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Revista Politikón

www.revistapolitikon.com.ar

Revista Politikón es una propuesta iniciada por estudiantes de Ciencia Política


de la Universidad Nacional del Litoral (Argentina), y pensada para estudiantes y
graduados/as de todas las Ciencias Sociales de América Latina. Es un espacio diná-
mico de intercambio académico y análisis de coyuntura que cuenta con dos tipos de
publicaciones: Revista Politikón Anual (de convocatoria periódica) y Revista Poli-
tikón Web (con convocatoria permanente para artículos breves que se suben a la
web). El proyecto busca constituir una publicación especializada que acoja produc-
ciones tanto de estudiantes como graduados/as, y que genere una interdisciplinari-
dad entre la Ciencia Política y el resto de las carreras de las Ciencias Sociales.

Revista Politikón Edición Anual. N° 1, Marzo 2018 - ISSN 2591-6394


Publicación editada por el Comité Editorial de Revista Politikón.
E-mail: revistapolitikon@outlook.com / Sitio web: www.revistapolitikon.com.ar
La responsabilidad por el contenido de los artículos es exclusiva de sus respectivos autores.
COMITÉ EDITORIAL COMITÉ EXTERNO

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Xochimilco)
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Christián Scaramella (UNL - UBA)
Agostina Tibaldo (UNL-IHUCSO-CONICET)
Sergio Valenzuela (UNNE – CONICET)
ENTREVISTAS

 Joan Subirats: Las políticas sociales hoy, desafíos y oportunidades del Pág. 6
cambio de época
Por Sofía Marzioni

ARTÍCULOS ACADÉMICOS
 Naturaleza, razón y represión en la política contractual del
Estado moderno.
Mg. Oscar Guadarrama Arroyo
Pág. 11

 Agendas enfrentadas: La agenda de los medios y la agenda de las re-


des sociales desde las representaciones sociales de los usuarios.
Romina Damiani Ameri y Javier Nuñez Pág. 21

 ¿Hacia una nueva configuración del sistema de partidos de Berisso?


Pablo Bezus, Gastón Iglesias y Norberto Oscar Toranza
Pág. 35

ENSAYOS
 ¿Los cirujas hablan? Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe
Prof. Juan Diego García Pág. 51

 La Ciencia Política frente al narcotráfico en México


Lic. José Ángel Lima Zamora
Pág. 67

AVANCES DE INVESTIGACIÓN
 La gobernanza electoral en la agenda 2015-2016 de Cambiemos.
Lic. Aníbal Torres Pág. 77

RESEÑAS
 Merlinsky, Gabriela: “Política, derechos y justicia ambiental. El con-
flicto del Riachuelo”.
Lic. Camila Blanc Pág. 82
¿Los cirujas hablan?
Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe

Juan Diego García


Profesor de Filosofía por la UNL
jdgar.92@gmail.com

En el presente trabajo proponemos abordar el conflicto carrero en la ciudad de Santa Fe en el


año 2016, a partir de analizar las prácticas discursivas y no discursivas de los principales actores in-
volucrados; Estado Municipal, la asociación proteccionista S.O.S Caballos y la Asamblea de Cirujas
en Lucha. La finalidad del análisis es intentar reconstruir lo que Jacques Rancière
denominaría los “repartos de lo sensible”, es decir, el orden de visibilidades y divisiones sociales
que estas prácticas configuran como evidentes. Nuestra hipótesis es que, mientras las prácticas esta-
tales y proteccionistas, despolitizan el conflicto, configurando un reparto que fija partes exclusivas
entre quienes son capaces de ocuparse de los asuntos comunes de la ciudad y quienes no, las prácti-
cas de los cirujas pueden leerse como momentos de una verificación polémica de la igualdad, que
permite pensar el conflicto como un “desacuerdo político” en términos rancierianos. En esta recons-
trucción, también sugeriremos que puede ser interesante pensar la política, en la filosofía
de Rancière, a partir de utilizar la noción de extranjería.

¿Qué tramas y conflictividades se inscriben y entrecruzan en el espacio de la ciudad neoliberal 1?


¿Qué discursos buscan cifrar lo visible, lo que aparece, circula y el darse de los conflictos
urbanos?
¿Qué reparto de lo sensible; qué distribución de los lugares, tiempos y capacidades se presenta
como evidente?
¿En qué escenas el conflicto se desplaza a litigio político con la irrupción de un resto de
seres que reclama ser contado?
¿Hay política en las tramas urbanas?

1. INTRODUCCIÓN
El 8 de marzo de 2016 el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz, envió a la Legislatura
un breve proyecto de ley para prohibir la tracción a sangre en todo el territorio
provincial, con el objetivo de “avanzar en una política de priorización de la salud animal”.
En el texto se esgrimían una serie de argumentos ligados a la inseguridad vial y a “la

1 Para calificar de “neoliberal” a los territorios es necesario tomar en cuenta las consideraciones de Michel Fou-
cault realizadas en El nacimiento de la biopolítica (2007). En este curso, el francés propone pensar el neolibera-
lismo, no meramente como una política económica que aplican los Estados nacionales en determinadas coyun-
turas a un nivel macro, sino más bien como una novedosa forma de economía del poder sobre la vida (bios). Se
trata en efecto de un nuevo “arte gobernar” que, a partir de un conjunto de dispositivos, técnicas, prácticas y
saberes micro políticos, subjetivan a los agentes bajo la forma de empresa. Para Foucault, su novedad radica en
ser una forma de dominación y desposesión que opera bajo el impulso de las libertades, entendidas en claves de
autoempresarialidad, emprendedurismo y competencia. De este modo, el neoliberalismo puede entenderse co-
mo dinámica inmanente, una racionalidad, que circula al ras de los territorios organizando cálculos, afectos,
estrategias y tácticas en la vida social, a la vez que esta misma racionalidad es re-apropiada, reorganizada y pue-
de ser puesta en crisis por los mismos agentes sociales. Para profundizar en esta concepción remitimos al curso
del propio Foucault o a la reconstrucción que realiza Verónica Gago (2014)
Eje temático: Análisis Político

