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El Dios de la Muerte

Capítulo 6
Verdad

El “Presente” es un concepto breve e impreciso en el mejor de los casos.


¿El momento entre el pasado y el futuro?
Eso en verdad no significa nada.
Pensar demasiado en algo que no tiene sentido es una pérdida de tiempo.
Es por eso que vivir a través del presente es la mejor opción.
Además, para nosotros que no podemos prever el futuro y quienes olvidamos el pasado
con demasiada facilidad, el presente es en verdad la única prueba de nuestra existencia.
Aunque la existencia seguirá adelante aun si te olvidas de ella por un tiempo.
Es bueno aprovechar el día por lo menos una vez cada tanto.
Personas que quedan atrapados en el pasado, títulos o glorias que quieren retener a toda
costa aun sabiendo que no pueden.
Personas que están con la duda del futuro, haciendo lo que sea para “tener” un futuro
mejor.
Algunas personas, incluyéndome no recuerda su nombre. De los tantos que tuve solo me
acuerdo del nombre en general.
El nombre o palabra que lo describe todo. Como soy, como viviré, que soy.
Si, el único nombre que me acuerdo.
Nose…cuanto tiempo ya estoy vagando por este mundo sin sentido.
Solo, sin nadie.
Gente creyendo a un [Dios] muerto.
Creyéndose los amos de todos.
Pensando que son únicos.
Pensando que son “especiales”.
Solamente son el elemento principal de nuestro poder y gloria.
Sin ser útil para nada más.
Por eso, las religiones nombraron algo llamado.
[Apocalipsis]
No las bestias del Apocalipsis.
El fin del mundo.
Las personas quedaran extintas. Recreando lo que alguna vez fue el “mundo” perfecto.
Pero…
¿Qué pasaría si todas las [Apocalipsis] surgieran a la vez?
Calles de la ciudad de Kuoh
Caminando por los oscuros andares del destino, se encontraba nuestro protagonista.
Era de noche en la ciudad de Kuoh, la luna era obstruida por las solitarias nubes que
recorrían el vasto cielo nocturno.
Dejando a oscuras a la ciudad. Pero eso no importaba en absoluto.
Con las manos en los bolsillos, el castaño tatareaba una canción. Una melodía…
Sin palabras, solo instrumental.
A él le gustaban esas músicas.
Eran reconfortantes.
Pocas personas tenían esos gustos.
Sabía tocar algunos instrumentos.
En el castillo Leviathan no solo se pasaba entrenando.
A veces también practicaba con algunos instrumentos de musica.
Pero ahora no hablaremos de esto.
Observando cada casa que podía, el castaño se paseaba por las calles de Kuoh.
No tenía ningún motivo aparente de salir, solo quería pasearse.
Bueno esa era la intención principal del porque estaba aquí.
Pero una carta cambio su sentido.
Flashback – Hace media hora
Sentado en su sofá, el castaño estaba viendo la televisión como de costumbre.
Estaba viendo las noticias de la noche, el resumen de todo lo que paso durante el día.
¡BLACK FLASH HACE SU APARICION!
Hace unos días se nos presentó uno de los mejores capítulos de LOT, presentándonos al
famosísimo Black flash. La muerte de los velocistas.
Así que Eobard tienes que tener cuidado o te matara.
¡Siguen los muertos en Kuoh, ¿Quién los está matando?!
Ha habido algunos reportes de testigos de cómo ven a personas ser atravesadas por algo
invisible para luego caer al piso con sangre por todos lados.
El castaño solo bufo con pesadez, es cierto que había unos asesinatos “Sospechosos”
por Kuoh. Aun así lo sabía, sabia quienes estaban tras de estos asesinatos.
-Estos caídos están provocándome más y más problemas, ya me basta que su líder este
por aquí.- apagando la televisión y tirándose al sofá.
[Es tu misión socio, pero a saber que estará pensando]
-Espero que Él no esté involucrado.- respondió roncamente, mirando hacia el techo. Una
cosa por otra…
[Eso sería lo mejor, ah…te llego algo]
-Sí, percibí un aura acercarse a mi puerta, solo era el cartero me supongo.- levantándose
y dirigiéndose hacia la puerta.
¿Por qué alguien querría hablar con él?
Nadie no lo conoce.
O alguien ya lo descubrió.
-Espero que sea importante.-
Agarrando la carta, era misteriosamente llamativa.
Rompiendo el seguro, saco con sorpresa unas plumas negras, de cuervo.
Al instante reconoció el residuo de aura que emanaba esas plumas.
-¡Reynare!- mirando hacia afuera, por todos lados, no sentía ninguna aura.
Leyendo la carta que estaba dentro del sobre.
En voz baja para que solamente el oyera.
Es irónico, solo estaba el. Solo…
Aparte del dragón que veía todo atreves de sus ojos.
¡Hola!, ¿Qué tal Sekiryuutei?
¿Pensaste que pasarías desapercibido de nosotros?
¡No!
Te espero en el muelle, ven solo o tu amada angelita va a sufrir las consecuencias.
Atte. Kokabiel, el Ángel de las Estrellas.
Cuando leyó todo el contenido de la carta, lo único que hizo fue arrugarla y tirarla a donde
fuera.
Se montó en cólera y empezó a gritar sin cesar.
Esto arruinaba todos sus planes.
¡TODOS!
Kokabiel tenía algo entre manos, algo más poderoso que lo que iba a hacer aquí.
Iría a averiguarlo, tenía que.
En una batalla la tendría relativamente fácil contra Kokabiel, pero él tiene milenios a su
espalda.
Paciencia.
Algo que no tenía nuestro protagonista.
Algo que respetaba de los ángeles.
Lo único por así decirlo.
Ella no contaba, de ella respetaba todo.
Joder esos melones, quien no.
Para mí son mis Dioses.
A la mierda Chichigami.
Pero pensándolo bien.
Estaría Azazel.
El pesado de Azazel.
Me quiso reclutar desde que fui a Grigori.
Joder que pesado más insistente.
No le basta ya con su blanquito, quiere tenerme.
Que deje de joder.
Pero bueno, vamos a prepararnos para nuestra “charla” con el Ángel de las estrellas.
Volviendo al presente
Estando a unos pasos de la entrada al muelle, cierto castaño ya sentía el aura sacra que
invadía la zona.
Eran dos exactamente, una más poderosa que la otra.
Sin pensárselo dos veces, avanzo hacia donde se encontraban las auras.
Llegando hacia la orilla, sentados ahí como si fuera lo más normal del mundo. Se
encontraban Kokabiel y misteriosamente no estaba Reynare.
Lo que llamo su atención fue sentir el residuo de aura del caído.
Seguramente se fue antes de verme.
Bufando, solo la dejo pasar
Mirando hacia la luna.
Seguramente por el ser El Ángel de las estrellas le guste más los espacios a oscuras.-
pensó el castaño, obviamente era por algo que lo llamo por así decirlo a estas horas.
Yendo a sentarse a lado del Ángel, mirando aun hacia la oscuridad, las estrellas.
-Las estrellas predicen el futuro, ¿Lo sabias…Issei?- hablo primeramente el caído,
sorprendiendo al castaño por la forma que lo llamo, ya que casi nunca lo llamo de esa
forma.
Las veces que iba a Grigori siempre lo llamo Sekiryuutei, como todos los demás.
Solo Azazel lo llamaba así.
-¿Enserio?, por algo te llamaban “La estrella de Dios”-
-En realidad las estrellas son el pasado, pero de alguna otra forma pueden ayudarte a
saber tu futuro.- volteando a mirar al castaño.- Y tu destino…-
-¿Destino?, ¿Eso se puede?- pregunto el castaño, un tanto sorprendido. Ya que si es
cierto podrá saber que sera de él.
