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FORJA es una agrupación política que se crea el 29/6/1935, en plena década infame,
frente a la claudicación de los alvearistas. Hoy es conocida por sus cuadernos, pero la
asociación militaba desde diversas formas sus ideas. La diferencia de los cuadernos, era que
se publicaban quincenalmente, aunque con el tiempo la periodicidad fue variando, quizás
por la profundidad de los temas investigados. Denunciaban tanto la dependencia del
imperialismo británico, como la reproducción y profundización del mismo debido a la
obsecuencia de la oligarquía que desde el 6/9/30 había derrocado el segundo gobierno
democrático de Yrigoyen, el cual los forjistas afirmaban, fue gran oposición a los poderes
concentrados. El segundo gobierno de Yrigoyen era visto como un nacionalismo trunco.
Para el autor hay un dilema de la cuestión nacional en aquellos países semi-coloniales que
tienen una dependencia real con respecto a la superestructura cultural. La prensa en todo
esto, siempre cumple un rol fundamental, como vocera del poder concentrado. Sin
embargo, también hay prensa independiente que puede denunciar ese fenómeno de
dependencia. Ente éstos se ubica FORJA.
Por último, el (CI) es una arena donde se dirime la cultura legítima. Luchan agentes de
distintos rangos (recién llegados, ya establecidos, consagrados, etc.), que para definir la
cultura legitima, habrá distintos poderes, cuya necesidad es tener capital
simbólico/reconocimiento (lógico que éste se va ganando, perdiendo y disputando de
acuerdo a múltiples razones). No obstante, este mundillo está relacionado con la clase
dominante que Bourdieu la pone por encima de los intelectuales (que son dominados y
fracción de aquellos) llamándola dominación simbólica. En efecto, así como hay un orden
político legítimo, también existe una cultura legítima (Cs. dom=ideas dom.), que aunque
otros no las comulguen o no sean parte, las reconocen.
Capital cultural, Miceli.
Son tipos de recursos y medios, menos tangibles que los comunes y tradicionales que
amasaron las grandes familias y grupos jerárquicos constituidos históricamente. No debe
entonces confundirse con otras modalidades de moneda social corriente, como el poder
político, la propiedad u otros.
Los Intelectuales de coyunturas anteriores, podían tener un capital cultural debido a que
su familia había amasado por mucho tiempo un prestigio en consultorías-médica o jurídica-
rentas-agroindustrias-o actividades políticas que les generaban ingresos para dedicarse a
cultivar gustos refinados. Las familia Bunge, Mitre, etc, tenían grupos de socialización
donde discutían sus temas de poder, como sus gustos literarios o musicales. A su
descendencia la dotaban de medios y facilidades que les permitan integrar esos centros de
sociabilidad y conseguir la dotación de la cultura erudita.
Con la institucionalización del (CC), esto es cuando aumenta el capital escolar, fue
masificándose la posibilidad de acceder a profesiones especializadas que requieren un nivel
de instrucción superior al de un obrero de la vieja guardia. Los créditos institucionales
visibles, como diplomas y títulos- acreditan un nivel de capital cultural-. A modo de redes
interconectadas, aquel sería como la moneda decisiva entre los intercambios materiales y
simbólicos. El sistema de enseñanza; el de reproducción cultural erudita; la industria
cultural; las instituciones políticas; y los mercados más dependientes del trabajo intelectual
y simbólico tiene pulsaciones internas y tensiones que inciden en la jerarquía social. El
(CC) subraya todo ese conjunto de nodos por donde él pasa.
Ciudad, Gorelik
Cuando la (C) deja de ser una aspiración de progreso, y pasa a ser un problema, se vuelve
central para las proposiciones sociológicas relativas a la desorganización. En la literatura
hay más ambigüedad, porque la (C) puede ser una metáfora espacio-temporal o actor-
escenario de los nuevos dramas sociales. Sin embargo, desde antes de la (RI) tenemos
ejemplos de intervencionismo estatal para la disciplina y la asistencia: estadística, higiene,
innovaciones legislativas y racionalización de los servicios urbanos. El pensamiento
ilustrado veía a la (C) como un lugar de circulación (donde fluían bienes, servicios,
personas) que conformaba al organismo final, cuya salud determinaba la sociedad que la
habita. La (C) con mejor salud, era la que albergaba a la sociedad más civilizada.
La 1° es a fines del XIX, identifica a la ciudad con su propia cultura urbana novedosa. El
binomio ciudad/sociedad, por primera vez es un objeto científico de indagación. La (C)
deja de ser un contexto problemático de la sociedad moderna y pasa a ser la clave para
explicar aquella (siempre existieron ciudades, pero no así). Esta configuración, estructura 3
enfoques.
