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[http://3.bp.blogspot.com/_SzmNxEu0IIo/TTBVSmpaCnI/AAAAAAAAAiA/GxTEtCFrQlo/s1600/1goya%2Bbenlliure.jpg]
Estaban todos los huesos de un cuerpo humano, excepción hecha de la cabeza que
faltaba por completo, lo que no dejó de sorprendernos grandemente a todos los allí
presentes.
[https://1.bp.blogspot.com/-
hRAhlBkKG60/WD78zJDFP5I/AAAAAAAASlI/xfObYUr16okw-zGbucUS7NNPBk0laSAGQCLcB/s1600/retrato-de-martin-de-
goicochea.jpg]
[https://2.bp.blogspot.com/-
Ezm4mahVsco/WD782sLONiI/AAAAAAAASlM/d1Z_uRO6wccrrBOe3RvmZoI-6eF08F77ACLcB/s1600/goicocechea.jpg]
Dos retratos de Martín Miguel de Goicoechea, pintados por Goya
[http://1.bp.blogspot.com/_SzmNxEu0IIo/TTBWGnBUoBI/AAAAAAAAAiQ/bwRHbjwkKxs/s1600/3
goya%2Bpor%2Bcristobal%2B1932.jpg] Hubieron de transcurrir 4 años hasta 1884 para
que el gobierno español diese carácter oficial al estado de la tumba. Pereyra
entonces emprende las gestiones pertinentes ante las autoridades francesas para
que le autorizaran a abrirla. No se entiende muy bien el porqué de tanto empeño
sabiendo que la apertura del féretro no le
daba derecho al inmediato traslado a
España. ¿Se debió a que había llegado a
sus oídos la noticia de que Goya estaba
sin cabeza y que había que comprobarlo
antes de comunicárselo a España? No es
inverosímil pensar que el cónsul Pereyra
abriese la tumba en 1880, días después o
semanas después de su visita al
cementerio, y se topase en efecto con el
macabro hallazgo del que pudo no
informar a nadie tratándose de una
acción ilegal. Oficialmente, no obtuvo
permiso de apertura hasta pasados 8 años, es decir, hasta 1888, que es cuando
redacta el detallado informe:
[http://4.bp.blogspot.com/_SzmNxEu0IIo/TTBWh3H6MdI/AAAAAAAAAiY/yIgRkI__0DE/s1600/4san
%2Bantonio%2B1798.jpg] Pereyra concluye extrañamente con la referencia a “un
médico o un amador furibundo de notabilidades”. ¿Qué hay que entender? No se
puede negar que resulta intrigante que el informe hablara de dos suposiciones, una
verosímil y la otra no. Es verosímil una sustracción de la tumba por “un amador
furibundo de notabilidades”, pero resulta insólito que hubiese sido “bien por un
médico”. ¿Lo supo desde el primer momento y se delató inconscientemente? El
informe exacerbó las cábalas, ayer y hoy. Algunos han supuesto que pudo ser el
mismo Goya quien diese consentimiento a su amigo el doctor Jules Lafargue para
que nada más fallecer le cortase la cabeza y la analizase. Entonces estaba en boga la
frenología instaurada por el alemán Franz Gall, que trataba de relacionar la
observación del cerebro y el
cráneo con la genialidad, la
maldad o la locura, entre otras
cosas.
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MwzTU/s1600/5Goya%2Bpor%2BJose%2BLlaneces.jpg]
Pereyra obtuvo por fin permiso para abrir la tumba, pero no bastó puesto que tuvo
que esperar 3 años más para que en 1891 le concediesen la orden oficial del traslado
de los restos de Goya a Madrid. Ante aquella dilación, la tumba abierta hubo de
volver a ser cerrada a cal y canto, y así permaneció nada menos que 8 años, hasta
1899 en que se procede al traslado definitivo por tren, lo que se hace el 5 de junio por
la noche. El día 6, el tren llega a Irún; Goya entraba de nuevo en suelo español, tras
71 años ausente en el cementerio bordelés. El día 7 el tren arriba a Madrid, y el
féretro es llevado temporalmente a una cripta de la Colegiata de San Isidro, en la
calle Toledo, donde permanece un año hasta 1900, a la espera de que el panteón que
iba a acoger definitivamente a Goya se terminase, que no fue hasta el 11 de mayo de
1900. La nueva tumba se hallaba en la Sacramental de San Isidro, junto a la Ermita
de San Isidro, en lo alto de la margen derecha del Manzanares, donde la Pradera de
San Isidro que tan bien conoció Goya cuando vivía en La Quinta del Sordo
[http://madridafondo.blogspot.com/2009/12/la-quinta-del-sordo-de-francisco-de.html] . La obra
constaba en realidad de cuatro tumbas opuestas dos a dos en torno a un pedestal con
medallones sobre el que se alzaba una columna de varios metros coronada por la
alegoría de la Fama. Goya tuvo que compartir el mausoleo con Leandro Fernández
de Moratín, su amigo, Meléndez Valdés y Donoso Cortés. La tumba de Goya mira
hacia Madrid. Aun dentro de su elegante diseño, el mausoleo fue un desacierto y una
desconsideración enorme, porque Goya se merecía una obra funeraria para él solo y
en emplazamiento mejor, y no entre un marasmo de panteones y tumbas de
aristócratas y grandes burgueses, pero aun así, contemplarla unos minutos en
silencio es de una emoción impresionante que uno no se espera. La obra se había
iniciado cuatro años antes, en 1896, a cargo del arquitecto Joaquín de la Concha y
del gran escultor Ricardo Bellver, autor del Ángel Caído del Retiro, que realizaron
un trabajo impecable.
Detrás de ambos templos pasa un enjambre de raíles de la estación del Norte, por
donde en su día vino Goya desde Irún. Más atrás, a otros cien metros, se levanta el
espectacular macro monumento dedicado a Goya, realizado por el escultor Joaquín
Vaquero Trucios, autor asimismo de las moles del descubrimiento de América en la
calle Serrano. Y a sólo cinco pasos, el diminuto cementerio en que reposan los restos
de los fusilados la madrugada del 3 de mayo de 1808 por tropas francesas de
ocupación y que Goya plasmó en su obra maestra Los Fusilamientos del 3 de mayo.
Todo ese entorno formaba parte del Real Sitio de la Florida, cuyo último dueño fue el
rey Carlos IV desde 1792, que tenía su prolongación en el camino real de la Senda del
Rey que arranca desde la ermita-réplica de San Antonio. Un ámbito cultural de gran
lujo que se disputaría cualquier capital del mundo y que no obstante causa decepción
por deterioro, abandono, suciedad, ruido de coches, pintadas al por mayor y
afeamientos por tendido eléctrico, señales de tráfico, jardines y setos, etc.
2 Ver comentarios
http://elangeldeolavide.blogspot.com/2011/08/estuvo-la-calavera-de-goya-en-ribadeo.html
Un saludo y felicitaciones por su blog. Me ha resultado muy entretenido y he llegado a él a través de una foto
suya de un edificio de la Plaza de Olavide en su colección de Flickr.
Ángel Alda
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