EL ABUSADO ABUSADOR

USO INDEBIDO DE LA TUTELA DE ACCIÓN

Por: Adriana Martinez Polanco – V semestre

Es la acción de tutela el artículo de mayor popularidad de la Constitución Política Colombiana de 1991. Se

debe a la facilidad de su ejercicio: desde la modalidad oral hasta la escrita sin requerimientos técnicos y sin la
necesidad de un abogado. Cualquier persona a la que le haya sido vulnerado un derecho fundamental podrá
interponerla obteniendo una respuesta pronta.

Se caracteriza por su funcionabilidad y eficacia al manifestarse en la realidad social y es usada para cubrir los
vacíos que deja la ley en cuanto a protección refiere. Sus guardianes son los jueces de la Republica, quienes
prestos a cumplir las obligaciones del Estado Social de Derecho y a proteger las garantías fundamentales
deben interpretar los principios constitucionales de tal forma que amparen a los suscritos al contrato social.

Lo anterior ha generado que, a pesar de las violaciones masivas de derechos fundamentales, el Estado ha
contrarrestado sus efectos gracias a la acción de tutela. Sin embargo, tal hecho analizado desde otra
perspectiva es sintomatología de una sociedad llena de injusticias, durante el año 2017 la corte constitucional
recibió 607.500 tutelas, lo que evidencia que actualmente las personas están haciendo valer sus derechos,
pero a su vez nos lleva a otro aspecto negativo e interesante: el uso desmedido de esta y sus abusos. Mezclar
las situaciones de derechos con intereses políticos terminan siendo el detonante del coctel de destrucción del
sistema judicial garantizador de derechos convirtiendo este mecanismo en uno obstructor del acceso a la
justicia.

Un claro ejemplo de lo anterior son las famosas “tutelatón”, despliegue masivo de sujetos solicitando en
formatos estándar la protección de cierto derecho. Motivados supuestamente por un fin políticamente
altruista y creyendo firmemente que es una forma de protesta pacífica, sin embargo, no contemplan las
consecuencias de sus actos. Caso concreto como la tutelatón promovida por Gustavo Petro con el objetivo de
revocar la decisión del Procurador General de la Nación de inhabilitarlo por 15 años. Más allá de la discusión
sobre tutelar o no el derecho político de un sujeto, lo que ocurre evidentemente es el colapso de una justicia
que no da abasto para responder de forma prioritaria a la acción interpuesta por 800 personas en 1 día. Hecho
que termina convirtiendo al sujeto vulnerado en abusador por dificultar el acceso a la justicia de cientos de
personas.