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¿Qué es la cavitación?

¿Cómo evitarla?

Cuando en una tubería que transporta agua la presión interior comienza a caer por
debajo de la presión atmosférica se inicia el vacío. A medida que desciende la
presión, el vacío aumenta, aunque el agua sigue líquida. Es a partir de un
determinado valor de vacío cuando el agua cambia de estado y se transforma en
vapor.

Un líquido puede pasar a vapor debido a dos circunstancias, o bien porque aumente
su temperatura o bien porque disminuya su presión. En el caso del agua, y para una
temperatura de 10ºC, considerada como la temperatura media del agua en los
bombeos, el cambio de estado se produce cuando la presión absoluta es de 9 mm de
columna de mercurio, lo que equivale a:

Esto es lo mismo que decir que la presión de vacío relativa es:


Cuando el agua pasa a vapor, libera gases que se encontraban disueltos y se forman
unas burbujas (las cuales se denominan cavidades, de ahí el nombre del fenómeno)
que viajan con la corriente líquida y que, al ganar presión nuevamente aguas abajo,
explotan con violencia. Es lo que se conoce como cavitación.

Si, por ejemplo, una válvula en una conducción opera con una escasa abertura y un
alto caudal provoca una alta pérdida de presión debido al rozamiento de la
corriente líquida con el obturador de la válvula. Al mismo tiempo se produce un
notable incremento de la velocidad del fluido, consecuencia directa de la
disminución del área de paso ya que:

Q=S·v

Donde Q es el caudal que circula por el estrechamiento, S su sección y v es la


velocidad del fluido. Al disminuir la sección aumenta la velocidad del fluido, es lo
que se conoce como efecto Venturi.
Este aumento de la velocidad trae consigo una disminución de la presión. Si en esta
bajada de presión se alcanza la presión de vapor del fluido (en nuestro caso la
presión de vapor del agua) se crean unas burbujas de vapor y aparece entonces el
fenómeno de la cavitación. Estas burbujas de vapor viajan con la corriente hacia
zonas donde la presión se incrementa de nuevo debido a que la sección se hace
mayor –esto ocurre realmente en un espacio muy pequeño- ocasionando la violenta
implosión de las mismas. Si las burbujas explotan en las proximidades del
diafragma o de las paredes de la válvula o de la tubería llegan a causar importantes
daños, generando además ruidos y vibraciones en la instalación.

En los siguientes esquemas se visualiza gráficamente lo comentado.

Un estrechamiento produce en la corriente un aumento de su velocidad y una


disminución de la presión.
Cuando la disminución de la presión alcanza y rebasa la presión de vapor del
líquido (agua en este caso) se forman burbujas debido a la liberación del aire
contenido en el agua, que al poco tiempo colapsan. Este fenómeno, llamado
cavitación, sucede a una presión absoluta de 0,12 mca (presión de vapor para una
temperatura del agua de 10ºC). En la tabla siguiente se dan valores de presión de
vapor según temperatura del agua

Cuando la presión se recupera las burbujas colapsan y explotan. Cuando lo hacen


cerca de las paredes de la válvula o de la tubería ocasionan importantes daños.

En las fotografías siguientes observamos los daños por cavitación en las partes
metálicas de las válvulas.
En la imagen anterior se muestran los daños producidos en el obturador de una
válvula de compuerta que no se cerró completamente. En la pequeña sección de
paso el agua alcanzaba grandes velocidades. Tras varios meses de uso la
cavitación generada causó dos grandes perforaciones en el disco metálico.
Obviamente el problema de la cavitación no tiene ninguna importancia cuando se
trata de válvulas de abrir y cerrar, siempre y cuando se utilicen para abrir y para
cerrar completamente, no para regular. Sin embargo puede convertirse en una
cuestión fundamental cuando se trata de válvulas reguladoras y más si trabajan con
altas reducciones de presión y con caudales elevados.

Las casas fabricantes de válvulas suelen dar información detallada sobre los riesgos
de cavitación según las condiciones de uso de la válvula. En el gráfico siguiente
observamos una información con la zona de daños por cavitación que proporciona
un fabricante para un modelo de válvula, teniendo en cuenta el diferencial de
presiones aguas arriba y aguas abajo.

