Vous êtes sur la page 1sur 13

ARqueologíA

y PAleonTologíA
de l a provi ncia de

CATAMARCA
COORDINACIÓN GENERAL: Rita del Valle Rodríguez - EDICIÓN Y COMPILACIÓN: Mónica Alejandra López

Dirección Provincial de
Antropología
Provincia de Catamarca
ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

CAPíTulo vidA, gueRRA y MueRTe


en HuAlFin PReHiSPAniCo
2
Bárbara Balesta1, Nora Zagorodny1, Federico Wynveldt2 , Marina Flores1, Emilia Iucci2 y Celeste Valencia1

1
Laboratorio de Análisis Cerámico. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Universidad Nacional de La Plata.
2
Laboratorio de Análisis Cerámico. Facultad de Ciencias Naturales y Museo. Universidad nacional de la Plata. CONICET.

El valle de Hualfín del noroeste argentino se ubica en el centro de la


provincia de Catamarca y constituye un área significativa dentro de
la arqueología argentina. La zona fue habitada durante unos dos mil
años por grupos autóctonos hasta la llegada, primero de los inkas
y posteriormente, de los españoles. Las excavaciones arqueológicas
en sitios del valle permiten inferir, para los momentos tardíos, inte-
racciones complejas entre los grupos que incluyeron relaciones de
intercambio y reciprocidad a través de alianzas de tipo económico y
social. No obstante, existieron situaciones de conflicto evidenciadas
por la presencia de los asentamientos en altura o pukaras, puntas de
proyectil en los sitios y grandes incendios, probablemente producto de
enfrentamientos que desencadenaron el abandono de los poblados.

el enToRno nATuRAl la zona occidental. Esto se suma a la proxi-


midad de los trópicos y la alta duración del
El valle de Hualfín recibe su nombre del brillo solar, lo cual produce elevadas tem-
río homónimo y abarca una extensión de peraturas y ocasiona un déficit de humedad
aproximadamente 2000 km2. Los cordones constante.
montañosos de la provincia se constituyen El clima se caracteriza como subtropical
en barreras climáticas, lo cual origina muy árido; las lluvias se concentran en la tempo-
escasas precipitaciones, principalmente en rada estival y suelen producirse en forma to-

VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO C APíTulo 2 29


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

rrencial, siendo una de las causas de la for- Flores, la Dra. Emilia Iucci y la Lic. Celeste
mación de barreales, típicos en la zona. Valencia, realiza prospecciones, excavacio-
Las características climáticas favorecen la nes y actividades de extensión, financiadas
conformación de una flora en la que predo- a través de diversos proyectos, por la UNLP
mina el matorral o la estepa arbustiva con y por organismos de promoción científica.
asociaciones vegetales adaptadas a la vida Las labores de campo se han concentrado
en ambientes secos –jarilla, matasebo, mon- en sitios adjudicados a momentos tardíos,
te negro, pichana, brea, chilladora y alpa- previos y contemporáneos a la llegada de
taco-. En los fondos de quebradas y orillas los inkas al territorio –aproximadamente en
de ríos se observan bosques marginales de 1450 d.C.-. (Fig. 1)
algarrobos, chañares, breas y sauces. Los primeros estudios en el valle de Hual-
Con respecto a la fauna, los animales más fín se remontan a fines del siglo XIX y com-
representativos consisten en reptiles -boa prendieron diversas expediciones llevadas
vizcachera, iguana, tortuga terrestre-; aves a cabo por investigadores del Museo de La
–perdices, suri, águila mora, halcón peregri- Plata. A principios del siglo XX se desarro-
no- y mamíferos –roedores, zorro gris, gato llaron excavaciones financiadas por Benja-
montés y puma entre otros-. mín Muñiz Barreto, quien fundó un museo
Los estudios sobre restos botánicos y propio con los ejemplares obtenidos de la
faunísticos indican que en momentos pre- excavación de tumbas. En la década de 1930
hispánicos existían condiciones que favo- Muñiz Barreto vendió la colección –que hoy
recían la existencia de especies que hoy se lleva su nombre- al Museo de La Plata y aún
encuentran muy reducidas o desaparecidas permanece alojada en la institución, consti-
tales como los algarrobos que configuraban tuyendo uno de los valores patrimoniales de
grandes bosques de los cuales hoy se conser- la misma.
van sólo relictos. Del mismo modo, se han Desde entonces hasta la actualidad se han
registrado restos de camélidos silvestres continuado las labores arqueológicas por
–guanaco- y domésticos –llama-, cuya pre- parte de distintos equipos de trabajo. Los re-
sencia actual se confina a zonas más eleva- sultados de dichos estudios permitieron re-
das, por encima de las altitudes del valle. construir diversos aspectos de la vida de los
Las condiciones descritas configuran un pueblos que habitaron el valle, desde hace
paisaje árido a semiárido, en el cual se re- por lo menos dos mil años.
quiere, hoy como en el pasado, de la mano Como ya hemos señalado, durante los pri-
del hombre para desarrollar condiciones meros años del siglo XX las labores arqueo-
adecuadas de subsistencia. lógicas consistieron en excavaciones de tum-
bas mientras que a partir de la década de
1950 se trabajaron también sitios de habita-
loS eSTudioS en el vAlle ción. Las excavaciones de tumbas compren-
y loS inTeRRogAnTeS dieron restos materiales adjudicados a mo-
inveSTigAdoS mentos tempranos en tanto que los trabajos
sobre sitios habitacionales se concentraron
El equipo de investigación del Laborato- sobre evidencias correspondientes al deno-
rio de Análisis Cerámico de la Facultad de minado Período de Desarrollos Regionales o
Ciencias Naturales y Museo de la Universi- Tardío –que comprende los siglos XI a XV-.
dad Nacional de La Plata, bajo la dirección Hacia mediados del siglo XV se produce la
de la Dra. Bárbara Balesta desarrolla tareas llegada de los inkas a territorio del noroeste
en esta zona desde hace veinte años. El mis- argentino (NOA) y posteriormente se aña-
mo, integrado por la Lic. Nora Zagorodny, den los efectos de la conquista española.
el Dr. Federico Wynveldt, la Dra. Marina El Período de Desarrollos Regionales/

