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¿Estamos generando mecanismos de trabajo para incluir a los niños y

jóvenes con necesidades educativas especiales?

Las personas con necesidades educativas especiales son aquellas que tienen
alguna discapacidad de orden sensorial, neurológico, cognitivo, comunicativo,
psicológico, físico-motriz, teniendo en cuenta que en este grupo también se
incluyen los que tiene capacidades excepcionales; ellos requieren de un periodo
de escolarización con apoyo y atenciones educativas específicas de acuerdo a la
discapacidad o trastorno ya que estos pueden ser interactivos (características del
contexto familiar y escolar), relativas (características del grupo en el que se
encuentra el alumno y según la atención educativa que reciba que puede ser
regular y especial) y por último discapacidades transitorias o permanentes.

El término necesidades educativas especiales no debe ser despectivo, pues la


intención de este no es destacar el déficit o diagnóstico del estudiante sino
promover la inclusión de ellos en las instituciones educativas, ubicando las causas
de la dificultad no solo del estudiante también del ambiente familiar, social y/o
escolar, promoviendo de esta manera la responsabilidad que se debe tener en dar
la debida atención a las necesidades del estudiante.

El concepto de necesidades educativas especiales surge luego de varios años ya


que las expresiones para referirse a este tipo de personas no eran las mejores se
les llamaba “idiota profundo”(1886), “subnormal severo”(1962)entre otros hasta
evidenciar que eran personas con dificultades de aprendizaje y además se
descubre que este déficit no solo se presentaba por problemas genéticos o
congénitos considerados inmodificables, sino también por factores sociales y
culturales lo cual con el paso del tiempo ha tomado más fuerza favoreciendo así a
las personas que presentan estas características.

De esta manera se da inicio a investigaciones las cuales afirman que todas las
personas tienen necesidades unas más evidentes que otras, naciendo así el
término necesidades educativas especiales publicado en el informe Warnock en el
año 1978, elaborado a partir de una investigación realizada entre 1974 y 1978 por
un grupo de expertos liderado por Mary Warnock a solicitud del secretario de
educación del Reino Unido.[1] Ella indicaba que este concepto no era algo
revolucionario y lo que se buscaba con esta investigación era analizar ideas y
ponerlas en práctica. Así surgen una serie de afirmaciones que la autora
(Warnock) sintetizó como “comprensión e independencia” ella consideraba que no
era viable separar las necesidades educativas, ya que al considerarse que las
necesidades forman un continuo entonces la educación especial también se debe
entender como un continuo de prestación que va de la ayuda temporal hasta la
adaptación permanente o a largo plazo del currículo ordinario. [1]

Con esta teoría se plantea una perspectiva más compleja y adecuada sobre la
discapacidad y más cuando este concepto fue presentado en la UNESCO en el
año 1994 llamado “Conferencia mundial sobre necesidades educativas especiales:
acceso y calidad”. La preocupación por todo lo que lleva y los costos que tiene la
educación especial reaparecía y lo manifestaban en los siguientes términos:

“La experiencia especialmente en los países en vías de desarrollo, indica que el


alto costo de las escuelas especiales supone en la práctica que solo una minoría
de alumnos que normalmente proceden de un medio urbano se benefician de
estas instituciones. La experiencia además indica que las escuelas integradoras,
destinadas a todos los niños y niñas de la comunidad, tienen más logro a la hora
de obtener el apoyo de la comunidad y encontrar formas innovadoras e
imaginativas para utilizar los limitados recursos disponibles” (Organización de la
naciones unidas para la educación, la ciencia y la cultura, 1994).[2]

De esta manera la educación inclusiva empieza a ganar espacios importantes,


porque se identifican y responden a las necesidades de los estudiantes siendo
más participes de sus culturas, aprendizajes y comunidades que los rodea. Para
lograr que la educación no sea excluyente se deben realizar modificaciones en los
contenidos curriculares y en las formas de enseñanza tomando conciencia que
cada estudiante tiene características, capacidades, intereses y formas de
aprendizaje diferentes.

Con todo esto lo que se busca es que todos los niños y jóvenes sin importar su
condición de discapacidad en ningún momento de su proceso de formación
educativo sea marginado, lo que se debe lograr es que ese pequeño número de
estudiantes sea integrado a el sistema reflexionando en la transformación de este
a fin de responder a la diversidad de estudiantes.

Siempre debe tenerse en cuenta que para los alumnos con algún tipo de
necesidad educativa especial el ingresar a la escuela o institución educativa es un
desafío que no todos están dispuestos a afrontar, por todos los retos que este
conlleva, por ello es importante el acompañamiento de padres de familia y
docentes especialmente de los últimos ya que algunos no colaboran de manera
correcta en el proceso y prefieren pasar por alto la necesidad del estudiante y lo
más cómodo es promoverlo sin exigir lo mínimo, tan solo un buen comportamiento
que corresponde a estar en silencio y sentado en el salón de clase sin motivarlo a
que sea crítico y analítico en la medida de sus posibilidades.

Con estos estudiantes la exigencia va de acuerdo a las adecuaciones curriculares


que se realicen en las asignaturas, lo importante es hacerlo sentir capaz de
aprender los mismos contenidos que el resto de sus compañeros buscando
siempre la metodología que le permita un aprendizaje óptimo y motivarlo a seguir
en el proceso ya que esto requiere de tiempo, paciencia y constancia, para que así
el estudiante sea más seguro y su desempeño mejore no solo en la academia sino
en la parte social y afectiva.
Referencias Bibliográficas

[1] Cecilia Diez, Adriana (2004), Las “necesidades educativas especiales”.


Políticas en torno a la alteridad en cuadernos de antropología social, ISSN: 0327-
3776 núm 19, Buenos Aires pp 157-171.

[2] Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la ciencia y la cultura


(UNESCO) (1994). Declaracion de salamanca y marco de acción para las
necesidades educativas especiales. Conferencia mundial sobre las Necesidades
Educativas Especiales, Salamanca.

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