Además de comprobar los gráficos sobre riesgos de cavitación que suministre el


fabricante, se recomienda no instalar una válvula reguladora de menor tamaño que
el considerado adecuado para las condiciones de trabajo de la instalación. Existen
no obstante dispositivos anticavitación que se acoplan al obturador de la válvula
para reducir los efectos.

Siguiendo con las recomendaciones, no se deben de utilizar válvulas de compuerta


para trabajar en posiciones intermedias, ya que son dispositivos que están
diseñadas para abrir completamente o para cerrar completamente una conducción,
no para regular.

Si en una conducción a presión van a existir grandes diferencias entre los caudales
circulantes, normalmente se coloca en paralelo con la válvula reductora de presión
principal una segunda válvula de menor tamaño que trabajará cuando los caudales
sean bajos, tal y como se muestra en la figura.
La cavitación también aparece en los bombeos. Si una bomba centrífuga opera con
una aspiración excesiva, la presión a la entrada puede disminuir hasta llegar a
alcanzar la tensión de vapor del agua. Se desprenderían entonces burbujas de vapor
que, cuando la presión se recupera, explotarían violentamente ocasionando graves
daños en los mecanismos de la bomba.

La zona de la bomba con menor presión es la sección de entrada, la boca de


aspiración, justo antes de los álabes del impulsor o rodete. Una vez que el fluido
llega a los álabes empieza a aumentar su presión a medida que recorre el impulsor
hasta el difusor de salida. Es por ello que la erosión producida por la cavitación se
localiza justo en el inicio de los álabes, cuando se empieza a recuperar la presión y
las burbujas de vapor explotan.

Graves daños producidos en rodetes y álabes del impulsor debido a la cavitación

Para que una bomba funcione sin cavitación debe de cumplirse la relación
siguiente, en la que se añade 0,5 metros por seguridad:

NPSHdisp ≥ NPSHreq + 0,5


Véase la entrada “Qué es y cómo se calcula el NPSHdisp de una bomba centrífuga”
Por último en las conducciones también puede surgir el fenómeno de la cavitación.
Existe una fracción de aire que viaja disuelto en el agua. El contenido de aire
disuelto en el agua depende sobre todo de la presión y la temperatura. A mayor
presión el contenido de aire disuelto en el agua es mayor. A mayor temperatura, el
contenido de aire disuelto disminuye. En condiciones de alta temperatura y baja
presión el aire se libera en mayor proporción.

En los cambios de pendientes de las conducciones se producen alteraciones de la


presión dentro de las mismas, lo que hace que pueda liberarse aire disuelto con la
consiguiente formación de bolsas de aire. Esto es particularmente importante en
impulsiones donde la presión va disminuyendo progresivamente a lo largo de la
conducción.

Una vez que la instalación está en funcionamiento las bolsas de aire se desplazan
por la tubería y se acumulan en las zonas más elevadas y a lo largo de accesorios y
derivaciones.

Las bolsas de aire y el aire disuelto en el agua pueden ocasionar entre otros
inconvenientes cavitación en los accesorios a causa del estrechamiento que se
produce en la sección del tubo y el consiguiente aumento de velocidad del fluido.

Las bolsas de aire reducen el caudal que circula por la tubería perdiendo eficiencia el
sistema debido a las altas pérdidas de carga generadas. En algunas ocasiones incluso se
puede detener la circulación del flujo por falta de presión (riegos por gravedad)

Para eliminar el inconveniente que supone la formación de bolsas de aire en la


conducción se deben de instalar válvulas ventosas. Véanse las entradas: “El aire en
las tuberías (I)”, “El aire en las tuberías (II)”
El aire en las tuberías: Un
problema que a veces es
parte de la solución (I)
El aire llena totalmente los conductos cuando se ponen en servicio por vez primera
o cuando han sido vaciados por cualquier causa. En estos casos la cantidad de aire
que se debe de evacuar es muy grande y por tanto es una operación delicada sobre
todo por la velocidad que puede alcanzar el agua durante la operación de llenado de
la tubería.

