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CÓDIGO: 201811289
TEORÍA 3. ENSAYO Y TEORÍA CRÍTICA LATINOAMERICANA
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
FACULTAD DE ARTES Y HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES Y LITERATURA
MAESTRÍA EN LITERATURA
Soledad Acosta de Samper (Bogotá, 1833-1913) fue una ensayista, novelista, periodista,
historiadora, traductora y editora colombiana, tal vez la más prolífica e influyente del
siglo XIX, cuyo legado en el panorama cultural y literario del país sigue siendo –aún hoy-
de Simón Bolívar y alcanzó el grado de General en 1851. Esposa de José María Samper,
Nacional. Estudió desde muy joven en Halifax, Nueva Escocia (Canadá) -de donde era
su madre Caroline Kemble- y en París, por lo que dominaba el inglés y el francés, idiomas
siglo XIX se consolidó tras los espacios dejados por la ruptura con España.
importantes nombres masculinos que acompañaron su vida (su padre, Joaquín Acosta y
su esposo José María Samper). Este rasgo, visto en perspectiva, define desde la paradoja
su legado. Tampoco que, siendo la escritora más importante del siglo XIX en Colombia,
una voz altisonante y disruptiva en el monólogo cultural masculino que la ubicaba como
una adelantada para su época. Apenas entrado el siglo XXI pudieran –si acaso-, leerse
con algún grado de actualidad sus textos. Lo que está presente en sus ensayos La misión
profesiones, tendría vigencia hoy para ser publicado en cualquier revista cultural
atrás, en una sociedad en consolidación tras décadas de inestabilidad política. Es leída por
pocos. Recordada por menos. Pero sus ideas, son necesitadas por todos. Desde las
oscuridades del siglo XIX, Soledad Acosta de Samper fue un faro cuya luz alcanza a
Los tópicos que más desataron interés en la escritura de Acosta –sin gran preocupación
por la técnica del género (Ordóñez: 95)- fueron principalmente, el nacionalismo y el rol
Pese declarar, de una forma hábil y políticamente correcta para la época, que la misión de
era “una flor en un jardín”, para los turcos un “mueble de dicha” y para el inglés y el
transformador de la sociedad y afirma que allí “no solamente son empleadas públicas,
abogadas, médicas, agricultoras, banqueras, etc., sino que hacen competencia a los
hombres en esos puestos de igual a igual” y que “No se les da ningún empleo o
recompensa por favor, no se les elogia sino cuando lo merecen, no se les concede premio
ni son elevadas a un puesto honorable sino porque pueden ocuparlo mejor que cualquier
mira como un “ser inferior, como a un niño, y se la elogia cuando se eleva un poquito
sobre la medianía, con una exageración que abochorna” (79). Por eso invita
reconocerle un estado inferior y liderar una nueva literatura que proporcione a las
sociedades latinas lo necesario para vivir con el alma, después de “emplear sus facultades
Es esa “la verdadera justicia, y a ella debemos aspirar si queremos ejercer una verdadera
Más adelante, en el ensayo titulado “Aptitud de la mujer para ejercer todas las
de raza española son tímidas y apocadas en las cosas que atañen al espíritu, la culpa no
no es porque la mujer sea menos que tiene un espacio más reducido en la vida pública y
Acto seguido, se ocupa de distinguir e intentar mencionar en una lista no exhaustiva sino
enunciativa, todas las mujeres que se han destacado en diversas profesiones dominadas,
como todas, por el hombre. Esa descripción la lleva a proponer, también, la idea de una
afirma entonces que “lo equitativo sería abrir las puertas a los entendimientos femeninos
para que puedan escoger la vía que mejor convenga a cada cual” (93). Así, quien quiera
puede seguir dependiendo de la voluntad del varón, pero las que no lo deseen, no tienen
por qué estar sometidas a ello. Ciertamente las mujeres reclaman justicia y no
publicada en Las Dominicales del Libre Pensamiento en España, lo que para el contexto
corresponde a la segunda mitad del siglo XIX, en el que pese a su diáfana voz, las
monólogo masculino (Pratt, 1995), que ha dejado sus ensayos fuera del canon
latinoamericano, aquel que rutilantemente con frecuencia sólo tiene exponentes hombres
difusión mucho más práctica de las ideas, cualesquiera que estas sean, la exclusión
efectuada por la voz masculina que acalla y que exige no interrupción (Pratt, 13), inhibió
XIX, la voz de Soledad Acosta desde Colombia, en consonancia con lo que hicieron otras
mujeres en distintas partes del continente, como Rosa Guerra y Alfonsina Storni en
permitió abrir la discusión pública sobre el papel de la mujer en la sociedad, lo que tardó
más de un siglo en permear las estructuras sociales y vencer los paradigmas comunes,
Obras citadas
Acosta de Samper, Soledad. “Aptitud de la mujer para ejercer todas las profesiones.
Memoria presentada en el congreso pedagógico hispano-lusitano-americano
reunido en Madrid en 1892”. Revista de Estudios Sociales No. 38. Enero de 2011.
Bogotá. Universidad de los Andes.
Alzate, Carolina. “Aptitud de la mujer para ejercer todas las profesiones de Soledad
Acosta de Samper”. Revista de Estudios Sociales No. 38. Enero de 2011. Bogotá.
Universidad de los Andes.
Fonnegra Osorio, Paola; Fonnegra Osorio Claudia. “Soledad Acosta de Samper: mujer,
formación y virtud”. Escritos. Vol. 25, No. 55, julio-diciembre (2017). Web.
http://dx.doi.org/10.18566/escr.v25n55.a08
Pratt, Marie Louise. ““Dont interrupt me”. The gender essay as conversation and
countercanon”. Reinterpreting the Spanish American Essay. University of Texas
Press. 1995.