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Diseño de la colección: Berthi cibaja
l Diseño de cut ierta y diagramación: Marco Loo
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OAntonio Cisneros
,ÍTui ¡t*: OEstudios Generales LeLras de la
.l Pontilicia Universidad Católica del perú
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/, Dirección: Av. Universitaria cdra. 18, San Miguel, Lima
;e (. /r' Telélbno: 626-2000 ESTUDIOS
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i GENERALES
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Depósito legal: 2010-10t35 LETRAS
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l
DIARIO DE UN DIABÉTICO
HOSPITALIZADO
1
Escrito está en la primera página de mi manual
del buen diabético: "Es importante que se percate
de que usted no pro\¡ocó la enfermedad, no había
nada que pudiera hacer para evitarla. No se enoje
con usted mismo". El diabético, como el poeta,
nace, no se hace.
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Ignoro cuán siniestro haya sido mi sueño. Só1o sé
que tuvo algo que ver con unas arboledas, un muro
de ladrillos del siglo XiX, un tranvía brillante,
unas casitas (Bauhaus de pacorilla) con sus ojos
listc tliario, a totlas luccs incor.tciuso,
de buey. Nada que ;usti6que, en buena cuenta,
"l\{agazinc l)ominical" dc El Etputador
sc public<'r en cl mi aullido de tertor. Desperté, sin embargo,
dc Bogotá cn 1995. atr-¡londrado, con casi 600 mg de azvcar er,la sangre.
2<
3 slr p-tiama turqlresa con ribctcs azulcs, rcgalo clc
l-os dolicntes de hipertiroidcs iamás reposau. Str r.ni hcnnana parn slrs llc¡das dc Oro. NIi anraclo
apctito es monstrLroso, igual que su er()tism(). padre. A pcsar rlc Ia crccicntc ccgucrx Y Lr1los
'I'icncr.r los ojos dcsorbitados collo el fondo tlt' cuíurtos achaclucs, vo cstal¡a convencid<> dc su
las l>otellas de ccrvcza o un Par de huevos frilt¡s. ir-u:-¡ortalidacl. ,\i¡n nr> cnticnd() c<in-ro csc vicjc.,
Paclcccu dc calores y c'11 un rapto de ftrri¿ sou capaccs rol¡usti-i y socirrrirn tuc dcvorack¡ cn sólr-¡ rirl par
dc cstlcllar a sus críos contra cualcluicr parctl. dc rncses. \' creo clue él talnpoc() lo cntendir¡.
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con entusiasmo, las ventaias de la dieta: "Si lr¡tlrr:, lobo estepatio devorando , alaluz de alguna aldeana
las personas siguieran estc tégimen viviríatr ¡rol vela, los frutos de la ciencia del bien y del mrrl.
muchos ¿ños más".
Aunque, valgan verdades, vn vez instalado en los
Desgraciado de mí, pues aunque sometido a grandes espacios del paisaje, t-iraba por la borda I
tales privaciones, sólo puedo asPirar (con algrr mis sabias intenciones y los libros volvían como ¡a)
de fortuna) a las flacas edades de aquellos qut' habían venido, intonsos, intocados en el fondo del
malsanos se regodean entre los chicharrones y las viejo maletín.
doradas botellas de cerveza.
Aquí en el hospital, otro viejo maictín asoma (¿o
es el mismo?) en la puerta del clóset. Además
7 de un par de juegos de pijamas, contiene una
Yo no sé si esta catne es dc vactttt.,' L;t «ltttt z:t esmerada dotación de libros y un gran atlas
marmórea de sus trozos me habla clc tttl:r lrt'sltrt histórico francés. AI fin y al cabo, no hay como
fallecida en edadvenerable. Pero eso no es toclo. lil una larga enfermedad (mejor si es incurable) para
remolino de tuétanos y nervios, las fibras etizadas, emprender lecturas apacibles y algunas importantes
son la evidencia de alguna muerte cruel, con un reflexiones (dijo el doliente, sin mucha convicción).
hacha sin filo por ejemplo, en el traspatio oscurrr
de un camal.
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No hay vuelta clue dade, la humanidad siernprc
8 lra buscado su consagraclón a través de las
Durante mi ilustrada juventud no había viaie, a frases geniales. Con frccuencia pcrpetuadas en
la sierra o al mar, donde no colnl)rendiese en mi letras de molde 1,, mejor todar.,ía, en márrnol
equipaje algunos buenos libros. L-'ispuesto como o metal. Los peruanos, está demás decirlo,
estaba en la meditación, .;oiía imagirrarme hecho un también somos parte de la humanidad. lfasta dos
rl
presiclcntes, quc yo recuerde, cstamparon, cual apcníls csa rutina dok>rc¡sa y banal, intcrrunrpicla
.qulJ¡li de bronce, el fuego de su numcn crcador ¡ror el carnl¡ir¡ de suero y algunos sos<>s sLrcños.
cn ei salón internacional del r\cropuerto Jorg(' Nitrguna pausa noble que c()11\'(xllrc a la rncditiicii¡n.
Chávcz. r\sirnismo, en fachada de la Escuela dc
1a Srilo la irora.
Altos Estuclios Nlilitarcs se exhibe la sentencia,
deslurnl>rante por cicrro, dc trn irnportantc La horii tnisrna clc lt¡s coudcnarlos. ¡\hi clc¡ndc la
gencral: "],as ideas se cxporrcn, no sc imponen". ftase "aúl1a de clolor" carece clc scnticl<¡ (), por io
lr1cl1()s, picrdc slr exclusiviclad. L'.ntouccs son aullidc¡s
,\h<¡ra cre<>, sin ánimos mezqr-rinos, qr:e han sicir.r t, lrramicios v bcrridos ), r.n¿ullidos v grr-uridos y
superados. I'ln un t-narm<'rrco t-ntrro dcl I los¡tital baliclos ,"' n'rugiclos y ladridos y rugidos v chilliclos 1,
limilio Rebagliati hay una ('n()rn(' pl:r<';t hcclre, alaridc¡s. l'lsr> dcpcncle dc cr-rá1 dc las innumcrables
íI t()Llas luccs, para clcslirn'rlrlartr,rs: "Ll lirripit'z:r bcstias c¡uc viven cn nosotr()s sc dcspierta.
cs sllLrd, c()nscr\.a limpio tr-r hospit:r1". [)cto ahí
no clucda la cosa. r\ difcrencia clc las máxint:rs ,\ menr.rclcl, tarnl¡ién, los gritos dc 1¿ bcstia
prcsidencialcs o de la cita castrense, productos clcsollada se pueden c<¡nfundir con jadcos dc amor
típicos del individualismo, cl aporte sanitario es apasionado: fantasmas que perturball cntrc la nocl-re
fruto dc L¡n traba,o colectivo firmado y fechado: azui del hospital.
"Departar':rcnto de Sen icios Gcncrales, 01.03.85".
¡\ cstc paso, uno de cstr¡s días, vcremos cl
c()nspicuo "I)rc¡hibido fumar" csculpido sobre una
¡r1aca dc rinix r,rubricado por cl tnir-iistro dc Salud. [,rrna, 199-l
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La vicla clc hospital cs diferente al limbo imaginado,
o al rcl¡ans«r vital de la silcnte errnita. Los días son