Por otra parte, en el funcionamiento normal de una instalación, el aire puede


introducirse en las conducciones con la puesta en marcha de la bomba y por el
proceso de succión en los vórtices formados durante la aspiración.

Existe una fracción de aire (realmente es oxigeno ya que el nitrógeno es


prácticamente insoluble) que viaja disuelto en el agua. El contenido de aire
disuelto en el agua depende sobre todo de la presión y la temperatura. A mayor
presión el contenido de aire disuelto en el agua es mayor. A mayor temperatura,
el contenido de aire disuelto disminuye. En condiciones de alta temperatura y
baja presión este oxígeno se libera en mayor proporción.
En los cambios de pendientes de las conducciones se producen alteraciones de la
presión dentro de las mismas, lo que hace que pueda liberarse aire disuelto con la
consiguiente formación de bolsas de aire. Esto es particularmente importante en
impulsiones donde la presión va disminuyendo progresivamente a lo largo de la
conducción.

Una vez que la instalación está en funcionamiento las bolsas de aire se desplazan
por la tubería y se acumulan en las zonas más elevadas y a lo largo de accesorios y
derivaciones.

Las bolsas de aire y el aire disuelto en el agua pueden ocasionar los siguientes
problemas en las conducciones:

 Roturas de las tuberías debido a sobrepresiones o incluso a depresiones.


 Limitación parcial o total de la circulación del agua.
 Pérdidas de la eficiencia del sistema y aumento de costes.
 Cavitación en accesorios (válvulas, hidrantes y reguladores de presión)
 Inexactitud en las mediciones de caudal y desgaste de partes móviles de contadores.
Las bolsas de aire reducen el caudal que circula por la tubería perdiendo eficiencia el
sistema debido a las altas pérdidas de carga generadas. En algunas ocasiones incluso se
puede detener la circulación del flujo por falta de presión (riegos por gravedad)

Durante el proceso de llenado de una tubería siempre se acumularán en los puntos


altos bolsas de aire. Estas bolsas, debido a la presión del agua que va llenando la
tubería, se desplazan en sentido contrario y a gran velocidad. El aire que queda
atrapado en la parte alta, al perder esa velocidad, aumenta su volumen,
provocando un estrangulamiento de la vena líquida que impide por completo, en
algunos casos, la circulación del agua. Además la gran comprensibilidad del aire
puede ocasionar daños importantes en la instalación si no se toman medidas para
evacuarlo.

La manera de solucionar los inconvenientes del aire en las conducciones es


utilizando unas válvulas de aire o ventosas.

1.- Tipos de ventosas


Las ventosas son dispositivos automáticos que permiten el paso del aire desde la
tubería a la atmósfera o desde la atmósfera a la tubería, según que la presión en ésta
sea superior o inferior a la presión atmosférica.
Válvulas ventosas. El aire es expulsado a la atmósfera a través de las toberas o conductos
superiores. Asimismo a través de estos mismos conductos puede penetrar el aire en el
interior.

Ventosas de pequeño orificio de salida


Se denominan también purgadores, ventosas de alta presión o de efecto
automático.

Tienen un orificio de salida de aire de pequeño diámetro (no más de 25 mm) y su


función es evacuar las pequeñas burbujas que se liberan durante el normal
funcionamiento de la instalación, por tanto, evacuan pequeñas cantidades de aire.

Se componen de una boya o flotador que es empujado por el agua de la tubería que
llega a la válvula. Durante la operación normal del sistema, pequeñas cantidades de
aire van entrando y se van acumulando en la parte inferior de la válvula lo cual hace
descender el flotador saliendo el aire al exterior. El peso del flotador es superior a la
fuerza que produce la presión sobre el orificio de salida.

Los purgadores sólo permiten la salida del aire, no su admisión.

Funcionamiento de un purgador: cuando se acumula aire en el interior de la cámara de


la válvula el flotador desciende y permite su salida al exterior. No permiten la entrada de
aire en el interior de la conducción. (Del catálogo Bermad izquierda e Irua derecha)

Ventosas de gran orificio de expulsión y de admisión de aire


Se denominan también de efecto cinético o de baja presión. Están especialmente
diseñadas para evitar un cierre anticipado, realizando por tanto una eficaz
expulsión del aire. Si la ventosa no es cinética puede cerrarse anticipadamente y
como consecuencia quedarían en el interior de la tubería bolsas de aire.

