nada sa­ latos de vida (véanse Lewis, 1 964, 1 965, y otras obras del
grado en un texto auto/biográfico, y que puede ser editado autor; Fals Borda, 1 985). A veces ocurre lo mismo con los
con decisión". Pero en este caso es necesario especificar estudios históricos del tipo "Un día en la vida de . . . " o "La
con qué criterios se ha hecho la edición y complementarla vida cotidiana en tiempos de . . . ", que recogen la síntesis de
con citas textuales del texto editado. un cierto número de historias de vida. También hay traba­
Si se sigue un orden cronológico (muy frecuente en las jos que presentan fenómenos y procesos psicosociales o
biografías), no es necesario respetar siempre las etapas psicopatológicos.
evolutivas. También se puede, por ejemplo, dar una visión Sin embargo, en todos se suele dar un proceso de orga­
del presente y proceder hacia atrás utilizando el recurso ci­ nización (cronológica o temática), al cual algunos investi­
nematográfico del ''jlashback ", es decir, las rememoracio­ gadores añaden otro de sintetización de redundancias y de
nes de episodios específicos del pasado en función de eliminación de aspectos superfluos (comentarios conside­
hechos actuales. En ambos sistemas, y en otros que puedan rados por el investigador como marginales, triviales o no
surgir, es necesario mantener el principio de causalidad. relacionados con el sujeto y su vida). Sin embargo, la ten­
Para los lectores debe quedar claro qué fue primero, qué dencia de la actual psicología discursiva es conservar todo
ocasionó cada acontecimiento. Obviamente, estas formas lo dicho, ya que justamente las redundancias señalan as­
de organización suponen una lectura integral y un análisis pectos importantes de carácter tanto semántico como se­
general, previo, de todas las transcripciones correspon­ miótico.
dientes a una misma historia.
Otro aspecto importante a tomar en cuenta son las con­
tradicciones e incongruencias que existen en toda narra­ El análisis en el método biográfico
ción y que sobre todo se pueden encontrar en las historias
de vida, ya que el tiempo transcurrido hace que el narrador Es muy frecuente encontrar que después de una ardua
o la narradora introduzca cambios, recuerde detalles y fe­ tarea de recolección de datos, el análisis que se hace de las
chas que corrigen otros datos mencionados previamente, o historias, relatos o autobiografías es irrelevante, ya sea por
bien olviden sus reservas iniciales y amplíen la información contentarse con parafrasear el texto, o por contentarse con
que dan sobre ciertos hechos. O, por el contrario, aparez­ presentar el relato, que al tratarse de la historia de una vi­
can reservas que no tenían al principio y cambien el rela­ da humana será siempre fascinante. Pero esa fascinación de
to. Todas las versiones deben ser conservadas por los lo humano puede llevar a olvidar para qué se investigó esa
276 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 277

o esas vidas, qué relación tienen con una comunidad en considero que para trabajar el texto es necesario conservar
particular, cómo han influido o han sido influidas por el todas sus peculiaridades. Pero si se trata de presentarlo a
hecho de pertenecer a ese particular grupo social, qué pro­ terceros, es necesario reducirlas, ya sea colocando anota­
cesos psicosociales han dado lugar o han sido producidos ciones marginales o al pie de la página o símbolos que no
por ciertos hechos narrados. El análisis es sustitu�do e�­ impidan la lectura, pues leer los textos iniciales con todas
tonces por la organización del relato hecha por el mvestl­ sus peculiaridades, más las abreviaturas de los investigado­
gador o investigadora, que si bien puede ser impecable en res, puede ser una forma refinada de la tortura académica.
cuanto al orden cronológico, por ejemplo, reduce el traba­ Por otro lado, si la transcripción ha sido gramaticalmente
jo cualitativo del texto, descontextualizándolo al separarlo bien hecha (introduciendo ajustada y adecuadamente los
de sus nexos con el problema de investigación. signos de puntuación, exclamación e interrogación y los
El primer paso para el análisis en los métodos biográfi­ puntos suspensivos), se captará bien el sentido de la misma.
cos, ya mencionado, es la lectura repetida de las transcripcio­ Luego es necesario sistematizar el contenido de la his­
nes correspondientes a cada sujeto, para organizar el toria, para lo cual se suele aplicar la técnica de análisis de
material. Se debe leer, leer y volver a leer antes de empe­ contenido (véase el cuadro 9. 1), pero éste es un método que
zar a intervenir o a analizar el texto. A continuación se ela­ posee muy variadas expresiones, aplicables a diferentes ti­
bora un texto con la narración obtenida, sometiéndola a pos de textos y que pueden arrojar resultados distintos al
algún tipo de orden, según la base teórica y el problema de privilegiar o minimizar ciertos aspectos. Por lo tanto, cier­
investigación planteado. En este punto se plantea el dile­ .
tos tipos de análisis de contenido quedan descartados co­
ma: ¿resumir o no resumir?, ¿intervenir el texto o no inter- mo modus operandi principal. Me refiero, por ejemplo, a los
,, .
venido?, ¿"depurarlo", '' ord enar1o o "lºimpiar1o ,, , como análisis de evaluación actitudinal, que enfocan únicamente
dicen algunos, o dejarlo con todas sus interjecciones (eeh, las actitudes del sujeto; o los análisis sobre la base de la ex­
ah, umjuu, etc.), y con todas las muletillas de lenguaje (pa­ presión, que focalizan en la forma de construir la frase y en
labras comodín repetidas frecuentemente por una persona las expresiones lingüísticas usadas; o los análisis de contin­
cuando habla)? Los estudios del discurso y la psicología gencias. Aunque son útiles como análisis complementa­
discursiva insisten en la necesidad de marcar las pausas, las rios, no pueden ser usados como única técnica pues
repeticiones de una misma frase o de una palabra (que no tienden a fragmentar el discurso.
son muletillas) y de los errores de pronunciación y las pa­ El análisis de contenido usado con más frecuencia es el
labras "fallidas" (aquellas que no se termina de decir). La temático o categorial, que busca resaltar los tópicos más
razón para hacer esto es que esos acontecimientos del len­ importantes y los más ocultos en la vida de la persona. Las
guaje señalan los aspectos emocionales, la dificultad para categorías deben ser elaboradas en función de las dimen­
expresar ciertas cosas o la importancia conferida a ciertas siones del problema investigado y se ajustarán a las normas
partes del relato. Por lo tanto deben conservarse, pues nos propias de la técnica. Pero luego es necesario profundizar
ayudarán en la construcción del sentido de lo dicho. No y aplicar entonces alguna o varias formas de análisis de dis­
hay un acuerdo sobre este aspecto, si bien es cierto que curso, para encontrar los significados y las estrategias argu­
muchos textos pierden gran parte de su riqueza al eliminar mentativas, las formas de construir la narración y su
esas redundancias marcadoras de sentido. Personalmente sentido. En un análisis integral· (de contenido, de discurso
278 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 279

y otros complementarios) no se descarta el uso adicional Ciertos métodos biográficos, tales como la historia de
de algunas de las técnicas indicadas en primer lugar, que vida, necesitan laboriosos procesos de producción del tex­
pueden aportar valiosos datos para aclarar, describir o ex­ to y de análisis, que exigen una serie de tareas de soporte
plicar ciertos aspectos del problema investigado. que deben ser cumplidas con la máxima eficiencia y minu­
ciosidad, pues de ellas depende que la discusión de los da­
Cuadro 9.1
tos y las conclusiones que se obtengan se apoyen sobre
bases concretas. A continuación resumo el procedimiento
Pasos para realizar un análisis de contenido
generalmente aplicado para analizar, en el cual algunos pa­
sos son básicos y otros complementarios. Los básicos están
1 . Seleccionar el texto. En caso de trabajar con u na plu­ señalados con un asterisco:
ral idad de textos de un mis mo género, establecer el
corpus o totalidad de textos de ese género dispon ible. l. Preparación del material biog;ráfico obtenido *. Elabora­
2. Si los textos son muchos , sacar una muestra del cor­ ción sistemática del relato a partir de las lecturas re­
pus , ya sea por medio de procedimientos aleatorios o petidas de la transcripción hecha después de haber
en función de otras formas de reflejo (representativi­ oído varias veces la grabación.
dad cual itativa) . 2 . Preparación y ordenación de temas*: preparación de ar­
3. Partir de un texto o de textos en el estado en que se
chivos sobre los diversos aspectos que aporta la his­
considera que pueden ser objeto de anális is (por
toria, construcción de perfiles biográficos, selección
ejemplo h istoria de vida organizada).
4. Leer detenida y repetidamente el o los textos a anali­
de pasajes clave.
zar.
3 . Selección de unidad de análisis* (párrafos o frases con
5. Seleccionar el tipo de unidad de anál isis con la cual sentido, por ejemplo).
se trabajará. La más usual suele ser la frase comple­ 4. Codificación de unidades de análisis*. Esto es la atribu­
ta con sentido. ción de un código para todas las frases o palabras
6. Seleccionar la unidad de contexto (por ejemplo párra- que se refieren a un mismo tema o hecho.
fo, sección o capítu lo, según el texto). 5 . Construcción y definición de categorías*. Agrupación de
7. Codificar las u nidades de análisis. todos los códigos que se relacionen entre sí configu­
8 . Construir y definir categorías . rando un tópico o subtema tratado en el relato. Por
9 . Usar jueces para establecer validez de las categorías ejemplo: pertenencia a organizaciones de base co­
( por ejemplo presentando a expertos las defin iciones
munitaria. La codificación y la categorización llevari
y los nombres de las categorías y pidiéndoles que las
a la sistematización del contenido en temas o etapas
pareen) .
10. O rganizar los datos obtenidos . Establecer relaciones y
o secciones. En tal sentido son parte de un análisis de
comparaciones . Elaborar diagramas , gráficos y tablas .
contenido de la(s) narración(es) obtenida(s).
6. Preparación de matrices de análisis* que permitan po­
ner de relieve las estructuras dominantes, las depen­
dencias, las lagunas, los olvidos, las contradicciones.
280 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en fa investigación . . . 281

7. Inventario y definición del léxico del sujeto o los sujetos Visto en conjunto, todo el proceso consiste en un ir y
y de sus expresiones características. Esto es lo que venir de lo total a lo particular, para regresar a esa totali­
algunos autores (Poirier, Clapier-Valladon y Ray­ dad que es el discurso, pero ahora enriquecido por un exa­
baut, 1 983) llaman el léxico-tesauro. men que pone de manifiesto .su organización interna, que
8. Análisis cuantitativos complementarios. Se utiliza en casos revela lo que dice el relato y lo que no dice, lo que admite
en los cuales pueda ser útil establecer la frecuencia y lo que niega,. lo que resalta y soslaya en · relaci
ón con el
de algún objeto o mención repetidas, o determinar problema estudiado. A la vez que determina qué es prima­
alguna asociación o el grado de significatividad (es­ rio y qué es secundario. Se reconstruye la historia, pero no
to es opcional y depende del problema de investiga­ como un aporte en bruto, sino como el material elaborado
ción y de cómo haya sido planteado). a través de un análisis. El relato inicial está allí, no altera- .
9. Análisis de discurso *. El análisis de contenido sólo do y disponible para nuevos análisis: A su lado, el texto ela­
muestra los temas tratados por el o la hablante. Pa­ borado a partir de él y la lectura científica del mismo,
ra conocer el sentido de lo dicho es necesario hacer precedida de la explicación metodológica. La réplica es
uno o más análisis de discurso. Entre ellos están los pues posible, sin perder por ello el carácter único del rela­
de orden retórico, tales como la búsqueda de estra­ to y su globalidad.
tegias discursivas y figuras retóricas relacionadas De esta manera se incorpora al sujeto como actor fun-
con hechos y situaciones importantes en el relato; damental, captando el destello vital, usualmente disecado
los análisis de base gramatical, o alguna variedad del en fragmentos muchas veces desprovistos de sentido, a la
análisis crítico. O cuando se trabaja con varios par­ vez que se preserva la rigurosidad metodológica, que p � r­
ticipantes o con un grupo, buscar los discursos pre­ mite juzgar la calidad de la interpretación, y se profundiza
dominantes en relación con determinados temas. en el proceso constante de construir una comunidad.
Esto es narraciones coincidentes en relación con
ciertos hechos o fenómenos.
10. Búsqueda de expresión de procesos psicológicos*, entre Narrar la vida . y sus historias
otras actividades, según el problema planteado.
1 1 . Reconstrucción de procesos comunitarios mediante El método biográfico tiene por finalidad conocer siste­
el análisis y la comparación de las distintas versiones . máticamente las vidas de personas que serán estudiadas
dadas por una misma persona o por varias (según la por alguna razón de orden psicológico, social, económico,
técnica biográfica empleada). religioso, étnico o, en general, en relación con algún fenó­
1 2 . Interpretación *, proceso hermenéutico en el cual to­ meno o problema social de interés para quien investiga o
do lo anterior se va integrando a partir de formas de para una sociedad. Su objetivo no es el manejo. métrico de
precomprensión que llevan a la comprensión de las los datos, convertidos en términos numéricos cuantifica­
partes que componen el todo, construido y recons­ bles ' si bien no . se descarta la posib. ilidad de cuantificar
.

truido una y otra vez, en un proceso circular, hasta ciertas informac10nes (con frecuencia meras enumeracio-
llegar a un grado de saturación en la interpretación nes) para complementar aspectos biográficos.
que indique dónde detenerse. En su aplicación comunitaria, como se ha dicho, intere-
282 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 283

sa conocer cómo es vivenciada la experiencia comunitaria tos sistematizadores y deontológicos que es necesario ob­
por individuos considerados clave, o por personas comu­ servar para obtener aspectos autobiográficos o biográficos
nes y corrientes, en el desarrollo o en procesos de impor­ de utilidad para una investigación, y que además tengan
validez ecológica; es decir que puedan ser refrendados por
�ancia de una comunidad. Y al mismo tiempo es
mteresante también buscar la influencia de la comunidad ' las personas que han narrado sus vidas, pues reflejan lo que
como grupo social con una historia compartida, sobre las ellas dijeron. Y con interpretaciones en las cuales las afir­
personas que lo han construido y que se consideran sus maciones y conclusiones que se presentan se sustentan en
miembros. Muchos procesos psicosociales se ponen de informaciones textuales (verbatim) provenientes de dichas
manifiesto; numerosas versiones de hechos que han afecta­ narraciones.
do a toda la comunidad se pueden unir para constituir una
narrativa formada por los diferentes discursos dominantes
en los relatos biográficos. Técnicas autobiogr áficas
Al hacerlo, las técnicas empleadas se adentran en una
dimensión que sólo es accesible a través del recuento de las La necesidad de sistemazar estas técnicas parece haber­
personas. Esto significa generar una narración que rara vez se dado, en primer lugar y simultáneamente, en los campos
es lineal, o perfectamente cronológica y que es coherente de la literatura y de la historia. En esta última son bien co­
en medio de las contradicciones que constituyen la vida nocidos los productos de la historia oral, la cual generó un
cotidiana, la cual contiene paradojas. Es sobre todo, una recurso de investigación de carácter alternativo y predomi­
narración en la cual el sentido de un mismo hecho se cons­ nantemente cualitativo, apoyado en la técnica de la entre­
truye a través de diversas versio�es dadas por varias perso­ vista, que supone una relación entre informante e
nas o por una sola. Al igual que ocurre en la vida cotidiana. investigador destinada a investigar aspectos relacionados
Por lo tanto, el análisis en el método biográfico tiene ne­ con la vida o conocimientos del primero. En psicología, y
cesariamente varios niveles. Un niv:el de contenido: qué di­ en particular en la psicología comunitaria, son tres las téc­
ce el narrador/a, de qué habla, qué cuenta. Un nivel nicas autobiográficas: la historia de vida, el relato de vida y
retórico: de qué nos quiere y se quiere convencer, qué ima­ la autobiografía propiamente dicha. A primera vista pare­
gen busca dar de sí mismo/a, por qué y para quién lo hace. ciera que se está "rizando el rizo" al hacer una distinción
Y un nivel hermenéutico, en el cual el o la analista inter­ entre las tres. Pero en verdad son diferentes.
preta a partir de las conclusiones que ha ido sacando no só­
lo de sus múltiples lecturas de los textos producidos, sino
de muchas conversaciones con el narrador/a, pues el regis­ El relato de vida o entrevista biográfica
�� biog:�fico va acompañado de las preguntas e indaga­
Cion aUXIhar que hace el investigador. Esta técnica, muy popular y difundida en las ciencias
Por tal razón es difícil dar un conjunto de reglas y pa­ sociales, suele ser confundida con la historia de vida, pero
sos que puedan servir de guía para cualquier persona en en realidad trata aspectos específicos o episodios de las vi­
cualquier caso y en todo momento. Es también peligroso y das de las personas relacionados con ciertas cuestiones so­
engañador. Por ello considero preferible presentar aspee- ciales o de la comunidad en particular que tienden a ser
284 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 28)

