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Angelología: La

Doctrina de Ángeles y
Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Oswaldo Cuadra

La creencia de ángeles y demonios es fuerte, principalmente entre tres grandes religiones que están
emparentadas: el Islam, Cristianismo y Judaísmo. Sin embargo, pueden surgir las siguientes dudas:
¿Conocemos realmente su naturaleza y apariencia? ¿Son seres reales? ¿Es Satanás un ángel caído? ¿Son los
demonios reales? ¿Son los ángeles agentes protectores? ¿Existe el ángel de la guarda? Las repuestas a estas
preguntas y otras más están basadas en muchas creencias alejadas del conocimiento bíblico encerrando un
gran misticismo, de allí la importancia de estudiar esta doctrina a la luz de la palabra de Dios.
Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra

Introducción
“Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol…”

Apocalipsis 19:17

E n el año 2009 en Estado Unidos se pasó una encuesta dirigida a 2303 adultos con la finalidad de reflejar
en una estadística sus creencias religiosas descubriendo así que el 72% de ellos creían en la existencia de
ángeles y un 60% creían en el diablo. La creencia de ángeles y demonios es fuerte, principalmente entre
tres grandes religiones que están emparentadas: el Islam, Cristianismo y Judaísmo. Sin embargo, pueden surgir las
siguientes dudas: ¿Conocemos realmente su naturaleza y apariencia? ¿Son seres reales? ¿Es Satanás un ángel caído?
¿Son los demonios reales? ¿Son los ángeles agentes protectores? ¿Existe el ángel de la guarda? Las repuestas a estas
preguntas y otras más están basadas en muchas creencias alejadas del conocimiento bíblico encerrando un gran
misticismo, de allí la importancia de estudiar esta doctrina a la luz de la palabra de Dios.

Angelología es una palabra compuesta que proviene de las


palabras griegas: ángelos (ἄγγελος) que significa ángel y lógos
(λόγος) que es tratado o estudio. En si la angelología es la parte
de la teología destinada al estudio de la doctrinas de los ángeles y
demonios. En la Biblia el tema de los ángeles es algo imposible
de desmentir, ya que desde Génesis hasta Apocalipsis su
existencia esta recalcada. Paradójicamente muy poco se habla de
ellos en los libros de teología y por otro lado su estudio está
influenciado por la superstición y ficción de escritos, poemas y
literatura pagana. Sin embargo, pese a todo esto si aceptamos la
evidencia bíblica podemos estar seguros que los ángeles y
demonios son seres reales. Los ángeles se presentan como seres
celestiales los cuales son muy distintos a la raza humana y a la
propia divinidad. Como seres creados por Dios son superiores en
cuanto a la actual condición caída del hombre, pero inferiores a
Dios. Las culturas antiguas han creído en la existencia de seres
semejantes a los ángeles. Por ejemplo entre las civilizaciones
mesopotámicas se creía en la existencia de seres espirituales
llamados karibu, los cuales tenían aspecto de hombre o a veces
de cuadrúpedos y se les consideraba seres espirituales que
cuidaban a los hombres.
También creían en seres malignos parecidos a los demonios los cuales llamaban Namtaru y se les asociaba toda
clase de mal que ocurría en medio de los hombres. Los antiguos egipcios también creían en la existencia de seres
espirituales de menor rango a los dioses encargados de custodiar a los espíritus de los difuntos, así como la existencia de
genios perversos y terribles que aparecían en forma de hombre, animal o hibrido. Los antiguos filósofos griegos como
Sócrates, Hesíodo, Jenócrates y Plutarco también hablaron acerca de espíritus etéreos inmortales enviados a este mundo
por los dioses para cuidar y espiar a los hombres a los cuales llamaban demonios. La literatura gnóstica también está
influenciada por seres parecidos a los ángeles los cuales llaman Eones los cuales son descritos como seres inmateriales,
completos, infinitos y perfectos capaces de generar emanaciones de sí mismo produciendo seres espirituales de distintas
magnitudes. Por tanto, podemos ver que la creencia en seres semejantes a los ángeles era propia de las culturas cercanas
a Israel. En el caso de la tradición judía, sus escritos de la época antes y después del exilio están llenos de ángeles, así
como en el Islam la creencia de los ángeles es fuertemente aceptado y en el cristianismo esto es un hecho indiscutible.
Por tanto, nos parece a bien desarrollar un estudio de estos seres a la luz de la palabra de Dios.

Por tanto, podemos ver como la creencia de ángeles o seres similares era y sigue siendo aceptada en muchas
culturas por lo que su estudio a la luz de la Palabra de Dios se vuelve sumamente importante.

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Revelación Bíblica de los Ángeles


“Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era
millones de millones”.

Apocalipsis 5:11

L a existencia de los ángeles está fuertemente sustentada en la Biblia. La palabra ángel tanto en el Antiguo
como en el Nuevo Testamento significa mensajero y proviene de las palabras malák (‫)מַ לְ אָ ְך‬, en hebreo y
ángelos (ἄγγελος) en griego. En ocasiones se utilizan estas palabras para hacer referencia a un mensajero
humano (1 Reyes 19:2, Hageo 1:13, Lucas 7:24; Santiago 2:25), para referirse a los pastores o líderes de una iglesia
cristiana (Apocalipsis 1:20; 2:1,8,12,18; 3:1, 7, 14) y en el Antiguo Testamento en ocasiones se usa el termino el Ángel
de Jehová que no es más que una teofanía o aparición del Cristo antes de su encarnación (Génesis 16:1-13; 21:17-19;
22:11-16). Aparte de estas menciones, el Antiguo Testamento habla más de 100 veces de ellos, mientras que el Nuevo
Testamento hace una mención de aproximadamente 165 incluyendo las enseñanzas de Jesús donde los menciona a ellos.
En cuanto a su naturaleza, la iglesia ha tratado de llegar a un mutuo acuerdo basados en la evidencia bíblica. Su estudio
en el ámbito cristiano ha estado presente desde mucho tiempo atrás, pero no todo lo que se ha dicho respecto a ellos vale
la pena que se considere con seriedad. Durante la Edad Media surgieron muchas consideraciones un tanto absurdas
concernientes a estos seres y sus conclusiones estaban basadas en nada más que su gran imaginación sin mayor respaldo
bíblico. Por ejemplo, se llegó a especular acerca de cuántos ángeles pudieran pararse sobre la punta de una aguja o si
sería posible para un ángel estar en dos Jugares a la vez; o cuánto fue el intervalo de tiempo entre la creación de los
ángeles y su caída o si nuestra atmósfera es el lugar de castigo para los ángeles caídos; o si los ángeles que sirven de
guardianes tienen a su cargo a los niños desde su bautismo o desde que están en el seno de sus madres.

En cuanto a las conclusiones más sensatas de la iglesia referentes a la existencia de los ángeles, desde el
principio ha sido considerado un ser inmaterial o incorpóreo, aunque también puede materializarse. En el concilio de
Niza celebrado el 784 d.C. se llegó a establecer la creencia que estaban creados de luz apoyándose de pasajes como
Mateo 28:2-3(“porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo… Su aspecto era como un relámpago, y su vestido
blanco como la nieve”); Lucas 2:9 (“Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de
resplandor; y tuvieron gran temor”) y otros pasajes en los que se habla de su apariencia luminosa y de la gloria que les
acompaña. Posteriormente, en el Concilio Laterano del 1215 d.C. se decidió que eran incorpóreos o espirituales y ésta ha
sido la opinión común en la Iglesia hasta hoy (“¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de
los que serán herederos de la salvación?”, Hebreos 1:14). Son seres superiores a los hombres en cuanto al poder
limitado que Dios les ha dado: “Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que
lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra”, (Salmo 8:4-5). También son
seres creados por Dios: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra,
visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y
para él”, (Colosenses 1:16), y existen desde antes la fundación del mundo: “¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O
quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular, Cuando
alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?”, (Job 38:5-7). Originalmente todos
fueron creados santos: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha
guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día”, (Judas 6). Su apariencia en la Biblia siempre
es masculina, tal y como los vio Abraham cuando lo invito a reposar en su tienda: “Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres
varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en
tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo”, (Génesis 18:2-3); o
como lo vieron las mujeres que fueron al sepulcro de Jesús: “Y cuando entraron en el sepulcro, vieron a un joven
sentado al lado derecho, cubierto de una larga ropa blanca; y se espantaron”, (Marcos 16:5).

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El texto sagrado nos dice que estos son seres que no pueden reproducirse por lo
que se les considera asexuales: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se
darán en casamiento, sino serán como los ángeles de Dios en el cielo”, (Mateo
22:30), Existe un gran número de ellos, tal y como se declara en Hebreos 12:22:
“sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles”, o en
Apocalipsis 5:11: “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y
de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones”.
De acuerdo a 1 Pedro 1:12 poseen inteligencia: “A éstos se les reveló que no
para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son
anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo
enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”, y Lucas 15:10
enseña que son seres que expresan sentimientos: “Así os digo que hay gozo
delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente”. Finalmente, la
Biblia nos dice que la morada principal de los ángeles está en el cielo: “Mirad
Jacob en su sueño vio angeles de que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles
ascendian y descendian sobre una en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”, (Mateo
escalera 18:10).

Ministerio de los
Ángeles
“Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos
en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a
la voz de su precepto”.
Salmo 103:20

Cuando hablamos del ministerio de los ángeles la palabra de Dios nos enseña lo siguiente:

1. Son mensajeros de Dios.


2. Son seres que ejecutan juicios divinos.
3. Son seres ministradores que ayudan a los siervos de Dios.
4. Son protectores de los hijos de Dios.

Primeramente vemos que los ángeles se presentan como mensajeros de Dios. Tenemos el caso del ángel Gabriel
el cual aparece en Daniel 8:16-17 el cual fue enviado al profeta para revelarle el significado de las visiones apocalípticas
del carnero y macho cabrío que había tenido (“Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo:
Gabriel, enseña a éste la visión. Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi
rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin”). También en el capítulo 9
vemos que fue enviado al mismo profeta para mostrarle el significado de las 70 semanas: “Aún estaba hablando en
oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a
la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte
sabiduría y entendimiento”, (Daniel 9:21-22). Este mismo ángel aparece en el Nuevo Testamento anunciándole al
sacerdote Zacarías el nacimiento de Juan el Bautista: “Respondiendo el ángel, le dijo: Yo soy Gabriel, que estoy delante
de Dios; y he sido enviado a hablarte, y darte estas buenas nuevas”, (Lucas 1:19). También notamos la figura del Ángel
de Jehová fungiendo como mensajero en Génesis 16:7-9 donde le ordena a Agar a volver a su señora Sara y ponerse
sumisa a ella, o cuando se revelo delante de Balaam para decirle que había salido para resistirle ya que su camino era
perverso (Números 22:32), o cuando subió de Gilgal a Boquin para hablarle a Israel en nombre (Jueces 2:1). También
aparece el ángel de Jehová llamando al servicio de Dios a Gedeón (Jueces 6:11) y más tarde se le aparece a la mujer de
Manoa para anunciarle el nacimiento de Sansón (Jueces 13:3). Vemos al ángel de Jehová hablando al profeta Elías para
que fuera a amonestar a los mensajeros del rey Ocozías (2 Reyes 1:3). Finalmente, vemos al ángel de Jehová ordenando
al profeta Gad que detuviera al rey David en su intención de construirle un templo ya que lo haría uno de sus hijos (1
Crónicas 21:18).

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En segundo lugar vemos a estos seres ejecutando terribles juicios divinos.
Por ejemplo, se encargaron de custodiar la entrada del Huerto del Edén
cuando Adán y Eva fueron expulsados: “Echó, pues, fuera al hombre, y puso
al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se
revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”;
(Génesis 3:24). Fue un ángel que extermino al gran ejército asirio que tenía
sitiado a Jerusalén en tiempos del rey Ezequías: “Y salió el ángel de Jehová y
mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando
se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muerto”,
(Isaías 37:36). Cuando David peco al realizar el censo en Israel, Dios envió
un ángel a castigar a la nación: “Y Jehová envió la peste sobre Israel desde la
mañana hasta el tiempo señalado; y murieron del pueblo, desde Dan hasta
Beerseba, setenta mil hombres. Y cuando el ángel extendió su mano sobre
Jerusalén para destruirla, Jehová se arrepintió de aquel mal, y dijo al ángel
que destruía al pueblo: Basta ahora; detén tu mano. Y el ángel de Jehová
estaba junto a la era de Arauna jebuseo. David dijo a Jehová, cuando vio al
ángel que destruía al pueblo: Yo pequé, yo hice la maldad; ¿qué hicieron
estas ovejas? Te ruego que tu mano se vuelva contra mí, y contra la casa de
Un ángel extermino al ejército asirio mi padre”, (2 Samuel 24:15-17).

Y en el Nuevo Testamento vemos como un ángel ejecuto un juicio directo sobre Herodes el cual se había
exaltado a si mismo más que a Dios: “Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les
arengó. Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre! Al momento un ángel del Señor le hirió, por
cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos”, (Hechos 12:21-23). Y en Apocalipsis vemos como los
ángeles se encargan de ejecutar los terribles juicios sobre la tierra: “Vi en el cielo otra señal, grande y admirable: siete
ángeles que tenían las siete plagas postreras; porque en ellas se consumaba la ira de Dios”, (Apocalipsis 15:1).

En tercer lugar, los ángeles son presentados como seres ministradores


que ayudan a los siervos de Dios en momentos de dificultad. Por ejemplo uno
de ellos fortaleció a Elías cuando había caído en una terrible depresión: “Y
volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y
come, porque largo camino te resta”, (1 Reyes 19:7). Fortaleció a Pablo
cuando sufrió el naufragio diciéndole que no temiera ya que compadecería
delante del César: “Porque esta noche ha estado conmigo el ángel del Dios de
quien soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas; es necesario que
comparezcas ante César; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que
navegan contigo”, (Hechos 27:23-24). Fue un ángel que libero a Pedro y Juan
de la cárcel para que siguieran predicando: “Mas un ángel del Señor, abriendo
de noche las puertas de la cárcel y sacándolos, dijo: Id, y puestos en pie en el
templo, anunciad al pueblo todas las palabras de esta vida”, (Hechos 5:19-20).
Fue un ángel que le indico a Felipe que se acercara al etíope para testificarle el
mensaje del evangelio: “Un ángel del Señor habló a Felipe, diciendo:
Levántate y vé hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, Pedro es liberado de la cárcel por un
el cual es desierto”, (Hechos 8:26). ángel.

También fue un ángel que direccionó a Cornelio para que buscare a Pedro para que le mostrara el camino de
salvación: “Este vio claramente en una visión, como a la hora novena del día, que un ángel de Dios entraba donde él
estaba, y le decía: Cornelio”, (Hechos 10:3). Otro ángel fue el que librero a Pedro de la cárcel el cual había sido
encerrado por Herodes: “Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a
Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos”, (Hechos 12:7).
En general, la Biblia nos dice que son seres ministradores al servicio de los hijos de Dios: “¿No son todos espíritus
ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”, (Hebreos 1:14).