-¿Te acuerdas cuando nos quedamos toda la noche observando las estrellas?- pregunto
el caído, observando nuevamente hacia arriba.
-Por supuesto, yo solo veía puntos brillantes y tú me contabas las historias de cada una.-
-Es porque cada una de las constelaciones las nombre yo.- dijo algo que sorprendió al
castaño.
-¿Enserio?, ¿Y los humanos que las nombraron?-
-Entiende, las estrellas tienen vida propia. Ellas me contaron como son sus nombres o
como quieren que las llame-
El castaño solo se quedó observando al caído, por lo que acababa de decir era algo
descabellado. Pero tenía sentido.
-¿Sabes?, no creo que me hayas llamado para solo hablar de estrellas.- pregunto el
castaño, afilando la mirada a cada movimiento del caído.
Volteo a mirarlo, el caído solamente suspiro resignado y dijo.
-En realidad si, Reynare. Nunca la secuestre solo quería asegurar que vendrías.-
El castaño sintió como una pesada carga se le sacaba de su cuerpo.
-Entonces, ¿Por qué me llamaste?-
-Para que veas tu futuro, tu destino y tu desgracia…- luego de responder a la pregunta del
castaño, el caído saco algo parecido a un lente 3D.
-Toma, esto te ayudara a ver más allá de lo que cualquiera ve cuando mira las estrellas.-
entregándole los lentes, luego volviendo a mirar hacia arriba.
El castaño poniéndose los lentes, solo miro hacia arriba.
Silencio, nada, vacío. Eran las cosas que sentía el castaño.
Luego de unos minutos, aproximadamente media hora sintió algo.
Un sentimiento de dolor recorrió todo su cuerpo.
El caído viendo como el castaño temblaba solo le dijo algo para calmarlo.
-Piensa en la única cosa que te calme…-
El castaño escucho entrecortadamente, el zumbido en sus oídos no ayudaba mucho.
Solo cerró los ojos y pensó en la mujer que lo ayudo en todo.
Solo atinó a decir una palabra para luego ser consumido en la oscuridad.
Y esa palabra era…
-Serafall…-
No veía nada, oscuridad total. Sin ningún rayo de luz que osara a atravesar esas capaz
de oscuridad.
Nada…
Hasta que de un estallido de luz que salió de repente, se vieron millones de puntos
luminosos.
Luego esos puntos vinieron directo hacia el castaño, el mismo solo cerró los ojos
esperando que todo esto pasara.
Pero no…
Abriendo los ojos el castaño se encontraba rodeado de luces, parecían luciérnagas en la
noche.
El castaño trato de tocar uno de ellos pero solo lo atravesó sin más.
Luego recordó lo que una vez el caído le comento.
Él le comento que cuando estaba frente a las estrellas solo pensaba en lo que quería
saber y de alguna u otra manera pasaba.
Pero nunca debes saber cosas que no debes saber…
Haciendo caso a lo que dijo el caído. Solo cerró sus ojos y pensó en cierta pelinegra.
Después de dos minutos aproximadamente, aparecieron imágenes en movimiento de la
misma persona que pensó.
Solo por momentos, luego cambiaban a otra. Cada momento importante que paso con
ella, cada recuerdo.
Solo son recuerdos…- pensó un poco triste el castaño.
Luego apareció una imagen de la pelinegra dirigiéndose hacia un portal, con lágrimas en
sus ojos. Un pelirrojo la acompañaba, todos con sus uniformes de batalla, llorando.
Junto a él estaba el conocidísimo Azazel, mirando hacia el suelo, unas lágrimas caían
libremente de sus ojos.
Pero lo más llamativo era que no recordaba que eso sucedió.
Esto es…¿El futuro?- abriendo los ojos como nunca pudo, el castaño se vio a si mismo
reviendo un beso de la pelinegra, frente a todos. Nadie no decía nada.
Eso lo sorprendió de sobremanera, ya que casi nadie sabe su relación amorosa con la
Maou, solo unos pocos. Casi nadie que es distinto.
Para cuando el beso termino, solo la miraba con ojos aun en lágrimas. El castaño del
“futuro” estaba en las mismas. Solo pudo ver como se separaba del castaño para luego ir
hacia un círculo mágico. Todos estaban con sus armaduras que usaron en la última gran
guerra.
En el último segundo pudo ver los labios de la pelinegra moverse a una velocidad lenta,
pudo saber lo que dijo.
Nos veremos pronto…Ise.
¿Por qué?
¿Dónde se irían para ponerse así?
Luego de que la imagen se desvaneciera.
Draig que estaba observando todo se mantuvo al margen de su compañero, no hablo en
ningún momento.
Para luego volver a formarse una imagen, era una puerta.
O un marco vista desde adentro, bueno ustedes me entienden.
Solo mostraba eso, luego de unos minutos observando la puerta el castaño noto que era
idéntica a la que tenía en su casa.
No que era idéntica, era la de su casa.
Luego una mano giro el picaporte para abrirlo.
Era a simple vista una mano de mujer.
Luego la imagen de agrando y paso de adentro de la casa a afuera.
Se observaba a tercera persona, podía ver todo.
Luego se aclaró la imagen y pudo observar a una rubia con una mochila frente a su casa.
Tocando la puerta elegantemente.
Observando a la chica, era de estatura mediana por asi decirlo para no decir enana en
todo sentido.
Tenía una mochila con un raro escudo adornando su frente. Era un escudo que tenía 3
coronas en el centro y una cabeza de caballero, su casco de hierro que llevan los Reyes
medievales.
Tenía como cintas que salían del casco, como una capa desde la cabeza.
Luego se abrió la puerta. De ellas salieron personas que jamás espero.
Eran un castaño y una morena.
Ya sabrían quién es.
Pero yo nunca me lo espere.
Eran Serafall y el castaño.
El castaño sabía que eso era casi imposible, vivir con él es difícil, para no decir imposible.
Solo habría una forma…
El castaño trago saliva para luego observar mejor lo que pasaba en su casa.
Estaban hablando y luego la rubia entro a la casa y se cerró la puerta.
Luego se desvaneció la imagen.
Quedando en un páramo oscuro sin ninguna luz.
Pasaron los segundos para luego ver un rayo de luz que se acercaba al castaño, el
mismo recorvada lo sucedido antes con él.
-¿Por qué me trajiste?- pregunto al aire el castaño.
Luego la luz se alzó y exploto iluminando todo el lugar.
Haciendo apto de presencia un pelinegro azabache.
Estaba sentado en una mesa para dos. Solo lo llamo con la mano y fue junto a él.
El vestía un pantalón negro, camisa blanca desabotonada en los dos primeros botones,
estaba sin corbata y un peinado rebelde que solo cubría la parte derecha de su rostro,
como un flequillo.
El castaño se sentó en la única silla vacía que había.
Luego el azabache hablo.
-Lo que viste fue el futuro…- dijo mirando directamente a los ojos azabaches del
castaño.
-Lo sé, pero eso no implica a que me hayas traído aquí.- acuso el castaño, ya que tenía
un mal presentimiento de todo esto.
-Te traje porque tenemos que hablar…- colocado una mirada sumamente seria, el
azabache observo directamente al hombre sentado frente a él.
-¿Hablar de qué?-
-De nuestro futuro…-
-¿Nuestro?, ¿Desde cuándo estas en MI vida?- lo observo con una sonrisa despectiva.
