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Civilizar.

Ciencias Sociales y Humanas


ISSN: 1657-8953
yadira.caballero@usa.edu.co
Universidad Sergio Arboleda
Colombia

Zanotti, Gabriel J.
Filosofía de la ciencia y realismo: los límites del método
Civilizar. Ciencias Sociales y Humanas, vol. 11, núm. 21, julio-diciembre, 2011, pp. 99-118
Universidad Sergio Arboleda
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=100222638006

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Civilizar 11 (21): 99-118, julio-diciembre de 2011

Filosofía de la ciencia y realismo:


los límites del método*

The philosophy of science and realism: the limits of the


methodology
Recibido: 02 de agosto de 2011 - Revisado: 18 de agosto de 2011 - Aceptado: 12 de octubre de 2011

Gabriel J. Zanotti**

Resumen
El objetivo de este artículo es señalar un límite infranqueable del método hi-
potético-deductivo para la solución del problema del realismo/antirrealismo
en la filosofía actual de las ciencias. Para ello, se hace un comentario crítico
del status quaestionis al respecto y se comentan las alternativas usualmente
manejadas en la historia de la filosofía de la ciencia, sugiriendo una línea de
investigación para ser profundizada.
Palabras clave
Filosofía de la ciencia, método, método hipotético/deductivo, realismo, con-
vencionalismo, inferencia a la mejor explicación, argumento del no milagro,
creatividad.

Abstract
The purpose of this paper is to outline an important limit of the hypothetical-
deductive method for trying to solve the “realism/anti-realism” problem. In
order to do it, I make a critical commentary on the “status questions” in the
current philosophy of science, suggesting at the same time a line of research
to be enhanced.
Key words
philosophy of science, method, hypothetical/deductive method, realism,
convention, best explanation inference, no miracle argument, creativity.
* Este artículo es la primera parte
de una investigación comenzada en
el 2008, como continuación de las
conclusiones elaboradas en el cap. III
del libro del autor Hacia una herme-
néutica realista (Zanotti, 2005a). Fue
redactado en el año 2011. El autor
agradece el apoyo institucional y bi-
bliográfico proporcionado por el Ins-
tituto de Filosofía de la Universidad
Austral.
** Ph.D. Filósofo. Investigador Ins-
tituto de Filosofía. Universidad Aus-
tral, Argentina.
Correo electrónico:
gabrielmises@yahoo.com
100 Gabriel J. Zanotti

1. Realismo y no realismo en la revolución Para poder dar una conjetura histórica


copernicana sobre esta cuestión, hay que ir al contexto de
la época y descubrir la sutil relación con otra
La ciencia “moderna” (si por ese adjetivo posición epistemológica menos conocida: la de
entendemos el paso del paradigma ptolemaico Maffeo Barberini, recordado luego por la His-
al copernicano-galileano) nace en un arduo de- toria como Urbano VIII, el Papa que “condena”
bate sobre el realismo o no realismo de las nue- la posición de Galileo.
vas teorías en debate. Esto es, el problema es
de larga data. Como es ya conocido, Copérnico Según la citada obra de Arigas y Shea,
no tenía ninguna intención realista en el planteo Maffeo Barberini era un típico cardenal rena-
de su modelo heliocéntrico. Ha sido comentado centista muy afecto a los estudios astronómicos.
muchas veces el famoso prólogo de Osiander Conocía la “hipótesis” copernicana y simpati-
(ver Artigas y Shea, 2006; Dessauer, 1965; Ko- zaba no solo con ella sino con Galileo. Su posi-
yré, 1988, 1994, 1979 y 1980; Kuhn, 1985), en ción epistemológica era muy singular: nada se
el que el prologista insiste en que el modelo co- podía afirmar “necesariamente” sobre el mundo
pernicano era una “sola hipótesis matemática”, físico porque ello sería como conocer la men-
esto es, una forma matemática de solucionar te de Dios. Este habría creado el mundo físico
mejor el tema de la retrogradación de los plane- según su libérrima libertad; por ende, desde un
tas, principal problema que lleva, en términos punto de vista humano, toda era opinable, y así
de Lakatos, al programa de Ptolomeo a una re- entendía Barberini el famoso dictum medieval
gresión teorética. La otra posición, poco tiem- de “salvar las apariencias”, que, vale la pena
po después, es la de Galileo, que se podría ca- recordar, había ya utilizado Santo Tomás de
lificar como un hiperrealismo: el mundo físico Aquino para comentar la “posición” ptolemaica
“es” como Copérnico imagina su modelo. De (Santo Tomás de Aquino, 1963, I, Q. 32 a. 1 ad
allí que Galileo intente “probar” su teoría, pero 1). La diferencia sutil entre esta posición y la
lo que en realidad hace, según Feyerabend, es que Popper atribuye a Bellarmino es que no hay
reinterpretar teoréticamente el modo de “ver” el más motivos para inclinarse por un modelo que
mundo físico (ver Feberabend, 1981 y 1995). por otro, esto es, no tendríamos aquí la famosa
y sutil posición popperiana de “acercamiento” a
Pero entre el instrumentalismo de Osian- la realidad. Esto sería un “contingentismo epis-
der y el hiperrealismo de Galileo tenemos dos temológico”: podemos afirmar cualquier cosa
posiciones intermedias muy interesantes. Por un que “encaje con las apariencias de los cielos”,
lado, la más conocida del cardenal Bellarmino porque fútil es cualquier pretensión humana de
que Popper hace suya (Popper, 1983). Bellarmi- ir más allá y conocer la intimidad de la mente
no sugiere a Galileo que afirme lo suyo no como divina. Tal vez extrañe al lector contemporáneo
certeza, sino como hipótesis. No hay mayores estas relaciones entre astronomía y teología
dudas de que efectivamente fue así, la cuestión pero debemos recordar que eran muy comunes
se concentra en qué quería decir “hipótesis” para hasta para Newton incluso, para quien las leyes
Bellarmino. Popper interpreta, y nos parece razo- gravitatorias no tenían otra razón más que la vo-
nable, que se trata de una hipótesis en su sentido, luntad de Dios (Koyré, 1979).
esto es, una proposición falible sobre cómo po-
dría ser el mundo, sin pretender certeza. En ese Así las cosas, para evitar otro problema
sentido, el “conjeturalismo” de Bellarmino sería religioso, después del cisma protestante (hipó-
diferente al “instrumentalismo” de Osiander, por tesis en la que Artigas y Shea coinciden con
cuanto una ‘mera’ o ‘sola’ “hipótesis matemáti- Dessauer); para evitar un debate intracatólico
ca” no pretendería afirmar nada sobre el mundo entre las Sagradas Escrituras y la astronomía,
físico, ni siquiera conjeturalmente. Maffeo Barberini, devenido en Urbano VIII, no