Finalmente, los ángeles son seres protectores. Protegieron a Israel en su travesía por el desierto: “y yo enviaré
delante de ti el ángel, y echaré fuera al cananeo y al amorreo, al heteo, al ferezeo, al heveo y al jebuseo”, (Éxodo 33.2).
Fueron al auxilio de Eliseo cuando los sirios lo sitiaron: “Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos
para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a
caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo”, (2 Reyes 6:13). Fue un ángel de Dios el que cerró la boca de los

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leones para que no dañaran a Daniel cuando este fue arrojado al foso: “Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de
los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante de ti, oh rey, yo no he hecho
nada malo”, (Daniel 6:22). En general la Biblia afirma que los ángeles del Señor cuidan la vida de sus hijos: “Pues a sus
ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos”, (Salmo 91:11), “El ángel de Jehová acampa
alrededor de los que le temen, y los defiende”, (Salmo 34:7). Además hay un versículo donde la Biblia nos sugiere que
cuidan a los niños: “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos
ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”, (Mateo 18:10) y hasta están presentes en la muerte de los
justos para acompañarlos al paraíso: “Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de
Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado”, (Lucas 16:22).

Los Ángeles en el ministerio de Jesús


¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?
Mateo 26:53

Con relación al ministerio de Jesús, podemos ver como los ángeles jugaron un
papel muy importante. Vemos su intervención desde antes de su nacimiento.
Fue el ángel Gabriel quien dio el anuncio de su nacimiento virginal a María
(Mateo 1:20; Lucas 1:26–28). Fue un ángel del Señor que le revelo a José en
sueños que no dejase a su mujer María cuando se enteró que estaba embarazada
ya que concebiría por obra del Espíritu Santo (Mateo 1:18-20). Durante su
nacimiento, fue uno de ellos que les anuncio a los pastores el lugar donde se
encontraba el recién nacido y fue una multitud de ellos que le adoraron (Lucas
2:8–15). También fue un ángel el cual le advirtió en sueños a José que tomara
al Niño Jesús y su madre y huyeran a Egipto después de la visita de los magos
ya que Herodes intentaría matar al Niño (Mateo 2:13). Finalmente, José fue
advertido en sueños por un ángel que regresara a la tierra de Israel tiempo
después de la muerte de Herodes el Grande (Mateo 2:19-20). Vemos como los
ángeles ministraron a Jesús después de su tentación (Mateo 4:11) y en su
angustia en el monte Getsemaní (Lucas 22:43). Durante su captura declaro que
si quería podía clamar a su Padre y este le mandaría más de doce legiones de
ángeles para que lo defendieran (Mateo 26:53).

En su resurrección fue un ángel el que removió la piedra de la cueva donde fue sepultado (Mateo 28:1–2) y dos
de ellos les anuncio a las mujeres su resurrección (Lucas 24:5–7). La Biblia declara que en su segunda venida los ángeles
lo acompañaran (Mateo 25:31; 2 Tesalonicenses 1:7), así como separarán el trigo de la cizaña en su segunda venida
(Mateo 13:39–40).Por tanto, vemos como los ángeles jugaron un papel muy importante durante el ministerio de nuestro
Señor Jesucristo, y cómo tendrán un papel muy importante en su segunda venida.

Origen y Naturaleza de los Ángeles


“¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican
más que la arena; despierto, y aún estoy contigo”.
Salmo 139:17-18

D espués de haber considerado a la luz de la palabra de Dios y los antecedentes bíblicos referente a la
existencia de los ángeles y sus funciones, evaluaremos un poco más en detalle todo lo referente a su
creación, naturaleza y morada. Los seres humanos vivimos en un universo inmenso el cual todavía
guarda muchos secretos para los que lo estudian. Basta ver el inmenso universo y contemplar las miles de estrellas para
darnos cuenta que hay muchas cosas que aun desconocemos, sin embargo, comparado a los misterios que nos guarda el
mundo espiritual, este quizás representa apenas la punta del iceberg. Nicolás Camille Flammarion, un prominente
astrónomo francés que realizo grandes descubrimientos que enriquecieron la ciencia de los astros celestes se fascino en
sus últimos días con la existencia del mundo espiritual diciendo: “Entonces entiendo que todas las estrellas que siempre

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se han visto en el firmamento, los millones de puntos luminosos que forman parte de la Vía Láctea, los cuerpos
celestiales innumerables, los soles de toda magnitud y de todo grado de brillantez, los sistemas solares, los planetas y los
satélites que por millones y millones se extienden en el inmenso vacío que nos rodea; que todo lo que los seres humanos
han llamado el universo, no representa en lo infinito más que un archipiélago de islas celestiales y nada más que un
pueblo de menor importancia en la totalidad de una gran población. En esta ciudad del imperio sin límites, en este
pueblo de una tierra sin fronteras, nuestro sol y su sistema representa un puntito, una casita aislada entre los millones
de otras habitaciones. ¿Será nuestro sistema un palacio o una chocita en esta gran ciudad? Probablemente una chocita.
¿Y la tierra? La tierra es una cámara en la mansión solar, una habitación miserablemente pequeña”. De alguna manera
este científico llego a considerar la grandeza de secretos y misterios que envolvía a un mundo que nuestros ojos son
incapaces de percibir, pero solo por ello no lo hacen irreal, y en este universo espiritual se encuentran los ángeles.

La Creación de los Ángeles


“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”.
Colosenses 1:16

B asados en Colosenses 1:16 se nos permite inferir que todos los ángeles fueron creados al mismo tiempo y
desde entonces no se ha añadido más al número original. De acuerdo a la evidencia bíblica se estima que
fueron creados antes de la creación de la tierra tal y como lo declara el libro de Job: “¿Quién ordenó sus
medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel? ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su
piedra angular, Cuando alababan todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?”, (Job 38:5-7).
La palabra hijos de Dios que aparece en estos versículos provienen del griego ben elojin (‫)ן אֱֹלהִ ים‬, donde ben es una
palabra con un uso amplio de significados y generalmente se usa para referirse a los hijos engendrados, pero en este caso
se está refiriendo a los seres creados por Dios, que son los ángeles. Esta mismas expresiones ben elojin (‫)ן אֱֹלהִ ים‬,
aparecen en Job 1:6 cuando dice que “Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales
vino también Satanás”, y obviamente los hijos de Dios se refiere a los ángeles. Estos seres celestiales no tienen una
existencia limitada como los seres humanos en esta tierra, y no puede aumentar ni disminuir su número tal y como
nuestro Señor Jesús lo enseño cuando les explicaba a unos saduceos que en la resurrección los humanos no se casaran y
se darán en casamiento: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los
ángeles de Dios en el cielo”, (Mateo 22:30).

En cuanto a su número es incalculable tal y como lo declara Hebreos 12:22: “sino que os habéis acercado al
monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles”, o en
Apocalipsis 5:11: “Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos;
y su número era millones de millones”. A lo largo de la historia mucho se ha especulado referente a su número real.
Clemente de Alejandría llego a comparar la cantidad de ángeles con la cantidad de estrellas en el firmamento basados en
el Salmo 148:1-2: “Alabad a Jehová desde los cielos; alabadle en las alturas. Alabadle, vosotros todos sus ángeles;
alabadle, vosotros todos sus ejércitos”. En la Edad Media el teólogo y filósofo Alberto Magno llego a especular en su
número diciendo que existían 399, 920,004 de ángeles, cifra muy parecida que se manejaba en la comunidad judía.
Tomas de Aquino no dio un número pero en su obra Suma Teológica llego a decir que existían tantos ángeles como
humanos han existido en la tierra, hipótesis similar a aquellos que basándose en Mateo 18:10 creen en los ángeles que
cuidan a los niños, hay tanto ángeles como personas. Respecto a esto, el Dr. Guillermo Cooke dice: “Óigase lo que dice
Micaías: 'yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su
izquierda' (1 Reyes 22: 19). Óigase a David en Salmo 68:17, 'Los carros de Dios se cuentan por veintenas de millares de
millares.' Eliseo vio a un destacamento de estos seres celestiales enviados para guardarle y la Escritura dice que 'el
monte estaba lleno de gente de a caballo y carros de fuego alrededor de él' (2 Reyes 6: 17). Veamos lo que dice Daniel,
'millares de millares le servían, y millones de millones asistían delante de él' (Daniel 6: 10). He aquí lo que los pastores
de Belén vieron y oyeron la noche del nacimiento del Divino Redentor: 'Una multitud de las huestes celestiales, que
alababan a Dios, y decían: Gloria a Dios en las alturas' (Lucas 2: 13). Fíjense en lo que Jesús mismo dice en Mateo
26:53, '¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?
‘Échese una mirada al magnífico espectáculo que Juan el apóstol vio cuando contemplaba aquel mundo celestial y dijo:
'Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era
millones de millones' (Apocalipsis 5: 11). Sí tomamos esta cifra literalmente alcanza a un billón, pero representa sólo
una parte de las huestes celestiales. Es probable, sin embargo, que este número no debe tomarse en su significado
preciso, sino que nos es dado para indicar que hay una multitud inmensa superior a lo que generalmente los seres

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humanos calculan. Por lo tanto leemos en Hebreos 12:22 no de un cierto número limitado de ángeles, sino nos habla de
la compañía de muchos millares de ángeles”.

Naturaleza de los Ángeles


Al estudiar la Biblia podemos darnos cuenta de algunos aspectos que nos dice algunas cosas respecto a la
naturaleza y personalidad de los ángeles. Hebreos 1:14 nos dice que estos seres son espíritus, y otras partes de las
escrituras nos sugieren que tienen forma masculina los cuales también puede materializarse tal y como los vio Abraham
en Génesis 18:2-3: “Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió
corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus
ojos, te ruego que no pases de tu siervo”. En esta ocasión no solo descansaron en la tienda de Abraham, sino también
comieron de lo que les sirvió: “Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante
de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron”, (Génesis 18:8). Después de posar en la tienda de
Abraham, los ángeles se dirigieron a las ciudades de Sodoma y Gomorra a ejecutar un juicio de parte de Dios por sus
pecados donde fueron recibidos por Lot y los obligos a reposar en su casa. Su aspecto debió haber sido hermoso para que
despertara la lascivia de los hombres de Sodoma: “Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la
ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. Y llamaron a Lot, y le
dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos”, (Génesis 18:4-5).
Podemos ver también en este pasaje que la forma de estos ángeles era completamente física ya que fueron capaces de
agarrar a Lot y meterlo en la casa: “Entonces los varones alargaron la mano, y metieron a Lot en casa con ellos, y
cerraron la puerta”, (Génesis 18:10). Si consideramos la evidencia bíblica podemos darnos cuenta que los ángeles
poseen características que definen su personalidad:

1. Poseen inteligencia. Pedro en su primera carta explica los dichosos que los cristianos somos al tener la
comprensión de las revelaciones del Antiguo Testamento las cuales los profetas inquirieron en comprender pero
no lo lograron porque estaban reservadas para la iglesia, sin embargo, los ángeles lo comprenden y por eso la
Escritura dice: “cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles”, (1 Pedro 1:12). También en el Antiguo
Testamento tenemos una referencia a la inteligencia de los ángeles al comparar la sabiduría de David con la de
uno de ellos: “Tu sierva, pues, dice: Sea ahora de consuelo la respuesta de mi señor el rey, pues que mi señor el
rey es como un ángel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. Así Jehová tu Dios sea contigo”, (2
Samuel 14:17).
2. Poseen emociones. Por ejemplo ellos se alegraron cuando Dios estaba fundando el mundo: “Cuando alababan
todas las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios…”, (Job 38:7). También se regocijan en el
cielo cuando un pecador se arrepiente (Lucas 15:7).
3. Poseen Moral. Esto se deja ver en el hecho que los ángeles buenos no permiten adoración para sí mismos: “Yo
Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del
ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo, de tus
hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios”, (Apocalipsis 22:8-9).
4. Son capaces de entender la divinidad de Cristo. Los demonios fueron capaces de reconocer el señorío de
Cristo: “Pero había en la sinagoga de ellos un hombre con espíritu inmundo, que dio voces, diciendo: ¡Ah!
¿qué tienes con nosotros, Jesús nazareno? ¿Has venido para destruirnos? Sé quién eres, el Santo de Dios”
(Marcos 1:24).

Los ángeles tiene un gran poder respecto a los hombre a tal


punto que son capaces de ejecutar los juicios de Dios, sin
embargo son limitados, tal y como lo podemos ver en
Daniel 10:21-23 donde Gabriel no puede estar en dos
lugares al mismo tiempo. También lo vemos en el caso de
Satanás cuando Dios le autorizo que le quitara todo lo que
tenía y le enfermare con una lepra maligna, pero le prohibió
que atentara con su vida:

“Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está en tu mano; mas


guarda su vida”.
Job 2:6

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra

Morada de los Ángeles


“Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los
cielos y en la tierra”.
Efesios 3:14-15

En su carta a los Efesios el apóstol Pablo alaba al Padre celestial creador de toda familia, tanto en los cielos
como en la tierra. Obviamente, la familia de los cielos a la cual se refiere está constituida por ángeles los cuales tienen su
principal morada en los cielos. Las referencias bíblicas nos indican este hecho. Por ejemplo, cuando Jesús se refiere a
ellos en Marcos 13:32 los llama “los ángeles que están en el cielo”, afirmando que su habitación es el cielo. También el
apóstol Pablo escribe “un ángel del cielo”, haciendo referencia a su habitación celestial en Gálatas 1:8, el profeta
Miqueas dice que vio a Dios sentado en su trono en los cielos y alrededor de El a todo “el ejercito del cielo”, es decir,
los ángeles, (2 Crónicas 18:18). De igual forma Gabriel afirmo que su morada estaba en el cielo cuando dijo: “Yo soy
Gabriel, que estoy delante de Dios”, (Lucas 1:19). El Dr. Arno Clemens Gaebelein comento referente a la morada
de los ángeles: “En los lugares celestiales, según la Epístola a los Efesios, están los principados y potestades, una
compañía de innumerables ángeles. Sus moradas están en esos lugares celestiales. El Dios que los creó, que los hizo
espíritus apropiándoles cuerpos conforme a sus naturalezas espirituales, tiene que haberles dado también sus
habitaciones”.

Organización y Clasificación de los


Ángeles
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él”.
Colosenses 1:16

D e acuerdo a los textos de Hebreos 12:22 y Apocalipsis 5:11 existen millares de millares de ángeles los
cuales han sido creados por Dios y estos se encuentran organizados como un poderoso ejército. Puesto
que orden es la primera ley en el cielo se espera que estos seres celestiales se encuentren organizados de
acuerdo a su rango y actividad. En Colosenses 1:16 nos sugiere una organización de estos seres al decirnos que están
agrupados en tronos, dominios, principados y potestades y en Apocalipsis 12:7 se nos dice que Miguel es el que está a la
cabeza de ellos: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y
luchaban el dragón y sus ángeles”. Esta organización aplica tanto para ángeles buenos y caídos o demonios donde el
líder de estos últimos es Satanás. Además al considerar la evidencia bíblica nos podemos dar cuenta que existen
diferentes clases de seres angelicales los cuales tienen diversidad de funciones delante de Dios y es basado en estas
actividades que se ha sugerido una clasificación para cada uno de ellos. El estudio de su clasificación nos ayuda un poco
a comprender su naturaleza y funciones delante de la divinidad. La clasificación aplica tanto para los ángeles santos
como para los que se revelaron junto con Satanás y que hoy en día se les conoce como demonios.

