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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

CURSO: DERECHO INTERNACIONAL PUBLICO

PROFESOR: ABG. REYNALDO MACCHIAVELLO MORALE

ALUMNO: JUAN GUSTAVO DIAZ MAMANI

TURNO: NOCHE

FECHA: 19/02/2019
INTRODUCCION

El 27 de enero del 2014 es una fecha muy importante para el Perú, pues la corte
internacional de la haya emitió un fallo que fijo los límites marítimos entre El y
Chile, de tal manera que se celebró la incorporación de una gran porción de mar,
y se demostró que la jurisdicción internacional, tiene vital relevancia en
situaciones de conflictos jurídicos entre distintos países.
La Corte desarrolla un razonamiento destinado a valorar los argumentos a favor
y en contra de la existencia de una frontera marítima entre Perú y Chile, esto es,
a causa de que en las declaraciones de 1947 no se estableció una frontera
marítima. De la misma manera en la declaración de Santiago de 1952, según el
tribunal, no estableció una delimitación marítima, La corte reconoció que en el
Convenio de Zona Especial Fronteriza Marítima de 1954 se afirmaba que ya
había un límite marítimo entendido como un acuerdo tácito “para todo efecto”.
Allí se estableció que el punto de inicio del límite marítimo es la intersección del
paralelo que pasa por el hito 1 con la línea de baja marea, y que puede ser
distinto al límite terrestre, también refirió que la Declaración de Santiago de 1952
se dio para proteger recursos naturales "y no para el establecimiento de límites".

La Corte se detiene en el análisis de los diversos acuerdos de 1954,


particularmente en el Convenio sobre Zona Especial Fronteriza Marítima,
constatando que se encuentra aún en vigor Contrariamente a lo argumentado
por el Perú, la Corte no encuentra en dicho acuerdo nada que limite su alcance
a una frontera entre Ecuador y Perú únicamente, Sin dejar de reconocer que las
disposiciones del Convenio de 1954 son puntuales y específicas, la Corte se
centra a determinar un punto esencial, a saber, la existencia de una frontera
marítima. En su fallo, la Corte no aceptó la tesis chilena de que la Declaración
de Santiago de 1952 era un acuerdo de límites, antecedido por las
proclamaciones que ambos países realizaron individualmente en 1947 y
confirmado por el Convenio de 1954 y las notas de 1968 y 1969. Sin embargo,
por primera vez la Corte usa la categoría de “acuerdo tácito” para explicar la
redacción del Convenio de 1954, que establece “una zona de tolerancia de 10
millas cada lado del paralelo que constituye el límite marítimo entre los dos
países”.

Un “acuerdo tácito” que la Corte no considera haya sido a todo efecto y que, con
el concepto de intertemporalidad, asume que ese entendimiento es solo para
pescar. Apelando a la data de la FAO, la Corte señala que se faenaba hasta la
milla 60 y establece que el límite debe llegar hasta la milla 80 y luego seguir la
línea de equidistancia. Extraña mucho que reconociendo la Corte que se
pescaba hasta la milla 60, establezca la frontera con un paralelo hasta la milla
80.
Lo que, sin embargo, ha generado mayor debate, sino polémica, es el
reconocimiento de un acuerdo tácito que permite establecer un límite marítimo.
Incluso para varios jueces de la Corte este principio disminuye los estándares
que la misma Corte se había fijado para reconocer acuerdos fronterizos.

La frontera marítima entre Perú y Chile quedó definida mediante una línea
paralela de 80 millas naúticas, la cual continúa con un trazo equidistante hasta
las 200 millas, según el veredicto final de La Corte Internacional de Justicia (CIJ)
de La Haya, que es inapelable y obligatorio.

la sentencia señala que la norma de las 200 millas de zona económica exclusiva
data de la Convención del Mar de 1982 y no se puede, por consiguiente,
retrotraer a los años 50

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