Vous êtes sur la page 1sur 10

Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 11

INTRODUCCIÓN

La fábula, el cuento y la leyenda son diversas formas de la prosa na-


rrativa –a veces la fábula se presenta en verso– que guardan entre sí es-
trechas relaciones.
Su origen, siempre remoto y oscuro, entra en el campo literario
cuando el hombre de edades pretéritas, poseyendo la lengua y domi-
nando ya la escritura, consigna sus relatos en forma escrita.
Aquellos otros que, por una u otra causa, nunca pasan a los libros,
siguen formando parte del acervo de la literatura oral que los hombres
dispersan y transforman al avanzar las generaciones, hasta que a algún
curioso erudito se le ocurre recogerlos como expresión del folklore de
una nación o de un pueblo.
También el País Vasco es fecundo en un amplio muestrario de lite-
ratura oral, en forma de fábulas, cuentos, leyendas, tradiciones, creen-
cias, etc... que, de alguna manera, nos hacen presente un pasado ya
lejano que se ha mantenido vivo en la mente popular.
Es este contenido de saber popular, archivado y transmitido de ge-
neración en generación, el que nos ofrece un valioso material para com-
poner algunos rasgos de la fisonomía espiritual de nuestros antepasados.
Hombres beneméritos de Euskalerría, como Arturo Campión, Itu-
rralde o Azkue, han recogido largas muestras de antiguas narraciones
transmitidas oralmente de padres a hijos.
El material recopilado por nuestros folkloristas es, pues, amplio y
variado. En mi trabajo, solamente quiero ceñirme a espigar en el amplio
campo de fábulas, cuentos y leyendas recopilados por mi tío José Miguel
de Barandiaran.
Acotado, pues, el campo de la literatura oral vasca a la investigación
exclusiva de mi tío José Miguel, cuyas fuentes directas ofrezco en forma
de notas con la identificación personal de los que las facilitaron, he pre-
tendido presentar una versión castellana que, manteniéndose fiel al texto
original en euskera y al estilo sencillo que requiere un tal género litera-
rio, facilite una lectura más fluida y más natural.

11
Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 12

De esta forma, obtendremos que el mismo material que nos ayuda


a profundizar en las remotas raíces de nuestra cultura vasca nos podrá
servir, supuesta la fresca e ingenua sencillez del estilo literario propio de
estas narraciones, para poder disfrutar de una lectura relajante que ins-
truye deleitando y deleita instruyendo.

LUIS DE BARANDIARAN IRIZAR

12
Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 13

A la Ilustre Corporación Municipal de


mi villa natal de Placencia de las
Armas y a mis paisanos
soraluzetarras, como testimonio
sincero de mi constante recuerdo,
alimentado, ya que no de vivencias
personales, por mi prematuro éxodo,
de tantas y tantas evocaciones sobre
mi pueblo y sus gentes, sembradas,
con admiración y cariño, por mis
padres desde mi más remota infancia.
Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 14
Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 15

FÁBULAS
Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 16

La fábula o apólogo entra dentro del campo de la literatura primi-


tiva. Seguramente de origen oriental, adquirió en Grecia su máxima cota,
con Esopo como figura indiscutible de todos los tiempos.
Entre nosotros, y con una amplia aureola de fabulista ejemplar, sur-
gió, en el siglo XVIII, el ilustre alavés Félix María Samaniego con su
obra cumbre Fábulas morales, que compuso para los alumnos del Real
Seminario de Bergara, foco importante de irradiación cultural, creado
por la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País.
La fábula es siempre una ficción alegórica que, utilizando la repre-
sentación de personas humanas o por la personificación de seres irra-
cionales, particularmente animales, ofrece una enseñanza útil o moral.
Con frecuencia, los folkloristas vascos han solido fundir las piezas
fabulísticas dentro del molde del cuento. Yo he preferido distinguir cla-
ramente esta modalidad literaria, ofreciendo al lector, en grupo aparte,
una muestra de algunos ejemplares que entran de lleno en el campo de
la fábula.
A través de ellas, se expresa el conocimiento que el vasco antiguo,
en diálogo constante con la naturaleza, tenía del mundo animal, tanto
como de los entresijos del alma humana, cuyos vicios fustiga y cuyas vir-
tudes exalta detrás del primer plano de la vida en acción de unos ani-
males.

