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S
i durante el siglo XX, sobre
todo en su segunda mitad,
podemos decir que la genética
ha sido una de las ciencias estrella,
si no la ciencia estrella por antono-
masia, no es muy arriesgado afirmar
que durante este siglo XXI recién
iniciado, las ciencias del cerebro
(neurociencias) tienen la pretensión
de convertirse en las ciencias del
futuro, encargadas de desentrañar
el más importante continente toda- La mayoría de los estudiosos
vía por explorar, el cerebro. Así lo del cerebro, y sobre todo los que
afirma, entre otros, Francisco Mora, se dedican a la divulgación de estos
al indicar que el siglo XXI “será el conocimientos2, insisten en las fuer-
siglo de la Biología de la Mente, un tes consecuencias que supondrán
fenómeno análogo al que constituyó para todos los ámbitos intelectua-
la Biología del Gen en el siglo XX”1. les, y para la comprensión de la
El empeño titánico del ser huma- auténtica naturaleza humana, estos
no ha ido consiguiendo descifrar avances en los diversos campos de
los grandes secretos del universo, las neurociencias. Y consideran, por
desde la gran explosión inicial (Big ello, que se dará una auténtica re-
Bang) hasta los últimos recovecos y volución, un cambio de paradigma,
componentes de la materia, desde y la ocasión y el medio de superar
la teoría de la relatividad hasta la la ruptura entre las dos culturas de
mecánica cuántica, pero todavía se la que habló C. P. Snow3, y en la
mantiene un continente inexplora- que se apoya la propuesta de John
do y apenas conocido: el cerebro Brockman de una tercera cultura4.
humano. Y no se trata de un terreno No me voy a detener en re-
baladí o de segunda importancia, flexiones generales sobre estos te-
sino que representa la realidad más mas tan apasionantes, sino que mis
compleja de todas las que han apa- reflexiones se orientarán a analizar
recido en nuestro universo conoci- la relación entre las neurociencias
do, la única, además, que constitu- y la ética. Se trata de un tema de
ye la sede de la conciencia de todo enorme trascendencia, dada la im-
lo que hay y también de sí misma, portancia de la ética para el ser hu-
soporte por ello de los rasgos más mano, pero también por constituir
específicos de la realidad humana un tema clave dadas sus consecuen-
(conciencia, inteligencia, lenguaje, cias en el campo epistemológico
libertad, etc.). (relación entre los enfoques cien-
E
l hecho evidente de que el complejidad tiene que, en primer
cerebro es la base y apoyo lugar, plantearse correctamente
fisiológico de la mente huma- tal relación, para que, en segundo
na ha llevado a los estudiosos, en lugar, las propuestas que se pre-
su empeño por determinar la base senten puedan ser convincentes y
cerebral de cada una de las facetas fructíferas.
intelectuales del ser humano, a in- Como ya hemos apuntado con
tentar dibujar un mapa cerebral en anterioridad, la relación entre la
el que estarían situadas cada una ética y las neurociencias tiene una
de dichas facultades. Así se hizo ya directa relación y un apoyo necesa-
en el siglo XIX con la frenología5, rio en un correspondiente modelo
y se sigue con empeños renova- antropológico, según el modo como
dos en la actualidad. Con ello se se plantee el tema de la mente y se
trataría de encontrar los correlatos trate desde ahí de resolver el deno-
neuronales o cerebrales de todas minado problema de las relaciones
los procesos conductuales del ser mente-cuerpo.
humano, tanto de los vegetativos y
Es evidente que no es lo mismo
sensitivos como de los intelectuales
la respuesta que puede dar a este
(pensar, hablar, creer, etc.). Así, se
problema un dualista que un reduc-
están popularizando hoy día los
cionista extremo que un funcionalis-
conceptos de neurocultura, neuro-
ta o que un emergentista7. Está claro
filosofía, neuroética, neuroestética,
que la capacidad ética del ser hu-
neuroreligión6, etc.
mano, lo mismo que otras capacida-
Nos vamos a centrar aquí en el des como la lingüística, la filosófica,
ámbito de la neuroética, o de las estética, religiosa, etc., dependen y
relaciones entre cerebro y ética. se apoyan en su cerebro. Es decir,
Se trata de una relación provecho- los seres humanos somos éticos,
sa, necesaria, pero que dada su estéticos, hablamos, filosofamos
L
a concepción dinámica de la saberes científicos se han ido encar-
realidad8 nos lleva a recono- gando del estudio y análisis de cada
cer que todo el universo esta uno de estos ámbitos de realidad:
interrelacionado en su intrínseca la física, la química, la biología, la
capacidad dinámica de estar dando psicología, la sociología, la antropo-
de sí. De la materia inanimada ha logía, etc. Pero la tendencia general
ido surgiendo la vida, y esta se ha de las ciencias ha ido siempre en
ido complejificando en las diver- la dirección de unificar los saberes,
sas especies animales hasta hacer tratando de encontrar las leyes bási-
emerger la especie humana, según cas que nos descubran el funciona-
la cosmovisión científico-filosófica miento unificado del universo.
