Vous êtes sur la page 1sur 5

FIN DE LA PERSONA HUMANA EN EL CÓDIGO CIVIL PERUANO

TÍTULO VII
FIN DE LA PERSONA

CAPÍTULO PRIMERO
MUERTE

ARTÍCULO 61. fin de la persona.- La muerte pone fin a la persona.


Con la muerte termina la existencia del ser humano y por tanto deja de
ser sujeto de deberes y derechos. Todas sus relaciones y situaciones
jurídicas se cancelan en cuanto a ellas misma, aunque algunas pueden
ser transferidas a los herederos.

Para Marcial Rubio, “la persona no se volatiliza del derecho con la


muerte, sino que, desapareciendo como centro de imputación de
deberes y derechos, deja aun huella y efectos”.

Algunos ejemplos de lo que significa decir que con la muerte la persona


deja de ser sujeto de deberes, son los siguientes:

 Deja de ser padre o madre, o cónyuge. Sus situaciones jurídicas se


extinguen.

 Se cancelan todas sus obligaciones personalísimas. Así, el cuadro


encargado al gran pintor deja de ser obligatorio de pintarse; la
conferencia magistral del sabio ya no será exigible, etc...

 Si existía algún juicio por responsabilidad penal contra la persona,


se archiva definitivamente y ahí no podrá seguir el juzgamiento.

Al propio tiempo, ejemplos de la huella y efectos que deja la persona


luego de su muerte son:

 Su voluntad testamentaria deberá ser cumplida con


obligatoriedad jurídica.

 Sus obligaciones no personalísimas deberán ser asumidas por sus


herederos.

 Sus decisiones sobre disposiciones de su cadáver deberán ser


acatadas.

 Su intimidad, su imagen y su voz permanecen protegidas y solo


pueden ser dispuestas con autorización de sus herederos.

 Su prohibición de publicación póstuma estará en vigencia un plazo


máximo de cincuenta años.
ARTÍCULO 62. conmoriencia.- Si no se puede probar cuál de dos o
más personas murió primero, se las reputa muertas al mismo tiempo y
entre ellas no hay transmisión de derechos hereditarios.

La sucesión no es más que la transmisión de derechos patrimoniales o en


ciertos casos extrapatrimoniales a los herederos. Cabe mencionar que la
sucesión únicamente se da por la muerte de una persona, es así que los
muertos heredan a los vivos, y no al revés, ni tampoco que un muerto
pueda heredar a otro muerto.

En el Primer caso, de que "los muertos heredan a los vivos", tenemos el


caso de la Premoriencia, que consiste en el caso de que dos o más
personas con un vínculo de parentesco o legítimo fallecen en un mismo
momento, pero se puede demostrar quién de ellos falleció al final; esto
implica que la persona que resistió más tiempo será quien herede.

Así tenemos, por ejemplo, de que una pareja de casados toma un avión,
y surge una emergencia en que hace un acuatizaje forzoso. Como
consecuencia del impacto del avión con el mar varias personas fallecen,
y la pareja se salva con graves heridas hasta que llega el grupo de
emergencias a rescatarlos, en ese instante fallece la mujer, pero no el
marido, quien fallece unos momentos luego por la impresión por la
pérdida de su mujer. Los paramédicos ya constataron quien falleció
primero, por lo tanto, el último en fallecer (el marido) será quien herede
los bienes de su mujer; pero como este falleció, y no tenían hijos,
heredarán los parientes del marido.

La Conmorencia, habla que un muerto no puede heredar a otro muerto


está lo suficientemente claro, si es que retrocedemos al principio de que
sólo los muertos heredan a los vivos, por lo tanto, es lógico que un muerto
no podrá heredar lo que deje otro muerto, si al momento en que el
causante falleció el heredero ya no se encontraba con vida. Así, es como
llegamos a la teoría de los comurientes, situado en el artículo 62° del
código civil que dice: "si no se puede probar cuál de dos o más personas
murió primero, se las reputa muertas al mismo tiempo y entre ellas no hay
transmisión de derechos hereditarios". Por ejemplo: Una familia integrada
por los Padres y dos hijos quienes salen de paseo en una camioneta, y en
el trayecto esta tiene un accidente que genera la muerte de toda la
familia. Como no hay manera de probar en qué orden fallecieron los
miembros de la familia, se les reputa a todos muertos al mismo tiempo.