-Si…estoy unido a ti y solo existe una forma de separaros, pero eso no nos
convendría.- moviendo su flequillo de un lado para el otro, fascinado por el espectáculo.
El castaño tenía una paciencia sumamente escasa.
-¡¿PODRIAS DEJAR DE HACER ESO?!- el mencionado estallo.
-Eres un cascarrabias, ¿Sabias?- lo miro con una sonrisa descarada.
Debes en cuando viene bien un poco de diversión, ¿No?
-Hmp- fue lo único que dijo el castaño, de alguna u otra forma se llevaban bien…a su
manera…pero se llevaban bien eso es lo que importa.
-Pero…necesitamos hablar.- Volviendo a su seriedad imperturbable, el pelinegro atrajo
la atención del azabache.
El castaño asintió con la cabeza, faltaba poco o nada para decir “Continua”.
-No es simple casualidad que el cuervo te llamara para ver “Tu futuro”-
-Amenazando…-
-Claro…tiene algo entre manos.-
-Vi a Serafall en mi casa, conmigo…-
-¿Viste algo más?-
-Solo a una niña rubia…-
-¿Rubia…?-
-Sí, luego entro a mi casa…para luego ya se nublo todo.-
-¿Otra visión?-
El castaño asintió con la cabeza. El pelinegro espero para que continuara.
-Era más en el futuro porque Azazel estaba con ellos.-
-¿Ellos?-
-Estaba Sirzechs Lucifer y Serafall...- respiro profundo para continuar.- Estaban con sus
trajes de batalla…todos.-
-¿Guerra?-
-Probable por una razón.-
-¿Cuál?-
-Los líderes no salen al campo de batalla cuando no hay guerras, terroristas o desertores
se encargan los de menor rango. Las guerras la dirigen los líderes.-
-¿Sera que Él lo hizo?-
-Es muy probable, ya que cuando hable con Kokabiel sentí un poder abrazador. Solo me
daba nauseas estar cerca de él.-
-No es coincidencia que ese cuervo estuviera aquí y te mostrara esto.-
-No lo es pero estoy seguro que él es la causa de los asesinatos en Kuoh.-
-Ve, sácale toda la información que puedas.-
-Lo intentare pero por nada es un Cadre de Grigori.- respondió para luego levantarse de la
silla.
-Suerte mocoso.-
-Adiós…- volteando, quedando de espaldas hacia el pelinegro.
-La de lentes ya lo descubrió.-
El castaño no comprendió lo que dijo.
-¿Qué mierda?- pensó para sí mismo el castaño…era poderoso pero muy lento.
Cuando apareció en el mundo físico. El azabache busco con su mirada al cierto cuervo
pero no lo encontraba.
El castaño se froto la nuca, él había desaparecido.
Como si fuera que nunca existió esa noche.
Resignado el castaño se dirigió hacia su hogar.
Pensando en todo lo que vio y hablo con su contraparte.
Tenía que descubrir quién era esa chica rubia y también que guerra iniciaría en el futuro.
Eran muchas cosas para solo un día.
También descubrir como mierdas Serafall vivía con él.
Pero primero lo primero.
Dormir.
Estaba hecho polvo.
Está bien que aparente no estar cansado hace una hora…
Pero quien en su sano juicio saldría a estas horas a la calle y con este frio.
Llegando a su casa, abriendo la puerta y entrando directo a su habitación.
El castaño ya se arrojó asi mismo a la cama.
Ese olor nunca lo olvidaría. Aún estaba el olor a su amada.
¿Quién no podría dormir asi?
Cerrando los ojos, para prepararse para mañana.
Sería un día largo.
Como todos los demás.
Pero de repente se le vino una frase que olvido por completo.
La de lentes ya lo descubrió…
Cuando lo pronuncio una y otra vez. Al fin se le abrió la mente.
Palideciendo totalmente al entender lo que refería.
¿Pero cómo no se le ocurrió?
Ahora se le fue todo a la mierda.
TODO.
El castaño aun con sus ojos sumamente abiertos.
Bueno, mañana vería.
Igual si era importante la noticia.
Si lo primero era dormir lo haría.
Morfeo era su amor…
A la mañana siguiente
-Tarde, tarde, tarde, tarde…- repetía una y otra vez el castaño, corriendo obviamente
hacia la academia.
Como siempre salía tarde de la academia, apenas dio tiempo para ducharse pero por el
camino desayuna.
Estando aún lejos de la academia. El castaño pudo sentir dos presencias sumamente
conocidas para él.
Desacelerando su corrida, el castaño se ocultó por una pared, antes de girar para entrar
al frente de la academia.
Por lo que dijo su contraparte ella ya sabía su identidad.
Entonces cuando lo viera se pondrá a llorar.
Pero estando su reina presente no puede hacer nada.
Una sonrisa maliciosa se formó en su rostro.
Tenía que seguirle la corriente como siempre.
A menos que haga un escándalo…
Pero no lo hará…o eso creo.
Bufando dio la vuelta para encarar a su destino.
Lo único que podía hacer es volver a la normalidad su cuerpo.
Cambiando los ojos color miel a sus ojos color azabache característicos de él.
Caminando como si fuera lo más normal del mundo…
Pero en realidad si es lo más normal del mundo.
Su aura volvió a la normalidad.
Pero lo que no sabía era que todos los seres presentes conocían perfectamente esa aura.
Estando a pasos de las Sitris. El castaño coloco sus manos sobre sus hombros.
Las dos ladearon sus cabezas hacia la dirección del castaño.
Girando completamente el castaño pudo ver como sus ojos se habrían cada vez más,
pensando que se saldrían de su lugar el mencionado empezó a mover sus manos frente a
ellas para que recobraran su postura.
La primera en reaccionar fue la heredera Sitri.
Solamente agarro sus lentes y lo limpio con un trapito para luego colocárselo
nuevamente. Mirando parte por parte el rostro del Sekiryuutei, la Sitri saco de su bolsillo
derecho un estuche.
Era medianamente grande. ¿Cómo entro eso ahí?
La Reina Sitri aún estaba observando al castaño, de los pies a la cabeza.
El castaño no aguantaba que lo miraran asi.
-¿Podrías dejar de mirarme asi?- hablo tajante el castaño, no aguantaba por cualquiera
que lo mirara asi.
La aludida entendió lo que quería decir y se dejó de mirarle. Mirando hacia el suelo, solo
dijo una palabra.
-Perdón.-
El castaño solo suspiro, volteando a observar a la heredera Sitri que estaba mirando a su
estuche, que estaba destapado y alternaba su mirada de su estuche al castaño.
El Sekiryuutei solo soltó una risa por tal actuación, tomando el estuche y miro su interior.
Eran 8 piezas, brillaban en perfecta sincronía, una después de otra.
Parecía a los foquitos que se ponen en navidad.
Son muy molestos, cuando se quema uno ya es casi imposible encontrar el responsable.
Pero estos solo eran 8 peones, brillando intensamente.
El dragón se dio cuenta de algo, llamando a su colega.
[Socio, esas piezas son diferentes a cuando la vimos por primera vez]- resonó en la
mente del castaño la voz del dragón.
-¿Diferentes?- el interés resurgió en el castaño.
[Esas piezas tienen más poder, al parecer crecen al par de nuestro crecimiento]
-¿Nuestro?, pero tú solo te pasas durmiendo todos los días y en especial en los días de
entrenamiento.- hablo con reproche el castaño, en si el dragón era un perezoso nivel
Dios.
[…]
Sintiendo como estiraban su chaqueta desde atrás, el castaño ladeo la cabeza para ver
quién era.
Era la Reina Sitri.
