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קַ בַ לַה
אֵ מֵ ת
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Introducción
Heredado en la lengua sagrada y mágica del pueblo hebreo, tenemos hoy más que
nunca, la capacidad y las herramientas para extraer el conocimiento y el mensaje que
las letras son capaces de transmitirnos; pero no solo eso, sino que además, podemos
recibir todo el poder que ellas mismas contienen.
Ese es el objeto del curso que hemos denominado con el nombre de Kabbalah Emet
(Recibir la verdad). Con la mayor sencillez posible, hemos decidido transferir lo que
conocemos, a un ambiente occidental, castellano y sin erudición, en lo que a mística o
lengua hebrea se refiere; pero pleno del deseo de crecimiento espiritual, y dispuesto a
recibir esas verdades para muchos, y durante muchos años escondidas.
Según Alice Bailey (escritora esotérica que formó parte de las Escuelas Teosóficas en la primera mitad del S.XX),
“La cábala judía perdió su camino al no reconocer a Cristo como Mesías, pues al no
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hacerlo, el judaísmo se quedó estancado en una interpretación de los textos sagrados
antigua y poco acomodada a la evolución de los tiempos…”
Es el más firme y sentido deseo de este autor poder alcanzar esa meta; partiendo
desde un inicio del entendido de que “No aprendemos Kabbalah para saber más
(daat), sino para amar más (ahavah)”.
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CAPÍTULO 1
QUÉ ES KABBALAH?
La palabra “Kabbalah” proviene del hebreo que significa “recibir”; en alusión directa
a la tradición recibida por Moisés de parte de D’os, misma que a su vez, fue recibida
por las doce tribus, de manos del líder y fundador del pueblo de Israel, luego de
sacarles de la esclavitud de los egipcios.
Es, a través de las verdades visibles, que Kabbalah enseña a llegar al conocimiento
de las verdades ocultas.
Del mismo modo que en la imagen, la verdad evidente está a la vista, pero no es
todo lo que hay. Debajo (y aparentemente fuera del alcance de la vista) hay toda otra
parte de la realidad. Las raíces del árbol, más todo el mundo que existe por debajo de
la tierra.
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El árbol de la vida es el ejemplo máximo de cómo llegamos a conocer la verdad y a
recibirla completa, a través del conocimiento profundo de su parte evidente. Por eso
en el relato de Bereshit (Génesis), era necesario comer primero el fruto del árbol de la
vida, antes de pretender el conocimiento.
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Capítulo 2
Guematría
Es bien sabido que el idioma hebreo consta de 22 letras, todas ellas consonantes;
las cuales a su vez, sirven para representar los números. Es así, como podemos
entender, que cada vez que escribimos una letra, estamos al mismo tiempo
escribiendo un número. Y cada vez que escribimos una palabra también estamos a la
vez, escribiendo una cifra (numérica).
Existen varias maneras de calcular guematría. Algunas de ellas son las siguientes:
Valor Absoluto:
Consiste de ese valor que se le atribuye a cada una de las letras, según el número
que ellas representan en el Alef-Beit. Para calcular el Valor Absoluto de una palabra,
basta entonces con sumar el valor de cada una de sus letras, según se indica en esta
tabla:
Las letras del Alef Beit se colocan y leen de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo. De ese mismo modo se escriben también.
Valor Ordinal :
Se le asigna a cada una de las letras, un valor ascendente desde el 1 hasta el 22,
según el orden en el que aparecen en el Alef-Beit.
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Valor Reducido o Módulo 9:
El valor de cada letra se reduce a un solo dígito. De esta manera, las letras tienen
solo 9 equivalencias, en vez de 22. De Alef hasta Teit, serían las primeras 9. De Iod a
Tsadei las segundas 9. Y de Kof a Tsadei Sofit (del final) las restantes 9.
Una de las curiosidades que presenta la lengua hebrea es, que, ya sea que se calcule
la guematría con cualquiera de los tres primeros métodos, siempre el resultado
integral reducido de la palabra será el mismo.
