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Resumen
Este proyecto compuesto de dos aprovechamientos hidrográficos: uno en la cuenca del río
Mazar con dos Centrales en cascada “Alazán” de 6,23 MW y “San Antonio” de 7,79 MW y
una tercera Central en la cuenca del río Dudas con la Central “Dudas” de 7,40 MW, durante
el período 2016 - 2017 tuvo lugar la terminación de la obra civil de San Antonio, en dónde
para el manejo de los escombros generados durante el proceso constructivo, se consideró la
implementación de Escombreras con un alcance trascendental hacia su estabilidad debido a
las condiciones geológico-geotécnicas del terreno, a las condiciones climáticas y a la
geomorfología que caracterizan a la zona del proyecto, exigiendo un manejo más allá de lo
que establecen las normativas vigentes al respecto.
Para garantizar esta estabilidad en las escombreras la implementación partió con un análisis
geotécnico una vez seleccionado el sitio, luego sobre las conclusiones favorables obtenidas
de éste análisis se plasmó el diseño civil con la sistema de drenajes superficial y subterráneo,
muros de contención para finalizar con la recopilación de estos datos en un Plan de Manejo
Ambiental específico contemplado desde la selección del sitio hasta el cierre en donde se
incluyó una revegetación de las áreas desde un concepto de sostenimiento, control de erosión
y recuperación del paisaje.
Introducción
La Central San Antonio está ubicada en la parroquia Rivera. Su sistema se compone de una
Captación con un azud de 22, 94 m x 4.80 m, aproximadamente a 47m aguas abajo del puente
de la vía Matrama – Rivera – Mazar; a la cual, le sigue un Desarenador de doble cámara de
9,60 m x 79 m sobre la margen izquierda del río Mazar; continúa con una Conducción a
gravedad sobre la misma margen izquierda de 4.084,17 m, formada por un canal rectangular
de hormigón, cinco acueductos, un túnel, nueve tramos de tubería de PVC y un tramo con
tubería metálica y marcos H que se empalman a un Tanque de carga de 8,60 m x 44,5 m con
una Descarga de 352.20 m, éste se conecta a una Tubería de Presión de 371,16 m y diámetro
1200 mm; la cual se enlaza a una Casa de Máquinas con un grupo turbina-generador y
concluye con un Canal de Restitución de 2,26 m x 7,43 m para el caudal turbinado hacia el
cauce del río Mazar.
Un impacto que con una gestión y un proceso planificado podría minimizar su producción y
limpieza, evitar los problemas relacionados al transporte y destino final; sin embargo, de este
último, la concepción tradicional durante la ejecución de obras incluye que el material puede
ser depositado en cualquier sitio que ofrezca menor resistencia al conflicto y mayor beneficio
económico, obviándose las consecuencias ambientales que pueden surgir de manera
inmediata, a mediano o a largo plazo y que influyen de manera negativa en los diferentes
recursos, infraestructuras y población.
Hoy en día, los proyectos de construcción dentro de su Plan de Manejo Ambiental cuentan
con un sub-plan para el Manejo de Desechos, gracias a la regulación del Ministerio del
Ambiente, una documentación y directriz importantísima para llevarse a cabo, no obstante
en muchas ocasiones esta se expresa de manera general o carece sobre el uso de escombreras,
existiendo vacíos para su concepción y aplicación, por lo que a la práctica nos apegamos a
las disposiciones del Ministerio de Trasnporte y Obras Públicas que dentro de su normativa
hace referencia y de manera muy puntual a especificaciones generales de control ambiental
para los sitios de disposición de sobrantes inertes (escombreras), siendo ésta la única
herramienta que considera el tema, colocándonos en el siguiente escenario:
¿El proyecto, obra
y/o actividad cuenta
con un PMA?