-¿Qué se le ofrece?- volteando completamente para poder atender cualquier necesidad
de la pelinegra.
-¿Eres Hyoudou Issei?- eso tomo de sorpresa al castaño, pero que decir sorpresa. Eso
tomo totalmente en la guardia baja al castaño.
Peor que encontrar a tu novia besándose con otro…bueno eso es peor.
No pudiendo sacar ninguna respuesta, el castaño solo miro a la heredera, buscando algún
tipo de ayuda.
-Ella lo sabe, como también lo sabe Rias Gremory.- respondió sin ninguna pisca de
sorpresa o inseguridad en su voz, digno de la mano de hierro.
-¿Enserio?, eso es un problema.- resignado a esto, el castaño pensó porque chichigami
era tan malo con él.
-Pensándolo bien, se lo tomo muy bien esto…- algo andaba mal, esa seriedad ocultaba
algo.
-Sona, ¿Puedo hablar contigo un minuto?- observando de reojo a la reina, que se
disponía a seguirlos.- En privado…- la reina se quedó observando a su Rey.
-Por supuesto…- el castaño noto como trataba de retener algo, pero no sabía que.
Posando su mirada en su reina.- Tsubaki puedes adelantarte, te alcanzo en el salón.- la
aludida solo asintió y avanzo hacia la academia.
La heredera avanzo también hacia la academia pero entrando para ir hacia el salón del
consejo estudiantil.
Luego de una caminata en un silencio sepulcral, llegaron a su destino.
Para la Sitri no era nada fácil, estar a solo pasos de la persona que amaba y no poder
hacer nada por culpa de la estúpida reputación que adquirió con el pasar del tiempo.
Abriendo la puerta que separaba el exterior de la sala del consejo. Entrando primero que
el castaño. Colocándose frente a su escritorio, colocando el estuche sobre el escritorio.
Abriéndolo, las 8 piezas de Peón que estaban brillando con una intensidad acalorada.
Tratando de entender o lo que trataba de decir esas piezas.
Sabía que ocurriría si no las usaba.
Es como el alma fuera de su cuerpo.
En pocas palabras moriría.
Sacando todo pensamiento de su mente, solo volteo para ver a su castaño observándolo
con una mirada desolada.
Buscaba algo pero no lo encontraba.
Todo rastro de seriedad o seguridad se fue al tacho. Solo estaban ellos solos en ese
salón.
Cualquier cosa solo quedaría en sus recuerdos. Nadie ni nada saldría de este lugar.
El peor día de su vida, el día que se marchó.
Sus sentimientos estaban a tope, cualquier palabra cambiaria todo lo que en realidad
quería decir.
Aborreciendo su debilidad, la Sitri solo saco cada una de las piezas de Peón que estaban
en el estuche. Agarrando 4 en cada mano, solo volteo y encaro al castaño.
Quería saber todo, el ¿Por qué?, el ¿Cómo?, el ¿Cuándo?, y el ¿Me amas?...
Entre pena y discordia, la Sitri soltó todo lo que sentía, cada fragmento de odio, amor,
benevolencia y esa estúpida reputación se fue al carajo.
Donde manda Hades el pendejo más pendejo de todos los pendejos.
Solo quedaba una incógnita para ella.
-¿Para qué…?- solo entre un susurro, sin poder hacer escuchar al castaño.
El mismo lo único que vio fue como sus labios se movían, agarrándose la cabeza tratando
de entender.
-Acaso…¿Pensaste en mí?, ¿Cómo me sentiría?- sabía perfectamente que había alguna
razón para todo esto, solo que se dejó llevar…
-Sona…- tratando de llegar a una conversación, sin ningún resultando aparente.
Estaba en silencio, solo se escuchaban los murmullos de los estudiantes que aún estaban
ingresando a la academia.
De un momento a otro se escuchó un sonido, el único sonido producido en ese ambiente
lúgubre…
El castaño trataba desesperadamente armarse de valor para pedir disculpas a su amada.
Pero solo no podía, como si algo le impedía. El típico “¿Y si…?” hacia de las suyas.
Pero ese sonido se fue incrementando, poco a poco haciéndose más constante, más
intenso.
El castaño alzo la mirada, viendo a la mujer de sus sueños. Tratando de secar inútilmente
las corrientes cristalinas. Una escena lacrimosa, sin duda.
-¡¿POR QUÉ?!- de un momento a otro estallo, nuevamente. El corazón de ambos era
destruido, por cada palabra se abría una herida.
-¡¿Por qué me dejaste sola?!- tranquilizándose, la Sitri empezó a lanzar bombas donde ya
no había nada que destruir.
La Sitri respiro profundo, la bomba principal venia, estaba cerca. La pólvora se sentía en
el ambiente.
-¿Aun me amas?- la bomba, la gota que derramo el vaso. Sus piernas fallaban, buscando
auxilio en una silla por la sala, solo pensó lo mismo que ella.
-¿Aun la amo?- solo eso pasaba por la mente de nuestro héroe. Nada más.-¿Estaba en lo
correcto?, ¿La sigo amando como antes?- era cierto, era estúpido pero cualquiera estaría
en la misma posición.
-¡RESPONDE!- exigió la Sitri, a sabiendas que solo lo lastimaba.
-No-se…Pe-ro…- tratando de aclarar sus palabras, tratando de procesar una palabra
clara.
-¡PERO NADA!, me engañaste…- la verdad, era la verdad. Mentí, engañe y no cometí mi
promesa.
Nunca hacer llorar a una mujer…
Esa promesa que me forjé desde que era niño.
Ahora estaba hecha añicos.
Y el responsable era yo mismo, nadie más.
Solo faltaba la despedida.
El “Vete de aquí” y ya terminaría todo.
En realidad, morir no vendría nada mal ahora mismo.
Pero eso sería peor.
No importaba cuanto odio tendría ahora la Sitri por él, en el fondo siempre lo amaría.
Solo faltaba la forma de hacer que lo encontrara.
Ese amor que tuvo por él, que ocultaba con su ahora reputación mano de hierro.
En el fondo siempre sera aquella niña tierna y hermosa. Que solo quería las cosas de los
demás.
Era ambiciosa, muy ambiciosa.
Pero eso era lo mejor de ella. Su personalidad que la hacía “Única y diferente”.
Los inquilinos del castaño solo observaban todo con calma. En el fondo sentían
remordimiento.
Pero solo sonrió por lo bajo, sin importar todo lo que le dijera nunca la dejaría sola.
-Sabes…- la tranquilidad que demostró el castaño sorprendió a la Sitri.-Draig me dijo hace
un tiempo que inconscientemente me estaba enamorando de dos personas.- mirando al
suelo, donde se encontraba acuoso. La Sitri solo dejo de respirar por un segundo, algo
dentro de ella se arrancaba de su cuerpo.
Levantándose de la silla, algo que noto la Sitri que también se levantó.
-¿Quiénes?- la duda la corroía, quería saber…
El castaño ignorando la pregunta de la Sitri, solo dio media vuelta para dirigirse hacia la
salida.
La Sitri ensoñando que todo fuera una pesadilla.
Pero lo que aún no sabía era que lo que estaba pasando solo era un dulce sueño
comparado con lo que pasaría.
Estando solo a un paso de salir de la puerta. Solo menciono algunas palabras que helaron
la piel de la pelinegra.
-Ustedes…- cerrando la puerta cuando la cruzo, dejo a una pelinegra tratando de
procesar lo dicho por el castaño.
-¿Ustedes…?- buscando algún significado oculto en esas palabras. Pero no las hay, solo
era un significado general.
Aun las ama.