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Capítulo 3
Esta tradición surge directamente de los escritos sagrados del pueblo hebreo; y sus
raíces más primitivas se remontan a tres momentos en la historia de dicho pueblo:
Podemos observar cómo los patriarcas, no solo vivían una experiencia directa con el
Creador, sino que además, su camino era siempre guiado por Sus palabras. Es decir,
que los dichos de Él eran para ellos como el camino hacia la vida. Más tarde, y fruto de
la vida en esclavitud que padeció el pueblo, esta experiencia se perdió y su relación
con las palabras del Creador fue muy lejana, al punto de no conocer siquiera el
Nombre (Shem) del D’os de sus padres.
De una sola forma de Kabbalah, a través de los siglos, surgen dos tradiciones:
A- Kabbalah Contemplativa:
- Es la expresión de la búsqueda espiritual
- Sirve para ayudar a la mejora personal
- Solo quien tiene una verdadera Kabbalah contemplativa puede pensar en
pasar a la práctica
- Explora la compleja naturaleza de la realidad Divina en sí misma, y en
particular, la paradoja del ser inmutable de Di-s, que es con todo, activa y
reactiva en Su relación con la Creación.
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B- Kabbalah Práctica:
- Técnicas que apuntan a alterar estados o eventos naturales.
Como el encantamiento de Nombres Divinos, o la inscripción de tales nombres
(o los de los ángeles) sobre amuletos especialmente preparados.
- Debido al abuso cometido en tiempos pasados, la tradición recomienda su
uso reservado solo a los más santos y, de ser posible, esperar a los tiempos
de la restauración del servicio sacramental en el templo. (en el entendido
que esto es dentro del judaísmo, pues los hebreos samaritanos nunca han
cesado el ritual en el Monte Gerizim).
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Capítulo 4
Cuenta el poema de la creación del Bereshit (Génesis), que una vez en el huerto de
Edén (delicia), el ser humano cayó en desgracia, al desobedecer la recomendación del
Supremo que le indicó no comer del árbol del conocimiento (daat), pues de hacerlo,
moriría.
Hoy entendemos con claridad que quien haya probado el fruto del árbol del
conocimiento, tiene vedado el paso por el sendero de la vida. Pero quien pruebe el
fruto del árbol de la vida tendrá paso libre hacia el mismo.
Saulo de Tarso (el conocido como San Pablo) solía recomendar a los cristianos de la
iglesia primitiva, que le imitaran en una cosa: “en que soy imitador del Cristo”. La
traducción de ese último apelativo (el Cristo) es Ha Mashiaj. Es decir, el Mesías, o el
ungido.
Lo anterior aclara que, incluso dentro de la recién fundada fe cristiana, la meta del
camino espiritual era llegar a ser como un Mesías. Un Ungido. La traducción literal del
término es “el que habla”; alusión directa a la práctica de Kabbalah, según la cual,
creamos a través de las palabras, del mismo modo que inicialmente fuera hecho por
Elohim (D’os).
La Tanaj (conjunto de los escritos canónicos del Antiguo Pacto) llama con diferentes
calificativos al Mesías. Uno de los más llamativos se encuentra en el libro del profeta
Isaías 6:9 y es el “ADMIRABLE CONSEJERO”.
Se pronuncia “Péle Yoetz”. Esta última palabra proviene del término “Etz”, que
significa árbol. De modo que las palabras “consejo” y “árbol” provienen de una misma
raíz hebrea y por lo tanto, están emparentadas.
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La guematría de Péle Yoetz es exactamente la misma que la de la palabra “Rofé”,
que significa “médico, doctor o sanador” (Esa guematría es 287). Lo anterior nos lleva
a comprender que cuando nos referimos al camino del árbol de la vida, estamos
hablando de un camino de sanidad espiritual. Un camino que nos prepara para re
conectarnos con nuestro origen, con nuestro Creador.
Así, el sendero del árbol de la vida debe ser conocido y transitado por nosotros
antes de lograr alcanzar el punto de Ha Mashiaj. Aprenderemos por tanto, cómo
hablar, qué hablar y de dónde obtener las palabras adecuadas para hablar. De ese
modo nos iremos pareciendo cada vez más a “uno que habla” (es decir: Ha Mashiaj) y
que, con sus palabras es capaz de re crear el universo que nos ha sido entregado. Este
es el camino de Kabbalah: El camino de las palabras divinas y su poder creador.