SI NO
SI NO
Figura 1. Diagrama de un análisis previo a la consideración de implementar una
escombrera
Conociendo la normativa que regula el MTOP, este escenario aflora varias inquietudes y
cuestionamientos sobre todo con sentido a la realidad terrenal, por ejemplo: en términos
generales las hidroeléctricas en su mayoría se encuentran en zonas con pluviometría alta, esto
conlleva a suelos súper hidratados, propensos a la formación de cárcavas y hasta
deslizamientos que conforme a la normativa ya no calificarían para la implementación de
escombreras sin contar con la geomorfología de la zona, la geología, sistemas hídricos, entre
otros, detonando una problemática ambiental sin solución de aplicación con necesidades de
extrema relevancia, convirtiéndose un reto para la ingeniería.
Este es el caso de la Central San Antonio, localizada dentro de una área con depósitos
aluviales, coluviales o deslizamientos antiguos, asentados sobre pendientes inclinadas de
rocas metamórficas (Cuenca, 2016) y clima con precipitación media anual de 1.440,20 mm,
una temperatura que varía desde los 1.10 °C hasta los 28.90 °C y una humedad relativa del
64,40% (EIA, 2011) Para su construcción durante el período de junio 2016 a julio 2017, la
Unidad de Negocio Hidroazogues estimó una producción de 37.000 m3 de escombros
procedentes de remanentes de suelo, material pétreo y hormigón con requerimiento de un
manejo adecuado que grantice su estabilidad.
Método
Dentro de un marco técnico bajo la experiencia desarrollada, tres etapas definirían a las
escombreras sin abandono: Planificación, Ejecución y Cierre y, Mantenimiento y Monitoreo
con el objeto de proporcionar un seguimiento continuo desde su concepción sin término de
plazo.
Estas etapas se las han comprendido independientes a las fases de construcción de la Central
San Antonio, por ello para explicar de una mejor manera en qué consisten, a continuación se
describen cada una de ellas enfocadas a una de las cuatro escombreras implementadas
denominada como “Escombrera 1”.
Etapa 1. Planificación
El Plan de Manejo Ambiental del Proyecto Hidoreléctrico Mazar – Dudas establece el uso
de escombreras para la disposición de escombros, en términos generales. Al contemplarse su
implementación para una buena ejecución, se definió en la formulación del contrato el
alcance de los trabajos con la asignación de costos directos para el manejo de escombreras,
contemplándose principalmente el tendido de material, drenajes y la rehabilitación ambiental
para la creación de rubros con sus Especificaciones Técnicas.
El muro principal G1) que resulta ser el sostén de la escombrera, comprende un muro
semicircular de Terramesh cuya convexidad se orientó hacia la parte superior del talud con
las dimensiones de 22 m de longitud x 4,50 m de alto. El segundo muro (G2) consiste en un
muro lineal de terramesh de dimensiones de 42 m de longitud x 5 m de alto.
El diseño de los muros dividen al sitio en dos sectores: un sector inferior conformado por el
G1 para la disposición de 5.000m3 de escombros en forma radial y, un sector superior
soportado por el G2 para la disposición de los 7.000 m3 restantes de escombros en forma
rectangular.
Los taludes se diseñaron para un ángulo < 35° (1:5 en horizontal y 1 en vertical) con un
Factor de Seguridad > 1 por considerarse que sobre éste ángulo reposan naturalmente los
materiales que la conforman.
Con ésta disposición para el encausamiento de las aguas, se diseñó un sistema inicial
compuesto por un subdrenaje tipo espina de pescado de secciones 1.20 x 1.50 m para el eje
y 0.60 x 0.60 m para sus ramificaciones y un sistema final comprendido por un drenaje
superficial de 205 m de cunetas de coronación (terrocemento) y 482 m de cunetas laterales
de hormigón.
Si bien las protecciones con muros y drenajes permiten estabilizar los escombros depositados
sobre el terreno, este equivale a un sostenimiento interno, subterráneo en dode se asegura la
permanencia del material más no su forma en el tiempo.