16
Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 17

1. EL HOMBRE Y LA CULEBRA

Sucedió en Ormazarreta 1. Un pastor había llevado a apacentar a sus


ovejas. De pronto, apareció ante sus ojos una cría de culebra. Tan sim-
pática le resultó al pastor aquella pequeña culebra que se la llevó a su
choza y le enseñó a beber suero.
Todos los días, a partir de entonces y a una hora fija, la cría de cu-
lebra visitaba la choza del pastor para beber su ración de suero.
A la entrada del invierno, los pastores abandonan sus solitarios re-
fugios para bajar al poblado. Pero el pastor de Ormazarreta no abando-
naba del todo a su simpática culebra. Cada vez que, con la primavera,
subía a la montaña, llamaba con un silbido a la culebra y la culebra vol-
vía fiel a la cita del pastor.
Aconteció, más tarde, que el pastor vendió su rebaño de ovejas y ya
dejó de subir a Aralar.
Andando el tiempo, y con ocasión de una excursión a San Miguel
de Aralar en compañía de unos amigos, el antiguo pastor, al pasar por Or-
mazarreta, dicen que les aseguró a sus compañeros: «A que hago apare-
cer allá un monstruo».
Naturalmente, los excursionistas no aceptaron con facilidad la ase-
veración de su compañero. Pero, ¡eh aquí!, que el antiguo pastor lanzó
un largo silbido y, de pronto, se presentó ante sus ojos una gigantesca cu-
lebra.
El pastor se acercó confiado a la culebra, pero la culebra, al no en-
contrar el suero que esperaba, saltó sobre el hombre y, enroscándole
desde los pies hasta el cuello, lo ahogó.

1 Ormazarreta es un término de la sierra de Aralar.

17
Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 18

2. LA SERPIENTE RETADORA

En cierta ocasión, una serpiente salió de su cueva con ánimo de


medir su fuerza con la del hombre.
Ya de salida, topó con un raposo. Le preguntó dónde podría en-
contrar hombres forzudos.
El raposo le encaminó hacia una casa donde los ferrones, que en
aquel momento estaban dedicados a su trabajo, podían ofrecerle la
prueba de fuerza que buscaba.
La serpiente se dirigió hacia aquella casa, en donde se encontró con
un hombre al que propuso su reto.
El hombre le dijo que esperase un poco. Propúsole, además, dos
condiciones: que le dejase agarrarle primero a él y que no se moviera
hasta que le sujetase por donde él quisiese.
Entre tanto, el ferrón puso a calentar en el fogón de la ferrería unas
tenazas grandes.
Cuando las tuvo rusientes, atenazó a la serpiente por los costados.
La serpiente, atemorizada, le gritaba para que le soltase, puesto que ya
reconocía la superioridad del ferrón.
El hombre le aclaró a la serpiente que, si en vez de apretarle con dos
dedos, le hubiese sujetado con los diez, no le hubiera dejado una parte
sana de su cuerpo.
Esta victoria dio al hombre el dominio sobre todos los animales ma-
lignos y, a partir de entonces, temen al hombre todas las fieras de la tie-
rra.

18
Antologia ona:Maquetación 1 24/2/10 11:02 Página 19

3. LAS VERDADES DEL ZORRO

Acuciado por el hambre, el zorro se vio precisado a salir de su gua-


rida. Pero, para buscar el sustento, debía sortear una dificultad: vadear
un río.
Como no tenía dinero para pagar el pasaje al barquero, propuso a
éste contarle tres verdades a cambio del pasaje.
Apenas el movimiento de la barca comenzó a delatar el inicio de la
travesía, el zorro profirió la primera verdad: «La luna es clara, mas no
tan clara como el día».
El barquero le contestó: «En eso tienes razón».
Cuando llegaron a la altura media del río, el zorro expresó la se-
gunda verdad: «Las madres de los demás son buenas, pero ninguna tan
buena como la de cada uno».
El barquero le contestó: «En eso tienes razón».
Arribaron, por fin. a la orilla y allí el zorro sentenció la tercera ver-
dad: «¡Barquero, barquero, que tienes los pantalones raídos! Si pasas a
muchos como yo, no te auguro mejor suerte para tus pantalones».
Y el barquero le contestó: «También en eso tienes razón».

Romería de Ernio

19

Vous aimerez peut-être aussi