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“No hay razón para sufrir. La única razón por la que sufres es porque así tú lo exiges [...

] La
felicidad es una elección, como también lo es el sufrimiento”

Los cuatro acuerdos, escrito por el neochamanista de la New Age Miguel Ángel Ruiz, es un ensayo
de la soteriología tolteca. Dicho de otra manera, es un escrito subjetivo de carácter espiritual que
hace mención de lo que para la cultura tolteca representaba la salvación. Se divide en Siete partes,
y otra adicional de oraciones.

Su introducción, denominada “El espejo humeante” relata la historia de un ser humano que sufrió
una revelación. Nadie puede ver la vida del mismo modo, todos somos diferentes, cada vez que
algo nos sucede actuamos de acuerdo a experiencias previas. El humo es la línea que divide las
acciones que cada quien realiza de acuerdo a su percepción y la claridad pura de las cosas. Para
poder actuar de mejor manera es necesario hacer a un lado el humo e identificar la fuente de la
vida, la luz.

El primer capítulo se denomina “La domesticación y el sueño del planeta” en el se habla de que
todo es un sueño eterno que se compone de los sueños creados por cada quién y un sueño
general, el sueño del planeta el cual representa a las distintas culturas, idiomas y sociedades del
mundo. Para que podamos negar un sueño ajeno tenemos que tener acuerdos propios lo
suficientemente fuertes para no ser “domesticados” por lo sueños de los demás.

El segundo capítulo refiere que a lo largo de nuestras vidas creamos acuerdos que nos perjudican
y afectan nuestra vida porque surgen del miedo, son convenios que hacemos con la sociedad, con
Dios, con otras personas. Los acuerdos dañinos deben ser remplazados por acuerdos de amor.

El primer acuerdo trata sobre el poder de las palabras, como medio de expresión y nuestro
principal mecanismo de comunicación nos afectan directamente, utilizar la verdad y evitar todo
aquello que esté en contra de nosotros mismo, evitar todas las palabras que nos destruyan, buscar
el camino constructor.

El segundo acuerdo habla acerca de la forma en que nuestras acciones son un reflejo con las otras
personas, es decir, si deseamos mal o dañamos a alguien más realmente nos estamos haciendo
daño a nosotros mismos, nos convertimos en lo que tratamos de evitar porque seguimos los
mismos patrones de miedo y de odio. Además de que tomarse las cosas de manera personal
implican un gran nivel de egoísmo.

El tercer acuerdo expresa los errores más comunes del pensamiento, la generalización y las
suposiciones. Las dos barreras nos impiden entender realmente a las demás personas y por
consecuencia actuar de acuerdo al principio fundamental del amor.

El cuarto acuerdo refiere a que cada acto en nuestras vidas debe realizarse con el mayor esfuerzo
para evitar los reproches o considerar nuestro trabajo como un castigo, la sinceridad en nuestras
acciones representa una expresión del amor por lo que pensamos y por consecuencia por lo que
damos al mundo.

Las oraciones son un compendio que reflejan todos los acuerdos y el descubrimiento de la verdad
a través de un principio esencial, el amor, entendido como una característica representativa de la
cooperación de cada sueño para formar el sueño del planeta, armonioso, un flujo que da vida y
permite la sana convivencia.

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