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solo considera que su posición es la ideal para ticos para facilitar los cálculos. No tienen
salir del problema, sino que hacia 1616 habría nada que ver con la realidad.
ordenado a Bellarmino que le haga prometer a b) Conjeturalismo de Bellarmino según
su amigo Galileo (las itálicas son importantes) Popper. Las teorías son hipótesis falibles
que no se saliera del plano estrictamente “hi- sobre cómo podría ser el mundo físico.
potético”, y ese es el origen de la posición de No tienen certeza.
Bellermino. Obviamente será imposible saber c) Contingentismo epistemológico de Ma-
con certeza qué interpretó Bellarmino de lo que ffeo Barberini. El astrónomo puede afir-
Barberini le estaba pidiendo, qué sentido dio mar cualquier cosa que salve las aparien-
Bellarmino a sus propias palabras y cómo las cias pero no hay razones para inclinarse
interpretó el hiperrealista Galileo, pero el caso por una u otra posición. Lo contrario se-
es que este último redactó y publicó, en 1632, ría pretender conocer la mente divina.
su famoso Diálogo sobre los dos sistemas del d) Hiperrealismo de Galileo. El modelo
mundo (Galilei, G., 1994), una obra maestra, copernicano describe al mundo físico tal
como ha dicho Feyerabend, de la argumenta- como es y puede probarse.
ción teorética, en la cual, sin ningún “experi-
mento empírico” registrado, trata de convencer 2. De Kant hasta el mecanicismo realista
a sus contemporáneos, mediante un diálogo en-
tre tres personajes imaginarios, de la certeza de Con Kant, como todos sabemos, la teo-
la posición copernicana. Ello, según Artigas y ría del conocimiento pega un giro que él mismo
Shea, es considerado por Barberini como una llamó, curiosamente, giro copernicano. No co-
traición a la “orden/pedido” de 1616 y enton- nocemos el mundo como es en sí mismo sino
ces, en su papel de Urbano VIII, se inclina por como nuestras categorías a priori lo constitu-
aquellos que pedían la condena de Galileo. yen. Ninguna novedad al respecto, nada que
no conozcamos ya por la historia básica de la
Esta versión de los dramáticos episo- filosofía. Lo que no reparamos a veces es la
dios del caso Galileo no solo ponen nueva luz importancia y la huella cultural de la posición
en cuanto a los motivos de la tragedia, sino que kantiana. Las categorías a priori del entendi-
aportan nueva luz sobre lo candente del tema miento, en conjunción con la intuición sensible,
del realismo “o no”, debate con el cual nace, constituyen nada más ni nada menos que la físi-
entonces, la ciencia como hoy la conocemos y ca, la física de Newton. Hay aquí algunas cosas
se traslada hasta la actualidad. Lo que queremos interesantes:
decir es que la versión neopositivista de la cien-
cia, la cual demostraría con hechos “verdaderos” a) Hay una “secularización” del estatus
la “realidad” de las teorías nos hace creer que el ontológico del mundo físico-matemático que
debate sobre el realismo o no de estas últimas es comienza a ser concebido por Copérnico, por
un curioso aditamento, a la ciencia misma, de la Descartes y por Galileo. La emergencia de la
filosofía del siglo XX: pues no es así. El debate física-matemática como concepción del mundo
sobre el realismo o no de las teorías es algo que es una de las principales novedades del humilde
pertenece intrínsecamente al nacimiento de la Copérnico. En el mundo sublunar de la física
ciencia moderna y contemporánea. aristotélica-ptolemaica no se usaban las mate-
máticas. Pero Copérnico, según Kuhn (1985),
Por ende, las posiciones en la revolución toma las potentes matemáticas neoplatónicas y
copernicana habrían sido las siguientes: con su “humilde” cambio de posición de la Tie-
rra las pone donde nadie las había concebido:
a) Instrumentalismo matemático de Osian- en todo el universo físico. Era un cambio nota-
der. Las teorías son solo modelos matemá- ble de concepción del mundo, de cuya novedad

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salvó el referido prólogo de Osiander. Pero la newtoniana. Como vemos, la suposición de cer-
geometría analítica de Descartes —que borra teza en la física nace con Galileo y sigue en todos
en sus escritos toda referencia al problema de los físicos posteriores, incluso Kant y Laplace.
Copérnico— más Galileo, profesor de mate- Pero entonces comienza a aparecer de vuelta un
máticas en primer lugar, no tienen problema cierto realismo en la física mecanicista del siglo
en decir que el mundo físico creado por Dios XIX: podemos conocer lo real en sí mismo pre-
es un mundo matemático, precisamente porque cisamente como un perfecto mecanismo de relo-
está creado según la mente divina. Esta audaz jería al cual solo la limitación del conocimiento
concepción físico-teológica sigue formando humano impide penetrar totalmente. Esa com-
parte de las concepciones del mundo de Kepler binación de realismo, mecanicismo y certeza es
y de Newton, de modo “realista”: el mundo fí- impulsada fuertemente por el positivismo del
sico creado por Dios es un mundo matemáti- siglo XIX de la mano de J. S. Mill, porque sus
co y como Galileo, Kepler y Newton lo con- famosos métodos experimentales, para salvar el
ciben. Leibniz piensa igual, si bien debate con problema de la inducción, permitirían aislar las
Newton precisamente la causa de la gravedad, variables y por ende llegar a la certeza de que
que Newton ponía solo en la voluntad de Dios, hay algo que es causa de tal efecto. Quiero decir:
y Leibniz en la armonía preestablecida (Koyré, a fines del siglo XIX, sobre todo por influencia
1979). Por ello Newton afirma, para desgracia de Mill y de Laplace, se va filtrando nuevamen-
de Popper1, que él “no hace hipótesis”, porque te un realismo implícito, tácito, no sistemático,
no hay hipótesis que expliquen las constantes en la manera inductivista simple de concebir la
gravitatorias excepto la voluntad de Dios. ciencia que aún está presupuesta culturalmente:
que el método experimental prueba con “los he-
b) En todos estos debates científico-teoló- chos” (reales) las diversas “hipótesis” que, una
gicos, extraños al lector actual, hay dos carac- vez “probadas”, se transforman en “ley”. Sin em-
terísticas: un realismo muy acentuado sobre que bargo, después de Kant, la verdad como adecua-
el mundo físico es matemático, y una presencia ción “a la realidad” queda fuertemente golpeada,
de Dios dentro del debate científico. Kant corta y no porque sí. Volveremos a ello después.
—con obvias influencias de Hume— con am-
bas cosas, y ese corte penetra muy a fondo en 3. El “convencionalismo” de Duhem y
las concepciones poskantianas del mundo. Por Poincaré
un lado, Dios ya no forma parte de la ciencia,
sino que es una idea pura de la metafísica, que ya Es en ese sentido, como reacción a este po-
no es ciencia. Recién allí la física se independiza sitivismo “realista”, que debe entenderse la reac-
totalmente de todo debate teológico. Pero ello se ción llamada “convencionalista”. El convencio-
debe a que Kant ha logrado estructurar a la física nalismo de estos dos autores ha sido interpretado
desde sus categorías a priori, las cuales no per- a veces como un escepticismo ante la verdad,
miten, precisamente, demostrar la existencia de sobre todo por su influencia en ciencias sociales
Dios, ni tampoco permiten suponer que el mundo en el caso del instrumentalismo en la Economía
físico-matemático es el mundo en sí mismo. Por (Caldwell, 1982). Pero en ambos casos hay dudas
ello Laplace, ya en el siglo XIX, seculariza total- de que sea así, sobre todo en el caso de Duhem
mente la física cuando dice a Napoleón sobre el (Jaki, 1987; López Ruiz, 1988), por sus estudios
tema de Dios: “Esa hipótesis ya no es necesaria” sobre los orígenes escolásticos de la ciencia mo-
(Koyré, 1979). Pero además, la de Laplace es derna. La famosa “tesis” que lleva su nombre,
una física mecanicista y necesitarista, en la que a no fue más que una obviedad lógico-matemática
la ciencia solo le falta conocer totalmente todas que se aplica al método hipotético-deductivo, y
las variables en juego para predecir todo —inclu- por eso cayeron mal a Popper las críticas que le
so la conducta humana— desde la sola mecánica hizo al principio, pero que finalmente tuvo que

