Vous êtes sur la page 1sur 7

Cátedra unesco

¿Qué es Pensamiento Complejo y Complejidad?


En esta síntesis es importante comprender tres nociones fundamentales que están asociadas y permiten
entender los principios y fundamentos que rigen la creación y las actividades del IIPC. Estas nociones son:
complejidad, pensamiento complejo y planetarización.

¿Qué entendemos por complejidad?

Una rápida mirada por sobre la información cotidiana que los periódicos muestran, permite observar que la
mayoría de los problemas globales y a la vez vitales y cotidianos, no solo se caracterizan por ser "enormes"
(fuera de normas conocidas) sino también, por sus escalas irreductibles. Pero la característica más
importante de estos problemas es que revelan la interconexión de distintas dimensiones de lo real y que a su
vez, se revelan en toda su complejidad. Complejidad significa aquí, la emergencia de procesos, hechos u
objetos multidimensionales, multirreferenciales, interactivos (retroactivos y recursivos) y con componentes de
aleatoriedad, azar e indeterminación, que conforman en su aprehensión grados irreductibles de
incertidumbre. Por lo tanto un fenómeno complejo exige de parte del sujeto una estrategia de pensamiento, a
la vez reflexiva, no reductiva, polifónica y no totalitaria/totalizante. Un contexto inédito y enorme requiere un
pensamiento creativo, radical y polifónico. Un pensamiento exorbitante (capaz de pensar fuera de la órbita de
los lugares comunes).

Desde un punto de vista etimológico la palabra complejidad es de origen latino, proviene de complectere",
cuya raíz "plectere" significa trenzar, enlazar. Remite al trabajo de la construcción de cestas que consiste en
trozar un círculo uniendo el principio con el final de las ramitas.

El agregado del prefijo "com" añade el sentido de la dualidad de dos elementos opuestos que se enlazan
íntimamente, pero sin anular su dualidad. De allí que "complectere" se utilice tanto para referirse al combate
entre dos guerreros, como al entrelazamiento de dos amantes.

En castellano la palabra "complejo" aparece en 1625, con su variante "complexo", viene del latín
"complexus", que significa "que abarca", participio del verbo "complector" que significa yo abarco, abrazo. De
complejo se deriva complejidad y complexión. Por otro lado esta última palabra, que aparece en el castellano
alrededor del año 1250, proviene del latín "complexio" que significa ensambladura o conjunto.

Asimismo, existe una relación curiosa entre complejo y perplejo, ya que comparten la misma raíz. Perplejo
aparece en el año 1440 y viene del latín "perplexus". Si perplejo significa dudoso, incierto, confuso,
"perplexus" significaba embrollado, embelesado, sinuoso. De perplejo se deriva en 1490 "perplejidad" que
significa irresolución, duda, confusión.

Evidentemente existe una relación entre perplejidad y complejidad, ya que una aproximación irreflexiva a la
complejidad nos sitúa en un estado de irresolución, duda y confusión.

La complejidad, es a primera vista un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente unidos, que


presentan la paradójica relación de lo uno y lo múltiple. La complejidad es efectivamente el tejido de eventos,
acciones, interacciones, retroacciones, determinaciones, azares, que constituyen nuestro mundo fenoménico.
Así es que, la complejidad se presenta con los rasgos perturbadores de la perplejidad, es decir de lo
enredado, lo inextricable, el desorden, la ambigüedad y la incertidumbre. Hoy la complejidad es nuestro
contexto.

La aparición de la complejidad en las ciencias permitió dar un giro en la comprensión de este término, que
llevó inclusive a la necesidad de replantear la dinámica misma del conocimiento y del entendimiento.

La complejidad aparecía al comienzo como una especie de hiato, de confusión, de dificultad. Hay, por cierto,
muchos tipos de complejidad, están las complejidades ligadas al desorden, y otras complejidades que están
sobre todo ligadas a contradicciones lógicas.