Las ventosas de efecto cinético tienen un orifico de grandes dimensiones, de 25 a


400 mm de diámetro, de manera que permite la salida de grandes cantidades de
aire cuando la instalación se está llenando y, así mismo, la entrada de grandes
cantidades de aire cuando la tubería se vacía ya sea voluntaria o accidentalmente
como consecuencia de tareas de mantenimiento, reparación o roturas. Algunos
modelos, como veremos más adelante, están además especialmente indicados para
controlar los transitorios o golpes de presión tanto positivos como negativos que
puedan producirse.

Funcionamiento de una ventosa de expulsión-admisión. Estas ventosas son utilizadas en


las operaciones de llenado y vaciado de las conducciones. Mientras la instalación se
encuentra bajo presión no funcionan. (Izquierda catálogo Bermad y derecha catálogo
Irua)

Durante el funcionamiento normal de la instalación y estando ésta bajo presión y la


válvula ventosa cerrada, pequeñas cantidades de aire que circulan por la tubería
pueden entrar y quedar acumuladas en la válvula ventosa de efecto cinético. Estas
acumulaciones de aire no serán evacuadas al exterior debido a que la presión del
sistema mantendrá el flotador elevado, cerrando el orificio de salida de la válvula.
Estas válvulas por tanto sólo funcionan cuando no existe presión hidráulica dentro
de la tubería.

Ventosas trifuncionales
Llamadas también de doble propósito, de doble efecto o de doble orificio.

Son una combinación de las anteriores, de manera que combinan en un solo cuerpo
o en dos, las funciones descritas para los tipos anteriores. Se denominan
trifuncionales porque son capaces de realizar las tres funciones ya vistas, y que son:

1. Evacúan el aire de las tuberías en el momento del llenado.


2. Purgan pequeñas cantidades de aire cuando la red está bajo presión.
3. Permiten la entrada de aire en el momento del vaciado de la red.

Ventosa trifuncional y esquema de cada una de las tres funciones (catálogo Irua)

Ventosas anti-ariete
También llamadas anti-ariete de efecto dinámico, son válvulas de gran capacidad de
aireación que, durante el llenado de la tubería o tras la fase de depresión de un
transitorio, cuando regresa la onda de sobrepresión, permiten la salida de grandes
masas de aire de la tubería y posteriormente la salida de agua, realizando a
continuación un cierre gradual para aminorar los efectos de la presión. Como la
válvula continúa descargando agua después de haber extraído todo el aire de la
tubería, se evita el cambio de velocidad repentino y por tanto se atenúa el golpe de
presión, no produciéndose un golpe de ariete inducido.

Estas ventosas tienen también una capacidad de admisión de aire mucho mayor
que las ventosas convencionales utilizadas para el llenado y vaciado de tuberías.
Ventosa anti-ariete de efecto dinámico. Cuando la tubería se encuentra vacía están
cerradas actuando sólo en el caso de golpes de presión tanto positiva como negativa
(catálogo Regaber)

Para la simulación de los fenómenos transitorios en una conducción, sobre todo


cuando presenta un trazado complicado con pendientes ascendentes y
descendentes, se necesita de potentes herramientas informáticas que nos indiquen
con eficacia la ubicación exacta y el tamaño de las válvulas ventosas que es
necesario instalar. Algunos fabricantes y comercializadores de estos productos
disponen de estas herramientas que garantizan la correcta selección y ubicación de
estos dispositivos en la red para los supuestos de introducción de aire en la fase de
presiones negativa y la de expulsión de aire en la fase de presiones positivas. Es
importante comentar que las ventosas no ofrecen una protección integral ante el
golpe de ariete en toda la conducción, necesitándose de la combinación con otros
elementos de protección que actúen en la fase de sobrepresión, como las válvulas
anticipadoras de onda o los calderines.