semidirigidos por quien investiga, y que muchas veces son técnicas biográficas. Lo que distingue a los relatos de vida
respondidos en términos previamente establecidos. Por tal de la autobiografía es que en esta última la ejecución está
razón, la entrevista biográfica o relato de vicia hace cortes sólo en manos del narrador quien la hace desde sí; y ade­
en la historia personal del sujeto. Esto no quiere decir que más hay un mayor nivel de detalle y de pro�ndid� d. En el
sea una técnica inconveniente, sino que su alcance es dife­ relato de vida, en cambio, el investigador/a mterviene con
rente y que los datos proporcionados por ella son más li­ preguntas durante la producción y organiza el p�oducto
mitados, en el sentido de que ni abarcan ni profundizan en obtenido. Hay un diálogo en el cual se acuerda tacita, o ex­
la totalidad de la vida narrada. plícitamente que habrá preguntas y que quien investiga
El relato de vida es una exploración breve, hecha a par­ puede poner veto a los relatos subordinados que considera
tir de entrevistas biográficas, abiertas en la extensión de las que se desvían del tema investigado. Y, por otra p�rte, tam­
respuestas que otorgue el narrador o la narradora, semidi­ bién hay un veto que puede ejercer la persona bi�grafiada
rigidas en el sentido de que quien investiga hace preguntas sobre determinados aspectos o momentos de su vida o del
sobre aspectos de la vida de la persona informante, y ésta tema investigado.
puede hablar libremente sobre un tema acotado por quien Más expedito es el uso de las anotaciones o diario de cam-
investiga. La persona narra su vida, pero lo hace a partir de po, o el análisis de documentos secundarios (fotos, cartas, r
??
una perspectiva particular determinada por el problema de ejemplo) y de las observaciones participantes, o la apl�_ c� c1on
investigación: la situación laboral, la condición política, la de cuestionarios vivencia/es, pero en el caso de estos ultimas
fe religiosa, ser mujer o ser hombre en una sociedad o en siempre se obtiene un r: sultado parci:l aunqu: �til seg;ín
un tiempo específicos, por ejemplo. Esta técnica disminu­ _
lo que se pregunte. Y mas que b10grafias estas ultimas tec­
ye el tiempo de registro, transcripción y análisis al limitar nicas producen datos biográficos que pueden complemen­
a unas pocas entrevistas la recolección de los datos auto­ tar otros estudios (véase el capítulo 1 O).
biográficos, pero aun así es una tarea exigente para quien
recolecta los "datos" y para quien los narra, pues la revi­
sión de lo transcrito por el narrador/a demanda una exi­ La autobiografía
gencia ética y metodológica. Quienes la utilizan suelen
realizar pocas sesiones que van de una hora y media a tres De esta técnica podemos decir que consiste en un exa­
horas de duración, según el caso. Por lo cual habría que men retrospectivo e introspectivo de la propia vida, de or­
considerar con anticipación el tiempo del cual se dispone den no sólo descriptivo sino también analítico y
para la investigación, pues seis o diez horas de narración explicativo, pues puede justificar, acusar-se, excusar� se y,
necesitan unas treinta horas de transcripción y revisión de en general, señalar el porqué de ciertos hec�os o �c:10nes
lo transcripto mientras al mismo tiempo se lo compara con y sus consecuencias; presentar las influencias rec1b1das y
lo que se ha grabado. En todo caso, el tiempo a emplear los sentimientos experimentados; mencionar las preguntas
dependerá de cuánto se quiera profundizar en el aspecto que la persona se ha hecho, las respuestas que se han dado
estudiado y de la calidad y detalle de la transcripción. y las que han quedado pendientes. Miguel (1996: 63) la de­
Muchos de los aspectos contenidos en la narración de fine como "una serie de experiencias contadas o narradas
relatos de vida pueden estar también presentes en otras por el propio protagonista, como un conjunto de sucesos que
286 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 287

están interrelacionados", subrayando así el hecho de que no de una teoría particuJar, o de variables psicosocial�s, de as­
siempre una autobiografía abarca la totalidad de una vida. pectos comunitarios o etnog�áfi cos. � ar� constru1: las �a­
En tales narraciones la persona muestra sus fortalezas y de­ tegorías se deberán cumplir las s1gu1entes exigencias
bilidades de manera tanto directa como indirecta; señala lo metodológicas:
que considera como logros y como fracasos, como tristezas
y alegrías. Y al hacerlo presenta una visión de sí misma tan­ • Cubrir las dimensiones del problema de investiga­
to basada en hechos como ideal. ción y corresponder a los elementos teóricos invoca-
Las autobiografías se caracterizan por: dos por la investigadora.
.
• Ser mutuamente excluyentes. Los textos que se m­
• Ser narraciones que se dan en un discurso de carác­ cluyan en una categoría no pueden incluirse en otra.
ter personal, pero que a la vez está destinado a sí En este sentido son independientes unas de otras.
mismo y a otros, conocidos y desconocidos, con los • Ser exhaustivas en el sentido de abarcar todos los as-
cuales se desea crear una relación a través de la pa­ pectos tratados en el texto. .
labra demorada, detenida en el tiempo. • Estar claramente definidas. Acompañar esas defim­
• Ser una búsqueda de trascendencia. ciones con éjemplos de frases provenientes del texto
• Ser un espacio dialógico indirecto, creado desde la que tipificarían los elementos a incluir en cada una
perspectiva del Yo. de ellas.
• Deben derivarse de un solo principio de clasifica-
Una forma de autobiografía son las memorias, que a ve­ ción, el cual debe ser producido en relación con el
ces traen introducciones en las c_uales los autores explican problema planteado y su fundam� n�ación teórica. Su
al lector por qué y para qué decidieron escribir. La perso­ .
formulación dependerá de los objetivos que orientan
na considera que por alguna razón (didáctica, ejemplari­ la investigación.
zante, catártica, afectiva, histórica) trascendente debe
contar su vida, y lo hace. Y esto puede ser hecho tanto por Se buscará tanto los aspectos comunes como los aspec­
intelectuales o políticos o líderes religiosos, como por per­ tos únicos según condiciones demográficas (edad, sexo, ni­
sonas corrientes. La investigadora o investigador analizará vel educativo, y así sucesivamente) y según el �e�a de
el relato tal cual le ha sido entregado, tal cual lo encuentra, investigación planteado; se buscarán expresiones s1gmfica­
sin intervenir sobre él para organizar o sintetizar. Pero tivas y maneras de expresar los aspectos nar: ado� . Es ne�e­
también la motivación para escribir una autobiografía pue­ sario advertir que cuando se trabaja _ con historias de da
':
de ser externa: alguien pide al narrador/a que la escriba. O cruzadas 0 con autobiografías de varias personas es pos1ble
bien puede ser interna cuando es una decisión individual. .
tener relatos llenos de detalles y de gran riqueza narrativa,
¿Dónde está aquí la sistematización? El investigador/a pero también otros poco específicos, vagos y confusos.
puede solicitar a una o varias personas o a un grupo espe­ La autobiografía supone entonces un relato total, auto­
cífico, o a una muestra representativa de una determinada rreflexivo, qnt tomíl la forma de una narración. Tota � en el
condición social o cultural, que escriban relatos biográfi­ sentido de que se referirá a múltiples �spectos de la v1d�1 clc
cos que analizará en base de categorías construidas a la luz la persona, de su evolución o trayectoria desde la nmez -
288 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 289

hasta el momento actual y también en el sentido de que da "subjetividad". Justamente lo que esta técnica rescata es la
cuenta de las relaciones, a veces insospechadas, que pueden existencia real y objetiva de la subjetividad, que no por ne­
existir entre actos y hechos aparentemente muy disímiles gada o proscrita deja de estar presente en todos los actos
presentes en esa vida. Como dice Bertaux (1997 : 3 1 ) es en humanos. Y en este sentido, al reconocer lo subjetivo otor­
su fuerza expresiva donde reside su valor, y su validez se ga carácter objetivo a sus datos.
.basa en el postulado de que ésa vida relatada por su sujeto ¿En qué consiste la historia de vida? Se trata del re­
fundamental "posee una realidad previa a la manera como cuento hecho por uno o varios sujetos y organizado por
ha sido contada y es independiente de ella" (Bertaux, 1 997: una investigadora o un investigador (o varios de ellos), in­
3 3). Es también una producción independiente, que puede formando acerca de su vida en común (historias de vidá
estar desligada de la investigación. párticipativas), o acerca de la vida de uno solo de ellos. Es­
La autobiografía se estructura sobre la base de: to se hace mediante conversaciones o entrevistas directas,
abiertas en cuanto a los temas a tratar que siempre están
• Acontecimientos, situaciones y episodios, que el na­ relacionados con la vida que se está investigando, pero se­
rrador considera que han sido importantes en su vida midirigidas en cuanto a que el investigador pregunta y re­
y a partir de los cuales va hilvanando el curso de la pregunta sobre ciertos temas que a su juicio han quedado
misma. incompletos en la narración o que presentan aspectos que
• Anécdotas descontextualizadas temporalmente, asocia­ despiertan su interés, así como aquellos que el o la sujeto
das por acontecimientos relatados que estimulan su re­ no ha tratado o evita, y que son importantes para la inves­
cuerdo, y le permiten hacer comparaciones, a la vez tigación.
que saltar en el tiempo. Esos saltos temporales están Al respecto, es necesario dejar en claro que la denomi­
marcados por emociones reavivadas por el recuerdo. nación "entrevista abierta" crea una ficción lingüística que
Por tal razón, rara vez una autobiografía es narrada en lleva a pensar que realmente es un espacio verbal total­
orden temporal perfectamente sucesivo. Aunque la tra­ mente libre. Lo que ocurre con mayor frecuencia cuando
yectoria se suele completar, siempre habrá en ella cor­ se la aplica en la ciencia es que responde más bien a una
tes y lagunas. entrevista semidirigida. Pero al usar el término "abierta" se
crea una ilusión de absoluta libertad, muy distante del con­
trol que suele ejercer quien investiga y que, si bien en es­
La historia de vida en el trabajo comunitario tas técnicas la persona biografiada es la informante por
excelencia y debe poder hablar libremente de su propia vi�
En esta técnica se busca recuperar el desarrollo de lo da, al mismo tiempo, cuando se aplica este método la in­
cotidiano individual, inserto en lo histórico social y cultu­ vestigadora o el investigador tiene ciertos objetivos y
ral. Es la reconstrucción de la dialéctica individuo-ambien­ dirige sus preguntas y su pesquisa en función de ellos.
te desde la persona en perspectiva histórica, con todas las Por otra parte, las entrevistas dirigidas únicamente por
peculiares interpretaciones que ella puede asumir para el los narradores, si bien pueden ser autobiográficas, suelen
objeto y que desde una posición metodológica tradicional suministrar tan sólo aquello que ellos desean presentar o
podrían ser consideradas como "distorsionadoras" o como recuerdan en el ri."mento, adoleciendo de imprecisiones.
290 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 291

Más que historias de vida resultan ser muchas veces, histo­ Tipos de historia de vida
rias de momentos. La historia de vida, en tanto técnica de
investigación social es diferente de las narraciones evoca­ Existen las historias de vida singulares, en las cuales se
doras del pasado que se suele hacer entre personas conoci­ busca un recuento de una o varias personas que tipifiquen
das. Esto no significa que se descalifiquen esos momentos o sean representativas de una época o situación, de un gru­
de añoranza o de revelación, sino que porque ellos existen po, de una cultura. Cada historia es una unidad en sí mis­
y son fascinantes, se ha desarrollado una forma de investi­ ma y se comparan sus aportes como datos ilustrativos de
gación sistemática qüe los recoge, pero que busca indagar las circunstancias estudiadas. A veces a partir de una sola
en profundidad, establecer relaciones, buscar causas y biografía se analiza un problema, sin que ello signifique re­
efectos, saber de los procesos que llevaron a ciertas deci­ ducirlo al caso individual ni generalizarlo a todas las per­
siones o acciones y, <' la vez, mantener la frescura del re­ sonas situadas en las mismas condiciones. Simplemente se
cuento. busca un caso especialmente relevante por la claridad con
Molano ( 1 998: 105) considera que hay dos momentos que presenta ciertas relaciones o conductas, o por tratarse
en la elaboración de una historia de vida: la recolección de de una persona clave para comprender un hecho o que tu­
los datos, caracterizada por lo que, en sus palabras: "uno vo una actuación destacada en el mismo (testimonio). Co­
vuelve a hacer lo que casi nunca hace: escuchar", y agrega: mo dice Ferrarotti (198111990), en la historia de una vida
es necesario abrirse a lo que la otra persona está dicien­ se refleja la historia de la sociedad a la cual esa vida perte­
do sin objetarla, aceptar sin prejuicios, sin críticas, sin dis­ nece. Este pensamiento puede complementarse con la de­
tancias lo que la otra persona va diciendo y ése es un finición que daba Dollard en 1936: la historia de vida es el
ejercicio difícil, porque nosotros queremos poner sobre lo "intento deliberado de definir el crecimiento de una per­
que oímos, lo que decimos y esÓ implica sacrificios, impli­ sona dentro de un medio cultural y darle un sentido teoré­
ca también formación, capacitación y ejercitación en ese tico". En ambos casos se enfatiza la intrincada relación
arte de escuchar (Molano, 1 998: 105-106). entre individuo y sociedad.
El otro momento es el de la elaboración de la historia y Otras veces se selecciona un grupo de personas relevan­
el análisis hecho por el investigador, mucho menos claro · tes, bien por su participación en ciertas circunstancias,
que el anterior en el texto citado, por cuanto no se trata bien por ser miembros de ciertas categorías sociales consi­
necesariamente de la vida de una persona. Puede ser que al deradas importantes para el estudio (género, edad, ocupa­
trabajar las historias de vida participativas o individuales de ción, prestigio). En otros casos se las selecciona al azar; si
un grupo, nuestro objetivo sea la construcción narrativa de bien ésta es una técnica de difícil manejo, de muy meticu­
un movimiento social o de tipos de discursos dominantes losa y exigente transcripción y de más difícil y exigente
en una comunidad. Y en el caso de las comunidades mu­ análisis, no tiene mucho sentido elegir los sujetos al azar,
chas veces interesa construir a partir de est� técnica el pro­ pues es una modalidad que no responde a criterios de re­
ceso de formación de ellas. O bien el surgimiento, acción presentatividad estadística. Es más lógico y productivo para
y efectos de ciertos tipos de liderazgo (Farías, 2 002), por la investigación seleccionarlos en función de características
ejemplo. específicas que los marcan como de interés para la misma,
así como por su valor testimonial.
292 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 293