Pero lo más importante es que con la incorporación de la complejidad y su inserción en el conocimiento se


recupera, por una parte, al mundo empírico, la incertidumbre, la incapacidad de lograr la certeza, de formular
una ley eterna, de concebir un orden absoluto. Y por otra parte, se asume la dificultad irremediable para
evitar contradicciones lógicas en el avance de los conocimientos y la comprensión.
El estado espiritual que produce la complejidad (complexus) no es solo la perplejidad (perplexus) del espíritu
humano, hay otro estado que se parece a una excitación producida por algo que nos sobrepasa y nos
sorprende provocando en nuestro espíritu un estado parecido al despertar. Paul Valéry denomina a este
estado "implexo" y lo entiende como la capacidad de sentir, reacciona, hacer, comprender y resistir de parte
de un sujeto que intenta recomponer sus habilidades y maniobrar sus pensamientos en búsqueda de nuevas
estrategias frente a lo real. Es una actitud que lejos de remitirnos nuevamente al sopor del entendimiento y a
la cómoda reducción esquemática de lo ya sabido (de hecho fragmentado y acotado) nos reenvía a una
especie de vivificación de la situación a través de un repensar provocado por la perplejidad de la complejidad.
"Implexus" igual que implexio en latín quieren decir "enlazamiento". Justamente la emergencia de la
complejidad reclama un esfuerzo por parte del espíritu para enlazar, articular y religar la dispersión de
nuestro saber vivir y de nuestra capacidad de comprensión. El pensamiento complejo es la respuesta del
espíritu frente a la fragmentación y dispersión de los conocimientos que no pueden hacer frente a la
emergencia de los fenómenos complejos. El pensamiento complejo es un pensamiento que relaciona, un
artepensar y una estrategia del espíritu frente a la paradoja que anima el actual contexto que globaliza y al
mismo tiempo fragmenta. El Pensamiento Complejo realiza la rearticulación de los conocimientos mediante la
aplicación de sus criterios o principios generativos y estratégicos de su método. Estos son: principio sistémico
u organizacional, principio hologramático, principio de retroactividad, principio de recursividad, principio de
autonomía/dependencia, principio dialógico y principio de reintroducción del cognoscente en todo
conocimiento.

A través de estos principios es preciso, tomar en cuenta la relación con el contexto, complejizar la noción de
contexto para darle movimiento, es decir, ver la trama en devenir como un tejido que teje y se desteje, igual
que la actividad de Penélope en la Odisea de Homero, pero en otro horizonte del mundo, ya que es la
humanidad hoy la protagonista del proceso de planetarización del mundo.

Esta correlación de significados remiten a la experiencia homérica donde Odiseo (Ulises) en su itinerancia es
un ser golpeado, empujado por el rayo de Zeus, que anda errando, agitado y sin rumbo fijo, pero con un
objetivo, un fin concreto: llegar a casa. En función de ello, con la expresión "edad de hierro planetaria" se
quiere significar que la humanidad no ha encontrado todavía, el metapunto de vista político que le permita
superar la ceguera que conlleva el comprender su devenir histórico actual como un proceso de globalización
de los mercados y del sistema capitalista de producción, y no como parte de un proceso mucho más
complejo y que globaliza a la globalización, consistente en una especie de progresiva simbiosis entre el
destino de la especie y el devenir ecológico y cosmológico del planeta. La toma de conciencia de parte de la
humanidad de su devenir planetario como sujeto errante, permitiría salir de la situación de barbarie global y
crearía las condiciones de posibilidad de una forma distinta de convivencia de la especie en su Tierra-patria,
y al mismo tiempo en función de lo que esta en juego: su propio devenir humano. (Para una mayor
profundización de este análisis cfr.: Morin, Edgar; Roger Ciurana, Emilio; Motta, Raúl D. Educar en la era
planetaria. El pensamiento complejo como Método de aprendizaje en el error y la incertidumbre humana,
IIPC/UNESCO y Universidad de Valladolid, España, 2002).