Pero eso significa que Las ama… ¿Hay otra persona?, ¿Quién es?
-¿Mi Onee-sama?- la primera persona que pudo cruzarse en su mente fue ella.
Pero rápidamente disipo esa idea, era absurda. Ella era su mentora y su hermana nunca
se fijó en ningún hombre hasta la fecha.
Rápidamente su mente empezó a trabajar para saber quién era la segunda persona.
Sacando una libreta de su escritorio empezó a escribir nombres por orden. Luego lo
guardo nuevamente y se dirigió hacia una puerta de color blanco.
Al abrirlo se distinguieron azulejos azules con imágenes de cisnes, en pareja.
Era un baño, mirándose al espejo, la Sitri empezó a buscar en su bolso un estuche negro,
con un pincel y empezó a frotarlo con su rostro.
Su base estaba hecho mierda, literalmente. Estaba llorando.
Luego de arreglarse correctamente, salió del baño a dirección de su escritorio y tomo la
libreta y un bolígrafo que lo introdujo en su bolso.
Dirigiéndose por el mismo camino que uso el castaño para salir del salón, solo lo abrió y
salió.
Ahora todo estaba a oscuras.
Academia Kuoh – Salón 2B
Escribiendo como un demonio, literalmente. El castaño estaba copiando lo que estaba en
la pizarra, obviamente no copio una mierda por estar pensando en cierta morenita.
Eran medio día pero aún no comía nada, tenía la capacidad de comer un cerdo enterito.
Soportando las réplicas de su profesor, solo se concentraba en el cuaderno y su bolígrafo.
Pasaron muchas cosas en esa mañana.
Primero tuvo una pelea por así decirlo.
Segundo, gracias a la pelea llego tarde a su salón y fue regañado.
Tercero, no pudo prestar atención en la clase por culpa de las dos primeras cosas.
Y también estaba dos presencias nuevas.
Flashback
A paso rápido se dirigía hacia el salón 2B que le correspondía, ignorando las miradas
curiosas de los profesores a verle llegar tarde.
Subiendo las escaleras para llegar a su destino, encontrándose con su maestro afuera.
Pasando por los regaños del maestro, el castaño por fin entro a su salón. Para
encontrarse con dos sorpresitas bien preparadas.
Solo conocía a una pero la otra se le hacía familiar.
Mirando a todos con la mirada, el inconfundible dúo dinámico hacía de las suyas.
Pero solo dos presencias llamaron su atención, eran nada más y nada menos que
Reynare y la rubia esa que no conozco.
Pero me trae algo familiar esa pendeja.
Pero, ¿Qué hacen ellas aquí?
Era la única pregunta que cruzaba su mente.
Fin del Flashback
Terminando de copiar lo que estaba en la pizarra, guardando sus cosas en la mochila.
Saliendo de su salón, sin mirar a su maldito maestro. Cuando puso un pie fuera de su
salón, fue sorprendido por…¿Adivinen quién?...
Siiii
Fue Goku con su rasengan…
Naaa, fue Sportacus y stephanie.
Tomándolo de sus manos, las dos estiraron al castaño hacia dios sabe dónde.
-¡OIEEE!- grito exasperado el castaño, soltándose del agarre de Sportacus.
-Vamos Ise-chan, tienes que almorzar con nosotros…- stephanie no cedía, agarrándolo
nuevamente de las manos.
-…- pero Sportacus no se quedaba atrás, dando sermones mudos al castaño de no
querer almorzar con unas chicas tan lindas.
Soltándose nuevamente del agarre de las dos, se separó unos pasos atrás de las dos.
-Ya vasta, ya les dije que no quiero ayudarlas a derrocar a Souna Shitori-san…- para no
dar vueltas al asunto se dio media vuelta para dirigirse a la cafetería.
-Guaajajaj…- se reía stephanie a gritos que se escucharían a media manzana.
-…- pero Sportacus solo fruncía el ceño al ver su plan fracasado.
-Nos vemos luego…- suprimiendo una risita, el castaño soltó la “bomba”.-
Adiós…Sportacus y stephanie…- saliendo a patas rápidas, dejando en ridículo a Speedy
Gonzales, el más rápido de todo México.
Unas venas salientes se asomaron en las frentes de cada una, una más tarde que otra.
Nuestro Sportacus es sordomudo, una pena.
Nuestra stephanie lo tradujo para ella.
-¡ISE GOCHHH!- un grito del llamado se escuchó por toda la academia, el mencionado
solo corrió más de lo que pensó.
Esa “Bomba” sí que fue bombástica.
Me entienden ¿No?...
¿Bomba y bombástica?
Bueno, a la verga. Mejor estudio derechos.
¿Y si luego voy encorvado?
Bueno en ese caso sería mejor ingeniería.
Si, Ingeniería Ambiental.
Eso es lo mejor.
Estudiar el ambiente.
Como todo un Ingeniero.
Si no lo sabían, existe eso.
Pero sería algo así como la agronomía.
Pero más informático.
Ósea es menos de salir al campo y esas cosas.
Pero Ahora volvemos con el programa preferido de todo niño.
Bienvenidos a CiscoHistory…
Cada capítulo una nueva historia por contar.
Este día tenemos como personaje invitado a Hyoudou Issei.
Tenemos la oportunidad de hablar con el antes de su triste final.
-Señor Hyoudou, Señor Hyoudou. Necesitamos hacerles algunas preguntas.- viendo
como corre por su vida, el entrevistador en una furgoneta de esas de los periodistas.
-¿He?, por supuesto…síguele- colocando el consol…perdón el micrófono cerca de la
boca del castaño.
-Le haremos algunas preguntas, espero que responda con la verdad y nada más que la
verdad.- asintiendo lo dicho por el periodista, empezó las preguntas.
Pero primero la presentación.
-¡QUE PASE EL DESGRACIADO!- con un parlante y todo incluido, la furgoneta empezó
su transmisión del genocidio en la academia de Kuoh.
-¿Por qué lo hizo?- la primera pregunta hizo su aparición.
-Emmm, ¿No lo ves?, son idénticas, no…son fotocopias.- agitado por correr apenas
descasaba porque a cada segundo pasaba volando cuadernos o cartucheras.
-¿Idénticas a quién?- el periodista volvió a colocar el microsolador en la boca del castaño.
-A Sportacus y stephanie, ¿No ves?- exclamo el castaño, esquivando un cuaderno de 200
páginas que en realidad solo tienen 196.
-Si no me equivoco esos personajes son de la serie infantil “Lazy Town”, ¿No?- asintiendo
el castaño, bajando su cabeza lo suficiente para sortear un sacapuntas de mesa.
-Están dementes esas dos…- suspiro derrotado el castaño.
El periodista aun inconforme con su información, volvió a preguntar.
-¿En que se parecen ellas dos a los personajes de la serie infantil?- colocando el
micrófono marca acme.
-Por dios, ¿No lo ves?, la pelirosa que me acaba de lanzar el picahielo es stephanie y la
que me acaba de lanzar el cesto de basura es Sportacus.- al final de lo dicho, dos puertas
salieron volando por encima de la furgoneta.
-Estas chicas están locas y bien ¡PENDEJAS!- exclamo en un grito, haciéndolo aposta
para enojar más a las señaladas.
El periodista contento al completar su cometido, solo atino a preguntar nuevamente.
Colocando nuevamente el micrófono en la boca del castaño.
-¿Está preparado para lo que viene?- entre risas contenidas, el periodista esquivo una
libreta que tenía la intención de hacer nada santo.
-¿Preparado?, no entiendo a lo que se refie…re- sorprendido el castaño esquivo a una
mujer que tenía los brazos abiertos para atraparlo.
