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EL PRÍNCIPE DE LOS PASTORES

Lo que hace que los auténticos pastores sigan adelante es que cuando venga el Príncipe de los
Pastores, los va a llamar para que rindan cuentas y va a decir: “¿Alimentaron a mis ovejas?
¿Prestaron atención a las almas de mis ovejas? ¿Buscaron mis ovejas perdidas? ¿Protegieron mi
verdad? ¿Los resguardaron de los lobos? ¿Amaron a mi rebaño?

Cuando venga el Príncipe de los Pastores, con Él llegará su recompensa eterna: la corona
inmarcesible de gloria. Y eso será suficiente para los ancianos pastores. Dios está edificando algo
maravilloso, los ancianos pastores, los diáconos, ministerios de compasión de todas clases.
Ustedes son parte de esto. Oren. Sueñen. Estén preparados. Dios está edificando y convocando.
Préstenle atención a Él.

✅TRES OBSERVACIONES

Comencemos con algunas observaciones simples, pero importantes.

1. Las Iglesias tenían Ancianos

Primero, las iglesias tenían ancianos. Esta carta, recuerden (1:1), se escribió para las iglesias de
Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y Bitinia. Esta es un área enorme y diversa, y probablemente
incluye decenas o cientos de iglesias. Pedro, sin vacilación o limitaciones, se dirige a los ancianos
de estas iglesias. Aprendemos de esto que era usual que las iglesias fueran conducidas por los
ancianos, en los tiempos del Nuevo Testamento.

2. Los Ancianos eran los Pastores

Segundo, los ancianos eran apacentadores, es decir, pastores. El sustantivo “pastor” o


“apacentador” solo aparece una vez en el Nuevo Testamento, en referencia a los líderes de la
iglesia (Efesios 4:11). Pero el verbo “apacentar” se manifiesta varias veces. Aparece en el
versículo 2 “Apacentad el rebaño de Dios”. Jesús lo usa cuando le dice a Pedro: “Apacienta mis
ovejas” (Juan 21:16). Y Pablo lo usa cuando le dice a los ancianos efesios: “Apacentad la iglesia
de Dios, la cual Él compró con su propia sangre” (Hechos 20:28). Por lo tanto, los ancianos eran
los apacentadores del rebaño, los pastores (otra palabra en lugar de apacentadores).

3. Se les Encargó a los Ancianos que Velasen

Tercero. Se les encargó a los ancianos que velasen. Versículo 2: Pedro le dice a los ancianos:
“Apacentad el rebaño del Señor entre vosotros, velando por él”. Supervisar no es el único deber
cuando se apacienta, pero es lo único que menciona Pedro aquí, en la situación del sufrimiento. Se
compone de dos palabras tanto en griego como en inglés: “súper” y “visión”. Los ancianos
pastores supervisan. Son “supervisores” (como dice Pablo en Timoteo 3:1-2). Ellos vigilan el
rebaño. Dios considera que tienen que dar cuenta de la perspectiva completa de la situación y si
actuaron para el bien de todo el rebaño.
En un sentido, los ancianos pastores solo son ovejas, como cualquier cristiano, con Cristo como
Príncipe de los Pastores (v.4). Pero, en virtud del llamado, de sus dones y de la confirmación por
parte de la iglesia, tienen una responsabilidad que es diferente a la del resto de las ovejas.
Responsabilidad es la palabra clave, o tener que dar cuentas. El Príncipe de los Pastores los
considera responsables – algún día, los va a llamar para que rindan cuentas de la supervisión.

✅TRES MANERAS EN LAS QUE LOS ANCIANOS TIENEN QUE APACENTAR

1. NO POR OBLIGACIÓN SINO VOLUNTARIAMENTE

¿Porqué Pedro comienza diciéndoles a los ancianos que velen “no por obligación, sino
voluntariamente”? ¿Qué clase de situación podría resultar al tener ancianos que no quieren ser
ancianos? Esa parece ser la situación, ¿no es cierto? La amenaza es que los ancianos de estas
iglesias sientan que su trabajo no es realmente algo que quieran hacer. Se sienten forzados a
hacerlo, cuando realmente ellos preferirían estar haciendo otra cosa.

Los ancianos pastores tienen menos deseos de ser ancianos y pastores si es riesgoso y difícil. Al
menos, hay dos razones para creer que era peligroso ser pastores de los rebaños que sufren.

* Particularmente Vulnerables a la Persecución

Una es que cuando llega la persecución, los líderes del rebaño son los más visibles y, a veces, los
más vulnerables. Si uno es el pastor de un rebaño que sufre, estará entre los primeros en caer. Así
sucedió con Richard Wurmbrand, su esposa y Joseph Tson en Rumania. Lo mismo pasó con
Esteban, Pedro y Jacobo en la iglesia primitiva. Esteban, probablemente, fue el vocero más
elocuente del ala Helenística. Jacobo y Pedro eran los líderes de toda la iglesia; Esteban fue
asesinado, como dice Hechos 7 y Jacobo también, como expresa Hechos 12; y Pedro, de milagro,
escapó de la espada de Herodes.

Por lo tanto, es peligroso ser líder cuando la iglesia sufre persecución. Estas iglesias estaban por
pasar por la prueba de fuego (4:12) y es entendible que los ancianos pastores quisieran buscar otro
trabajo.

* Particularmente Vulnerables al Juicio de Dios

Una segunda razón, por la cual los ancianos pastores podrían echarse atrás de cumplir con su
deber, es que no sólo son vulnerables a los antagonismos normales del hombre, sino que son
vulnerables al juicio de Dios de una manera peculiar. Recuerden que Pedro 4:17 dice que el juicio
de Dios había empezado por la casa de Dios. Hay una referencia escalofriante en Ezequiel 9 sobre
los ancianos. Ezequiel 9 es una descripción de la manera en que Dios juzgó a su pueblo
anteriormente. No es solo que Él comenzó por la casa de Dios; empezó por los ancianos.