Por lo tanto, no solo en preciso ver el entrelazado, sino también es preciso observar las dinámicas
reconfigurantes del contexto con sus emergencias, eventos, acontecimientos, etc. y su retroacción sobre la
observación, con la finalidad de hacer frente no solo a la dificultad del aprendizaje y la comprensión, sino
también, a la entropía del sentido y así favorecer la comprensión de la necesidad de su permanente
recreación. La imagen de trama y de textura sirve de modelo configurante para comprender la dinámica de la
información y la organización de los conocimientos, cuya acabada manifestación es la morfología del sistema
telemático y de las comunicaciones, esta es una trama que sostiene el flujo de datos en una forma
multidimensional y vertiginosa. Hay una trama que envuelve y atraviesa a las sociedades mediante una red
de redes. Esta trama no solo sostiene, sino que configura y determina cada vez más, las condiciones de
posibilidad de la toma de decisiones, el intercambio económico, la gestión empresaria y pública, y la dinámica
de gestión científica y tecnológica.

Sin embargo, el sujeto que hoy teje y desteje la trama de flujos que circunda y articula a las sociedades, no
es Penélope que espera el regreso de Ulises convertido en Odisea y Planetes, sino un cuatrimotor
(conformado y articulado por la gestión económica, la ciencia, la tecnología y la búsqueda de lucro en el
sistema financiero global)dislocado y dislocante de las distintas modalidades de organización social y
productiva, transformando la Odisea planetaria de la humanidad en una masa amorfa errante y desorbitada.
Aquí el contexto se vuelve al mismo tiempo, circunstancia, situación y horizonte.
Para el pensamiento complejo el actual contexto tiene como acontecimiento principal la emergencia de un
punto de inflexión en el devenir de la humanidad, donde al mismo tiempo convergen y divergen la historia de
la especie, la historia del universo, la historia del planeta y la historia de la humanidad, en una instancia
hominiscente. Término introducido por Michel Serres para señalar la instancia en donde la humanidad
deviene causa operacional de si misma como consecuencia del desciframiento del ADN. Pero en realidad es
una instancia que contiene dos posibilidades, la autodestrucción termonuclear y la autroproducción genética.
Anuncio de muerte y de nacimiento a la vez, la actual circunstancia de la humanidad es incandescente.

La ceguera e incomprensión sobre esta singular situación y la dificultad de dar cuenta de ella, a partir de una
reflexión colectiva y un pensar original, se oculta en medio de un sin número de síntomas y problemáticas
que despistan por sus escalas y heterogeneidades, tanto a la política, al mundo intelectual y a la ciencia.

Esta incomprensión de la actual encrucijada de la humanidad y sus mil caras y formas en que se revela a
nivel local, obstaculiza la construcción de un prisma colectivo y global que se transforme en el sujeto y no en
el objeto de los riesgos y desafíos del devenir planetario de la humanidad.

La emergencia globalizada y al mismo tiempo fragmentada se expresa en forma contundente, dislocante y


cada vez, más omniabarcadora. Sin embargo, es ella misma la espesura que oculta el problema esencial: el
conocimiento del mundo en devenir se vuelve una necesidad estratégica para la supervivencia de la especie.
Es un problema intelectual y vital. Además, los problemas que hoy desafían nuestro futuro son cotidianos y
simultáneamente globales. Pero la información, el conocimiento y la educación, soportes imprescindibles
para la resolución estratégica de los problemas, se encuentran un una inercia fragmentaria,
hiperespecializada, descontextualizada y encapsuladora. Su resultado no es la falta de soluciones, sino algo
peor, la proliferación de soluciones impertinentes.

¿Quién es Edgar Morin?

Edgar Morin (1921) no es solo un ciudadano francés y europeo de gran prestigio intelectual, sino que es
también, como lo ha honrado recientemente la UNESCO, un ciudadano y humanista planetario. Edgar Morin
es un pensador y un ciudadano del mundo comprometido con los esfuerzos de elucidación del destino
humano en la Tierra-patria.