suciedad que la circulación de carros conlleva, afectando de esta manera la salud pública".
Pero su eje se asentaba en la enfática declaración de un argumento proteccionista: “la
tracción a sangre significa sufrimiento para los animales, comportando una situación que
resulta menester abordar, privilegiando la salud de aquellos y evitando que se encuentren
obligados a soportar jornadas excesivas sin descanso, sin ningún control veterinario y
constantes maltratos”2.
La presentación del proyecto agudizó un conflicto existente en la ciudad de Santa
Fe, desde hace algunos años, entre diversos actores involucrados: Estado municipal,
organizaciones proteccionistas y cirujas organizados. La puja atravesó todo el año sin
ninguna solución definitiva. En efecto, el escueto texto enviado por el gobernador nada
señala sobre la forma en que la prohibición se implementará, ni sobre las alternativas
laborales para los recolectores informales. Según cifras estimativas del municipio, en la
ciudad de Santa Fe, circulaban para tal fecha unos 700 carros y unas 1500 personas vivían
de esta actividad.3 A tan sólo dos días del Mensaje del gobernador, la diputada provincial
Alicia Gutiérrez (SI - FPCyS) presentó otro proyecto, que propone la erradicación de la
tracción a sangre, apelando a argumentos similares, pero planteando sustituir
gradualmente los caballos por vehículos motorizados. Desde marzo las asambleas de
cirujas, en los barrios de Villa Oculta y Santa Rosa de Lima, se intensificaron a fin de
organizarse, pensar alternativas y resistir ante lo que podría acarrear la pérdida del único
sustento de su vida. Los carreros de la ciudad, junto a los de Rosario, enviaron vía el
diputado Carlos del Frade un proyecto propio. Hasta la fecha ninguno de los proyectos fue
aprobado.4
El conflicto puso en circulación, a lo largo del año, una serie de discursos, prácticas y
acciones por parte de los distintos actores involucrados, que dan cuenta de ciertas formas
de simbolización del mismo y sus posibles soluciones, a la vez que suponen distintos modos
de configurar lo que Jacques Rancière denominaría el “reparto de lo sensible” de la ciudad,
es decir, un sistema de evidencias sensibles y simbólicas que, fija, divide y organiza el todo
social en partes, donde a cada una de ellas le corresponde un lugar de acuerdo a funciones,
competencias y maneras de ser bien definidas. (Rancière, 2009:9-10)
En el presente trabajo proponemos abordar el conflicto, a partir de analizar las prácticas
discursivas y no discursivas del Estado municipal, la asociación proteccionista S.O.S
Caballos y la Asamblea de Cirujas en Lucha, con el objetivo
de intentar reconstruir los “repartos de lo sensible” que estas prácticas configuran. Nuestra
hipótesis es que, tanto las narrativas estatales como proteccionistas cifran el conflicto como
“problema ambiental/social”, estructurando un común repartido que fija “partes
exclusivas” entre quiénes pueden ocuparse y decidir sobre las cuestiones comunes de la
ciudad y quiénes no. Para Rancière esta repartición, que entiende el conflicto y su solución
en términos de gestión de unos pocos, es propia delo que llama “orden policial” y no de la
lógica política. Hay política, en tanto y en cuanto, ese “orden policial” que distribuye
lugares, funciones y capacidades en la comunidad, se vea interrumpido por la acción de
sujetos suplementarios que verifican la igualdad de cualquiera, manifestando su
capacidad para decidir sobre los asuntos comunes. En este sentido, intentaremos mostrar
que la construcción discursiva y las prácticas llevadas a cabo por los cirujas pueden leerse
como momentos de una verificación polémica de la igualdad, generando así un
desplazamiento de las narrativas “policiales”, que permite pensar el problema como un

2 Mensaje del Poder Ejecutivo a la Legislatura n° 4446 (08/03/16)


3 “¿Qué falta en Santa Fe para que no haya más carros? Por Agustina Mai, El Litoral(28/03/2016)
4 Este trabajo fue escrito en los meses de enero y febrero del 2017
“¿Los cirujas hablan? Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe”
Prof. Juan Diego García

“desacuerdo político” en términos rancierianos.


Claramente en el pensamiento de Rancière hay un intento polémico de desligar la
política de las maneras en que la tradición filosófica la concibió. Para el francés,
la política no remite a ninguna esencia o naturaleza humana, ni a un modo de ser
comunitario, y menos aún a la administración gubernamental o estatal del poder, pero
tampoco es reductible a la noción de lucha de clases. Entonces: ¿cuál es el espacio de
la política?, ¿qué fenómeno designa?, ¿a qué actividad remite? Propondremos hacia el final
del trabajo que quizá pueda ser interesante pensar la política, en la filosofía rancieriana,
utilizando la categoría de “extranjería”.

2. LA “RAZÓN” MUNICIPAL: CRIMINALIZACIÓN E INFANTILIZACIÓN DEL


CIRUJA.
El 17 de marzo de 2016, en su discurso de apertura de las sesiones del Concejo Municipal
el intendente de Santa Fe, José Corral, señalaba la necesidad de “profundizar el trabajo con
los recicladores informales de basura (…) a fin de evitar la tracción a sangre y generar
alternativas dignas de trabajo para muchas familias afectadas por este tema”5. A lo largo del
año, el municipio, a pesar de no contar con ninguna normativa provincial sobre la cuestión,
implementará una serie de acciones (ordenanzas, programas y controles) tendientes a
erradicar la circulación de los carros en las calles de la ciudad, a la vez que sostendrá un
discurso en términos de inclusión y “reconversión” de los cirujas. La “extraña coincidencia”
que exhibe su posición con la línea editorial del tradicional diario local, El Litoral, nos
permitirá homologar ambas narrativas a fin de reconstruir la “razón” municipal.
A pocos días de la presentación del proyecto del gobernador, El Litoral publica una
editorial donde respalda la prohibición de la tracción a sangre, haciéndose eco de los
argumentos del Mensaje y señalando que “se trata de motivos válidos para adoptar este tipo
de decisiones”6. También agrega otro argumento ambientalista al señalar que la recolección
informal produce una proliferación “de microbasurales” en los barrios periféricos
donde son llevados los residuos, así como problemas de higiene en las zonas céntricas de la
ciudad. A pesar de ello, marca algunos reparos en relación a la magnitud del
problema: “difícilmente, desde el municipio o desde el Estado provincial se puedan generar
alternativas laborales para tanta gente”.7
Esta primera editorial se encuentra en estrecha sintonía con algunos aspectos que el
discurso municipal irá desenvolviendo en los siguientes meses. Ambos coinciden en que el
principal argumento para prohibir la tracción a sangre es que tal práctica “no acepta las
normas sanitarias ni de limpieza de la ciudad”8. Estos argumentos se oponen a
esta práctica, en pos de valorar un modelo cultural de la ciudad y sus ciudadanos, ligado al
binarismo limpieza/suciedad o pureza/impureza como credencial de la urbe y ciudadanía
deseable. En este sentido, hay en el discurso del municipio un proyecto de visibilidad de
lo público, que apela a una identidad ciudadana ligada a una noción de cultura en términos
de “civilización”, y por ende, a una lógica de “merecer la ciudad”, que excluye aquellas
diferencias que escapen a tal modelo.9 Como señala Mariano Perelman, los cirujas son uno

5 Discurso inaugural de las sesiones ordinarias del Concejo Municipal (17/03/2016)


6 “El debate por la tracción a sangre” editorial, El Litoral (18/03/2016)
7 El Litoral (18/03/2016)
8 Declaraciones de Corral en el marco de la presentación del programa “Ciudad inclusiva” (12/09/2016).
9El proyecto de ciudad de la gestión actual del municipio encuentra sus coordenadas en el Plan Urbano Santa
Fe 2020, donde se exponen las principales líneas de acción estatales para “transformar” la ciudad en los próxi-
mos años. Los ejes del mismo, fueron las referencias del intendente Corral en sus sucesivos discursos de inaugu-
Eje temático: Análisis Político

de los ejemplos paradigmáticos de presencia no deseable y diferencia no admitida en las


ciudades, no tanto porque su práctica sea percibida como contaminante, sino porque deja al
descubierto la pobreza y la desigualdad en forma pública. (Perelman, 2010:113) Como
vamos a ver, la restricción a la circulación de carros a partir del mes de septiembre va a
operar como un dispositivo de relocalización de la marginalidad a las periferias de la
ciudad, como parte de esta política de espacios, merecimientos y visibilidades.
En el plano discursivo, la “razón” municipal, conjuga la necesidad prohibir la tracción a
sangre con una veta inclusiva, que va a ser concebida como reconversión cultural10. Esto se
debe a que hay una clara advertencia de la complejidad social del problema. En efecto, en
las notas de El Litoral sobre el tema, se enfatizaba que la reinserción laboral de los cirujas
“es el principal punto a resolver si se quiere dar una solución definitiva”.11 Alejándose de
una narrativa netamente proteccionista, el editorial del 26 de agosto señalaba que: el
“problema de fondo es la pobreza. Y, en este sentido, resulta llamativo cómo, para gran
parte de la sociedad, parece resultar más sencillo hablar del maltrato animal que del flagelo
que castiga a millones de seres humanos sumidos en la miseria y la marginalidad”12. En
estricta sintonía, Carlos Medrano, secretario municipal de Desarrollo Social, declara al
propio diario:

“Nosotros compartimos el objetivo de eliminar la tracción a sangre,


pero le agregamos dos problemas: la familia que va arriba del carro y la
basura. A un carrero no debería pararlo un inspector de tránsito, sino
un asistente social para atender la problemática social”13
No obstante, en tensión con sus prácticas discursivas, las acciones llevadas a cabo por la
Municipalidad tendrán como objetivo principal cumplir con su “política de lugares”, es
decir, erradicar la tracción a sangre en el espacio urbano céntrico como supuesta
condición para pensar la inclusión de los carreros. A lo largo de los meses, el
municipio, llevará a cabo un conjunto de acciones que remiten a lo
que María Carman llama “políticas aleccionadoras”, ya que están destinadas a disciplinar
sobre el uso legítimo e ilegitimo del espacio público, determinando un régimen de lo
sensible que distribuye títulos de ciudadanía deseable e indeseable y configura una
topografía de visibilidades. (Carman, 2011:186). Según esta autora, estas políticas pueden
darse básicamente bajo dos modalidades: por omisión o por exceso. Las políticas
por omisión refieren a aquellas donde el Estado14 de distintas maneras se “ausenta”. En

ración del Concejo desde el año 2012. En ellos el intendente enfatizaba la necesidad de que Santa Fe sea una
ciudad “productiva”, “ordenada”, “segura”, “saludable”, “verde”, etc. lo que suponía también la identificación de
sus contrarios (lo desordenado, contaminante, improductivo, lo inseguro) y el “desafío” político que radica jus-
tamente en “transformarlos”. Estos “contrarios” son a veces asimilados, por el intendente, con prácticas de suje-
tos ligados a las economías informales o que se encuentran en una situación de marginalidad (carreros, limpia-
vidrios, feriantes, vendedores ambulantes, etc.) Sostenemos que la política del municipio, ante algunas de estas
situaciones, responde más bien a un proyecto de visibilidad de lo urbano que a un intento de abordaje integral
de las mismas, ya que las “soluciones” fácticas que brinda se reducen al desplazamiento de estos sujetos de las
partes céntricas y su relocalización en las periferias de la ciudad. La ciudad “ordenada” despliega así una topo-
grafía, un orden de visibilidades, donde a cada sujeto le corresponde un lugar (centro o periferia) de acuerdo la
evidencia de lo que es y, por tanto, de lo que merece.
10 “Carreros aprenden nuevos oficios”, editorial El Litoral (08/10/2016)
11 “¿Qué falta en Santa Fe para que no haya más carros?” por Agustina Mai. El Litoral (28/03/2016)
12 “Se reaviva el debate por la tracción a sangre” editorial, El Litoral (26/08/2016)
13 “El debate por la tracción a sangre” editorial, El Litoral (18/03/2016)
14Aquí aludimos solamente a las acciones llevadas a cabo por las estructuras y dispositivos del Estado munici-
pal. Es evidente que estas estructuras son insuficientes para poder abordar y dar una solución integral a este
conflicto y que para ello se requiere una articulación entre el municipio y otros niveles del Estado más comple-
jos, como ministerios y secretarias del Estado provincial. No obstante sólo queremos remarcar que las acciones
“¿Los cirujas hablan? Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe”
Prof. Juan Diego García

relación al conflicto carrero, podríamos señalar que, la permanente indiferencia del


municipio frente a los reclamos de los cirujas, las escasas y dilatadas “mesas de diálogo” y el
hecho de desatenderse en brindar alternativas factibles para el conjunto de éstos,
constituyen acciones excluyentes por omisión. En este sentido, los efectos de las políticas de
omisión pueden ser tan segregativos del espacio y los derechos como los de las políticas de
exceso, y de hecho suelen ser complementarias. Por políticas de exceso Carman identifica la
intensificación del accionar del Estado en múltiples aspectos, sea sancionando normativas,
judicializando los conflictos, reprimiendo etc. Podríamos señalar quela aplicación desde
junio de la ordenanza municipal 11,91715 destinada exclusivamente a cobrar multas a
aquellos locales comerciales que “den” sus residuos a los carreros, así como la
judicialización de la protesta de los cirujas en agosto16, las permanentes requisas y controles
a los carros y finalmente la prohibición de su ingreso a la zona céntrica en septiembre,
constituyen un paquete sistemático de acciones excesivas del Estado tendientes a demarcar
un orden de visibilidad en las tramas urbanas.
Estas contradicciones entre las prácticas discursivas y no discursivas, sus desfasajes
y tensiones tuvieron un punto notable en el mes de septiembre. El día 12 de ese mes,
al mismo tiempo en que el intendente lanzaba el programa “Ciudad Inclusiva”, cuyo
objetivo consistía en la reconversión de los carreros en transportistas B17 u otras
alternativas laborales, se estableció la prohibición del acceso y la circulación de
carros traccionados por caballos en el centro de la ciudad. El propio intendente presentó
el programa con las siguientes palabras:

“Queremos una ciudad sin recolectores urbanos, una ciudad sin


carros, pero lo más importante –y por eso el nombre del programa- una
ciudad inclusiva, que dé a cada una de las familias que hoy viven de la
recolección informal una oportunidad distinta”.18
En el mismo acto, señaló rápidamente dos cuestiones, primero que la reconversión iba a
ser gradual y por pasos -registro, verificación de la situación particular y examinar qué
posibilidad de alternativa laboral hay- y segundo, que difícilmente el Estado
pueda brindar soluciones laborales a todos los carreros, por lo cual convocó a las “empresas
de la sociedad civil” a colaborar ofreciendo fuentes de trabajo. No obstante, y aquí la
tensión con la voluntad inclusiva; la segregación y la prohibición del acceso y circulación de
los carros al centro fue inmediata, con la promesa de llegar a “completar la totalidad de la
ciudad”. En conclusión, la imposibilidad de cirujeo en las zonas céntricas de la ciudad
del municipio se limitan y son coherentes con llevar a cabo su “política de lugares”, y lejos están encaminadas en
intentar lograr una articulación con otras esferas estatales que permita una solución alternativa del problema.
15Ordenanza de Gestión de Residuos de Manejo Especial. Es una ordenanza sancionada en 2012 y destinada a
regular la recolección de residuos de los grandes generadores (empresas, industrias, negocios, etc.) La ordenan-
za prevé que los locales podrán “contratar el retiro y transporte hasta su disposición final con personas físicas o
jurídicas que cuenten con habilitación en conformidad con la normativa vigente forma”. La falta de habilitación
municipal para la mayoría de los carreros que recogían esos residuos, permitirá a la municipalidad comenzar a
cobrarles multas a los locales. Esto implicó que. al poco tiempo, los locales dejen de darles sus residuos a los
carreros, quedando estos últimos sin una de las fuentes de material que más les reditúa para la venta y el reci-
clado.
16 Enagosto un grupo de cirujas bloqueó el relleno sanitario de la ciudad, impidiendo que ingresen los camiones
con los residuos, como medida de protesta ante la indiferencia de las autoridades municipales. La Municipali-
dad denuncio penalmente por “daño ambiental” a los referentes de los carreros que participaban del bloqueo. Si
bien la denuncia fue retirada una vez que se levantó la protesta, la misma ratificó la posición de no-diálogo del
municipio.
17 La
ordenanza 11.917 prevé reconocer bajo la figura de transportistas B a los recolectores autónomos (que no
dependan de las empresas de recolección) que cuenten con vehículos motorizados.
18 Declaraciones de Corral en la presentación del programa “Ciudad Inclusiva”(12/09/2016).
Eje temático: Análisis Político