-No se cansan estas…- suspiro derrotado al ver como las chicas y sus refuerzos lo
seguían sin cesar.
-A lo que viene, por supuesto cuando lo atrapen.- finalizo la pregunta, retirando el
micrófono.
-¿Atraparme?, es imposible atraparme…- haciendo una pose ridícula, parecida a uno de
los integrantes de las fuerzas Ginyu, el famoso Recoome.
Solo un segundo, un segundo de más y fue arrojado al suelo.
Un RKO cometido por Sportacus, lo mando directo a la inconciencia.
-UFF, eso es digno de la WWE.- menciono el periodista que de un salto salió de la
furgoneta.
Quitándose su peluca negra, ahora el ojimiel miraba divertido al montón de mujeres que
rodeaban algo o mejor dicho cosa, porque lo que quedaría de él ya no se podría identificar
como “algo”.
El conductor se bajó de la furgoneta y se acercó al ojimiel.
-Azazel-sama, ¿Está bien dejar la sede por algo así?- posicionándose a lado del ojimiel, el
conductor menciono algo que al parecer tenso al líder.
-¡Es Cierto!- una cara pálida apareció en el ojimiel que al recordar lo que le haría la
famosa Cadre si abandonaba nuevamente la sede.
Subiendo torpemente a la furgoneta, los caídos se marcharon de la academia como todo
un Dakar.
Dejando a su suerte al pobre castaño que al parecer termino con su trabajo.
O dejaron de trabajar con el…
Luego de unos minutos, llegaron los maestros y obligaron a llevar al castaño a la
enfermería.
Una hora después – Enfermería
El castaño ya se encontraba como todo un sansón, estaba sentado en la cama. Vendas
rodeando su cara y brazos.
-Sí que se pasaron esta vez.- observando sus vendajes y usando un espejo para ver su
rostro.
[O tú te pasaste esta vez]- un dragón hablo, solo dando lata a quien sea.
-Hmp…- bufo molesto por verse incriminado, él no se pasó…bueno un poquito.
Toc…Toc…
-Adelante- al estar debilitado no sintió las presencias que entraban en la enfermería.
Entraron dos mujeres, una pelinegra y otra rubia.
El castaño quien estaba atrapado en el espejo no presto atención cuando se sentaron una
cada una a lado del castaño.
Dando por fin caso a lo que sucedía alrededor suyo, el castaño bajo su espejo y observo
a cada una.
-¿Qué les trae por aquí?- pasando su mirada a cada una, reconociendo perfectamente a
una y a la otra solo por ser del mismo salón que él.
-Queremos hablar contigo.- la primera que hablo fue la pelinegra que asombrosamente
tenía su cara seria, la cual solo usaba cuando asesinaba.
-¿Me vas a matar?- el tono sarcástico usado por el castaño no cambio al tono serio de la
pelinegra.
Solo cuando era sumamente seria la situación pasaba esto.
-Habla- temiblemente, el castaño también adopto esa expresión.
-Primero te presentare a la rubia.- haciendo un ademan para que la mencionada se
levantara.
Haciendo una reverencia, la rubia se presentó.
-Mi nombre es Asia Argento, un gusto conocerle Hyoudou Issei-san.- una sonrisa sincera
se formó en el rostro de todos los presentes por presenciar la sincera presentación.
-Gracias Asia-san.- la mencionada volvió a su asiento para ser nuevamente la
espectadora de aquella charla.

N/A: Ehhhh, los pille con las manos en la masa. Pensaron que pondría que Asia se
sonrojo. NOOO…

-¿Sabes lo que está pasando?- la pregunto tenso unos segundos al castaño pero volvió
en sí.
-Si, al parecer Kokabiel quiere iniciar una nueva guerra.- la pelinegra miraba fijamente al
castaño, era de una forma cierto pero mayormente no.
-Si pero también no.- exclamo la pelinegra haciendo que se ponga nervioso.
¿Qué más querría ese cuervo con complejo de espartano?
-¿Qué es lo que quiere en realidad?-
-Atacar el inframundo…- al mencionar el propósito del cuervo, el cuerpo del castaño se
tensó completamente.
Al instante volvió a su cabeza la imagen que vio cuando estaba con Kokabiel. Serafall y
Sirzechs Lucifer con sus trajes de batallas.
Sus pupilas se dilataron completamente, solo pasaba una cosa por su mente. ¿Para qué?
-¿P-or q-ue haría al-go asi?- al estar en esa situación, solo con pensar en lo que vio solo
le temblaba hasta lo que no ve el sol.
-Aún no lo sé, pero lo único que escuche es el nombre de la operación.- una intriga surgió
en el intestino grueso del castaño. Olvidando completamente el nerviosismo.
Como dar un dulce a un bebe cuando llora.
-¿Cómo es su nombre?- pregunto intrigado el castaño, su nombre no aportaba mucho en
algunos casos pero en otros podría ser la clave de detener todo.
-Se llama...- un respiro hondo ocasionado por la pelinegra saco una mueca al castaño.-
Golden Apples…- el cuerpo del castaño se contrajo totalmente al escuchar el nombre,
Draig estaba en las mismas. Para que alguien por lo menos pensase en hacer eso es
ridículo pero que justamente él lo haga es aún más ridículo.
Pero justamente el cuervo con el complejo espartano tuvo que pensar en hacer esto, no
solo pensar. ¡Lo va a hacer!
Esto se fue a la mierda.
Inframundo – Grigori
Un destello blanco surcaba el cielo a una velocidad abrumadora. Seguido por una mancha
negra que estaba a punto de alcanzarlo.
Solo un segundo para que lo alcanzara y empezara el combate a puño limpio.
Golpes cargados con todo el poder de los dos.
Pero poco a poco la figura blanca golpeaba al azar, sin ninguna estrategia aparente.
La mancha negra detuvo sus golpes al ver como la mancha blanca se agitaba sin control
en el cielo.
De un momento a otro la mancha negra desapareció y un destello blanco se estrelló en el
suelo.
Viendo el suelo, se podría ver una armadura blanca gigante, con algunas gemas azules
incrustadas en ellas.
Poco a poco fue decayendo su tamaño hasta tomar la forma de una armadura blanca y
algunas gemas azules en los brazos y pecho.
Para luego de un destello destruirse y mostrar a un peliplata incrustado entre las rocas.
Vestía una remera blanca con un buzo de entrenamiento color negro.
Estaba sumamente agitado, se le notaba a leguas.
Bajando a toda velocidad, la mancha negra se posiciono al frente del peliplata.
Era una mancha totalmente negra, era la forma de un perro enorme, despedía asco con
solo estar cerca de él.
Me acerco con cuidado al ver como la mancha negra se disipaba y mostraba a un hombre
pelinegro, la misma estatura que el peliplata pero unos centímetros más y de la mancha
negra se formó un perro negro que se colocó a lado del pelinegro.
Acercándome a mirar también al peliplata, me acerco al pelinegro.
-Creo que te pasaste esta vez…Tobio.- le hablo con un tono burlón, viendo al pelinegro
acariciar a su perro.
-Jin quería ver cuánto aguantaba.- el ahora identificado como Jin giro su cabeza para
verme.
-Ufff, sí que lo dejaste como una mierda…- viendo como el peliplata estaba literalmente
siendo uno solo con la tierra.
-No se preocupe Kokabiel-sama, el estará bien. En unos días podrá estar al cien
nuevamente.- girando hacia mí, haciendo una reverencia el pelinegro se dirigió a la
dirección del peliplata.