Tierra-patria es un concepto elaborado por Edgar Morin para señalar el lugar de convivencia civilizada de la
humanidad en simbiosis con el planeta. Este concepto señala la necesidad de arraigar a la humanidad en el
planeta tierra en función de un destino complementario y errante.

Lejos esta Edgar Morin del modelo de ciudadano cómodo y circunscrito a las preocupaciones de su pequeño
territorio familiar y laboral. Muy lejos también, de la tranquilidad y el aislamiento académico, por el contrario,
Edgar Morin sigue siendo protagonista y contemplador activo de los sucesos y acontecimientos relevantes
del devenir actual del mundo. Prueba de ello son sus condecoraciones: Oficial de la Legión de Honor,
Comendador de las Artes y las Letras y recientemente Comendador de la Orden de la Legión de Honor de su
país.

Desde su participación como combatiente voluntario de la resistencia de su país contra la ocupación nazi,
hasta su participación como oficial agregado al estado mayor del primer ejército francés en Alemania en
1945, y luego como Jefe de Propaganda en la Dirección de Información del Gobierno Militar Francés en la
Alemania de 1946, Edgar Morin no abandonará jamás esa elección de vida, porque su resistencia no solo ha
sido frente al nazismo y más tarde frente al estalinismo, sino que continúa siendo contra toda forma de
totalitarismo, incluidas las tendencias humanas que las generan. Su esfuerzo y su prestigio intelectual no
residen únicamente en su monumental obra, hasta hoy en curso, compuesta de epistemología, reflexión,
autocrítica y análisis de la sociedad contemporánea, sino que reside también, en su resistencia permanente
contra toda forma de crueldad (Para una mayor información al respecto ver su autobiografía intelectual Morin,
Edgar, Mis demonios, ed. Kairós, Barcelona, 1995)

Pero esta afirmación sería insuficiente si se omitiera su culto desinteresado a la amistad y la comprensión
humana. Lucidez y cordialidad son el nombre y apellido de esta persona que hoy es consultada y leída por
millares de individuos en todo el mundo. Basta como prueba, los esfuerzos constantes y en expansión, de las
traducciones de sus obras a distintos idiomas. Sus obras han sido traducidas al español, inglés, italiano,
chino, al japonés, y hasta circulan traducciones; en Irán. Las traducciones de sus obras se reeditan
permanentemente en América Latina y el Caribe, y hoy es imposible encontrar un programa de formación de
docentes donde no se halle citada, como obra de consulta obligatoria, alguna de aquellas dedicadas al
educador, como "La cabeza bien puesta" y los "Siete saberes necesarios para la educación del futuro".

Se agrega a ello, el reconocimiento de más de una decena de casas de altos estudios de Europa y América
Latina y el Caribe, que lo han homenajeado con la entrega del doctorado Honoris Causa. Entre las que se
pueden citar: Doctor Honoris Causa de la Universidad de Perugia, de la Universidad de Ginebra, de la
Universidad de Palermo, de la Universidad de Bruselas, de la Universidad de Odense, de la Universidad del
Salvador (Argentina), de la Universidad Federal de Río Grande del Norte (Brasil), de la Universidad
Autónoma de Guadalajara (México), la Universidad Veracruzana (México) y la Universidad Autónoma de
Nuevo León. Edgar Morin ha desarrollado como investigador un camino de reflexión global, sobre la vida y el
conocimiento. Su trabajo decisivo analiza los fenómenos multidimensionales de la sociedad y de la
humanidad, en su totalidad y en su complejidad. En función de esto, insiste sobre la necesidad de desarrollar
el sentimiento de existencia de una identidad común y de una comunidad de destino que favorezca la
emergencia de una conciencia planetaria, para salvaguardar el desarrollo de hominización.

