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II.

En base de los conceptos analizados en El grito manso de Paulo Freire nos


disponemos a presentar un esquema del imaginario de nuestra práctica docente dentro de la
perspectiva teórica-pedagógica freiriana; ya que los integrantes del trabajo no tienen
experiencia en el ámbito formal de la educación.

Si tuviéramos en cuenta algunos de los lineamientos conceptuales de la pedagogía


crítica planteada por Freire, por ejemplo los conceptos de pedagogía en movimiento,
acción, politicidad, entre otros; se podría pensar una práctica docente en la cual la teoría
disciplinar (en este caso la historia) fuera de la mano con la realidad concreta a la que se
enfrentan o experimentan los sujetos en su cotidianeidad, a saber: por ejemplo, el contexto
económico, político y social del país, regional y global. Considerando, de esta manera, a la
historia como un agente en movimiento cuyas problemáticas experimentan diferentes ritmos
de cambio ( más rápidos o lentos), estancamientos, etc. Que pueden ser abordados desde
distintos marcos teóricos, escuelas de pensamiento y enfoques disciplinares.
Entendiendo que, desde nuestra posición como educadores, esas esferas
conforman complejos entramados que pueden servir como ejemplo para desarrollar teorías
concretas de la disciplina histórica; y al mismo tiempo utilizar el bagaje de conocimientos y
preconceptos que los sujetos traen de su experiencia cotidiana para que desarrollen una
actitud crítica hacia la realidad y las teorías históricas; y por otro lado, la comprensión que la
historia no es sólo un desarrollo y exposición de acciones y sucesos, con sus causas y
consecuencias, sino generar una visión crítica de procesos que se producen en diferentes
marcos geográficos, cronológicos, ideológicos con sus particularidades y matices.
Debemos tener en cuenta por otro lado, las expectativas, proyectos y la formación
que recibe el docente. Estos aspectos deberían constituir el motor que desarrolle la
estimulación de la curiosidad y de pensamiento crítico de los sujetos. Teniendo presente que
son estas “utopías y sueños” los que conforman el hacer práctico del profesor y están
intrínsecamente relacionados con su ética laboral, por ende, lo que Freire define como una
ética “del deber ser” podría pensarse como una ética del desarrollo de la profesión, más que
como una definición última del desarrollo del sujeto como docente, ya que las perspectivas
pueden cambiar en el tiempo y las problemáticas pueden obligar a una multiplicidad de
enfoques y acercamientos de un objeto de estudio y de la realidad concreta.

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