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Capítulo 5
El árbol de la Vida
Cada Sefirah es un canal de energía divina o fuerza de vida. Todas ellas nos ilustran
diferentes dimensiones de una misma fuerza CREADORA. Entendido de este modo;
cada una de las 10 sefirot nos indica un atributo divino, a través de cuya emanación
(espiritual), fue formada una parte del universo (material), llegando, según dicen las
escrituras, a ser “construido el universo por la Palabra de D’os. De modo que lo que se
ve fue hecho de lo que no se veía” (He. 11:3).
En resumen: Las Sefirot representan una secuencia de las distintas etapas del
proceso creativo, por el cual D’os formó, desde el núcleo de su Ser infinito, la
progresión de reinos que da como resultado nuestro universo físico finito.
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En la imagen aparecen los nombres transliterados de cada una de las 10 esferas que
representan las sefirot, entrelazadas por 22 “caminos”, que corresponden a las 22
letras de nuestro Alef-Beit. Siendo el árbol de la vida una imagen cuya mención es
sumamente primitiva en los escritos sagrados, debemos entender que este esquema
es una representación simbólica de lo que el Séfer Yetzirah nos relata. Es necesario
comprender desde ahora, que la verdadera imagen que de él nos debemos ir
construyendo, es una imagen de cosas espirituales, cuyo poder dio origen a cosas
materiales, pero cuya esencia sigue siendo espiritual, y de ella debemos nutrirnos
mucho más que de las contrapartes materiales que son solo un reflejo temporal de lo
infinito.
Siempre siguiendo lo que nos dice el Séfer Yetzirah, El esquema de las Sefirot es uno
de tres ejes paralelos ()קווים, en forma vertical que nos habla de tres formas distintas
de influencia divina en la creación: el universo, el año y el ser humano (Séfer Yetzirah
3:4-6). Nos hablan de nosotros, pues según el texto, fuimos hechos a Imagen de D’os
(Ber. 1:27).
De igual manera, la ubicación de las Sefirot en esta red nos sugiere una sub división
en 4 partes, referentes a cuatro mundos (o reinos) involucrados en el proceso
creativo.
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Capítulo 6
“Diez sefirot de la nada, en el número de los diez dedos: cinco opuestos a cinco, con
una única alianza precisamente en el medio, en la circuncisión de la lengua y en la
circuncisión del miembro.”
Como hemos mencionado, cada una de las 10 sefirot es una emanación divina, que
contiene un atributo del Creador, y que permean todas ellas a la creación. Vamos a
repasarlas todas en orden descendente según aparecen en el árbol de la vida.
כֵּתֵּ ר
(Kéter)
El significado de la palabra “Kéter” es “corona” y así conocemos a esta sefirah: La
sefirah de la corona. Se ubica en la parte más alta del árbol de la vida y si imaginamos
éste como un cuerpo humano, correspondería a la “coronilla” de la cabeza, lo cual nos
remite a las decisiones pensadas, planeadas, al poder creador.
Según el Zohar, son “620 pilares de luz que acompañan a las almas desde la ley
hasta el reino ( Malkhut ), y le iluminan el camino”.
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חֹ כמַ ה
(Jojmah)
El término significa “sabiduría” y precisamente, esta sefirah nos comunica acerca
del primer poder consciente del intelecto en la creación. En el cuerpo humano
corresponde al hemisferio cerebral derecho.
ִבינַה
(Binah)
La guematría normal de Binah es 67, que al sumarse con los 73 de Jojmah (como
ambos hemisferios, que deben trabajar juntos), suma un total de 140: La suma del
cuadrado de los números del 1 al 7; como siete días se llevó en dar por terminada la
creación. Es decir, que para crear, se necesita ser capaces de, empezando por nosotros
mismos, luego poder juntar la sabiduría con el entendimiento, para entonces dar
rienda suelta al proceso como tal. Es decir, un primer paso que consiste en la idea (el
arquetipo), seguido de un diseño sabio y finalmente un plan ordenado e inteligible. Tal
es la enseñanza consolidada de las tres primeras sefirot del árbol de la vida.