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terminar rectificando (Popper, 1985). La estruc- en ese aspecto, intentos esencialmente


tura de dicho método puede reducirse a un con- falibles. Falibles, sí, pero con el propósi-
dicional simple donde p es la hipótesis y q es la to de llegar a la verdad.
consecuencia “observable” de la hipótesis, pero
una primera complicación es que p está consti- b) Esos intentos, esas conjeturas, no pueden
tuido por varias teorías (cosa que más tarde va llegar a la certeza pero sí a la aproxima-
a ser esencial en las epistemologías de Machlup ción a la verdad, que es el criterio de ve-
(1955) y Lakatos (1989). Ello, desde un punto de rosimilitud popperiana. Popper da un cri-
vista lógico, no es una objeción a otros motivos terio lógico de la noción de acercamiento.
extralógicos para la verdad de la hipótesis, pero Cuanto mayor es el contenido empírico
sí es un límite lógico “obvio” a la certeza de la (esto es, cuando más dice sobre el mundo)
hipótesis: si (p. q) ent q, y q, no necesariamente de una hipótesis, más falsable es. Y, si en
(p. q), y lo más importante es que si (p. q) ent q comparación con otra hipótesis con menor
y no q, entonces lo que se puede negar necesa- contenido empírico no es falsada a pesar
riamente es el antecedente (p. q) pero no necesa- de ser más falsable que la anterior, su gra-
riamente ninguno de sus miembros (p. q). Asom- do de corroboración es mayor (Popper,
brará al lector que estas obviedades lógicas sean 1983, 1985a, 1988) y ese grado de corro-
tan importantes, pero lo son precisamente porque boración es el que Popper asimila con una
ponen un límite, un non sequitur entre el método mayor aproximación a la verdad.
hipotético deductivo (desde ahora, MHD) y la
verdad o certeza de las hipótesis, tema esencial c) Problemas del criterio de aproximación.
para el objetivo de este artículo. Uno, intrínseco. Popper mismo afirma
que las hipótesis son intentos falibles
4. Popper de acercamiento a un mundo potencial-
mente infinito. Pero entonces, ¿cómo
Popper, autor ahora dejado un tanto de podemos “cuantificar” si estamos más
lado injustamente, es un caso clave para los ob- cerca que antes? En un ensayo anterior
jetivos de este artículo. (Zanotti, 2009) intenté rescatar el criterio
de Popper llamándolo “realismo retros-
a) En primer lugar, como ya sugerimos en pectivo”, por cuanto podríamos decir que
el punto 1, Popper es firme partidario del una hipótesis es más cercana a la verdad
realismo de la hipótesis, versus el instru- que la anterior, pero ello, a su vez, impli-
mentalismo científico (Popper, 1983). El caría un punto fijo al cual las hipótesis
objetivo de la ciencia, para Popper, es se acercan, pero, claro, no hay punto fijo
buscar la verdad (Popper, 1985b, 1988), cuando se asume —correctamente— que
la verdad sobre un mundo físico que el mundo es potencialmente infinito2 y
“está allí”, pero que es conocido median- que nuestra ignorancia sobre el mundo
te nuestras conjeturas a priori. Este as- físico es siempre infinita.
pecto de su pensamiento, una rara com-
binación de neokantismo con la teoría de d) Dos, extrínseco. Popper intenta dar una
la verdad de Aristóteles, no es, sin em- solución cuasi matemática a este proble-
bargo, “igual” a Kant. Las conjeturas son ma, pero hay relativo consenso en que
a priori, sí, de la observación, pero están no lo logró (Kuipers, 1987). Nosotros no
cargadas de contenido, no son vacías podemos juzgar matemáticamente toda
como en Kant, y además son cambiantes, la bibliografía citada pero sí, volviendo
no “fijas” como en Kant. Son intentos de al motivo intrínseco, afirmar que vano
dar sentido a un mundo desconocido, y es decir que algo está “más cerca de la

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verdad” en un mundo potencialmente 3, el diálogo, etcétera; Popper, 1974,


infinito en cuanto a su extensión. Menos 1984, 1985b, 1985c, 1986, 1988, 1990,
aún (y este no es un problema popperia- 1994a, 1994b, 1997, 1998,).
no) sería recuperable filosóficamente la
probabilidad como modo de salvar la no f) Pero, además, desde la década del sesenta,
certeza del MHD. dadas sus críticas a Kuhn, (Popper,
1994a) enfatiza el realismo, no solo de
e) Absolutamente clave en todo esto es el la ciencia, sino su realismo aristotélico,
problema de la base empírica. Popper, con defensas del mismo que, según
ya en su primera obra, demuestra que Mariano Artigas (1998), podrían haber
tanto las condiciones iniciales como sido suscritas por el mismo Gilsón. Sin
las predicciones (ambas singulares) del embargo, ello hace como “olvidar” a
MHD están “cargadas de teoría” para Popper mismo de todas las implicaciones
poder ser entendidas (interpretadas). de este tema que, según veremos después,
Esto (el “theory-ladeness problem”) da no deben ser olvidadas en absoluto.
a su pensamiento un giro hermenéutico
que, como hemos explicado en otro lugar 5. Kuhn
(Zanotti, 2005a), se transmite a Kuhn,
Lakatos y Feyerabend, siendo este último No es verdad que Kuhn sea el relativista
el que a nuestro juicio extrae todas sus que parece que es. En el trabajo ya citado sobre T.
consecuencias. Popper utiliza este tema Kuhn (Zanotti, 2009) hemos defendido la impor-
para demostrar la no certeza de la hipótesis, tancia del “segundo Kuhn”, donde este no había
pero esta “carga hermenéutica” del MHD negado la racionalidad en la ciencia, sino solo la
produce, en otros autores, una sensación racionalidad cientificista, “algorítmica” (Kuhn,
de escepticismo respecto a la verdad de 1985, 1989, 1996, 2000). En esa crítica, en la que
las teorías, y por eso algunos pensadores Kuhn afirma que no debe reducirse la racionali-
realistas quieren minimizar este problema, dad a la de las solas fórmulas lógico-matemáti-
conforme a la falsa dicotomía, en nuestra cas, proporciona además un listado “universal”
opinión, entre interpretación y verdad. de valores epistémicos (Kuhn, 1996), esto es,
Pero lo más grave es que si la tomamos precisión, coherencia, amplitud, simplicidad y
en serio, la carga de teoría de la base fecundidad, que vale la pena recordar.
empírica implica un golpe moral para la
distinción entre los términos teoréticos y Por lo demás, tampoco es correcto que
los observacionales, distinción esencial, a Kuhn afirme la absoluta “inconmensurabilidad
su vez, para el “testeo empírico” tal cual de paradigmas”, donde la racionalidad queda-
había sido establecido en el inductivismo ría reducida a cada paradigma histórico y por
defendido en el MHD de autores neopo- ende negada. Lo que Kuhn sí defendió es que
sitivistas realistas como Nagel, Hempel no hay lenguaje empírico neutro entre paradig-
y Carnap (Hempel, 1981, 2005; Carnap, mas (Kuhn, 1989), lo cual es un obvio resultado
1992; Nagel, 2006), y también en el de la carga de teoría de la base empírica. Nada
inductivismo no positivista de la Escuela muy diferente a Popper.
de Laval (Simard, 1965; Beltrán, 1991).
A Popper ello no le preocupa, aunque Lo que sí es muy diferente a Popper,
tal vez debería preocuparle para su aquello donde se concentra la diferencia entre
primera noción de falsación, demasiado ambos y que es clave para los objetivos de este
empírica (Popper, 1985a), alejada aún artículo, es que Kuhn niega claramente la no-
de las sutilezas del último período de su ción de verdad como adecuación con la reali-
pensamiento (la actitud crítica, el mundo dad “en sí misma”. Literalmente: “… I do not