2.- Ubicación de las ventosas


En el cuadro siguiente se resumen los puntos singulares donde se deberían colocar
ventosas (fuente: catálogo Bermad). A continuación se explica con detalle.

En los picos y cambios de pendiente respecto al gradiente hidráulico deben


instalarse ventosas trifuncionales o purgadores. Se instalarán ventosas cinéticas en
los tramos afectados por válvulas de drenaje para permitir la entrada de aire
durante el vaciado de la conducción.

Se debe instalar una ventosa donde la tubería suba por encima del nivel del suelo,
como en el caso de instalación de válvulas de control. Si la tubería aguas abajo de la
válvula asciende, con un purgador será suficiente; en el caso de que descienda se
necesitará una ventosa trifuncional para garantizar el correcto drenaje de la tubería.

Con el fin de evacuar el aire que entra en el sistema debido a las bombas, se debe
instalar una ventosa de gran orificio a la salida de los grupos de bombeo y antes de
la válvula de retención.
A fin de evitar la influencia negativa del aire sobre la exactitud de los elementos de
medida y para evitar daños mecánicos, se recomienda instalar una ventosa
trifuncional antes del contador.

Se deben instalar purgadores inmediatamente detrás de válvulas reductoras y


estrechamientos en la tubería para evacuar el aire que se libera al bajar la presión.

En los sistemas de filtrado el aire se acumula en las partes altas de los colectores,
para evacuarlos se necesita una ventosa trifuncional.

En grandes ramales de pendiente uniforme, ascendiendo, descendiendo o paralelo


al gradiente hidráulico, se recomienda instalar ventosas trifuncionales cada 500 a
1000 metros. Si a ambos extremos de este tramo se han instalado purgadores, solo
se requerirán ventosas de gran orificio dentro del mismo.

También se deben instalar ventosas en ciertos puntos singulares como sifones,


aspiraciones de bombas de eje horizontal, ya mencionados, así como en aquellos
puntos donde puede ser interesante aminorar los efectos de la cavitación.

A la salida de grupos de bombeo


En puntos altos de la conducción

A la salida de depósitos

Cuando varía la pendiente tanto ascendente como descendente


En pendientes uniformes y prolongadas

En la siguiente entrada trataré sobre el proceso de selección y cálculo de ventosas


donde se desarrollarán varios ejemplos utilizando las gráficas de admisión y
expulsión de aire de las casas fabricantes.

El aire en las tuberías (II):


Cálculo y dimensionado de
ventosas




Vimos en la primera parte "El aire en las tuberías: un problema que a veces es parte
de la solución" los diferentes tipos de ventosas que existen, para qué casos
determinados se utilizaban y en qué puntos de la instalación se debían de instalar.
En esta segunda parte veremos cómo seleccionar la ventosa adecuada según el tipo
de trabajo que vaya a realizar y, para ello, nos apoyaremos en los gráficos de
selección que proporcionan los fabricantes.
Empecemos por las más sencillas, los purgadores.

a) Purgadores

Los purgadores se utilizan para evacuar pequeñas cantidades de aire que transporta
disuelto el agua. Para dimensionar estos dispositivos se deberá de tener en cuenta
los cambios de presión y temperatura del agua en la conducción, ya que son los que
ocasionan la liberación del aire. La cantidad máxima de aire disuelto en el agua a
presión atmosférica (m3 de aire en m3 de agua) es el denominado Coeficiente de
Bunsen (CB), y los valores de cantidad disuelta de aire según la temperatura vienen
dados en la tabla siguiente:

El contenido de aire para una temperatura determinada es proporcional a la


presión. A mayor presión más cantidad de aire disuelto en el agua. Por ejemplo a 2
bar de presión y para 15ºC el CB sería de 0,0402 m3 de aire en m3 de agua (es
decir, 2 bar x 0,0201). Esto equivale a 40 litros de aire por metro cúbico de agua.
Un aumento de la temperatura o una reducción de la presión dentro de la tubería
producirían su paulatina liberación, formándose burbujas o bolsas de aire.
Generalmente en las conducciones no existen unos saltos de temperatura del agua
que produzcan un aumento significativo de liberación del aire disuelto, sin
embargo, la variación de presión sí es significativa.

