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DETECCIÓN DE

1. Planteamiento del Problema.


Actualmente, existe en las instituciones educativas, la ausencia de un departamento de
psicología, debido a que no está incluído como elemento necesario dentro del personal, lo
cual impide que se presenten propuestas que permitan un estilo de educación (Cabrera,
Mendoza, Arzate y González, 2015) que involucre tanto el aspecto afectivo (validación de
emociones y diferencias individuales, sensibilización del personal docente) como el
disciplinario (moldeamiento de la conducta, seguimiento de instrucciones, resolución asertiva
de conflictos, respeto a las figuras de autoridad).
La función del psicólogo educativo es el análisis de los patrones de comportamiento
y sus motivadores, que influyen en la manera en que educa y observa cómo el alumnado
aprende siguiendo un currículo escolar particular (Hernández citado por Cabrera et. al.,
2015), y se han observado patrones conductuales que excluyen cualidades significativas del
personal docente, tales como la sensibilidad y el respeto por las necesidades y sentimientos
de los demás (alexbain.edu.mx, s.f), lo que en algunos alumnos (tomando en cuenta que
poseen diferencias individuales), impide un aprendizaje significativo así como un desarrollo
sano de la personalidad.
Es menester tomar en cuenta que la infancia es significativa para pronosticar cómo en
su momento abordará los cambios a la adolescencia, ya que es el periodo donde el/la infante
desarrollará los sentimientos de culpa, vergüenza y empatía (Papalia, Olds y Feldman, 2009),
así como la autorregulación, disminución del negativismo; además que la velocidad de
procesamiento y aprendizaje será mayor a comparación de la adolescencia y adultez.
Es necesario tomar también en cuenta, los posibles cambios en la adolescencia y
cómo reaccionar ante ellos, pues se caracterizan principalmente por cambios abruptos de alta
intensidad como tendencias depresivas, sensibilidad (Papalia et. al, 2009) y una búsqueda de
saber quién es; pues es importante saber cómo los docentes necesitan reaccionar ante estas
actitudes y cambios, sin la necesidad de gritar, estresarse y sobre todo sin dañar
emocionalmente al infante con muestras de indiferencia en algunos aspectos de éstos. No
obstante, también es importante considerar los perfiles psicológicos de los docentes, pues se
salud mental también influye en la forma que interactúa con el grupo y sobre todo la facilidad
o dificultad de que sus alumnos hayan aprendido efectivo.
Un factor muy importante que se puede presentar en la incapacidad de los profesores
de manejar su tolerancia a la frustración, es el estrés laboral y ajeno al mismo, como factores
de salud como complicaciones que implican dolor físico y familiares o personales. En una
investigación realizada en Madrid (Fernández, Jiménez, Morante y Hernández, 2015), bajo la
aplicación del Cuestionario de Burnout del Profesorado Revisado, se ha encontrado que los
niveles significativos sobresalen sobre todo en las dimensiones de optimismo y compromiso
de la variable personalidad, lo que indica que se poseen las herramientas necesarias para
afrontar el estrés, donde el aumento de la variable de esta personalidad es inversamente
proporcional al desarrollo de un Síndrome de Desgaste Organizacional o ​Burnout​. Unas de
estas características (Fernández et. al., 2015), son el considerar situaciones estresantes como
forma de crecimiento (lo cual en algunos docentes hay ausencia, el apoyo social y estilos de
vida saludables.
Es por ello, que las capacidades de afrontamiento del estrés, personalidad y manejo de
emociones del docente, impactan también en las mismas características sólo que en el
alumnado, por ser una figura de aprendizaje y modelamiento conductual, además de su
entorno principal que es la familia, pues tomando en cuenta la Teoría General de Sistemas (
Lazarus citado por Gracia y Barraza, 2014), el estrés organizacional del docente necesita
observarse desde un análisis sociopolítico, biológico, psicológico, fisiológico, microbiológico