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myself feel that I am a relativist. Nevertheless, to anarquismo metodológico es en realidad un


there is another step, or kind of step, which pluralismo epistemológico, interpretación que
many philosophers of science wish to take and está basada en varios escritos anteriores al año
which I refuse. They wish, that is, to compare 1975 (Feyerabend, 1981a), año de su famoso y
theories as representations of nature, as state- escandaloso Tratado contra el método (1981b).
ments about ‘what is really out there’. Granting La base de ese pluralismo es el principio de
that neither theory of a historical pair is true, proliferación de teorías (1981a, p. 105), lo cual
they nonetheless seek a sense in which the later no es más que Popper extendido. A efectos de
is a better approximation to the truth. I believe este trabajo, ello es importante porque dicho
nothing of that sort can be found. On the other principio está basado en la defensa del realis-
hand, I no longer feel that anything is lost, least mo versus el instrumentalismo: somos como un
of all the ability to explain scientific progress, pequeño barco navegando en lo infinito de lo
ny taking this position” (Lakatos, 1970, p. 265). real, y precisamente por ello, debemos prolife-
Esta clara concepción kantiana de los paradig- rar diversas redes a lo largo del infinito viaje.
mas es clave para un no-realismo en la filosofía La analogía es filosóficamente profunda. En
de la ciencia. No conocemos el mundo físico, nuestro viaje por el universo infinito y descono-
este no es “lo conocido”, sino que “lo conoci- cido, que es el viaje de la historia de la ciencia,
do” son nuestros paradigmas. Esto sorprenderá los grandes científicos se han caracterizado por
al lector que considere obvia la definición de “inventar” nuevas teorías y métodos cuando los
verdad de Aristóteles, pero uno de los objetivos y las anteriores llegaban a su límite: “Todas las
de este artículo será mostrar que esa definición metodologías —dice Feyerabend—, incluso las
tiene un problema obvio: el de la representa- más obvias, tienen sus límites” (1981b, cap. II).
ción, que, si no se encara de algún modo, puede Como vemos, no es que no sean válidas las di-
llevar a la ingenuidad no solo del realismo en versas metodologías, sino que tienen sus límites
filosofía de la ciencia sino de todo el realismo. cuando nos enfrentamos nuevamente a nuestra
ignorancia. ¿Realismo o escepticismo? Realis-
Por lo demás, se me dirá que Popper tiene mo, porque es precisamente el convencimiento
iguales herencias neokantianas, pero recuerden de que la realidad es infinitamente superior a
que el pensamiento de Popper es más sutil: es nuestras hipótesis el que nos mueve a proliferar
una combinación entre Kant y Aristóteles que diversas conjeturas en la búsqueda de la verdad.
hoy, en el mundo analítico anglosajón, es consi- Para ello, el razonamiento crítico, igual que en
derada realista (Putnam, 1992). Popper, es esencial (Feyerabend, 1999b).

Por ende Kuhn es un caso “paradigmáti- De vuelta, todo esto es filosófico, no me-
co” en nuestro análisis, pues sus motivos para el todológico. Esta actitud realista y crítica no nos
no-realismo de las ciencias no son metodológi- permite juzgar el grado de acercamiento a la
cos sino filosóficos, y ocupa por ende un lugar realidad que tengan las diversas hipótesis que
destacado en nuestro análisis. manejemos. No hay una salida metodológica a
esta cuestión, pero, tal vez, sí filosófica.
6. Feyerabend
7. La vuelta hacia un instrumentalismo
Con Paul Feyerabend ocurre algo simi- refinado
lar que con Kuhn. En otros dos trabajos ante-
riores (Zanotti 2002, 2005b) hemos tratado de a) Contexto
demostrar que tampoco es el relativista que
habitualmente se supone que es, por más irre- Mientras que el convencionalismo de
verentes que sean sus expresiones. Su supues- Duhem y Poincaré hay que situarlo en

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una reacción al realismo positivista de que aparecían contrapuestos en Popper y


fines del siglo XIX, el instrumentalismo Kuhn. En efecto, el “problema” es algo
del siglo XX parece obedecer a una central en la práctica concreta de la cien-
conciencia más aguda del problema de la cia según enseña Kuhn. Los científicos
verdad ante la filosofía kantiana. Algunos son entrenados en la solución de proble-
han interpretado así al llamado historical mas habituales (“puzzle solving”) (Kuhn,
turn de la filosofía de la ciencia (Bird, 1971) y los paradigmas entran en crisis y
2008), que se da con Kuhn, Lakatos y se pasa de uno a otro precisamente cuan-
Feyerabend. Coincidimos que es así en do el puzzle solving comienza a resolverse
el caso de Kuhn, pero ya vimos que en de manera más simple por un paradigma
los casos de Popper y de Feyerabend alternativo. Pero en la interpretación habi-
(Lakatos, creemos, no tuvo tiempo de tual de Kuhn5, el paso de un paradigma a
pronunciarse)3 hay una clara defensa otro no está ligado a la noción de progre-
del realismo frente al instrumentalismo; so. O sea que la resolución de problemas
realismo, claro, que “sabe a poco” frente a no está asociada a la noción de progreso.
realismos que además pretendan la certeza En Laudan, tomando una noción de pro-
mediante la prueba de la hipótesis. greso más habitual, más popperiana, sí. Y
además, ello está implicado en la “racio-
Por eso, creemos, es insuficiente buscar nalidad”. “… The first and essential acid
el origen de un nuevo coletazo del no- test for any theory is whether it provides
realismo en el giro histórico, sino que aceptable answers to interesting questions:
hay que prestar atención a autores que, whether, in other words, it provides satis-
precisamente sobre la base del método, factory solutions to important problems”,
no de la historia, son escépticos en cuanto dice en su tesis 1. Y, en su tesis 2, central
a la pretensión de pasar de la hipótesis a a todo el libro, afirma: “… In appraising
la verdad. the merits of theories, it is more important
to ask whether they constitute adequate
b) Laudan solutions to significant problems than it is
to ask whether they are ‘true’, ‘corrobo-
Uno de ellos, muy conocido por cierto, rated’, ‘well-confirmed’ or otherwise jus-
fue L. Laudan, quien en 1977 publica Pro- tifiable within the framework of contem-
gress and its Problems (Laudan, 1977). porary epistemology”. ¿Por qué? No de
El año es importante, porque es dos años casualidad, Laudan reconvierte la tesis de
después de 1975, como queriendo decir Duhem a su favor. Cuando una hipótesis
“hay filosofía de la ciencia después de es “falsada” ello no implica que podamos
Feyerabend”. Y efectivamente, aunque decir, desde un punto de vista lógico, que
las posiciones tradicionales de filosofía la tesis es falsa, sino que hay un proble-
de la ciencia están reseñadas y comenta- ma que la hipótesis no ha sido capaz de
das por Laudan, comienza su libro con su resolver6. Y ello es así precisamente por-
tesis fundamental: que el progreso de la que la hipótesis se encuentra en conjunto
ciencia tiene que ver con problemas y la con otras más de las condiciones iniciales
resolución de problemas4, y que esa re- que hacen posible su testeo. En resumen:
solución no implica pasar a la noción de lo que el MHD nos permite decir es “aquí
verdad ni de aproximación. La noción de hay un problema” y la cuestión es resol-
problema es fundamental en el “progreso” verlo o no, pero ni lo primero equivale
de la ciencia porque es como si Laudan lógicamente a la verdad ni lo segundo a
hubiera fusionado dos elementos centrales la falsedad.