30 CAPíTulo 2 VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

Figura 1. Mapa
del valle de
Hualfín con sitios
arqueológicos
y localidades
actuales (F.
Wynveldt).

Tardío se caracterizó por el incremento en sos. Se complejizaron las relaciones sociales,


la producción agrícola a través de la imple- lo que se evidencia en la organización del
mentación de sistemas de irrigación artifi- trabajo y en la distribución y el consumo de
ciales que permitieron un uso intensivo de bienes. Las consecuencias de estas transfor-
las tierras. Este proceso trajo aparejado un maciones se tradujeron en una expansión
aumento demográfico y la concentración de de la producción gracias a la construcción
las poblaciones. A los típicos patrones de de obras agrohidráulicas y a un desarrollo
establecimiento aldeano, propios de épocas tecnológico que perfeccionó la manufactura
previas, se suman nuevas modalidades de de objetos artesanales –cerámica, textiles,
emplazamiento entre las que se destacan los metalurgia-.
poblados en altura, algunos de ellos fortifi- Los restos materiales que se han conser-
cados. vado nos presentan distintos interrogantes
Estas nuevas condiciones socioeconómi- con respecto a las condiciones de vida de
cas plantearon la necesidad de implemen- aquella época. ¿Cómo se distribuía la po-
tar organizaciones políticas más complejas blación dentro de las distintas modalidades
que en períodos anteriores, que tendieron de emplazamiento que se han detectado?
a expandir sus fronteras territoriales y su ¿Quiénes vivían en los grandes poblados y
dominio efectivo sobre la tierra y sus recur- quiénes en los pequeños caseríos? ¿Qué sig-

VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO C APíTulo 2 31


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

nifica la diversidad en la forma de los asen- carácter defensivo. Dentro de estos últimos
tamientos? ¿Cómo y por qué surgen las for- se pueden distinguir aquéllos emplazados en
tificaciones y qué rol cumplieron dentro del sectores altos -100 a 200 m sobre el nivel del
esquema de poblamiento? ¿Cómo se procu- terreno- y de muy difícil acceso tales como
raban la subsistencia? ¿Cómo enterraron a Loma de los Antiguos (Fig. 2), Cerro Colora-
sus muertos y qué concepción tenían sobre do de La Ciénaga de Abajo entre otros y los
la muerte? ¿Cómo fueron las relaciones con que se hallan sobre lomadas más bajas –entre
pueblos vecinos que habitaban otros valles? 15 y 50 m- de los cuales Loma de la Escuela
¿Cómo impactó sobre los pueblos Belén la (Fig. 3) Loma de Ichanga, Palo Blanco y La
invasión inkaica? Estancia, constituyen algunos ejemplos in-
vestigados.
Los grupos Belén construyeron sitios de
PoBlAdoS PRoTegidoS, habitación con diferentes características;
CASeRíoS y ACTividAdeS de algunos de ellos constituyeron verdaderos
SuBSiSTenCiA poblados conglomerados, con distintas can-
tidades de recintos, ubicados sobre lomadas
Los asentamientos Belén en el valle de de difícil acceso y protegidos por murallas.
Hualfín suelen ubicarse en tres zonas dis- Otros sitios, también localizados sobre lomas,
tintas: sitios sobre piedemontes -como Cam- tuvieron menor tamaño y concentración y no
po de Carrizal-, sitios en zonas bajas aledañas se dotaron de estructuras defensivas.
a cursos de agua -sobre las barrancas de los Las estructuras habitacionales de los pobla-
ríos Ichanga y Hualfín- y sitios en altura de dos Belén generalmente tuvieron forma rec-

32 CAPíTulo 2 VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

tangular y fueron construidas con paredes de zamientos de los sitios se podría pensar que
piedra -denominadas “pircas” en el lenguaje aquéllos emplazados en zonas más altas sir-
local-. Los techos consistieron en estructuras vieron como protección para ciertos sectores
de ramas de distintos grosores, cubiertas por de la población Belén, mientras que los que
barro batido mezclado con pedregullo y ma- se ubicaron en áreas más bajas albergaron
teriales vegetales -a los que se llama “torta a habitantes menos favorecidos, que se de-
del techo”- y fueron sostenidos por postes y dicaban fundamentalmente a la explotación
vigas de madera dura -habitualmente alga- agrícola. Dentro de los sitios protegidos tam-
rrobo o chañar-. bién se observan diferencias de tamaños y
Por otra parte, se han registrado y excava- concentración de habitaciones, que podrían
do sitios conformados por pequeños núcleos evidenciar una jerarquía representada por
de dos o tres recintos, emplazados entre los poblados más importantes, habitados por lí-
campos de cultivo sobre el piedemonte que deres locales y sus parientes y aliados.
desciende de la ladera occidental del valle. El desarrollo de la agricultura hidráulica
Los recintos se encuentran entre las terra- permitió utilizar terrenos que superaron, en
zas de cultivo, que fueron regadas gracias al superficies cultivables, a las actuales. Los
aprovechamiento de distintos cursos de agua excedentes obtenidos del cultivo se alma-
que bajaban en sus cercanías. Para controlar cenaban en distintos tipos de estructuras
y almacenar el agua construyeron estanques entre las que se destacan depósitos bajo el
artificiales, acequias y canales de riego. nivel del piso, denominados “colcas”. Los
Con respecto a las diferentes característi- cultivos principales comprendieron funda-
cas y posibilidades que ofrecen los empla- mentalmente maíz, porotos, maní y zapallo.

Figura 2. Plano de
Loma de los Antiguos
mostrando estructuras de
habitación y murallas de
circunvalación del sitio.
(F. Wynveldt 2009).

VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO C APíTulo 2 33


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

Figura 3. Plano de Loma de la Escuela


con las estructuras de habitación.
(F. Wynveldt. Realizado con la
colaboración de Ariel del Viso).

En Cerro Colorado de La Ciénaga nuestro


equipo halló restos de marlos carbonizados
que permitieron identificar diez variedades
de maíz, una diversidad mucho mayor que
la que se cultiva en el presente.
Practicaron la ganadería de camélidos
–llamas- de forma intensiva, con consumo
de su carne y utilización de la lana para fa-
bricar textiles. También se sabe que estos ani-
males fueron usados como bestias de carga
para conformar caravanas que recorrían el
área Andina y procuraban una diversidad
de mercancías provenientes de los distintos
ambientes que recorrían, conformando un
sistema de intercambio a larga distancia.
Las actividades de subsistencia fueron
complementadas por la caza de pequeños
-principalmente roedores- y grandes ani-
males –cérvidos y guanacos- y la recolec-
ción de algarroba y los frutos del chañar.