El que tiene a la (C) con noción de adaptación (tiene parámetros biologicistas y criterios
ecológicos). De la Bache uso la expresión género de vida, donde incluía relación activa
entre los hábitos, las formas de hacer y los paisajes; la (C) sería su parte más evolucionada
porque se reducen allí los condicionamientos ambientales. Esta visión influye a las que
conciben a la (C) como nodos (puntos de intensificación de las funciones económicas de la
región) o almas de ciudad (formación socioespacial de un ser colectivo, producto de la
cooperación y adaptación en el ambiente).
El 3° es el que forma la [urbanística clásica] que unifica todas las técnicas y lenguajes
científicos que, por separado, se encargaban del diagnóstico y la intervención de la ciudad.
La urbanística no es un manufacto que alberga a toda la sociedad, sino que ahora es un
organismo que se reduce a sus funciones (transporte, verde público, sistema de desagües).
Este corpus presente dos tensiones: la (C) como un organismo productivo (fuente de
acumulación capitalista e instrumento de producción) y su organización como servicio
social. Esa pugna pone límites a la identidad reformista de la urbanística; y la que busca
recuperar los valores culturales tradicionales de la ciudad, que son amenazados por la nueva
urbanística. Se adhería que la ciudad industrial inició el caos en detrimento de la tradicional
(perspectiva deudora del romanticismo).
La 2°da configuración comienza por el ’30 y se hace dominante luego del ´45. A
diferencia de las anteriores visiones, la dimensión trágica de la ciudad es atenuada (raro en
plena guerra) por una adhesión al vocablo modernización como patrón de evolución, donde
está ligada al desarrollo industrial y la consolidación de un poder político centralizado. Ya
algo había sido planteado por Weber: donde el mercado (formado en la ciudad medieval)
era un tipo de sociabilidad caracterizado por la racionalidad y la constitución de una esfera
pública autónoma, cuyo complejo civilizatorio tiene la relación tripartita de urbanización,
industrialización y burocratización. En efecto, esto que podría ser una teoría de
modernización por estadios, también es a priori el estadio a donde se quiere llegar, porque
en la ciudad anida esa triada y, a su vez, es el agente inductor.
El Estado de Bienestar adhiere a esta configuración, produciendo y generando servicios
sociales, asumiendo que las disciplinas que tengan que ver con lo urbano y sus
problemáticas, tenían que tener una planificación global del uso del suelo que racionalice el
espacio y la sociedad. Por ello, Planificación es la palabra que da un sentido a la expansión
de un orden previsto, por lo cual las disciplinas de lo urbano, necesitan adquirir un status
más científico: la capacidad de previsión del cambio socioespacial lo requiere.
En los ´30 nacen los planes regionales metropolitanos como la Gran Berlín/Londres y sus
instituciones específicas, y se lanzan los programas masivos de transformación (energía,
vialidad, turismo) en la búsqueda de reequilibrios territoriales nacionales. Los límites entre
ciudad/campo son disueltos, por una urbanización de los modos de vida (cultural y
productivo).
Luego del ’45 se vieron dos visiones urbanísticas relevantes: la de larga tradición
antimetropolitana (del Plan de Londres de 1944) y la que surge en los congresos de
arquitectura moderna (CIAM) [Carta de Atenas 1934, Le Corbusier]. A pesar de que
proponen cuestiones disímiles (desconcentración en ciudades-jardín satélites y
concentración habitacional a través de grandes pabellones de vivienda por el verde)
coinciden en liberar la vida social tradicional urbana, y tener en sus prácticas de
planificación una mixtura desde la reconstrucción de viejas (C)europeas hasta la realización
de New Towns/Villes Nouvelles/capitales del 3° Mundo como Chandigarh o Brasilia: desde
las propuestas de [polos de desarrollo] hasta los proyectos de [renovación urbana]
Otros abordajes frente a ese funcionalismo moderno son: los situacionistas franceses y su
psicogeografía con deriva antiutilitaria; la formulación de la (C) en términos de
comunicación (con perspectiva semiológica) en la (C) como texto; se empieza a identificar
la (C) como un espacio histórico-social singular de hechos y representaciones y se
historizan las propias prácticas sobre ella. Tafuri es un ejemplo, que establece la relación
entre (C)-vanguardias estéticas-modernidad, produciendo una crítica del papel jugado por
las disciplinas artísticas y arquitectónicas en el desarrollo metropolitano; Williams
establece una relación entre ciudad y literatura que será definitoria en los [estudios
culturales], mientras que Foucault produce la noción espacio-poder viendo a la (C) como
una máquina de producir y reproducir poder: espacio heterotópico socialmente producido
por una trama de relaciones, materialización de la cambiante textura de las prácticas
sociales.
