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Movimiento / corriente / estilo: SIMBOLISMO

Fecha: 1885-1900
Origen: Francia y Bélgica
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El simbolismo fue en sus comienzos una reacción literaria contra el naturalismo y el realismo, movimientos anti-
idealistas que exaltaban la realidad cotidiana y la ubicaban por encima del ideal. Estos movimientos provocaron
rechazo en la juventud parisina, llevándolos a exaltar la espiritualidad, la imaginación y los sueños.
El movimiento tiene sus orígenes en „Las flores del mal‟, libro emblema de Charles Baudelaire, cuyas obras fueron
tan renovadoras que algunas de ellas fueron prohibidas por considerarse oscuras e inmorales, al retratar sin
tapujos el uso de drogas, la sexualidad y el satanismo.
La estética del simbolismo fue desarrollada por Stephane Mallarmé y Paul Verlaine en la década de 1870. Para
1880, el movimiento había atraído toda una generación de jóvenes escritores cansados de los movimientos
realistas.
La literatura basó su poética en esta creencia: “nombrar a un objeto es suprimir las tres cuartas partes del disfrute
de un poema, que consiste en adivinar poco a poco, sugerirlo; he ahí la quimera”. Stephane Mallarmé sostenía
que el simbolismo era sugerencia de lo no dicho. Para los simbolistas, el mundo es un misterio por descifrar, y el
poeta debe para ello trazar las correspondencias ocultas que unen los objetos sensibles.
El simbolismo es una tendencia paralela al impresionismo, se plantea como una superación de la pura visibilidad
impresionista, pero no en un sentido cientificista, sino espiritualista. El arte no representa, sino que revela a través
de signos, una realidad que está más allá de la conciencia.
Se apoya en un subjetivismo de inspiración kantiana (como reacción al positivismo) que sostiene que no pueden
comprenderse las cosas en sí, sino sólo sus fenómenos, sus imágenes. También se relaciona con las ideas
psicológicas sobre el inconsciente y con las regiones subliminales del pensamiento.
En las artes plásticas se toman estas premisas y se generan imágenes sugestivas. Se pretende traer a la realidad,
hacer visible, algo que pertenece al espíritu. Si el impresionismo tiende a ofrecer sensaciones visuales que sean
ya, como tales, actos cognoscitivos, el simbolismo trata de suscitar reflexiones sobre todo aquello que es real
aunque no se vea. Anticipa la concepción del sueño y lo onírico que tomará el surrealismo como revelación de la
realidad profunda del ser.
El Simbolismo no pudo desarrollarse mediante un estilo unitario; por eso, se hace muy difícil definirlo de forma
general. Es más bien un conglomerado de encuentros pictóricos individuales. Necesitó desde un principio de un
idioma pictórico abstractivo. En consecuencia, los pintores hicieron uso de un vocabulario de formas lineal y
ornamental y de una composición del cuadro antinaturalista.
En arte se decanta hacia una espiritualidad cercana a posiciones religiosas y místicas. La fantasía, la intimidad, la
subjetividad exaltada sustituyen la pretenciosa objetividad de impresionistas y neo-impresionistas.
El simbolismo sitúa al arte como una actividad de elite y de compensación; es un contraste frente al pragmatismo
industrial y se constituye como una de las reservas intelectuales en las que la burguesía capitalista basaba su
poder sobre la cultura. Se vincula y liga estrechamente con el Art Nouveau.
Temas y técnicas:
Interés por lo subjetivo, lo irracional, al igual que en el romanticismo. No se pretende plasmar el mundo exterior
sino el de sus sueños y fantasías por medio de la alusión del símbolo. Estudian la ambigüedad, la belleza
hermafrodita, lo andrógino, la mujer fatal que destroza cuando ama, lo femenino devorador. La mujer brota del
mundo del inconsciente y para huir de la realidad adopta forma de esfinge, de sirena, de araña o de genio alado.
Les interesa la capacidad de sugerir, de establecer correspondencias entre los objetos y las sensaciones, el
misterio, el ocultismo. Hay una inclinación hacia lo sobrenatural, lo que no se ve, hacia el mundo de las sombras.
Su originalidad no estriba en la técnica, sino en el contenido. A veces utilizaban colores fuertes para resaltar el
sentido onírico de lo sobrenatural. Del mismo modo el uso de colores pasteles, junto con la difuminación del color,
perseguía el mismo objetivo.
Manifiesto:
El “Manifiesto simbolista” es un manifiesto literario publicado en1886, Jean Moréas definió este nuevo estilo
como «enemigo de la enseñanza, la declamación, la falsa sensibilidad y la descripción objetiva».
Palabras claves:
Revelación, ensoñación, aparición.
Referentes:
Charles Baudelaire, Conde de Lautréamont, Stéphane Mallarmé, Jean Moréas, Arthur Rimbaud, Paul Valéry
(poesía). Leopoldo Lugones (literatura argentina). Théodore Chasseriau, Gustave Moreau, Pierre Puvis de
Chavannes, Odilon Redon, Jan Toorop, Gustave Klimt y los nabis (pintura). Rodin, Aristide Maillol y Adolf von
Hildebrand (escultura simbolista).
Obras:

Jan Toorop, Oh! Tumba, donde está la victoria, 1892 The Smiling Spider, Odilon Redon, 1891.

Danae, Gustav Klimt, 1907 Lady Godiva, John Collier, 1897

Danaide, Rodin, 1885-1889 v. Witteisbacherbrunnen, Adolf on Hildebrand 1896?

Bibliografía y recursos:
 Balakian, Anna, El movimiento simbolista: juicio crítico, ediciones Guadarrama, Madrid, 1969, Cap. 2.
 KREIMER, Juan Carlos y TELLO, Nerio (edit.), Diccionario de Movimientos del Siglo XX, Bs. As.,
Longseller, 2005.
 http://www.arteespana.com/simbolismo.htm

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