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Taller Metodológico

Monografía: Opción de grado.

TÍTULO

PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
1. Problema Como parte de la “Guerra contra las drogas” coordinada por los Estados
Unidos desde inicios de los años 70, en Colombia y en general en países de
Latinoamérica ha reinado el prohibicionismo como estrategia de control dentro de
las legislaciones en materia de drogas ilícitas implantando tendencias autoritarias
reflejadas en un derecho penal, que por encima de la protección a un bien jurídico,
responde a la detectación del “enemigo”. Es así que el principio de lesividad se
somete a las necesidades de la guerra, y en el afán de cubrir todo frente de
punibilidad se termina por procesar y condenar a los eslabones más vulnerables de
la cadena del tráfico de drogas, lo que representa una amenaza al Estado
constitucional de Derecho.

En Colombia, una de las estrategias del Estado ha sido el control de los cultivos por
medio de erradicación forzada, manual, fumigación aérea, y criminalización de
pequeños cultivadores: Campesinos, indígenas y afrodescendientes. Varias
instancias judiciales, de carácter tanto internacional como Nacional, incluyendo la
Corte Constitucional Colombiana, ha hablado de la protección y garantía de
derechos humanos de los consumidores de drogas ilícitas señalando la necesidad
de despenalizar el consumo, sin embargo, se ha dejado de lado al más débil dentro
de los débiles en la cadena del narcotráfico: El Campesino.

La labor del campesino cultivador incluye además de la siembra como tal, el


cuidado, la conservación de cultivos denominados ilícitos, y en algunos casos
participación en el ámbito de producción; estamos hablando entonces de la
construcción de toda una economía de subsistencia, o economías familiares
alrededor de la Coca, generalmente en contextos de conflicto y condiciones de
pobreza. El Estatuto Nacional de Estupefacientes (ley 30 de 1986) y el Código penal
(Ley 599 de 2000) tipifica todas estas acciones y condena a penas, por lo demás
desproporcionadas, a estos sujetos.

La formulación de políticas de regulación de drogas considerando estándares


internacionales para el control y la represión, no considera estándares de derechos
humanos, de ser así, el impacto de la regulación en países del tercer mundo donde
se reprime la oferta de drogas ilícitas, no estarían distorsionando los mercados
locales, destruyendo el tejido social, y generando graves afectaciones ambientales,
por mencionar tan solo algunos impactos.
2. Pregunta de investigación ¿Qué factores debe tener en cuenta la implementación
del punto 4 en materia de Drogas ilícitas para garantizar los derechos humanos de
los campesino cultivadores y el ambiente?
3. Palabras clave Cultivos ilícitos – Campesinos – Sustitución

ESTADO DEL ARTE


Tema 1: Empírico El impacto de la regulación sobre las sustancias
estupefacientes consideradas ilícitas podría ser
Impactos sociales
de la regulación
evaluado como negativo. El énfasis en controlar y
sobre sustancias reprimir la oferta de drogas ilegales, que se concentra
estupefacientes en los países del tercer mundo (y no en la demanda,
consideradas que derivaría el control al primer mundo), ha generado
ilícitas sobre mucho más problemas que el que pretende resolver: al
comunidades crear nuevos tipos penales se crea nueva delincuencia,
campesinas y el
ambiente.
el sistema penal agudiza e incrementa los problemas,
las formas de destruir los cultivos ilícitos destrozan el
medio ambiente, el tráfico ilegal distorsiona los
mercados locales y se hace trizas el tejido social;

Tema 2: Empírico Criminalización de campesinos cultivadores y de los cultivos de coca


– teórico

La figura del
Campesinos en la
regulación sobre
sustancias
estupefacientes
consideradas
ilícitas: ¿Se
considera un trato
diferencial?
Tema 3: Teórico-
Empírico

Qué factores
tienen en cuenta
instancias
jurisdiccionales
para condenar
Campesinos
cultivadores y la
siembra de
cultivos
denominados
ilícitos.