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Las siguientes 6 sefirot corresponden a las 6 emociones del corazón, involucradas a
la vez en cada uno de los 6 días de la creación activa.
חֵּ סֵּ ד
(Jésed)
La palabra “Jésed” se refiere a la bondad, la generosidad. Es en resumen, el amor
que da. Es el primero de los atributos emocionales inherentes a la creación y
corresponde en nuestro cuerpo, al brazo derecho.
בּורה
ַ ְג
(Guevurah)
Es el segundo de los atributos emocionales involucrados en la creación y su
traducción más acertada es “Severidad”, aunque suele ser vertido también como
“fuerza” o “poder”. Corresponde en el cuerpo, al brazo izquierdo.
Esta Sefirah nos habla del poder de restringir. Complemento de Jesed, pues ayuda a
evitar que la bondad sirva para que seamos utilizados.
Dos manos que trabajan juntas para formar la realidad, jesed (72) y guevurá (216) =
288 = 2 veces el cuadrado de 12. El estado espiritual identificado con Guevurá es el
temor. El amor aparta al temor (1 Jn.4:18)
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ִתפאֵּ ֵּרת
(Tiféret)
El tercero de los atributos emocionales inherentes a la creación. Corresponde al
corazón y su traducción es “belleza”.
Tiferet = 1081
La tribu de Leví, se divide en dos, los Cohanim (sacerdotes) y los Leviim (levitas).
Estando en medio, Tiferet conecta a Jesed y Guevurá; Los armoniza y balancea.
נֵּצַ ח
(Netzaj)
Es el cuarto atributo emocional involucrado en el proceso creativo. Lo traducimos
como “Victoria” y también “eternidad” y corresponde en el cuerpo humano a la pierna
derecha.
La victoria final de Netzaj es sobre la muerte y esta sefirah nos ilustra el camino
espiritual que empieza con el primer paso.
“Camino hacia la eternidad en Netzaj (victoria), pero es Jesed (el amor) el que me
impulsa”.
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הֹוד
(Hod)
Es el quinto de los atributos emotivos relativo a la creación y corresponde a la
pierna izquierda. La palabra “Hod” significa “esplendor”, pero si la convertimos a su
versión femenina (hodaá), significa “reconocimiento”.
Netzaj y hod son llamadas "dos mitades de un solo cuerpo". A menudo en Kabalá,
son consideradas como una sola sefirah; más todavía que con respecto
a jesed y guevurá (los brazos), netzaj y hod (las piernas) sólo pueden llevar a cabo
correctamente su tarea (caminar), funcionando juntas.
Por el poder de Netzaj soy capaz de ganar batallas. Pero mediante el poder de Hod
adquiero la capacidad de reconocer derrotas, que al final, también redundará en
avance.
Hod = 15, la suma de todos los números del 1 al 5. Hod expresa y resume las cinco
emociones, desde jesed hasta hod.
יֵּסֹוד
(Yésod)
El sexto y último de los atributos emocionales inherentes a la creación. Corresponde
en el cuerpo al órgano reproductivo. La palabra “Yésod” significa “fundamento”.
Está en medio de las dos piernas, para recalcar que se debe seguir adelante, que no
podemos parar de crecer y de avanzar… Que siempre habrá más.
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El estado espiritual identificado como correspondiente a la sefirá de Iesod es el
de émet (la verdad).
מַ לכּות
(Malkhut)
La sefirah del Reino es Malkhut. Nos enseña El poder de expresar los pensamientos
y emociones propios a los demás. Corresponde a la lengua, ya que El poder de crear,
radica en la capacidad de hablar las palabras adecuadas, de la manera adecuada. Ese
es el poder del reino (Malkhut).
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Capítulo 7
El Alef-Beit
«Bienaventurados los justos de este mundo y del mundo por venir, pues el Santo,
bendito sea, los desea en su gloria y les revela los misterios supremos de su nombre
santo que no ha revelado a los ángeles superiores ni a sus santos.» (Zohar III, 78b)
- El lado izquierdo del árbol representa la antítesis del absoluto principio positivo
del lado derecho. Luego, un principio medio reconcilia a los dos.