La cantidad de aire (QAIRE) que se liberará en una conducción que transporta un


caudal de agua QAGUA a una temperatura t ºC con una variación de presión Δp es:

QAIRE = CB * QAGUA * Δp
Para obtener una eficaz eliminación del aire con este tipo de ventosas realmente es
más importante conocer la localización de las mismas que su tamaño; incluso llega
a ser más eficiente instalar más purgadores de pequeño tamaño que menos de gran
tamaño.

Los fabricantes informan de la capacidad de purga de purgadores de diferente


tamaño mediante gráficas caudal-presión como la siguiente.

Fig. 1 Gráfico de capacidad de evacuación de purgadores según el diámetro del orificio y


la presión de trabajo (IRUA)

Para entender lo explicado veamos un ejemplo muy simple, pero práctico.

Supongamos una conducción por la que circulará un caudal máximo de 156 l/s a una
presión de trabajo de 4 bar, y, en la parte final, la presión desciende a 2,5 bar. Vamos a
determinar el tamaño del purgador o de los purgadores que se deberían de instalar
considerando una temperatura media del agua de 10ºC.
El caudal de agua es de QAGUA = 156 l/s = 9,36 m3/min
Aplicamos directamente la fórmula vista más arriba.

QAIRE = CB * QAGUA * Δp = 0,0224 * 9,36 * (4-2,5) = 0,31 m3/min


Si vamos al gráfico de purgadores más abajo y trazamos las líneas correspondientes
a la capacidad de purga a la presión de trabajo vemos que se cortan en la curva de
un purgador con diámetro de orificio de 3 mm (líneas rojas). No es aconsejable
instalar un solo purgador, sino varios más pequeños, ya que el desprendimiento de
aire se va produciendo de una forma gradual a medida que el agua va perdiendo
presión a lo largo del tramo de conducción considerado. Por tanto la opción más
acertada sería instalar tres purgadores de 2,25 mm, que, según vemos en el gráfico
(raya verde) darían un caudal de expulsión unitario de 0,1 m3/min.

b) Ventosas de admisión y expulsión

Para dimensionar el orificio de las válvulas de efecto cinético es necesario


diferenciar las dos funciones que estos dispositivos realizan: durante el llenado de
tuberías expulsan el aire que el agua empuja y durante su vaciado aspiran aire para
permitir el correcto drenaje del agua.
El caudal de aire que sale de la tubería o entra en la tubería a través del orificio de la
válvula ventosa es función de la diferencia de presión que se genera entre el interior
de la válvula y la atmósfera.

La ecuación que determina el caudal del aire que circulará a través de un orificio es:

Por ejemplo para un diámetro de orificio de 52 mm y un diferencial de presión de 3 mca


(que es el valor que normalmente se elige como luego veremos), el caudal de aire es:
Qa = 2,1x10^-3x0,7x(2x3/1,2)^0,5x36x10^4 = 1.180 m3/h

No obstante, para seleccionar la ventosa lo más apropiado es trabajar con los


gráficos suministrados por el fabricante que determinan el caudal de entrada o
salida de aire en función de la presión diferencial de diseño para cada modelo de
válvula ventosa.

1.- Llenado de tuberías


Para el dimensionado de las ventosas se utilizarán los diagramas suministrados por
el fabricante, entrando con el caudal de aire (Qa) y la presión diferencial de diseño*
(∆P). Normalmente se toma una ∆P de 3-3,5 mca para que se produzca el cierre de
la válvula.

