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Método Orff :
Método Kodaly:
Zoltan Kodaly (1882-1967)
estudió el patrimonio folclórico húngaro junto con Bela Bàrtok y desarrolló un innovador
método de enseñanza de la música. Hace uso de la fononímia, trabaja el canto y la altura
relativa de los sonidos. Llama a las notas DO, RE, MI, FA, SO, LA TI, DO, y les pone números
romanos ( trata las notas como grados).
Consigue que el niño interiorice las distancias interválicas, y así pueda cantar en todas las
tonalidades. El canto es natural. Por ejemplo, si en el piano se da un MI, y es la primera nota
de la escala (I), para los niños será un DO, ya que no afina con el LA=440 Hz (Denomina a
esto “método tónica DO”). También se debe a Kodàly la dirección sin escritura, el lenguaje
rítmico (TA, TI), y el “piano vivo”. La compositora húngara Kàtalyn Szekèly imparte cursos
en España sobre el método Kodàly (en húngaro se pronuncia “Koday”)
Método Dalcroze:
Emile Jacques Dalcroze (1865-1950)
fue un músico y pedagogo suizo. Creador de la rítmica, método que permite adquirir el
sentido musical por medio del ritmo corporal, fue con sus investigaciones uno de los
principales innovadores que tuvieron una influencia decisiva sobre la danza moderna. Al
analizar el movimiento en función de su sentido rítmico, encontró los principios de “tensión –
aflojamiento”, “contracción – descontracción”, base de la danza moderna. Su obra y sus
principios fueron publicados en 1920, “El ritmo, la música y la educación”. Tuvo el mérito de
hallar una pedagogía del gesto, sobre la génesis del movimiento: la música suscita en el
cerebro una imagen que, a su vez, da impulso al movimiento, el cual, si la música ha sido
bien percibida, se convierte en expresivo.
Los elementos que motivaron el nacimiento de la RITMICA DALCROZE debemos buscarlos en
las observaciones que el maestro hacía a sus alumnos en sus clases de solfeo en el
Conservatorio de Ginebra, tales como: Ciertos alumnos desde el punto de vista auditivo
progresaban de una manera normal, pero les faltaba la sensación de duración, la capacidad
de medir los sonidos y de ritmar las sucesiones de igual duración.A la acción de la música, a
menudo, reaccionaban con movimientos involuntarios de ciertas partes del cuerpo ( cabeza,
pies, manos,...) de donde se podía deducir que "debía existir alguna relación entre la
acústica y los centros nerviosos superiores".
Dalcroze Arribó a las siguientes conclusiones:
- Que la musicalidad puramente auditiva es una musicalidad incompleta.
- Que la arritmia musical es la consecuencia de una arritmia de carácter general.
- Que para crear armonías verdaderamente musicales es necesario poseer un estado musical
armónico interior.
Método
Maurice Chevais
Músico y pedagogo destacado, escribe una obra pionera, en tres tomos donde propone una
serie de conceptos y prácticas básicas, muchos de los cuales continúan vigentes.
Dactilorítmia (trabajo de las figuras musicales con los dedos, que logran así bastante
independencia motriz). También usa el canto y la fononímia. Maurice Chevais ha
caracterizado la enseñanza "tradicional" en los siguientes términos: "Los tradicionalistas
puros definen desde el primer día el arte y la música. Les encanta aplicar fórmulas y se
dirigen a la memoria de los niños para obtener la "repetición exacta". Consagran, con la tiza
en la mano, demasiado tiempo a los desarrollos teóricos y ven los hachos musicales comunes
como una mera aplicación de las reglas que enseñan"...Y más adelante prosigue: "A estos
métodos no les importa ni la música ni el niño. Tal enseñanza sólo puede resultar
provechosa para los bien dotados. Y constituye una grave crítica para un método el hecho de
que se dirija a una minoría, sobre todo tratándose de una enseñanza artística, cuyos
beneficios debieron poder extenderse a todos. Si algunos tradicionalistas brillantes han
sacado buenos alumnos, pensemos en lo que esos mismos profesores obtendrían de los
mismos alumnos con un poco de pedagogía".