El Zohar dice: “La forma humana abarca en sí, todo. Lo que hay en el cielo y en la
Tierra. Los seres superiores e inferiores.”
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Las Sefirot son emanaciones que han penetrado la cortina o velo, y que permean
toda la creación. De esta forma, ésta se inunda con los atributos divinos, mediante la
energía que aquellas le transmiten.
La Rueda de las Letras, conteniendo 7 círculos en los que se inscriben los números del 11 al 32 (pues los primeros 10 son las
sefirot); luego los números del 1 al 400, según el orden que se sigue en la numeración “alefbética”; el símbolo que representa a
cada letra en el concepto astral antiguo; luego el significado del nombre de cada letra; seguido por el nombre mismo, después del
gráfico y finalmente, en el círculo más externo, la letra misma.
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*El símbolo de la unidad y del principio.
*El nexo entre el mundo superior e inferior
*Su forma, que representa al buey, simboliza
la fuerza tranquila, pacífica.
*Su forma y escritura, evocan el primer día de
la creación, en el cual fueron separadas las
aguas de arriba de las de abajo.
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* La puerta. Significa a la vez una entrada y una salida. Un
cambio
De ambiente, ya sea positivo o negativo.
* En sentido de puerta (de las tiendas de los beduinos),
representa al hombre pobre que recibe caridad del rico.
•El número 4 nos habla de la creación toda (la materia en
sus 4 elementos).
• De los ciclos de la naturaleza y su forma terrenal. En el
cuarto día se crearon los astros y con ellos los ciclos de día y
noche, meses, años, estaciones (que son 4 también); etc.
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*La letra del final de una tarea.
*Se refiere al sétimo día, en el cual el Creador
descansó, pues alcanzó la meta.
*Su forma y significado nos remiten a una
espada o cuchillo; y nos recuerda la batalla
ganada, el objetivo alcanzado.
El carro
La Justicia
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*Es la letra de la acción.
*Las manos, con sus dedos extendidos.
*Iod también significa “arrojar”, “lanzar”, en
el sentido de renunciar a algo.
* Su forma es la de un humano en posición de
plegaria.
* El 10 es la realización de la unidad. Un
nuevo inicio, asociado a las 10 sefirot y en
especial a Malkhut: El reino, lo material. La Rueda
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*Es la letra de los ciclos, de la introspección
que lleva a mirarse como en un espejo.
*Mem nos enseña que la vida fluye, al igual
que la sabiduría divina; y que es buscando
dentro nuestro, que podemos encontrar
ambas (somos 60 %de agua, el cerebro se
compone en un 70 %de agua, la sangre en un
80 %y los pulmones se componen en
un 90 %de agua) La Muerte
La Templanza
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*Esta letra representa la visión clara. Nos guía a
salir del condicionamiento que podría haber
generado Sámej.
*Es la evidencia, la revelación, el paso de lo oculto
a lo conocido.
*El ojo recibe la luz para iluminarnos por dentro.
* Su nombre también significa “fuente”, en el
sentido del origen de la verdad revelada.
La Torre
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*La letra de la puerta estrecha. Su nombre
significa a la vez, el ojo de una aguja; un hacha;
un mono o la nuca. Nos recuerda que el camino
espiritual no es fácil, pero sí es productivo.
*Podemos llevar el peso de entrar por la puerta
estrecha, o vaciarlo a través de la meditación en
Kof. De ahí su significado principal como Nuca.
El Sol
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*La cruz. La primera marca que aparece en la
Torah (Bereshit 4:15).
*La letra final. Recuerda la culminación de la
obra creada. El resumen del todo en todo.
*Nos remite a la responsabilidad de no dejar
nada por fuera, ni proyectos sin terminar.
* En una cruz, solo que de distinta forma, el
Maestro dijo: “consumado es”.
El Loco
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Capítulo 8
Una vez con el esquema del árbol de la vida establecido; y comprendido lo que nos
enseña cada una de las sefirot, junto con cada una de las letras; podemos decir que
sabemos los principios espirituales que rigen el uso correcto de las palabras para su
utilización en la labor de re-crear nuestro mundo y por ende, a nosotros mismos.