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Filosofía de la ciencia y realismo: los límites del método 107

c) Van Frassen de que los seres humanos han pasado,


en civilizaciones diversas y en épocas

diversas, por “vivencias” similares, pero
En 1980, Bas C. Van Frassen publica lo
esas vivencias siempre están vistas desde
que ya es un clásico, The Scientific Image,
el mito o la explicación que les da sentido
(Van Frassen, 1980) que incide también
y, en ese aspecto, no son “los hechos”
en filosofía de las ciencias sociales (Bo-
unívocos a los cuales advienen luego
yland & O’Gorman, 1995). Van Frassen
explicaciones diferentes. No es un solo
llama a su posición constructive empi- mundo físico con explicaciones diferentes
ricism y la sintetiza de este modo: “… sino explicaciones diferentes que
Science aims to give us theories which constituyen mundos físicos diferentes.
are empirically adequate; and acceptance Los marinos medievales podían navegar
of a theory involves as belief only that it tranquilamente por el océano guiándose
is empirically adequate7”. Prácticamente por el movimiento de las estrellas tal
todas las dificultades del realismo en la cual el sistema de Ptolomeo concebía,
ciencia son resumidas en este texto. Que definía y medía tanto “estrellas” como
los términos observacionales están carga- “movimiento”. Y llegaban a puerto. Y
dos de teoría, los límites de la “inferen- estaban convencidos de que el mundo
cia a la mejor explicación” (que veremos era como Ptolomeo decía, precisamente
después), el consiguiente círculo entre el porque llegaban a puerto (hasta hoy). Eso
contenido empírico y la teoría (que bien es “salvar los fenómenos”. Ahora bien,
llama Van Frassen círculo hermenéutico), hoy en día, de igual modo, navegamos
los límites de las explicaciones causales por el espacio exterior según Newton, y
y el realismo de las entidades postuladas también llegamos a puerto (si es verdad
por las teorías (que veremos después), que los viajes espaciales no son un invento
los límites de la probabilidad (que vimos de la NASA) y estamos convencidos de
cuando citamos a Popper), todo ello es uti- que el mundo es como Newton dice. O
lizado por Van Frassen para mostrar que sea, no concebimos un mundo neutro sin
“lo conocido” por el ser humano son las Ptolomeo o Newton y luego le aplicamos
teorías, no la realidad (allí vemos nueva- una u otra teoría sino que, o “vemos”
mente la herencia kantiana), y que todo lo Ptolomeo o vemos Newton. Y hoy
que el método científico puede mostrar es estamos convencidos de que Newton es
una adecuación empírica de las teorías, verdadero y Ptolomeo es falso pero, ¿por
adecuación empírica que se identifica con qué? Nada en la adecuación empírica
el “salvar los fenómenos” del ya citado que hemos visto nos lo puede decir. En el
Osiander (pero también en un autor como siglo XXX seguramente tendremos otra
Santo Tomás para los temas astronómicos, visión del macrocosmos y diremos que
como ya hemos dicho). Newton era “falso” (¿y no lo es acaso
según Einstein, por lo cual distinguimos
Lo que trata de decir Van Frassen, macro de microcosmos?). ¿Entonces?
en nuestra opinión, es que una teoría
“salva los fenómenos” en el sentido de Lo más interesante de este culto libro es
que puede ser una buena interpretación que termina citando las famosas cinco
del mundo físico que nos rodea, pero vías para la “existencia” de Dios de Santo
no podemos pasar de la interpretación Tomás de Aquino, como vías análogas al
a la verdad. La interpretación, la teoría, realismo científico9. La analogía no es
se identifica con el mundo (casi igual difícil de seguir. Los realistas procederían
a lo que decía Kuhn)8. No hay duda igual que Santo Tomás. Parten de los

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108 Gabriel J. Zanotti

efectos (los fenómenos “observados”) La quinta implicaría un diseño universal


y proceden hacia la causa (la realidad inteligente para todas las hipótesis que
de las entidades postuladas por las explican las regularidades de los fenóme-
teorías). Pero si las demostraciones de nos físicos en principio no inteligentes.
Santo Tomás presuponen la falsedad de
sus premisas intermedias, igual suerte Veamos entonces la conclusión de cada
correrán los realistas. vía para el realismo científico:

No voy a seguir estrictamente la interpre- La primera implicaría que hay una


tación del autor; al contrario, inspirado explicación última que necesariamente
en su idea, voy a hacer mi propio desa- tiene que “estar allí” deduciendo así la
rrollo de la analogía para reforzar luego realidad y verdad del mundo físico como
mis propias conclusiones. única explicación de las explicaciones
que remiten a otras explicaciones.
La primera vía, en la ciencia, equivale a
decir que todo lo que debe ser explicado La segunda implica que la hipótesis
debe ser explicado por otra cosa, y que que une a las condiciones iniciales con
no se puede proceder al infinito en esa la predicción es una “verdadera” causa,
serie de causas. real, o de lo contrario el MHD nada
explicaría.
La segunda dice que allí donde hay una
serie de causas eficientes instrumentales La tercera lleva a la necesidad de las
debe haber una causa eficiente principal, o explicaciones teoréticas y por ende su
de lo contrario las otras no causarían. Dado realidad y verdad porque “no pueden no
que el MHD es un modelo explicativo estar allí” en el mundo.
que en Hempel y en Popper pretende La cuarta implicaría que la ciencia es
ser causal, ello equivale a decir que si la verdad más profunda detrás de las
las condiciones iniciales no estuvieran verdades parciales del mundo cotidiano.
relacionadas con la predicción por medio
de la hipótesis, no habría explicación. La quinta remite a una estructura real y
ordenada del mundo físico para todas las
La tercera afirma que de la contingencia regularidades que parecen ordenarse por
del mundo llegamos a un primer ser sí mismas.
necesario. En la ciencia, ello equivale a
decir que las constantes empíricas llevan Ahora sigamos con la analogía.
a suponer explicaciones teoréticas que
convierten en necesaria la relación entre En Santo Tomás, todas las vías remiten
una y otra variable que encontrábamos en a un solo principio, a un principio de
las constantes empíricas. causalidad más amplio, que supera la
física ptolemaica que se mezcla en las
La cuarta afirma que el grado de verdad vías. El moverse por otro, el ser causado,
remite a la verdad en cuanto tal, lo cual el ser contingente, el ser graduado, el
en la ciencia implicaría que sí hay un moverse hacia un fin, son cinco atributos
grado de regularidad y consiguiente ver- de lo “limitado en el ser”, que tiene una
dad en el conocimiento cotidiano, mucho diferencia entre su naturaleza y su ser
más en las estructuras profundas del uni- (Gilson, 1976, cap. VII, punto V). No
verso que explican y dan sentido a esas podemos ni siquiera rozar ahora en el
regularidades del sentido común. contexto de este trabajo los ríos de tinta

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Filosofía de la ciencia y realismo: los límites del método 109