Para mantener esta forma tanto superficial como interna se analizó la colocación de
vegetación con funcionalidad y recuperación del paisaje, puesto que al cierre el área queda
desprotegida aún después de adicionarse la cobertura vegetal que se removió; por tanto, para
asegurar y garantizar el trabajo civil, se proyectó una revegetación pensando en el
sostenimiento del suelo con el enraizamiento de plantas de manera que éstas formen una red
subterránea y no solo se logra esta función, con la distribución se puede controlar el ingreso
de agua de escorrentía y precipitaciones minimizando su impacto, empero esta es puntual, no
suficiente, quedando áraes descubiertas, por lo que se analizó en colocar a más de ésta
cobertura, una vegetación de rápido crecimiento para brindar una protección directa en el
sentido de formar un colchón que vaya absorviendo el agua por consumo y distribuyendo
sobre el terreno como un primer filtro y así reducir las velocidades del agua sobre el sitio.
Es así que se proyectó para la Escombrera 1, un diseño de revegetación post cierre en base al
diseño civil:
La segunda fase, se realizó al igual que la primera, sobre un muro de gaviones terramesh
(G2) se dispuso los 7.000m3 restantes de material, consolidándose un solo talud de 5.437,74
que se conecta con la vía de acceso. Como cierre, a lo largo de la pendiente le fraccionan 3
cunetas de terrocemento para la recolección de agua lluvia y escorrentía. La revegetación se
ejecutó con la preparación del terreno, cubriéndose 1.678,03m2 con Kikuyo y Raygrass y
2.818 unidades de árboles y arbustos.
Figuras 10 y 11. Escombrera 1 implentada en el sector del Tanque de Carga - Central
San Antonio. A la Izda. En construcción y a la Der. Revegetada
Este seguimiento puede ser monitoreado, como también otros aspectos una vez finalizado el
cierre de la escombrera:
A fin de obtener ídices del comportamiento de las escombreras con diferentes factores
partiendo de un diseño. Claro está que estos aspectos como pueden surgir otros, dependerán
del alcance y nivel de investigación de la entidad interesada. En tanto, la Unidad de Negocio
Hidroazogues en su última Auditoría de Cumplimiento se le atribuyó dar seguimiento
periódico al estado de la revegetación con informes al Ministerio del Ambiente, lo cual le
conlleva a no abandonar las escombreras implementadas.
Resultados
Tras haber transcurrido un tiempo aproximado de un año, la escombrera 1 al igual que las
otras 3 no han presentado cambios en su forma ni en su funcionalidad, comportándose
durante el período invernal de abril hasta mediados de agosto, estables; es decir que la
metodología aplicada resultó para la implementación de escombreras garantizando su
estabilidad y funcionamiento.
Discusión
La proyección del uso de suelo de las escombreras como áreas de recuperación paisajista y
de ecosistemas, es una alternativa estratégica de compensación y mitigación a corto, mediano
y largo plazo al impacto ocasionado por un proceso constructivo de obra civil con la
rehabilitación ambiental por la pérdida de la cobertura vegetal como establece el MTOP;
empero, la revegetación en una escombrera no puede ser limitada a ésta función. Hoy en día
la vegetación está conceptualizada como una herramienta viva para la solución de problemas
de ingeniería a nivel mundial, por lo que debe aproveharse las características, propiedas y
sistemas que forman para trabajar integralmente: funcionalidad – paisaje - ecosistemas. Su
aplicación al cierre de las escombreras para el sostenimiento ha consistido en una prueba
experimental bajo teoría, de la cual se desconoce a ciencia cierta dentro de nuestro entorno
nacional; sin embargo, el resultado en corto tiempo está siendo favorecedor, pudiendo ser un
tema de investigación por la cantidad de aspectos y factores que se deben considerar para
alcanzar su efecto.
Conclusiones
Referencias