4 Y el Señor le dijo (al ángel): ´Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén y pon
una señal en la frente de los hombres que gimen y se lamentan por todas las abominaciones que se
cometen en medio de ella´. 5 Pero, a los otros les dijo, y yo lo oí: ´Pasad por la ciudad en pos de él
y herid; no tenga piedad vuestro ojo, no perdonéis. 6 Matad a viejos, jóvenes, doncellas, niños y
mujeres hasta el exterminio, pero no toquéis a ninguno sobre quien esté la señal. Comenzaréis por
mi santuario´. Comenzaron pues por los ancianos que estaban delante del templo.
En otras palabras, fue la manera de Dios de enjuiciar a su propio pueblo comenzando por la casa
de Dios (como dice 4:17) y en la casa de Dios, comenzando por los ancianos pastores.

Así que, no sorprende que los ancianos de las iglesias de Ponto, Galacia, Capadocia, Asia y
Bitinia, hubieran sido reacios a ejercer la supervisión. Por eso, Pedro dice que velen “no por
obligación, sino voluntariamente”.

Una Prueba del Verdadero Anciano Pastor

Lo que esto significa es que el peligro y la dificultad es una prueba del verdadero anciano pastor.
Justo esta Jesús dice en Juan 10: “El que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las
ovejas, ve venir al lobo, abandona a las ovejas y huye; y el lobo las arrebata y las dispersa. El huye
porque sólo trabaja por el pago y no le importan las ovejas”. Dicho de otra manera, la presencia
del peligro y la dificultad tiende a separar los asalariados de los pastores.

Tiende a eso. Pero Pedro advierte que hay algunos motivos mundanos fuertes para querer ser un
anciano pastor, aún cuando no se ponga el corazón en eso. Los dos motivos son el dinero y el
poder. Un hombre incluso podría arriesgarse al peligro por un tiempo, si esto significa un estímulo
confortable de ganancia financiera o de poder del ego.

2. NO POR LA AVARICIA DEL DINERO, SINO CON DESEO FERVOROSO

Al final del versículo 2: Velen “no por la avaricia del dinero, sino con deseo fervoroso” “La
Avaricia del dinero” significa hacer del ministerio un medio para hacerse rico. Significa estar
motivado para el ministerio por el dinero. Significa estar constantemente pensando sobre las
vacaciones, los días libres y los beneficios de la jubilación, en vez de pensar acerca del valor del
alma humana, de lo valioso de la verdad, del poder del Espíritu Santo y de la venida de la gloria
del Príncipe de los Pastores. Un hombre podría estar supeditado a enfrentarse por un tiempo a
grandes dificultades, si pudiera hacer de la piedad un medio de ganancia, como dice Pablo en 1
Timoteo 6:5.

3. TAMPOCO TENIENDO SEÑORÍO, SINO DEMOSTRANDO SER EJEMPLOS

En el versículo 3, Pedro hace una advertencia sobre el otro motivo mundano que podría mantener
en actividad a los ancianos pastores aunque no lo sientan. Él dice que no debemos velar “como
teniendo señorío sobre los que os han sido confiados, sino demostrando ser ejemplos del rebaño”.

“Teniendo señorío” implica que el anciano pastor está motivado por el poder. Su ego se acrecienta
al hacer ostentación de su autoridad, prestigio y dominio. Necesita estar adelante. Le gusta
sentarse en los mejores asientos de la sinagoga, como dijo Jesús. Le gusta que lo nombren
honoríficamente. Ansía el elogio y la dependencia de los hombres. Puede ser una vociferante
persona autoritaria. O puede manipular con el dolor fingido de un héroe herido. O puede ser un
político consumado que mide sus palabras adulando para que los poderosos lo favorezcan y
mejoren su seguridad en el cargo.

Pedro dice: la prueba de tales ancianos pastores está en sus vidas – sus vidas enteras. ¿Son ellos
ejemplos del rebaño? Versículo 3: No teniendo señorío sobre el rebaño, sino “siendo ejemplos del
rebaño” ¿Es su supervisión pública una muestra de ello, sus vidas prueban que son auténticos?
¿Hay un pastor público y un pastor privado diferente? ¿Qué pasa con su familia, sus finanzas, su
hospitalidad, su discernimiento y reputación entre el pueblo espiritual y aquellos que no
pertenecen a este?

* LA NECESIDAD DE DISCERNIR

A veces, creemos que los tiempos de sufrimiento son automáticamente purificadores para la
iglesia y sus líderes, y en general lo son. Pero, aquí Pedro deja en claro que no es tan simple. Él
estaba escribiendo en un período de sufrimiento. Y en vez de asumir que el peligro y las
dificultades limpiarían automáticamente al consejo de ancianos, él advierte que, aún cuando los
hombres pierden el deseo sincero para la gran obra de apacentar el rebaño de Dios, e incluso
cuando pueden enfrentar algún peligro y dificultades por ello, algunos podrían soportarlo por
dinero y poder.

Oh, cuánto discernimiento ha de tener la iglesia. Oh, cuánto necesitamos los ancianos pastores
“estar atentos a nosotros mismos”, además de a todo el rebaño (Hechos 2:28). Y encontrarnos a
nosotros mismos, probarnos, y ver si hay algo malvado en nosotros. Si no lo hacemos, Dios lo
hará.

◄ 1 Pedro 5:4

Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, recibiréis la corona inmarcesible de gloria.

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