Si se tuviese que resumir en pocas palabras el significado que tiene la obra de Edgar Morin debería decirse
que es uno de los intentos más consistentes de este siglo de pensar y describir la complejidad humana. Una
complejidad multidimensional al mismo tiempo interrelacionada: la complejidad antropológica, sociológica,
ética, política, histórica. Diferentes y complementarias caras de un mismo fenómeno: lo humano. Una
complejidad que por ello mismo requiere un titánico esfuerzo epistemológico de revisión y articulación de los
saberes y conocimientos heredados. Su obra más importante, elaborada durante más de treinta años, es la
serie titulada "El método" conformado, por el momento, por cinco volúmenes, traducidos los primeros cuatro
al castellano por la editorial Cátedra. Las diferencias de mitos, creencias, lenguas, costumbres, han ocultado
la común identidad bio-antropológica de la especie humana y es preciso, si queremos la continuidad de la
especie, recuperar esta unidad conservando sus diferencias para compartir un destino común. La tierra nos
dice, no es la adición de un planeta físico más biosfera, más la humanidad. La tierra es una totalidad
compleja físico-biológica, antropológica, don de la vida es una emergencia de la historia de la tierra y el
hombre una emergencia de la historia de la vida terrestre, no somos ciertamente, dice Edgar Morin, el centro
cósmico, pero no nos concebimos sin el cosmos. Hasta ahora hemos ignorado algunas realidades que
conforman nuestro destino, hemos ignorado que estamos perdidos en el cosmos, que la vida está sólo en el
sistema solar y sin duda en la galaxia, que la tierra, la vida, el hombre, la ciencia, son frutos de una aventura
singular llena de peripecias y repercusiones sorprendentes; que el hombre forma parte de la comunidad de la
vida aunque la conciencia humana, nuestra conciencia, sea un fenómeno solitario.

La conciencia sobre el destino planetario del hombre es una condición necesaria para realizar la humanidad.
La educación tiene como principal desafío arraigar al ser humano en su casa que es la tierra, sin perder de
vista que el ser humano es también un ser desarraigado por su propia condición.

Para Morin la base de las políticas de desarrollo deben reconsiderase a partir de un juego contradictorio y a
su vez, complementario de acciones que conduzcan a conservar y revolucionar la vida. Un vínculo
inseparable dice, debe unir dos finalidades aparentemente antagonistas, la supervivencia de la humanidad y
la persecución de la humanización. La primera es conservadora, trata de salvaguardar las diversidades
culturales y naturales degradadas por la uniformización, como es la humanidad amenazada por el arma
nuclear y la degradación de la biosfera, ambas producto de la alianza de los peores odios y violencias. La
segunda finalidad es revolucionaria, se trata de crear las condiciones para que la humanidad se cumpla como
tal en una sociedad-comunidad de las naciones. Esta nueva etapa solo puede alcanzarse revolucionando en
todas partes las relaciones de los seres humanos con uno mismo, con los demás, con las naciones, con los
estados, entre los hombres y la tecnocracia, entre los hombres y la sociedad, entre los hombres y el
conocimiento, entre los hombres y la naturaleza. De ahí una paradoja inevitable: la conservación necesita la
revolución que asegure la prosecución de la humanización. La revolución necesita la conservación no solo de
nuestros seres biológicos sino también de la adquisición de nuestras herencias culturales y civilizacionales.
Hay que continuar defendiéndonos del retorno persistente de la barbarie. No solo de la barbarie que
podríamos llamar ancestral, sino la barbarie moderna, fría, anónima, abstracta y mercantilizadora de nuestros
tiempos.