La crítica al paradigma modernización, desde Francia se desarrolló con Lefebvre, que
identifica al espacio urbano con un potencial emancipador que justifica la lucha [por el
derecho a la (C)]. En los ’70 la crítica de que la sociología urbana no es una ciencia sino
una ideología (estructuralismo marxista, Castells) toma importancia en LATAM: hay una
necesidad de interdisciplinariedad (para ver la ideología que está detrás); y un interés por
políticas públicas de control social ([la cuestión urbana] pone a la (C) como lugar
estratégico de la gestión estatal de los conflictos sociales) lo que define nuevos actores,
como los [movimientos sociales] que ven en el consumo el tradicional interés del
pensamiento crítico por el trabajo. Por otra parte, cuando se desvanece la idea de la ciudad
moderna por estas múltiples perspectivas, Europa comienza a [volver] a su ciudad histórica
considerada como [obra de arte]; y por el contrario, USA se apoya en lo nuevo: la cultura
de masas, que adhiere a la clave pop, la publicidad y el mercado.
Los debates de los ’80 fueron entre lo post-moderno; modernismo ilustrado e hiper-
modernismo. Y la mirada de Benjamin fue revisitada, la (C) como ruina de la modernidad
ya sea para criticarla o celebrarla. La idea de disolución por un lado tiene visiones
optimistas, aceptando las nuevas condiciones de la [hiperciudad] como megalópolis, donde
lo que identifiquemos como (C), sea con las partes tradicionales (lo menos); y por otro
visiones pesimistas, donde la metrópolis ya entró en descontrol generando un fracturado
escenario. Visión más aceptada porque se alimenta de la vieja idea de la ciudad como caos
y descontrol, y la evidencia de que en la (C) hay más problemas que soluciones, algunas
producto de la mala planificación.
Todo ello vinculaba a ARG con los precios de exportación (en oro como en divisas) y
por ende, con los mercados mundiales agrarios. Éstos no son estables y en cada 3-5 años
cambia en cantidades por sequías. Los cambios de un consumo interno en alza, se trasladan
a los excedentes exportables (sic.)
Por otro lado, las condiciones monopólicas influyeron sobre el volumen y los precios de
exportación. Entre un 60-80 % de la EXP de granos estaba en manos de “Cuatro Grandes”
cerealistas y los frigoríficos estaban organizados en un pool de 3 empresas de USA y 2 de
GB que manejaban el espacio para las carnes del RDP a GB en sus bodegas refrigeradas.
Aquí interferían las típicas subfacturaciones y guerras de precios, típicas en estos garcas
monopólicos que siempre te cagan cada vez que pueden.
Los valores de EXP , según un índice, experimentaron una inestabilidad entre 1917-29
(16, 8%); distinta a la del 1948-58(9, 06%). La relación de los períodos en los ’20 fue mala
con respecto a cualquiera (antes o después). Si los precios de IMP-EXP varían u oscilan en
la misma dirección, su inestabilidad no es un problema si se trata en la capacidad de IMP y
Bza de pagos. Pero no pasó eso. Los términos de intercambio fueron malos en esta década,
y solo se recuperaron luego del ´45.
1919-22 Bajaron un 24% En promedio, hubo un 27% de caída con
1923-25 Subieron un 37% respecto al nivel obtenido en 1913 (’20). Y
1926-27 Bajaron un %10 en los ’30 el promedio fue el mismo.
1928 Subieron un 35%
1929 Bajaron 7%
Las importaciones, que representaban gran parte del PBI, tenían una elasticidad de
ingreso alta (+ demanda). Que incluso continuaba cuando disminuían las exportaciones y la
actividad interna (que serían como las dos condiciones para que exista + demanda).
Justamente, se creaban problemas una vez que el ciclo descendía. Además, las
importaciones no eran fáciles de reducir, porque suplían el consumo; insumos productivos
y bienes de capital. Entones si hay cargas fijas, pero inestabilidad en el ingreso de divisas
tenemos: las importaciones entre el 25-29 eran el 13% del consumo; participaban en el 24,8
% del PBI; los bienes intermedios de importación representaban un 8% del PBI y la
maquinaria un 35,5 % de la inversión interna. Antes, en plena guerra, la escases de
productos importados hizo que disminuya 20% el PBI entre 1913-17.