Estas historias de grup9s pueden constituir lo que se desechar éstas, sino para enriquecer el conocimiento de los
denomina historias cruzadas, técnica que busca enfrentar la hechos y procesos comunitarios. Se obtiene así una gama
crítica y el problema real que se presentan en las historias de percepciones de un mismo suceso o fenómeno. La ver­
únicas o singulares: su carácter individual y, por lo tanto, la sión colectiva es organizada por el investigador/a quien la
imposibilidad de generalizar y el riesgo de obtener una vi­ vuelve a presentar al grupo para oír su opinión y nuevos
sión sesgada en cuanto a fenómenos sociales. Se recaban comentarios, y para agregar nueva información, si fuera el
así historias simultáneas de diversas personas comprometidas caso. En estas reuniones aparecerán sentimientos e inter­
todas en las mismas circunstancias, o de la misma genera­ pretaciones compartidos, y también diferentes, y se aviva­
ción o grupo, por ejemplo, cuyos relatos se entrecruzan rá el recuerdo, pudiendo hallarse explicaciones para el
para obtener de esa manera una descripción más confiable olvido. El resultado final así obtenido se presenta a la co­
y más completa de un hecho, de una época o de la perspec­ munidad, pues constituye parte de su historia. De hecho
tiva de una categoría o grupo social. En este caso la selec­ Fals Borda ( 1 985) considera a este procedimiento como
ción debe ser hecha con el máximo cuidado, en función parte de lo que llama recuperación crítica de la historia. Y en
de la relevancia y pertenencia. Los relatos así obtenidos efecto, estas historias buscan reconstruir la memoria colec­
son comúnmente sometidos a un análisis de contenido de tiva de la comunidad a partir de las vivencias de sus miem­
carácter categoríai, a través del cual se reconstruye el fe­ bros (Montero, 1 99 1).
nómeno estudiado, cubriéndose las lagunas y precisando Una aplicación hecha a partir de esta técnica fue dirigi­
las ambigüedades que pudiera haber en los relatos indivi­ da por Gonr;alves de Freitas y Pérez (1 998), en una zona de
duales. bajos recursos económicos en la ciudad de Caracas, cuyos
Las historias organizativas-participativas o acumuladas son fundadores, en su mayor parte provenían de migraciones.
una variación del tipo anterior; en ellas se busca recons­ El barrio comenzó a construirse en 19 5 8 después del de­
truir la historia de una comunidad a partir de las vivencias rrocamiento de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. El
de sus miembros, dando lugar al mismo tiempo a un pro­ trabajo, de carácter eminentemente comunitario, fue reali­
ceso de análisis individual y grupal a partir de la discusión zado con la colaboración de un grupo de niños de 7 a 1 2
colectiva de los datos obtenidos. A este proceso Fals Bor­ años, participantes en el programa Constelación, que diri­
da (1 985) lo considera una recuperación crítica de la histo­ ge la autora. Ellos, con la asistencia de Gonr;alves y Pérez,2
ria que lleva a una reconstrucción de la memoria social en realizaron primero algunas entrevistas individuales a fun­
la cual se insertan los individuos como actores cotidianos. dadores del barrio. Y luego implementaron la técnica de
Para elaborar historias participativas se recolectan por entrevista colectiva y participativa con personajes clave en
separado las historias individuales de cada miembro del la vida de la comunidad (los fundadores, el sacerdote, la bi­
grupo seleccionado (informantes clave, líderes, ancianos, bliotecaria, los abuelos). A partir de los relatos obtenidos y
jóvenes, según los objetivos de la investigación); pero la grabados, cada niño y cada niña pintó aquellos aspectos de
discusión y el análisis se hacen con el grupo de narradores
participantes, más otras personas de la comunidad que de­ 2. Este trabajo recibió el aporte económico del Proyecto FAMA, fi­
seen participar y que sean contemporáneas. Su finalidad es nanciado por la Fundación Ayacucho y Fundación Polar (Caracas, Ve­
estudiar las coincidencias y las contradicciones, no para nezuela).
294 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 295

la historia de la comunidad que más le impresionaron. Y da participativas), en las cuales debe prevalecer un clima de
con los relatos y esas pinturas y dibujos, elaboraron artesa­ distensión y comodidad tanto para la persona o personas
nalmente un libro: Los niños y niñas de San José de La Urbi­ de cuya(s) vida(s) se trata, como para el entrevistador, en
na pintan y cuentan la historia del barrio. Las obras fueron un sitio donde no haya factores disruptivos ni presiones en
expuestas en el Centro Latinoamericano "Rómulo Galle­ cuanto a la hora o uso del lugar. Usualmente entre una ho­
gos" , en Caracas, Venezuela, y la exposición fue presenta­ ra y media y dos horas es suficiente para cada sesión, pero
da y guiada por los pequeños historiadores-investigadores, su duración debe responder en primer lugar a un acuerdo
que así devolvían la historia a su comunidad, a la vez que entre participantes e investigadores. Entre una y otra se­
recibían para sí la historia, su historia. sión debe transcurrir tiempo suficiente para revisar y
transcribir la sesión anterior. La revisión será hecha por
Aspectos básicos a cumplir en la técnica de historias de vida ambas partes o por el grupo (en el caso de las historias de
vida participativas). El número de sesiones dependerá de
A continuación presentaré brevemente algunos aspec­ los objetivos de la investigación, de la productividad del
tos, que además de los generales del método biográfico sujeto y de las posibilidades de los investigadores y los su­
(véase supra), deben tenerse en consideración para que una jetos. En general, cuando los datos recolectados permiten
historia de vida sea útil, confiable y analizable. al investigador obtener el conocimiento buscado y cuando
Producir el relato biográfico es la tarea fundamental de el sujeto considera que ha dicho cuanto tenía que decir,
esta técnica. Ella se cumple en dos etapas: una, previa a to­ terminará el período de reuniones entre ambos.
do trabajo, de familiarización con el sujeto o sujetos y con la co­ Lo que se acaba de señalar necesita de una reflexión so­
munidad con los cuales se va a trabajar. En esta etapa deben bre el rol que juegan en esta técnica la persona protagonis­
seguirse los lineamientos dados en el capítulo 3 . Debe pau­ ta de la historia y la persona que la recolecta. En la historia
tarse también el tiempo del que se dispondrá, las condicio­ de vida la relación es diferente de la que se da en las entre­
nes de las sesiones y su finalidad. El número de sesiones es vistas tradicionales, aunque emplee el procedimiento de la
difícil de determinar pues dependerá de la relación que se segunda. En estas últimas el entrevistador o entrevistado­
establezca entre investigador/a y narrador/a, y de la fluidez ra es el/la único/a en saber qué busca, cuánto busca, para
y riqueza de esos contactos. Por lo tanto, decir que serán qué lo quiere y cómo obtenerlo; mientras que el informa­
tres, siete o veinte sesiones no tiene sentido a menos que dor/a es un proveedor de información ignorante de esos
se trate de llenar una de esas fastidiosas planillas de solici­ hechos. En la historia de vida, en cambio, ambos miem­
tud de fondos. bros de la relación saben de qué trata la relación y para qué
La segunda etapa es la producción de la narración en sí se la establece y ambos deben conocer todos los aspectos.
mediante entrevistas o conversaciones, que comprende: Por lo tanto, si el protagonista desea agregar o introducir
La preparación de materiales (grabador, cuaderno u ho­ algo nuevo sobre lo ya dicho o por decir, o sobre el proce­
jas de papel, guías, videocámara o cualquier otro instru­ dimiento, debe tener toda la libertad de hacerlo. El cono­
mento necesario). cimiento básico es suyo, la sistematización y el análisis son
La realización de las entrevistas o conversaciones, o de del investigador/a o del equipo, a los cuales se puede sumar
asambleas o reuniones de grupo (sólo en las historias de vi- el o la protagonista de la historia. En el caso de las histo-
296 Maritza Montero El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 297

rias de vida participativas, particularmente útiles en el tra­ torias de vida; la transcripción descuidada y simplificadora
bajo comunitario, los sujetos igualmente participan en el de la narración hecha por las personas biografiadas y los
análisis e interpretación de los datos, pues son ellos los que peligros inherentes a las grabaciones realizadas con descui­
han vivido su historia, los que recuerdan sus episodios y los do técnico. Igualmente se comentan diversas formas de or­
que necesitan en primera instancia de su recuperación crí­ ganizar y analizar el relato que no sólo son variadas sino
tica. además complejas y que van desde el análisis de contenido
hasta el de discurso. Al respecto, se presenta una serie de
pasos que no pretenden ser una fórmula genérica, sino una
Resumen orientación inicial para el análisis, que permita abordar los
diversos niveles que comprende el uso del método biográ­
Toda vida humana refleja la vida de la sociedad en la fico. Finalmente, se presenta una descripción de varias
cual se ha desarrollado. Cada existencia es un mundo den­ modalidades autobiográficas, de uso frecuente en las cien­
tro del mundo, al cual refleja, no como lo haría un espejo, cias sociales y en el trabajo comunitario, en particular, que
sino a través del prisma configurado por la red de relacio­ pueden ser complementarias entre sí.
nes que surgen de la interacción entre la persona y sus par­
ticulares circunstancias y condiciones de vida, que crean la
historia personal de cada uno. Historia que siendo única, a
la vez reproduce rasgos y características del tiempo y del
espacio al que pertenece. De allí la necesidad de usar el
método biográfico en ciertos estudios sobre comunidades
y en ciertos momentos en el estudio de una comunidad.
Este capítulo parte de la anterior consideración, mos­
trando los orígenes del uso de métodos biográficos en las
ciencias sociales, a inicios del siglo XX y su importante in­
fluencia en la sociología y la antropología, tanto en Améri­
ca como en Europa. Se presenta igualmente su repercusión
en América latina, citándose algunos trabajos surgidos en
el campo de la psicología actual, relacionados con comuni­
dades.
Las características y criterios que distinguen a este mé­
todo son analizados antes de presentar una sínt"'>is crítica
del proceso de aplicación y de las medidas tomadas para
corregir algunas de sus imprecisiones, abusos y debilida­
des. En particular se ha procurado señalar algunos de los
vicios más frecuentes en el uso de las diversas técnicas bio­
gráficas, tales como la confusión entre relatos de vida e his-
El uso de métodos biográficos en la investigación. . . 299
298 Maritza Montero
Lecturas complementarias recomendadas
Preguntas para reflexionar sobre la justificación
y efectos del uso de métodos biográficos en la
La mayor parte de los textos, así como algunos de los
investigación/intervención e n psicología comunitaria.
más renombrados autores que trabajan sobre este tema es­
En una situación de i nvestigación/intervención en una co­
criben en francés (las referencias en esta obra incluyen a
m u n idad donde usted par ticipe, pregúntese, reflexione y varios de ellos), así que recomiendo revisarlas a quienes
responda a las s igu ientes pregu ntas : quieran profundizar en el campo. También recomiendo a
quienes no manejen la lengua francesa, consultar dos obras
• ¿Por qué necesita conocer sobre la vida de deter m i na­ publicadas en castellano, cuyo contenido es didáctico, bien
das personas de la com u n i dad con la que trabaja? fundamentado y preciso. Ellas son:
• ¿En qué sentido esas biografías ( h istorias de vida, rela­ Jesús M. De Miguel ( 1 996): Autolbiog;rafías, Madrid,
tos de vida, autobiografías , etc . ) , benefician a la comu­ Centro de Investigaciones Sociológicas. En esta obra las
n idad y a l a persona biografiada?
lectoras y lectores encontrarán consejos prácticos sobre la
• ¿Qué efecto tiene sobre la comu n i dad la distinción que
aplicación de la técnica anunciada en el título.
se hace en escoger a u na o varias personas es pecíficas
para hacer su(s) historia o relato(s) de vida?
Juan José Pujadas Muñoz (1 992): El método biog;ráfico: El
• ¿Cuáles son los efectos sobre los gr u pos cercanos y uso de las historias de vida en ciencias sociales, Madrid, Centro
sobre los gr u pos alejados , de esas personas? de Investigaciones Sociológicas. Esta obra propone una
amplia visión sobre la técnica de historias de vida, una de
las técnicas más populares y a la vez menos entendida. El
Ejercicios problematizadores sobre el uso de métodos autor muestra su desarrollo en las ciencias sociales, sus as­
biográficos en la investigación e·n psicología comunitaria pectos metodológicos y sus diversas modalidades.
Y si se quiere profundizar más en este campo, debe
En su labor como ps icólogo/a com un itaria o como

leerse la obra de F. Ferrarotti: ( 1 98 111990): Histoire et his­
estudiante de ps icología com u n itaria habrá tenido expe­
toire de vie. La m éthode biog;raphique dans les sciences sociales,
riencias que por alguna razón considera i m por tantes .
Escriba u n relato sobre alguna de ellas . Analice el rela­
París, Meridiens Klincksieck. O su original italiano: Storia
to escrito para saber s i : e storie di vita, Roma, Laterza & figli.
- D a cuenta d e s u motivación ; d e s u satisfación o i nsa­
tisfacción ; del tipo de relaciones sostenidas con otras
personas comprometidas en ·1a m isma tarea.
- Se indignó alguna vez.
- Tuvo alguna gran alegría.
• Pida a personas vinculadas con ese proyecto , así como
a personas ajenas a é l , que lo lean y le indiquen en q u é
sentido les ha s ido ú t i l para comprender l o q u e pasó e n
esas circu nstancias .
• Compare s u análisis con los de esas personas .
• Reflexione.
CAPÍTULO 10
Dos técnicas auxiliares en la investigación e
intervención comunitarias:
las anotaciones o diario de campo y el uso
de documentos secundarios

Introducción

Las técnicas usadas en la investigación e intervención


comunitarias suelen ser predominantemente cualitativas;
por esta razón hay al menos dos aspectos a los cuales es ne­
cesario prestar el máximo de atención: el carácter holístico
y complejo de los fenómenos en estudio y la reflexividad
por parte de agentes externos e internos. Los capítulos
previos insisten en estos aspectos y muestran cómo aproxi­
marse a la primera condición y cómo cumplir con la se­
gunda. Pero muchas veces es necesario contar con técnicas
auxiliares que permitan a los investigadores capturar cier­
tos momentos,..específicos que suelen ocurrir en todas las
investigaciones (sean cuantitativas o cualitativas) y que no
quedan registrados. Las causas de esta falta de registro son
básicamente por no figurar en los protocolos de ciertas
técnicas, ni en las preguntas de los cuestionarios construi­
dos para indagar en relación con aspectos particulares o
por darse en situaciones grupales (reuniones, asambleas,
entrevistas participátivas), en las cuales se está simultánea­
mente dialogando y estimulando la discusión. En tales cir­
cunstancias es útil la aplicación de las anotaciones de
campo o el registro sistemático de un diario de campo.
3U2 Maritza Montero Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención. .. 303

Más aún, el uso de otras técnicas auxiliares y de otros mé­ no se orienta por un principio y un fin, pues su función es
todos tales como la IAP o el método biográfico, por ejem­ auxiliar respecto del proyecto de investigación.
plo, puede enriquecerse con el estudio de documentos Los apuntes o notas deben hacerse en una libreta o en
secundarios (cartas, fotografías, noticias de prensa, entre un cuaderno, no en hojas sueltas que puedan perderse o
otros). De eso trata este capítulo: de cómo complementar las traspapelarse. Y si por alguna razón es necesario usar una
técnicas y procedimientos principales que nos permiten co­ tarjeta o un trozo de papel, luego deberá pasarse su conte­
nocer y producir conocimiento acerca de determinadas si­ nido a ese cuaderno, que será el registro fiel de la vida de
tuaciones, para que el proceso de construcción de ese saber la investigación, por el tiempo que ella dure.
incluya la reflexión sobre el modo de hacerlo y mantenga, en En cambio, el diario de campo se caracteriza por:
lo posible, la complejidad con que se presenta en la práctica.
Trataré en primer lugar las anotaciones y los diarios de • Su extensión. Al contrario de las anotaciones de cam­
campo, una vieja práctica de las ciencias sociales, especial­ po, los diarios de campo presentan extensas y detalla­
mente de la antropología y la sociología (aunque también das descripciones, escritas de manera cuidadosa y a la
se da en algunas formas de psicología clínica y de psicolo­ vez espontánea, a veces amena.
gía social), en las cuales se originó, y que debería ser casi • Puede no seguir un orden cronológico y estar más bien
una acción rutinaria, en el sentido de cotidiana y necesaria, organizado en función de temas o problemas de in­
en la psicología comunitaria. Una práctica que debería ser vestigación, o de categorías teóricas o metodológicas.
enseñada a los estudiantes que se inician en la disciplina, • Por tal razón, el diario de campo puede constituir un
quienes no deberían ir al campo sin estar acompañados de importante documento producto de la investigación,
su pequeña libreta o cuaderno de campo para registrar sus que podría llegar a ser publicado.
apuntes e impresiones rápidos; las cosas que los sorpren­ • Combina rigurosas observaciones de campo con análisis e
den o que no comprenden, de manera sencilla y veloz, a fin interpretaciones de los hechos que ellas presentan o
de crear un asidero para el recuerdo fiel y una fuente para ilustran, y sus relaciones con aspectos teóricos.
las ideas. • Se acerca al género de la autobiografía intelectual, en el
sentido de que quien lo escribe relata cómo llega a
ciertas ideas, cómo desarrolla sus análisis y sus inter­
Diferencias entre diarios de campo pretaciones; además indica cómo superó sus errores,
y anotaciones de campo cómo incurrió en ellos y qué aprendió de éstos; a la
vez que hace lo mismo respecto de los aciertos.
Las anotaciones de campo son apuntes hechos durante • Suele escribirse al final de lajornada de trabajo en la in­
el trabajo, más o menos rápidos, muchas veces abreviados, vestigación, cuando se lo puede hacer con cuidado y
que sirven de apoyo a la memoria de los investigadores y detenimiento, narrando lo que se ha observado, re­
que buscan captar detalles de interés: aspectos inesperados construyendo esas impresiones a partir de las notas
o curiosos que de otra manera quedarían fuera de cual­ de campo, los materiales secundarios y las técnicas
quier registro técnico. Esas anotaciones no siguen un plan empleadas para obtener datos (encuestas, entrevistas,
preestablecido y en tal sentido son un trabajo abierto, que discusiones de grupo, grupos focales, etc.).
304 Maritza Montero Dos témicas auxiliares en la investigación e intervención. .. 305