Arcángel
“Pero cuando el arcángel Miguel contendía con el diablo, disputando con él por el cuerpo de Moisés, no se atrevió a
proferir juicio de maldición contra él, sino que dijo: El Señor te reprenda”.
Judas 9

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
La palabra arcángel proviene del griego arjángelos
(ἀρχάνγελος). Como arcángel, solamente Miguel es
designado con ese estatus de tal forma que no
existen más arcángeles de acuerdo al Canon
Sagrado. Aparece por primera vez en el Antiguo
Testamento específicamente en el libro de Daniel
como uno de los principales ángeles protectores de
la nación de Israel: “Mas el príncipe del reino de
Persia se me opuso durante veintiún días; pero he
aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino
para ayudarme, y quedé allí con los reyes de
Persia”, (Daniel 10:13). También el texto de Judas
9, donde se le llama arcángel, nos muestra a
Miguel contendiendo con Satanás por el cuerpo de
Moisés y a pesar de su gran poder no se atrevió a
proferir maldición sobre él, sino se apoyó en el
respaldo de Dios al decirle: El Señor te reprenda.
En tiempos de la gran Tribulación será el protector
de la nación de Israel:

“En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de
angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los
que se hallen escritos en el libro”, (Daniel 12:1). También lo vemos a la cabeza del ejercito celestial de Dios expulsando
a Satanás y sus ángeles caídos del cielo, razón por la cual se cree que Miguel es el comandante de los escuadrones
angelicales: “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el
dragón y sus ángeles; pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran
dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y
sus ángeles fueron arrojados con él”, (Apocalipsis 12:7-9). Finalmente, muchos creen que será el arcángel Miguel el
cual sonara la final trompeta el día de rapto dando por hecho que la iglesia consideraba desde sus inicios que solo
existían un solo arcángel: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios,
descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero”, (1 Tesalonicenses 4:16).

Principados
“Para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y
potestades en los lugares celestiales”.
Efesios 3:10

La palabra se traduce del griego arjé (ἀρχή) con la cual se distinguían los magistrados o gobernadores
principales de una aldea o nación. Sus referencias aparecen en Romanos 8:38; Efesios 1:21; 3:10; 6:12; Colosenses 1:16;
2:10-15, y se aplica tanto a los ángeles santos como a los demonios. Por el uso etimológico de esta palabra muchos
consideran que esta clase de ángeles tienen una incidencia directa sobre los asuntos de naciones o pueblos a tal punto que
pueden considerarse a la cabeza de ángeles en esas regiones geográficas. En el libro del profeta Daniel se hace una
referencia a una lucha que ocurrió entre estos principados: Debido a las grandes visiones apocalípticas que Daniel había
tenido quedo completamente exhausto y sin fuerzo, sin embargo, Dios dispuso que el ángel Gabriel fuera hasta él para
revelarle el significado de estas visiones, pero en su camino, otro ser al cual se le llama el príncipe de Persia se le opuso,
y no pudo vencerlo hasta que llego el arcángel Miguel que le ayudo. Obviamente la lucha que vemos aquí es entre
ángeles y demonios, donde el príncipe de Persia debe ser un Principado de maldad que ejercía la mayor autoridad sobre
los demonios de esa región: “Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí
Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia. He venido para
hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la visión es para esos días”, (Daniel 10:13-
14). Más adelante el ángel le dice al profeta que tiene que regresar a luchar con el príncipe de Persia y luego vendría el
príncipe de Grecia: “Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el
príncipe de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá. Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro
de la verdad; y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe”, (Daniel 10:20-21).

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
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Poderes y Señoríos
“Sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino
también en el venidero”.
Efesios 1:21

La palabra poder (en ocasiones traducida como potestad) proviene


del griego original exousía (ἐξουσία) y era un título que se le daba
a una persona que tenía la capacidad y potencia de ejecutar su
autoridad en una región determinada. También la palabra señorío
se traduce del griego dúnamis (δύναμις) que literalmente describe
una poderosa fuerza eficaz. En este sentido se cree que esta clase
ángeles son seres que actúan directamente en los asuntos de los
seres humanos, ya sea para bien o para mal, de acuerdo a la
naturaleza buena o mala en el caso de los demonios. Sus
referencias bíblicas aparecen en Efesios 1:21; 2:2; 3:10; 6:12;
Colosenses 1:16; 2:10, 15; 1 Pedro 3:22. Podemos ver el caso de
un ángel malo que influyó en Acab rey de Israel para que este
fuera a la guerra actuando como una fuerza poderosa y eficaz en
boca de los falsos profetas para engañarlo y conducirlo a la
muerte.

“Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos
estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot
de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo
le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera? Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus
profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; vé, pues, y hazlo así. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu
de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti”.
1 Reyes 22:19-23

Tronos y Dominios
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles;
sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”.
Colosenses 1:16

La palabra trono se traduce del griego zrónos (θρόνος) y precisamente significa eso, trono, mientras que la
palabra dominios viene del griego kuriótes (κυριότης), título de autoridad que se le daba a un amo o señor. Esta
designación enfatiza la dignidad y la autoridad de los gobernadores angélicos en el uso que Dios hace de ellos en su
gobierno. La referencias bíblicas las encontramos en Efesios 1:21; Colosenses 1:16; 2 Pedro 2:10 y Judas 8.

Querubines
“Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando
habla”.
Ezequiel 10:5

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
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La palabra querubín proviene del hebreo kérub (‫ )כְ רּוב‬y son
descritos como seres alados de imponente presencia de acuerdo a Ezequiel
10:5 o como se muestran en el arca del pacto: “Y los querubines extenderán
por encima las alas, cubriendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros el
uno enfrente del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los
querubines”, (Éxodo 25:20). Los querubines constituyen una orden de
ángeles poderosos, evidentemente de alto rango, puesto que Satanás era un
querubín (Ezequiel 28:14, 16). Aparentemente ellos funcionan como guardas
de la santidad de Dios, habiendo guardado el camino hacia el árbol de la
vida en el huerto de Edén: “Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente
del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por
todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida”, (Génesis 3:24).
El uso de querubines decorados en el propiciatorio del arca o en las cortinas del Templo nos sugieren una
función de protección: “Todos los sabios de corazón de entre los que hacían la obra, hicieron el tabernáculo de diez
cortinas de lino torcido, azul, púrpura y carmesí; las hicieron con querubines de obra primorosa”, (Éxodo 36:8); “Hizo
también los dos querubines de oro, labrados a martillo, en los dos extremos del propiciatorio”, (Éxodo 37:7); “Puso
estos querubines dentro de la casa en el lugar santísimo, los cuales extendían sus alas, de modo que el ala de uno tocaba
una pared, y el ala del otro tocaba la otra pared, y las otras dos alas se tocaban la una a la otra en medio de la casa”,
(1 Reyes 6:27). Respecto a estos seres el Dr. Scofield dice: “El tema es algo obscuro, pero tornando en cuenta la
posición de los querubines en la puerta del Edén, en la cubierta del arca del pacto, y en Apocalipsis 4, se concluye
claramente que ellos se relacionan con la vindicación de la santidad de Dios contra el orgullo del hombre pecador
quien, a pesar de su pecado, podría alargar su mano para tomar del árbol de la vida (Génesis 3:22-24). Los querubines
que estaban sobre el arca del pacto, habían sido hechos de una pieza con el propiciatorio, y contemplaban allí la sangre
derramada que hablaba, tipológicamente, de la perfecta preservación de la justicia divina por medio del sacrificio de
Cristo”, (Éxodo 25:17-20; Romanos 3:24-26).

Serafines
“En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con
dos volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena
de su gloria”.

Isaías 6:1-3

La palabra serafín proviene del hebreo saráf (‫ )שָ ָרף‬la cual


literalmente significa “serpiente ardiente”. Este nombre
aparece en Números 21:6 (“Y Jehová envió entre el
pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y
murió mucho pueblo de Israel”) y era dado a unas
serpientes, no porque tuvieran alas, sino porque eran
rápidas para moverse y morder a las personas. Esto nos
sugiere que estos seres eran rápidos para moverse. La
descripción de seis alas concuerda exactamente con la que
Juan hace de los seres viviente en Apocalipsis 4. Aparte
de eso vemos que estos seres entonaban una especie de
adoración a Dios diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de
los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. De
igual forma los cuatro seres vivientes que aparecen en
Apocalipsis 4 no paran de adorar a Dios:

“Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por dentro estaban llenos de ojos; y no
cesaban día y noche de decir: Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que ha de
venir. Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de gracias al que está sentado en el trono, al
que vive por los siglos de los siglos”, (Apocalipsis 4:8-9). Pareciera que los serafines de Isaías 6 son los mismos que
aparecen en Apocalipsis 4, sin embargo, su identidad de los cuatro seres vivientes es otro tema que ha causado mucha
especulación. En el griego original la palabra ser viviente se traduce del nombre neutro zon (ζῶν), y Juan nos dice que

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son cuatro los cuales están llenos de ojos delante y detrás. Estos poseen seis alas y día y noche no cesan de adorar a Dios.
El apóstol describe a cada uno de ellos, uno semejante a león, otro semejante a becerro, otro semejante a rostro de
hombre y el otro semejante a un águila volando lo cual también denota que cada ser viviente poseía características que
los diferenciaba uno de otro. Como los serafines tienen seis alas cada uno. El Dr. Scofield dijo referente a los serafines de
Isaías 6: “ardientes, esta palabra ocurre solamente aquí... En muchas maneras los serafines se hallan en contraste con
los querubines, aunque ambos expresan la santidad divina, la cual exige que el pecador tenga acceso a la divina
presencia solamente por medio de un sacrificio que en verdad vindique la justicia de Dios (Ro. 3: 24·26, notas), y que el
santo se purifique antes de ofrecer su sacrificio al Señor. Génesis 3:24·26 es una ilustración de la primera de estas
demandas; Isaías 6:1-8, de la segunda. Puede decirse que los querubines están relacionados con el altar y los serafines
con el lavacro”.

Los ángeles en la Literatura Apócrifa


La literatura apócrifa también está llena de relatos donde presentan a estos seres. Por ejemplo, en el Proto-
Zacarías aparece el Ángel de Jehová acompañado de otros ángeles najo su órdenes y con la función de interceder por el
pueblo de Israel. En el libro apocalíptico de 1 Enoc se menciona el relato de como 200 ángeles decidieron abandonar su
morada celestial y descendieron a la tierra para unirse con las mujeres las cuales al quedar embarazadas dieron a luz a
gigantes, historia que no es muy aceptada entre la mayoría de teólogos, pero que aparece en este libro. En el capítulo 6
aparecen los nombre de los ángeles que dirigieron esta rebelión: “Estos son los nombres de sus jefes: Shemihaza, quien
era el principal y en orden con relación a él, Ar'taqof, Rama'el, Kokab'el, -'el, Ra'ma'el, Dani'el, Zeq'el, Baraq'el,
'Asa'el, Harmoni, Matra'el, 'Anan'el, Sato'el, Shamsi'el, Sahari'el, Tumi'el, Turi'el, Yomi'el, y Yehadi'el”, (1 Enoc 6:7).
Además, en el capítulo 9 aparecen 4 ángeles que el libro menciona por nombre: Miguel, Sariel, Rafael y Gabriel, y más
adelante continua haciendo mención de los mismos incluyendo a Uriel, Reul y Remeiel. También en el libro de Tobías
aparece el ángel Rafael (Tobías 3:17; 12:15) el cual se presenta como “Yo soy Rafael, uno de los siete santos ángeles que
presentamos las oraciones de los justos y tienen entrada ante la majestad del Santo”, (Tobías 12:15, NC). En 2
Macabeos 15:22-23 los judíos piden a Dios que envié un ángel que infunda temor en el ejército enemigo tal y como lo
hizo en tiempos del rey Ezequías cuando Senaquerib los sitio Jerusalén. Es importante recalcar que todos estos libros no
son inspirados por Dios y por ende no está incluida en el canon bíblico, sin embargo, nos muestra que aun en la literatura
inter-testamentaria los judíos escribieron acerca de los ángeles.

El Enemigo de Nuestra Alma


C omo una parte de la Angelología, el estudio de Satanás y sus demonios constituye una parte muy
importante en la Teología. La realidad de la existencia de Satanás no descansa en historias
sensacionalistas, producto de la imaginación humana. Por el contrario, la Biblia revela su existencia y
describe su personalidad: Génesis 3:1, se presenta en forma de Serpiente para engañar a Eva; Job 2, pide permiso a Dios
para atacar al justo Job; 1 Crónicas 21:2, tentó a David para que censará al pueblo; Zacarías 3:1 acusa delante de Dios al
sacerdote Josué; Isaías 14:12-17, describe como Satanás, que en el principio se llamaba Lucero, cayó de la posición
original con que Dios lo había creado; Ezequiel 28:11-19, describe la perfección con la que fue creado y su rebelión.
Jesús habla de él 25 veces y el resto de los autores del Nuevo Testamento hablan acerca de él o de sus demonios. De
manera que en todas partes, la Biblia revela que existe un ser espiritual invisible que es identificado por al menos 40
títulos entre descriptivos de su personalidad y nombres propios. Es de importancia crítica que entendamos que el Satanás
del que la Biblia nos habla, está vivo y activo en el mundo, tiene un plan estratégico que tiene como objetivo destruirnos.
El Dr. Dwight Pentecost nos dice respecto a la importancia de conocer a nuestro enemigo: “Nadie puede ser victorioso
ante el adversario de nuestras almas a menos que conozca a ese adversario; a menos que comprenda su filosofía, su
modo de obrar, su forma de tentar. Hoy se habla muy poco de Satanás, y en consecuencia muchos que reconocen su
existencia y saben que él es el enemigo de nuestras almas, no se encuentran en condiciones de hacerle frente. Ignoramos
la naturaleza de aquel que golpea a la puerta de nuestro corazón. Desconocemos lo que las Escrituras enseñan acerca
de su persona y de sus métodos, sus planes, su programa y sus artificios. En consecuencia, somos vencidos”. Lo único
que quiere Satanás es controlar y destruir a las personas para satisfacer su hambre, segándolas para evitar que tengan fe
en Dios. Su engañoso y tenebroso mundo de maldad opera bajo un sistema de reglas totalmente diferentes a las de
nuestro misericordioso Dios. Su meta es “robar, matar y destruir” (Juan 10:10 a, NVI). C. S. Lewis nos dice que
debemos evitar en caer en dos errores comunes en cuanto a este tema: “Con respecto a los demonios, hay dos errores
comunes y opuestos entre sí en los cuales puede caer el ser humano. Un error es negar su existencia. El otro es creer
que existen y tener un interés excesivo y enfermizo en ellos. Ambos errores son igualmente ventajosos para los

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demonios”. Por tanto, nuestro estudio debe estar basado en la evidencia que la Biblia nos arroja respecto a este ser con el
objetivo de conocer su forma de operar y resistirlo. Finalmente, podemos citar las palabras de Lewis S. Chafer, otro
reconocido teólogo respecto a la importancia de estudiar al enemigo de nuestra alma: “El que quiera ser hallado fiel y
útil como digno expositor de las Escrituras, y guía para la humanidad, después de conocer al Trino Dios y los valores
positivos de Su gracia redentora, debiera comprender la verdad acerca del enemigo de Dios, el cual "como león
rugiente, anda alrededor buscando a quién devorar" (1 P.S: 8). Los conflictos y pruebas del cristiano pueden explicarse
por tres realidades -el mundo, la carne y el diablo; pero este último enemigo es el dios de este mundo, y la naturaleza
mala que domina la carne se originó de la mentira de Satanás en el huerto de Edén, y él mismo es el opositor contra el
creyente no sólo en la esfera de la carne y sangre, sino también en las actividades de la vida espiritual”.