y física de partículas, donde las primeras 4 son los más importantes.
Las estrategias de afrontamiento del estrés a partir de la psicoeduación de los docentes
en cuestiones como las características ¨normales¨ y ¨anormales¨ de las niñas y niños durante
las etapas psicosociales y del desarrollo cognitivo, permiten la reducción e intervención
indirecta hacia el desarrollo de la personalidad de los infantes, previniendo en un futuro
conductas incongruentes que ayuden al aumento del estrés tanto en su niñez, como en la
adolescencia, adultez y demás etapas.
Por otra parte, el trato y enseñanza personalizada son significativos, tal como lo dicta
el método de educación finlandesa (La Educación Finlandesa en Síntesis, 2013), el cual es el
que esta institución maneja. Así como las nuevas tecnologías de la información, exigen una
adaptación de la ​praxis de las mismas en el entorno laboral y social, el personal docente
necesita adaptarse a los cambios y características de los alumnos durante la transición en sus
etapas, así como a las nuevas formas de percibir la realidad, así como a las diferencias
individuales de los niños y adolescentes.
Finalmente, un factor muy importante dentro de la asimilación de y aprendizaje de la
información obtenida en la escuela, es la salud mental del alumnado, pues con la
imposibilidad en ocasiones o la misma negación de los padres para afrontar temas
emocionales, los estudiantes no reciben la asesoría e intervención psicoterapéutica necesaria,
lo que puede ser uno de tantos factores por los que la motivación al conocimiento y al
aprendizaje del mismo, -tales como los problemas en la familia, en su autoimagen, autoestima
y en la manera de resolver conflictos; fenómeno que si no se trata a tiempo, puede desarrollar
cualidades enfermizas que no sólo afectan a su rendimiento escolar, sino en su salud física
como sucede en la ansiedad, estrés y depresión, tomando en cuenta los fundamentos teóricos
(Monarrez, Cervantes y Guevara, 2011)-. Cabe mencionar, que la mayoría de síntomas
afectivos, tienen una base cognitiva, donde los pensamientos inadaptativos o distorsiones
cognitivas (es decir, los pensamientos que permiten construir la realidad del individuo).
Es por ello, que es significativo dentro del desarrollo de la autoestima del alumno, el
afecto que el docente manifieste hacia el educando, pues la confianza y las palabras
adecuadas que transmita al grupo, aumentarán las fortalezas en su personalidad y será un
evento significativo en la forma en que afronte situaciones complejas (Yapura, 2015). Con
respecto a lo anterior y exclusivamente sobre el personal docente, surgen preguntas como
¿Cuál es el nivel de estrés organizacional del docente de preescolar, primaria y secundaria en
el colegio Saint Andrew? ¿Cuáles son los tipos de distorsiones cognitivas que presenta el
personal docente en los niveles preescolar, primaria y secundaria? ¿Cuál es el nivel de
inteligencia emocional en el personal docente de preescolar, primaria y secundaria?

2. Justificación.
Gracias a esta investigación, se podrán desarrollar estrategias que se enfoquen en una
disciplina humanizada, lo cual permitirá un mejor desempeño; tanto del alumnado como del
profesorado, así como la asimilación y empleo de estrategias que permitan reducir los niveles
de estrés tanto del mismo docente como del alumnado.
Las estrategias de afrontamiento del estrés a partir de la psicoeduación de los docentes
en cuestiones como las características ¨normales¨ y ¨anormales¨ de las niñas y niños durante
las etapas psicosociales y del desarrollo cognitivo y físico (problemas del neurodesarrollo)
tanto sano como patológico, permitirán una intervención indirecta hacia el desarrollo de la
personalidad de los infantes, previniendo en un futuro conductas incongruentes que ayuden al
aumento del estrés tanto en su niñez, como en la adolescencia, adultez y demás etapas, así
como la reducción de conductas inadaptativas por parte del docente.

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