La razGn de ser de ambas técnicas es guardar el registro ruo investigadora y también como �er humano, mostrando
de observaciones y vivencias que impresionan a los inves­ facetas de su carácter.
tigadores por el interés psicoso. que suscitan en el trans­ Pero son los diarios de campo los que contienen relatos
curso de la labor de investigación. Es decir, que todo lo de este tipo propiamente dichos y los que de hecho pueden
que en ese diario se anota tiene alguna forma de relación ser considerados como parte del género biográfico. Un as­
con la investigación o intervención que se está llevando a pecto de interés es que estos diarios nos dan una visión de
cabo. carácter íntimo, de la investigadora o el investigador, desde
la perspectiva de la investigación. Y para la propia autora o
autor del diario son el testimonio de su evolución como pro­
Relación con los métodos biográficos fesional, pues guardan el recuerdo certero de los momentos
en que ciertas ideas surgieron, y de las circunstancias en que
La relación de las anotaciones de campo con las Memo­ lo hicieron.
rias, que forman parte de los métodos biográficos, es te­ De esta forma, las anotaciones de campo y los diarios de
nue: sólo se da a través del reflejo de las experiencias de la campo hacen valiosas contribuciones a la reflexividad, un
vida cotidiana antes de que éstas pasen por el tamiz y filtro aspecto reivindicado a partir de los últimos veinte años co­
qe las categorías analíticas de las disciplinas científicas, y de mo parte del dar cuenta de lo hecho al investigar.
teorías y métodos de la ciencia; aunque a veces las obser­
vaciones y comentarios contenidos en los diarios de cam­
po pueden hacer referencia a los aspectos científicos, o dar Usos del diario y de las anotaciones de campo
ideas para el análisis. Pero no de una manera sistemática,
ni extensa. Esas anotaciones se - centran más que todo en Este tipo de técnicas complementarias se caracteriza
cuestiones específicas tales como el número de asistentes a por cumplir ciertas funciones durante la investigación, que
un acto, o las características de las intervenciones y sus ac­ resumo a continuación:
tores, o bien guardan inventarios de objetos o de acciones
llevadas a cabo. Incluyen fechas a tomar en cuenta, com­ l. Son registros de aspectos de interés metodológico,
promisos a cumplir o el cumplimento de los mismos. Y en vivencia! y cultural. Incluyen anécdotas y comenta­
este sentido poseen las funciones propias de una agenda, rios indicadores de cambios, de obstáculos, de reti­
pero van más allá de ella y su contenido se halla sólo en re­ cencia y de desconfianza; de confianza y seguridad.
lación con momentos específicos de la investigación o in­ 2 . Dan testimonio de los cambios habidos a través del
tervención. tiempo en el proceso de investigación. Esto es par­
Con respecto a los métodos biográficos en general, las ticularmente importante en el caso de la investiga­
anotaciones de campo coinciden con ellos en cuanto pue­ ción-acción participativa, _que por su carácter
den contener impresiones afectivas, juicios de valor, pensa­ dinámico exige mantener un continuo monitoreo
mientos que reflejan los sentimientos y reacciones y el de las transformaciones que produce dentro y fue­
valor de la vivencia para el investigador que los registra. En ra de sí. Como dice García Jarba (2000: 2 7), refi­
este sentido revelan aspectos que definen a esa persona co- riéndose al diario de campo, es el "testimonio del
306 Maritza Montero Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención.. . 307

proceso de maduración intelectual y analítica de 7 . Los diarios de campo son un "método eficaz para
quien lo redacta". controlar las relaciones que se establecen entre
3. Pueden ser la memoria fiel de los estados de ánimo, quien investiga, aquellas personas y/o fenómenos
de las dudas y de los descubrimientos e hipótesis que son investigados y la investigación misma"
formulados a lo largo del trabajo comunitario. (García Jarba, 2000: 2 6) .
4. En mayor o menor medida, según sea un diario o 8 . Tanto las anotaciones como el diario de campo cons­
un cuaderno de notas de campo, se puede producir tituyen un vínculo estrecho con la vida cotidiana de
un documento que contiene una visión de la inves­ la comunidad durante el proceso de intervención o
tigación, de su procedimiento, intención, objetivos de investigación, o de ambos al mismo tiempo. En
y mudanzas. especial, respecto de la vida cotidiana compartida
5. Recogen observaciones que pueden ser tanto contro­ por agentes externos y agentes internos.
ladas como no sistemáticas, pero que en ocasiones 9. La práctica de hacer anotaciones de campo contri­
contienen información que ha llamado la atención buye a desarrollar la capacidad de observación y de
del investigador/a en algún momento del trabajo co­ descripción de lo observado, a la vez que facilita un
munitario. Wolfinger (2002 : 86) considera que estas acopio de información que de lo contrario podría
anotaciones siguen un procedimiento organizado de perderse.
acuerdo 'con instrucciones previas y explícitas, forma­ 1 0 . Estas técnicas suministran datos que permiten co­
lizadas, al menos en el campo de la etnografía al que rregir el rumbo de la investigación, al advertir erro­
se refiere. Sin embargo, en el ámbito de la psicología res cometidos o al presentar aspectos que no habían
comunitaria recomendamos que estas notas respon­ sido tomados en cuenta.
dan al interés de la investigadora o el investigador.
Aun a riesgo de que los contenidos varíen notable­ Otro aspecto no menos interesante es que tanto las no­
mente de una persona a otra. Al respecto considero tas de campo como los diarios de campo recogen situacio­
que tal disparidad es inevitable, haya o no una forma­ nes, detalles, hechos que no suelen ser incluidos en los
lización técnica de por medio y que en todo caso pue­ informes técnicos o en los artículos científicos, y que con
de servir para adiestrar a los estudiantes, señalando el tiempo tienden a olvidarse y a dejarse de lado. Al anotar
siempre que el interés y la perspicacia de quien inves­ esos "datos" se está contribuyendo a mantener activo el ca­
tiga determinan el valor de las notas. Al mismo tiem­ rácter complejo y la riqueza situacional de la investigación.
po, esas disparidades pueden conducir a la revisión Y en tal sentido, ellos son un vivero de ideas y de hipóte­
crítica de lo realizado, o al enriquecimiento y com­ sis, por lo cual pueden ser reutilizados en el futuro. Y al
plementación de su registro. mismo tiempo, esas notas nos permiten descubrir los as­
6. Se construyen en el diario quehacer, no porque se pectos que hemos soslayado y que pueden ser de interés
hagan anotaciones diarias, sino porque en cada se­ para el trabajo que se realiza, destacando los puntos sobre
sión realizada con la comunidad pueden registrarse los cuales debemos preguntar y repreguntar y aquellos en
aspectos de interés. En tal sentido constituyen la los cuales no debemos insistir. En este sentido, las anota­
bitácora de la investigación. ciones y el diario de campo mantienen un diálogo entre
308 Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención... 309
Maritza Montero
Siguiendo parcialmente a Sanjek (1990) las anotaciones
conocimiento previo y conocimiento en producción, entre
de campo pueden clasificarse en:
t�oría �práctica, entre el investigador y su trabajo, y con­
1. Anotaciones rápidas o apuntes, casi taquigráficas, he­
sigo mismo.
chas a partir de algunos datos básicos que resumen
A veces, si ello es posible, conviene hacer los registros
los aspectos sobresalientes o distintivos de un hecho
durante el trabajo de campo que estamos llevando a cabo.
o situación. Son breves, casi siempre realizadas
Tales anotaciones suelen ser rápidas, casi taquigráficas, y .
mientras los hechos y observaciones están sucedien­
abreviadas. Otras veces se hacen al final de una sesión de
do. Por lo tanto son escritas en el cuaderno o l'breta
trabajo, o bien pocas horas después de que el evento o si­
de campo. Pueden ser frases cortas; palabra: clave;
tuación que relatamos o comentamos haya ocurrido, cuan­
esbozos o dibujos esquemáticos (por ejemp 1 de la
do tenemos el tiempo y la oportunidad de guardar su
posición o distribución que ha sido adoptada por los
recuerdo.
miembros de un grupo).
En todo caso debe ser poco después de algún evento
2. Anotaciones de campo específicas. Estas anotaciones
digno de atención o que haya despertado la curilosidad o
pueden ser la continuación de las anteriores. Su ex­
traído recuerdos relacionados con alguna situación, o que
tensión es mayor, pues ahora se añaden más detalles
proporcione algún aspecto de interés para la investigació­
e impresiones. Deben hacerse poco tiempo después
n/intervención.
de la observación o de la sesión habida (la memoria
es frági� y tiende a distorsionar los hechos con el pa­
so del tl�i::1Pº ), cuando se dispone de mayor tiempo
¿Cómo se hacen las anotaciones de campo? y tranqmhdad para describir con más detalle y orden
lo observado y esbozado antes. No se trata de un re­
Hay aspectos que pueden y deben prepararse con anti­
g��tro detallad?, pero sí permite tener una descrip­
cipación. Así, previamente, para cada anotación, es conve­ , precisa de lo vivido y observado durante
c10n mas
niente:
una determinada sesión o momento específico de la
investigación.
• Registrar siempre y en primer lugar el sitio, la fecha
3. Ideas que surgen durante el trabajo comunitario. A veces
y hora a los cuales hacen referencia.
mientras observamos una reunión o la ejecución de
• Si es posible indicar los nombres de los asistentes, o
alguna tarea, o simplemente lo que ocurre a nuestro
al menos los de aquellos que han desempeñado un
alrededor; cuando ter:,minamos una conversación (o
papel relevante en la situación registrada.
durante su transcurso), se nos 'ocurre' por asociación'
• Señalar cualquier aspecto ambiental de interés.
por contraposición o de manera súbita (serendipity),
• Señalar el objeto de h reunión, la ocasión o momen­
alguna o algunas ideas.. El diario o cuaderno de cam­
to que se observa.
po es el lugar ideal para anotarlas y es necesario ha­
• Si se usa algún tipo de abreviatura, anotar en el mo­
cer esto tan pronto como se pueda. Las ideas
mento o poco después, su significado, en caso de que �
originales o no, no son tan frecuentes como nos gus
sea de creación personal.
taría creer. Y si no las registramos, muchas veces esos
310 Maritza Montero Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención.. . 311

"relámpagos", esas repentinas "iluminaciones" hipo­ yan sido grabados. No considero. que las entrevistas, rela­
téticas o analíticas, como las oscuras golondrinas de tos de vida, biografías, grupos focales y otras formas orales
aquel poema decimonónico de Gustavo Adolfo Béc­ de obtener información de interés para la investigación, y que
quer, no volverán. sean grabadas magnetofónicamente, puedan considerarse
4. Registros de campo. También llamados "notas temáti­ como parte de las anotaciones de campo. En tales casos la
cas" por García Jorba (2000: 18). En este caso se tra­ transcripción, que ciertamente no es un procedimiento
ta de anotaciones que ya siguen un sistema de sencillo ni que se puede hacer de manera ligera (Farías y
acuerdo a categorías de análisis elaboradas según al­ Montero, 2005), ya produce un documento que es parte de
guna orientación teórica que respalda la investiga­ las fuentes de datos para la investigación y que constituye
ción o que responde al planteamiento del problema un texto que debe ser objeto de análisis tanto de conteni­
investigado. Es un trabajo en el cual ciertas observa­ do como de discurso.
ciones pueden ser organizadas en esquemas de cate­ Por su carácter procesal, el diario de campo es un pro­
gorización, previamente establecidos. Este tipo de ducto inacabado o mejor dicho, sin final. No está destina­
anotaciones requiere pericia, así como un buen co­ do a constituir una pieza de investigación en sí, sino que es
nocimiento del sistema de categorías analíticas y la el reservorio que alimenta muchos de los procesos que se
clara definición de las mismas. No representa mayor llevan a cabo en una investigación. Algunas de sus partes
dificultad para los investigadores avezados, perfecta­ podrán ser incluidas en los informes técnicos finales, o en
mente familiarizados con el tema y el problema de la los artículos o libros escritos a partir de la investigación
investigación. Pero según mi experiencia no son re­ terminada. Por ejemplo ciertas citas, fechas, descripciones,
comendables para los estudiantes que se inician en la lograrán entrar en el producto último de la investigación,
investigación o para quienes no tienen perfectamen­ pero el cuaderno quedará como la parte oculta del iceberg.
te claros los objetivos, categorías y términos usados Y en el caso de algunos famosos científicos, esos cuader­
en ella. nos, si han sido conservados, serán parte de la arqueología
S. Otros contenidos a incluir en los cuadernos o notas de
intelectual, cuando se estudian sus obras.
campo pueden ser fragmentos de conversaciones, Sin embargo, algunos autores consideran que los diarios
dichos o anécdotas escuchados en el lugar de la in­ de campo podrían ser obras en sí, en la medida en que se
vestigación y que puedan tener, a juicio del investi­ ajustan a cierto rigor sistemático y hayan sido concebidos
gador/a, pertinencia para el asunto que se investiga. con la intención de darlos a la luz pública. Sin embargo, tal
A veces puede ser el contenido de un aviso, cartel o intención no suele ser la que predomina. Las anotaciones
graffiti vistos en una calle u otro lugar, cuyo lengua­ de campo son instrumentos auxiliares de la investigación y
je y contenido nos impresionan (siempre hay que in­ el diario de campo suele centrarse en el problema de inves­
dicar el lugar donde se los ha visto). tigación, pero íntimo o como mucho compartido con el
equipo de investigación, en cuyas sesiones de discusión los
Algunos autores (Sanjec, 1990; García Jorba, 2000) re­ respectivos diarios llevados por sus miembros pueden ser­
lacionan las anotaciones de campo con la transcripción, vir para contrastar impresio�es sobre un mismo hecho o
que podría resultar de encuentros con informantes que ha- sobre una serie de hechos registradas en ellos.
312 Maritza Montero Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención.. . 313

García Jorba resume el carácter distintivo de los diarios Entre los documentos secundarios se pueden incluir los
de campo, al cual agregamos también las anotaciones, en informes escritos y las minutas de reuniones sobre el aspecto
las siguientes palabras que unen la precisión y la metáfora o situación que se está investigando; las cartas que los parti­
para definir su uso en la investigación científica: cipantes puedan haber conservado en las cuales se habla del
"Investigar es abrirse al mundo. Escribir un diario de problema o que se refieren a antecedentes del mismo, o a
campo es abrirse a uno/a mismo/a, y a sus formas de rela­ personas y circunstancias que han jugado un papel determi­
cionarse con el mundo. Más allá de la melancolía, la eufo­ nante o importante en él. También los registros Jotog;ráficos,
ria, o el desencanto, esos diarios permiten descubrir las filmados o videos; las noticias de prensa ( en sus diversas formas
estrategias que se emplean para la construcción del cono­ de expresión) y los expedientes que puedan encontrarse en ar­
cimiento. Ilustran lo que es la cocina de una investigación chivos públicos son documentos secundarios.
desde todas las perspectivas. (García Jorba, 2000: 229) No se debe olvidar pues que estas fuentes de informa­
ción, en la investigación social y en el caso particular de la
psicología comunitaria, pueden proporcionar datos de
Los documentos secundarios gran importancia: sobre la historia, el desarrollo, los pro­
blemas y aun sobre la idiosincrasia de las comunidades, so­
El uso de documentos secundarios o complementarios es bre su organización y sobre su contexto físico y cultural.
parte de la tradición de investigación en las ciencias sociales. Los documentos secundarios pueden cumplir al menos dos
No podía ser diferente en la psicología comunitaria, ya que funciones cuando se investiga o interviene con comunida­
desde sus inicios gran parte de la investigación de carácter des: una función informativa y una función motivadora ge­
participativo que se venía haciendo en disciplinas tales como neradora de.información. Estos documentos nos "hablan"
la antropología, la sociología y la etnología aportaron sus de las personas y de los hechos sobre los cuales se centra
conocimientos y, en particular, su saber práctico a esta rama nuestro estudio, en el sentido de que contienen informa­
que comenzaba a desprenderse del tronco psicosocial. En ción que puede haber escapado a las narraciones e infor­
efecto, en una obra de Ander Egg (1980) que a mediados de maciones transmitidas por los participantes directamente
los años sesenta sirvió de complemento metodológico a la entrevistados.
nueva subdisciplina en muchos lugares de América latina, ya Respecto de los documentos públicos, es decir, aquellos
se indicaba al uso de fuentes secundarias como una vía para que, como las noticias de prensa y los expedientes en archi­
obtener información sobre las comunidades con las cuales se vos, bibliotecas y oficinas de registro de instituciones esta­
deseaba trabajar. tales, pueden ser consultados por los ciudadanos, pues
Por documentos secundarios se entiende los documen­ pertenecen al dominio de lo colectivo, Spink (1998) consi­
tos escritos de carácter público o privado que contienen dera que reflejan dos prácticas discursivas que pueden ser
información concerniente a la situación o problema estu­ de interés para los investigadores: la primera es la de hacer
diados. Este tipo de documentos también es conocido co­ público aquello que está contenido en sus páginas, y la se­
mo fuentes de segunda mano, por cuanto la información gunda constituir un "género de circulación". Al respecto
no emana directamente ni en primer lugar de las personas dice Spink: " Su intersubjetividad es producto de la interac­
participantes en la investigación. ción con un otro desconocido, pero significativo y frecuen-
J/4 Maritza Montero Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención... 315