dominante en la actualidad, tras En ese sentido, se han dado
la teoría de la selección natural éxitos notables en este empeño
de Charles Darwin. Los diferentes reduccionista. Pero frente a esa
Y
según estas dos leyes o condi- las dos posturas extremas dentro del
ciones, en la situación actual programa reduccionista: los vitalistas
de la ciencia, es evidente o dualistas, por un lado, y los reduc-
que la biología, aunque pueda ser cionistas extremos o exagerados,
reducida en algunos de sus aspectos por otro. Ayala entiende que entre
a la física y la química, no lo puede ellas se dan dos posturas interme-
ser en todos sus aspectos. Podría de- dias, consecuencia de moderar un
fenderse que, de momento, esto no tanto las dos posturas extremas. La
es posible, pero que se conseguirá primera defiende que, aunque no
en algún momento del futuro. Pero sea posible alcanzar el ideal reduc-
también puede defenderse que, por cionista en el estado actual de la
principio, siempre quedará un resto ciencia, podría serlo en el futuro. Y
de la biología que resulta imposible la otra defiende que esa reducción
de reducir a leyes físico-químicas. es imposible por principio, puesto
Así lo sostiene en varios de sus que, como ya hemos señalado, los
trabajos el propio F. J. Ayala, en la organismos vivos no son mera agre-
medida en que entiende que una de gación de átomos y moléculas, ni de
las cualidades que caracterizan a los órganos y tejidos, sino que son con-
seres vivos es la presencia en ellos juntos que forman todos, sistemas,
de actos teleológicos23. estructuras, que poseen sus leyes
específicas, y no puede reducirse
4.1. Diversos tipos de teleologías
su explicación al estudio del mero
Ya hemos hecho referencia a comportamiento de sus partes.
L
a reflexión sobre esta relación sus reflexiones a interpretar los
nos va a servir de paradigma organismos vivos en función de su
para el que constituye el cen- utilidad al servicio de la adaptación
tro de este trabajo, la relación entre y del éxito reproductivo. Esta lógica
ética y neurociencias. Se trata de un es evidente, en todas las especies
tema de gran importancia y que ha animales y también en el ámbito de
sido objeto de múltiples reflexiones la especie humana, en relación con
y disputas en décadas anteriores46. Y los rasgos fenotípicos de tipo morfo-
aunque ambas relaciones (ética-bio- lógico y fisiológico, pero resulta ya
logía y ética-neurociencias) tienen más problemático si nos referimos
contenidos específicos, el marco a los rasgos y características men-
filosófico desde el que hay que con- tales y culturales. En este punto nos
templarlas viene a ser básicamente volvemos a encontrar las mismas
el mismo, como vamos a ver. posturas que hemos indicado en la
temática reduccionista anterior. Por
5.1 Una distinción clarificadora
un lado, se encuentran los reduc-
La tendencia de los plantea- cionistas extremos, que consideran
mientos evolucionistas basados en que, al igual que ocurre en el resto
la selección natural ha orientado de las especies vivas, también en
5.3 Las insuficiencias de los biologis- Más recientemente han sido los
mos éticos o éticas biologistas sociobiólogos los que han vuelto a
defender que la ética depende de la
Dentro de esta línea de pen- genética, al igual que todo el con-
sar, se hallan en primer lugar los junto de la cultura. La sociobiología
evolucionistas clásicos (desde H. pretende demostrar que los sujetos
Spencer, hasta J. S. Huxley y C. H. de la evolución no son ni los indi-
Waddington), quienes defendieron viduos, ni los grupos poblacionales,
la posibilidad de fundamentar las sino los genes. Y el único motor que
normas éticas desde la lógica del les mueve es el egoísmo genético59,
proceso evolutivo. En la medida que les empuja a construir organis-
6. Ética y neurociencias
C
omo hemos indicado an- situar en un todo la relación entre
teriormente, el mismo es- genética, ciencias del cerebro y los
quema de relación entre diversos ámbitos de la cultura (con-
genética y ética vale perfectamente ducta, ética, racionalidad filosófica,
para la relación entre neurociencias etc.). La relación entre ambos nive-
y ética. En realidad, como ya hemos les se conjuga con las dos leyes o
hecho también referencia, hay que distinciones que hemos establecido
7. Concluyendo
H
emos ido viendo en qué Hemos visto también que el
medida los avances de las contenido de la propuesta de la neu-
investigaciones en el campo roética tenía que ser desdoblado en
de las neurociencias, sobre todo dos: la ética de las neurociencias y
las de orientación cognitivista, nos la neurociencia de la ética. Si el pri-
obligan a abrirnos a un horizonte mer aspecto quiere hacer referencia
totalmente novedoso que puede a los problemas morales que plantea
constituir una auténtica revolución la investigación sobre el cerebro,
paradigmática. Así es lo que algunos el segundo se detiene más bien en
estudiosos de estas ciencias del cere- estudiar las bases cerebrales de la
bro nos quieren hacer ver, acuñando ética, del comportamiento moral.