cuanto a sus formas y decoración- que su


lA CeRÁMiCA Belén presencia en los sitios ha sido usada como
indicador cronológico de los momentos
La cerámica denominada clásicamente tardíos en el valle de Hualfín.
como “Belén” corresponde a una alfare- La cerámica decorada Belén, también
ría decorada pintada en negro sobre fon- llamada Belén Negro sobre Rojo (N/R),
do rojo. Esta alfarería, que fue fabricada tiene paredes relativamente delgadas y un
en tiempos prehispánicos tardíos, estuvo buen acabado de superficie. Se distinguen
distribuida fundamentalmente en los de- básicamente tres categorías generales de
partamentos de Belén y Tinogasta, tanto piezas: las que comúnmente se denominan
en sitios de habitación como en tumbas. Si “urnas” o “tinajas”, las “ollas” u “ollitas” y
bien se dice que su origen puede situarse los “pucos” o cuencos (Fig. 4).
en el valle de Hualfín del Departamento Las tinajas constituyen la forma que apa-
de Belén, su presencia se ha extendido a rece con mayor frecuencia y se caracteri-
otros territorios de Catamarca, como los zan por ser las vasijas más grandes. Siem-
valles de Abaucán y Santa María. También pre se les coloca un par de asas en zonas
se ha encontrado en sitios distantes como opuestas del cuerpo y presentan cuellos
La Alumbrera de Antofagasta de la Sierra, con inclinación hacia afuera. Su decoración
o de manera aislada en el sur en La Rioja y pintada se ubica en las paredes externas y
Tafí del Valle. en la parte superior interna del cuello. Por
Esta cerámica es tan característica –en lo general, bases, cuerpos y cuellos tienen

34 CAPíTulo 2 VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

Figura 4. Formas de la cerámica Belén Negro sobre Rojo. (F. Wynveldt)

distintas decoraciones. La parte superior o modeladas y ocasionalmente incisas.


del cuerpo es el sector más complejo; es el Uno de los motivos más extendidos en
área elegida para concentrar las represen- la decoración de las tinajas es el de la ser-
taciones figurativas, tanto zoomorfas como piente (Fig. 5). La misma habitualmente es
antropomorfas que pueden estar pintadas representada con dos cabezas – muchas

VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO C APíTulo 2 35


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

veces de forma triangular - y retorcida en la, entre la serpiente y el rayo así como su
forma de S, en líneas quebradas, orientadas simbolización en forma de zigzag. También
de modo horizontal o vertical. recogieron una leyenda andina que narra
Se conoce que el culto de la serpiente te- que Sumac Ñusta, la diosa de la lluvia, tenía
nía un papel muy importante en las pobla- una vasija en la que guardaba agua y la vol-
ciones prehispánicas en América Occidental caba sobre la tierra. Cada tanto, su hermano
por lo cual se puede pensar que los pobla- Catequil –el rayo-, rompía dicha vasija, lo
dores Belén compartían estas creencias. que provocaba tormentas con truenos, re-
El simbolismo de la serpiente es común en lámpagos, lluvia, nieve o granizo. Aquéllos
toda la región de Santa María, Andalgalá, estudiosos interpretaron que Catequil estaba
Belén y Tinogasta. Relatos de principios del representado en las vasijas santamarianas y
siglo pasado indican que para aquella época belén a través de la serpiente zigzagueante.
la serpiente todavía era considerada como Una cuestión que llamó la atención a los
custodia de los enterratorios, motivo por el investigadores fue la diferencia de tamaño
cual se relacionaron aquellas creencias con que existe entre las tinajas, observando que
su representación en las tinajas de uso fune- aquellas que fueron destinadas para un uso
rario. doméstico son de mayor tamaño que las de
Los investigadores pioneros de fines del uso funerario. Si pensamos que por su mor-
siglo XIX han dejado testimonios que indi- fología y tamaño, las tinajas de uso domésti-
can que los habitantes de la zona habrían co podrían haber sido utilizadas para conte-
tenido por dioses al trueno y al rayo y des- ner agua, resulta comprensible la represen-
tacan que en la región aún existe la creencia tación de la serpiente sobre sus superficies.
que relaciona la aparición de una víbora con Las ollas son semejantes a las tinajas, pero
la caída de un rayo y como consecuencia, a sus cuerpos son más globulares, algunas de
la llegada de la lluvia. Esto permitiría com- ellas no tienen cuello y cuando los poseen
prender el vínculo, en la mitología vernácu- son más cortos. Además, a diferencia de las