temente colectivo" (1998: 126). Este autor aconseja a los mente interesantes porque al relato verbal une las imáge­
psicólogos que utilizan estas fuentes, aprender las diversas nes que siempre están llenas de detalles. El análisis de es­
maneras de encontrar el sentido de la información conte­ tos detalles abre muchas posibilidades interpretativas y
nida en esas páginas (a las cuales debemos agregar también constituyen elementos definitorios de la vida cotidiana.
las imágenes en los filmes y videos) y en la discusión que Así, la comparación de estas fuentes a lo largo del tiempo,
permita su análisis. Lo interesante de esto: documentos es si se tiene la suerte de conseguir registros audiovisuales de
que revelan aspectos del día a día que probablemente -de­ una misma comunidad en diversos períodos de su desarro­
bido a esa misma condición cotidiana- la memoria no re­ llo, pueden aportar una valiosa información sobre su evo­
gistra o no le adjudica el carácter de dato significativo, lución y transformaciones en el tiempo.
soslayando así la función constitutiva de esa cotidianidad y Una vez comenzado el trabajo con la comunidad, pue­
por lo tanto de la vida que se desea investigar. La palabra de ser de gran ayuda tanto para los agentes externos como
vida representa aquí el modo de vida, el estilo de vida, la para los internos, según las necesidades de la investigación
forma de vivir. Esto es, las acciones que han llevado a la ge­ y/o intervención que se esté haciendo, obtener otras fuentes
neración de ciertas circunstancias que son las que convo­ de información tales como cartas, fotografías, documentos
can a los investigadores y que preocupan o motivan la personales o ciertos objetos usados en determinados mo­
acción de quienes las viven. mentos y que puedan haber estado relacionados con tareas
o costumbres. El examen y análisis de tales documentos
pueden ser hechos conjuntamente por ambos tipos de
Los documentos secundarios como fuente agentes, produciendo así información que enriquezca a
ambos. Detalles o narraciones de cartas particulares pue­
En el capítulo 3 se indica que un paso previo a la fami­ den ser usados en las sesiones de discusión-reflexión. Un
liarización no sólo recomendable sino necesario es revisar buen ejemplo es suministrado por Fals Borda (1985),
todos aquellos documentos accesibles que versen sobre la cuando describe algunos de los trabajos realizados en
comunidad o grupo comunitario con los cuales vamos a América Central y en Colombia, en los cuales los docu­
tratar. La recolección de información utilizando documen­ mentos de ese tipo resultaron ser una valiosa fuente de in­
tos secundarios como fuente implica consultar archivos y formación al tratar de recuperar críticamente la historia de
registros institucionales (registros públicos, tales como los una comunidad. Hechos aparentemente olvidados por los
parroquiales, archivos generales o loc;ales, archivos de or­ miembros de esa comunidad, que hacían referencia a as­
ganizaciones que históricamente se han ocupado de esa co­ pectos de gran importancia para su definición social, para
munidad o que de alguna manera han tenido que ver con su identidad y para el desarrollo de su capacidad transfor­
ella) y también fuentes hemerográficas (tanto diarios como madora, pudieron ser evocados y traídos al análisis crítico
revistas), que pueden ser muy valiosas al revelar los mo­ del presente y del pasado, al encontrar en esos viejos depó­
mentos en que los problemas o las característica� específi­ sitos de los tiempos pasados -cuyo recuerdo puede haber
cos de una comunidad se hacen públicos y por qué. Como sido reprimido, por peligroso y prohibido- la huella intac­
ya se ha dicho, este tipo de información también puede ser ta de acciones y razones.
obtenida de fuentes audiovisuales (video<; y filmes), doble-
316 Maritza Montero Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención. .. 317

La contribución de los documentos secundarios Otros documentos, aquellos que son del dominio públi­
co, presentan, por el contrario, momentos especiales de
Lo antes expuesto revela una de las contribuciones más esa vida: la compra-venta de un lugar donde vivir; el infor­
importantes de este tipo de elemento informativo para la me de una asistente social sobre las condiciones de vida y
investigación: la capacidad de reflejar la vida cotidiana en sobre el mantenimiento del hogar en una determinada
la cual fueron producidos los documentos. Esto es muy época y en un determinado grupo social. La lectura y aná­
evidente en los documentos de carácter privado. Así, las lisis de este tipo de documento nos puede revelar impor­
fotos no sólo captan momentos de alegría, sorpresa o cele­ tantes datos sobre la capacidad adquisitiva, los hábitos
bración, entre otros estados anímicos, sino que además nos alimentarios, la soledad y t"l hacinamiento; sobre la estruc­
dicen de las prácticas cotidianas, de los modos de hacer, tura familiar y el trabajo.
que se reflejan en los más mínimos detalles.
Las cartas pueden contener manifestaciones mucho más
introspectivas sobre los estados de ánimo y sobre la expresión Los documentos como estímulo para el análisis
privada y pública de las emociones; sobre las exp1 ectativas y y para la acción
sueños de las personas y sobre sus logros, además de revelar
opiniones sobre todos los ámbitos de la vida. El análisis de No sólo puede originarse información en este tipo de
este tipo de documento ha permitido notables aportes en las documentos. Como ya hemos visto en el ejemplo suminis­
ciencias sociales (véase Thomas y Znaniecki, 1918). trado por la obra de Fals Borda, ellos pueden originar ac­
Pero este tipo de material, por ser privado, es difícil de ciones durante el trabajo comunitario. Una narración
obtener, y para utilizarlo en la investigación precisa del puede evocar hechos transformadores realizados en el pa­
consentimiento de los dueños de las cartas y de las fotogra­ sado, que pueden servir de inspiración para otras acciones.
fías. A ello se suma además el hecho de que no siempre ta­ Más aún las fotos viejas o nuevas, así como los dibujos que
les objetos se guardan. Pero cuando de privados pasan a ser hagan adultos y niños de la comunidad, pueden tener la
semipúblicos, por ejemplo, cuando las fotos han sido reco­ misma función y convertirse en estímulos problernatizado­
gidas en alguna publicación periódica o cuando se trata de res que desencadenen procesos desnaturalizadores, desi­
álbumes fotográficos comprados en ventas públicas, es po­ deologizadores y concientizadores. En tal sentido ellos
sible hacer el análisis en función de la repetición de ciertas deben ser analizados tomando en cuenta los aspectos tra­
características comunes, o bien resaltantes por lo diferen­ tados en el capítulo 8.
tes, a las diferentes fotos. Y en tal sentido, la revisión de El uso de la "imagen apalabrada", conocida en el ámbi­
los diarios correspondientes a determinados momentos de to anglosajón como photovoice (que la reduce sólo al empleo
interés para lo que se estudia puede ser una muy rica fuen­ de fotografías), es una técnica en la cual una foto o imagen
te de información, no sólo en cuanto a las noticias u opi­ dibujada, pintada o representada por cualquier otra vía se
niones sobre ciertos hechos sino incluso en cuanto al presenta al grupo o a personas específicas, quienes deben
análisis de contenido tanto de los textos escritos, corno de comentar qué ven en ella. En función de lo que se ve y de
las imágenes presentadas, desde las notas sociales y la in­ lo que no se ve, los agentes externos o internos que facili­
formación amarillista, hasta los avisos de propaganda. tan la sesión deben hacer preguntas problematizadoras que
318 Maritza Montero Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención.. . 319

conduzcan al grupo o a los individuos a reflexionar sobre decir, que un mismo documento puede ser examinado des­
el sentido de lo que la imagen represente. Según mi expe­ de diferentes niveles y perspectivas. En primer lugar está el
riencia, esta técnica es más provechosa cuando se utiliza en análisis de contenido (véase el capítulo 9), que permitirá
sesiones grupales de discusión-reflexión cuidando que ha­ saber de qué trata el o los documentos revisados. Qué se
ya libre expresión y participación de todos sus miembros. dice en ellos, cómo se lo dice, cuándo se lo dice y a quién
La técnica es más efectiva cuando en las fotos o en ios di­ va dirigido aquello que se dice. Este tipo de análisis sumi­
bujos aparecen personas de la comunidad o se representan nistra un primer nivel de comprensión a partir del cual es
hechos o situaciones propias de esa comunidad. En 1978, posible pasar luego a otros dirigidos a buscar el sentido: los
en uno de los primeros trabajos comunitarios en los cuales análisis de discurso, que pueden variar según los objetivos
participé, un grupo de estudiantes que realizaban sus tesis de la investigación y según la calidad del contenido, o los
de licenciatura bajo mi dirección, utilizó esta técnica de la análisis icónicos, que se centran en las imágenes.
siguiente manera: por un lado fotografiaron aspectos de la
comunidad que necesitaban ser transformados según la
manifestación explícita de sus habitantes y la evidencia fí­ Resumen
sica de su carácter nocivo (basureros en áreas "verdes").
Por otro, fotografiaron personas de la comunidad en tareas Este capítulo presenta la utilidad de dos técnicas auxi­
prosociales, relacionadas con la limpieza (barrer la vereda liares o complementarias, que pueden enriquecer o apor­
frente a sus casas, por ejemplo). tar datos más precisos a la investigación y el trabajo
Ambos tipos de fotos fueron presentados luego en las comunitarios. La primera de ellas es el uso de las anota­
reuniones de discusión-reflexión. Las fotos de vecinas o ciones y diarios de campo, que constituye una forma de .
vecinos limpiando no sólo fueron celebradas (a las perso­ memoria paralela y una fuente de ideas; además de com­
nas de la comunidad les encantó verse y ver a sus vecinos y plementar la ayuda de los grabadores u otros aparatos de
conocidos haciendo algo correcto), sino que constituyeron registro audiovisual no siempre accesibles o inteligibles
un gran estímulo para la discusión y el trabajo posterior. (particularmente en el caso de haber ruido ambiental). El
Más aún, un diario de la ciudad publicó un reportaje sobre empleo sistemático de esta técnica se describe señalando
lo que estaba ocurriendo y usó un par de esas fotos para sus posibilidades y alcances.
ilustrarlo; a la acción positiva, se sumó la "celebridad" La segunda técnica es el análisis de do::umentos secun­
otorgada por el medio, que fue interpretada como un re­ darios, tanto escritos como � suales y audiovisuales, cuyo
conocimiento público. uso en la etnografía, así como en la sociología crítica, ha
mostrado el camino para su empleo en la psicología comu­
nitaria, al ser aplicado también de manera participativa, y
El análisis documental ha dado muestras de su utilidad no sólo para el mejor co­
nocimiento y familiarización con las comunidades, smo
Los documentos secundarios o complementarios de la también para la recuperación crítica de sus historias.
investigación suelen estar sujetos a diversos tipos de análi­
sis, que incluso en algunos casos pueden superponerse. Es
320 Maritza Montero Dos técnicas auxiliares en la investigación e intervención.. . 321

Lecturas complementarias recomendadas


Preguntas para reflexionar

• ¿Qué se puede aprender de las diferencias que surgen


Juan M. García J orba (2 000): Diarios de campo, Madrid,
de los diversos diarios de campo l l evados s imultánea­ Centro de Investigaciones Sociológicas. La técnica del dia­
mente por los i nvestigadores partici pantes en u n a m i s­ rio de campo como punto de partida y como centro del
ma investigación? trabajo de investigación es descrita, analizada, ampliamen­
• ¿Qué hacer cuando los documentos secundari o s con­ te ilustrada y comentada en profundidad en esta obra espe­
sultados presentan una información diferente d e la que cializada. Una buena referencia si se quiere tener una
los investigadores han recibido en l a investigación que perspectiva amplia sobre este género.
están realizando? Spink, P. ( 1998): "Análise de documentos de domínio pú­
blico", en M.]. Spink (org.), Práticas discursivas e prodUfiÍ-0 de
sentidos no cotidiano, San Pablo, Cortez, págs. 1 23-1 52. Este
Ejercicio problematizador sobre el empleo de los diarios
artículo se refiere sólo a los documentos públicos, respecto
de campo y el uso de documentos secundariios
de los cuales presenta múltiples ejemplos e indica formas de
Com pare anotaciones de campo realizadas por person as
análisis discursivo que son de interés.
del mismo equipo de investigación o de distintos e quipos
que trabajan con l a misma comunidad. Discuta reflexiva­
mente sobre l os siguientes aspectos:
• Coincidencias.
• Variaciones y diferencias.
• Causas d e u nas y otras.
• Complementación o contradicción entre las anotacio­
nes de diferentes personas.
• Condiciones y causas de la contrad icción.
• Formas e n que las diferencias entre las anotaciones
pueden afectar, para bien o para mal, al trabajo que se
está realizando.
CAPÍTULO 11
Discusión sistemática evaluadora
y comunicación socializadora
del conocimiento producido

Maribel Gonfµives de Freitas y Maritza Montero

Introducción

La idea de discutir, explicar y socializar el conocimien­


to producido en una investigación, y en general en casi
cualquier trabajo humano, probablemente se inició con
mucho éxito con la invención de la rueda. Los inventos,
como los embarazos, son difíciles de mantener ocultos, lo
cual es bueno, pues ambos fortalecen a la sociedad y a la
humanidad. En las ciencias sociales y específicamente en
relación con el trabajo con comunidades, Orlando Fals
Borda parece ser el primero que intenta sistematizar ese
resultado de la investigación, considerándolo como una fa­
se dentro del proceso investigador, que se vuelve más im­
portante cuando se trata de investigaciones de carácter
participativo.
Muchas veces hemos dicho que el modelo metodológi­
co que se presenta aquí se contrapone a la investigación de
carácter extractivo (véase Montero, 2004 y los capítulos 1 ,
5 y 6 d e esta obra). Tal investigación, sin desmedro d e la
calidad de los resultados obtenidos y de la utilidad social
que pueda tener, se caracteriza por recolectar los datos a
través de técnicas y estrategias que descartan a los sujetos
324 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión siste'l1lática evaluadora y co'!1lunicación . . . 325

que los producen una vez obtenida la información desea­ general. Por esta razón, consideramos que la discusión de
da, ya que su única función es la de ser fuente de conoci­ la información y la divulgación son dos momentos diferen­
miento sin reconocimiento. De esa manera, aun cuando tes en la producción de conocimiento.
haya una publicación posterior, o muchas de ellas, los últi­
mos en enterarse, si es que se enteran, son aquellos que
contribuyeron a producir ese saber. Por lo tanto, presenta­ Discusión y delimitación cótica de conceptos
mos aquí un procedimiento para comunicar, de manera
participativa, los resultados de la investigación/interven­ Existen diferencias en torno al modo de designar estos
ción, es decir, para compartirla con los agentes :internos y momentos en los que el conocimiento producido o los re­
otras personas de la comunidad interesadas en los resulta­ sultados de la experiencia son evaluados, compartidos y di­
dos del trabajo realizado. Se trata de cumplir así con el de­ fundidos, aun cuando hay acuerdo con respecto al proceso
ber de hacer partícipes del conocimiento producido a como tal dentro del trabajo comunitario. Comúnmente,
quienes han sido agentes internos del trabajo realizado, al como ya se ha dicho, a esta fase del trabajo comunitario se
cual han aportado no sólo el desempeño de múltiples acti­ la ha denominado devolución sistemática del conocimiento o de
vidades, sino además su conocimiento sobre la comunidad, la injJriliación producidos (Fals Borda, 1985; Thiollent,
sobre la cultura de su estilo de vida y sobre el problema 1992; Montero, 1994; Gonr;:alves de Freitas, 1997), consi­
tratado, desde la perspectiva de quienes lo han sufrido. derándola como la etapa final que suele cerrar investiga­
Esta discusión que evalúa y explica lo que se ha hecho ciones activas y participativas.
junto con quienes participaron, frecuentemente ha sido Esa denominación fue introducida por Fals Borda en
llamada en la literatura (Fals Borda, 1985; Thiollent, 1992; 1985 sobre la base de la siguiente concepción:
Montero, 1994; Gorn;alves de Freitas, 1997) devolución sis­
temática. Y también se la suele presentar junto con la divul­ el conocimiento obtenido sobre el terreno y sometido luego
gación o difusión del trabajo realizado, como si formara a un serio proceso de sistematización u ordenamiento para la
parte de una sola fase dentro del proceso de investigación comprensión cabal de los propios recursos, no pertenece al
o intervención comunitarias (Fals B orda, 1985; Thiollent, investigador ni al activista involucrado en las tareas. El infor­
1992; Sánchez, 1996). Esto tiene cierto sentido por cuan­ me final sigue siendo la propiedad de la comunidad investi­
to la discusión ampliada de los resultados por parte de los gada, la cual tiene derecho primario a conocer los resultados,
involucrados es un modo de divulgación. No obstante, discutirlos, digerirlos para sus propósitos y autorizar las pu­
considerando el asunto reflexiva y críticamente, aun en el blicaciones (Fals Borda, 1985: 1 1 1).
caso de que esa ampliación introduzca a otras personas
además de las/los participantes directos en el proyecto lle­ El autor añade luego que "existe la obligación de 'de­
vado a cabo, la discusión que evalúa y explica configura un volver' la información procesada a sus legítimos dueños''
momento distinto de la etapa en la que se difunde la expe­ (1985: 112), y coloca así el peso de la devolución en los
riencia a terceros, ya sean miembros de la comunidad no agentes externos (casi siempre profesionales). La propues­
participantes, participantes indirectos de la experiencia, ta de Fals Borda fue aceptada e incorporada no sólo en la
miembros del ámbito científico o público interesado en sociología, sino también en la psicología social comunita-
326 M. Goncalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 327