se dio en forma inmediata, total y efectiva, pero la inclusión de los y las cirujas fue
pensada en términos de una temporalidad precaria: gradual, parcial y como
promesa incumplida y siempre aplazada.
Creemos que este orden del discurso estatal sólo resulta coherente
con cierta simbolización de los cirujas y con un modo colonial de concebir la inclusión.
Como vemos, la “razón” municipal, opera bajo una simbolización dual del carrero.
El carrero, en tanto carrero, debe ser excluido del espacio público ya que se percibe
al cirujeo como una práctica que pervierte el ambiente (cultural) de la ciudad. A ello apunta
justamente la “política de lugares”, en tanto relocaliza a los carreros a los márgenes de la
ciudad, donde no afecten la visibilidad de la urbe deseable. Ahora bien, la narrativa
municipal señala que la erradicación de la tracción a sangre debe ser paralela a la inclusión
de los carreros en tanto sean “reconvertidos”. Consideramos que la lógica estatal concibe la
inclusión bajo una topología colonial19: la inclusión se da desde arriba y reconfirma
el reparto. En la narrativa municipal, el ciruja debe ser incluido por el Estado o la sociedad
civil y su inclusión no modifica, ni altera el espacio o reparto regido por la lógica cives/
barbaros, sino que la “reconversión” no es otra cosa que la adaptación a la cultura legítima
que establece el orden estatal. Por lo cual, su inclusión lejos de poner en crisis o en disputa
ese espacio, ese reparto de lo sensible con sus divisiones excluyentes, la reconfirma.
Esta forma de pensar la inclusión hace evidente el otro dispositivo identitario
estatal, que simboliza a los cirujas como victimas infantilizadas20.Como vimos, para la
“razón” estatal, los carreros aparecen también sólo como víctimas; sujetos de “alta
vulnerabilidad social” que deben ser asistidos. Tal condición los torna seres incapaces de
ocuparse de los problemas públicos y los relega a una “minoría de edad”, por lo cual
precisan de la misión salvífica del Estado o la sociedad civil que los incluya a partir de
“reconvertirlos”. En estos discursos, nunca aparecen los cirujas como sujetos de palabra,
sino como seres incapaces del logos para decidir sobre lo justo e injusto, seres condenados a
la monotonía del ruido.

3. LA “RAZÓN” PROTECCIONISTA: ENTRE LA MORALIDAD DEL CABALLO Y


LA BARBARIE DEL CIRUJA.
En el año 2010, un grupo de “vecinos autoconvocados” con “el básico sentimiento de la
piedad”21,conformaron la Asociación Civil S.O.S Caballos con el objetivo general de luchar
por el cumplimiento efectivo de la ley de protección animal (ley 14.346), y específico, de
lograr la erradicación de la tracción a sangre en la ciudad. Para ello, el operar de
la Asociación mixtura una serie de acciones diversas; “concientización” sobre el maltrato
animal, movilizaciones públicas, juntas de firmas, pero ante todo, su accionar se basa

19 Lacategoría “colonial” es utilizada aquí en relación a la de “colonialidad”, propuesta en la obra de Aníbal Qui-
jano y de otros autores del denominado “giro decolonial”.(Lander, 2003) El concepto de colonialidad resulta
interesante porque, a diferencia de “colonialismo”, permite dar cuenta de que las relaciones coloniales de poder
no se limitan al dominio económico-político y jurídico-administrativo de un Estado sobre otro, sino que poseen
otras dimensiones más profundas y menos visibles. De este modo si bien el colonialismo (procesos históricos de
colonización de América y África) hicieron posible el establecimiento de una matriz colonial del poder, la misma
subsiste (con continuidades y discontinuidades) luego de las independencias de estos países. Lo colonial consti-
tuye la lógica o la racionalidad de esta matriz (un “inconsciente”, como lo piensa Rolnik) que impera en los ima-
ginarios y las prácticas estatales y no estatales, produciendo y reproduciendo, no sólo modos anglo y eurocentra-
dos de conocer y pensar, sino instituyendo activamente relaciones basadas en jerarquías y dependencias.
20 “Unafunción de la economía subjetiva capitalística (tal vez la más importante de todas) es la de la infantiliza-
ción (…) consiste en que todo lo que se hace, se piensa o se pueda hacer o pensar sea mediado por el Esta-
do.”(Rolnik – Guattari: 2013: 59)
21 Declaraciones de Cristina Pagani, presidenta de S.O.S Caballos en Similares TV(08/09/2010) disponible en
“¿Los cirujas hablan? Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe”
Prof. Juan Diego García

en la denuncia de la circulación de carros -cuyos caballos sean presumiblemente víctimas


del maltrato-, la participación en los operativos policiales de “rescates” de los mismos y sus
posteriores cuidados. Para esto último, vale destacar que la Asociación ostenta un predio en
las afueras de la ciudad que funciona como depositario judicial, donde los equinos
“rescatados” son llevados para su rehabilitación. Si bien, S.O.S Caballos cuenta con cerca de
35 miembros (entre estructurales y voluntarios), posee una gran capacidad de despliegue en
sus acciones y recursos, de presión sobre los poderes del Estado y un cierto reconocimiento
por parte de la población santafesina.
La noticia del proyecto de ley enviado por el gobernador fue recibida como un “buen
augurio” por parte de la Asociación, aunque también mostraron cierto escepticismo en
relación a su aprobación y aplicación efectiva. Su presidenta, que es médica veterinaria,
afirmaba en El Litoral que:

“Para que esta futura ley sea efectiva (…) el plazo de erradicación no
puede dilatarse. Hace más de 8 años que venimos pidiendo que se haga
algo y los animales están sufriendo y muriendo en las calles. El "Basta
de TAS" no puede esperar más”.22
A grandes rasgos, las prácticas discursivas de S.O.S Caballos se rigen a partir de esgrimir
consignas generales (“No al maltrato animal” o “Basta de TAS”) como llave para la solución
de los conflictos, sin la necesidad de una contextualización territorial y social del mismo. La
consigna opera como principio universal, que guía el accionar y resulta aplicable a todos los
casos concretos de “maltrato animal” más allá de sus particularidades y diferencias.
También su discurso es acompañado con una recurrente presentación de imágenes de
caballos “rescatados” famélicos, heridos y en condiciones deplorables. La efectividad de esta
estrategia comunicacional está dada por los múltiples efectos que busca y genera.
Las imágenes generan un vínculo empático y emocional con quien las ve, que sirve para
demostrar el maltrato animal, legitimar el accionar de la Asociación y también como modo
de cerrar la discusión en torno al tema. ¿Quién podría oponerse a defender a un caballo en
tales condiciones?
A la largo del año, la Asociación apoyó discursivamente y con movilizaciones públicas el
proyecto de ley enviado por la diputada Alicia Gutiérrez y paralelamente llevó adelante una
intensificación de su accionar en los operativos de rescate de los animales, sobre todo
después de la restricción municipal que prohibió la entrada de los carros al centro de la
ciudad. Este accionar de S.O.S Caballos fue denunciado judicialmente en varias
oportunidades por las y los cirujas, cuestionando la extralimitación de la organización en
decisiones que deben ser tomadas por autoridades públicas (fiscales y jueces).23 En los
pocos casos en que los carreros -acompañados por abogados de la Asociación Civil
TRAMAS24- presentaron denuncias en los juzgados, obtuvieron fallos favorables que
exigían la devolución de los animales. Por su parte, miembros de SOS
Caballos denunciaron en recurrentes ocasiones amenazas y robos de
equinos en rehabilitación, acusando a los cirujas.
A diferencia del discurso estatal, la narrativa de S.O.S Caballos se centra en el maltrato
https://www.youtube.com/watch?v=1lz8cB51GNI&t=155s.Consultado18/03/2017
22 “Un buen primer paso "El Litoral nota de Cristina Pagani (14/03/2016).
23 “Exclusivamentenos dedicamos a eso, a incautar, con ayuda de la policía, del procurador y del fiscal, el caballo
que está en muy malas condiciones y tratar que los jueces no lo devuelvan más”. Declaraciones de Pagani en
Similares TV (02/10/2009). Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=BmeNnGxGCGo&t=16s. Con-
sultado 20/03/2017
24 “TRAMAS Derecho en Movimiento” es una asociación civil conformada en 2011 por abogados y estudiantes de
derecho, que trabajan y articulan con movimientos sociales y vecinos de distintos barrios de la ciudad, con el
Eje temático: Análisis Político

