La termodinámica se refiere al estudio de la transferencia de energía
que se produce entre moléculas o conjuntos de moléculas. Cuando hablamos de termodinámica, el elemento o conjunto particular de elementos que nos interesa que podría ser algo tan pequeño como una célula o tan grande como un ecosistema se llama sistema. Hay tres tipos de sistemas en la termodinámica: abierto, cerrado y aislado. Un sistema abierto puede intercambiar energía y materia con su entorno. El ejemplo de la estufa sería un sistema abierto, porque se puede perder calor y vapor de agua en el aire. Un sistema cerrado, por el contrario, solo puede intercambiar energía con sus alrededores, no materia. Si ponemos una tapa muy bien ajustada sobre la olla del ejemplo anterior, se aproximaría a un sistema cerrado. Un sistema aislado es que no puede intercambiar ni materia ni energía con su entorno. Es difícil encontrarse con sistema aislado perfecto, pero una taza térmica con tapa es conceptualmente similar a un sistema aislado verdadero. La primera ley de la termodinámica piensa en grande: se refiere a la cantidad total de energía en el universo, y en particular declara que esta cantidad total no cambia. Segunda Ley de la Termodinámica: enunciado de Clausius: no hay ninguna transformación termodinámica cuyo único efecto sea transferir calor de un foco frío a otro caliente.
2. La Primera Ley de Termodinámica establece que la energía no se
crea, ni se destruye, sino que se conserva. Entonces esta ley expresa que, cuando un sistema es sometido a un ciclo termodinámico, el calor dado por el sistema será igual al trabajo recibido por el mismo, y viceversa. Podríamos entonces agregar calor a las energías potencial y cinética de un sistema, y llamar a esta suma la energía total, que es lo que conservaría. La entrada de calor a un sistema aumenta su energía interna, y el trabajo hecho en un sistema aumenta su energía mecánica. La entrada de calor a un sistema puede tener efectos distintos al aumento de la energía interna. Una ley general de conservación de la energía debe incluir la transferencia de energía como trabajo y la transferencia energía como calor. Además, debe incluir el cambio en la energía total del sistema, pero no con una parte mecánica y una parte interna. En un sistema aislado, esto es, un sistema que no intercambia materia ni energía con su entorno, la energía total debe permanecer constante. Si el sistema intercambia energía con su entorno, pero no materia lo que se llama sistema cerrado, puede hacerlo solo de dos formas: una transferencia de energía bien en forma de trabajo realizado sobre o por el sistema, bien en forma de calor hacia o desde el sistema. En el caso de que exista transferencia de energía, el cambio en la energía del sistema debe ser igual a la energía neta ganada o perdida por el entorno.
La Segunda Ley de Termodinámica establece que, si bien todo el trabajo
mecánico puede transformarse en calor, no todo el calor puede transformarse en trabajo mecánico. La energía no puede ser creada ni destruida, pero puede cambiar de formas más útiles a formas menos útiles. La verdad es que, en cada transferencia o transformación de energía en el mundo real, cierta cantidad de energía se convierte en una forma que es inutilizable incapaz de realizar trabajo. En la mayoría de los casos, esta energía inutilizable adopta la forma de calor. Cualquier proceso, como una reacción química o un conjunto de reacciones conectadas, procederá en una dirección que aumente la entropía total del universo. Esta ley se establece para sistemas aislados, no obstante, esta ley bien puede aplicarse a sistemas abiertos la noción de que la segunda ley de la termodinámica falla en estos sistemas se debe a que se le asocia con el concepto de la termodinámica conocida como lejos-del-equilibrio. La segunda ley de la termodinámica requiere que, en general, la entropía total de cualquier sistema no pueda disminuir más que aumentando la entropía de algún otro sistema. Por lo tanto, en un sistema aislado de su entorno, la entropía de ese sistema tiende a no disminuir. Se deduce que el calor no puede fluir de un cuerpo más frío a un cuerpo más caliente sin la aplicación del trabajo la imposición del orden al cuerpo más frío. La aplicabilidad de una segunda ley de la termodinámica se limita a los sistemas que están cerca o en estado de equilibrio. Al mismo tiempo, las leyes que rigen los sistemas que están lejos del equilibrio todavía son debatibles. Uno de los principios rectores para tales sistemas es el principio de máxima producción de entropía. Afirma que los sistemas no equilibrados evolucionan de forma tal que maximizan su producción de entropía.