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¿QUÉ SON LOS CFC´S?

Los clorofluorocarbonos (CFC) son una familia


de compuestos formados por átomos de carbono
(C), flúor (F) y cloro (Cl).

Estos compuestos no son tóxicos, ni inflamables


y tienen una reactividad muy baja. Además
tienen unas propiedades físicas que los hacen
muy eficaces como refrigerantes. Por todas estas
características, los CFC son unos compuestos
muy útiles comercialmente; con extensas
aplicaciones como refrigerantes, gases propelentes en sprays y en espumas,
aislantes, etc., e incluso como limpiadores por sus propiedades disolventes.

Durante la década de 1980 se liberaron a la atmósfera más de 1 millón de


toneladas por año, sin considerar los efectos adversos que esto podría

Más tarde se observó una relación directa entre las emisiones de CFC a la
atmósfera y el tamaño del agujero de la capa de ozono cada temporada. Esto se
debe a la baja reactividad de los CFC, que permite que lleguen inalterados a la
estratosfera. Una vez allí, la radiación UV los
fotoliza, liberando radicales de cloro (Cl·). Estos
radicales de cloro intervienen en una serie de
reacciones químicas cuyo resultado es la
destrucción de las moléculas de ozono (O3), con
la consiguiente disminución del espesor de la capa
de ozono estratosférica. Además, se estima que
un sólo radical de cloro es capaz de destruir unas
50 mil moléculas de ozono. Hay que tener en
cuenta que los CFC no se acumulan en la
superficie terrestre de ninguna forma, sino que
todas las moléculas llegan a la estratosfera donde
la luz UV-C los descompone liberando los átomos
radicales de cloro.

Afortunadamente, se firmaron acuerdos internacionales como el Protocolo de


Montreal (1987), al que siguieron el de Londres (1990), Copenhague (1992), Viena
(1995), Montreal (1997) y Pekin (1999), con el fin de limitar las emisiones de estos
compuestos a la atmósfera.
EFECTO INVERNADERO, VAPOR DE AGUA

Un nuevo estudio ha confirmado que los niveles


crecientes de vapor de agua en la franja alta de la
troposfera intensificarán los impactos negativos
del cambio climático en las próximas décadas.
Este estudio es además el primero en mostrar
que el aumento de las concentraciones de vapor
de agua en la atmósfera es un resultado directo
de la actividad humana.

Para investigar las causas potenciales de la


tendencia al aumento del vapor de agua
observada durante 30 años en la franja alta de la troposfera, el equipo de Brian
Soden y Eui-Seok Chung, de la Universidad de Miami en Estados Unidos, utilizó
mediciones del vapor de agua en la franja alta de la troposfera realizadas por
satélites de la Administración Nacional estadounidense Oceánica y Atmosférica
(NOAA por sus siglas en inglés), y las comparó con predicciones obtenidas
mediante modelos climáticos de la circulación del agua entre el mar y la atmósfera
para determinar si los cambios observados en el vapor de agua atmosférico
podrían ser un resultado de causas naturales o más bien de causas
antropogénicas.

Valiéndose de experimentos basados en los modelos climáticos, los


investigadores han mostrado que el aumento del vapor de agua en la franja alta de
la troposfera no puede ser explicado por la acción de fuerzas naturales, como
volcanes y cambios en la actividad solar, pero sí por el aumento en la atmósfera
de gases de efecto invernadero, como el CO2, un aumento provocado en gran
medida por el Hombre.

Los gases de efecto invernadero elevan las temperaturas al atrapar y retener el


calor dentro de la atmósfera. Este calentamiento también incrementa la
acumulación de vapor de agua atmosférico, el gas de efecto invernadero más
abundante. Esta acumulación retiene calor adicional y eleva aún más las
temperaturas. Los modelos climáticos predicen que a medida que el clima se
caliente a causa del uso de combustibles fósiles, las concentraciones de vapor de
agua también aumentarán en respuesta al calentamiento. Este vapor de agua
adicional, a su vez, absorberá más calor y elevará aún más la temperatura en el
planeta.

En la investigación también han trabajado B.J. Sohn de la Universidad Nacional de


Seúl, en Corea del Sur, y Lei Shi, del Centro Nacional de Datos Climáticos en
Ashville, Carolina del Norte, dependiente de la NOAA.
PARTES DE LA TIERRA Y LA ATMOSFERA

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