HIPÓTESIS DE
TRABAJO
Síntesis problema La actual ley que controla las sustancias
estupefacientes está en franca contradicción con la
Constitución.

Nuestro problema real es la inequidad y la pobreza, la


falta de satisfacción de los derechos sociales que se
produce por una sociedad que concentra la riqueza en
pocas manos.
El problema de las drogas, al igual que la sobredi-
mensión de la seguridad ciudadana focalizado en la
criminalidad torpe, tiene una función enmascadora,
que degrada la construcción de un estado consti-
tucional de derechos y justicia y que incrementa la
segregación social. Por eso, no tiene sentido la
penalización de lo irrazonable.
Síntesis solución El reto es generar nuevos discursos, normativas e
instituciones (Morales). El discurso tiene que centrarse
en los derechos humanos y en la promoción de
equidad (Rosales). Una de las ideas es la de
“reducción del daño” (Guerrero y Youn- gers), que ha
sido ya efectivamente implementada en países como
Holanda, que parte de la tutela de los derechos en
lugar de la represión, en el que a las personas se les
garantiza la posibilidad de elegir y, cuando tienen
problemas, de protegerlos; con la batería de derechos
se puede afrontar el tema: igualdad y no
discriminación, educación, salud y hasta el buen vivir
(Dávalos).
Algunos analistas afirman que más de trescientas mil familias
colombianas, alrededor de un millón de personas, están vinculadas
directamente a la siembra, cosecha y producción de cultivos de
coca, amapola y marihuana y derivados intermedios como la “pasta
básica de coca” (Tocora, 2000). Posiblemente son más. Es hora de
posicionar la necesidad de descriminalizar a estos campesinos,
indígenas y afrodescendientes, colocando entre las prioridades de la
reforma la grave situación legal y carcelaria de quienes están presos
por este tipo de participación. Muchos han sido víctimas de
detenciones arbitrarias o de montajes judiciales que los vinculan con
la “rebelión”. También es frecuente que, bajo la amenaza de una
pena mayor, acepten cargos que no han cometido y falsos positivos
judiciales (Arenas Pedro, González Darío, 2015). Procurando no
perder el horizonte de la garantía de los derechos humanos de las
personas y poblaciones productoras, quizás sea necesario prever
“pasos” legales intermedios o parciales que busquen la
despenalización. Algunas de estas alternativas transicionales serían,
por ejemplo, conseguir la aplicación del llamado Principio de
Oportunidad para suspender la acción penal, interrumpirla o
renunciar a ella; desjudicializar, extinguir la acción penal; encontrar
alternativas al encarcelamiento y otras medidas de orden
administrativo y comunitario; definir la gradualidad de las penas;
valorar la situación socio-económica y definir de una vez por todas
la categoría de "pequeño cultivador o cultivo de subsistencia"
(Arenas Pedro, González Darío, 2015).

Afirmamos con contundencia que la consigna de “coca cero” además


de irreal es inaceptable, lo mismo la pretensión de acabar con la
amapola o la mariguana, plantas naturales y para las culturas
ancestrales con definiciones sagradas, que además poseen –como
se sabe-, un gran potencial para la alimentación humana o para la
medicina. Es necesaria la rehabilitación de estas plantas. La
sustitución de usos es una opción viable y altamente benéfica. Sin
duda, para tales usos los cultivos de estas plantas no deben ser
contaminados con agrotóxicos; lo cual, por supuesto, es válido para
toda la producción agrícola de alimentos sanos.

MARCO TEÓRICO
Tema 1: Teórico - Punto 4 de los acuerdos. Oportunidades
Empírico
Tema 2: Empírico- Campesino como sujeto de derechos PARTICIPACIÓN
Teórico
Tema 3: Teórico

OBJETIVOS METODOLOGÍA
General
Específicos
1.
2.
3.

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