ria, donde sin embargo no ha habido mucha discusión al gadores e investigadoras externos, así como la devolución
respecto. Pero de hecho los dos únicos trabajos que cono­ mayor, pues de alguna manera su conocimiento y su siste­
cemos sobre el tema, provenientes de la segunda de esas matización parecieran ser los más importantes. Pero si re­
disciplinas científicas, son de dos psicólogos sociales co­ visamos las bases y práctica de la IAP, veremos que ambos
munitarios: Sánchez (1996) y Gorn;alves de Freitas (1997: tipos de conocimiento, popular y científico, se van entrela­
2 003). El primero difiere con respecto al término devolu­ zando de tal manera a través de la acción participativa que
ción, al cual acusa de presentar al investigador como único para aplicar el segundo es necesario haberlo transmitido a
productor del conocimiento y por lo tanto como el que los participantes provenientes de la comunidad, pero ade­
tiene el poder para decidir qué y cómo disemina la infor­ más es necesario también haber recibido de ellos los cono­
mación. Para este autor devolución y diseminación serían cimientos para poder insertar ese saber científico en el
denominaciones inapropiadas, ya que suponen en el pri­ lugar y momento adecuados, para decidir qué técnicas em­
mer caso "un usuario pasivo" que recibe resultados de una plear o crear. Y además, es necesario recordar que todos
acción en cuya generación no participó. Y en el caso de la esos procesos fueron hechos junto con los destinatarios/as,
diseminación, se trataría de "un espectador de las decisio­ protagonistas del proceso.
nes" que el investigador toma en torno a la difusión de la
información.
A su vez, Gon9alves de Freitas, quien usa indistinta­ Devolución o discusión evaluadora
mente los términos devolución y entrega, hace hincapié en la
coautoría del conocimiento producido y señala: En función de las observaciones anteriores, que in­
tentan corregir el sentido de esta tarea y reflejar de ma­
La producción de conocimiento en la investigación psicoso­ nera cabal lo que ha sido el trabajo participativo,
cial comunitaria no es entendida como un proceso unilateral proponemos (corrigiendo también nuestro propio pasa­
en el sentido de que surge del investigador académico exter­ do) usar el término discusión evaluadora, ya que se refiere
no hacia la comunidad donde se desarrolla. [...] (Gonc;alves a la posibilidad que tienen los diferentes actores de exa­
de Freitas, 1 997: 63).
minar con detenimiento los resultados o conocimientos
producidos en la experiencia comunitaria y presentar sus
Esta autora insiste en que el proceso es bilateral y que
opiniones y apreciaciones evaluadoras de la misma y de
se da en ambos sentidos: de los agentes externos hacia la
las consideraciones hechas por los otros. Discusión que
comunidad y de los agentes internos de la comunidad ha­
puede llevar a un consenso en torno a los conocimientos
cia los externos. En verdad, según las palabras de Fals Bor­
producidos y a la mejor manera de sistematizarlos, para
da, el investigador está altamente comprometido con las ser difundidos más allá de los agentes e interesados en el
comunidades con las cuales ha trabajado y es defensor de proceso y fuera de los límites de la comunidad, o bien
la incorporación y valoración del saber popular en el tra­ para rectificar o transformar la praxis, no sólo en la co­
bajo con comunidades, así como del carácter democrático munidad con la cual se trabaja, sino también en la comu­
de todo el proceso. No obstante, aún se trasluce la idea tra­ nidad científica.
dicional de que recae la obligación principal sobre investí- Hablaremos entonces de discusión sistemática evaluadora
328 M. Gonfalves de F'rcitns y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 329

del conocimiento, entendiendo esta fase del trabajo de inves­ esta etapa refleja el esfuerzo y conjunción de conocimientos
tigación o de intervención comunitaria como el momento de los investigadores internos y externos que favorece la mo­
en el cual los agentes externos e internos presentan los re­ vilización en la conciencia de quienes realizaron el trabajo en
sultados de la investigación o intervención, producto del cuanto a sus potencialidades y debilidades, fortaleciendo las
capacidades en la medida que ven reflejado y organizado su
trabajo conjunto de un cierto número de personas de esa
esfuerzo y sus conocimientos que podrían utilizar como in­
comunidad en compañía de los agentes externos. Esos centivo y base para la continuidad de ese proyecto u otro que
agentes internos, ya sea por su organización en grupos es­ surja posteriormente (Gonr;alves de Freitas, 1 997: 6 1).
pecíficos dentro de una comunidad o de su liderazgo y
compromiso con la tarea realizada, tienen no sólo un ma­
yor conocimiento de esa obra, sino que además están en la Objetivos de la discusión sistemática evaluadora
obligación de compartirlo con todos los miembros de la
comunidad que tengan interés en saber qué y cómo ocu­ La discusión crítica del conocimiento y la transforma­
rrió. ción producidas tienen entonces como objetivos:
En la discusión entonces tienen que participar dos tipos
de agentes: externos (académicos, institucionales o de otros l. Verificar si las personas participantes sienten que di­
ámbitos ajenos a la comunidad) e internos (líderes, grupos cha información refleja el trabajo producido.
organizados, personas interesadas involucradas en el pro­ 2. Conocer cuál es el sentido dado a la labor realizada
ceso). Y se dirige a dos tipos de personas: participantes en colectivamente y cómo es evaluada por quienes par­
la investigación o intervención y otros miembros de la co­ ticiparon en ella.
munidad que no participaron en ella, pero que desean sa­ 3. Conocer la opinión, evaluación y sentido otorgados
ber que ocurrió u opinar como beneficiarios de la misma. por quienes serán o son beneficiarios, aun sin haber
Sin embargo, así como se comunica la evaluación produci­ colaborado.
da a la comunidad científica a través de artículos, libros, 4. Conocer la opinión, evaluación y sentido dados por
cursos y presentaciones en reuniones científicas, también instituciones financiadoras, colaboradoras o que de
debe ser objeto de reuniones de comunicación que sociali­ alguna manera han apoyado el trabajo realizado, las
zan el conocimiento y al mismo tiempo lo someten a nue­ cuales contribuyen con una apreciación que, si bien
vas formas de evaluación (lo cual ocurre al pasar al campo es parcialmente comprometida, a la vez posee un
de la ciencia), al presentarlo y discutirlo ante aquellas ins­ mayor grado de separación respecto de la comuni­
tituciones que de alguna manera han apoyado o colabora­ dad que los agentes externos y pueden contribuir
do con la comunidad o con los agentes externos para la con críticas certeras desde otras perspectivas.
realización del trabajo. Estas instituciones pueden ser tan­
to académicas como de acción social (organizaciones no Esto significa que el objeto de la discusión es casi siem­
gubernamentales o instituciones privadas y públicas). La pre el informe, más o menos técnico, que se puede produ­
responsabilidad de este proceso evaluador-comunicador-re­ cir al finalizar el proyecto comunitario, en el cual se recoge
troalimentador debe ser entonces compartida por ambos ti­ lo que se hizo con mayor o menor precisión y abundancia
pos de agentes, tal como lo expresa Gonr;alves de Freitas:
J )() M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 331

de explicaciones y detalles. Como ese informe técnico de la comunidad que no participaron pero fueron invitadas
también casi siempre es elaborado por los agentes exter­ a escuchar la presentación-explicación-evaluación. Cabe
nos, se utilizan las palabras "devolución" y "entrega" y sur­ decir que no se trata de que el/a psicólogo/a se pliegue pa­
ge así la concepción deudora por parte de los agentes sivamente a las apreciaciones de los miembros de la comu­
externos que reflejan los escritos de Fals Borda, ya que con nidad o que los miembros de la comunidad incorporen
excesiva frecuencia una buena parte de esos informes sólo cualquier comentario positivo o negativo que puedan reci­
se brinda a instituciones financiadoras, sean gubernamen­ bir. De lo que se trata es de discutir, analíticamente, sus­
tales o no gubernamentales, o a instituciones académicas, tentando las observaciones y juicios que las personas
lo cual es lógico y necesario pero no es prioritario ni lo participantes realicen en la evaluación. Y que esto permita
único. En efecto, aunque esas instituciones puedan haber ver cuál es el significado de la experiencia para los diferen­
financiado o auspiciado el proyecto, los actores involucra­ tes actores.
dos en su logro y aquellos a quienes se destina la acción son
los que deben recibir y evaluar la información en primer
lugar. Condiciones de la discusión sistemática evaluadora
Con demasiada frecuencia, una vez que concluye la ac­
ción planificada, son olvidados los miembros de la comu­ Según Fals B orda ( 1992) la devolución sistemática debe
nidad que participaron, se comprometieron con el trabajo seguir cuatro reglas fundamentales para cumplir su rol de­
y lo permitieron, facilitaron "datos" (que son parte de sus salienante y de formación de nuevos conocimientos a nivel
vidas) y contribuyeron con sus ideas, saber y mano de obra. popular.
Por tal razón es necesario que se .cumpla con esta fase en En primer lugar debe haber una comunicación diferencia-
la cual los otros autores del trabajo deben examinar esos da. Los materiales culturales, históricos, locales y region

informes y verificar si se ajustan a lo vivido, realizado y es­ les deben discutirse de manera ordenada y ajustad a a los
perado. niveles educativos y de desarrollo político de la comunidad
Sin embargo, no es ése el único objetivo. Toda la expe­ con la cual se trabaja y no de acuerdo con el nivel de los in­
riencia vivida durante la intervención o investigación pue­ telectuales (quienes para Fals Borda estarían dirigiendo el
de ser objeto de una discusión crítica en el cierre del procedimiento, pero que no necesariamente es siempre
trabajo, en la cual, al evaluar lo realizado, se haga el re­ así). Por lo tanto, esa comunicación debería presentarse
cuento de lo aprendido y emeñado, se reconozcan los lo­ acorde al nivel de las personas a las cuales estará dirigida,
p:ros y se analice críticamente los errores o fracasos. Es respetando los siguientes pasos:
decü, m1<. :liscusión en la que se estudien las causas y las
consecuencias de ambos agentes. 1) Una primera instancia organizada sobre la base de
Las críticas del grupo participante deben ser analizadas imágenes y símbolos, dirigida a toda la comunidad,
e incorporadas a los informes, haciendo los ajustes necesa­ en la cual se presentan los resultados generales de la
rios para que reflejen la diversidad de evaluaciones y pers­ investigación.
pectivas dentro del grupo que ejecutó la tarea, así como la 2) Un segundo informe con los mismos contenidos uti-
comprensión y evaluación externa que hacen las personas lizando recursos audiovisuales.
332 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 333

3) Un tercer nivel de comunicación, constituido por <lamente incorporada al léxico de los participantes, lo cual
"dirigentes comunitarios, en que la información se nos parece positivo y necesario.
organiza a los fines de su entrenamiento en la gestión Al respecto debe recordarse que se trata de divulgar co­
de las cuestiones clave de la comunidad". nocimiento, no de mantener un nivel de conocimiento en
4) Un cuarto informe en que "el conocimiento a comu­ el mismo estado en que se lo encontró. Y como el mismo
nicar contiene conceptualizaciones analíticas tales Fals Borda dice: "la popularización de las técnicas y del co­
que se destina para el uso de investigadores y para el nocimiento implica un ejercicio práctico del saber colecti­
entrenamiento de dirigentes de mayor experiencia" vo para los grupos y clases que habrán de difundir y aplicar
(Fals Borda, 1985: 72). a nivel de base el conocimiento sistemático obtenido"
(198 5 : 114).
Nótese que esta clasificación supone agentes externos En tercer lugar la devolución requiere de los agentes un
cuyo rol es educativo y agentes internos con diferente ni­ proceso de autoinvestigación y control: desde nuestro punto
vel de experiencia y capacitación, pero que deben ser "en­ de vista, esto significa que los agentes internos deben te­
trenados" para dirigir a la comunidad e intervenir en sus ner, tanto como los externos, el control de la investigación,
cuestiones clave. Las preguntas críticas problematizadoras estimulando así la indagación y reflexión sobre sus propias
que nos suscita esta organización son: ¿Quién decide cuá-. acciones. En este sentido, el o la profesional debe definir
les son las cuestiones clave de la comunidad? ¿Cómo son sus tareas con los miembros de la comunidad, tomando en
identificados los dirigentes de mayor experiencia? ¿Cuáles cuenta las necesidades y prioridades de los mismos. Con
son los criterios para definir y medir la experiencia? este objetivo, se deben asumir técnicas dialógicas que rom­
Es posible que estas preguntas sean respondidas sobre pan la asimetría entre objeto y sujeto de la investigación,
la base de la práctica comunitaria, pero en ese caso la defi­ propia de las investigaciones de corte tradicional.
nición del contenido de las discusiones y de los informes Y en cuarto y último lugar requiere técnicas científicas de
sistemáticos debe ser hecha con los grupos comunitarios y investigación sencillas, económicas y controlables, pero adecua­
las personas interesadas de la comunidad, participantes en das a las situaciones que se investiga, y que puedan ser
el trabajo o proyecto sobre el cual se hace la discusión o, transmitidas y enseñadas a los grupos populares más idó­
en términos falsbordianos, la devolución. neos, a fin de que éstos puedan emplearlas como modo de
En segundo lugar, se requiere una comunicación simple: los autoinvestigación eliminando así la dependencia de los
resultados de las investigaciones y trabajos han de ser ex­ agentes externos.
presados en un lenguaje accesible a las personas de las co­ La devolución evaluadora debe, además, procurar ser
munidades con las cuales se esté trabajando, y no en el diversificada. Esto significa que debe tomar en cuenta el ni­
lenguaje técnico habitual de los científicos. vel educativo de las personas y grupos destinatarios. Pero
Pero en nuestra experiencia personal hemos descubier­ al respecto es necesario aclarar que esto no significa trivia­
to, al realizar trabajo comunitario en áreas de bajos recur­ lizar o simplificar la información convirtiéndola en "píldo­
sos económicos en la ciudad de Caracas y en sus ras" a ser tomadas en pequeñas dosis, o fragmentando su
alrededores, que no sólo una palabra técnica explicada con significado. Algunas veces es francamente indignante ver
claridad y sencillez puede ser entendida sino además rápi- como se caricaturizan acciones y resultados qu e han costa-
334 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 335

do muchísimas horas de trabajo, grandes esfuerzos y sacri­ Esta obra relata de manera sobria y fidedigna una historia
ficios, los cuales son reducidos a pequeños episodios que de logro y triunfo colectivo, presentando en la medida jus­
pasan por alto la creatividad, laboriosidad y energía de sus ta el esfuerzo y las dificultades de un grupo comunitario
actores. Tanto Fals Borda como Freire y su escuela reco­ para crear un parque infantil.
miendan el uso de las historietas o cartillas que utilizan
imágenes, las cuales representan gráficamente y resumen
la información en mensajes escritos cortos, claros y senci­ Un caso de rechazo a la representación estereotipada
de las personas de bajos recursos económicos
llos. Este método se ha popularizado en toda América lati­
na, pero es necesario advertir que las imágenes deben estar En u n ta ller realizado en u n barri o obrero de la ciudad d e
bien dibujadas. En nuestra experiencia hemos advertido Caracas c o n personas de u n o d e l o s grupos organizados
que ciertos estilos de representar a las personas de sectores de la com unidad, en e l cual participaba un respetado líder
populares termina siendo tan estereotipador como las pa­ de la m i s m a , de origen externo, se planteó la consigna de
h acer u n col age que representara lo que se deseaba para
labras, lo cual es percibido como algo ofensivo por las per­
la com u n i dad . Todas las personas del grupo, menos el
sonas de esos sectores. mencionado líder, diseñ a ron figuras hermosas para mos­
La representación gráfica puede ser muy exitosa, siem­ trar lo que querían . El líder recortó y pegó el tipo de i m á­
pre y cuando haya una cuidada selección de las imágenes y genes que representan a las personas de origen h u milde
de los textos. Dibujar "historietas" no es hacer un trabajo de manera desaliñada y pasiva. Las personas del grupo
criticaron su visión negativa, pues, como mencionaron, si
chabacano y rápido; tampoco usar un estilo ya rutinario de
bien tenían pocos recursos, c u idaban su apariencia y eran
representar a las personas de determinados niveles socioe­ activos trabajadores. Ese hecho enseña que las caracte­
conómicos. Según nuestra experi�ncia de investigación, las rísticas físicas, sociales y psico lógicas de cada comuni­
personas de barrios marginales consideran que este estilo es dad deben con ocerse muy bien a fin de que ese tipo de
ofensivo, aburrido y no se identifican con él, además de documentos reflejen a las personas de la comunidad de
una manera activa y fortalecedora.
considerarlo estéticamente poco atractivo (véase recuadro).
Un ejemplo exitoso de este tipo de representaciones
gráficas es el libro La calle es libre, publicado en 198 1 por el
Banco del Libro en Caracas, Venezuela. AllÍ se relata una También se puede proponer la práctica de artes escéni­
historia de éxito llevada a cabo por los niños y algunos cas tales como los títeres, representaciones teatrales o dra­
adultos de una comunidad en un barrio de bajos recursos matizaciones radiales (usadas, con mucho éxito, en una
económicos del este de esa ciudad. Aunque escrita como barriada de Caracas, siguiendo la forma o estilo de una ra­
un cuento para niños, esta obra interesa también a los dionovela a través de una radio comunitaria para plantear
adultos y es usada como ejemplo en muchos cursos acadé­ soluciones a un problema que la aquejaba). También son
micos. Y aunque describe un hecho ocurrido hace más de útiles las actividades musicales, o preparar filminas, diapo­
veinte años, es el libro favorito de los niños de hoy, parti­ sitivas, videocasetes que recogen lo realizado y a la vez lo
cularmente en el barrio donde ocurrió el hecho, razón por comentan y analizan sistemáticamente, devolviendo la
la cual lleva más de cuarenta reimpresiones y ha sido tra­ imagen filmada de la acción a los actores-audiencia. Esto
ducido a otros idiomas convirtiéndose en un "best-seller". puede ser muy motivador y reafirmar la identidad soci al, el
336 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 337