Hemos de aplicar siempre estos principios para meditar, invocar, actuar, reaccionar…
en fin, para vivir.
Ahora que conocemos los 32 senderos, podemos empezar a aprender el uso del
lenguaje sagrado (mágico, para algunos), y vamos a partir del hecho de que las
palabras crean reacciones en el mundo espiritual. Cualquier palabra posee su
contrapartida en ese mundo. Pero las palabras pronunciadas en el idioma sagrado, son
mucho más poderosas, pues fueron las letras de ese idioma, y por consiguiente, las
palabras y los números, las que crearon, en su origen, la realidad que vivimos. Y de
todas las palabras del idioma hebreo, las más poderosas y capaces de crear, son sin
duda los Nombres sagrados de D’os. Nos disponemos a estudiar (aunque aún no de
manera exhaustiva, pero sí con cierto detalle) esos nombres.
El antiguo libro del Séfer Raziel HaMalakh los revela para Adán casi inmediatamente
después que este sale del Edén. No solo los menciona, sino que además detalla para
qué sirve la invocación o meditación en torno a cada uno de ellos. Sin embargo, dicho
documento, que no es de circulación libre aún, no es el único donde los podemos
encontrar.
Los hebreos no tenían por costumbre titular sus escritos, y más bien solían
reconocerlos por la, o las primeras palabras que aparecían en ellos. Es así como el
Génesis, en realidad se llamaba “Bereshit” (que quiere decir “en el principio”) y el libro
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del Éxodo era conocido por la frase “Véleh Shmot”, que significa “estos (son) los
Nombres”.
En el relato precisamente anterior al cruce del Mar Rojo (Éxodo 14:19-21), el autor
Moisés nos regala 3 versículos, conteniendo cada uno 72 letras
Usando esa misma secuencia obtendremos todos los Nombres hasta el número 72!
Es así como Los 72 Nombres aparecen codificados en el texto anterior al cruce del
Mar Rojo. Moisés usó Kabalah para separar las aguas, como nosotros podemos abrir
los cielos y bajar de ellos lo que digamos. El libro que inicia con la frase “estos son los
Nombres”, realmente nos da esos Nombres uno a uno…
1- El universo está permeado con los atributos divinos, dispuestos cual campos de
energía.
2- Esto proviene de las emanaciones de energía que llamamos Sefirot.
3- Según el Sefer Yetzirah, estos campos de energía son:
a- Poderosos
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b- Inteligentes
c- Capaces de observar o enfocarse
d- Capaces de transformar o incidir
4- A estas energías inteligentes, se les conoce en las escrituras como Ángeles.
Muchos de ellos son los ángeles (o las energías) de los cuerpos astrales; las mismas
que estudia la astrología desde tiempos remotos.
Ellos perciben y almacenan las energías por nosotros emitidas con nuestros actos,
palabras y pensamientos, para más tarde devolver esas energías, activando la ley de
“Tikun”, es decir, de causa y efecto, que en otras formas de espiritualidad es conocida
como “ley del karma”. Esta ley provee al universo del equilibrio indispensable. Toda
energía emitida debe tener su contrapartida.
Ahora bien, ¿Podemos alterar la manera como estas energías interactúan con
nosotros? La respuesta es Sí… De hecho, se supone que lo hagamos. Josué, por
ejemplo, detuvo al sol y la luna (Jos.10:13)
El orden de la creación indica que el ser creado primero, se sujeta al que fue creado
con posterioridad. Así:
Dado que la combinación de las letras del Alef-Beit es capaz de crear almas
poderosas; nosotros podemos alterar la influencia de las energías (astrales o de
cualquier tipo) mediante su uso, Lanzando o “enviando” palabras al universo. El
Maestro Jesús fue interpelado para que “enviara una palabra” en alguna ocasión
(Mt.8:8). Lo hizo y el milagro sucedió…
Las palabras más poderosas son los Nombres de D’os. Al enviarlos, llegan hasta la
morada de los Tzadikim, quienes las llevan al Creador y Éste las contesta de
inmediato. Fue por esto que el Maestro se ofreció como mediador, asegurando que
todo lo que pidamos, de la manera adecuada, lo vamos a recibir.