para ello conceptos como neuro-
cultura, neuroética, neurofilosofía, Ahora bien, esta segunda di-
neuroteología, y otras afines. Nuestro mensión tiene a su vez dos caras
interés en este trabajo se ha centrado que hay que distinguir y conjugar
en la propuesta de la neuroética. de la forma más adecuada, porque
NOTAS 4
Cfr. BROCKMAN, John (ed.), El
1 nuevo humanismo y las fronteras de
Neucocultura. Una cultura basada en
la ciencia, Barcelona, Crítica, 2007.
el cerebro, Madrid, Alianza, 2007, p.
5
11. Erik R. Kandel expresa una opi- Cfr. Frenología, en GREGORY, Ri-
nión similar en In search of memory. chard (dir.), Diccionario Oxford de
The emergence of a new Science of la Mente, Madrid, Alianza Editorial,
mind (2006): “En el siglo XXI la 1995, pp. 452-455; DAMASIO, A.,
biología de la mente será un fenó- o.c., pp. 28-31.
meno análogo al de la biología del 6
Cfr. MORA, Fco. J., Neurocultura.
gen en el siglo XX”: cita tomada de Una cultura basada en el cerebro, o.c.
F. Mora, o.c., p.13. 7
Cfr. sobre filosofía de la mente,
2
Cfr. EDELMAN, Gerald M./TO- GARDNER, H., La nueva historia
NONI, Giulio, El universo de la de la mente. Historia de la revolución
conciencia, Barcelona, Crítica, 2002; cognitiva, Barcelona, Paidós, 2000 (2ª
DAMASIO, Antonio, El error de ed.); CHURCHARLAND, Paul M.,
Descartes, Barcelona, Crítica, 1996; Materia y conciencia, Barcelona, Ge-
GOLDBERG, Elkhonon, El cerebro disa, 1999; MARTÍNEZ-FREIRE,
ejecutivo. Lóbulos frontales y mente Pascual F., La nueva filosofía de la
civilizada, Barcelona, Crítica, 2002; mente, Barcelona, Gedisa, 1995;
MORA, Fco. J., El reloj de la sabi- PRIEST, s., Teorías y filosofías de
duría, Madrid, Alianza, 2002; Id., la mente, Madrid, Cátedra, 1994;
Neurocuiltura. Una cultura basada BRONCANO, F. (ed.), La mente
en el cerebro, Madrid, Alianza, 2007; humana, Madrid, Trotta, 1995; LIZ,
RUBIA, Fco. J., ¿Qué sabes de tu Manuel, Perspectivas actuales en filo-
cerebro? 60 respuestas a 60 pregun- sofía de la mente, Tenerife, Gobierno
tas, Madrid, Temas de Hoy, 2006; de Canarias, 2001; MOYA, Carlos J.,
Id., El cerebro nos engaña, Madrid, Filosofía de la mente, Valencia, PUV,
Temas de Hoy, 2007; MARTÍN- 2004; HIERRO-PESCADOR, José,
LOECHES, Manuel, La mente del Filosofía de la mente y de la Cien-
“Homo sapiens”. El cerebro y la cia Cognitiva, Madrid, Akal, 2005;
evolución humana, Madrid, Aguilar, BEORLEGUI, Carlos, “Filosofía de
2008. la mente: Visión panorámica y situa-
ción actual”, Realidad (UCA, San
3
Cfr. su famosa conferencia en Cam- Salvador), 2007, nº 111, 121-160; Id,
bridge, Las dos culturas y la revolu- “Los emergentismos sistémicos: Un
ción científica, 1959 (ed. cast.: Las modelo fructífero para el problema
dos culturas y un segundo enfoque, mente-cuerpo”, Pensamiento, 62
Madrid, Alianza, 1977). (2006), nº 234, 391-439.