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Analisis de las situaciones. Relaciones de fuerzas* Antonio Gramsci Un estudio sobre la forma en que es preciso analizar las “‘situaciones”, o sea la forma en que es preciso esta- blecer los diversos grados de relaciones de fuerzas, puede prestarse a una ex- posicién elemental de ciencia y arte politico, entendida como un conjunto de canones practicos de investigacién y de observaciones particulares, dtiles para subrayar el interés por la realidad efectiva y suscitar intuiciones politicas mas rigurosas y vigorosas. Al mismo tiempo hay que agregar la exposicién de lo que en politica es necesario en- tender por estrategia y tactica, por * Texto tomado de: Antonio Gramsci. Notas sobre Maquiavelo, sobre poitti- ca y sobre el Estado Moderno, Juan Pablos Editores, México, 1975, pags. 65a 76. “plan” estratégico, por propaganda y agitacién, por “orgdnica” o ciencia de la organizacién y de la administracién en politica. Los elementos de observacién em- pirica que por lo general son expues- tos en forma desordenada en los tra- tados de ciencia politica (se puede tomar como ejemplo la obra de G. Mosca: Elementi di scienza politica) en la medida que no son cuestiones abstractas o sin fundamento, debe- rian encontrar ubicacién en los ‘di- versos grados de las relaciones de fuerza, comenzando por las relacio- nes de las fuerzas internacionales (donde se ubicarian las notas escri- tas sobre lo que es una gran potencia, sobre los agrupamientos de Estados en sistemas hegeménicos y por con- siguiente sobre el concepto de inde- pendencia y soberania en lo que respecta a las potencias medianas y Nueva Antropologia, Afio IV, No. 15-16, México 1980 pequefias) para pasar a las relaciones objetivas sociales, o sea al grado de desarrollo de las fuerzas productivas, a las relaciones de fuerza politica y de partido (sistemas hegemonicos en el interior del Estado) y a las relacio- nes politicas inmediatas (o sea poten- cialmente militares). gLas relaciones internacionales pre- ceden o siguen (légicamente) a las re- laciones sociales fundamentales? Indu- dablemente las siguen. Toda renova- cién organica en la estructura modifi- ca también orgdnicamente las rela- ciones absolutas y relatives en el campo internacional a través de sus expresiones técnico-militares, Adn la misma posicion geografica de un Esta- do nacional no precede sino sigue (l6gicamente) las innovaciones estruc- turales, incidiendo sobre ellas sin em- bargo en cierta medida (precisamente en la medida en que las superestructu- ras inciden sobre la estructura, la poli- tica sobre la economia, etc.). Por otro lado, las relaciones internacionales inciden en forma pasiva o activa sobre las relaciones politicas (de hegemonia de los partidos). Cuanto mas subordi- nada a las relaciones internacionales esta la vida econdémica inmediata de una nacién, tanto mas un partido de- terminado representa esta situacion y la explota para impedir el adelanto de los partidos adversarios (recordar el famoso discurso de Nitti sobre la re- volucién italiana técnicamente imposi- ble!). De esta serie de datos se puede Hegar a la conclusién de que con fre- cuencia el llamado “partido del ex- ANTONIO GRAMSCI tranjero” no es precisamente aquel que es vulgarmente indicado como tal, sino el partido mas nacionalista, que en realidad mas que representar a las fuerzas vitales del propio pais, repre- senta la subordinacién y el someti- miento econémico a las naciones 0 a un grupo de naciones hegeménicas.! Es el problema de las relaciones entre estructura y superestructuras el que es necesario plantear exactamen- te y resolver para llegar a un anilisis justo de las fuerzas que operan en la historia de un periodo determinado y definir su relacién. Es preciso mo- verse en el dmbito de dos principios: 1) ninguna sociedad se propone tareas para cuya solucién no existan ya las condiciones necesarias y suficientes o no estén, al menos, en via de aparicién. y de desarrollo; 2) ninguna sociedad desaparece y puede ser sustituida si antes no desarrollé todas las formas de vida que estén implicitas en sus relaciones.?. A partir de la reflexién + Una mencién a este elemento internacio- nal “represivo” de las energias internas se encuentra en los articulos publicados por G. Volpe en el “Corriere della Sera” del 22 y 23 de marzo de 1932. “Ninguna formacién social desaparece an- tes de que se desarrollen todas las fuerzas Productivas que caben dentro de ella y jams aparecen nuevas y mas altas relacio- nes de produccién antes de que las condi- clones materiales para su existencia hayan madurado en el seno de la propia socie- dad antigua. Por eso, la humanidad se ANALISIS DE LAS SITUACIONES. RELACIONES DE FUERZAS 9 sobre estos dos cdnones se puede Regar al desarrollo de toda una serie de otros principios de metodologia histérica. Sin embargo, en el estudio de una estructura es necesario distin- guir los movimientos orgdnicos (rela- tivamente permanentes) de los movi- mientos que se pueden Hamar “de coyuntura” (y se presentan como ocasionales, inmediatos, casi acciden- tales). Los fenémenos de coyuntura dependen también de movimientos orgaénicos, pero su significado no es de gran importancia historica; dan lugar a una critica politica mezquina, cotidiana, que se dirige a los pequefios grupos dirigentes y a las personalida- des que tienen la responsabilidad in- mediata del poder. Los fenémenos orgénicos dan lugar a la critica histé- rica-social que se dirige a los grandes agrupamientos, mds alla de las perso- nas inmediatamente responsables y del personal dirigente. Al estudiar un pe- riodo histérico aparece la gran impor- tancia de esta distincién. Tiene lugar una crisis que a veces se prolonga por decenas de afios. Esta duracién excep- cional significa que en la estructura se han revelado (maduraron) contradic- propone siempre iinicamente los objeti- vos que puede alcanzar, pues, bien mira- das las cosas, vemos siempre que estos objetivos sélo nacen cuando ya se dan o, por lo menos, se estén gestando, las con- diciones materiales para su realizacion”. (Marx, Prélogo a ta Critica de la Econo- mia Politica), NA. 15-16 ciones incurables y que las fuerzas politicas, que obran positivamente en Ja conservacién y defensa de la estruc- tura misma, se esfuerzan sin embargo por sanear y por superar dentro de ciertos limites. Estos esfuerzos ince- santes y perseverantes (ya que ninguna forma social querré confesar jamés que estd superada) forman el terreno de lo “ocasional” sobre el cual se or- ganizan las fuerzas antagdnicas que tienden a demostrar (demostraci6n que en filtima instancia se logra y es “verdadera” si se transforma en una nueva realidad, si las fuerzas antagé- nicas triunfan; pero inmediatamente se desarrollan una serie de polémicas ideolégicas, religiosas, filoséficas, poli- ticas, juridicas, etc., cuyo caracter concreto es valorabie en la medida en que son convincentes y desplazan la anterior disposicién de las fuerzas so- ciales) que existen ya las condiciones necesarias y suficientes para que deter- minadas tareas puedan y por consi- guiente, deban ser resueltas histérica- mente (en cuanto todo venir a menos del deber histérico aumenta el desorden necesario y prepara catdstrofes mas graves), El error en que se cae frecuente- mente en el andlisis histérico-politi- co consiste en no saber encontrar la relacién justa entre lo orgdénico y to ocasional. Se llega asi a exponer como inmediatamente activas causas que operan en cambio de una manera me- diata, o por el contrario a afirmar que las causas inmediatas son las ‘inicas eficientes. En un caso se tiene

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