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He aquí los 72 Nombres y un breve resumen de su poder:
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Capítulo 9
Cada uno de los Nombres Divinos tiene su relación con y en el árbol de la vida. La
tradición Kabbalah los ubica a cada uno dentro de alguna de las sefirot. Dicha
ubicación corresponde a un diseño del árbol que se explica por el concepto de la re-
creación. Si el proceso de crear debe perpetuarse, eso quiere decir que podemos
concebir un árbol de la vida, dentro de cada una de las sefirot y así sucesivamente. Eso
convierte a nuestro esquema, en uno de movimiento perpetuo; de flujo constante de
la energía creadora.
Vamos a explicar cada uno de los Nombres desde esta perspectiva y podremos
observar cómo coincide maravillosamente con el diseño que se nos ha presentado en
el Séfer Raziel HaMalakh:
Jojmah de Kéter:
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YOD LÁMED YOD (50)
Binah de Kéter:
Jésed de Kéter:
38
AYIN LÁMED MEM (140)
Guevurah de Kéter:
Tiferet de Kéter:
39
LÁMED LÁMED HEI (65)
Netzaj de Kéter:
Hod de Kéter:
40
KAF HEI TAV (425)
Yésod de Kéter:
Jojmah de Jojmah.
41
ÁLEF LÁMED DALET (35)
Ángel Portador: Aladyah (50)
Binah de Jojmah:
42
HEI HEI AYIN (80)
Ángel Portador: Ahayah (95)
Guevurah de Jojmah:
43
MEM BEIT HEI (47)
Ángel Portador: Mebahel (78)
Nétzaj de Jojmah:
44
HEI KOF MEM (145)
Yésod de Jojmah:
Jojmah de Binah:
45
KAF LÁMED YOD (60)
Binah de Binah:
Jésed de Binah:
46
PEI HEI LÁMED (115)
Guevurah de Binah:
Tiféret de Binah:
47
YOD YOD YOD (30)
Nétzaj de Binah:
Hod de Binah:
48
JEIT HEI VAV (19)
Yésod de Binah:
Jojmah de Jésed:
49
HEI ÁLEF ÁLEF (7)
Binah de Jésed:
Jésed de Jésed:
50
SHIN ÁLEF HEI (306)
Guevurah de Jésed:
Tiféret de Jésed:
51
ÁLEF VAV MEM (47)
Nétzaj de Jésed:
Hod de Jésed:
52
VAV SHIN REISH (506)
Yésod de Jésed:
Jojmah de Guevurah:
53
LÁMED HEI JEIT (43)
Binah de Guevurah:
Jésed de Guevurah:
54
MEM NUN DÁLET (94)
Guevurah de Guevurah:
Tiféret de Guevurah:
55
JEIT AYIN MEM (118)
Nétzaj de Guevurah:
Hod de Guevurah:
56
YOD YOD ZAYIN (27)
Yésod de Guevurah:
Jojmah de Tiféret:
57
MEM YOD KAF (70)
Binah de Tiféret:
Jésed de Tiféret:
58
YOD LÁMED HEI (45)
Guevurah de Tiferet:
Tiféret de Tiféret:
59
AYIN REISH YOD (280)
Nétzaj de Tiféret:
Hod de Tiféret:
60
MEM YOD HEI (55)
Yésod de Tiféret:
Jojmah de Nétzaj:
61
DÁLET NUN YOD (64)
Binah de Nétzaj:
Jésed de Nétzaj:
62
AYIN MEM MEM (150)
Guevurah de Nétzaj:
Tiféret de Nétzaj:
63
NUN YOD TAV (460)
Nétzaj de Nétzaj:
Hod de Nétzaj:
64
PEI VAV YOD (96)
Yésod de Nétzaj:
Jojmah de Hod:
65
YOD YOD LÁMED (50)
Binah de Hod:
Jésed de Hod:
66
MEM TZADIK REISH (330)
Guevurah de Hod:
Tiféret de Hod:
67
YOD HEI HEI (20)
Nétzaj de Hod:
Hod de Hod:
68
MEM JEIT YOD (58)
Yésod de Hod:
Jojmah de Yésod:
69
MEM NUN KOF (190)
Binah de Yésod:
Jésed de Yésod:
70
JEIT BEIT VAV (16)
Guevurah de Yésod:
Tiféret de Yésod:
71
YOD BEIT MEM (52)
Nétzaj de Yésod:
Hod de Yésod:
72
MEM VAV MEM (86)
Yésod de Yésod:
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Capítulo 10
La rueda de la Creación
Este autor asume la autoría original del patriarca Abraham para este libro; y es mi
deber advertir que sin su lectura, quizá ninguna de las explicaciones que he dado será
comprendida en su justa medida. Con la explicación que nos regala este texto es que
vamos a finalizar también, con el tema de la “Rueda de la Creación”. No hemos
pretendido ser exhaustivos, tal como se advirtió al inicio. Pero esperamos que
cualquiera que en profunda meditación y respeto se quiera acercar por primera vez a
esta tradición ancestral, encontrará que junto a la lectura del Séfer Yetzirá, este curso
es de sumo provecho y suficiente para lograr dicho acercamiento.