Las guerras pero de impacto global incierto, la destrucción del ambiente, los basureros mundiales, la
desertificación de la tierra, la contaminación de aguas y de atmósferas, el desempleo, las migraciones
multitudinarias, las epidemias, el descontrol de la experimentación biológica, la globalización económica-
política y cultural, la automatización tecnológica, la tecnocratización del poder, el desarrollo y difusión del
conocimiento, la violencia, la discriminación de la juventud, la desarticulación de las sociedades, el impacto
de la comunicación, el deterioro de la educación y de las instituciones universitarias, la angustia, la
incertidumbre, la desconfianza como contra pautas de convivencia, las catástrofes físicas, biológicas,
psicológicas, sociales, masivas, el crecimiento de la libertad, de la complejidad, del caos y la frontera del
orden, cualquier orden, la sobrevivencia, la conservación de la vida, no son materias que podamos captar
solo con el ojo solitario de una disciplina científica.

En su libro "Introducción al pensamiento complejo" afirma: "Hay una nueva ignorancia ligada al desarrollo
mismo de la ciencia, hay una nueva ceguera ligada al uso degradado de la razón, las amenazas más graves
que enfrenta la humanidad están ligadas al progreso ciego e incontrolado del conocimiento. Es necesario
tomar conciencia de la naturaleza y de las consecuencias de los paradigmas que mutilan el conocimiento y
desfiguran la realidad". (Traducido al castellano por editorial Gedisa).

Para Edgar Morin, el gran problema de la ciencia actual es la cada vez mayor compartimentación del
conocimiento. Mientras que la cultura general busca la posibilidad de poner en contexto toda la información y
las ideas, la cultura científica o técnica, debido a su carácter disciplinario especializado, enfrenta cada vez
mayores dificultades para su puesta en contexto.

Actualmente, todo hecho importante debe ser analizado en su contexto social, político humano, ecológico, es
decir se tiene que tomar en cuenta el mundo todo. Para tener la posibilidad de articular y organizar la
información del mundo, Morin propone una reforma del pensamiento. Esta reforma es lo que llama
pensamiento complejo.

Para Morin uno de los grandes problemas de nuestro tiempo es volver a relacionar las dos culturas: la
humanística y la científica. En nuestros días, ambas se encuentran empobrecidas.

La reforma necesaria del pensamiento es aquella que genere un pensamiento del contexto y de lo complejo.
El pensamiento del contexto busca siempre la relación de inseparabilidad y de ínter-retro-acción entre todo
fenómeno y su entorno, y de todo entorno con el contexto planetario. El pensamiento de lo complejo es
necesario para captar las relaciones, interacciones e implicaciones mutuas de los fenómenos
multidimensionales, y de las realidades que son a la vez, solidarias y conflictivas porque contienen fuerzas
que conducen a la diversidad y al mismo tiempo a la unidad. El pensamiento complejo es un pensamiento
organizador que concibe la relación recíproca de todas las partes que conforman un todo.

Es necesario incorporar el pensamiento complejo y repensar el destino y la misión de la educación


directamente relacionado con el destino de la especie. Objetivo difícil porque la reforma de la Universidad
suscita una paradoja: no se puede reformar la institución (las estructuras universitarias) si no se han
reformado anteriormente las mentes; pero no se pueden reformar las mentes si no se ha reformado
anteriormente la institución.

La reforma de la Universidad implicaría la instauración de Departamentos o Institutos dedicados a las


ciencias habiendo operado una reintegración polidisciplinaria en derredor de un núcleo organizador sistémico
(ecología, ciencias de la tierra, cosmología); progresaría con la reintegración futura de las ciencias biológicas,
ciencias sociales, y elaboraría los dispositivos que permitieran la coordinación del conjunto de ciencias
antroposociales y del conjunto de las ciencias de la naturaleza.

A fin de instalar y transversalizar un modo de pensamiento (complejo) que permita la transdisciplinaridad, la


Universidad debiera en un primer momento introducir en ella un espacio operativo de articulación transversal
de los conocimientos especializados.
La reforma del pensamiento es una necesidad social clave: formar ciudadanos capaces de enfrentar los
problemas de su tiempo. Ello permitiría frenar el debilitamiento democrático que suscita, en todos los campos
de la política, la expansión de la autoridad de los expertos, especialistas de todo orden, que limitan
progresivamente la competencia de los ciudadanos, condenados a la aceptación ignorante de las decisiones
de quienes son considerados como conocedores, pero que de hecho practican una compresión que rompe la
globalidad y la contextualidad de los problemas. El desarrollo de una democracia cognitiva solo es posible en
una reorganización del saber donde resucitarían de manera novedosa las nociones trituradas por el
parcelamiento disciplinario: el ser humano, la naturaleza, el cosmos y la realidad.