(*) La presión diferencial de diseño es la presión a la que el orificio queda obturado por el
flotador produciéndose el cierre dinámico de la ventosa para evitar la salida de agua una
vez expulsado el aire. Es un dato a suministrar por el fabricante.
En tuberías de impulsión, se opta por el caudal que impulsa la bomba, el cual se
considera como caudal de salida del aire –recordemos que se trata de vaciar el aire
de la conducción que es empujado por el agua-. Dicho caudal se lleva a las curvas de
descarga de la válvula ventosa y se elige aquélla que nos dé un valor próximo a 3 o
3,5 mca de presión diferencial de diseño, dependiendo del fabricante.
En tuberías por gravedad, el caudal de llenado viene determinado por la presión
máxima por golpe de ariete que pueda soportar la instalación. Normalmente se
toma como presión máxima un 0,75 de la presión nominal de la tubería o bien la
presión nominal. El caudal de llenado, suponiendo que el agua se detenga de forma
repentina al final de la conducción –como ocurre en muchas instalaciones de riego-
, vendrá determinado por la siguiente fórmula:

Donde,

Q es el caudal de llenado de la conducción, igual al caudal de la salida del aire


(m3/s)
∆H es la máxima presión positiva permitida (mca), que suele tomarse un 0,75PN o
PN
g es la aceleración de la gravedad (9,81 m/s2)
S es la sección de la tubería, en m2
a es la celeridad de la onda (véase el post "Golpe de ariete por cierre de válvula")
En tuberías de distribución donde no existe un cierre repentino por válvula, se toma
como caudal de llenado el caudal normal de funcionamiento para el tramo
considerado.

En cualquier caso, se recomienda que el llenado de la tubería se realice de forma


controlada mediante el estrangulamiento del flujo de agua con una válvula manual
o automática situada al principio de la tubería (a la salida de la bomba o depósito)
Supongamos que se va a llenar una instalación por gravedad con tubería de PVC de
184,6 mm de diámetro interior y PN de 1 MPa (10 bar) ¿qué caudal de llenado
deberíamos de considerar? La celeridad de la onda es igual a 340 m/s
Si consideramos como máxima presión permitida un 75% de la PN, ∆H =
0,75*10=75 mca

El caudal de llenado Q será igual a:

Q = (75*9,81*0,0267)/340 = 58 l/s; éste será el caudal de aire a considerar para el


cálculo del tamaño de la ventosa.

2.- Vaciado de tuberías


Para el dimensionado se utilizarán las curvas suministradas por el fabricante para
la admisión de aire por la ventosa. Se tomará generalmente una presión de diseño
de 3 o 3,5 mca.

Cuando se abre la válvula de drenaje, la tubería se vacía por gravedad.

El caudal máximo de drenaje por gravedad se puede calcular según la fórmula:

Supongamos un tramo de una conducción de PVC de 422 mm de diámetro interior y


pendiente del 0,7%. El caudal de drenaje para ese tramo sería:
Q = 1,2916 x 10^-5 x 150 x (0,7/100)^0,54 x 422^2,63 = 1.067 m3/h
A efectos prácticos se puede seleccionar el tamaño de las válvulas de vaciado como
una parte del caudal máximo de drenaje en relación con el diámetro de las tuberías
de los tramos de la conducción a evacuar, de tal forma que cumpla con las
indicaciones de la siguiente tabla, siendo Q el caudal máximo de drenaje.
Asimismo, se dan unos valores medios del tamaño de la válvula de drenaje según el
diámetro de la conducción.

En el gráfico siguiente vemos las curvas de expulsión de aire cuando se llena la


conducción (o curvas de sobrepresión) y las de admisión de aire cuando se vacía la
conducción (o curvas de depresión) para un tamaño de válvulas ventosas desde 1 a
4 pulgadas.
Fig. 2 Gráfico de capacidad de admisión y evacuación de ventosas según sobrepresiones y
depresiones (IRUA)
Respecto al gráfico anterior, el fabricante advierte lo siguiente:

En el vaciado de la conducción, con depresiones mayores de 4,7 mca, no se


producirá la admisión de aire debido al bloqueo del flotador de la válvula (límite
marcado por la línea roja punteada)

En el llenado de la conducción, se recomienda realizar la operación con


sobrepresiones no superiores a 3,5 mca para evitar el bloqueo del flotador de la
válvula. El fabricante no obstante, puede suministrar bajo pedido ventosas que
resistan sobrepresiones de hasta 9 mca (límite marcado por la línea roja punteada)

c) Ventosas trifuncionales

Como son una combinación de los dos tipos anteriores, para el dimensionado de las
ventosas trifuncionales se aplica todo lo explicado.