El Origen de Satanás
“Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha dicho
Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto de
Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro,
carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu
creación. Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de
fuego te paseabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad”.
Ezequiel 28:11-15

¿Es Satanás un ser creado? ¿Cuál es su naturaleza? ¿Qué nos enseñan sus diferentes nombres? ¿Están todos los
demonios bajo sus órdenes? Estas y otras preguntas pueden encontrar su correcta respuesta a la luz de la Biblia ya que en
la actualidad su existencia y naturaleza están contaminadas por una serie de creencias supersticiosas y erradas. De igual
forma salta la duda del por qué Dios creo un ser como éste su sabía que se iba a revelar. Respecto a ello el Dr. J. Dwight
Pentecost dice: “Estas preguntas asedian a la persona que tropieza con la existencia de nuestro adversario a la luz de la
revelación bíblica de la santidad de Dios. La filosofía jamás podrá dar una respuesta satisfactoria a estas preguntas. La
única respuesta satisfactoria es la que nos proporciona Dios en su Palabra”. Solo estudiando las Sagradas Escrituras y
con la ayuda del Espíritu Santo podemos encontrar las respuestas a todas nuestras interrogantes. El profeta Ezequiel nos
ofrece una buena revelación en cuanto al origen de este terrible ser. En Ezequiel 28:11-15 el profeta de parte de Dios
envía un mensaje de juicio contra el rey de Tiro: “Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, levanta
endechas sobre el rey de Tiro”, de donde la palabra que se traduce en la RV60 como endecha proviene del hebreo quiná
(‫ )קִ ינָה‬la cual sugiere una gran lamentación con golpes de pecho. Es increíble ver como el libro de Ezequiel ocupa los
capítulos 26, 27 y 28 para emitir un juicio contra esta nación enemiga de Dios, mientras que solo dedica pocos versículos
en el capítulo 25 para emitir el juicio sobre las naciones de Amón, Moab, Edom y los filisteos. Esto nos sugiere que la
maldad de esta nación había excedido en gran manera a todas las demás que el mismo Dios quiere dejarles muy claro que
el quebranto a su orgullo y maldad será grande. Lewis S. Chafer nos comenta algo parecido: “Antes de este discurso a un
"príncipe" y a un "rey" en Tiro, se hace alusión en el capítulo 25 a cuatro naciones que son: Amón, Moab, Edom y
Filistea; y los mensajes a estos reinos ocupan sólo diecisiete versículos, mientras el mensaje para Tiro requiere ochenta
y tres versículos. Tal proporción nos parece algo llamativa surgiendo así una importancia simbólica de aquella sola
ciudad. Como Babilonia anteriormente, Tiro era la ciudad comercial del mundo. Mediante el énfasis ya notado se
insinúa una elevación del ideal mundano de lo que significa éxito. Como en la actualidad lo que significa éxito es partir
al mundo de ultratumba dejando todo aquí sin llevar nada consigo; mientras que el dejar nada aquí y llevar todo
consigo le parece al mundo un verdadero fracaso. Por lo tanto Tiro llega a ser un símbolo del amor a las riquezas del
mundo”. A lo largo de su profecía Ezequiel va más allá de los acontecimientos presentes y proféticos, y a partir del
versículo 11 del capítulo 28 retrocede al pasado, posiblemente antes de la misma creación del hombre, para hacer una
comparación con la caída de otro ser que fue creado con gran perfección: El diablo. No cabe duda que el diablo tenía una
influencia maligna sobre el rey de Tiro, como lo ha tenido y lo sigue teniendo sobre todos los gobernadores impíos del
mundo, y en este caso, la caída del rey de Tiro viene a ser un tipo de la caída del diablo y su futuro juicio. El Dr. J.
Dwight Pentecost comenta al respecto: “Tiro, una parte de la Siria bíblica al norte, ocupada por los fenicios, era uno de
los principales enemigos de Israel. Pero en los versículos 11 al 17 el profeta va más allá del verdadero «príncipe de
Tiro», el rey de esa nación, y dirige un mensaje de juicio sobre aquel que controlaba al «príncipe de Tiro», y a quien se
denomina el rey de Tiro. Debiéramos observar que Satanás obra por intermedio de los hombres. En muchas ocasiones
obra por medio de los gobernantes. Como Satanás deseaba exterminar a Israel para que el Mesías de Dios no pudiera
venir a bendecir la tierra por intermedio de esa nación, puso a las naciones gentiles en acción contra Israel. Los gentiles
al perseguir y tratar de exterminar a Israel estaban ejecutando la filosofía y el programa de Satanás sin reconocerlo ni
darse cuenta de ello. Y así como el profeta pronuncia el juicio sobre este enemigo de Israel en los versículos 1 al 10,
prosigue para dar un mensaje de juicio sobre quien controla a estos príncipes gentiles”. Por tanto, estamos en el

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
entendido que estas palabras cobran un significado que va más allá de cualquier rey o príncipe humano, se dirigen
directamente al príncipe de los demonios, al mismo Satanás.

El profeta nos aclara que Satanás fue un ser creado por el mismo
Dios: Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría, y
acabado de hermosura. El Señor creo a este ser y lo doto de toda
sabiduría y hermosura a tal punto que lo llama el sello de la
perfección. Esto nos sugiere que no había nada más perfecto en
poder, hermosura y sabiduría entre toda la creación del
Todopoderoso que el diablo. Esto contrasta con la idea mitológica
que se tiene de este ser, tal y como lo declara el teólogo Myer
Pearlman: “La idea de un diablo de horrible apariencia, con
cuernos y pezuñas se deriva de la mitología pagana y no de la
Biblia”. Este ser fue puesto en el Edén, el cual la mayoría de
eruditos bíblicos diferencian el Huerto del Edén en el cual Adán fue
puesto. Este Edén era el huerto de Dios y la vestidura de este
hermoso ser fue de toda clase de piedras preciosas que reflejaban su
hermosura y se paseaba en medio de piedras de fuego, las cuales
algunos creen que hace referencia a volcanes: En Edén, en el huerto
de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura; de
cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro,
carbunclo, esmeralda y oro… en medio de las piedras de fuego te
paseabas. Tan hermosa y perfecta era su creación que Dios permitió
que en el día de su creación se tocaren instrumentos musicales para
conmemorar el comienzo de la existencia de este esplendoroso ser:
Ilustración del Diablo de Gustave Coré en la obra
los primores de tus tamboriles y flautas estuvieron preparados para
poética de John Milton: Lost Paradise.
ti en el día de tu creación.

Él fue creado como un querubín protector, lo cual nos dice que estuvo a la cabeza de todos los ángeles, como el
protector principal de la gloria de Dios: Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí
estuviste. Lamentablemente esta perfección llego hasta el día que en él se encontró maldad: Perfecto eras en todos tus
caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. Veamos en qué consistió su pecado.

El Pecado de Satanás
“¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú
que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del
testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú
derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo”.
Isaías 14:12-15

Ezequiel nos dice que Dios creo perfecto a este querubín: “… Tú eras el sello de la perfección, lleno de
sabiduría, y acabado de hermosura”, (Ezequiel 28:12), sin embargo, se encontró maldad en él: “Perfecto eras en todos
tus caminos desde el día que fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad”, (Ezequiel 28:15). Es en Isaías 14:12-14 que
se nos describe bien en que consistió este pecado. El texto hace referencia a él como Lucero, hijo de la mañana y en
nuestro idioma se le conoce como Lucifer que viene del latín, formado por las palabras lux (luz) y ferre (llevar), y
literalmente significa el portador de la luz. En el original hebreo el termino Lucero se traduce de la palabra jeilél (‫)הֵ ילֵל‬
que significa brillante, dándonos así la misma idea. Por tanto, Lucifer era un querubín tan hermoso que reflejaba una
gloria impresionante; pero cual gloria, la suya propia, en ninguna manera, la gloria de Dios. Los diamantes figuran entre
las piedra más caras alrededor del mundo, pero por si solos no son tan impresionantes que cuando se ponen detrás de una
fuente de luz la cual provoca que el diamante refleje toda clase de colores llameantes que asombran a cualquier que lo ve.
Pero su belleza es resultado no de una luz propia. De igual forma, Lucifer brillaba como consecuencia de la gloria de
Dios, tal y como el Dr. J. Dwight Pentecost dice: “Era belleza reflejada. Dios en su santidad era la luz que hacía que
Lucifer irradiara y destellara la gloria que era suya. Podría decirse que Lucifer era perfecto en hermosura, porque
ninguna criatura reflejó tan plenamente la gloria de Dios”. Isaías nos aclara que este ser llamado Lucero, hijo de la
mañana, cayó del cielo, lo cual nos habla de su expulsión de la misma presencia de Dios.

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
Como ya vimos anteriormente, el cielo es la morada de los
ángeles y obviamente el de Dios. Cuando la Biblia habla de los
cielos se puede distinguir al menos tres de ellos. El primer cielo es el
que conocemos como la atmosfera terrestre, donde los pájaros y los
demonios se mueven, y Génesis 1:7-8 nos hablan de ellos: “E hizo
Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la
expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y
llamó Dios a la expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día
segundo”. El segundo cielo es donde se encuentran ubicados los
astros celestes como el sol, la luna y las estrellas y en ocasiones se le
llama la expansión de los cielos: “Dijo luego Dios: Haya lumbreras
en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y
sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por
lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la
tierra. Y fue así.”, (Génesis 1:14-15). Muchos consideran el segundo
cielo como la morada principal de los ángeles. Finalmente, el tercer
cielo es el lugar donde Dios habita y gobierna soberanamente sobre
todo el universo: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce
años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo
sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo”, (2 Corintios 12:2). El
diablo fue arrojado del segundo cielo por su pecado: ¡Cómo caíste
del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú Ilustración del Diablo de Gustave Coré en la obra
que debilitabas a las naciones. poética de John Milton: Lost Paradise.

Ahora bien, el pecado de Satanás se puede encontrar en cinco declaraciones que están en primera persona las
cuales describen perfectamente lo que había en su corazón: Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto
a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las
alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Veamos en que consiste cada declaración:

1. Subiré al cielo. Su principal interés era subir del segundo al tercer cielo para hacerlo su morada principal. Tal y
como lo vemos en las Escrituras los ángeles tienen acceso al tercer cielo pero no es su morada principal:
“Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los
cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda”, (1 Reyes 22:19), “Un día vinieron a presentarse
delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales vino también Satanás”, (Job 1:6). El tercer cielo es la
morada principal de Dios y el lugar donde Cristo está sentado a la diestra del Padre sobre todo huésped
angelical: “La cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares
celestiales, sobre todo principado y autoridad y poder y señorío” (Efesios 1:20-21). De igual forma el tercer
cielo es la morada de todas las almas de cristianos de todos los tiempos, nuestro Señor Jesús nos prometió que al
partir nos prepararía un lugar para que habitásemos junto a Él: “Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra
vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”, (Juan 14:3), y el apóstol Pablo
lo confirmo en una de sus cartas que estuvo en el paraíso el cual estaba ubicado en el tercer cielo: “Conozco a
un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo
sabe) fue arrebatado hasta el tercer cielo. Y conozco al tal hombre (si en el cuerpo, o fuera del cuerpo, no lo sé;
Dios lo sabe), que fue arrebatado al paraíso, donde oyó palabras inefables que no le es dado al hombre
expresar”, (2 Corintios 12:2-4). El pecado de este querubín estuvo en querer hacer el tercer cielo el lugar de su
morada principal, ahora paradójicamente, Dios nos ha permitido que nosotros los cristianos al morir partamos al
tercer cielo para vivir junto a Él. Esto debe molestar mucho al diablo.
2. junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono. Para poder comprender un poco mejor esta declaración muchos
teólogos afirman que cuando el diablo hacer referencia a las estrellas de Dios se está refiriendo a los ángeles.
Esta afirmación se basa en algunos textos como Job: “¿O quién puso su piedra angular, cuando alababan todas
las estrellas del alba, y se regocijaban todos los hijos de Dios?”, (Job 38:6-7). En este pasaje encontramos un
paralelismo sinónimo común en la poesía hebrea donde el texto recalca la adoración de los ángeles y en la
primera estrofa les llama las estrellas del alba, y en la segunda los hijos de Dios. También en el libro de
Apocalipsis cuando se habla del dragón el cual es Satanás, se nos dice que en su cola arrastra la tercera parte de
las estrellas del cielo, los cuales son una figura de los ángeles caídos: “y su cola arrastraba la tercera parte de
las estrellas del cielo…”, (Apocalipsis 12:4). Por ende, una traducción alternativa de este pasaje podría ser:
junto a los ángeles de Dios, levantaré mi trono. Aunque Satanás era el líder de todos los ángeles, su corazón se

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
llenó de tanto orgullo que anhelo llegar a poner su trono en el tercer cielo y desde allí gobernar soberanamente a
todos los ángeles.
3. y en el monte del testimonio me sentaré. El concepto “el monte” aparece muchas veces en al Antiguo
Testamento. Aparece en Ezequiel cuando dice que este querubín fue puesto originalmente en el monte de Dios
para fungir como protector: “Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte de Dios, allí
estuviste…”, (Ezequiel 28:14). En Isaías se nos dice que este monte representa el asiento del gobierno de Dios
en esta tierra y su cede estará en Jerusalén: “Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Jerusalén.
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de
los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y
dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará sus caminos, y
caminaremos por sus sendas. Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová”, (Isaías 2:1-3).
Y el Salmo 48 nos dice que este monte estará ubicado al norte de Jerusalén y será el trono del Mesías:
“Hermosa provincia, el gozo de toda la tierra, es el monte de Sion, a los lados del norte, la ciudad del gran
Rey”, (Salmo 48:2). Finalmente, el profeta Daniel compara el gobernó mesiánico que pondrá fin a todos los
reinos de esta tierra con una piedra que destruye la estatua con cabeza de oro, brazos y pecho de plata, vientre y
muslos de bronce, piernas de hierro y pies de hierro y barro cocido, los cuales desde babilonia representan todos
los reinos humanos: “Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el
oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno.
Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra”, (Daniel 2:35). Por lo
tanto, el deseo del diablo al sentarse en el monte del testimonio no era solo gobernar sobre los ángeles, sino
sobre todo el universo completo, desafiando el señorío de Dios.
4. a los lados del norte; sobre las alturas de las nubes subiré. Para poder comprender esta parte, Lewis S. Chafer
nos dice: “de las 150 referencias a nubes en la Biblia, unas cien a lo menos tienen que ver con la presencia y
gloria divina. Jehová apareció en una nube (Éxodo 16:10); éste fue llamada "nube de Jehová" (Éxodo 40: 38);
cuando Jehová estaba presente la nube llenó la casa (1 Reyes 8: 10); "Jehová pone las nubes por su carroza"
(Salmos 104:3; Isaías. 19:1). Como el Señor Jesús fue al cielo, así vendrá otra vez en las nubes del cielo
(Mateo 24:30; Hechos. 1:9; Apocalipsis 1:7); también los distintos pueblos de Dios se comparan a nubes
(Israel en Isaías 60: 8; y la Iglesia en 1 Tesalonicenses 8: 17). El "hombre de pecado" que es de Satanás, se
exaltará "sobre todo lo que se llama Dios, o es objeto de culto'" (2 Tesalonicenses 2:4), y en esto parece que
Satanás busca· para sí algo de la gloria que sólo pertenece a Dios”. En este sentido, el anhelo de Satanás era
obtener la gloria de Dios, sin saber que si alguna gloria había recibido, esta no le pertenecía, sino que se le había
otorgado por parte de la divinidad.
5. y seré semejante al Altísimo. Sus últimas palabras nos revelan su perversa ambición: Querer ser semejante a
Dios. El Dr. J. Dwight Pentecost nos explica un poco más acercar de esta diabólica ambición: “El deseo de
Satanás era entrar al trono de Dios y ocuparlo, ejercer una autoridad absolutamente independiente sobre la
creación angelical, colocar a la tierra y a todo el universo bajo su autoridad, revestirse de la gloria que
pertenece sólo a Dios, y no ser responsable ante nadie”.