La diferencia entre la Premoriencia y la Conmoriencia radica en la probar


quién falleció primero; si se demuestra es premoriencia, si no se puede
comprobar, es conmoriencia.
CAPÍTULO SEGUNDO
DECLARACIÓN DE MUERTE PRESUNTA

ARTÍCULO 63. causas de la declaración de muerte presunta.-


Procede la declaración de muerte presunta, sin que sea indispensable la
ausencia, a solicitud de cualquier interesado o del Ministerio Público en
los siguientes casos:

1. Cuando hayan transcurrido diez años desde las últimas noticias del
desaparecido o cinco si éste tuviere más de ochenta años de
edad.

2. Cuando hayan transcurrido dos años si la desaparición se produjo


en circunstancias constitutivas de peligro de muerte. El plazo corre
a partir de la cesación del evento peligroso.

3. Cuando exista certeza de la muerte, sin que el cadáver sea


encontrado o reconocido.

De los incisos señalados se puede advertir que para la declaración de la


muerte presunta no se requiere la declaración de ausencia, pues, existen
condiciones de orden superior que coexisten con la realidad
relacionadas con el tiempo transcurrido que son 10, 5 y 2 años,
respectivamente, contados desde el momento de la desaparición, según
el caso, así como las circunstancias que pudieron generar la muerte del
desaparecido. Estas circunstancias permiten al juzgador para que en la
sentencia de declaración de la muerte presunta llegue a declarar no sólo
la muerte sino también para que indique la fecha probable de la muerte,
incluso del lugar de la ocurrencia que se toma la del evento catastrófico
del desaparecido.

Ahora bien, en el supuesto que las pruebas aportadas al proceso no


demostrasen a criterio del juez la veracidad de lo que se demanda o
solicita, el juzgador puede declarar la ausencia insumiendo en dicha
resolución lo señalado en el artículo 49 concordante con el Art. 66 del
Código Civil.

ARTÍCULO 64. disolución de matrimonio por declaración de


muerte presunta.- La declaración de muerte presunta disuelve el
matrimonio del desaparecido. Dicha resolución se inscribe en el registro
de defunciones.
 Declarada la muerte presunta el vínculo matrimonial queda
disuelto, por consiguiente, el viudo o la viuda, según el caso, queda
en libertad para contraer nuevo matrimonio.

ARTÍCULO 65. contenido de la declaración de muerte presunta.-


En la resolución que declara la muerte presunta se indica la fecha
probable y, de ser posible, el lugar de la muerte del desaparecido.

Se debe de tomar en cuenta:

 Lugar y fecha de la muerte de la persona, que la ley señala que se


le coloque el lugar y la fecha donde se presume que pudo haber
fallecido.

 Bienes del fallecido, que, a falta de disposición de la ley, se usa


analógicamente lo correspondiente a sucesiones.

ARTÍCULO 66. facultad oficiosa del juez.- El juez que considere


improcedente la declaración de muerte presunta puede declarar la
ausencia.

CAPÍTULO TERCERO
RECONOCIMIENTO DE EXITENCIA

ARTÍCULO 67. reconocimiento de existencia.- La existencia de la


persona cuya muerte hubiera sido judicialmente declarada, puede ser
reconocida a solicitud de ella, de cualquier interesado, o del Ministerio
Público. La pretensión se tramita como proceso no contencioso, con
citación de quienes solicitaron la declaración de muerte presunta.

En lo anterior expuesto, la persona desaparecida ha sido declarada


fallecida, por el mismo hecho de que se desconocía su paradero por un
tiempo definido; aun así cabe la probabilidad de que la persona retorne
para que se le reconozcan sus derechos. Pasando por una serie de pasos
que demuestren su existencia, estos son: La aparición de la persona,
declaración judicial de reconocimiento, junto con una constancia de
supervivencia.

Sin embargo, durante la ausencia de la persona, y la declaración de


fallecimiento se han efectuado una serie de actos jurídicos, tales como:
Sucesión de los bienes del ausente, disolución del vínculo matrimonial, y
primordialmente la partida de defunción que declara que la persona
dejó de existir, y, por lo tanto, ya no posee capacidad.

ARTÍCULO 68. efectos sobre el nuevo matrimonio del cónyuge.-


El reconocimiento de existencia no invalida el nuevo matrimonio que
hubiera contraído el cónyuge.

Declara la existencia de la persona, el matrimonio de su excónyuge es


válido, por cuanto al contraerse, se ejerció bajo el principio de la buena
fe.

ATRÍCULO 69. efectos sobre los bienes.- El reconocimiento de


existencia faculta a la persona para reivindicar sus bienes, conforme a
ley.

 Respecto al patrimonio, declarada la existencia de la persona, esta


tiene la facultad de reivindicar sus bienes en el estado en que se
encuentren y en el momento en el que se produce la declaración.

 El juez debe evaluar la buena fe o la mala fe de las personas que


poseían tales bienes.

Vous aimerez peut-être aussi