y el sufrimiento animal como argumento principal para prohibir la práctica de la tracción a


sangre. Si bien, los miembros de la Asociación aclaran que tienen conciencia de que existe
de fondo una problemática social compleja-y que es el Estado quien debe dar las
soluciones a los carreros- señalan que su lucha sólo se restringe a erradicar la
tracción, a que se hagan efectivos los controles y existan penas más duras para los
maltratadores. Estos argumentos, basados en la defensa de la dignidad del caballo, tienen
se anclaje en un conjunto de concepciones filosóficas y jurídicas que aquí reductivamente
denominaremos “giro animal”. A grandes rasgos, éstas rechazan la división hegemónica de
la filosofía occidental entre lo humano y lo animal, que considera al hombre como “amo y
señor de la naturaleza” y segrega al animal al estatus de ente, con lo cual la violencia
ejercida sobre ellos estaría justificada o al menos invisibilizada. A contrapunto, el “giro
animal” entiende que éstos son portadores de derechos al ser seres dotados de personalidad
y sentimientos, aunque no posean lenguaje articulado. El discurso de S.O.S Caballos se hace
eco de ello:

“Los animales son seres sintientes como usted y yo, pero más
indefensos porque no pueden hablar”25.
La carencia de habla de los animales, lleva generalmente a las asociaciones
proteccionistas, y en particular por S.O.S Caballos, a tomarse las prerrogativas de ser “la voz
de los caballos”, auto legitimándose para hablar en nombre de ellos y representarlos. Esta
prerrogativa encuentra su fundamento en dos cuestiones: el saber sobre los equinos que
poseen sus miembros y la sensibilidad hacia ellos.
María Carman sostiene que el reconocimiento del animal como ser sintiente, por parte
de las organizaciones proteccionistas, es acompañado muchas veces de una práctica
retórica de “humanización” del animal, en tanto se le atribuyen cualidades que eran
usualmente propias y reservadas para calificar a lo humano. (Carman, 2015:199).
Este aspecto también se aprecia fácilmente en las diversas publicaciones de S.O.S Caballos
en las redes sociales, en las cuales se adjetiva a los equinos con un conjunto de cualidades
morales; “nobles”, “fieles”, “amorosos”, “sensibles”, “bondadosos”, “seres con alma”, etc.

“No logramos entender cómo un ser humano puede ser capaz de


despreciar a un animal tan noble, lleno de amor y relinchos para dar (…)
Porque no eras solo un caballo, creemos que eras un ángel”26
La hipótesis de Carman es que, el reverso complementario de esta operación de
“humanización” del caballo, es la atribución de rasgos animales a aquellos que no pueden
ver tal “humanidad” y los maltratan, es decir, según éstos, los cirujas (Carman, 2015:190).
La autora sostiene que, en sus estudios sobre los grupos proteccionistas en el área
metropolitana de Buenos Aires, se ve que éstos no sólo apelan al lenguaje de los derechos
animales sino también al remanido binomio civilización y barbarie. Entendemos que las
prácticas discursivas de S.O.S Caballos también comparten este aspecto. En primer lugar,
porque consideran a la tracción a sangre como una práctica propia de la “barbarie”27, “ya
insostenible” e inhumana. Por otra parte, los actores que la practican son descriptos en su
discurso como seres alojados en el mundo de la “miseria” excluidos del saber, la educación y

objetivo de asesorarlos y acompañarlos con herramientas jurídicas en diversas situaciones problemáticas.


25 “El maltrato animal y sus defensores”, publicación en Facebook S.O.S Caballos Santa Fe(23/11/2016)
26 Publicación en Facebook, S.O.S Caballos Santa Fe (07/01/2017)
“Un caballo se desplomó en Bv. Pellegrini y 25 de Mayo”, nota sin firma (28/05/2016) en
27

www.airedesantafe.com.ar. Consultada el 18/06/2016


“¿Los cirujas hablan? Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe”
Prof. Juan Diego García

de los medios materiales para cuidar bien de los equinos28. En sus publicaciones en las
redes sociales, muchas de las cuales son crónicas de los rescates, suele haber una
adjetivación que sólo visibiliza a los cirujas como seres “crueles”, “violentos”, “insensibles” y
“desalmados”, cuya violencia no sólo es al caballo, sino que es potencialmente hacia la
comunidad entera29. Ante ciertas declaraciones de este estilo y el accionar de S.O.S
Caballos, un grupo de cirujas presentó una denuncia al I.N.A.D.I30 por discriminación en el
año 2013. El dictamen final, fechado el 13 de julio de 2015 por el asesor
Emiliano Marilungo, señala que en su descargo ante la acusación, los representantes de
S.O.S Caballos afirman que, los cirujas “buscan dinero fácil” y “se victimizan tal como hacen
los pobres e ignorantes haciendo hincapié en que reciben planes sociales y que no trabajan
porque no buscan”31.
De esto modo, el discurso de S.O.S Caballos opera con un lógica de equivalencias que
produce un fuerte dispositivo identitario de los cirujas como pobres,
ignorantes, irresponsables y violentos. La descripción de “la crueldad sin límites”32 de ellos
se explica por su falta de educación, sensibilidad y cultura. Aquí se ve precisamente lo
que Carman señala; en el discurso proteccionista de ciertas asociaciones, el caballo aparece
reconocido como partícipe de la comunidad moral con los hombres (civilizados), a la vez
que ciertos sectores de la ciudad sólo son visibilizados por sus cualidades animales. Esto
produce, en las prácticas discursivas de S.O.S Caballos, una mixtura inusual y
bastante llamativa. Se adopta un lenguaje de derechos animales basado en el
reconocimiento y la hospitalidad hacia el otro sintiente radical (animal), a la vez que opera
como trasfondo una noción de cultura ligada al tópico sarmientista de civilización
y barbarie. Esto conduce a una concepción paradójica, en la que lejos de cerrar la frontera
humano/animal, se mantiene incorporando a los equinos a la comunidad civilizada y
relegando a los cirujas a la “barbarie” animal. Podríamos señalar que tampoco aquí hay un
quiebre con el paradigma moderno, ya que sigue existiendo un cierto
antropocentrismo axiológico: se valoriza a los equinos en tanto se asemejan a los
humanos y se desprecia a los carreros en tanto comportan supuestas cualidades animales.
Ahora bien, para el interés de nuestro trabajo, podemos afirmar que las prácticas de la
Asociación proteccionista producen una simbolización del carrero en la cual se resalta su
barbarie, su ignorancia y animalidad, configurando un reparto de lo sensible que
claramente los excluye de la comunidad como seres políticos capaces de decidir sobre los
asuntos públicos. Paralelamente, es fundamental en el discurso de SOS Caballos ponerse
como representantes o “portavoces” de una víctima (el caballo) y legitimar esa posición
en base a dos títulos: el saber y la sensibilidad. Estas son dos formas de justificar una
soberanía, no ya meramente sobre el cuerpo de los caballos, sino en el espacio público
como los agentes aptos para discutir y decidir en las cuestiones en torno a ellos.

