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destruyendo el planeta
27/02/13 Por Guadalupe Rodríguez
Pero lo “sostenible” está tan manoseado que en ocasiones resulta confuso. Empresas,
gobiernos y medios de comunicación utilizan esta palabra de manera deliberadamente
abusiva.
¿Multinacionales sostenibles?
Por su parte, otras multinacionales como Zara, Adidas, o Walmart producen y venden
en forma masiva, destrozando tejidos empresariales locales, explotando trabajadores,
tercerizando las producciones, esclavizando seres humanos y afectando severamente
al medio. Que se denominen sostenibles no es ético, ni mucho menos ecológico.
Producir continuamente tal cantidad masiva de 'bienes' y obtener las materias primas y
energía necesarias para producirlos, conduce sin dudas a hipotecar a la humanidad y el
patrimonio ecológico. Las super-ofertas las paga pues siempre la naturaleza.
Oro, plata, cobre, níquel, litio, aceite de palma o de soja, caña de azúcar, cacao, café,
algodón, salmón o camarones son recursos mineros y productos agroindustriales de
alta demanda. Presentar la extracción y la producción industrial a gran escala de
cualquiera de estas materias primas como “sostenible” es la gran mentira verde de
nuestro tiempo. Allá donde existen estos recursos existe el riesgo de que las
multinacionales obtengan concesiones para su explotación.
La minería industrial a cielo abierto y a gran escala ni es ni podrá nunca ser sostenible,
aunque las grandes compañías mineras como Barrick, Rio Tinto o Anglogold llenen sus
páginas web con esta palabra. Tampoco es en ningún caso sostenible la agricultura
industrial a gran escala o agronegocio, que requiere un acaparamiento sin precedentes
de tierras de cultivo que previamente era trabajada por poblaciones rurales; y el uso
masivo de agrotóxicos para el control de las plagas y el aumento de la productividad.
Para muestra un botón, Monsanto, el gigante de las semillas transgénicas intenta por
todos los medios también darse una imagen sostenible al tiempo que pasa como una
apisonadora sobre la agricultura tradicional acabando literalmente con la vida rural de
muchas regiones y así con la existencia de muchas comunidades y familias
campesinas. Por eso, tampoco son entonces sostenibles los productos producidos a
partir de estas materias primas. Ni la extracción de carbón, de gas o de petróleo. Ni su
transporte, distribución venta o consumo. Todas las grandes empresas petroleras
como hablan incisivamente de sostenibilidad en sus webs, incluida BP, causante de la
mas reciente gran catástrofe petrolera en el Golfo de México, pero también Shell,
Chevron o Repsol, todas ellas ligadas a violaciones de derechos humanos,
contaminación del medio natural y accidentes y derrames petroleros de diversa
consideración.
La resistencia ciudadana y rural cada vez más numerosa no es pues gratuita, sino que
obedece a la elevada preocupación de los pueblos por sus derechos fundamentales y
por el medio natural circundante.
Los mercados son globales, se impone más “crecimiento” como “solución” para la crisis
económica. El sistema establece que todo el tiempo hay que producir y vender “algo”.
Para impulsar tal crecimiento irracional, políticamente se deciden, aprueban y
fomentan toda clase de infraestructuras, proyectos extractivos de materias primas
mineras, petróleo, gas y comoditties agrícolas. Las transnacionales hacen cifras
récords, y concentran cada vez más la riqueza.
Recuerda:
Las estrategias que promueven un uso “sostenible” de los recursos a gran escala
industrial, conducen -en medio de palabras bonitas- a pérdidas de economías locales,
de ecosistemas, de biodiversidad y de modo de vida tradicional de pueblos rurales e
indígenas.
No te dejes engañar por la palabra sostenible. Sólo es una palabra. Mira siempre más
allá. Evita el consumo por imposición y por el puro gusto. Usa menos bienes de
consumo, aquellos realmente necesarios y con una vida más larga.