Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
de Ricardo Palma
¿Adónde marcha el hijo del Sol con tan numeroso séquito?
Tupac-Yupanqui, el rico en todas las virtudes, como lo llaman los haravicus del Cuzco, va
recorriendo en paseo triunfal su vasto imperio, y por dondequiera que pasa se elevan unánimes
gritos de bendición. El pueblo aplaude a su soberano, porque él le da prosperidad y dicha.
La victoria ha acompañado a su valiente ejército, y la indómita tribu de los pachis se encuentra
sometida.
¡Guerrero del llautu rojo! Tu cuerpo se ha bañado en la sangre de los enemigos, y las gentes
salen a tu paso para admirar tu bizarría.
¡Mujer! Abandona la rueca y conduce de la mano a tus pequeñuelos para que aprendan, en los
soldados del Inca, a combatir por la patria.
El cóndor de alas gigantescas, herido traidoramente y sin fuerzas ya para cruzar el azul del
cielo, ha caído sobre el pico más alto de los Andes, tiñendo la nieve con su sangre. El gran
sacerdote, al verlo moribundo, ha dicho que se acerca la ruina del imperio de Manco, y que
otras gentes vendrán en piraguas de alto bordo a imponerle su religión y sus leyes.
En vano alzáis vuestras plegarias y ofrecéis sacrificios, ¡oh hijas del Sol!, porque el augurio se
cumplirá.
¡Feliz tú, anciano, porque sólo el polvo de tus huesos será pisoteado por el extranjero, y no
verán tus ojos el día de la humillación para los tuyos! Pero entretanto, ¡oh hija de Mama-Ocllo!,
trae a tus hijos para que no olviden el arrojo de sus padres, cuando en la vida de la patria suene
la hora de la conquista.
Bellos son tus himnos, niña de los labios de rosa; pero en tu acento hay la amargura de la
cautiva.
Acaso en tus valles nativos dejaste el ídolo de tu corazón; y hoy, al preceder, cantando con tus
hermanas, las andas de oro que llevan sobre sus hombros los nobles curacas, tienes que
ahogar las lágrimas y entonar alabanzas al conquistador. ¡No, tortolilla de los bosques!... El
amado de tu alma está cerca de ti, y es también uno de los prisioneros del Inca.
La noche empieza a caer sobre los montes, y la comitiva real se detiene en Izcuchaca. De
repente la alarma cunde en el campamento.
La hermosa cautiva, la joven del collar de guairuros, la destinada para el serrallo del monarca,
ha sido sorprendida huyendo con su amado, quien muere defendiéndola.
Tupac-Yupanqui ordena la muerte para la esclava infiel.
Y ella escucha alegre la sentencia, porque anhela reunirse con el dueño de su espíritu y porque
sabe que no es la tierra la patria del amor eterno.
Y desde entonces, ¡oh viajero!, si quieres conocer el sitio donde fue inmolada la cautiva, sitio al
que los habitantes de Huancayo dan el nombre de Palla-huarcuna, fíjate en la cadena de cerros,
y entre Izcuchaca y Huaynanpuquio verás una roca que tiene las formas de una india con un
collar en el cuello y el turbante de plumas sobre la cabeza. La roca parece artísticamente
cincelada, y los naturales del país, en su sencilla superstición, la juzgan el genio maléfico de su
comarca, creyendo que nadie puede atreverse a pasar de noche por Palla-huarcuna sin ser
devorado por el fantasma de piedra.
EL BANQUETE
Personajes secundarios: la otras lloronas, El pueblo, Los difuntos, El arzobispo don Bartolomé María de
las Heras.
Tradiciones Peruanas es una obra del escritor Manuel Ricardo Palma Carrillo, consta de relatos cortos
de ficción histórica que narran, de forma entretenida y con el lenguaje propio de la época, sucesos
basados en hechos históricos del Perú como leyenda o explicando costumbres existentes. Aunque su
valor como fuente histórica es limitado y no confiable, su valor literario es enorme.
En “la llorona de viernes santo” narra una de las profesiones que surgieron en esa época que era la de
“lloronas” que consistía en acompañar con su llanto y lamentos a los deudos de un fallecido durante el
velorio, entierro y los 30 días de luto.
los incas ajedrecistas
RICARDO PALMA
Resumen de la tradición los incas ajedrecistas de Ricardo Palma es el siguiente:
palma relata una historia apoyado en una tradición del siglo XVI, recogida por un
cronista que escribió, que una partida de ajedrez y su consejo para mover una pieza
le costó la vida al Inca Atahualpa.
En Cajamarca lugar donde estaba prisionero el Inca Atahualpa desde 15 de
noviembre de 1532 hasta su muerte, se reunían los capitanes Hernando de soto ,
Juan de Rada, Francisco de Chaves, Blas de Atienza y el tesorero Riquelme y otros
mas, y se reunían todas las tardes con el propósito de jugar ajedrez, sobre una
mesa se había dibujado el tablero y las piezas eran de barro. El Inca aparentemente
no daba muestra de interés sobre el juego, ni como se movía las piezas, pero todas
las tardes se sentaba junto a su amigo y amparador Hernando de Soto.
En una tarde ajedrecista de Hernando de Soto y Riquelme, en el momento que
Henando de Soto iba a mover el caballo, el Inca lo detuvo diciéndole en voz baja
No, Capitán, no.. ¡el castillo!, luego de meditar un momento Hernando, obedeció a
la voz del Inca, y luego de pocas jugadas más, Riquelme estaba en mate. Y desde
aquel día De Soto, al terminar de jugar, invitaba a jugar al Inca una sola partida, y
le cedía las piezas blancas en muestra de gentileza. Y no demoró mucho Atahualpa
en aprender y jugaba de igual a igual con su maestro. Y el Inca fue invitado por otros
españoles a jugar, menos por Riquelme, el inca se excusaba por medio de su
intérprete Felipillo, quien decía jugar poquito y ustedes mucho.
La intromisión del inca le costaría la vida, De los 24 jueces convocados por Pizarro,
se le condenó por 13 votos contra 11. Riquelme firmó por su muerte, y así fue
condenado a muerte el Inca.
Luego Pizarro para estrechar relaciones con los nativos, entrego la insignia imperial
a Manco, un Joven de 18 años, era primogénito de Huáscar. Cuando hubo guerra
entre almagristas y pizarristas, apoyo a Almagro y los acogió en Vilcabamba donde
había establecido su corte. La convivencia con los almagristas hizo que el nuevo
inca se “españolizara” y cogiera sus gustos, entre ellos, el ajedrez y las bochas.
Estaba escrito una vez más, que el ajedrez movería sus piezas con el signo de
muerte.
Un tarde en que jugaba Manco una partida con un hispano, manco hizo un enroque
prohibido por las reglas, esto llevo al hispano a hablar con mucho enojo y despectivo
al inca, pero Manco no le dio importancia y él creyó que estaba bien hecho la jugada.
Los ánimos se caldearon y un bofetón del inca al agresor, este respondió con dos
puñaladas que termino por matar al inca, en venganza los nativos mataron al
asesino y a todo español que encontraban. Esto Irónicamente, mover las piezas de
un noble juego, determinaba una vez más el destino de un inca.
Tradicion los incas ajedrecistas
NACIONALIDAD: Peruano