Los que proveían de divisas eran las firmas cerealistas y frigoríficos, lo que generaba que
las reservas estén bajo control monopólico, descontando que no había ningún organismo
estatal de lo pudiera contrarrestar. Además, la estructura triangular del comercio exterior
hacía depender a la ARG de GB (particularmente los ganaderos); tenía un excedente
comercial con aquél país (valor de las exportaciones es + que el de importaciones) y un
déficit con USA. ARG dependía de que GB financie el excedente de importación (convertir
la libra en dólares) o que USA siga exportando capital neto (demanda de bienes y servicios
aquí, por extranjeros) a la ARG. Las dificultades de la economía GB, eran importantes para
ARG. Si no traían dólares dolía y si buscaban mercados para sus declinantes exportaciones
también.
La caída en la Bza de pagos, anticipamos que era por un descenso de los precios
mundiales. En el año agrícola comercial del 28-29 (que ARG, de mayo a mayo, el precio
del quintal de trigo declinó de 11,81 $ a 8,44 $ respectivamente) la cosecha de los
principales países aumentó en todo el hemisferio norte. Hay dos vertientes explicativas: La
cuestión de la demanda, por lenta tasa de crecimiento poblacional en el noroeste de Europa,
principal área de importación de cereales y una reducción del consumo per cápita del trigo
en pos de otros alimentos. Y la noción de la oferta, en la recuperación europea (a partir del
’25) sin una reducción de aquellos países que habían incrementado sus producción en la
guerra (Australia, Argentina y, quien más despegó, USA).
16 15.3
14.31
14
12.2 Trigo Maíz
12 11.31
10.5
9.21 9.68
10 8.53
8
6
4
2
0 0 0 0
0
1920-24 1924-25 1925-26 1926-27 1927-28 1928-29
Las tierras adecuadas para el cultivo de trigo en BS.AS pasaron de 377 $ por Has a 324 $
(en los años 1926-29 respectivamente). Las destinadas a invernada cayeron esos mismos
años de 382 $ por Has a 293 $. En síntesis, la caída de los precios agrícolas estuvo en
consonancia con las tendencias mundiales, y es previa a 1929. A su vez, había una
declinación para los productos de zonas templadas.
El cuadro siguiente muestra la relación de los precios respecto a 1914, donde se detiene el
crecimiento y se llega a una etapa de meseta.
Precios promedio internos para todo el sector
rural
180
156.8
145.7 160
131 136.2
127 128.6 140
120
100
80
60
40
20
0
1920-24 1925 1926 1927 1928 1929
El promedio de los años 1920-24 es en relación al de 1910-14 =100
Ya a mediados del ´28 existían indicios de la caída de la actividad €. Cayeron los precios
de EXP (respecto de 1913: en 1922 cayó un 6% y en 1932 un 52%); hubo pérdidas de
cosechas en el 1929-30. Desde el punto más alto y más bajo (del 1928 al 1932) los precios
de EXP cayeron un 64%, pero como también cayeron los precios de IMP un 41%, los
términos de intercambio solo cayeron un 40%. Si bien ésta fue más acentuada que a
principios del ´20 (de 24%) los períodos comparados de 1921-22 y 1931-32 tienen un 60%
promedio, con respecto a 1913=100. No obstante, esta igualdad relativa tiene la diferencia
de que en los ’30 los niveles absolutos eran menores (habíamos dicho que el precio de EXP
bajó un 52% respecto de 1913).
Los volúmenes de EXP sólo tuvieron oscilaciones, que giraban en torno al clima y las
pérdidas de 1930 y 1933. ARG al igual que otros países, disminuyó sus ganancias pero no
mucho sus volúmenes. En total, se produjo una caída de 67% en los valores de EXP y una
disminución de 45% en el poder adquisitivo de las EXP (ambas de 1928-32).
Por otra parte, la otra fuente de problemas que es el ingreso de capital EXT: los ingresos
no compensatorios se detuvieron entre 1929-33 y el servicio de capital EXT no se detuvo
tanto, llegando a restar un 37,8% del valor de las EXP de 1933. En la 1° mitad del ´32 se
EXP oro y hubo acumulación de saldos en la espera de un mejor tipo de cambio (es decir,
no salían de ARG). En el período 1928-32 los volúmenes de IMP bajaron un 55% y la
capacidad de importación bajó un 53%.
2.3.3 Precios e ingresos.
Viendo la caída del ingreso nacional entre los distintos grupos y sectores, en el mercado
interno, la depreciación del peso (por el cierre de la Caja de Conversión a fines del ’29)
frenó las fuerzas deflacionarias. Los precios mayoristas en ARG bajaron un 9%, mientras
que los precios de EXP e IMP disminuían más del 60% y 40%, porque la libra subió 19% y
el dólar 65%.