“Veintidós Letras Fundamento: Tres madres, Siete Dobles y Doce Elementales. Las
Tres Madres son Aleph, Mem y Shin, que reposan sobre el platillo del mérito y sobre el
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platillo del deber, y son mantenidas en equilibrio por el pacto de la lengua. Tres madres:
Aleph, Mem, Shin. La Mem zumba, la Shin silba y la Aleph es el Aliento de aire que
mantiene a las otras en equilibrio.”
- Letras Madres ( 3 )
- Letras Dobles ( 7 )
- Letras Simples ( 12 )
Las letras madres son de las que se originan las demás. Ellas representan los elementos,
que constituyen el Universo. Aparecen inmediatamente después de Ber. 1:2, para solucionar
el caos, trayendo orden entre los elementos y así se podrá iniciar con el proceso creador.
Mem y Shin son Tesis y antítesis. Alef es la síntesis que las equilibra.
Según dice el Sefer Yetzirah, la primera emanación del espíritu de D’os fue el Ruaj
(“Espíritu”, “aire”, el “aliento de vida”), el cual produjo fuego. Este fuego en su turno
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formó el génesis del agua. Estas tres sustancias son la equivalencia a las tres “madres”,
y son los elementos con los cuales se ha formado el cosmos.
a- Misericordia ( derecha )
b- Severidad ( izquierda )
c- Equilibrio ( centro )
- 3 dimensiones de la creación:
a- El Universo
b- El año
c- El ser humano
1). En el Mundo: El agua formó la tierra; el cielo fue producido por el fuego; y el aire
mantiene el equilibrio.
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2). En el Año: Encontramos el invierno y el verano, y las estaciones intermedias que
marcan el equilibrio.
Las siete letras “dobles” corresponden en el mundo a los siete planetas, en el año a
los siete días y en el hombre a las cavidades faciales (dos ojos, dos orejas, dos orificios
nasales y una boca). Las siete “dobles” varían su influencia, de la misma manera que
los siete planetas están en continuo movimiento, a veces más cerca y otras más lejos
de la tierra. Los siete días de la semana de la misma manera, fueron creados por las
siete “dobles” cambiando en el tiempo de acuerdo a su relación con los planetas.
Las doce letras “simples” crearon los doce signos del zodiaco en el mundo, los doce
meses en el año y los doce conductos en el hombre, macho y hembra. Estos son los
órganos que realizan una función en el cuerpo independientemente de lo que suceda
en el mundo exterior, son; dos manos, dos pies, dos riñones, bilis, intestino, hígado,
garganta, estómago y bazo, y funcionan de acuerdo a los doce signos del Zodiaco.
Debemos ser siempre muy cuidadosos, respetuosos y espirituales para acceder a tal
poder.
“La lengua está puesta entre nuestros miembros, y puede contaminar todo el cuerpo,
e inflamar la rueda de la creación, y ella misma puede ser inflamada por el mal.”
Stg. 3:6
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