compromiso de esas personas y su condición de producto-


·
les, esas personas pueden desentenderse del mantenimien­
ras del cambio. to de los logros alcanzados y continuar o volver a viejas
La devolución evaluadora también det1e hacerse utili­ prácticas. Por este motivo, a partir del planteo de Freire
zando un lenguaje simple. Esto no significa usar lenguaje quienes han trabajado con comunidades insisten en el ca­
chabacano ni apilar comodines o muletillas del lenguaje rácter educativo de las acciones realizadas. Y al respecto
que, al significar demasiadas cosas, terminan introducien­ debemos insistir en que esa educación es siempre ciudada­
do una gran imprecisión. Y de hecho, no producen un na. Educación para ser ciudadanos conscientes de nuestros
acercamiento de los agentes externos, pues los agentes in­ derechos y también de nuestros deberes.
ternos saben bien quién dialoga y quién imita. Y en general, Asimismo, algunos autores insisten en que no debe en­
los modismos de uso pasajero terminan siendo descartados tenderse esta fase y la siguiente (de comunicación divulga­
por las propias personas de la comunidad, conscientes de dora) como un medio de "propaganda". Su finalidad es dar
que su discurso y sus voces no tendrán fuerza al ser gene­ a conocer los resultados de una investigación o de acciones
ralizados por expresiones ambiguas. Asimismo, es posible transformadoras que puedan generar reacciones iaoviliza­
adoptar alguna expresión metafórica usada por la comuni­ doras en ese mismo sentido, contribuyendo así a la Loma
dad que refleje con precisión una determinada circunstan­ de conciencia, además de sugerir y activar nuevas líneas de
cia. En tales casos, esas metáforas y alegorías tienen la acción e investigación (Thiollent, 1992).
capacidad de graficar un ambiente o una situación y un En segundo lugar, la discusión evaluadora supone una
sentido, y pueden ser muy expresivas. tarea crítica: cumplir "con el objetivo propuesto por
Gramsci de transformar el sentido común en buen sentido o co­
nocimiento crítico (... ), que sería la suma del conocimiento
Funciones de la discusión sistemática evaluadora experiencia! y teórico" (Fals Borda, 1985: 141).1 Al realizar
la evaluación del trabajo junto con aquellos agentes inter­
Ya hemos mencionado la importancia de la discusión nos que participaron en él y también con otras personas de
evaluadora, es decir: ¿por qué hacerla? La siguiente pre­ la comunidad que sólo fueron testigos benevolentes, curio­
gunta es: ¿para qué sirve esa discusión? Aunque la literatu­ sos y aun críticos, negativos o escépticos, se está propiciando
ra al respecto no es abundante, señala algunos puntos de la función concientizadora que caracteriza a la psicología
interés sobre las funciones que cumple este momento de la comunitaria crítica y transformadora que se ha venido de­
investigación e intervención comunitarias, Una revisión de sarrollando en América latina, y que también puede verse
esa literatura nos permite destacar al menos tres ventajas: ahora en otros lugares del mundo (Australia, Reino Unido,
En primer lugar constituye una vía para divulgar el cono­ algunos lugares de los Estados Unidos, África del Sur). Así,
cimiento producido y para fortalecer las convicciones sobre las el "buen sentido" gramsciano equivale a la conciencia crí­
transformaciones necesarias para la comunidad. Lo primero es tica. Esa producción compartida del conocimiento recono­
absolutamente necesario, pues una transformación cuyo ce a otras personas, como ya dijo el mismo Fals Borda
sentido no está claro o no es compartido con 1a mayoría de
los beneficiarios corre el riesgo de que una vez que los
agentes externos e internos regresan a sus tareas habitua- 1 . E l destacado e s nuestro.
138 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 339

(1985: 141): "la capacidad de sistematizar los datos, es de­ Cómo preparar el informe para la discusión
cir, de participar activamente en el proceso con sus propios sistemática evaluadora
intelectuales orgánicos, desde el comienzo hasta el fin y
por los pasos sucesivos de análisis y divulgación". Lo primero que se debe tener en cuenta al preparar la
No obstante, las reglas planteadas por Fals Borda colo­ discusión sistemática del conocimiento y de las acciones
can a lo que él llama las bases populares (personas intere­ producidos durante una investigación o intervención co­
sadas y grupos organizados comunitarios) en una posición munitaria es la necesidad de preparar un informe sistemá­
desventajosa frente a los y las intelectuales, quienes deben tico y detallado del proceso de investigación, de
esforzarse por aproximarse y ajustarse a dichas bases. Tal intervención o de investigación-intervención. Y este infor­
concepción ha sido modificada por la praxis desarrollada me no difiere mucho de los que solemos hacer para dar
por la psicología social comunitaria en muchas partes de cuenta de algún proyecto encargado por una institución
América latina, la cual atribuye la responsabilidad a los dos académica o no académica.
tipos de agentes, exigiendo para ambos la misma intensi­ Se habla mucho del lenguaje y de la necesidad de adap­
dad y calidad de compromiso y, por ende, la misma obliga­ tarlo al utilizado usualmente por la mayoría de las perso­
ción de comunicar (Gorn;alves de Freitas, 1997; l\1ontero, nas que integran una comunidad. Ya hemos dicho que se
2003a, 2 004). debe escribir y hablar con claridad, precisión, orden lógi­
En tercer lugar y en concordancia con esto, Freitas co y de manera sistemática. Las personas de las comunida­
(2 000) manifiesta que es una necesidad de los y las profe­ des con las cuales hemos trabajado viven en áreas
sionales de la psicología social comunitaria discutir con la marginales o muy pobres, en zonas urbanas de Venezuela
comunidad los elementos de su marco filosófico-concep­ (un país que tiene 84% de su población concentrada en las
tual a fin de compartirlos y modificarlos en un proceso de ciudades). Sus habitantes muchas veces no han logrado
discusión y análisis conjunto. Si esto parece complicado, completar la escuela primaria, si bien las generaciones más
inadecuado o presuntuoso, sepan nuestros lectores y lecto­ jóvenes han llegado a cursar el bachillerato o al menos a
ras que el estereotipo y la pompa ligados a las palabras completar el octavo grado. Casi todos saben leer y escribir
"marco filosófico'', "epistemología" y "conceptual" pue­ (la tas1 de analfabetismo de Venezuela era de 6% para el
den perder su carácter abstruso, esotérico y complejo, año 2C02), si bien la ortografía y la sintaxis es pobre. Y a
cuando aquello en que creemos y practicamos es explicado esto se suma que son personas capaces de entender; no son
a las personas con quienes trabajamos utilizando palabras seres desvalidos e inútiles. Quieren mejorar su condición
de la vida cotidiana. Toda filosofía surgió en el mundo de de vida y, sobre todo, desean un futuro mejor para sus hi­
vida y supone una forma de comprender y explicar ese jos. Por lo tanto, nuestros informes están dirigidos a per­
mundo. Y si no se puede hacer inteligible, probablemente sonas inteligentes, adultas o jóvenes, que pueden hacer
ello se deba a la inadecuación de los recursos empleados agudas críticas y que desean aprender y tienen la capacidad
por los agentes externos. ele hacerlo. Y a veces a personas mayores, con muchos años
de experiencia de trabajo comunitario. Por tal razón, cad a
vez que hacemos un informe invitamos a personas d e l gru­
. po de agentes internos a trabajar en esa tarea con nosotros.
340 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 341

Algunas harán alguna tarea muy concreta, otras participa­ claro y preciso. Si se trata de personas de comunidades de
rán un poco más o nos acompañarán a lo largo de toda la bajos recursos socioeconómicos y nivel educativo, el len­
preparación e incluso dirigirán el proceso. Muchos han de­ guaje deberá ser sencillo, pero de ninguna manera simplis­
clinado con toda franqueza la participación en tareas esta­ ta, pues una cosa es tener poca educación formal y otra ser
dísticas, necesarias en algunos casos, pero luego han incapaz de comprender. Hasta cuando se utiliza el estilo
revisado "las cuentas" con ojo de águila llegando a detec­ historieta, muchas veces usado por Freire y sus colabora­
tar mínimos errores de cómputo, los cuales han sido inme­ dores y también ampliamente utilizado por el Programa
diatamente señalados y corregidos. Y también han Coordinado Alforja (s.f.), de Educación Popular, es nece­
detectado nuestra debilidad al no señalar los errores come­ sario tener respeto por las personas a las cuales se dirige el
tidos por ellas durante el trabajo. Es decir, nos han exigido mensaje y no insultar su capacidad de entendimiento.
ser más críticos, con toda la razón, ya que en el fondo la A continuación haremos una puntualización en cuanto
comprensión mostraba resabios de la actitud superior de la al contenido y la forma del informe final:
agencia externa que, por creer saber más, decide ser com­
pasiva con los que saben menos. Esa fue una lección que • El informe debe constar de un índice que guíe a los
aprendimos hace años y un error que no hemos vuelto a lectores y las lectoras. En las comunidades con alto
cometer y sobre el cual advertimos aquí. grado de compromiso y de participación estos infor­
Por lo tanto, a los anteriores criterios, hay que agregar mes pueden llegar a todas las personas interesadas
los señalamientos críticos y el uso de las palabras exactas, dichas (participantes o no). Cada sección y subsección debe
tanto en lenguaje coloquial como en términos técnicos estar titulada o subtitulada con precisión y claridad.
cuando ello sea necesario, pero siempre seguidas de una de­ • Los marcos teóricos y las revisiones de literatura so­
finición clara y sencilla y de un ejemplo ilustrativo. La expe­ bre el tema tratado que se usan en los informes aca­
riencia indica que cuando las personas reciben infor nación démicos no se incluirán aquí, pero sí debe haber una
y explicaciones claras, rápidamente se apropian de los térmi­ Introducción que anuncie la idea central del trabajo,
nos exactos y los usan no sólo con propiedad y precisión, si­ las preguntas de investigación, sus objetivos y que de­
no que además pueden dar ejemplos de situaciones fina cualquier concepto allí mencionado.
cotidianas en las cuales son aplicables. En cuanto a la auto­ • Debe seguir la formulación clara del problema estu­
ría del informe, debe incluir a todos los que han participado diado o abordado, o ambas cosas.
en su elaboración, sean agentes externos o internos. Así co­ • El plan de acción seguido debe estar claramente ex­
mo también se debe señalar cuántas personas participaron puesto, con la descripción de lo hecho en cada una de
en el trabajo sobre el cual se informa (si son pocas se indica­ sus fases.
rán sus nombres, si se trata de grandes grupos o movilizacio­ • Los resultados, igualmente, deben estar expuestos
nes se señalará su proveniencia y número total). con claridad. Si se debe incluir algún cuadro, gráfico
El lenguaje utilizado, la cantidad de detalles que se in­ u operación estadística, deben estar perfectamente ex­
cluirán en el informe y el formato y estilo dependerán de plicados y de un modo sencillo; cada cuadro o gráfico
los medios de difusión elegidos y de los ámbitos en los cua­ debe ser seguido o precedido de la explicación corres�
les se hará la discusión evaluadora, pero en todos debe ser pondiente.
342 M. Gon[alves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 343

• Debe incluir una discusión que resuma las críticas po­ deben decidir si quieren la historia total o la historia par­
sitivas y negativas formuladas por participantes tanto cial, o si desean que no sea publicada (lo cual es su dere­
en el trabajo como en la redacción del informe. Esto cho). Y la pregunta siguiente concierne a la posición de los
es muy importante, pues esa discusión puede tener investigadores: ¿Qué hacer con lo que saben?
efectos concientizadores sobre el grupo y sobre otros De esta manera, la dimensión ética se plantea conside­
posibles lectores del informe. rar qué información debe ser compartida y cuál ha de di­
• Debe cerrar con un resumen final de los logros y fundirse en cada uno de los ámbitos (la misma comunidad,
aciertos, y de las recomendaciones destinadas a supe­ otras comunidades, la academia), a fin de que sea útil sin
rar las equivocaciones o a obtener ulteriores logros. ocasionar efectos que puedan perjudicar tanto a miembros
• A veces algunas preguntas problematizadoras, coloca­ de la comunidad como a los investigadores externos o que
das al final, pueden tener un efecto a largo plazo so­ puedan atentar incluso contra el proceso comunitario que
bre quienes lean el informe. se está dando, tal como ocurre en ocasiones en las que una
crítica puede generar un descontento importante para
aquellos que están en un proceso de sensibilización respec­
La p ostura ética y la discusión evaluadora sistemática to al trabajo comunitario.

Giuliani y Wiesenfeld ( 1997), al referirse a la devolu­


ción sistemática dentro de los procesos de recuperación La comunicación socializadora del conocimiento
crítica de la historia, plantean que en la investigación psi­ producido
cosocial comunitaria pueden recopilarse informaciones en las
que se alude, por ejemplo, a responsabilidades de miem­ Sobre la divulgación del conocimiento producido más
bros de la comunidad en hechos que resultaron negativos allá del ámbito de su producción, ha habido también algu­
para la localidad. En este sentido, los autores se preguntan na discusión en el campo psicosocial comunitario. Ésta es
acerca de la postura ética del investigador en la devolución una tarea necesaria por varias razones: en primer lugar, pa­
y divulgación de la información: ¿se deben o no incluir es­ ra que las personas que no participaron en la construcción
tos testimonios?, ¿es necesario el consenso general sobre de ese conocimiento y de las transformaciones ocurridas
todos los hechos y eventos referidos a la historia de la co­ concomitantemente, pero que pueden haber estado afecta­
munidad? El problema es delicado y ciertamente de orden das por condiciones semejantes a las que motiva�on esas
ético (lo cual significa respeto por el otro) . Por tal razón, a acciones o tener intercs al respecto, tengan acceso a ese sa­
estas preguntas cabe agregar otras: ¿es posible establecer ber. En segundo lugar, porque como agentes externos muchas
una censura histórica?, ¿quién toma la decisión de excluir veces ligados a instituciones académicas, o a organizacio­
ciertos testimonios: el/la testigo o la persona cuya respon­ nes gubernamentales o no gubernamentales, tenemos la
sabilidad sobre algún evento está en juego? Evidentemen­ obligación de comunicar e informar sobre las acciones l le­
te, en tal caso es necesario hacer saber a las personas de la vadas a cabo, el conocimiento producido y los resultados
comunidad que toda historia tiene múltiples facetas y que obtenidos. Y esto significa producir al menos dos ti pos de
escribir la historia siempre tiene riesgos, por lo cual ellos materiales difusores de conocimiento: informes técnicos
344 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 345

(ya mencionados), destinados a las instituciones u organi­ llegar a un otro al cual no conocemos ni conoceremos
zaciones que han respaldado, financiado o exigido la inves­ nunca, pero a quien también destinamos el conocimiento
tigación o intervención; y artículos o libros de carácter producido y cuyo derecho a saber reconocemos y respeta­
científico destinados a otra comunidad más ampliia y difu­ mos?
sa: la comunidad científica. Debido a las limitaciones ya mencionadas de los térmi­
Como hemos mencionado, Sánchez (1996) ha hecho nos devolución y difusión, a la inadecuación de las palabras
críticas respecto de la adecuación de las palabras disemina­ diseminación y devolución y a la imprecisión que puede gene­
ción y devolución del conocimiento producido en el trabajo rar la expresión comunicación, Montero ha propuesto
psicosocial comunitario, proponiendo en su lugar la expre­ (2003) que el proceso de compartir las experiencias lleva­
sión comunicación, con la cual concordamos, ya que ese tér­ das a cabo, traducidas en resultados sistematizados, se de­
mino hace referencia a la interacción entre los: agentes nomine socialización del conocimiento producido. El término
internos y externos y permite superar las limitaciones de socialización alude, en sentido amplio, a un proceso dialéc­
los anteriores conceptos. "Comunicación" supone el ca­ tico de carácter sociocultural, mediante el cual las personas
rácter activo de ambas partes en la producción, organiza­ llegan a ser miembros de un grupo social que les atribuye
ción y transmisión del conocimiento. Desde la perspectiva ciertas características social e históricamente establecidas y
de Sánchez (1996) la comunicación tiene dos finalidades dentro del cual las personas que lo constituyen ejercen su
principales, que igualmente Montero ( 1996, 2002) señala influencia, a la vez que lo construyen y lo mantienen. En
como parte del paradigma de la construcción y transfor­ su sentido restringido, que es el empleado aquí, se refiere
mación crítica: a la transmisión de pautas de conducta y de conocimientos