-Lo sé, Valí es un hueso difícil de roer y está en su edad para ser aún más poderoso.-
observando como el pelinegro cargaba al peliplata en su hombro.
-Bueno, yo me retiro a dejarlo en la enfermería Kokabiel-sama.- de un flash desapareció,
dejándome solo.
Pensando en lo ocurrido hace un día, el Sekiryuutei era un diamante en bruto. Diría que
aún no lo sacaron de la tierra.
Solo falta que alguien lo desentierre.
-Ahora mismo Vali está a su altura, son 50% a 50% de que mueran en una batalla al
100%.- me rio por lo bajo, en realidad es el único que pudo hacer que Tobio usara su
Balance Breaker, aun estando en Juggernaut Drive le daba batalla.- Poco a poco mi plan
estará completo.- mirando por última vez el páramo desierto me dispongo a irme.
-Si…Golden Apples…- desaparecí en un destello, apareciendo en mi habitación del
mundo humano.
Viendo como un caído se arrodillaba frente a mí, solo levanto la mano para que continúe.
-Kokabiel-sama, Reynare nos abandonó…- aun arrodillado frente a mí, se notaba las
marcas en sus puños.
-Está bien, ya lo suponía. Puedes marcharte.- viendo como el caído asentía y se
marchaba del lugar.
Caminando hacia una estantería, retirando una botella y sirviéndome un vaso.
-Todo está saliendo a la perfección.- tomándome todo de un sorbo, volteo a mirar a mi
izquierda, unos sofás adornaban el lugar.
-¿No?- lo único que veo es una sonrisa brillante, tan maliciosa que daban nauseas verla.
-Por supuesto…- mirándonos directamente, voy y me sirvo dos vasos. Sentándome a un
lado de él.
Dándole un vaso, solo escucho como lo toma poco a poco.
-Entonces…cuéntame…- viendo como su mano se posaba en el reposador con el vaso
parcialmente vacío…-¿Qué vio?- nuevamente el vaso entro en la oscuridad y no salió
más.
Inframundo – Sala de Reuniones.
Veo una puerta, es la puerta de la sala de reuniones donde los 4 Maous se reúnen para
hablar sobre cosas importantes y a veces sobre los logros de nuestros hermanitos.
Grayfia nos llevaba a los 3 hacia la sala.
Sirzechs ya estaba esperándonos.
Abriendo la puerta, Grayfia hace una leve reverencia para que nosotros pasemos.
Veo a Sirzechs y un ojimiel que me hace tremendamente familiar, solo estando en la
misma sala me sobra las ganas de estamparlo con una estaca.
Escucho al pelirrojo decir que nos sentemos, me ubico en la otra punta de la mesa, justo
frente al ojimiel.
Cuando estuvimos todos sentados, Sirzechs continúo.
-Como sabrán los mande a llamar para hablar sobre algo muy importante y lo demuestra
el hecho que esta persona esté aquí.- señalando al ojimiel, ya todos tenían el
conocimiento de quien era menos yo.
-Déjenme presentarme, soy Azazel...o el gobernador de los Ángeles Caídos.- sacando a
relucir sus doce alas negras en su espalda.
Posando su mirada en mí, hago una mueca de ¿Qué miras? Al ojimiel.
Cualquier rastro de mi personalidad juguetona se fue de paseo al estar con él.
-Primeramente quiero que esto se quede solo aquí, entre los 5. Solo contando a Grayfia.-
prosiguió Sirzechs, solo estar aquí los 4 me daba más tranquilidad pero igual el ambiente
era tenso.
Asentimos, si decía esto era porque no quería que nadie se entere. Era súper-secreto.
-Lo primero que les diré es que el inframundo está a unos días de ser atacado.- todos se
sorprendieron, ¿Quién atacaría el inframundo estando a lo que llamarías “Guerra fría”?
-¿Por quién?- pregunto sorprendentemente Falbium, era su trabajo defender el
inframundo, por algo era el encargado de las fuerzas militares.
Sirzechs miro de reojo al ojimiel. Luego para posar nuevamente su mirada en nosotros.
-Kokabiel…- al decir eso solo se me paso por la cabeza que era una proposición de
guerra por parte de los Datenshi.
-El actuó a espaldas de la organización y a espaldas de mí…su Gobernador.- da igual, Ise
estaba en una misión para recolectar información acerca de él.
-Se presume que tiene a su disposición dos longinus y un gran número de magos. Los
longinus son; El Divine Dividing y El Canis Lycaon.- al terminar nos sorprendimos de
sobre manera, pensar que tendría un poder tan grande.
Al escuchar el primer nombre solo se me paso a la mente a mi querido Ise…
El primero en hablar fue el ojimiel.
-Exacto y se presume que podría haber un tercero involucrado pero sé que no está aliado
a los Ángeles caídos.- ¿Tres? Eso es mucho para atacar el inframundo, nosotros no
tendríamos problemas si es que no lo dominan al 100% pero igual es preocupante.
La primera cosa que pienso es en esa organización recién fundada.
-¿Khaos Brigade?- voy al grano, quiero saber todo.
-No, no son ellos al parecer.- el que me responde es Sirzechs, viendo al ojimiel.
-Exacto, Shemhazai está investigando a ese grupo, al parecer están quietos. No parecen
querer demostrarse…aun.- si ellos no están en esto, es difícil creer que solo Kokabiel este
tramando todo esto.
Pero alguien quita las palabras de mi boca.
-Pero, es difícil creer que solo Kokabiel haya planeado todo esto.- el que hablo fue el
Ajuka, el científico del inframundo.
-Se presume pero al parecer hay otro implicado, no sabemos quién.- el ojimiel tenía
razón, no puede ser que ese caído de cuarta este atrás de todo.
-Como esto solo lo saben los Maous y Grayfia no podemos darnos el lujo de empezar otra
guerra.- si, tenía razón. Al dar tal información a los ciudadanos todos querrán guerra y no
sabrán la realidad de todo esto.
-Entonces decidimos mandar a alguien para que comande la defensa. No podemos
mandar demonios como refuerzo ya que el lugar donde atacaran es inhabitable a los
demonios.- es cierto, el inframundo no solo es parte de los demonios. Se divide en
muchas partes.
-Solo existe un demonio en ese lugar.- ese tono burlón me está sacando de mis casillas.
Sirzechs solo me miro, no sabía el porqué.
-El más indicado y la única persona que no está aliada a ninguna facción por el momento
es Hyoudou Issei.- abriendo los ojos como platos, saco todo lo que pienso en el momento.
-¿Estás loco?- en este momento no importa la cordialidad solo mandar a la mierda a todo.
-No, es la única persona que está a nuestra disposición o algo asi. Es más él está en una
misión sobre la misma persona y es también el único de todos aquí que puede entrar a
ese territorio.- mis nervios estaban a flote, sabía que era cierto. Pero mandar solo a él es
muy…loco.
Volteo a ver al ojimiel que solo estaba neutro.
-Va a morir…- era lo más lógico, él va a morir si va solo.- Mandemos a otra persona.-
como Maou no puedo hacer un escándalo, si no era por eso ya estaría acabando a ese tal
cuervo.
Aguantaba todo mi ser para no salir en llanto, tenía que cubrirlo aún. Gracias a que es mi
discípulo puedo sacar ese sentimiento un poco y no se distinguiría.
-Nadie puede hacer esta misión que no sea el.- los demás solo estaban mirando a
Sirzechs.- Además fue una votación, termino en un 3 vs 1. A sabiendas que te negarías
dimos tu voto como un no pero los demás, incluyéndome. Aceptamos.- era como una
traición, por la espalda.