Figura 5. Ejemplos de representaciones de serpientes sobre tinajas Belén y quirquinchos en pucos Belén. (F.
Wynveldt)

36 CAPíTulo 2 VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

tinajas, no siempre presentan asas. Las ollas de enterrar a los adultos –en forma directa
aparecen en los sitios con mucha menor fre- en la tierra- y a los niños –en urnas funera-
cuencia que las tinajas y su decoración con- rias -.
siste fundamentalmente en figuras geomé- Los espacios incluían entierros dispersos
tricas en la base y cuello, mientras que en el en el campo –vinculados a zonas de cul-
cuerpo suelen presentar una diversidad de tivo-, en inmediaciones de los poblados,
motivos zoomorfos. intercalados entre espacios de vivienda o
Los pucos o cuencos son piezas abiertas dentro de los mismos recintos -tal el caso
que posiblemente hayan sido usadas para el de dos entierros infantiles excavados por
servicio -las de mayor tamaño- y consumo nuestro equipo en Cerro Colorado de La
-las más pequeñas- de comidas. Su decora- Ciénaga- (Fig. 6).
ción en las paredes externas consiste gene- La construcción de las tumbas siempre
ralmente en líneas onduladas verticales. En comprende una cobertura lítica, que puede
ocasiones su interior está decorado con gran consistir en grandes piedras por debajo de
diversidad de motivos zoomorfos entre los las cuales se cavaba un lugar para localizar
que se cuentan figuras de serpientes pero a los cuerpos o en oquedades revestidas y
también se han representado quirquinchos techadas con piedras -denominadas “cis-
(Fig. 5). Estos últimos probablemente hayan tas”-. Los niños se localizaban dentro de
formado parte de las preparaciones culina- tinajas cerámicas, que a su vez se tapaban
rias contenidas en dichas vasijas. con piedras o se sellaban con otras vasijas.
Sobre la base de la variedad de tumbas
observadas se elaboró una clasificación en
CóMo enTeRRARon la cual se proponen las siguientes variantes:
A SuS MueRToS cistas (con pared pircada, con o sin techo
y/o falsa bóveda); medias cistas (con parte
Se han registrado varias costumbres mor- de pared de piedra y bóveda y asociadas a
tuorias que se distinguen por los diversos bloques); entierros bajo bloque pircado; cá-
espacios que se utilizaban para albergar los maras funerarias sin paredes; entierros en
cuerpos y por la distinción entre la forma urnas (directos, bajo bloque y bajo bloque
Entierro1

Entierro 2

Figura 6. Tumbas infantiles en Cerro Colorado de La Ciénaga. (B. Balesta 2011).

VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO C APíTulo 2 37


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

pircado); entierros directos (en el campo y BeligeRAnCiA y


en estructuras domésticas). ConFliCTividAd duRAnTe
Los distintos emplazamientos en que se MoMenToS TARdíoS
hallaron las tumbas nos hablan de una es-
fera funeraria incorporada en el paisaje de Para los momentos tardíos de la histo-
los vivos y de las vivencias cotidianas. El ria prehispánica y los primeros años de la
ámbito de la muerte se halla en un espacio conquista española se ha postulado la exis-
de paredes y techos resguardados por ro- tencia de conflictos entre distintas etnías
cas, con cuerpos colocados dentro de cons- que habitaron el área andina. Esta situación
trucciones, que en algunos casos se hallan de beligerancia se ha detectado a partir de
a su vez, dentro de habitaciones. En los ni- evidencias arqueológicas y de documentos
ños la protección se potencia, ya que ade- escritos. Los restos materiales asociados a
más son ubicados dentro un contenedor eventos de violencia intergrupal parecen
que se tapa con piedras o con otras vasijas ser particularmente abundantes durante
mientras que sus cuerpos son envueltos en este período.
textiles. ¿Cuáles habrán sido los motivos para la
Entre los objetos enterrados con los cuer- existencia de estos enfrentamientos? Distin-
pos predomina la cerámica; algunas de las tos investigadores del NOA y del área An-
vasijas exhiben huellas de antiguos usos, dina han planteado que uno de los factores
parecen haber sido utilizadas cotidiana- desencadenantes pudo ser un cambio cli-
mente y no manufacturadas especialmente mático que afectó vastas áreas del altiplano,
para la esfera funeraria. Otras, si bien es generando importantes sequías y con ellas
evidente que fueron colocadas para acom- la dispersión de las poblaciones. Por esta
pañar a los difuntos también podrían ha- causa, los grupos que habitaban las zonas
berse usado en algún momento del ritual altiplánicas habrían ejercido una fuerte pre-
en el que se ofrendaran y/o consumieran sión demográfica sobre los oasis puneños
alimentos. y los valles fértiles que los rodeaban. Otras
En 1999 se publicó el descubrimiento situaciones de conflictos parecen haber sido
de una tumba en las proximidades del si- producidas por las incursiones de grupos
tio Campo de Carrizal. El mismo contenía nómades o semi-nómades provenientes del
tres individuos -uno adulto femenino de este de los Andes que pugnaban por apro-
entre 23 y 28 años y dos infantiles- sepul- piarse de los recursos que se hallaban en
tados bajo una oquedad de una gran roca. manos de grupos de pastores y agricultores
Los infantes están inhumados en urnas del que habitaban al occidente.
tipo Belén N/R, ambas con una decoración Una de las evidencias más generalizada
representada por serpientes bicéfalas. Den- que ha llevado a interpretar la omnipresen-
tro de una de las urnas, junto con los restos cia del conflicto en esta región han sido los
esqueletales de uno de los infantes, se ha- poblados protegidos, habitualmente deno-
llaron gran cantidad de restos óseos corres- minados pukaras. Estos poblados fueron
pondientes a 18 individuos de Amphisbaena, emplazados sobre lomadas con distintos
denominada vulgarmente como víbora cie- grados de accesibilidad y una amplia visi-
ga o de dos cabezas. Este sorprendente ha- bilidad del entorno, a lo que a veces se su-
llazgo, sumado a la presencia de la serpien- maban componentes arquitectónicos defen-
te en la decoración de las vasijas contribuye sivos -miradores, troneras y murallas-.
a explicar el papel de animal tutelar que se Las evidencias materiales que pueden vin-
le ha adjudicado y refuerza la vinculación cularse con situaciones de guerra, violencia
de los enterrados con la vida a través de la y conflictos consisten en una serie de ras-
relación de la serpiente con el agua. gos que nos permiten interpretar a un sitio

38 CAPíTulo 2 VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

como defensivo, tales como emplazamiento ciones en épocas de lluvia. Un caso particu-
en altura, diferencias de elevación entre dis- lar está constituido por Loma de Ichanga a
tintos sectores, existencia de barreras para cuyo pie confluyen los ríos Ichanga y La
el acceso, tanto naturales -cuerpos de agua, Calera, cursos transitorios que sólo trans-
cárcavas, riscos, etc.- como artificiales -mu- portan agua superficial en eventos drásticos
rallas de circunvalación, sistemas de muros estacionales. Estos cursos no parecen haber
múltiples, barreras de carácter perecedero sido barreras importantes para el acceso al
o móviles, como plantas espinosas, barro, sitio, no obstante constituyen verdaderos
troncos-, y un alto grado de visibilidad -el arenales, parcialmente descubiertos de ve-
campo visual que puede obtenerse del en- getación, lo cual los convierte en espacios
torno desde un sitio particular-. muy expuestos cuando se observan desde
Además, pueden señalarse como rasgos la altura de Loma de Ichanga.
defensivos: entradas diseñadas para res- Existen otros indicadores no arquitectóni-
tringir el acceso y la circulación, ángulos en cos para dar cuenta de la conflictividad im-
murallas, parapetos, ubicación de posibles perante en este periodo. Uno de ellos con-
puestos de observación o divisaderos y pre- siste en el hallazgo de armas, como puntas
sencia de terrazas o plataformas. de proyectil confeccionadas a partir de dis-
En todas las localidades arqueológicas tintas materias primas. La mayor parte de
del valle de Hualfín –La Ciénaga, Asampay, ellas fueron manufacturadas con obsidiana
Eje de Hualfín, Puerta de Corral Quemado, procedente de la Puna catamarqueña, para
Corral Quemado, entre otras- se han detec- cuya obtención debieron trasladarse por
tado evidencias arquitectónicas de defensi- más de 200 km o adquirirla por intercambio
bilidad representadas por sitios en altura, si con otros grupos (Fig. 7).
bien dichas alturas son variables –entre 50 y También se considera una prueba de vio-
200 m sobre el nivel del terreno-. En algunos lencia el hallazgo de restos esqueletales hu-
sitios existen barreras artificiales, dadas por manos decapitados o con traumatismos se-
la presencia de murallas de gran longitud veros que podrían haber causado el deceso
y de sistemas de muros múltiples –Cerro de las victimas. Un hallazgo interesante en
Colorado de La Ciénaga de Abajo, Cerrito este sentido está constituido por el cuerpo
Colorado de La Ciénaga de Arriba, El Moli- de una mujer sin cabeza, debajo del piso de
no de Puerta de Corral Quemado-. Aunque una habitación de Loma de los Antiguos,
muchas de estas murallas y muros no tenían sitio en el que también fueron recuperadas
gran altura, debieron facilitar la circulación numerosas puntas de flecha de obsidiana y
de los pobladores por las laderas así como de hueso.
brindar la posibilidad de parapetarse para Asimismo, ciertas características de aban-
vigilar y alertar en caso de que alguien se dono de los sitios como incendios masivos
aproximara. Por otra parte, la sola presen- -tal el caso de una habitación en Loma de
cia de estas construcciones representaba un Ichanga-, en algunas circunstancias pueden
factor disuasivo. ser interpretadas como consecuencia de en-
Asimismo, deben haber operado las ba- cuentros violentos entre grupos.
rreras naturales, tales como los ríos, que El crecimiento de la población, las fluc-
funcionarían como obstáculos durante el tuaciones climáticas, la escasez de recursos
verano. Ejemplos de estas situaciones se ob- y las modalidades de asentamiento tuvie-
servan en Cerro Colorado de La Ciénaga de ron lugar en el valle antes de la llegada de
Abajo, Pueblo Viejo del Eje de Hualfín y El grupos extraños al mismo. Por este motivo,
Molino de Puerta de Corral Quemado –en- creemos que los mismos pobladores Belén
tre otros-, ubicados a la vera de ríos cuyos deben haber vivido pugnando por legitimar
caudales se incrementan en grandes propor- liderazgos y derechos. Por otra parte, sus

VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO C APíTulo 2 39


ARqueologíA y PAleonTologíA de lA PRovinCiA de CATAMARCA

Figura 7. Puntas de proyectil de obsidiana recuperadas en los sitios Campo de Carrizal. (A), Loma de los Antiguos (B),
Cerro Colorado (C) y Lajas Rojas 4 (D). (M. Flores).

convivencias con pobladores de las áreas leCTuRAS SugeRidAS


vecinas –como los grupos santamarianos-,
deben haber implicado tensiones. Ambrosetti, J.B. 1896. El símbolo de la serpiente
Probablemente, la llegada de los inkas al en la alfarería funeraria de la región Calcha-
territorio haya potenciado los enfrentamien- quí. Boletín del Instituto Geográfico Argen-
tos internos. La relación de estas áreas peri- tino. Tomo XVII. Cuadernos 4, 5 y 6. Buenos
féricas con los inkas puede haber incluido Aires.
Ambrosetti, J.B. 1906. Exploraciones arqueo-
diferentes modalidades como la producción
lógicas en la Pampa Grande (Provincia de
de alimentos que luego fueran distribuidos
Salta). Revista de la UBA, publicaciones de
en centros inkaicos -como El Shincal en Lon- la Sección Antropológica 3, Tomo VI.
dres- o la provisión de mano de obra en al- Balesta, B. y N. Zagorodny (editoras). 2011. Al-
gún centro metalúrgico -como Quillay den- deas protegidas, conflicto y abandono. In-
tro del mismo valle-. Esto proporcionaría vestigaciones arqueológicas en La Ciénaga.
una situación privilegiada a algunos líderes Ediciones Al Margen. La Plata.
locales, pero esta misma situación genera- González, A. R. 1977. Arte precolombino de la
ría conflictos con otros grupos Belén. Con Argentina. Filmediciones Valero. Buenos
posterioridad se produjo la llegada de los Aires.
españoles, que finalizan el proceso de des- Wynveldt, F. 2007. La estructura de diseño de-
estructuración con la consiguiente extinción corativo en la cerámica Belén (Noroeste ar-
gentino). Boletín del Museo Chileno de Arte
de las poblaciones del valle de Hualfín.
Precolombino 12, 2: 49-67.

40 CAPíTulo 2 VIDA, GUERRA Y MUERTE EN HUALFIN PREHISPANICO

Vous aimerez peut-être aussi