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Eclesiología Paulina

El camino de Damasco supuso para Pablo una profunda transformación: estaba


convencido de que era justo perseguir a los seguidores del tal Jesús, percibe que
en nombre de la ley se ha cometido el asesinato de un inocente, por tanto, la ley no
puede ser absoluta, pierde su sentido salvífico. Por lo tanto entiende que para
pertenecer al pueblo escatológico de Dios no es necesario someterse a la ley judía,
sino abrirse a la Palabra de Crucificado – Resucitado que nos justifica a todos.
Ekklesía significa, en el pensamiento paulino, la comunidad concreta y local reunida
en asamblea, es decir la pequeña casa convocada para celebrar le eucaristía en
comunión con todas las casas. La iglesia es universal concreto: solo existente cada
iglesia local y sin ellas no subsiste, pero cada iglesia local es la única Iglesia de
Cristo que es universal.
La asamblea, Ekklesía, tenía un uso político: designar a los varones libres para
debatir asuntos públicos de la ciudad. Pablo no se refiere a la asamblea cultual
litúrgica, sino que se abre a toda experiencia humana, pero introduce una novedad:
la Ekklesía cristiana incluye mujeres, niños y esclavos como signo de que la iglesia
rebasa las limitaciones establecidas por los hombres.
La Ekklesía paulina tiene como punto de partida el Cuerpo neumático de Cristo o
una Cristología del Espíritu. La Iglesia como cuerpo de Cristo es la cifra de la
humanidad nueva en Cristo como pueblo mesiánico unificado en el por la acción
Espíritu Santo.
Pablo concibe la Iglesia como cuerpo total de Cristo, en donde cada miembro no
existe aislado en si mismo, sino en relación profunda con los otros. Y si la iglesia se
estructura a partir de los sacramentos del bautismo y la eucaristía significa que tiene
su origen en el Misterio Pascual y por lo tanto el cuerpo del que se trata es el cuerpo
glorioso del Crucificado – Resucitado, incluye una teología de Cruz: la conformación
de la iglesia como cuerpo de Cristo no puede hacerse mas que a partir de la
inclusión de los excluidos. Como modelo no jerárquico sino comunitario, carismático
y de la comunión tanto externa como interna.
En la eclesiología paulina se ubican los carismas y ministerios y sobresalen los de
la triada Apóstoles-Profetas-Maestros. Es decir, carismas y ministerios ligados a la
Palabra inspirada y que están en función del amor comunitario. No existen en las
comunidades paulinas ministerios instituidos, ni presbíteros, ni sacerdocios, ni
aparece la presidencia de la liturgia reservados solo a los varones.

En la carta deuteropaulina a los colosenses el centro del misterio no es el orden


cósmico sacralizado, sino el sufrimiento de Cristo, del cual nace su cuerpo que es
la Iglesia. Cristo aparece como el nuevo Adán y Eva la Nueva Iglesia.

Cristo es el primogénito de toda la creación pues en él han sido creadas todas las
cosas del cielo y de la tierra. Significa que la plenitud del evangelio no es la
justificación de los pecadores, ni la pascua de Cristo, ni su próxima venida, sino el
surgimiento de la Iglesia que de abre a los gentiles por el ministerio sufriente de
Pablo. Y ya no habla de tiempos pasado – futuro, sino que alude a lo que está arriba
y abajo.
En la carta deuteronómica a los Efesios retoma la imagen paulina del la Iglesia como
cuerpo de Cristo, pero se introduce en ella una diferencia: la Iglesia ya no es el
cuerpo total de Cristo formado por muchos miembros sino su cuerpo parcial donde
la cabeza es Cristo indicando la soberanía de Cristo en el conjunto del cosmos.
La iglesia se ha idealizado es Santa y el esquema dominante es el Cristo triunfante
y la iglesia celestial. Los fieles están ya en el ideal de la transformación espiritual,
pero se mundanizan las estructuras eclesiales asumiendo el patriarcalismo del
entorno cultural, trasmatándolo en un patriarcalismo de amor como símil de casa-
familia rica-buen amo-mujer-criados.
El patriarcalismo de la iglesia ya está en marcha.

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