No quería aceptarlo, era imposible. Solo había una razón para que no saliera y acabara
con todo.
Ise me hizo prometer que pase lo que pase confiara en lo que los demás decidieran.
Él era el que se encargaba de los negocios negros del inframundo.
Cada problema oscuro que tenían él era el responsable de terminarlo.
No podía hacer anda, aunque lo quisiera.
Lastimosamente esta vez la gran Leviathan-sama no podrá protegerte…Ise.
-Serás tú…- lo único que quedaba era saber a quién atacarían.
Tenía que cumplir su papel como Maou.
-¿A quién atacaran?- sorprendiendo a la mayoría, ¿Verme a mi seria es raro?
El ojimiel bufo por lo bajo.
-La operación de Kokabiel se llama…Golden Apples.- solo con escuchar ese nombre me
doy cuenta cuando dijo que solo él puede entrar a ese lugar.
-¿Golden Apples?- no todos sabían a que se refería, uno de ellos era Falbium.
-Exacto, ¿no te suenan familiar?- el ojimiel solo sonrió, no todos éramos inteligentes.
-Más o menos.- era cierto, la mayoría lo conoce pero al parecer está en el olvido.
-Su nombre lo indica, manzanas doradas. Una raza solo sobrevive ingiriendo eso.- al
parecer Falbium ya lo reconocía pero igual, no sabía.
-¿Qué raza?- pregunto por última vez Falbium, el ojimiel solo lo miro expectante.
-Los dragones.- finalizo las preguntas con un pálido Falbium, de reojo miro a todos los
presentes. Los otros Maous ya lo sabían, excepto Grayfia.
Toda su expresión imperturbable se fue al caño al escuchar lo dicho por el ojimiel.
-¿Cómo?- fue la única pregunta que pudo hacer Falbium, quien no.
-No lo sé- solamente murmuro algunas cosas inentendibles para todos.
-Lo sé, es descabellado pero si ese es su plan tenemos que tener el nuestro. Con el
Sekiryuutei no bastara, pensemos.- levantándose de su asiento, seguido de la mayoría.
Colocándose a lado de Grayfia.
-Iremos a ver al Sekiryuutei.- solo con escuchar eso mi cuerpo se congela, ¿Por qué? No
lo sé. Quiero pero no puedo, puede ser que sea la última vez que lo vea.
Todos asintieron pero yo no.
Solo camino sin decir nada hacia el círculo mágico.
-Vamos- la voz de Sirzechs me trae a la realidad.
Ciudad de Kuoh – Casa Hyoudou
-¡GANE!- una voz gentil inunda la sala, era cierta rubia que sostenía una almohada.
Un castaño estaba frente a ella, tirada y una pelinegra sentada a lado suyo.
-Si Asia-chan, ganaste.- colocándose bien, y volviendo a poner la almohada en su lugar
correspondiente.
-Eres un inútil Ise.- con tono totalmente burlón, la pelinegra lanzo una almohada al
castaño.
Estaba a momentos de replicar cuando una luz apareció frente a ellos.
La rubia que se asustó tanto que cayó de la cama.
El castaño se sorprendio de sobremanera al ver a los Maou Sentai Satan Rangers en su
casa, pero a ver a alguien sumamente familiar solo sonrió.
Parándose al instante, sin ningún tipo de reverencia hacia los 5 menos a una.
Posando su mirada a los 5 presentes y luego a la última.
Haciendo una reverencia para ella, y empezó a hablar.
-¿Qué se les ofrece?- fue directo al grano al ver al ojimiel junto a ellos que tenía la mirada
seria.
Algo raro.
El ojimiel se puso delante de todos.
-Golden Apples…- solamente esa palabra causo un escalofrió en los 3 presentes antes de
la llegada de los Reyes.
-Ya empezaron…- solo eso no quería escuchar, esa frase. Pero…todo se le hacía claro
poco a poco.
¡HOLAAAA!
Por fin actualice, bueno les seré sincero. Viendo el poco apoyo que recibía el fic me
decaí y no escribí por dos semanas pero luego viendo algún comentario me anime a
terminarlo.
Recuerden que prometí 10 capítulos si o si y luego veré como va la cosa.
Bueno que más decir…Con este capítulo termina el arco “Inicio” y empieza el de
“Golden Apples” espero terminarlo en los 4 capítulos o un poco más. Luego veré si
continúo con el fic o no.
Este capítulo no tiene musica de fondo porque no encontraba uno que te metiera al
momento.
Bueno Sona ya sabe quién es issei asi que veremos qué pasa más adelante.
Bueno como nadie se animó a decir quién era la chica que tuvo ese sueño lo dejare
asi.
Metí un poco más de comedia en este capítulo y espero que no les aburra eso.
Kokabiel, siendo sincero es un gran villano solo que no se le propuso mucha
atención en el Canon.
Asi que lo explotare todo lo que pueda y ya hizo aparición ÉL asi que prepárense
porque él es el principal antagonista de todo.
Poco a poco veremos el origen de Muerte y quien es.
Ya saben más o menos el poder que issei tendrá. ¿Qué creen que vio issei cuando
hablo con Kokabiel?
Estuve pensando en hacer este fic solamente con las hermanas Sitri, no sé si les
agradara la idea.
Y entonces pensé… Voy a hacer esto, como me gusta las dos ideas, hare que otra
persona lo elija.
Sera la película Justice League o liga de la justicia. Si la película es una bazofia hare
el harem, pero si la película rompe taquillas o por lo menos tiene una buenísima
Aceptación porque con las películas que viene este año es difícil decir quien sera el
que rompa taquillas. Asi que si llega a ser buena lo hare solo con las hermanas
Sitri.
No se enojen pero es buena idea.
Ya apareció Asia. Ya saben que es la operación Golden Apples, primeramente
quería dejarles con la duda pero ya saben mejor es asi.
Por último, cambie la portada de la historia y espero que les guste porque costo
horrores hacerla. Para mi si xd.
No sé qué más decir asi que con esto termino.
Se despide su gran amigo…CiscoWriter.

Reviews
incursion123: Ya apareció Asia, no creo que la ponga en el Harem si eso pasa porque no
la veo de mucha importancia en el canon. Bueno a partir de que consigue el Balance
Breaker con Fafnir no la veo de importancia. Veré que hago con ella.
SAMUROCK Y PENTAGRAMA 2.0: Gracias, pues la verdad no es Peón de Serafall, sino
de Sona. Y lo demás ya lo respondí en la historia y al final de la historia donde hablo.
¡Gracias!.
basara2002: ¡Gracias por tu comentario!, espero que te guste este capítulo.
Antifanboy: ¡Gracias por tu comentario, en realidad agradezco que te guste mi historia!
Bueno primamente te explicare que la Muerte que tiene issei no es algo parecido a Hades
o los demás. Es un Dios pero en sentido de poder, porque en dxd, la categoría “Dios” se
les da a las personas que tengan un poder sorprendente o los que tengan divinidad.
Esta Muerte es un poder sobre la muerte, ósea que no es alguien que gobierna sobre la
muerte. Este ser es la muerte en sí.
Si aún no entiendes en el próximo capítulo lo sabrán. Ya tengo una idea con El Dios
Bíblico asi que no te preocupes.
P. D. Shizune best girl.
Loquendo777: ¡Gracias, enserio muchas gracias por tu comentario! y como dije tendrá
unos 10 capítulos si o si y luego veré si lo continuo o no.
RedSS: ¡Hola!, tanto tiempo de que comentaras mi historia y gracias por volver. Estoy
feliz que te haya gustado y es cierto, nadie le hace frente.
¡Gracias!

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