Instituto Internacional para el Pensamiento Complejo (IIPC)

El IIPC es un instituto internacional de investigación y desarrollo sobre el Pensamiento Complejo y temas


afines creado por Edgar Morin y Raúl Domingo Motta, conjuntamente con el apoyo de Ilya Prigogine,
Fernando Lucero Schdmit (Vicerrector de Investigación y Desarrollo de la USAL), Juan A. Yaria, Genoveva
de Mahieu y Juan A. Tobías quien siendo Rector de la USAL aprobó su creación en el año 1997. ver +
El IIPC es un instituto internacional de investigación y desarrollo sobre el Pensamiento Complejo y temas
afines creado por Edgar Morin y Raúl Domingo Motta, conjuntamente con el apoyo de Ilya Prigogine,
Fernando Lucero Schdmit (Vicerrector de Investigación y Desarrollo de la USAL), Juan A. Yaria, Genoveva
de Mahieu y Juan A. Tobías quien siendo Rector de la USAL aprobó su creación en el año 1997.

El IIPC desarrolla sus actividades a través de la articulación de cinco programas de gestión:

1. Desarrollo Institucional.
2. Investigación y Desarrollo.
3. Formación y Capacitación.
4. Transferencia de Tecnología.
5. Organización de eventos, publicaciones y difusión general.

Cada uno de estos programas está constituido por proyectos de investigación y por actividades de gestión y
asesorías. Los objetivos y temas de investigación son seleccionados por el Consejo Científica.

El IIPC está Presidido por Edgar Morin, su Director Ejecutivo Raúl Domingo Motta y su Secretario Académico
es Alejandro Ruiz Balza.

El IIPC cuenta con un Consejo Científico Internacional conformado por: Juan Alejandro Tobías (Presidente
del Consejo), Federico Mayor, Fernando Lucero Schdmit, Ilya Prigogine †, Jean-Louis Le Moigne, Dominique
Bouchet, Edgard de Assis Carvalho, Emilio Roger Ciurana (Director del Consejo), Gustavo López Ospina,
Enzo Tiessi, Maria da Conceiçao de Almeida, Mauro Ceruti, Geneviève de Mahieu, Celia Lynch Pueyrredón,
Guy-Réal Thivièrge, Bernando Nante, Candido Mendes de Almeida, Juan A. Yaria, Basarab Nicolescu,
Francisco Montfort Guillén, Mario Aguilera Mejía y Alejandro Ruiz Balza.

En el IIPC funciona un staff de investigadores senior y otro de investigadores. Los investigadores senior son
nombrados por el Presidente y el Director Ejecutivo del IIPC, a propuesta del Director del Consejo Científico
Internacional, y tienen como función principal, además de investigar, colaborar con la dirección ejecutiva en la
gestión de programas, proyectos de investigación y trabajos relacionados con publicaciones especiales.

Los investigadores ingresan por suscripción al IIPC, luego de ser aprobados por el Director Ejecutivo y el
Director del Consejo Científico Internacional, su labor consiste en investigar, publicar y participar en foros y
seminarios de acuerdo a los temas seleccionados por el IIPC. También el IIPC cuenta con las modalidades
de participación de personas que no pertenecen al mundo académico y que sin embargo tiene interés en
participar bajo la modalidad de Miembro adherente, cuyas actividades se manifiestan en roles destacados de
la organización. Para mayor información sobre la participación en nuestro instituto ver la sección de este
website denominada "Modalidades de participación e incorporación a las actividades del IIPC".

Vous aimerez peut-être aussi