que la escuela tomista actual ha escrito pero bastante realismo hay en admitir
sobre este tema, pero solo, para seguir con que el MHD se remonta a “causas”. Sí,
la analogía, señalar que las cinco vías se pero la clave es que no podemos saber,
reducen a una en la que la cosa es causada según el MHD, si es “la verdadera”
porque no puede causarse a sí misma en causa: puede haber otras.
el ser, lo cual remite a una causa no finita
del ser, donde por ende no hay diferencia Por lo tanto, tiene razón Van Frassen en
entre naturaleza y ser, que (es) Dios. que las cinco vías de Santo Tomás no
Ahora bien, ello, en Santo Tomás, es una son un buen argumento para el realismo
demostración quia: “quia” porque va de en la ciencia, pero no porque las vías
los efectos a las causas, y demostración estuvieran equivocadas en su propio
porque concluye necesariamente en “la” ámbito (la Teología de Santo Tomás) sino
causa primera que es Dios. O sea: Santo porque no aplican al MHD. Las vías son
Tomás (para los tomistas) prueba que un perfecto ejemplo de lo que el MHD no
Dios es causa primera. puede hacer: concluir necesariamente.
El MHD también, en cierto modo, trata Pero hemos dicho: “… La clave es que
de remontarse a las causas: la hipótesis no podemos saber, según el MHD, si es
queda precisamente como la causa que ‘la verdadera’ causa: puede haber otras”.
explica la relación entre condiciones
¿No se resuelve ello con el famoso tema
iniciales y la predicción. Pero lo que el
de la inferencia a la mejor explicación?
MHD definitivamente no puede hacer es
remontarse necesariamente a la causa,
Ello nos da pie a la próxima sección.
precisamente por su estructura lógica.
Nos remontamos a la causa, sí, pero la
causa queda en conjetura. Ya sabemos
8. La vuelta de un realismo pospoppe-
que la corroboración o la falsación riano
no implica pasar necesariamente a la
certeza, justamente por la irrebatible 8.1. La inferencia a la mejor explicación
objeción lógica de la tesis Duhem.
Como dejando solo a Popper discutiendo
Esa es la diferencia entre la analogía con Kuhn y peleándose con su discípulo Laka-
entre las vías de Santo Tomás y el MHD. tos, la filosofía de la ciencia no parece haberse
Aún en el caso en que estuviéramos de convencido de las dudas de Laudan y Van Fras-
acuerdo en que Santo Tomás demuestra sen y siguió su camino hacia un realismo más
que Dios es causa primera, que queda parecido al inductivismo prepopperiano. Y uno
como demostración necesaria de los de los argumentos más importantes de ese tipo
efectos a las causas, no por ello podemos de realismo es la inferencia a la mejor explica-
seguir la analogía al punto de demostrar ción, que toma su nombre del clásico artículo
la necesidad y certeza de la hipótesis, homónimo de Gilbert Harman (1965), y segui-
por más que el MHD también intente do y actualizado por Peter Lipton (1991).
remontarse de los efectos a las causas “en
cierto modo”. Esto es: vías y MHD son Es muy interesante que Lipton aluda va-
quia pero el MHD no es demostración rias veces a los métodos de Mill y al famoso
(es inferencia no necesaria); no concluye ejemplo de Hempel sobre Semmelweis (S.), el
necesariamente en una causa, sino en médico vienés (Hempel, 1981). El caso no pre-
una explicación provisoria que no puede senta mayores dificultades y es muy didáctico
excluir nunca otras causas. Alguien dirá: a efectos del MHD. En 1844, en su hospital de

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110 Gabriel J. Zanotti

Viena, las parturientas tenían un alto nivel de Pero, ¿cómo se realiza el primer paso?
muerte por fiebre puerperal solo en la sala A, Lipton no tiene más remedio que reconocer que
mientras que en la sala B el índice descendía intervienen background beliefs, necesariamen-
notablemente. No había manera de explicar te, en el proceso, con lo cual nos parece que su
el caso. Las salas tenían iguales característi- argumento no termina de cerrar. La “modestia”
cas, primer paso para cumplir con el elemental que recomienda al realista por ese motivo no
principio de diferencia de los métodos de Mill. creemos que sea una respuesta para Van Fras-
Hempel alude sin embargo a algunas explica- sen. Justamente, la cuestión es diferenciar en-
ciones que S. descarta: influencias epidémicas tre hipótesis posibles e hipótesis plausibles, en
de cambios atmosféricos; hacinamiento; un sa- lo cual entre necesariamente la cruz de todo
cerdote que al pasar con una campanilla produ- realista: el problema de la base empírica, que
cía un efecto terrorífico, etcétera. Sin embargo, es theory laden en 1934, problema que Kuhn,
un colega de S. muere con síntomas similares Lakatos y Feyerabend se lo tomaron muy en se-
a la fiebre puerperal, al cortarse un dedo con rio, pero para que después de ellos se tiende a
un escalpelo utilizado para autopsias. Enton- huir de las necesarias implicaciones de la “car-
ces S. se da cuenta de que los estudiantes que ga de teoría”.
habían estado haciendo autopsias hacían inme-
diatamente después su práctica ginecológica y No es que el ejemplo de Hempel tenga
de obstetricia solo en la sala A. Pasteur aún no alguna falla metodológica. Al contrario, es muy
había llegado y la microbiología tampoco. S. bueno. Es más, da pie a explicar lo básico del
establece la hipótesis de que la materia cada- MHD con ejemplos muy simples y cotidianos.
vérica que tocaban los estudiantes era la causa De repente se me apaga la computadora. Hipó-
del fenómeno. Les exige entonces un muy cui- tesis posibles, tengo infinitas que “encajen con
dadoso lavado de manos no acostumbrado en la los fenómenos observados” (por ejemplo, si hay
época. Las muertes en la sala A disminuyen. S. un ser omnipotente, él pudo haber hecho que se
parece tener razón. Un inductivista muy estricto apagara, o entró un hombre invisible y sin que
diría que S. “probó” su hipótesis; no es el caso yo me diera cuenta la desenchufó). Pero plausi-
de Hempel, que cuidadosamente afirma que la bles, según la teoría física que yo manejo, pocas.
hipótesis no queda descartada dados los resul- De ese obvio condicionamiento no nos damos
tados del “experimento”, que cumplen con las cuenta al “experimentar” sobre las hipótesis más
reglas de Mill. Y según Lipton, es un excelente admisibles, todas ellas candidatas a la “mejor ex-
ejemplo de una mejor explicación que las que plicación”: se cortó la luz, hay un problema con
S. había descartado. ¿Por qué no decir entonces el cable, hay algún problema interno en la CPU;
que la explicación hace referencia a una verda- todas ellas tan fáciles de experimentar, suponien-
dera y real causa, aunque no “la” causa? do iguales las variables conocidas en la habita-
ción, que ni es necesario seguirlo aclarando. Pero
El caso es tan importante para Lipton que lo que me permite distinguir entre las hipótesis
le permite sistematizar los pasos para la mejor plausibles y las infinitas posibles es precisamen-
explicación10. Primero, se establecen una serie te la carga teorética que tengo en mente (hipóte-
de hipótesis “posibles”, dice Lipton; luego se sis (Popper), paradigma (Kuhn), núcleo central
selecciona la mejor mediante un proceso de ex- (Lakatos)), la cual me dice previamente lo que
perimentación. Como vemos, el segundo paso yo supongo verdadero, real, evidente, posible,
son dos contenidos en uno, esto es, podríamos imposible, etcétera. Por lo tanto la inferencia a
decir siendo muy detallistas, que los pasos son: la mejor explicación, como defensa del realismo,
a) hipótesis posibles; b) selección; c) experi- implica una petición de principio. El científico
mentación (que es lo que permite hacer la se- supone lo que es real antes de seleccionar la me-
lección y encaja con el MHD). jor explicación11.

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Filosofía de la ciencia y realismo: los límites del método 111