Seleccionaremos una ventosa trifuncional para un tramo de una impulsión realizada en


tubería de PVC de 582 mm de diámetro por la que circulará un caudal de agua de 32
m3/min.
En el gráfico inferior marcamos con una línea verde el caudal y elegimos la ventosa
para una sobrepresión de llenado de 3,5 mca máxima. La ventosa sería de 3
pulgadas.
En el caso de vaciado del mismo tramo, y si la pendiente fuese por ejemplo de un
0,6%, calcularíamos primero el caudal de desagüe del tramo:

Q = 1,2916*10^-5 *150*(0,6/100)^0,54 * 582^2,63 = 2.286 m3/h = 38 m3/min.


Seleccionaremos una válvula de desagüe según la tabla q = Q/3 = 12,6 m3/min.
Este sería el caudal de admisión de aire para la selección del tamaño de la ventosa.

Si vamos al gráfico de nuevo, nos valdría una válvula de 1 1/2 pulgadas (ver línea
verde en gráfica de depresión). Como se trata de una ventosa trifuncional debemos
seleccionar el mayor valor; por tanto instalaremos una válvula ventosa de 3
pulgadas.

Si la capacidad de admisión o descarga de aire no se puede alcanzar con una sola


válvula ventosa, podrán instalarse varias válvulas en paralelo.

Algunos fabricantes dan unas guías rápidas para la selección de válvulas ventosas
de sus catálogos. No obstante se recomienda siempre consultar con la casa
fabricante para tener la garantía suficiente de que se han elegido correctamente las
válvulas.

Comentar por último que algunos fabricantes de ventosas realizan las gráficas de
admisión-expulsión de aire para sus catálogos comerciales mediante métodos
teóricos, ya que los ensayos son a menudo complicados y caros de realizar. Esto
entraña un riesgo de desviación respecto a las curvas reales ya que se suelen utilizar
para la elaboración de las curvas teóricas unos coeficientes de restricción
demasiado optimistas, lo que se traduce finalmente en válvulas que no ofrecen
realmente las capacidades que muestran en los catálogos y que podrían dar lugar a
bloqueos durante su funcionamiento (cierre de la ventosa) antes de que hubiesen
completado la total evacuación o admisión del aire de las tuberías donde van
instaladas. Además, para aumentar más la confusión, para la designación de una
ventosa se utiliza en unas ocasiones el diámetro del orificio de entrada o salida (que
sería la terminología apropiada) y en otras se emplea el diámetro de conexión con la
tubería. Esto podría llevar a errores, ya que ventosas con iguales diámetros de brida
pueden tener diámetros de orificio de admisión-expulsión muy diferentes y
distintas capacidades por tanto.
En España la norma de ensayo de las válvulas ventosa es la UNE-EN 1074-4:2001
“Válvulas para el suministro de agua. Requisitos de aptitud al uso y ensayos de
verificación. Parte 4: Purgadoras y ventosas”

Instalación

Para la correcta instalación de estas válvulas se recomienda la colocación de una


válvula manual de bola o de compuerta antes de las válvulas ventosa para poder
desmontarlas en caso de reparación o mantenimiento sin necesidad de detener el
funcionamiento de la instalación. Las ventosas deben situarse siempre en posición
vertical y en la parte superior de la tubería. Asimismo deben realizarse las labores
de mantenimiento que indique el fabricante.

Ventosa trifuncional de dos cuerpos: a la izquierda, más pequeño, el purgador y a la


derecha, iluminado por el sol, el cuerpo de la ventosa de efecto cinético. Debajo de la
ventosa vemos la válvula de compuerta para su aislamiento en caso de reparación y
mantenimiento.
Ventosa de doble efecto en un punto elevado en una instalación de riego por goteo.
La función principal de esta ventosa es permitir la entrada de aire en la conducción
una vez ha finalizado el riego para evitar el efecto “succión” de los goteros y que
penetre partículas que puedan ocasionar obstrucciones en los mismos.
En esta imagen vemos en primer término un purgador para eliminar las burbujas
de aire que puedan formarse antes de que lleguen a los tres hidrómetros.

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