4. NARRATIVAS CONSENSUALES Y ORDEN POLICIAL.


El análisis de ambas narrativas, tanto la municipal como la proteccionista, nos permite
sostener que ambas “leen” el conflicto a partir de lo que Rancière denomina lógica
consensual. Para el filósofo francés, esto implica un modo de abordar el conflicto social que

28 Declaraciones de Pagani en Similares TV (08/09/2010)


29 Ensus declaraciones Pagani sostiene que los carreros “son gente que tienen mucha violencia, así como la des-
carga con el animal, la descargan con nosotros también” (02/10/2009)
30 Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.
31 Dictamen del INADI n°242-15(13/06/2015)
32 “La crueldad desborda cualquier limite” El Litoral, nota sin firma, (01/08/2015)
Eje temático: Análisis Político

presupone que las partes ya están dadas, la comunidad constituida y que sólo hay
que optimizar la gestión redistribuyendo las ventajas y desventajas conforme a lo que cada
parte merece/necesita, siendo que cada parte merece/necesita de acuerdo a la evidencia de
lo que es (Rancière, 2010a:130). La comunidad es, entonces, simbolizada como una cuenta
exacta de partes con sus determinados modos de ser, hacer y decir, y la lógica consensual
operaría en pos de la efectuación del principio de justicia. Esta lógica se corresponde con un
reparto de lo sensible “policial”, basado en el principio de la desigualdad que funda
jerarquías al determinar un orden de lugares, funciones, títulos y
competencias (Rancière, 2010a:44). Vale aclarar que lo que Rancière llama
“orden policial” no se restringe meramente a los aparatos del Estado y menos aún refiere
necesariamente a un régimen represivo, sino más bien, a un conjunto de dispositivos
estatales y no-estatales, simbólicos y materiales, con sedimentación histórica, que
establecen un reparto en la comunidad al dividir a los cuerpos en determinados lugares y
funciones sociales. El orden policial configura así las ocupaciones de los distintos
individuos en las tramas urbanas. Ese orden establece, entre sus divisiones, la evidencia de
quiénes son aptos y capaces para hablar y decidir acerca los asuntos comunes de la ciudad y
quiénes no. Como vimos, tanto las narrativas estatales y proteccionistas, por distintas
estrategias de visibilidad y distintos dispositivos identitarios, configuran un “reparto de lo
sensible” que expulsa a ciertos seres parlantes, a los y las cirujas, “a la noche del silencio o al
ruido animal” al ser simbolizados como seres pasivos, e incapaces de ocuparse de lo
público. (Rancière, 1996:36)
A pesar de ello, es relevante remarcar que ambos dispositivos de despolitización de los
cirujas, a pesar que comparten su criminalización, tienen sus diferencias. Mientras que la
“razón” municipal los despolitiza a partir de sólo concebirlos como víctimas infantilizadas
y pasivas que deben ser asistidas y “reconvertidas” por una instancia externa, pero cuya voz
(más que signo de dolor) no debe ser tenida en cuenta, el discurso proteccionista lo hace al
simbolizarlos como ignorantes o bárbaros, resaltando especialmente su falta de
sensibilidad. En ambos casos, los cirujas quedan privados de una inscripción simbólica en
la ciudad que los haga capaces de decidir acerca de los asuntos comunes. Su palabra no
cuenta ya que su función y ocupación se reduce a la reproducción de su propia vida. El
nombre propio “ciruja” es para ambas narrativas, el nombre de una falta; falta de
recursos, saberes y competencias -sea victimizada o culpabilizada- de una no-ciudadanía
plena y de una evidencia tautológica: los cirujas, son simplemente, cirujas. Para Rancière,
algo característico de las lógicas consensuales es operar con una lógica binaria que
distingue lo propio e impropio, donde a cada uno le corresponde lo propio de acuerdo a la
evidencia de lo es. (Rancière, 2006a: 18 y 19) El orden configurado por ambas narrativas
conduce a mudez de la palabra del ciruja, a su no-cuenta como palabra política, que tiene
por evidencia que no hay que discutir con ellos, porque simplemente no hablan. Ahora bien,
los cirujas ¿hablan?

5. CIRUJAS EN LUCHA: ENTRE LA LÓGICA POLICIAL Y LA PALABRA


IGUALITARIA.
Desde el año 2012, un conjunto de carreros de la zona oeste de la ciudad comenzaron a
reunirse y organizarse en los barrios de Santa Rosa de Lima y Villa Oculta, para hacerle
frente a los hostigamientos de las fuerzas de seguridad, a los secuestros ilegales de
sus caballos por parte de los proteccionistas y para reclamar por mejores condiciones en su
trabajo. Al poco tiempo, surgirá de allí la Asamblea de Cirujas en Lucha, con un rol
protagónico de las mujeres, que rápidamente contará con el apoyo de otras organizaciones
sociales locales como el Foro contra la Impunidad y por la Justicia y TRAMAS. A partir de
marzo de 2016, con la noticia del proyecto de ley enviado por el gobernador, las asambleas
“¿Los cirujas hablan? Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe”
Prof. Juan Diego García

comienzan a intensificarse y también a articular con organizaciones de otros puntos de la


provincia, que trabajan con recicladores informales, como el Movimiento de Trabajadores
Excluidos (MTE - Rosario) y la Central de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).
Como los propios cirujas señalan, los proyectos que proponen la erradicación de la
tracción a sangre en toda la provincia, pero que no garantizan respuestas concretas para sus
situaciones, “nos pone en alerta pero nos organiza.”33 En efecto, desde marzo, las asambleas
comienzan a pensar en cómo luchar para que no se aprueben los proyectos y en qué
alternativas plantear, a la vez que son conscientes de la progresiva implementación de la
“política de lugares” del municipio, así como también de la intensificación del accionar
proteccionista. Este complejo panorama va a poner en movimiento una serie de acciones y
prácticas discursivas, que pueden ser leídas como verificaciones polémicas de la
igualdad, dando lugar a lo que Rancière llamaría un “momento político” (Rancière, 2010b:
10). Para ello, es pertinente no leer estas acciones como meras medidas de fuerza, sino
también -y algo que recurrentemente es olvidado en relación a los movimientos sociales-
como actos de inteligencia, que son en definitiva los que llevan a componer a un colectivo
como sujeto hablante y los que van a actuar como demostraciones de la capacidad del poder
de cualquiera. Esto implica, según intentaremos mostrar, que en sus mismas acciones, el
colectivo de carreros, lleva a cabo un proceso de producción de una subjetividad política
que es la que le permite interrumpir la simbolización estatal/proteccionista del conflicto, y
pensar, bajo una racionalidad del desacuerdo, otra repartición posible de lo sensible. En
este sentido, en el “momento ciruja” se da un desplazamiento de los cuerpos de los lugares,
funciones y modos de ser asignados por el orden policial, que como veremos,
rompe con su lógica binaria de lo propio e impropio.
El 8 de junio de 2016, el colectivo de cirujas llevó adelante una manifestación pública
con carros enfrente de la Casa de Gobierno, con la doble finalidad de visibilizarse y entregar
un petitorio al gobernador asentando su posición. Sus marchas van a tener la particularidad
hacerse con los carros y caballos, un gesto claramente disruptivo con “la política de lugares”
del municipio. Ahora bien, más allá de la puesta en escena de lo pretende ser invisibilizado
del espacio público por la lógica estatal, resulta interesante la construcción discursiva del
petitorio. Como señalamos antes, tanto desde las narrativas estatales como proteccionistas,
había una simbolización del conflicto a partir de cierto reparto de lo sensible que
generaba un “agravio” (tort) a una de las partes, ya que no era contada como parte capaz de
expresarse acerca de los asuntos comunes de la ciudad. Siguiendo a Rancière podríamos
decir, antes que la relocalización de la marginalidad que propone la Municipalidad o los
secuestros de equinos por parte de los proteccionistas, está el daño primero de no ser
contados como seres de palabra, capaces de pensar los asuntos comunes. Para Rancière,
este agravio es la causa de todo litigio político, ya que lo que daña es la igualdad de
cualquier ser parlante con otro, al suponer que existen partes relegadas al ruido o a la queja
y partes exclusivas, incluidas en la esfera de la discusión pública. (Rancière, 2006b:17) En
este sentido, en las prácticas discursivas de los carreros, la consciencia de este agravio es
algo que se hace presente:

“El proyecto se presentó sin tener en cuenta quienes somos


directamente afectados”34(…) “ocurre que los protagonistas sobre los
cuales recae la medida prohibitiva nunca fuimos consultados”35,
“Ningún proyecto de este tipo [prohibición de TAS] puede evitar tener
como interlocutores a quienes son los y las protagonistas de este
33 Petitorio entregado al Gobernador (08/06/16).
34 “El complejo oficio de vivir de la basura” por Marcela Perticarari en Periódico Pausa (23/5/2016)
35 Petitorio entregado al Gobernador (08/06/16)
Eje temático: Análisis Político

trabajo.”36
Ahora bien, está manifestación y exposición del agravio, como diría Rancière, de ser
parte de los sin parte, no es una mera victimización, sino funciona como un operador
de subjetivación política, ya que no le sigue la pasividad de la espera, sino la exigencia de
ser contados y la demostración igualitaria de la capacidad de cualquiera para ocuparse de
los asuntos comunes. Inmediatamente a la exposición del daño, en el petitorio se afirma:

“Los cirujas exigimos ser consultados, exigimos que se consideren


nuestras voces a la hora de pensar en qué es mejor para nosotros”.
En el petitorio, los cirujas comienzan haciendo un análisis crítico de los proyectos
presentados, impugnándolos bajo una serie de argumentaciones y razonamientos que
demuestran que no proveen de soluciones definitivas al problema, enfatizando que:

“Ambos proyectos criminalizan la pobreza, sin ocuparse de las miles


de familias que tenemos en el reciclaje urbano nuestra fuente de trabajo,
siendo el principal tratamiento la prohibición.”
Por otra parte, entre los movimientos argumentativos hay uno que resulta interesante y
es la apropiación de argumentos ambientalistas por parte de ellos:
“Los proyectos (…) se olvidan que el aporte de los recicladores urbano es fundamental en
la recolección, clasificación y reciclaje de la basura, elementos primordiales a la hora de
considerar a nuestro ambiente. Plantean una presunción, el maltrato y la explotación
animal, desconociendo el vínculo afectivo que nos une con nuestros caballos. Los mismos
no son sólo un medio de transporte como ustedes consideran, sino que son parte de
nuestras familias y nos preocupamos por su cuidado y bienestar, por eso generamos con
nuestros propios recursos los medios para garantizar jornadas de vacunación y visitas
veterinarias de manera colectiva”.
Esta apropiación, opera en su narrativa, no sólo para demarcarse del estereotipo de
ciruja generado por las narrativas estatales y proteccionistas -que los tendían a visibilizar
como contaminantes del ambiente y maltratadores de animales-, sino también
como la demostración de la capacidad de cualquiera de ocuparse de los problemas
ambientales. Recordemos que, en la narrativa proteccionista, se establecía un reparto
donde sólo era legítimo que pudieran hablar de la protección al medio ambiente y ser la voz
de los equinos, el grupo de expertos en este tema -legitimidad basada en el saber-y sensibles
con los animales. El modo de argumentación de los carreros conduce a reconsiderar tal
reparto y a reconfigurar tal cuenta de palabra que los excluía de la competencia para hablar
sobre las cuestiones ambientales.
El petitorio concluye señalando:

“Por todo esto, nos organizamos, para que juntos pensemos en un


proyecto de ley que realmente nos represente. Un proyecto de ley que no
tenga en el centro de la discusión los medios de transporte sino la
dignificación de nuestro trabajo, el reconocimiento del mismo y por lo
tanto la implementación de todos los derechos que nos corresponde.”
Como se aprecia, en la construcción discursiva del petitorio no hay meramente un
reclamo por un interés o por una desventaja, sino ante todo, se plantea la exigencia de ser
contados de quienes no son contados, de ser reconocidos como seres de palabra. Hay aquí

36 Comunicado del MTE (26/03/2016).


“¿Los cirujas hablan? Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe”
Prof. Juan Diego García

el desplazamiento del conflicto hacia lo que Rancière llama desacuerdo (mésentente)


político: “El conflicto político no opone grupos que tengan diferentes intereses. Opone
lógicas que cuentan de modo diferente las partes de la comunidad”. (Rancière, 2006b:69)
En efecto, no se está solamente discutiendo una mejor optimización de la gestión de las
ventajas y desventajas del problema, sino que lo que los cirujas ponen en juego es algo
mucho más fundamental, a saber, la misma configuración del orden policial como tal, su
cómputo de partes que cuentan y las que no.

“Hay conflicto político cuando la lucha por los derechos o por los
bienes se une con la afirmación de una capacidad para juzgar y decidir
sobre los asuntos comunes”. (Rancière, 2011:113)
Este tipo de exigencia y escenificación de la palabra tiene como principio la igualdad,
pero no como objetivo a alcanzar, sino como forma de verificación polémica bajo el
esquema de pregunta ¿pertenecemos los cirujas a la ciudad, somos ciudadanos iguales a los
otros? Evidentemente, según las acciones del municipio y los proteccionistas: no, por lo
cual deben llevar a cabo una serie de prácticas orientadas a demostrar la igualdad de
cualquiera con cualquiera. Esto implica crear el escenario de un encuentro, entre la lógica
policial de las distinciones jerárquicas y la lógica igualitaria de la capacidad de cualquiera.
Este encuentro polémico lleva para Rancière el nombre de política (Rancière, 2006:17).
Lo que queremos sostener es que el escenario de este encuentro, sólo es configurado por
las prácticas de los cirujas. En la enunciación del petitorio constituyen un sujeto que se
proclama en negatividad con los proyectos enviados, “no nos representan”, es decir, de
manera diferencial con respecto al orden policial, a la vez que contiene la afirmación de
igualdad, en la idea de que los cirujas son también fuerzas productivas de pensamiento
capaces de criticar esos proyectos de ley y pensar otros. Esta verificación de la igualdad,
por tratarse del tratamiento del agravio de no ser contados, no se puede dar sino bajo la
modalidad de un desacuerdo que propone una reconfiguración del reparto, otra percepción
del ser-juntos en la ciudad. De allí que en la conclusión de su petitorio, los cirujas pidan
cambiar el eje delos proyectos. (Rancière, 2010b:81) La escena común generada por el
accionar de los cirujas divide la comunidad, no ya en las partes del orden consensual, sino
en dos formas de ser-juntos: una que mantiene el reparto tal como está y otra que exige una
re-cuenta de las partes.
Para Rancière esta escena es posible, porque en toda subjetivación política hay un
trabajo de verificación de la igualdad que supone una desidentificación de la identidad dada
por el orden policial y una apropiación de la lengua y las competencias del otro, generando
así el espacio común polémico y un sujeto político que no se identifica con ninguna parte de
ese orden. En el mismo proceso en que los carreros se desidentifican de la identidad dada
por el reparto estatal/proteccionista, como seres pasivos definidos por su condición social
de vulnerabilidad y/o ignorancia, y se apropian de las formas y argumentos de las otras
partes, producen un sujeto político que se da entre lo propio negado y lo impropio
apropiado, que falsea la distinción policial dicotómica de lo propio/impropio. El gran
operador desclasificatorio es, como ya puede advertirse, la igualdad. La igualdad que no es,
en el pensamiento de Rancière, la formalidad de la ley, ni una esencia o meta a alcanzar,
sino una presuposición práctica que exige ser verificada en cada caso, de
manera contingente. En este sentido, la igualdad, no se reduce a la puja por una mejor
redistribución de la riqueza o la inclusión de los excluidos en un programa estatal, sino que
es la igualdad de cualquiera de ser reconocido como fuerza productiva de
pensamiento capaz de imaginar distribuciones de la riqueza y programas de inclusión
alternativos. En este sentido, es la igualdad la que permite pensar y reclamar por órdenes y
reparticiones diferentes, al constatar la ausencia de principio (arjé) de todo
Eje temático: Análisis Político