Método Edgar Willems
Nació en Bélgica, pero desarrolló su labor pedagógica y musical en Suiza. Realizó
investigaciones y experiencias en el terreno de la sensorialidad auditiva infantil y en las
relaciones música-psiquísmo humano.Pero fue durante la Guerra Mundial de 1914-1918
cuando Willems empezó a realizar la visión y concepción que inspirarían su vida de
investigador, de pedagogo y de iniciador, en una obra y una actividad profundamente
humana, adaptadas en particular a la época que vivimos.La concepción “Willesiana” no parte
de la materia, ni de los instrumentos, sino de los principios de vida que unen la música y el
ser humano, dando gran importancia a lo que la naturaleza nos ha dado a todos: el
movimiento y la voz. En un primer momento, Edgar Willems pone una premisa muy clara e
importante: “Para que la educación musical pueda ser eficaz es necesario cuidar las bases
desde el comienzo, las raíces; sonido, ritmo, melodía, armonía, etc...” Willems apunta que
para empezar a trabajar todos estos aspectos hay que tener en cuenta que el niño viene ya
dotado de facultades musicales innatas, como pueden ser la escala diatónica, el ritmo ( ritmo
biológico) o la escala mayor. Pese a todo esto, al niño hay que enseñarle los nombres de las
notas y la lectura de estas. Se enfoca hacia la lectura musical, con el método de altura
absoluta y diatónica. Trabaja mucho la discriminación auditiva ( con campanas, carillón
intratonal). “DO móvil” y lectura relativa.
Método
Maurice Martenot (1898 – 1980)
descubrió la pureza de las vibraciones de los tubos radiales, un reciente invento de la época,
lo que le llevó a un serie de investigaciones en el campo del sonido y la electrónica.
En 1923, Martenot conoció al diseñador ruso del Theremin, Leon Termen, encuentro que le
condujo a diseñar un instrumento basado en las ideas de Termen, dando como resultado un
primer modelo, las “Ondas Martenot”, presentado en la Ópera de París y patentado el 2 de
abril de 1928 bajo el nombre de “Perfeccionamientos para los instrumentos musicales
eléctricos”. Su objetivo era crear un instrumento electrónico versátil que fuese familiar a los
músicos de la orquesta. Las primeras versiones no se parecían en nada a los posteriores
últimos modelos, y consistían de dos tablas controladas por el intérprete, quien manipulaba
una cuerda adjunta a una anillo en el dedo, usando la capacidad de los cuerpos para
controlar el sonido de manera similar al Theremin, pero las versiones posteriores usaban un
teclado convencional. Es monofónico, produce un sonido cristalino y se compone del teclado
y una tira o pedal que controlaba el glissando y el vibrato. También poseía un banco de
claves de expresión que permitían al ejecutante, con su mano izquierda, cambiar el timbre,
los ataques, los armónicos de los sonidos, etc.. En 1938 se introdujo la afinación microtonal,
al estilo de la música hindú, como especificara el poeta Rabindranath Tagore y el músico
Alain Danielou.
Poco a poco, las Ondas Martenot se convirtieron en el primer instrumento electrónico exitoso
y el único de su generación que es usado todavía hoy. Martenot se convirtió, veinte años
después de su invención, en profesor en el Conservatorio de París de su propio instrumento.
Su aceptación fue inmediata y a lo largo de los años ha sido receptor de una gran número de
obras para o con Ondas Martenot: Edgard Varèse, Olivier Messiaen ("Sinfonía Turangalîla”
o "Trois Petites Liturgies de la Presence Divine”, entre otras), Darius Milhaud , Arthur
Honegger, Maurice Jarre, Jolivet y Koechlin.