Estas cinco sentencias nos detallan bastante bien el pecado por el cual fue expulsado del cielo: “¡Cómo caíste
del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones… Mas tú derribado
eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Tanta era su hermosura, sabiduría y perfección que creyó que lograría ser
semejante a Dios y gobernar en el mismo trono de divino sobre los ángeles y toda la creación, olvidando que también él
era un ser creado con limitaciones. Era el ser más sabio de todos los creados; pero no era Omnisapiente. Era el querubín
más poderoso de todos; pero no era Omnipotente. Podía volar y desplazarse a cualquier parte que él quisiera; pero no era
Omnipresente. Lamentablemente dejo que su corazón se enfermara y este fue su gran error que lo condujo a su caída:
“Se enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por
tierra; delante de los reyes te pondré para que miren en ti”, (Ezequiel 28:17).

El Juicio de Satanás
“… y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado”.
Juan 16:11

Nuestro Señor Jesucristo dijo en cierta ocasión que Satanás ya había sido juzgado por lo que el día de su castigo
ya está determinado. Fue en la cruz del Calvario que nuestro Señor Jesús derroto a Satanás y su imperio poniéndolos por
estrado de sus pies: “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en
medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
sobre ellos en la cruz”, (Colosenses 2:14-15) .En Ezequiel se nos dice que su castigo será por fuego el cual lo consumirá
y vendrá a ser espanto a todos aquellos que lo vean: “Con la multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus
contrataciones profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza
sobre la tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te conocieron de entre los pueblos se maravillarán
sobre ti; espanto serás, y para siempre dejarás de ser”, (Ezequiel 28:18-19). Y También Isaías nos describe lo terrible
que será aquel día para Satanás: “Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Se inclinarán hacia ti los
que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que
puso el mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? Todos los reyes de las
naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en su morada; pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago
abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto
hollado”, (Isaías 14:15-19). Aquel día su esplendor y poder le habrán sido quitado, y como Ezequiel dice, su cuerpo será
como espanto a todos los que le vean y descenderá al lugar del castigo eterno, donde todos los condenados le verán y
harán burla de él diciendo: ¿Es éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba los reinos; que puso el
mundo como un desierto, que asoló sus ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? Finalmente, en Apocalipsis
nos dice que el Lago que arde con fuego y azufre será su morada final: “Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el
lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los
siglos”, (Apocalipsis 20:10). Myer Pearlman nos comenta acerca del trágico final del diablo: “La carrera del diablo ha
sido ciertamente hacia abajo Que arrojado del cielo al comienzo; durante la tribulación será arrojado del cielo a la
tierra (Apocalipsis 12:9); durante la tribulación será puesto en el abismo, preso y después de mil años, será arrojado en
el lago de fuego (Apocalipsis 20:10). De manera entonces que la palabra de Dios nos asegura que el diablo sufrirá una
derrota final”.

El Maligno despojado de su máscara


“… para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones”.

2 Corintios 2:11

E n las Sagradas Escrituras aparecen muchos nombres y títulos que se le dan a este querubín llamado
Lucero, hijo de la mañana, en Isaías y cada uno de ellos describe un aspecto de su terrible carácter. Ya
vimos como un orgullo enfermizo se apodero de su corazón y trato de hacerse igual que Señor, llegando
así a odiar y oponerse a todo lo que proviene de la verdadera divinidad. Estudiando el significado etimológico de algunos
de sus nombres nos podremos dar cuanta lo maligno de su carácter así como sus medios para poner a toda la humanidad
en contra de Dios y arrastrarlos al infierno. El Dr. Guillermo Cooke lo dice de la siguiente manera: “El ser angélico que
es jefe de los ángeles caídos se llama Satanás, que quiere decir adversario; ' la serpiente antigua' a causa de su astucia.
También es denominado 'mentiroso ',' padre de mentira ' y mentiroso desde el principio ', y se dice que 'cuando habla
mentira, de suyo habla. Se llama Apolión lo cual quiere decir, destructor porque se goza en destruir a las almas de los
hombres. Además anda cual león rugiente buscando a quién devorar. No sólo es un destructor, sino también es
'homicida', tanto de cuerpos como de almas, porque todas sus astucias y estratagemas le sirven para dicho fin. Todo el
pecado y miseria de nuestro mundo durante seis mil años de historia, y todo lo que sucederá en el futuro, y toda la
miseria que existe en el infierno son resultados de su influencia y le llenan de gran satisfacción”. Veamos más detalles
de algunos de sus nombres en la Biblia.

Satanás
“Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó”.

1 Tesalonicenses 2:18

En sí mismo, el término Satanás deriva del hebreo satan (‫ )שָ טָ ן‬que significa adversario u oponente. Cada vez
que intentamos hacer algo bueno para Cristo y su reino debemos anticipar que el Adversario intentara oponérsenos para
descorazonar a los seres humanos para que no obedezcan y hagan la voluntad de Dios. Respecto a esto Charles Ryrie
comenta: “Como adversario, Satanás acusa y se opone a los creyentes en varias áreas de sus vidas. El hace esto por
confundirnos cuando siembra cizaña entre el trigo (Mateo 13:38–39), por arrebatar la Palabra que ha sido esparcida
(Marcos 4:15), por indisponer a las autoridades gubernamentales contra los creyentes (1 Tesalonicenses 2:18), o por
encarcelar a los creyentes, con la idea de que esto va a impedir que su testimonio se esparza o lograr que se intimiden y

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Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
se abstengan de testificar (Apocalipsis 2:10)”… Satanás destaca nuestros pecados y los esgrime contra nosotros
(12:10)… Satanás se opone al creyente trayendo presiones sobre el mismo que quizás no pueda soportar”. Por tal
motivo no debemos admirarnos que nuestra vida en ocasiones sea tan difícil, especialmente si hemos decidido servirle ya
que tenemos un adversario que constantemente se estará oponiendo a nosotros. Por ello es importante mantener una vida
de oración para hacerle frente a todos sus ataques y confiar que nuestra ayuda vendrá del Espíritu Santo, ya que solo Él
puede resistirlo: “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”, (Zacarías 4:6).

Diablo
“...porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y
noche”.

Apocalipsis 12:10

La palabra Diablo proviene del griego diábolos ( διάβολος) y es otro término común para referirse a este ser
maligno y significa calumniador o acusador. En la Biblia vemos al diablo calumniando y acusando a Job:
“Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job a Dios de balde? … Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo
que tiene, y verás si no blasfema contra ti en tu misma presencia”, (Job 1:9,11), a Josué el sumo sacerdote: “Me mostró
al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para
acusarle”, (Zacarías 3:1) y a los cristianos en general en Apocalipsis 12:10. Parte de su estrategia consiste en
desacreditarnos delante de Dios, pero también susurra a nuestros oídos tratando de acusarnos delante de nuestra
conciencia especialmente si hemos fallado. Se cuenta que en cierta ocasión el diablo llego donde se encontraba Martin
Lutero y le dijo: ¿Cómo es que te jactas de ser hijo de Dios con todos los pecados que has cometidos? A esto Martin
Lutero replico: ¿Cuáles pecados?, ¡Muchos!, replico el diablo. Entonces el diablo se puso a escribir y lleno cinco hojas
con una lista interminable de pecados y se los presento a Lutero, el cual, corriendo a un estante, busco un lápiz rojo y
escribiendo una gran X le dijo: la sangre de Cristo ha perdonado todo. Cuando el diablo trate de acusarnos debemos
recordar las siguientes palabras: “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que
condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que
también intercede por nosotros”, (Romanos 8:33-34).

El Destructor
“Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y en griego, Apolión”.

Apocalipsis 9:11

Tanto la palabra Abadón que proviene del hebreo, como Apolión que proviene del griego, significan Destructor.
En este sentido la meta principal del diablo es destruir. Podemos ver su terrible influencia destructora en cada calamidad
provocada en las guerras, la delincuencia, el narcotráfico, en la destrucción irresponsable del hombre en el medio
ambiente y en la misma vida de las personas. Su meta principal es destruir la obra de Dios. Erwin W. Lutzer dijo: “No
importa cuántos placeres le haya ofrecido Satanás, su intención al final es arruinarle, destruirle es su máxima
prioridad”. Esto afirmación es una gran realidad. El diablo odia a Dios y a toda su creación, su meta final será influir en
la vida de los hombres para conducirlos a la destrucción total, y de hecho, eso es lo que precisamente la maldad hace,
destruye. Desde el Huerto del Edén engaño al hombre con el fin de destruirlo, también ha tratado una y otra vez de
destruir a Israel y usado naciones como Egipto, Asiria, Babilonia, los nazis y las tribus musulmanas para borrarlo del
mapa. Desde sus inicios la iglesia ha sido perseguida y asolada con el único fin de ser destruida. Los fariseos, los
emperadores romanos, los papas romanos, el comunismo y muchas naciones paganas donde el evangelio se ha predicado
se han opuesto a la iglesia persiguiéndola con el fin de destruirla; sin embargo, no ha podido ni podrá porque Dios la
protege: “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella”, (Mateo 16:18).

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Beelzebú
“Pero al oírlo lo fariseos, dijeron: Este no expulsa a los demonios sino por medio de Beelzebú, príncipe de los
demonios”.

Mateo 12:24

Satanás es llamado también Beelzebú (en griego) o Baal Zebub (en hebreo) y literalmente significa “Señor de
las Moscas”. Todo lo que entra en contacto con él se corrompe. Satanás causa grandes daños a la sociedad a través de la
drogadicción, la embriaguez, el homosexualismo, la falta de moral y el libertinaje, su tarea consiste en corromperlo todo.
Dios creo un mundo perfecto, Satanás a través de los hombres se ha encargado de destruir el medio ambiente. Dios creo
el matrimonio entre hombre y la mujer, el diablo lo ha corrompido a tal punto que hoy las parejas heterosexuales optan
por no casarse y vivir en fornicación y los homosexuales buscan el casarse. Dios creo el sexo dentro del matrimonio,
Satanás lo ha pervertido por medio de la pornografía. En fin, él es el corruptor de este mundo. Martin Lutero solía decir:
“Soy un gran enemigo de las moscas; cuando estoy leyendo un buen libro se amontonan sobre él, caminan en él de
arriba a abajo y lo ensucian. Con el diablo ocurre exactamente lo mismo. Cuando nuestro corazón es más puro, el
diablo viene y lo ensucia”.

El León Rugiente
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar”.

1 Pedro 5:8

Es interesante notar que Pedro comparó al diablo con un león. Al considerar la naturaleza del león podemos
llegar a comprender un poco más acerca de la naturaleza y estrategias de este maligno ser. Los leones no atacan al fuerte,
sino que atacan al débil, al herido, al ingenuo y al inocente. Mike Taliaferro, en el libro, The lion never sleeps, aporta el
siguiente comentario que nos ayuda a comprender su naturaleza: “He visto la manera de cazar de los leones. Se
mantienen dentro de un territorio y no persiguen a las manadas migratorias; por el contrario, cazan en áreas
específicas. Cuando una manada se traslada a una región cercana a ellos, los leones se aproximan lentamente. Están
perfectamente conscientes de la dirección del viento que viene de la manada, para que ésta no los olfatee. No obstante
esas precauciones, su confianza en sí mismos es tan grande, que la mayor parte del tiempo no les importa si la manada
los descubre o no. Por lo general, el león se lanza hacia la manada sin apresurarse; se acerca con simple trote, para
asustar a la manada. Su propósito es ponerla en movimiento. Lo que el león quiere es ver correr a todas sus posibles
víctimas. Para el ojo humano, la estampida de la manada no revelaría nada anormal; no así para el agudo ojo del león.
Para éste, el platillo elegido se hace muy obvio. El león descubre fácilmente al miembro de la manada que es el más
viejo, que está cansado, o lastimado. El más leve cojear o titubear, aunque imperceptible para el ojo humano, el león lo
descubre con facilidad. El león asusta a la manada con el único propósito de descubrir a los elementos que son más
débiles. Una vez que determina cuál será su víctima, corre hacia ella sin atender en lo más mínimo al resto de la
manada hasta atrapar a su presa”. Pedro nos dice que un ser invisible está a la caza de los cristianos con la intención de
devorarlos. Satanás y sus demonios constantemente están buscando a los débiles en la fe para atacarlos, buscan aquellas
áreas débiles para debilitarnos y hacernos sus presas. Por ello, el apóstol Pedro nos invita a ser sobrios y velar. Respecto
a esta sugerencia el Dr. Dwight Pentecost nos dice: “La sobriedad en las Escrituras tiene poco o nada que ver con el
uso de las bebidas alcohólicas. La sobriedad se refiere a la actitud seria de la mente. Tiene que ver con nuestra
perspectiva de la vida. La sobriedad observa las cosas en su perspectiva correcta… Pero además de esta actitud seria de
la mente, el creyente debe velar. Y ello significa observar cuidadosamente, mirar alrededor. Velamos cuando
reconocemos la presencia de un enemigo o adversario”.

El Astuto y Engañador
“Y fue lanzado fuera el dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero...”

Apocalipsis 12:9

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Satanás es el originador del engaño y por tal motivo también se le asocia la figura de la serpiente astuta. Fue el
diablo quien engaño a Eva para que pecara en el Huerto del Edén: “Pero me temo que, así como la serpiente con su
astucia engañó a Eva, los pensamientos de ustedes sean desviados de un compromiso puro y sincero con Cristo”, (2
Corintios 11:3). Fue él quien engaño a la tercera parte de los ángeles para que lo siguieran en su rebelión contra Dios: “Y
a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad,
en prisiones eternas, para el juicio del gran día”, (Judas 6). Y en la actualidad trata de engañar de manera astuta a los
hombres para que crean a doctrinas falsas que los conduce al infierno: “Pero el Espíritu dice claramente que en los
postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”, (1
Timoteo 4:1). Por esto mimo Tertuliano dijo: “El diablo trata de sacudir la verdad aparentando que la defiende”.
Tratará de engañar a los seres humanos aparentando que tiene buenas intenciones pero su fin es conducirlos a la
condenación eterna.

El Homicida
“Vosotros sois de vuestro padre el diablo... Él era homicida desde el principio y no se basaba en la verdad, porque no
hay verdad en él. Cuando habla mentira, de lo suyo propio habla, porque es mentiroso y padre de mentira”.