ordenamiento social. La igualdad es la que arranca a los sujetos de sus lugares asignados
por el poder y los desplaza configurando así otros mundos posibles. Es la igualdad la que
habilita la diferencia.

6. LA POLÍTICA COMO “EXTRANJERÍA” EN EL PENSAMIENTO


DE RANCIÈRE.
Como hemos intentado demostrar, tanto las prácticas discursivas como no discursivas
del Estado municipal, como de la Asociación S.O.S Caballos, constituían un intento de
despolitizar el conflicto a partir de la configuración de un “reparto de lo sensible” que
excluía a ciertos sujetos de su capacidad política de participar en la
decisión sobre los asuntos comunes de la ciudad. A contrapartida, en las acciones del
colectivo de cirujas veíamos una interrupción de tal simbolización de la comunidad que
era paralela a la afirmación de la palabra propia como palabra igualitaria. Son las
prácticas de estos últimos las que permitían que el conflicto no se reduzca a la gestión, sino
que dé lugar a un “desacuerdo” habilitando lo que Rancière llama propiamente un
“momento político”. En este sentido, quedan algunos interrogantes pendientes en torno a
qué lugar o a qué remite la política en el pensamiento de este autor. Esto se complejiza, si
consideramos que puede entenderse el pensamiento de Rancière como un intento de
disociar la política de las distintas formas en que la tradición filosófica la ha pensado.
En este intento polémico, el filósofo francés, se opone a toda posibilidad
de una fundamentación antropológica u ontológica de la política, a la vez
que sostiene que ella tampoco es reductible a la administración estatal o institucional del
poder, ni a la noción de lucha de clases. Por eso, en este último apartado y como
desprendimiento de lo anterior, sin pretensión de agotar ni dar una respuesta definitiva la
cuestión, queremos sugerir que quizá puede ser interesante pensar la política, en Rancière,
utilizando la categoría“extranjería”.37
En primer lugar, la política puede entenderse como “extranjería” por la distancia
irreductible que, nuestro autor, establece entre ella y las disciplinas que la tienen como
objeto de conocimiento. Esta distancia le permite cuestionar las relaciones entre política y
conocimiento, expresadas habitualmente bajo dos órdenes de saberes establecidos
y autorizados; la "filosofía política "y la “ciencia política”. Para Rancière estos regímenes
de conocimiento, al buscar un saber, razones o principios que fundamenten cierta forma
de organizar lo social o prescriban cómo se deben solucionar o abordar los
conflictos sociales, constituyen un intento de suprimir el escándalo propio de
la política. (Rancière, 2010a:11) En efecto, para el francés, la política no es sino el gesto
disruptivo que revoca del hecho de que existan títulos específicos (virtudes, carismas,
dones y saberes) para decidir o hablar sobre los asuntos comunes. La política es un tipo
específico de actividad que conduce a la constatación de la ausencia de fundamento (arjé) o
la contingencia radical de todo orden social, por lo
cual, en ella misma radica la imposibilidad de plantear cualquier respuesta teórica que
señale cómo actuar o cómo debemos organizar lo social. La
política es “extranjería” respecto a estos dos órdenes o regímenes del saber que
se encubren en su nombre para operar como dispositivos funcionales a la “policía”.
De esto se desprende, que también, la política puede pensarse, en el pensamiento
37 Algunas referencias para el sentido que le damos a esta categoría se encuentran diseminadas en la obra de
Foucault, La gran extranjera, para pensar la literatura(2013)Por extranjería entendemos una distancia, un gesto
disruptivo e intempestivo que trastoca o falsea las distinciones binarias (lo Mismo y lo Otro), habilitando nuevas
maneras de ver, pensar y actuar que pongan en tela de juicio los órdenes que estás distinciones establecen. En
este sentido, la extranjería no sería lo Otro de lo Mismo, sino lo que siempre queda afuera de tal distinción, un
cierto resto, que permite cuestionarlos.
“¿Los cirujas hablan? Rancière y el conflicto carrero en Santa Fe”
Prof. Juan Diego García

de Rancière, como “extranjería "en relación a cualquier ordenamiento social. Todo


orden social, toda sociedad, es pensada por el francés como una división de lo sensible que
distribuye tiempos, lugares y funciones de acuerdo a capacidades, configurando un orden
que identifica lo propio que le corresponde a cada parte (“policía”). La política es
justamente la actividad que pone en cuestión está configuración de lo sensible porque el
proceso de subjetivación política implica justamente una negación de lo propio (o el lugar
dado) y una apropiación de lo impropio (el poder común, la capacidad de cualquiera), que
produce un sujeto entre lo propio y lo impropio, que falsea tal dicotomía. Es evidente que si
bien en el planteo de Rancière la acción política “choca” todo el tiempo con el orden social,
la primera es irreductible a la segunda. (Rancière, 2010a:47). Por un lado, para
nuestro autor, la política refiere a un tipo de actividad que se da más bien en un no-lugar:
ninguna acción o manifestación (huelga, denuncia, movilización, etc.) es por sí misma
política, pero cualquiera de ellas puede serlo. La política es la actividad que une cualquier
reclamo, con la interrupción de cierta repartición de lo sensible, de cierto ordenamiento de
lo social, a partir de la afirmación de la capacidad de cualquiera de decidir sobre los asuntos
públicos y de imaginar otro orden social. Por otro lado, la política tampoco tiene objetos o
temas propios, estos les son dados siempre por el orden vigente, aunque plantea una
relación diferencial con ellos, una diferencia no fundada en ninguna naturaleza del Ser, sino
sometida a formas de verificación inmanentes del principio de la igualdad. La existencia de
esas formas (dispositivos de subjetivación política) que pueden ser más o menos precarias,
más o menos estables, son contingentes, no se deducen, ni tampoco se “siguen” de ningún
orden social, pero lo ponen en cuestión. En este sentido, la política es “extranjería” porque
es una actividad accidental o contingente, que sólo existe si se da un encuentro entre dos
lógicas de simbolizar lo social que, siendo inconmensurables se cruzan: la lógica policial que
establece un reparto desigual de los cuerpos apelando a un orden de lugares – que
concuerdan con identidades, títulos, capacidades- y la lógica de la igualdad democrática de
cualquiera con cualquiera que desplaza a los cuerpos abriendo el interrogante de qué es lo
que pueden y re-actualiza así la discusión acerca de qué significa tener-parte en la
comunidad.

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