Ética, al reconocer el derecho de la comunidad al co­ a un grupo social, mediante el uso de una multiplicidad de
nocimiento científico, el cual consiste en transmitir a las ·
sistemas. Socializar es entonces hacer que algo o alguien
comunidades estrategias que les permitan abordar sus pro­ pase a formar parte de un grupo social; es comunicar for­
blemas (técnicas de dinámica de grupos y conocimientos mas de hacer y de conocer, así como hacer partícipe a ese
sobre procesos psicosociales, tales como liderazgo, partici­ conglomerado de los productos de esas acciones.
pación, conflictos, entre otros). Ahora bien, no se trata aquí de impartir conocimientos
• Política, dada la orientación de la comunicaci1ón de los prefabricados, que convertirían a este proceso en una nue­
conocim:entos hacia los valores y necesidades de la comu­ va forma de educación acrítica, razón por la cual el térmi­
nidad y la catálisis de los procesos de cambio conducentes no divulgación es considerado como limitado, pues sólo
a la mejora de la calidad de vida de los participantes. estaría publicitando algo que se hizo en alguna parte, pero
Pero también el término comunicación tiene una mul­ no estaría discutiéndolo dialógicamente.2 Y otro tanto ocu­
tiplicidad de ac· ·pciones (transmitir, dar cuenta de algo, rre con el término difusión, adecuado para la publicación
informar), lo cual puede generar dificultades en su com­ de artículos e informes técnicos. Pero si combinamos l os
prensión debido a esa pluralidad semántica. ¿Qué término términos comunicación, que supone una interacción creati-
utilizar, entonces, para la fase en la cual buscamos difundir
y a la vez comunicar (en el sentido dialógico del término)? 2. Ese aspecto es lo que Paulo Freire desarrolla en su obra ¿ E.x1:c11-
¿Cómo llamar a esa extensión del conocimiento que busca sión o comunicación? La concientización en el medio rural, 1 97 3 .
346 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 347

va por parte de ambos polos de la relación (comunicado­ teatrales o con títeres, tiras cómicas, dibujos, pinturas y fo­
res-receptores y receptores-comunicadores), y socialización, lletos son medios para difundir y para generar diálogos crí­
podemos considerar a esta fase del trabajo psicosocial co­ ticos sobre sus contenidos. En estos últimos métodos se
munitario como una comunicación socializadora del conoci­ representa de manera clara, sencilla y amena lo que se lle­
miento producido. Nos parece que el término comunicación vó a cabo y los resultados obtenidos, además pueden ser
socializadora refleja el proceso a través del cual los diferen­ usados con personas de muy diverso nivel educativo y de
tes actores involucrados ponen a disposición del otro los diversos grupos etarios, y ha sido usado con éxito desde ha­
conocimientos producidos, para llegar a acuerdos compar­ ce más de cuarenta años. Aún más las cartillas, el teatro de
tidos a través del diálogo crítico, que orientarán las accio­ títeres, las tiras cómicas y los folletos pueden incorporar la
nes y reflexiones futuras tanto de las personas insertas en participación activa de los grupos a los cuales se dirigen,
el proceso como de los agentes internos y externos. A tra­ mediante el uso de preguntas problematizadoras (véase ca­
vés de ese proceso conjunto se enriquecen todos los parti­ pítulo 6).
cipantes y las personas relacionadas con el :ámbito del Dos comunidades son centrales para realizar este pro­
trabajo comunitario, mediante la incorporación de nuevos ceso de comunicación socializadora: la comunidad en la
conocimientos que favorecerán el desarrollo personal y co­ que se desarrolló la investigación y la comunidad científica
lectivo. a la cual pertenece el/la investigador/a externo/a, referida
principalmente a su disciplina de origen. Pero también
otras comunidades o actores sociales pueden estar intere­
Cómo comunicar de manera socializadora el conocimiento sados en estos resultados, al igual que otros sectores del
producido campo científico cercanos o diferentes a la disciplina des­
de la que fue encarado el trabajo. Thiollent (1992) deno­
Una vez que los actores internos y externos de la inves­ mina divulgación externa a esas formas de comunicación
tigación o intervención han reflexionado y sistematizado la que socializan el conocimiento más allá del ámbito comu­
información producida por su trabajo, es el momento de nitario. En concordancia con ello, plantea además que una
comunicarlo de manera socializadora en diferentes esferas parte de la información generada y divulgada se refiere a
de la sociedad. Desde nuestra perspectiva, esto supone di­ formas y medios propios de los grupos comunitarios con
versos grados de socialización, que van desde la publicidad los cuales se trabaja (Thiollent usa la expresión "bases po­
(noticias o artículo� de prensa, producción de videos o fil­ pulares"), mientras que otra parte de esta información, co­
mes, por ejemplo), pasando por la divulgación y difusión tejada con resultados de investigaciones anteriores, es
científica y técnica de los conocimientos (informes, libros, estructurada como conocimientos de divulgación a través
artículos presentaciones en eventos científicos, conferen­ de los medios propios de las ciencias sociales y de la inves­
cias académicas), la narración oral o los mecanismos infor­ tigación llevada a cabo en ellas.
males de transmisión de conocimiento, hasta las Así pues, los mecanismos de difusión y divulgación pue­
asambleas, talleres y grupos de discusión reflexiva en co­ den ser diversos y deben adaptarse tanto a quienes est;) n a
munidades o ámbitos similares. Asimismo, los cuadernillos cargo de socializarlos como a los destinatarios. Para q u e
con instrucciones, registros fotográficos, representaciones este conocimiento sea comunicado y difundido de 1rn111 era
DisC'ltsión sistemática evaluadora y comunicación . . .
348 M. Gonfalves de H-eitas y M. Montero
de la sociedad civil (Montero, 2 003), y al cual también es
coherente, es importante que en el proceso de discusión y
aplicable la observación anterior. Pero además, la partici­
socialización de la información se hayan aclarado los con­
pación de agentes internos como comunicadores-socializa­
tenidos y la forma de presentar la información, así como
dores está ligada a su responsabilidad y participación en la
las responsabilidades de cada uno de los involucrados para
construcción del conocimiento; por tal razón, su participa­
llevar a cabo dicho proceso.
ción central en esta fase es de mayor impacto y durabilidad
Con respecto a la devolución sistemática, Fals Borda
en el tiempo.
(198 5 : 141) plantea que: "Para ello se requiere un código
Desde una perspectiva de la comunicación de informa­
compartido de comunicación entre los agentes externos e
ción, Sánchez (1996: 72) siguiendo a Chavis, Stucky y
internos del cambio, que lleve a una conceptualización o
Wandersmans (19 83), coincide en que en el acto de comu­
categorización común y entendible". Esta advertencia es
nicación deben participar tanto la comunidad como los in­
adecuada al tipo de trabajo en el cual los agentes externos
vestigadores, según un plan que, de acuerdo con los
y los internos efectúan tareas separadas, aunque sean con­
autores citados por Sánchez, debe contemplar:
vergentes en una misma causa. Pero si el trabajo llevado a
cabo ha sido realmente dialógico, ese "código" ya fue
a) los objetivos prioritarios que se quieren alcanzar con la co­
construido en conjunto por ambos tipos de agentes, ya que municación (... ), b) elección del o de los formatos de comu­
la conceptualización no se produjo en un solo sentido, si­ nicación ( ... ), c) entrenamiento de los responsables de la
no desde ambas partes. Nada más peligroso que asumir, transmisión de la información, d) formulación de un plan
naturalizadamente,3 que las palabras tienen la misma deno­ mediante el cual la comunidad pondrá en práctica las reco­
tación en todos los ámbitos de una misma sociedad. Mu­ mendaciones que se acuerden.
chos errores y dificultades en el trabajo comunitario se
derivan de esa creencia. Este plan, que se puede usar también para la comunica­
ción socializadora del conocimiento (difusión, divulgación,
etc.; véase infra), puede ser útil si se quiere generar un diá­
Quiénes hacen la comunicación socializadora logo más amplio en relación con los resultados del trabajo
realizado, dividiendo la tarea entre muchos agentes inter­
En este sentido, es importante identificar quiénes son nos (preferentemente) y externos y convocando así a una
las personas más idóneas para difundir o divulgar los resul­ mayor cantidad de personas, sin perder la posibilidad de
tados de la experiencia desarrollada, pues como advierte establecer una comunicación cara a cara.
Fals Borda (198 5 : 119): "los miembros de una misma clase Los principales divulgadores de la información en el
social" poseen "la batería completa de los códigos locales campo académico y científico suelen ser los profesionales,
de comunicación y el lenguaje intencional". La adverten­ aun cuando son cada vez más frecuentes las experiencias de
cia del autor citado se refiere a la concientización política coautoría en publicaciones y ponencias en eventos cien t í­
en el trabajo comunitario, que siempre es político en el ficos (por ejemplo: La 20ª Reunión de la Sociedad p:1 r:1 h
:;entido de que es constructor de ciudadanía y fortalecedor Investigación y Acción Comunitaria-SCRA, de la J\s1 >ci:i ­
ción Estadounidense de Psicólogos/as-A.P.A., e n 2 00 1 , rn
3. Véase Montero (2004), capítulo 9.
350 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 351

Chicago, Estados Unidos, y la Primera Conferencia sobre Un final abierto


"Comunidad, Trabajo y Familia" organizada en 2 005 por
las editoras de la revista del mismo nombre (Community, La discusión evaluadora sistemática y la comunicación
Work & Family, en Manchester, Inglaterra) . Asimismo, en socializadora del conocimiento producido no deben consi­
la Escuela e Instituto de Psicología de la Universidad Cen­ derarse etapas de cierre del trabajo comunitario, sino mo­
tral de Venezuela, desde inicios de los años noventa, es fre­ mentos de síntesis y plataformas para nuevas acciones
cuente la presencia y participación de miembros de transformadoras. Y como lo expresa Gonc;:alves de Freitas
comunidades en clases y en defensas de tesis en las cuales ( 199 5 : 1 62 ), refiriéndose a una experiencia psicosocial co­
ellos han participado, en cualquiera de los niveles académi­ munitaria en la que participó, se evalúa, se comunica y se
cos (pregrado, maestría y doctorado). socializa un conocimiento construido día a día, no genera­
La generación del conocimiento en el trabajo comuni­ do a última hora. Su testimonio puede servir para ilustrar
tario se da de manera conjunta entre agentes externos e in­ este aspecto:
ternos. Además muchas veces es una creación colectiva y es
empleada por cada una de las partes (comunidad e investi­ En cada reunión semanal, en cada actividad, siempre estuvo la
gadores-interventores) del modo que lo consideren más presencia del intercambio y construcción de conocimiento en­
apropiado, siempre que se haya establecido un claro enten­ tre agentes internas y externas. Las primeras con el constante
dimiento respecto a lo que cada parte hará con los resultados. devolver aquello que desde la psicología considerábamos per­
Suele ser claro que los académicos derivarán conocimien­ tinente en cada situación, unas veces apuntando hacia pautas
tos teóricos y metodológicos a partir del trabajo realizado. metodológicas fundamentales (elaboración de encuestas, ela­
boración de proyectos, planificación de actividades), otras en la
Este libro y otros anteriores (Montero, 2003a, 2 004) son
percepción de los procesos que se daban día a día y el análisis
prueba de ello. Quienes trabájan desde instituciones gu­ de la situación y la realidad estructural, todo esto dentro del
bernamentales o no gubernamentales lo hacen a partir de marco de la problematización y desprofesionalización. Por su
políticas públicas nacionales o internacionales o de progra­ parte, ellas, informándonos de lo que ocurre en Pan de Azúcar,
mas el.e beneficencia. En el caso de los programas estatales, relatándonos elementos del pasado y de la historia de esta co­
éstos pueden responder a políticas que a su vez derivan de munidad y dándonos su percepción y análisis de los fenómenos
necesidades determinadas normativamente, sea en salud, que han ocurrido y están ocurriendo allí, hablándonos de las
vivienda, educación, alimentación u ocio, pern también, características del barrio, de la gente y de algunas personas es­
como tantas veces hemos visto repetirse, pueden ser for­ pecíficas. Éste siempre fue el intercambio que se dio, lo cual
mas alimentadoras del clientelismo pohtico y del populis­ considero fue un constante intercambio y devolución de infor­
mación mutua, por cuanto de parte y parte, los conocimientos
mo, en las cuales el diálogo y la conciencia están muy
se dieron y a su vez se incorporaron uno al otro en cada una de
lejanos. Casi tan lejos como los intereses y necesidades de nosotras, para dar como resultado ese nuevo conocimiento que
las poblaciones a las cuales deberían servir. en este trabajo sistematizo [...] sistematización en la cual inter-
. vienen las ideas de las personas con las que trabajé, no única­
mente por lo que dijeron durante el trabajo que ya est;Í
recogido (en cintas de grabación, en diario de campo), sino por
lo que han sugerido a esta sistematización.
352 M. Gonfahes de Freitas y M. Montero Discusión sistemática evaluadora y comunicación . . . 353

El informe final de un trabajo comunitario suele ser el


Preguntas para reflexionar sobre evaluación
peldaño para la siguiente tarea y, como vemos, de hecho, a
y socialización del conocimiento
lo largo de esa labor, continuamente se están abriendo y
cerrando procesos sobre los cuales es necesario dar cuenta,
• ¿Cómo ha modificado la forma y el contenido de su
a los cuales es preciso analizar, evaluar, corregir y también trabajo con comunidades la evaluación hecha por per­
festejar. Esta evaluación continua no sólo tiene un efecto sonas de l a com unid ad al final izar dicho trabajo? ¿Ha
de retroalimentación sino que, además, bien llevada cons­ habido eva l u ación? ¿Escuchó durante el trabajo las
tituye un factor de estímulo para lograr más y mejores me­ opiniones evaluadoras provenientes de personas de
tas. Es parte además de la fragmentación estratégica para la com u n i d ad?
el alcance de metas de largo plazo, cuya lejanía podría des­ • ¿En qué divergen y en qué coinciden las evaluaciones

corazonar a muchos al ver como inalcanzable el objetivo que h acen l as personas d e la comunidad y las que
han hecho los agentes externos?
deseado. Sin embargo, operaciones específicas más accesi­
• ¿Cuántas personas en la comun idad se enteraron de
bles pueden ser cumplidas dentro de lapsos relativamente
los resultados de l a i nvestigación/intervención? ¿Có­
cortos. Y esos éxitos a su vez fortalecen no sólo el compro­
mo lo h icieron?
miso y la participación de muchas personas, sino además su
confianza en el futuro y la esperanza activa de que es posi­
ble transformar el mundo. Ejercicio sobre discusión evaluadora sistemática
y sobre comunicación socializadora

Analice las formas d e eval uación sistemática del cono­


cimiento producido en i nvestigaciones/intervenciones
comun itarias que haya hecho. H aga lo mismo con res­
pecto a las formas empleadas para socializar el cono­
cimiento producido. ¿Encuentra alguna(s)? Si no las
h ay, reflexione por qué no fueron hechas y piense qué
se puede hacer para l l e n a r ese vacío .
Si las ha habido, entonces compare los efectos de la so­
cialización del conocimiento en una investigación/interven­
ción comunitaria en la que haya participado, a través de:
• Reuniones de discusión-reflexión o asambleas de la
comunidad.
• Volantes, afiches, folletos u otros medios de ese tipo.
• Divulgación científica (artículos, ponencias en en­
cuentros científicos).
• Noticias de prensa (periód ico de l a comunidad , loca­
lidad, noticiero de tel e 1isión, radio).
354 M. Gonfalves de Freitas y M. Montero

Lecturas complementarias recomendadas

Recomendamos el trabajo pionero en este campo, pu­


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
blicado en 1985 por el sociólogo Orlando Fals Borda: Co­
nocimiento y poder popular, Bogotá, Siglo XXI. En esta obra
los lectores y lectoras encontrarán fundamentos teóricos y
relatos de experiencias concretas realizadas por el autor,
que ejemplifican el procedimiento.
Asimismo es útil consultar el capítulo sobre comunica­
ción del conocimiento producido en el trabajo comunita­
rio del psicólogo Euclides Sánchez, en el cual se presenta
una visión crítica e informada a partir de la praxis: Sán­
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