Las tasas no cayeron. De 5,75% por año en 7/28 pasaron a 7,91% en 12/31, para
comenzar a bajar a 7,04% a fines del ´32 (las tasas para los productores rurales no eran
bajas). Sin embargo, el peso de la deuda con la caída de los precios agropecuarios, fue
grande. Por su parte, los terratenientes (solo el 35% te las tierras pampeanas estaban en
manos de sus productores) tuvieron problemas porque los arrendamientos se hacían en
dinero, que bajaron entre un 30-40%. Por último, los precios de la tierra rural disminuyeron
entre un 30-50%.
Teniendo en cuenta los quinquenios anotados, el sector rural debió soportar la carga de
los ajustes frente a los sectores urbanos. El poder adquisitivo de la producción rural cayó un
25% y como ésta representa la tercera parte del PBI, la baja se traduce en un 8% del ingreso
nacional. Por su parte, los ingresos urbanos deberían haber mantenido su valor total, sin
grandes cambios, porque el costo de vida es similar a la del sueldo.
La población, creció un 13% entre 1925-29 y 1930-34 (dato que nos aproxima a los
niveles de vida). Por lo cual el ingreso nacional bruto pér cápita cayó en esos mismos años
alrededor de un 20%.
2.3.4 la recuperación.
Si nos adentramos en los precios internos: hubo dos años inflacionarios 1934 y 1937; las
tasas de interés nominales bajaron de un 8% al 5,0% y la deuda comenzó a licuarse porque
las tasas se hicieron negativas. Los precios relativos rurales y los no rurales fueron
divergentes: de 1933-37 los primeros subieron un 84% y los segundos un 22,5%. Y los
términos de intercambio interno (rural-urbano) subieron un 53%
4. algunas consecuencias de la Depresión sobre la € ARG
Se considera como un caso más del ciclo € ARG. Pero por otra parte, aceleró una nueva
fase de división internacional del trabajo, donde las transacciones internacionales perdieron
importancia. ARG como € abierta tuvo que soportar y adaptarse al cambio del nuevo orden.
El ritmo de crecimiento. Fue el más lento de la Depresión, cuando antes tuvo un rango
alto. En términos pér cápita, el crecimiento fue negativo: hubo una caída de casi el 7% en el
ingreso promedio pér cápita entre los dós quinquenios 1925-29 1935-39
Las EXP perdieron parte de su importancia. La relación entre EXP y PBI cayó desde su
nivel de 23.8% (1925-29) a 19,1% (1935-9). Para el sector rural pampeano la demanda
EXT representó un 58% del total, en comparación al 67% anterior. Para la ruralidad total, la
demanda interna ascendía al 57% del total, comparado con el 49 de antes de a Depresión.
Reducción del coeficiente de importación. En proporción al PBI, las IMP bajaron de un
25% al 15%. En la IMP directa de bienes de consumo la caída fue fuerte, un 50%, desde un
13,3 al 6,8 en el lapso de 10 años.
El capital EXT dejó de invertir en ARG. No obstante el capital Ext jugó un papel fuerte
en la expansión de la industria manufacturera a través de empresas transnacionales y capital
EUR.
Hay diferencias entre el lento crecimiento registrado y el desarrollo previo de la €.
Entre 25-29 a 35-39 el PBI subió un 19.8%; la producción rural solo lo hizo un 15.95% y
específicamente la pampeana creció un 10.8%. y la de granos un 2,1. Si se subdivide entre
EXP tradicionales y actividades “nuevas”, vemos que en el 1° los productos crecieron un
5% y el 2° aumento un 30%. Éstas estaban destinadas a satisfacer la demanda interna y su
alto crecimiento fue por el comienzo del ISI.
Dentro de los EXP hubo un desplazamiento desde los cereales y el lino hacia la carne,
cuya actividad creció un 11%. Puede deberse a un traslado de precios relativos para el
grano, en términos de carne, cayeron de un 113,7 en 1926-29 a 83,5% en 1930-31 y solo
retornaron a 108 en 1932-39.
El crecimiento de la actividad manufacturera fue mayor que el del PBI, pero no lo fue con
respecto a otros rubros. Comparando 27-29 y 41-43 el PBI creció 1,8% anual., mientras que
el industrial lo hizo 3,4% anual. (1,9 veces más que el PBI). Su participación en el PBI por
lo tanto aumentó de 18 % en el ´29 a 20, 9 en el ´39).