Juan 8:44

A Satanás se le llama también el homicida y lo único que quiere es “matar y destruir”, (Juan 10:10). Fue
Satanás que influyo en la vida de Caín envenenando con envidia y odio su corazón para que asesinara a su hermano Abel
convirtiéndose en el primer homicida del mundo: “No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué
causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas”, (1 Juan 3:12). Fue Satanás que enveneno el
corazón de Atalía para que se asesinara a toda la casa real para usurpar el trono y así evitar que el Mesías naciera de la
descendencia de David: “Cuando Atalía madre de Ocozías vio que su hijo era muerto, se levantó y destruyó toda la
descendencia real. Pero Josaba hija del rey Joram, hermana de Ocozías, tomó a Joás hijo de Ocozías y lo sacó
furtivamente de entre los hijos del rey a quienes estaban matando, y lo ocultó de Atalía, a él y a su ama, en la cámara de
dormir, y en esta forma no lo mataron”, (2 Reyes 11:1-2). Vemos el espíritu del homicida en los perseguidores de la
iglesia que asesinaron a Esteban: “Oyendo estas cosas, se enfurecían en sus corazones, y crujían los dientes contra él…
Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon”, (Hechos 7:54, 58). Y también mataron al apóstol Jacobo y muchos
discípulos: “En aquel mismo tiempo el rey Herodes echó mano a algunos de la iglesia para maltratarles. Y mató a
espada a Jacobo, hermano de Juan”, (Hechos 12:1-2). No cabe duda que Satanás es el homicida que mata a sangre fría
desde el principio y está detrás de todos los homicidios del mundo con el fin de violar uno de los principales
mandamientos del Señor: “No matarás”, (Éxodo 20:13). La vida humana es un don de Dios y debe ser apreciada ante
nuestros ojos, sin embargo, el homicida desde el principio a buscado la forma que violemos este don. Lewis Sperry
Chafer dice al respecto: “La declaración de que Satanás es "homicida desde el principio" parece resultar de las
influencias de él sobre otras criaturas. No sabemos por cierto si podemos acusar a Satanás de haber causado dallo a
otros ángeles o no, pero sí es fácil descubrir cómo él sedujo al hombre a pecar, cuyo resultado, como siempre, es la
muerte”.

El Tentador
“Por eso, cuando ya no pude soportarlo más, mandé a Timoteo a indagar acerca de su fe, no fuera que el tentador los
hubiera inducido a hacer lo malo y que nuestro trabajo hubiera sido en vano”.

1 Tesalonicenses 3:5(NVI)

A Satanás le gusta tentar a la gente a pecar. La Biblia afirma que “Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto,
para ser tentado por el diablo” (Mateo 4:1), fue él quien tentó “a los ángeles que no mantuvieron su posición de
autoridad, sino que abandonaron su propia morada” los cuales ahora son sus demonios (Judas 6, NVI), el Apóstol
Pablo envió a Timoteo a Tesalónica temiendo que los “hubiera tentado el tentador” a los cristianos de ese lugar (1
Tesalonicenses 3:5). Fue Satanás quien tentó al rey David a censar al pueblo lo cual desagrado a Dios: “Pero Satanás se
levantó contra Israel, e incitó a David a que hiciese censo de Israel”, (1 Crónicas 21:1). Fue el diablo quien tentó a
Ananías y Safira para que mintiesen a los discípulos referente al precio de la venta de la heredad: “Y dijo Pedro:
Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del precio de la

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
heredad?”, (Hechos 5:3), y en general, tienta a los hombres a todo lo perverso y malo: “No os neguéis el uno al otro, a
no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en
uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”, (1 Corintios 7:5).

El Maligno
“Y sabemos que somos hijos de Dios, y que el mundo entero está bajo el control del maligno”.

1 Juan 5:19 (NVI)

El apóstol Juan describe a Satanás como el maligno. Su personalidad es malvada y sus elementos básicos son la
impiedad y la vileza. En este versículo aparece una palabra importante la cual es mundo y proviene del griego cósmo
(κόσμος). En ocasiones la palabra cósmos se refiere a los seres humanos de carne y hueso, como en Juan 3:16, pero en
este en particular se refiere al sistema religioso, político, filosófico, moral y técnico que nos rodea, encerrando en él todas
las costumbres y estilos de vida que se desprenden como consecuencia de ello. El mundo actual que nos rodea está bajo
su control lo cual nos dice que la maldad está impregnada en él. Lewis S. Chafer comenta respecto a la palabra cósmos:
“El desarrollo etimológico es el siguiente: de lo que representa orden en el arreglo de cosas se pasa a pensar en la
humanidad en relación a esas cosas; y, después de la caída del hombre, se piensa de él como separado y alejados de
Dios por cuanto ahora está bajo la autoridad del anti-dios (Satanás). Si estudiamos con cuidadosa atención los 186 usos
de cosmos, traducido por "mundo", encontramos que donde se trata de valores morales siempre se indica una
manifestación de la autoridad o influencia satánica. El concepto neotestamentario de "el mundo" es que éste se opone a
Dios como la mundanalidad se opone a la espiritualidad”. Por tanto, vivimos en un mundo que cada día se aparta de la
santidad y los preceptos divinos, su música, arte, modas, políticas, filosofías, religiones, creencias, todo que provenga del
mundo sabemos que está influenciado por el maligno, el cual es un ser completamente impío y vil. Cualquiera que
participe de lo que este mundo le ofrece se opone a Dios y se vuelve cómplice de Satanás, tal y como lo declara Santiago:
“¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser
amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”, (Santiago 4:4). Por esto mismo Lewis S. Chafer advierte: “Los que
han decidido seguir con el mundo o cosmos, si no se salvan por medio de Cristo, tendrán su parte en el lago de fuego
preparado para el diablo y sus ángeles”. Precisamente esta es la principal razón por la cual los cristianos no podemos
participar de las obras de este mundo ya que son completamente malas: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el
mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la
carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo”, (1 Juan 2:15-16).

El Príncipe de la potestad del aire


“... conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia”.

Efesios 2:2

Otro de los títulos que recibe este maligno ser es el príncipe de la potestad del aire. Esto nos sugiere que el
primer cielo es su campo de acción junto con todos sus demonios y sus poderes diabólicos operan en todas las personas
que no son salvas. La Biblia nos enseña que Daniel oró y como resultado Dios envió un ángel con la respuesta. Sin
embargo, el ángel encontró la oposición de un principado de demonio durante 21 días; al cual llamo el príncipe de Persia,
entonces el Señor envió a Miguel a ayudar a su mensajero (Daniel 10:11-13) y así este pudo pasar del segundo cielo al
lugar donde Daniel se encontraba. Por tanto, sabemos que nuestra atmosfera está llena de demonios que constantemente
se oponen a todo lo bueno y especialmente a que nos acerquemos a Dios, tal y como el comentarista bíblico William
Barclay lo menciona: “La vida está bajo los dictados del príncipe del aire...el mundo de la antigüedad creía
intensamente en los demonios, que no había lugar para insertar la punta de un alfiler entre ellos”.

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra

El Príncipe de este mundo


“... porque viene el príncipe de este mundo y él no tiene nada en mí”.

Juan 14:30

El mismo Señor Jesús dijo que Satanás es el príncipe o gobernante de este mundo y encabeza el sistema mundial
ateo, religioso, político y mundano. El hombre perdió su derecho a gobernar este mundo cuando cedió a la tentación del
enemigo en el Huerto del Edén, desde entonces, el poder paso temporalmente al diablo y por eso mismo tentó a Jesús
ofreciéndole los reinos de esta tierra si le adoraba: “Y le dijo el diablo: A ti te daré toda esta potestad, y la gloria de
ellos; porque a mí me ha sido entregada, y a quien quiero la doy. Si tú postrado me adorares, todos serán tuyos”,
(Lucas 4:6-7). Respecto a este título Myer Pearlman comenta: “Estos títulos sugieren su influencia sobre la sociedad
organizada aparte de Dios (Juan 12:31; 2 Corintios 4:4). Todo el mundo está puesto en maldad, está en las garras del
malvado (1 Juan 5:19), y está animado de su espíritu (1 Juan 2:16)”.

El Imitado de Dios
“Y no es de extrañar, ya que Satanás mismo se disfraza de ángel de luz”.

2 Corintios 11:14 (NVI)

San Agustín llama a Satanás Simius Dei, el imitador de Dios, ya que se presenta como ángel de luz, siendo así el
maestro de la falsificación. Satanás es muy sutil, generalmente se presenta como si fuera un ángel de luz, jamás como un
horrible monstro, ya que su objetivo es engañar a los hombres haciéndose pasar por Dios para conducirlos a la
condenación eterna. El Dr. Dwight Pentecost lo explica mejor: “El plan y el programa satánico ha sido siempre imitar a
Dios y engañar a los hombres con respecto a su plan, para que mientras siguen su imitación estén convencidos de que
están siguiendo a Dios”. El mismo apóstol Pablo nos advierte que sus falsos ministros tienen apariencia de piedad pero
con sus actos niegan la eficacia de ella: “que tendrán apariencia de piedad, pero negarán la eficacia de ella; a éstos
evita”, (2 Timoteo 3:5), y en Apocalipsis se nos habla del falso profeta el cual tiene dos cuernos con apariencia de
cordero pero habla como dragón: “Después vi otra bestia que subía de la tierra; y tenía dos cuernos semejantes a los de
un cordero, pero hablaba como dragón”, (Apocalipsis 13:11). El mismo Israel fue víctima de este engaño ya que el
diablo uso a los falsos profetas para confundir y engañar al pueblo lo cual desagrado al Señor: “Vino a mí palabra de
Jehová, diciendo: Hijo de hombre, profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y dí a los que profetizan de su
propio corazón: Oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos, que andan en pos
de su propio espíritu, y nada han visto! Como zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel”, (Ezequiel 13:1-4).
El diablo no está interesado en que el mundo perciba su maligna presencia, al contrario, prefiere pasar inadvertido con el
fin de engañar, destruir, tentar y conducir a todos al infierno, y muchas veces se disfrazara como alguien bueno; pero su
plan será destruirnos, tal y como Dorothy L. Sayers lo dice: “Su método de operación es presentarse ante nosotros con
una apariencia magnífica, con la esperanza de que no usemos, ni nuestro cerebro, ni nuestras facultades espirituales
para entender la ilusión. Lo que busca es nuestra simpatía; por lo tanto, le da mejores resultados explotar nuestras
virtudes para apelar a nuestras bajas pasiones. Consecuentemente, cuando el diablo se presenta de manera más notable
y razonable es cuando es más peligroso”.

Los Ángeles Caídos


“Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo
entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él.”.

Apocalipsis 12:9

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra

A
parte de Satanás, existen otros ángeles que se le unieron en su rebelión en contra de Dios. De acuerdo a
Apocalipsis 12:3-4 la tercera parte de los ángeles siguieron a Satanás en su rebelión: “También apareció
otra señal en el cielo: he aquí un gran dragón escarlata, que tenía siete cabezas y diez cuernos, y en sus
cabezas siete diademas; y su cola arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo”. Éstos a veces reciben el nombre
de demonios, del griego daimónion (δαιμόνιον), pero también se les da el nombre de espíritus inmundos (Marcos 6:7),
espíritus malos o inicuos (Lucas 7:21; Hechos 19:12-13), espíritus de adivinación (Hechos 16:16), espíritus engañadores
(1 Timoteo 4:1) y espíritus de error (1 Juan 4:6). En cuanto a ellos, Charles Hodge comenta: “En cuanto al poder y a la
actividad de estos malos espíritus, son descritos como muy numerosos, como en todas partes eficientes, como teniendo
acceso a nuestro mundo, y como operando en la naturaleza y en las mentes de los hombres. Naturalmente, les
pertenecen las mismas limitaciones en cuanto a su actividad que a la de los santos ángeles”. En cuanto a su
organización, es similar a la de los ángeles santos y por medio de ellos el diablo ejerce su control e influencia maligna
sobre esta tierra: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra
los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”, (Efesios
6:12).

Charles S. Chafer nos dice: “La Biblia


declara enfáticamente que los demonios ejercen la
voluntad de su rey, y parece que se han consagrado a
llevar a cabo el último propósito de Satanás. A tal
propósito se dedicaron cuando dejaron su dignidad de
ángeles no caídos (2 Pedro 2:4; Judas 6). Su servicio
parece extenderse a todo el universo dondequiera que
alcance la autoridad de Satanás. Aunque Satanás
desea ocupar el trono de Dios, con todo, él no es
omnipotente; sin embargo su autoridad y poder se
extienden grandemente por tener a su mando todos los
demonios. Satanás no es omnisciente; pero alcanza a
saber mucho por la inteligencia y observación de sus
súbditos malignos. Tampoco él es omnipresente, pero
puede actuar en todo lugar mediante la presencia de
su hueste leal de demonios”.

El campo de acción de estos seres malignos es el primer cielo y por ello se les llama huestes espirituales de
maldad en las regiones celestes”, (Efesios 6:12), además que no debemos olvidar que Satanás es llamado El Príncipe de
la potestad del aire (Efesios 2:2), no obstante, las Escrituras nos sugieren que no todos se encuentran activos porque una
parte de ellos se encuentran encarcelados en prisiones de oscuridad. Así lo declara Judas: “a los ángeles que no
guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas,
para el juicio del gran día”, (Judas 6). También Pedro lo enseña en una de sus cartas: “Porque si Dios no perdonó a los
ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al
juicio”, (2 Pedro 2:4). Ambos nos dicen que éstos están reservados para el día del juicio final, lo cual es interpretado por
muchos como parte de uno de los terribles juicios que Dios traerá sobre esta tierra en la Gran Tribulación, donde Él los
liberara de sus prisiones para que atormenten a los hombres: “Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como
humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre la
tierra; y se les dio poder, como tienen poder los escorpiones de la tierra. Y se les mandó que no dañasen a la hierba de
la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tuviesen el sello de Dios en sus
frentes… El aspecto de las langostas era semejante a caballos preparados para la guerra; en las cabezas tenían como
coronas de oro; sus caras eran como caras humanas; tenían cabello como cabello de mujer; sus dientes eran como de
leones; tenían corazas como corazas de hierro; el ruido de sus alas era como el estruendo de muchos carros de caballos
corriendo a la batalla; tenían colas como de escorpiones, y también aguijones; y en sus colas tenían poder para dañar a
los hombres durante cinco meses. Y tienen por rey sobre ellos al ángel del abismo, cuyo nombre en hebreo es Abadón, y
en griego, Apolión”, (Apocalipsis 9:2-4, 7-11). Muchos creen que la razón por la cual estos ángeles caídos están
encerrados es por su gran maldad, pero aquel día serán liberados para tormento de los impíos.

Su Acción Diabólica en el Mundo

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra
“Pero si nuestro evangelio está aún encubierto, entre los que se pierden está encubierto; en los cuales el dios de este
siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el
cual es la imagen de Dios”.
2 Corintios 4:4

E l propósito principal de los demonios es influir en este mundo para apoyar el reino de maldad de su rey,
Satanás. Cuando el hombre cedió a la tentación en el huerto del Edén, su alma quedo condenada por
causa del pecado y subyugada a la esclavitud del reino de Satanás. Así el hombre es víctima de los
ataques y trampas de Satanás y sus demonios los cuales atacan la vida de los hombres con el fin de atormentarlos y
conducirlos a la condenación eterna. En el Antiguo Testamento vemos como los demonios influenciaban a los hombres
para su propio mal. Lo vemos cuando uno de ellos impulso al rey Acab a la guerra donde encontró su muerte.

“Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos
estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot
de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo
le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera? Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus
profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu
de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti”.

1 Reyes 22:19-23

También vemos como un espíritu maligno atormentaba a Saúl rey de Israel: “El Espíritu de Jehová se apartó de
Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová”, (1 Samuel 16:14). Fue un principado de demonio que se
opuso a Gabriel para que llevara la respuesta que Daniel estaba pidiendo en oración: “Más el príncipe del reino de Persia
se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé
allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la
visión es para esos días”, (Daniel 10:13-14). El apóstol Pablo dijo que detrás de la idolatría a los ídolos se encuentran
involucrados los demonios: “Antes digo que lo que los gentiles sacrifican, a los demonios lo sacrifican, y no a Dios; y no
quiero que vosotros os hagáis partícipes con los demonios”, (1 Corintios 10:20). También son los responsables que la
apostasía en este mundo: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe,
escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios”, (1 Timoteo 4:1). Durante el ministerio de Jesús vemos
como mucha gente era atormentada por demonios, por ejemplo el padre que tenía un hijo que lo atormentaba un demonio
(Marcos 9:24) o la mujer siro fenicia que tenía una hija que era atormentada por un demonio (Marcos 7:26) o la mujer
que desde 18 años tenía un espíritu de enfermedad que la obligaba a andar encorvada, (Lucas 13:10). Pero quizás la peor
de todos los ataques de estos seres inmundos es la posesión demoniaco. Charles Hodge hace diferencia entre dos clases
de posesiones demoniacas: “La exhibición más marcada del poder de los malos espíritus sobre los cuerpos y mentes de
los hombres la dan los endemoniados tan frecuentemente mencionados en la narración evangélica. Estas posesiones
demoníacas eran de dos clases. Primero, aquellas en las que sólo el alma era objeto de la influencia diabólica, como en
el caso de la «muchacha poseída de un espíritu de adivinación», que se menciona en Hechos 16:16. Quizá en algunos
casos los falsos profetas y magos fueron ejemplo del mismo tipo de posesión. En segundo lugar, aquellas en las que sólo
el cuerpo, o, más frecuentemente tanto el cuerpo como la mente, estaban sometidos a esta influencia espiritual. Por
posesión se significa la residencia de un espíritu malo en tal relación con el cuerpo y el alma como para ejercer una
influencia controladora, produciendo violentas agitaciones e intensos sufrimientos, tanto mentales como físicos. Está
claro que los endemoniados mencionados en el Nuevo Testamento no eran meros lunáticos o epilépticos u otras
dolencias análogas, sino casos de verdadera posesión”. En los evangelios sinópticos se nos ofrece un cuadro muy
pictórico de lo que una posesión demoniaca puede hacer en la vida de los hombres. Cuando Jesús arriba a la región de
Gadara le salieron al encuentro dos endemoniados. La Biblia los describe como feroces y violentos a tal punto que nadie
podía pasar por aquel lugar: feroces en gran manera, tanto que nadie podía pasar por aquel camino. También los tres
evangelistas nos dicen que estas personas vivían entre los sepulcros: “Y cuando salió él de la barca, en seguida vino a su
encuentro, de los sepulcros, un hombre con un espíritu inmundo, que tenía su morada en los sepulcros”, (Marcos 5:2-3).
Aparte de eso, estos endemoniados experimentaban por obra de los espíritus malos una fuerza sobrenatural ya que
anteriormente los habitantes habían tratado de aprisionarlos con cadenas pero estos las habían hecho pedazos: “Porque
muchas veces había sido atado con grillos y cadenas, más las cadenas habían sido hechas pedazos por él, y
desmenuzados los grillos; y nadie le podía dominar”, (Marcos 5:4). El comportamiento de estos endemoniados era
aterrador tal y como lo describe Marcos: “Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los
sepulcros, e hiriéndose con piedras”, (Marcos 5:5). Y de acuerdo a Lucas andaban desnudos y tenían ya mucho tiempo
de vivir en esta terrible condición: “Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado
desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros”, (Lucas 8:27). Basado en el

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cuadro retratado por los evangelistas de estos endemoniados, podemos ver lo terrible que es el ataque de los demonios
sobre la vida de los seres humanos. Su deseo es destruir nuestras vidas y no descansara hasta que nuestras almas estén en
el infierno.

Doctrinas erradas en cuanto a los demonios

Q uizás una de las doctrinas erradas relacionadas con estos seres espirituales es la sostenida por el
Reverendo Clarence Larkin, un teólogo y pastor Bautista dispensacionalista que desarrollo en su libro El
Mundo Espiritual en el cual afirma que los ángeles que están en prisiones de oscuridad que mencionan 2
Pedro 2:4 y Judas 6 fueron los que pecaron fornicando con las mujeres de Génesis 6: “Aconteció que cuando
comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, que viendo los hijos de Dios que
las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas”, (Génesis 6:1-2). Los títulos
los hijos de Dios, se traduce del hebreo ben elojím (‫)אֱֹלהִ ים ן‬, mientras que las hijas de los hombres proviene del hebreo
ַּ donde Clarence Larkin afirma que los ben elojím fueron los ángeles de 2 Pedro 2:4 y judas 6, mientras
bat adám (‫)ת אָ דָ ם‬,
que las bat adám son descendientes de Adán. Al respecto de esto él comenta: “¿Quiénes son estos ángeles? No son de
Satanás pues sus ángeles no están encarcelados en tinieblas, sino que andan libremente como su jefe. El lugar de su
encarcelamiento no es el infierno, sino el tártaro. ¿Qué fue su pecado? La fornicación, y esto de una naturaleza
anormal, la relación sexual ilegal de seres angélicos con 'carne extraña', o sea seres con una naturaleza distinta que las
suyas. ¿Cuándo se cometió este pecado? El texto dice en los días de Noé y que fue la causa del diluvio”. Él basa su
aseveración en la declaración de la carta de Judas que dice: “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que
abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día; como
Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos
de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”, (Judas 6-7). Es un error
común entre los lectores unir estos dos versículos y asociar el pecado de estos ángeles con el de fornicación de Sodoma,
Gomorra y las ciudades vecinas. Si leemos el contexto del pasaje nos vamos a dar cuenta que Judas está advirtiéndoles a
los apostatas la terrible condenación que les espera sin no se arrepienten y les pone tres ejemplos de cómo los que mal
hicieron en el pasado fueron condenados. Primero el ejemplo de los incrédulos de Israel: “… el Señor, habiendo salvado
al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron”, (Judas 5), segundo, el ejemplo de los ángeles
que se revelaron junto con Satanás: “…Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia
morada, los ha guardado bajo oscuridad…”. Finalmente, Sodoma, Gomorra y las ciudades vecinas: “… como Sodoma y
Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales (quiénes, las ciudades vecinas y no los ángeles) de la misma manera que
aquéllos (quiénes, Sodoma y Gomorra), habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por
ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno”. Son tres ejemplos diferentes que Judas usa para ilustrarnos el castigo de
Dios hacia los que se revelan ante Él.

Algunos apoyan aún más la postura de Larkin enlazando la historia bíblica de Génesis 6:1-2 con el relato de 1
Enoc, donde se describe a 200 ángeles que descendieron a la tierra para tomar mujeres para sí: “Así sucedió, que cuando
en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas y los Vigilantes, hijos
del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los
hombres y engendremos hijos… Entonces todos juraron unidos y se comprometieron al respecto unos con los otros, bajo
anatema. Y eran en total doscientos los que descendieron… ”, (1 Enoc 6:1-2,5-6). Sin embargo, apoyarse en esta premisa
es un completo error ya que 1 Enoc no es un libro inspirado por Dios por lo que su contenido no puede elevarse al mismo
nivel de las Escrituras. También algunos rabinos judíos llegaron a creer en esta teoría llamando a los hijos que les
nacieron a estas mujeres nefíl (‫ )נְ פִ יל‬o nefelín, que generalmente se traduce como gigante. Sin embargo, no es la postura
oficial de los judíos ortodoxos. Por ejemplo, el rabino Simeón bar Yachai condeno esta doctrina maldiciendo a aquellos
que la defendieran. El teólogo Agustín de Hipona desmintió esta postura ya que contradecía la enseñanza de Jesús donde
dice que en la resurrección ya no se casaran los hombres con las mujeres, sino serán semejantes a los ángeles, aludiendo
a su a-sexualidad: “Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino que serán como ángeles en
el cielo”, (Mateo 22:30). Por tanto, es errado creer en esta doctrina la cual ha sido desmentida por muchos.

Otra creencia asociada con la teoría que los ángeles pueden tener relaciones sexuales con las mujeres es la
sostenida por Larkin quien enseña que Satanás tendrá un verdadero hijo en la persona del hombre de pecado. Su teoría es
tomada de la interpretación que hace del pasaje de Génesis 3:15: “Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu
simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar”, donde la simiente de la serpiente,
es decir, la de Satanás, la interpreta como si fuera un hijo de carne y hueso que será engendrado por él de una mujer y lo
identifica como el anticristo. Obviamente, desmentimos esta posición de la misma forma como se hizo con la anterior.

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Angelología: La Doctrina de Ángeles y Demonios
Mundo Bíblico: El Estudio de su Palabra

Otra interpretación que no tiene mucha sustentación bíblica es la que hace diferencia entre los ángeles caídos y
los demonios. El teólogo Myre Pearlman es uno de los que afirman tales cosas, pero no encuentra la evidencia bíblica
para fundamentarla: “Las Sagradas Escrituras no describen el origen de los demonios. Esa cuestión parecer ser una
parte del misterio que rodea el origen del mal”. Algunos sin mucha o ninguna base bíblica afirman que estos demonios
son los espíritus de una cultura pre-adámica la cual ubican entre Génesis 1:1, donde se dice que en el principio Dios creo
los cielos y la tierra, y luego en Génesis 1:2 se nos muestra a la tierra desordenada y vacía. A esto se le conoce como la
teoría de la brecha. Dios en el principio creo un mundo perfecto donde ubican a los dinosaurios, las diferentes eras
prehistóricas y a una especie de hombres que denominan una cultura pre-adámica. Entre Génesis 1:1 y 1:2 se dice que
hay millones de años y fue durante la rebelión de Satanás que esta quedo desordenada y vacía, siendo los hombres pre-
adámicos destruidos y sus espíritus se convirtieron en lo que hoy conocemos como los demonios. Todas estas posturas
carecen de fundamento bíblico.

La Armadura del Cristiano


“Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores
de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomad toda la
armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”.
Efesios 6:12-13

H abiendo considerado todo lo anterior nos damos cuenta que son muchas las artimañas del enemigo y su
poder e influencia sobre este mundo es poderosa. Siendo así nos podríamos preguntar ¿Cómo podemos
hacer frente a un enemigo tan poderoso y maligno? La Biblia nos da la respuesta al decirnos, tomad
toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Oswald
Chambers nos dice al respecto: “No podemos estar firmes en contra de las asechanzas del diablo con nuestras propias
fuerzas. El diablo se nos acerca en formas que solo Dios puede comprender y no en formas que nosotros podamos
entender. La única manera en que podamos estar preparados en contra del enemigo es haciendo lo que Dios nos dice:
Permaneced firmes, vestidos de su armadura...” Esto era algo que Pablo comprendía y por ello le advierte a los creyentes
que nuestros enemigos son espirituales y no hombres de carne y hueso: Porque no tenemos lucha contra sangre y carne,
sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes. El comentarista bíblico William Braclay comenta al respecto de estos
versículos las siguientes palabras: “Las palabras que Pablo utiliza principados, autoridades, gobernantes de tinieblas y
espíritus de maldad; son nombres de diferentes clases de espíritus malignos y para él, todo el universo era un campo de
batalla. El cristianismo no tendría solo que luchar contra los ataques del hombre, sino con fuerzas espirituales que
luchan con Dios. Pablo ve un cuadro real. Todo ese tiempo había estado encadenado a la muñeca de un soldado
romano. Literalmente, Pablo era un embajador en cadenas. Al escribir este pasaje, la armadura del soldado le sugiere
un cuadro pictórico. El cristiano también tiene una armadura; y Pablo traduce a términos cristianos pieza por pieza la
armadura del soldado romano”.

Por tanto, es importante que cada uno de nosotros


comprenda la importancia de vestir siempre la armadura
que Dios nos ha proporcionado ya que de lo contrario,
estaremos en desventaja. Cualquier otro tipo de arma no
servirá de mucho ya que la batalla se desarrollará en el
campo espiritual y el Señor nos ha provisto de poderosas
armar para resistir al enemigo de nuestra alma: “porque
las armas de nuestra milicia no son carnales, sino
poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas,
derribando argumentos y toda altivez que se levanta
contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo”, (2 Corintios 10:4-
5). Veamos en qué consiste cada parte de esta armadura.

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El Cinturón de la Verdad
Manténganse firmes, ceñidos con el cinturón de la verdad...”

Efesios 6:14a (NVI)

E l cinturón de un soldado romano era de 15 a 20 centímetros de ancho y aseguraba todas las otras piezas
de la armadura porque estaban unidas a él, incluso la funda de la espada. Si el cinturón no era fijado
correctamente, éste podría desabrocharse durante la batalla exponiendo sus partes íntimas, perdiendo sus
armas y quedando en completa vergüenza. El cinturón de la verdad se refiere a nuestra integridad. Cuando no somos
íntegros y llevamos una doble vida, nuestra conciencia nos acusa de hipócritas, el diablo se burla de nosotros y no somos
capaces de ejercer libremente y con autoridad nuestros dones ya que sabemos que no vivimos en santidad. La verdad de
Dios se encuentra en la Biblia a la cual debemos sacarle el mayor provecho al leerla, estudiarla y aplicarla en nuestra vida
diaria con la finalidad de tener una verdadera vida piadosa. A través del conocimiento y aplicación de la palabra de Dios
obtenemos:

1. Llevar una vida santa, la cual aumenta la comunión entre Dios y el hombre: “¿Con qué limpiará el joven su
camino? ¡Con guardar tu palabra!” (Salmo 119:9, RV95).
2. Una vida íntegra nos da autoridad para vencer al enemigo de nuestra alma ya que nuestra consciencia no nos
acusa de hipocresía: “Para nosotros, el motivo de satisfacción es el testimonio de nuestra conciencia: Nos
hemos comportado en el mundo, y especialmente entre ustedes, con la santidad y sinceridad que viene de Dios.
Nuestra conducta no se ha ajustado a la sabiduría humana sino a la gracia de Dios” (2 Corintios 1:12, NVI).
3. El vivir de acuerdo a las enseñanzas de las Sagradas Escrituras nos garantiza el respaldo de Dios en nuestras
vidas ya que es la presencia del Espíritu Santo la clave de nuestro éxito. Cuando Dios llamo a Gedeón a su
servicio y este temía le dijo que la clave de su éxito dependía de su presencia en él: “Y Gedeón le respondió:
Ah, Señor mío, si Jehová está con nosotros, ¿por qué nos ha sobrevenido todo esto?... Y mirándole Jehová, le
dijo: Vé con esta tu fuerza, y salvarás a Israel... Entonces le respondió: Ah, Señor mío, ¿Con qué salvaré yo a
Israel?... Jehová le dijo: Ciertamente yo estaré contigo, y derrotaras a los madianitas como a un solo hombre”
(Jueces 6:13-16).