8.2. El argumento del no milagro y el rea- que Dios actúa sin la mediación de las
lismo de las entidades supuestas en la hipótesis causas segundas (Santo Tomás de Aquino,
1951, III, caps. 98-101). Ahora bien, es
No mejor suerte corre el argumento del perfectamente compatible con el MHD
no milagro, que se relaciona con la mejor expli- suponer que Dios es el autor directo de
cación. Autores como Psillos (1999), citando a las constantes que encontramos en la
Putnam (1992), o Rom Harré (Carman, 1999a, naturaleza, pudiendo haber creado otras
1999b, 2001, 2004) han recurrido a él como un si él hubiera querido. Recordemos una
argumento central. vez más que el motivo por el cual Leibniz
y Newton debatían era precisamente si
Básicamente, el argumento del no mi- había una explicación intermedia entre
lagro sostiene que los resultados y las predic- Dios y la gravedad: Newton afirmaba
ciones correctas de las hipótesis científicas no que la gravedad era tal únicamente por la
pueden ser por casualidad, de modo tal que solo voluntad de Dios; Leibniz afirmaba que
un milagro podría explicar la correspondencia la voluntad de Dios debía responder a la
entre hipótesis y predicciones. Por ende la me- armonía preestablecida (Koyré, 1971) y
jor explicación, si no es milagro, es que las re- podríamos agregar una tercera posición, la
laciones causales y las entidades postuladas por del aristotelismo cristiano de Santo Tomás
las hipótesis sean reales aun si no son “absolu- (Gilson, 1976) según la cual Dios es el
tamente ciertas” (certeza). Parece convincente. autor de las naturalezas específicas de
Los pacientes de varias enfermedades siguen las cuales se desprenden sus operaciones
curándose con penicilina. ¿Será todo una gran propias, y por ende, Dios actúa, sí, en
casualidad, un “por milagro”, o no es razonable las operaciones propias de las entidades
suponer que ciertas hipótesis biológicas, tales naturales pero no directamente, a modo
como el ADN, la estructura bioquímica de la voluntarista, sino de modo mediato, a
penicilina (con todo lo que ello conlleva), las través de esas naturalezas específicas.
bacterias como entidades, etcétera, son reales y Duhem y Jaki consideran que esta posición
por ello dicha corroboración permanente? (esto dio un gran impuso a la física medieval y
es, no son verdaderas por ser corroboradas sino moderna (Jaki, 1987).
que son corroboradas por ser verdaderas). In-
cluso, las actuales anomalías son perfectamen- ¿Resuelve el MHD por sí mismo alguna
te explicadas hoy por muy buenas hipótesis ad de estas tres posiciones? No. Podríamos
hoc (qué festín para Lakatos) que sostienen que buscar alguna hipótesis para la contante
las bacterias generan mecanismos adaptativos gravitatoria (en principio Einstein lo es)
para resistir la acción de la penicilina. Todo pa- pero la estructura lógica del MHD no
rece encajar. ¿Por qué negar la realidad de la permite concluir en ninguna hipótesis
relación causal entre más penicilina y menos necesariamente, con lo cual todo vuelve
bacterias y la realidad de las entidades postu- al principio. Alguien podría por ende,
ladas? sin contradicción con el MHD, afirmar
que Dios, causa primera, actúa sin
Analicemos las dificultades de este argu- causas segundas directamente en las
mento: constantes específicas de la naturaleza
física, y luego hacer las predicciones
a) En primer lugar, volvamos al desconocido correspondientes y todo encajaría. O sea,
epistemólogo citado al principio, Maffeo alguien podría decir que la naturaleza
Barberini, futuro Urbano VIII. En es tal “por milagro”, y por tanto, sin
términos teológicos, un milagro supone inconsistencia, afirmar que no hay

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112 Gabriel J. Zanotti

ninguna razón para el funcionamiento de hipótesis. Cualquiera que haya hecho el


las hipótesis hasta ahora corroboradas (en secundario actual, si va a un laboratorio
sentido popperiano) excepto la voluntad de biología y un amable biólogo lo invita
de Dios, lo cual haría compatible a la “a ver una bacteria”, por supuesto que
ciencia actual con la noción de milagro. “verá” una bacteria, presuponiendo toda
Por supuesto, ante la pregunta de si se la teoría microbiológica actual. Nadie
considera verdaderas a las constantes “ve” lo que su teoría no le permite ver.
así vistas, todo vuelve a la incertidumbre Este es un tema importantísimo, explica
del MHD: podría haber otra hipótesis los problemas que tuvo Galileo tratando
que reinterprete el mundo físico y así de convencer a los ptolemaicos que
no saldríamos de las aporías del primer “vieran” por su telescopio. No hay que
Kuhn. minimizar esta cuestión. No veo cómo
los que tienen total certeza en la realidad
Alguien podría decir: ¿y mi posición no de las entidades de la ciencia puedan
es acaso la del aristotelismo cristiano evitar el problema. No se puede hacer
medieval? Sí, pero ello no es una filosofía de la ciencia hoy como si Kuhn
hipótesis en el sentido del MHD. La o Feyerabend no hubieran existido (sí,
ciencia en tanto MHD no puede afirmarlo creo que ellos fueron reales, pero no por
ni negarlo. argumentos “científicos”). Por supuesto,
si el realismo de las entidades está dentro
En segundo lugar, la circularidad del del realismo conjetural popperiano, ello
argumento del no milagro. El realismo salva la cuestión, suponiendo resuelto el
es la mejor explicación para la ciencia, lo problema de la “aproximación”.
cual presupone que la inferencia a la mejor
explicación no tiene dificultades. Pero sí Psillos ve esta última cuestión (la de la
las tiene, supone una carga de teoría. Si se aproximación) y por ello propone un
presupone una teoría realista de la ciencia, criterio cualitativo y no cuantitativo de
en la que hay un orden real en el universo dicha noción. Compartimos esencial-
(esto es, no milagro), capaz de ser conocido mente el espíritu de esa distinción, aun-
por nosotros, entonces el realismo es la que Psillos la hace pasar por el criterio de
mejor explicación. No veo cómo salir del que las hipótesis son ceteris paribus en
razonamiento circular. Creo que el modo condiciones ideales, o cual sugiere intui-
de salir sería sostener primero un realismo tivamente el criterio de “aproximación”.
popperiano, aproximativo, en la ciencia, Ello lo pone en la línea de tiro de un caso
donde las estructuras causales reales son curioso de realismo, Nancy Cartwright.
supuestas al menos conjeturalmente, y
entonces es obvio que las cosas no suceden 8. 3. ¿La física miente?
por milagro. Pero, ¿se puede sostener
filosóficamente ese tipo de realismo? Sí, “Sí”, parece decir la referida autora
es uno de los objetivos de este ensayo. (1983) cuya densidad de pensamiento excede,
Pero esa argumentación filosófica no por supuesto, a los objetivos de este ensayo. Lo
será derivada de la estructura lógica del que haremos es considerar las razones de su cu-
MHD. riosa respuesta a efectos del tema que estamos
analizando.
En tercer lugar, el tema de la carga de
teoría tiene adicionales implicaciones Cartwright recibe la influencia, entre
para el realismo de las entidades de las otros, de J. S. Mill, lo cual muestra la importan-

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Filosofía de la ciencia y realismo: los límites del método 113

