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3. Por tanto, podríamos sostener que la filosofía ha de entenderse como una empresa
destinada a realizar un examen crítico de nuestras creencias y sus fundamentos.
6. Pero, ¿qué podría suceder si no cuestionamos nada? ¿qué sentido tiene la frase de
Sócrates según la cual una vida sin examen no merece ser vivida?
11. Supuesta disociación de la filosofía con la realidad. Tesis que ya había sido advertida por
Marx en 1845 a propósito de Feuerbach (Undécima tesis: Los filósofos no han hecho más que
interpretar de diversos modo el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo)
12. “Las palabras no son solo palabras; meras fichas en un juego filológico. Las palabras
expresan ideas. El lenguaje se refiere a la experiencia; la expresa y la transforma” (p. 20)
13. Pregunta filosófica respecto de la moral. Decisión moral y jerarquía de valores, ¿qué debo
hacer?
14. Apelación a:
a. la utilidad (Cf. Mill).
b. la conciencia moral (Cf. Freud y el superyó. [Im]posibilidad de acceso a la
conciencia).
c. una realidad suprasensible o mandatos religiosos.
15. La tarea del filósofo de la moral: promover una decisión racional y libre (p. 21/22 cita)
16. La filosofía y su relación con las palabras. “Sin; embargo, los filósofos están preocupados
por el lenguaje, porque creen que pensamos con palabras; que en ocasiones las palabras
mismas son actos y que, por tanto, el examen de las palabras es el examen del
pensamiento” (p.22).
c. Filosóficas
i. No se sabe dónde buscar la respuesta
ii. Generan perplejidad
iii. El problema de la filosofía como el problema de la razón
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Ejemplo en la Crítica de la razón pura de Kant
“La razón humana tiene el destino singular, en uno de sus campos de conocimiento, de hallarse
acosada por cuestiones que no puede rechazar por ser plateadas por la misma naturaleza de la
razón, pero a las que tampoco puede responder por sobrepasar sus facultades.
La perplejidad en la que cae la razón no es debida a culpa suya alguna. Comienza con principios
cuyo uso es inevitable en el curso de la experiencia, uso que se halla, a la vez, suficientemente
justificado por esta misma experiencia. Con tales principios la razón se eleva cada vez más (como
exige su propia naturaleza), llegando a condiciones progresivamente más remotas. Pero,
advirtiendo que de esta forma su tarea ha de quedar inacabada, ya que las cuestiones nunca se
agotan, se ve obligada a recurrir a principios que sobrepasan todo posible uso empírico y que
parecen, no obstante, tan libres de sospecha, que la misma razón ordinaria se halla de acuerdo
con ellos. Es así como incurre en oscuridades y contradicciones. Y, aunque puede deducir que
éstas se deben necesariamente a errores ocultos en algún lugar, no es capaz de detectarlos, ya
que los principios que utiliza no reconocen contrastación empírica alguna por sobrepasar los
límites de toda experiencia” Kant, CRP A VII –VII.