Toda nuestra vida debe estar cimentada en la verdad de Dios. Cuando nos ceñimos con la verdad de la palabra
todos los efectos de ella vienen a nosotros: honestidad, integridad, confiabilidad, rechazo a la falsedad, la mentira y el
engaño. En otras palabras, no se trata simplemente de llenar nuestra mente con la verdad bíblica, sino que debemos
permitirle afectar todo lo que decimos y hacemos. Cuando es así, seremos santos, no tendremos de que avergonzarnos, el
diablo no tendrá de qué acusarnos y podremos ejercer nuestros dones con toda autoridad.

La Coraza de Justicia
“...protegidos por la coraza de justicia...”

Efesios 6:14b (NVI)

L a coraza del soldado romano estaba hecha de bronce y se ceñía al cuerpo mediante recias tiras de cuero.
Tenía como propósito proteger los órganos vitales del soldado de una estocada de espada. Nuestras partes
espirituales más vulnerables están protegidas por la justicia de Cristo la cual nos ha sido imputada gracias
a lo que Jesús hizo en la cruz. La palabra imputada quiere decir “atribuir a una persona algo que no tiene, reconocer o
dar crédito a favor de nuestra cuenta”, y Pablo lo dice de la siguiente manera: “Al que no cometió pecado alguno, por
nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios”, (2 Corintios 5:21, NVI). Como
seres humanos imperfectos somos incapaces de producir nuestra propia justicia ya que una mala obra botaría mil buenas
obras y esto haría pedazos nuestra consciencia. Pero al entender que nuestra salvación proviene de la fe en Jesucristo las
cosas son diferentes. La coraza de justicia se refiere a la Justicia que nos imputa Dios, la cual nos protege de la culpa y
condenación ante Dios de tal manera que el diablo no puede atacar nuestra conciencia. David Wilkerson lo dijo de esta
manera: “Si usted no tiene esta verdad en su vida, el diablo se divertirá arruinando sus sentimientos. Le dirá mentiras y
lo empujará a hacer lo malo a menos que usted tenga esta verdad como el fundamento colocado debajo de todo lo que

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usted cree; ni su doctrina, ni su teología, ni su vida estará en lo correcto, si usted no tiene esa verdad. Y si no la
entiende, ni siquiera podrá obedecer a Dios”.

El Calzado de la Preparación para Proclamar el


Evangelio de la Paz
“...y calzados vuestros pies con la preparación para proclamar el evangelio de la paz...”

Efesios 6:15 (NVI)

I saías nos dice “¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia
la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: Tu Dios reina!” (Isaías
52:7, RV95). Ahora bien, Pablo nos aclara: “¿Cómo invocarán a aquel en quien no han creído? ¿Y cómo
creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?” (Romanos 10:14, NVI). Antes de
ministrar la salvación de Dios en los servicios del santuario, Moisés y Aarón se lavaron las manos y los pies (Éxodo
40:31). Antes de dejar a sus discípulos, Jesús les lavó los pies a todos. En Efesios, los pies del guerrero están calzados
con el apresto del evangelio, y protegidos por la paz de Jesús. El soldado romano se ponía sandalias muy fuertes para
permanecer firmes al estar de pie en un combate cuerpo a cuerpo. Un calzado seguro es de lo más importante en nuestra
batalla con el diablo porque éste sabe aprovecharse si ocurre un resbalón que nos desequilibra. La expresión evangelio
proviene del griego euangélion (εὐανγέλιον) la cual es una palabra compuesta que significa: eu: bueno, angélion:
mensaje; literalmente, buenas nuevas, por lo tanto los cristianos somos responsables de predicar este mensaje tal y como
nuestro Señor Jesús lo ordenó: “Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”. (Marcos
16:15, NVI). Además, el evangelio de Jesucristo tiene poder para traer paz a las personas que lo entiendan, afectando el
mundo de las tinieblas al sembrar en los corazones de los que oyen los principios de Dios. La palabra paz se traduce del
griego eirene (εἰρήνη) y las veces que aparecen en el Nuevo Testamento se aplican a los siguientes casos:

1. La paz que se da entre nosotros y nuestros semejantes: “Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la
mutua edificación”, (Romanos 14:19, RVA).
2. La paz que se da entre Dios y nosotros: “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de
nuestro Señor Jesucristo”, (Romanos 5:1).
3. La paz que nuestra alma alcanzar al saber que sus pecados le han sido perdonados: “La mentalidad pecaminosa
es muerte, mientras que la mentalidad que proviene del Espíritu es vida y paz”, (Romanos 8:6, NVI).

Por tanto, las buenas nuevas del evangelio traen una completa paz al corazón de las personas, rompen las
cadenas de pecado y destruyen las obras del diablo, de allí la importancia de calzarnos con la disposición de predicar la
palabra de Dios. La RVA traduce este pasaje como: “calzados vuestros pies con la preparación para proclamar el
evangelio de paz”; mientras que la NVI utiliza la palabra disposición en lugar de preparación. Si consideramos ambas
palabras, debe existir una disposición de parte nuestra para predicar el evangelio de Jesucristo en todo momento que se
presente la oportunidad, tal y como Pablo se lo encarga a Timoteo:

“Te suplico encarecidamente delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su
manifestación y en su Reino, que prediques la palabra y que instes a tiempo y fuera de tiempo. Redarguye, reprende,
exhorta con toda paciencia y doctrina”.

2 Timoteo 4:1-2 (RV95)

A parte de tener una disposición genuina para proclamar el evangelio también debe existir una preparación para
hacerlo adecuadamente:

“... Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero
háganlo con gentileza y respeto...”

1 Pedro 3:15b-16 (NVI)

El Escudo de la Fe

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“...Además de todo esto, tomen el escudo de la fe, con el cual pueden apagar todas las flechas encendidas del
maligno...”

Efesios 6:16 (NVI)

L os escudos usados por los soldados del ejército romano eran muy grandes, como de cuatro pies de largo y
dos de ancho, y servían para proteger a los soldados de las armas más temidas en esa época. William
Barclay lo explica muy bien: “Uno de los más peligrosos instrumentos de guerra en la antigüedad, eran
los dardos de fuego. Tenían la punta terminada en estopa humedecida con brea (resina de pino). La estopa humedecida
era encendida antes de arrojar la flecha encendida. El enorme escudo de forma oblonga, estaba hecho de dos piezas de
madera pegadas. Cuando el escudo paraba la flecha, ésta se hundía en la madera y la llama se apagaba”. Está
claro que la fe es la confianza sencilla y firme que tenemos en Dios. La NVI dice que “La fe es la garantía de los que se
espera, la certeza de lo que no se ve” (Hebreos 11:1, NVI) y cuando es así podemos ser capaces de resistir todas las
acusaciones, tentaciones, engaños y trucos del diablo. Sin embargo, la fe debe alimentarse y la única forma es a través del
estudio de la palabra de Dios: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”, (Romanos 10:17). La fe en la
palabra del Señor extingue las llamas que amenazan incendiarnos en lascivia, ira, malicia o deseos ilícitos. Cuando
ponemos nuestra confianza en sus promesas, se destruye el poder de la tentación. Martín Lutero, un monje agustino
devoto subía las escaleras de Pilato en Roma sobre sus manos y rodillas, repitiendo la oración el Padre Nuestro en cada
uno de los 28 peldaños. Oraba por la salvación del alma de su abuelo, pero al llegar arriba se preguntó a sí mismo,
“¿quién sabe si así sea?”. Ocho años después, en una reunión de agustinos, Lutero alegaba: “No es justo el que hace
mucho, sino aquel, que sin hacer nada, cree mucho en Cristo”. La fe de algunos cristianos se basa en superstición que
conduce al temor; autodisciplina que conduce al desánimo y lo que otros le dicen. Esto conduce a un yugo amargo. Pero
la fe en la gracia de Dios y su disposición a perdonar pecados trae optimismo, gratitud y un estilo de vida positivo.

El Casco de la Salvación
“... Tomen el casco de la salvación...”

Efesios 6:17 (NVI)

L a quinta pieza de la armadura, el casco, protegía el cráneo y el cerebro. Es la parte de nuestro cuerpo más
vulnerable e indispensable. Pablo llama a esta parte protectora el casco de la salvación. Esto se refiere a
un conocimiento firme, no solamente a la salvación presente que tenemos en Cristo, sino a toda la
seguridad, confianza y esperanza que la acompaña. Con un conocimiento firmemente anclado en nuestro corazón de que
la salvación es nuestra, podemos resistir a cualquier enemigo: “Nosotros que somos del día, por el contrario, estemos
siempre en nuestro sano juicio, protegidos por la coraza de la fe y del amor, y por el casco de la esperanza de
salvación”, (1 Tesalonicenses 5:8, NVI). A través de la esperanza de la salvación protegemos nuestra mente. Pablo
afirma que “nosotros tenemos la mente de Cristo”, (1 Corintios 2:16, RV60). El texto en el que se basó este versículo es
Isaías 40:13 que dice: “¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándole?”, donde la palabra Espíritu
proviene del hebreo rúakj ( ַ‫ ;)רּוח‬pero la Septuaginta tradujo la palabra rúakj ( ַ‫ )רּוח‬como noús (νοῦς), vocablo griego que
significa mente. Esta interpretación permite que Pablo llegue a la conclusión de que gozar del Espíritu (la mente) de
Cristo es poseer la capacidad de comprender las verdades de Dios. Nuestra mente es sumamente importante, lo que
entendamos acerca de nosotros mismos y de Dios determinaran nuestras acciones, por tanto, es importante que nuestra
mente este influenciado por la palabra de Dios. Por ello la Biblia nos exhorta a cuidar nuestra mente:

“No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar
cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta”.

Romanos 12:2 (NVI)

En vez de ser moldeados por los valores de este mundo, el creyente debe ser transformado mediante la
renovación de su mente. La palabra transformados proviene del griego metamorfóo (μεταμορφόω), de donde proviene
nuestra palabra metamorfosis la cual literalmente significa una alteración de la forma, la cual experimentan algunas
especies. Por ejemplo, algunos insectos sufren este cambio radical, como los gusanos que entran en una especie de
hibernación en un capullo para luego convertirse en un ser completamente diferente que conocemos como mariposa.
Cuando venimos a Cristo tenemos una mente dañada por todo lo malo que aprendimos en el pasado, nuestras conductas y
hábitos están influenciados por los principios de este mundo. Sin embargo, el deseo de Dios es que seamos transformados

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completamente, pero esto se lograra a través de renovar toda nuestra mente. Debemos desechar todos nuestros prejuicios,
impurezas y sentimientos indignos reemplazándolos por la revelación bíblica.

La Espada del Espíritu


“... y la Espada del Espíritu, que es la palabra de Dios.”

Efesios 6:17 (NVI)

L a espada, que es la palabra de Dios, es la única arma ofensiva mencionada en esta armadura. Varios tipos
de espadas fueron usadas por los soldados romanos en sus largas batallas, espadas de un filo; espadas tipo
dagas, más cortas; y la majaira. La hoja de la majaira era de dos pies de largo. Tenía filo en ambos lados,
y la hoja podía penetrar rápidamente en la víctima. La mayoría de sus enemigos usaban espadas largas, de un solo filo,
que mostraron su desventaja contra la rapidez y agilidad de los romanos. Cuando el oponente se colocaba para mover su
espada, podía ser fácilmente atravesado por una majaira. Por esto mismo el autor de la carta a los Hebreos compara la
palabra de Dios con una espada de dos filos.

“Ciertamente, la palabra de Dios es viva y poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra hasta
los más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del
corazón”.

Hebreos 4:12 (NVI)

En griego, hay dos términos usados para referirse a la expresión “palabra”, los cuales son logos y rhema. Es
interesante que el escritor usara el término griego rhema en lugar de logos. Logos se refiere a una proclamación por
escrito, en el contexto del evangelio como un todo. En contraste, rhema se refiere a palabras habladas, con una
implicación más dinámica. En este sentido, la palabra de Dios no es solo un montón de páginas escritas sin mayor
trascendencia, al contrario, está viva y es eficaz y cortante como una espada de dos filos capaz de penetrar en lo más
profundo de nuestro ser. Solamente tenemos que citarla con nuestra boca y esperar sus efectos poderosos en nuestra vida.
Respecto a ello Billy Graham nos dice: “La Biblia es la única arma que puede combatir el diablo. Cuando citamos la
Biblia el diablo corre... cuando usamos la Biblia como una espada ahuyentamos la tentación”. En la lucha con la
tentación, esto significa que la palabra de Dios es nuestra mejor arma ofensiva y la más admirable. El hecho de que Jesús
citara las Escrituras tres veces durante la prueba de Satanás en el desierto, debiera ser suficiente para convencernos de
que hasta Dios encarnado se apoyó en la Palabra para poder resistir al diablo.

Estad Firmes
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado
todo, estar firmes”.

Efesios 6:13

E l soldado romano tenía la mejor armadura de esos tiempos y el mejor entrenamiento. No cabe duda que el
enemigo de nuestras almas va a hacer todo lo que pueda para encontrar la oportunidad para atacarnos,
tentarnos, desanimarnos, acusarnos, y por lo tanto, derrotarnos. Las fuerzas del mal se encuentran en
cualquier lugar. El león que busca una debilidad para poder atacar, siempre está despierto. Las fuerzas demoníacas están
a la búsqueda de una habitación, los poderes de Satanás son fuertes. Sin embargo, nunca debemos olvidar que la
armadura de Dios es suficiente y poderosa para resistir cualquier ataque del reino del maligno. Los dardos de fuego del
maligno no podrán atravesar el escudo de la fe. Satanás no puede penetrar el casco de la salvación o la coraza de justicia.
La espada que empuñamos (la palabra de Dios) es más cortante y mortal que cualquier arma del arsenal de Satanás.

El apóstol Pablo termina diciéndole a los creyentes que una vez estén ceñidos con la armadura de Dios, no cesen
de hacer oraciones por todos los santos y por los predicadores de la palabra de Dios: “orando en todo tiempo con toda
oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; y por mí, a fin
de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, De igual

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manera la oración es otra arma grande que tenemos”, (Efesios 6:18-19). No cabe duda que aparte de ceñirnos de la
armadura de Dios, debemos fortalecernos en la oración. El evangelista D. L. Moody dijo referente a la oración: “La
oración debe ser siempre la fuerza principal de nuestra vida. Haga lo que sea sabio, pero no antes de haber orado.
Mande a llamar al médico si está enfermo, pero primero ore. Empiece, continúe y termine todo con oración”.
Finalmente, el apóstol Santiago nos dice: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”, (Santiago
4:7). La clave para resistir al enemigo de nuestra alma es someternos a Dios, vivir en santidad y oración, vestidos de la
armadura del cristiano, y cuando eso ocurra podremos resistir al diablo y esté huira de nosotros.

Bibliografía
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11. Tomas E Trask y Wayde I. Goodall. La Batalla la derrota de los enemigos de su alma. Editorial Vida,
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