cia de este clásico autor. Pero Cartwright, que al Olimpo del ceteris paribus. A eso llama Cart-
también estudia Epistemología de la Economía, wright el “fundamentalismo” de la ciencia13. Su
parece universalizar lo que Mill decía para la realismo, en cambio, consiste en afirmar que lo
economía como ciencia (Cartwrith, 1999). Para real es un dappled world en el que siempre apli-
Mill, el método experimental, como él lo con- camos las leyes universales y por ende falsas
cebía en ciencias naturales, no puede aplicarse de la física. Allí es donde aparece el aristotelis-
a ciencias sociales, pues hay en estas una plura- mo de Cartwright, inspirado por autores como
lidad de “causas concurrentes” que no podrían Geach y Anscombe. Es un aristotelismo difícil
pasar por el método de diferencia. Esto es, las de combinar con Mill, de acuerdo con Crespo
ciencias sociales se mueven en un mundo de fe- (2009) —y estoy de acuerdo—, según el cual
nómenos complejos, ante los cuales sería impo- es en esa aplicación a los fenómenos comple-
sible la experimentación, y por lo tanto se hace jos donde se da, si no la hemos entendido mal,
necesario otro método: partir de una hipótesis a una abstracción aristotélica, más digna de sus
priori de maximización de la riqueza, y dedu- análisis empíricos que de su Órganon: allí po-
cir a priori también sus consecuencias al modo demos advertir verdaderas relaciones causales
ceteris paribus, esto es, invariadas restantes cir- del mundo “fenoménico”, real, e incluso pode-
cunstancias, dejando de lado la multiplicidad de mos así llegar a un realismo de las entidades del
causas de los fenómenos complejos. Eso sería mundo físico y de sus natural kinds.
la “teoría pura” de la economía, pero luego, en
la aplicación del modelo abstracto a fenóme- Es aquí, en este nexo entre Mill y Aristó-
nos reales complejos, entran en juego circuns- teles, donde el realismo, otra vez, no funciona,
tancias empíricas, a posteriori, que impiden la y no por Aristóteles, sino por la mezcla con el
exactitud y universalidad de la teoría a priori. MHD. Por supuesto, hay inferencias experien-
ciales, no necesarias, en Aristóteles, como muy
Obviamente no es momento para ana- bien ha analizado J.J. Sanguineti (1991) y se
lizar la epistemología de la economía de Mill trasladan luego a su racionalidad práctica como
(1974) que tantos comentarios ha producido ha demostrado en profundidad Ricardo Crespo
(Hausman, 1992). Lo interesante es que Cart- (1997). No ponemos en discusión la aplicabili-
wright sostiene que la física procede igual que dad actual de la racionalidad práctica de Aris-
la economía de Mill. Es decir, plantea modelos tóteles para las ciencias sociales. Pero para las
teoréticos universales, exactos, necesarios, to- ciencias naturales, nos parece muy dudoso. Es
dos ceteris paribus dejando de lado las circuns- verdad que para Aristóteles el operar sigue a la
tancias reales de los fenómenos complejos. La naturaleza de los cuerpos, y por ende podemos
más elemental mecánica de Newton, con fór- llegar a verdaderas relaciones causales, ya sea
mulas tales como f = m.a y la ley de caída de porque en el orden ontológico de la esencia/na-
los cuerpos —no de casualidad, uno de los prin- turaleza de los cuerpos se desprenden sus opera-
cipales ejemplos tomados por Milton Friedman ciones propias como efectos necesarios, o bien
en su artículo clásico sobre la metodología de porque según el conocimiento humano, por los
la economía— (Friedman, 1967) está plantea- accidentes llegamos a su causa última, esto es su
da de ese modo. Pero esa manera de plantear naturaleza. Pero ello, hoy, es aplicable a una filo-
las cosas, que para muchos implica una especie sofía de la naturaleza, que analiza “fenomenoló-
de descripción verdadera de “hechos” reales, gicamente” la esencia misma de la corporeidad,
es, por el contrario, una serie de modelos que la cantidad, la cualidad, el movimiento, etcétera,
“mienten” porque siempre plantean las cosas y sus relaciones interesenciales. Ello, hoy, es una
en condiciones ideales, en sí mismas, por ende perla aún cultivada por el tomismo aristotélico,
irrefutables, permanentes, cuasi eternas, porque con importantes consecuencias para la antropo-
ninguna variable del mundo real puede afectar logía filosófica y ontológica; pero todo ello, hoy,

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114 Gabriel J. Zanotti

no es física. Esta no solo no es hoy todo ello investigación?, ¿qué norma hay para darnos
sino que no puede serlo, precisamente porque, cuenta si estamos en uno progresivo o regresi-
lo hayan querido o no sus modernos fundadores vo? Y Lakatos contesta, con toda naturalidad:
(Copérnico, Galileo, Kepler, Newton), la física no sabemos. Es racional seguir trabajando en
moderna y contemporánea intenta ir más allá un programa regresivo14, siempre que se tenga
de lo que la naturaleza de los cuerpos cognosci- conciencia del riesgo (Lakatos, 1989, p. 152).
ble cotidianamente por el ser humano nos pue- Pero esta respuesta, que defiende la racionali-
de decir. Esto es, la física ha llegado a estar en dad de la libertad en la toma de decisiones de
el nivel de las hipótesis que, precisamente por los científicos, muestra algo que está implíci-
la estructura lógica del MHD, siempre quedan to en el MHD de Popper: nunca salimos de la
en hipótesis. Frente a ello, que esas hipótesis conjetura, no hay contexto de justificación que
estén planteadas de modo universal es solo una nos permita salir de ella. Una conjetura falsa-
cuestión de método, porque es obvio que son da hoy puede ser corroborada mañana; una
“aproximativas” y falibles. Ahora bien, todo en conjetura corroborada hoy puede ser falsada
ellas —sus relaciones causales, las entidades mañana. No hay falsación o corroboración ne-
postuladas, etcétera— es entonces conjetural, cesaria desde un punto de vista lógico, y eso
cubierto de ese juicio (theory-laden), y podría- nos deja nadando sanamente en la prudencia
mos decir, si retornamos a Popper, que intenta de nuestras falibles decisiones (Zanotti, 1997).
acercarse a una realidad que, certeza total, nun- El MHD es un humilde método, y desde dicho
ca vamos a tener. Pero entonces el realismo de método en tanto tal no se puede saltar necesa-
Cartwright, si quiere ser salvado, se reduce al riamente ni a la realidad, ni a la certeza, ni a la
de Popper, que no creo que fuera la intención de verdad, de lo que las hipótesis afirmen. Intentar
la sutil autora inglesa. ir del MHD al realismo científico (en cualquiera
de sus variantes) es un non sequitur metodoló-
Conclusión: más filosofía y menos gico. Para ir a cierto realismo hay que volver
método a la filosofía, una filosofía que justifique el rea-
lismo de las hipótesis desde fuera del MHD. Y
Si el lector hace un alto en el camino, po- ese es el camino que debemos recorrer en un
drá decir que mi posición es ambigua. Por un próximo artículo.
lado me manifiesto partidario de cierto realis-
mo, pero por el otro lado les doy la razón a fi- Notas
lósofos de la ciencia que se inclinan por cierto
no realismo. Lo que estoy tratando de demos- Ver el debate al respecto entre Popper y
1

trar, como se manifiesta en el resumen inicial, Lakatos en Popper, K. (1974).


es que este tema está “detenido” en la filosofía
de la ciencia porque los argumentos a favor del 2
Kant tiene razón en que es una antinomia
realismo científico han tratado de insertarse en de la razón pura si el universo físico es finito o
las metodologías de las ciencias si por ello se infinito. Esto es, la razón humana no lo puede
entiende el método hipotético-deductivo con resolver. El resultado práctico de ello, desde un
sus diversas variantes. Y ese es el problema. El punto de vista ontológico, es que el universo es
MHD no puede resolver la cuestión, precisa- potencialmente infinito, o sea, “puede ser” infi-
mente por todo lo ya visto. Pero hay un diálo- nito, precisamente porque no podemos saber si
go entre Feyerabend y Lakatos que es clave en es finito o infinito “en acto”.
esta cuestión. Feyerabend le pregunta a Laka-
tos: ¿cuándo un programa de investigación es 3
Murió en 1974.
empíricamente progresivo?, ¿cómo podemos
saber hasta cuándo seguir en un programa de 4
Op.cit., p. 13-14.

Civilizar 11 (21): 99-118, julio-diciembre de 2011


Filosofía de la ciencia y realismo: los límites del método 115

Decimos esto porque nosotros lo inter-


5
Companion to Philosophy of Science.
pretamos desde el llamado “segundo Kuhn”, Londres y Nueva York: Routledge.
conforme a Zanotti, (2009).
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6
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10
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Carman, C. (1999b). El Dios de los científicos.
El famoso caso imaginario de Dr. Hou-
11
Sapientia.
se, que seguramente hay varios de ellos en di-
versos grados, corrobora mi argumentación. Carman, C., y Fernández, M. (2001). Gen:
House descubre la mejor explicación, sí, pero
¿teorético y observacional? Universidad
no genera nuevas hipótesis. Simplemente, de
Nacional de Quilmes.
las muchas ya conocidas, ve más de lo que su
equipo es capaz de ver. O sea, su inteligencia
Carman, C. (2004). El Realismo Científico en
alcanza muchas más de las variables ya cono-
Rom Harré. (Tesis de doctorado). Univer-
cidas, pero no genera nueva ciencia. Este tema,
sidad Nacional de Quilmes. Argentina.
precisamente, el contexto de descubrimiento de
nuevas hipótesis, fue el debatido por Popper,
Kuhn, Lakatos y Feyerabend de un modo que la Cartwright, N. (1983). How The Laws of Phy-
bibliografía actual no parece haber superado. sics Lie. Oxford y Nueva York: Oxford
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